Está en la página 1de 4

La infancia de los años 90 a la actualidad

La infancia deja de ser una etapa reducida al mínimo requerido por el crecimiento biológico para pasar
a constituirse en una etapa determinada por los requerimientos convencionales, sociales y políticos del
desarrollo psicosocial. Por otra parte, el proceso de formación psicosocial del niño pasa de estar
articulado alrededor de la actividad productiva general de la comunidad, a especializarse y
circunscribirse a un contexto cultural profesional específico.
Por otra parte, desde este punto de vista de los cambios actuales y sus efectos en las funciones
psicológicas del niño, nos interesan dos tipos de cambios, los de carácter cognitivo y las funciones o
capacidades psicológicas superiores: perceptivas, de memoria, de pensamiento... En relación a los
cambios de carácter cognitivo, numerosas investigaciones apuntan en la actualidad hacia las tesis de
mediación sociocultural de la mente.
La conciencia se empieza a considerar como un complejo sistema de procedimientos socioculturales
compartidos e históricamente producidos. En cuanto al segundo tipo, se han señalado efectos serios
de desestructuración afectiva y moral en la infancia actual, provocados por una serie de factores que
tienen un déficit de estabilidad en los sistemas de actividad y una falta de interacción social sensible y
sostenida para que se produzca un buen desarrollo social, psicológico y cognitivo (BRONFENBRENER,
1989; UNICEF, 1989).
Un nuevo modelo de infancia se está dando, en el que se acumulan los efectos de la primera
revolución y la segunda, es decir, la aparición de una actividad específica del niño que es el consumo y
utilizar los modelos culturales generados para el consumo para atribuir sentido a la realidad y construir
su identidad y su conciencia en ella.
Los nuevos efectos cognitivos del cambio muestran un niño que desarrolla una gran capacidad de
procesamiento en vacío, aprende no para actuar, sino simplemente para saber, y que tiene escasas
oportunidades para dar sentido al mundo dentro de actividades reales: el niño vive en un ghetto de
actividades no productivas y no reales.
Se ha roto la conexión del niño con la actividad social. Por otra parte, hemos visto también como el
concepto de infancia ha ido cambiando a través de la historia y a grandes rasgos se ha pasado de
considerar al niño como objeto a hacerlo como sujeto. QUORTRUP (1991), opina que debemos
considerar a los niños como actores y contribuyentes de nuestra sociedad y recomienda el trato de los
niños como sujetos en el análisis social y político, siendo necesaria una política de infancia que atienda
los intereses de los niños. Sin embargo, considera que a menudo la actitud en nuestros días es la de un
sistema de ayuda para los niños.
Existen seis áreas en las que se tiende a objetivar, marginar o invisibilizar al niño, tratándole como
objeto:
-La demografía: el lugar del niño en la estructura de la población. Uno de los factores básicos
más destacables en el desarrollo de la infancia en este siglo es el descenso del nivel de
fertilidad. Ello puede interpretarse como una actitud de nuestra cultura hacia la infancia, a
través de una decisión común, la de reducir su número, aquí podemos ver una primera forma
de marginación y exclusión del niño.
-Las actividades del niño. El segundo eje de marginación consiste en la escolarización del niño
como continuación del trabajo infantil en las modernas condiciones económicas, dada la
obligatoriedad que el niño tiene de asistir a la escuela.
-La Psicología de estadios, destacando la idea de ascenso gradual en sentido cualitativo en
cuanto a desarrollo de la inteligencia, siendo la niñez una etapa deficitaria con respecto a la
vida adulta.
-La ideología familiar. Existe una fuerte tendencia a considerar a los niños como algo que
pertenece a la familia, como una propiedad.
-La Institucionalización. La escolarización como alienación e institucionalización del niño.
-La marginación legal de la infancia. A través de la separación en nuestro sistema legal de la
mayoría y minoría de edad.
Otros autores como WINTERSBERGER (1992) opinan que en los últimos años estamos asistiendo a un
creciente interés político y científico por el fenómeno de la infancia, tanto por parte de las disciplinas
que se han encargado tradicionalmente de ella como por otras que están empezando a contemplarla
como su objeto de estudio.
Los niños, cada vez están más presentes en los debates políticos y en la opinión pública. Sin embargo,
la diversidad de iniciativas para conseguir que la infancia ocupe un lugar más visible en las acciones
políticas y /o en las investigaciones científicas no responde a una sola orientación claramente definida,
en la sociedad moderna existe una gran incertidumbre en relación con la infancia.
Vamos a realizar un breve análisis de los cambios más destacados que afectan a la infancia actual.
Podemos dividirlos en tres tipos de cambios interdependientes entre sí: los demográficos, los
económicos y los culturales.
Los cambios demográficos, son probablemente el fenómeno más importante que afecta a la infancia,
con la reducción del número de hijos, tanto en términos absolutos como en relación con el total de la
población. Esta tendencia se observa en la mayoría de los países industrializados. Indudablemente los
bajos índices de fertilidad dan como resultado una disminución del número de hijos, y paralelamente la
mejora del nivel de vida y de la asistencia médica que conllevan una importante reducción de la
mortalidad infantil, compensan la disminución de la fertilidad.
El segundo cambio importante es el desarrollo económico. En la estructura familiar rural los niños
formaban parte de la mano de obra doméstica; posteriormente con el capitalismo los niños fueron
explotados en las fábricas, y en los tiempos modernos la principal ocupación de los niños gira en torno
a la escuela.
El tercer tipo de cambios que afectan a la infancia son los culturales, que tienden en general a atender
de forma creciente a los derechos del niño, demostrado por el énfasis universal que se pone
actualmente en los mismos, a partir de la entrada en vigor de los Derechos del niño/a, el 2 de
septiembre de 1990.

Los niños de la actualidad


Son pequeños que nacieron en un mundo digital que les da una velocidad "fast", pero que buscan en el
mundo análogo o "slow", un descanso y una estructura.

Es bien sabido que los niños y las niñas tienen energía de sobra para estudiar y jugar, ¿pero sabías que
actualmente su vida la desarrollan en dos velocidades? Sí, una “slow” para la vida real y otra “fast” para
su mundo digital. Sorprendentemente, la que más valoran es aquella que los separa y descansa de
la tecnología. Es decir, los juegos en la vida real funcionan como una válvula de escape y en éste, sus
abuelos son un elemento fundamental.

“Los niños mexicanos que crecen en un mundo digitalizado, con acceso a grandes cantidades de
información, son una generación que valora la practicidad y la velocidad: saben lo que quieren y cuándo
lo quieren”.

Así que los pequeños de la casa toman sus propias decisiones en sus dos mundos: el real y el digital.
Pero en la práctica, lo digital es su realidad y sus reglas se aplican en sus hábitos y decisiones
de consumo “reales”, señala el estudio.
Es decir, se han acostumbrado a la flexibilidad, rapidez y fluidez de lo digital, al grado que su estilo de
vida tiene un ritmo “fast”. Lo digital es un terreno libre que siempre está en constante cambio, y esa es la
razón principal por la que buscan y valoran mucho más los momentos con ritmos “slow”, es decir, los
que tienen “una estructura, pasos, y sobre todo límites claros a seguir”.

En ese sentido, todas las actividades que aíslan a la tecnología son consideradas por los niños como
“slow” y funcionan como una válvula de escape al ritmo online en el cual están inmersos, obligándolos a
darse una pausa para desacelerar y seguir una estructura. 

Sus actividades “slow” favoritas son leer, cocinar y coleccionar, y para la mitad de los niños, contrario a
lo que muchos creen, el peor castigo es que no les den permiso para salir, ya que pasear y jugar en
espacios abiertos les permite probar una libertad que sólo han vivido en el mundo digital.

Abuelos, los guías del mundo “real”


Y para disfrutar del mundo “real”, los niños y niñas ya encontraron a sus mejores aliados: sus abuelos.
Cabe destacar que el 32% de los niños viven con alguno de sus abuelos, quienes después de sus padres,
son quienes más los valoran y reconocen. Al menos eso opinan los mismos niños, por ello no es de
sorprender que una visita a casa de los abuelos para pasar el rato, sea un lujo.

Y es que uno de los beneficios de convivir con estos adultos es que por un instante los niños ceden su
pequeña autonomía y dejan que ellos sean los guías de la experiencia, puesto que los abuelos sí piensan
en términos de dos mundos (digital y real) y le dan estructura al momento al poner reglas a todos los
procesos.

A manera de ejemplo, una de las reglas favoritas de los niños, es la restricción a la tecnología. Aunque
pareciera que les molesta, en el fondo el limitarles el uso de los celulares, por ejemplo, los obliga a
realizar una actividad “análoga” que disfrutan enormemente.

Por ello, no se debe olvidar el significado del lujo para un niño cuando se quiera premiarlos, por lo que
es necesario pensar en regalarles un momento “slow”, donde sean los infantes de una experiencia menos
digital y los adultos les muestren los pasos a seguir.

También podría gustarte