Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Antropólogo, '
americanista,
escrito?.
periodista,
viajero por el
mando y lector.
memorioso,
Daniel Vidart ha¡
dedicado sus
trabajos y sus
ocios ai estudio
de ías emia.s
indígenas de
nuestro
continente, a!
análisis de Ja
cufiara
tradicional y
popular
rioplatense, áúa
geografía de ios
paisajes de su
patria uruguaya, t
teñiré los títulos ;
de su vasta
producción ■
figurar.. La vida
rural uruguaya.
1955; j .'rj
Sociología rural
I 1950;
Universalismo y
regionalismo de
la cultura
galega, 1961; m
Los-pueblos ;
prehistóricos
Daniel Vidart
La Despenadora
y el CTI
Ceremonias de la vida, rituales de la muerte
donación
DANIEL VIDART
Daniel Vidart
La Despenadora
y el CTI
Ceremonias de la vida, rituales de la muerte
arca
colección nuevas fronteras
arca
colección nuevas fronteras
ANDES 1118
TEL.: 93 01 87 - Fax: 93 01 88
Montevideo, 1994
- Introducción
;........ 7
- Los biólogos y la vida
............. P- 15
- Para una etnología de la muerte
................. P- 23
- Vida, muerte, inmortalidad
................. P- 41
- La mascarada de los vivos y los muertos
I El carnaval y la condición humana
................. n
P* 61
II Las siete máscaras del carnaval
................................................................................................................ p. 75
- La tierra viviente. Del Gran Animal a la hipótesis de Gea
................................................................................................................ p. 91
- El caracol de la vida
.................................... p.117
La Despenadora y el CTI
♦6
Daniel Vidart
INTRODUCCION
7*
lo Despena dora y el CTI
♦8
Daniel Vidart
9*
Lo Despenadora y el CTI
♦ 10
Daniel Vidart
♦ 12
Daniel Vidart
(*) Salvo el primer capítulo, inédito hasta hoy, los demás fueron publicados en
periódicos montevideanos. Al pie de cada uno de ellos se especifican la fuente y la fecha
respectivas.
13 ♦
La Despenadora y el CTI
La
D
fíl
P’
es
ju
E
cc
al
q'
Q
si
p
n
a
h
C!
y
c
s
V
V
r
s
c
c
I
c
(
1
(
Vasija de barro en
contrada en una tum
1 ba de Zaachila, Oax.
♦ 14
Daniel Vidart
(1) Selecciono, entre una bibliografía torrencial, unos pocos títulos accesibles: E.
á Schrodinger, ¿Qué es la vida? Espasa-Calpe Argentina, Buenos Aires, 1947; C.U.M.
q Smith, El problema de la vida. Alianza, Madrid, 1977; F. Jacob, La lógica de lo
y viviente. Laia, Barcelona, 1963; S.E. Luria, La vida, experimento inacabado.
I Alianza, Madrid, 1975.
(2) J.F. Riley, Introducción a la biología. Alianza, Madrid, 1970.
15*
lo Despenodora y el CTI
♦ 16
Daniel Vidart
17 ♦
Lo Despenadorg y el CTI
energía del Sol no sería posible la vida. Tampoco sería posible sin
la existencia de una gran cantidad de agua, y esto fue advertido
muy tempranamente por los pensadores del Oriente y del Ocadente:
el agua es el arjé, la protocosa esencial que origina los seres vivientes.
Finalmente, existe un tercer factor: la vida no puede tener lugar sin
la existencia de interfases entre los estados líquido, sólido y
gaseoso de la materia en la superficie del globo terráqueo.
En los resquicios de estas interfases se mueven los
materiales, se desplazan los elementos, ascienden y descienden
cíclicas rondas de átomos y moléculas. Pero todo sucede en
relación dialéctica con la vida misma. Millones y millones de
toneladas de minerales son movilizadas, cambiadas de
lugar,procesadas en suma, por la biomasa planetaria. Esta
materia, solicitada y expelida según prefijados ritmos, entra y
sale de los sistemas bióticos. En los seres vivientes son soberanos
dos elementos: el oxígeno interviene entre un 65% y 70% y el
hidrógeno en un 10%. Lo que resta, entre un 20% y 25%, aglomera
un conjunto de más de 70 elementos donde predominan el
carbono, el nitrógeno, el fósforo, el azufre, el sodio, el potasio, el
calcio, el magnesio, el cobalto, el cobre, el zinc y el cloro. El
carbono, gran protagonista en la organización de la materia
merced a sus encadenamientos y enlaces desempeña, pese a su
menor abundancia, un papel fundamental que debe destacarse
muy especialmente.
En un grupo menos relevante figuran el aluminio, el boro,
el bromo, el yodo, el selenio, el cromo, el molibdeno, el vanadio, el
silicio, el estrocio, el bario, el níquel y el cadmio, encargados de
ayudar en funciones específicas o de actuar en órganos
determinados. Aveces la carencia de un oligoelemento se convierte
en un factor limitante de la vida, tal cual lo comprendió Liebig
estudiando el desarrollo de las plantas en diversos tipos de suelos.
La lista de elementos es mayor que la especificada, pero la
vida no surge de la sumatoría o mezcla de esos elementos simples.
Los átomos que generan los citados elementos, por otra parte, se
♦ 18
Daniel Vidart
19 ♦
lo Despenadora y el CTI
♦ 20
Daniel Vidart
21 ♦
La Deyenodoro y el CT1
♦ 22
Daniel Vidart
Los que mueren son los otros; son los ex-dueños de los
cuerpos que figuran en la imaginería fotográfica o fílmica donde,
en péle-mele, aparecen los iraquíes bombardeados, los activistas
sociales asesinados, los niños de la calle ejecutados, los viejos
atropellados por los automóviles, los turistas calcinados en
catástrofes de aviación. De tal modo la muerte es sometida a una
especie de prestidigitación sistemática: ya no se habla de La
Señora ni de La Maldita que sobrecogían las almas durante los
siglos de la «barbarie» y, para sustraer decisivamente el ruedo de
los vivos a toda contaminación con las ultimidadés de la funebria,
el velorio doméstico desaparece al conjuro de la etiqueta oficinesca
23*
Lo Despengtloro y el CTI
♦ 24
Los pobladores de las ciudades del milenio que finaliza
queremos olvidarnos de la muerte, pero, como dice María Elena
Walsh en un poema juvenil, «sucede que ella no se olvida». No
pasa lo mismo con los campesinos ni con los (mal) llamados
«contemporáneos primitivos». De idéntico modo, las culturas del
Occidente tradicionalista esto es folclórico , anterior a la
Revolución Industrial, contemplaban a la muerte como un término
cierto y no como una catástrofe o una maldición. Hoy día, las
tribus prealfabetas y los pueblos tercermundistas de los campos
y los tugurios que circundan las grandes ciudades no han podido
evadirse, como pretenden haberlo hecho los urbícolas
secularizados, ni del temblor del Cosmos ni del temor al capricho
de los dioses. En esos mundos coetáneos, aunque no
contemporáneos con el de los mercaderes y los tecnólogos, la
muerte va de la mano con la vida, se sienta a la mesa con los
comensales propiciatorios, acompaña a los caminantes y a los
durmientes, conversa con los ancianos y juega con los niños.
25*
La Detpenodoro y el CT1
♦ 26
Daniel Vidart
27 ♦
La Despenadora y el CTI
(3) Hesíodo. Erga kai Hemerai, in Hesiode. Theogonie. Les travaux et les
jours. Le Bouclier. Texto griego y traducción al francés a cargo de Paúl Mazon. Les
Belles Lettres, París, 1947.
♦ 28
Daniel Vidart
discordia, el que separa, ya con la luz impía del logos que nace de
lapraxís,yaconlos argumentos analíticos, y por ende disociadores,
de la razón. Comer de ese fruto acarrea el conocer pero también
el morir. Dios, la Gran Unidad, el Creador del Cielo, el Demiurgo
de la Tierra y sus ecosistemas, el Padre del hombre (ese ser
humilde que se humilla ante su grandeza, que hunde su frente en
el humus ante el rumor majestuoso de su paso) toleró a
regañadientes que sus criaturas humanas conocieran el Bien y el
Mal, y tal vez suspiró aliviado al comprobar que la desobediencia
provocada por la tentación maligna las convertiría en inevitables
presas de la muerte. Por eso, al expulsar a los pecadores del
Paraíso les impidió definitivamente que comieran el fruto
escandaloso del otro árbol prohibido, el Arbol de la Vida: sabedores
o sabios, sí; inmortales, y por ende idénticos a los dioses, nunca.
La sabiduría y la sapiencia humanas se convierten de tal
modo en la suprema broma del Creador: serán solamente sabidu
ría y sapiencia de la muerte. El definitivo saber del hombre es,
paradojalmente, el saber que ha de morir.
El desdeñoso salvaje, o sea el que vive en las selvas,------
Selvagem es un topónimo portugués que los otros idiomas cargaron
con desfavorablesjuicios de valor y no el bruto y el despiadado,
como lo exige la ideología europocéntríca, reflexiona al igual que
los civilizados sobre la caducidad de la vida individual. Sus vías
expresivas difieren de las nuestras pero apuntan a un idéntico
blanco de pavor y escalofrío. En las metáforas del mito y en las
manipulaciones de la magia, antecesora de la ciencia pues maneja
como ésta las relaciones entre causa y efecto, subyace una versión
intuitiva de las cosas y los procesos, de lo que permanece y lo que
pasa, de lo único y lo múltiple. Se estructura así una gramática
del mundo que debemos decodificar científicamente,------emic
versus etic------ en vez de seguir proclamando con pertinacia que
la angustia constituye un privilegio de las culturas letradas del
Occidente.
29*
La Despenadora y el CTI
♦ 30
Daniel Vidart
(6) Novalis (Friedrich von Hardenberg). Hymnen an die Nacht. Aubier, París,
1943.
(7) Aben Jaldún. Al-Muquaddimah. Introducción a la historia universal.
Fondo de Cultura Económica, México, 1977.
31 ♦
Lo Despenadora y el CTI
(8) Citado por Max Scheler. Tod und Fortieben, in Schriften au dem Nachlass
(1911-1916), publicados por María Scheler, Berlín, 1933.
♦ 32
Daniel Vidart
33 ♦
La Despena dora y el CTI
♦ 34
Daniel Vidart
35*
lo Despenadora y el CTI
(13) Platón. Fedón o del alma. Obras completas. Aguilar, Madrid, 1966.
♦ 36
Daniel Vidart
(Dise la muerte)
Rey fuerte, tirano, que syempre rrobastes
Todo vuestro rreyno o fechistes el arca,
De faser justicia muy poco curastes,
Segunt es notorio por buestra comarca.
Venit para mí, que yo so monarca,
Que prenderé a vos y a otro más alto,
Llegat a la dansa cortés en un salto,
En pos de vos benga luego el Patriarca. (14)
Memento Morí
37*
La Despenadora y el CTI
♦ 38
Daniel Vidart
39 ♦
LoDespenodorayelCTI
♦ 40
Daniel Vidart
41 ♦
La Despenadora y el CTI
(1) Acerca del Lebenswelt consultar los libros de Alfred Schutz publicados por
Amorrórtu, en Buenos Aires. El trabajo básico es el póstumo The Structures of the
Life-World, escrito por Thomas Luckmann a partir de los apuntes de Schutz y editado
por aquél y su viuda, Use Schutz (New York, 1973).
(2) J.P. Barrán. Historia de la sensibilidad en el Uruguay. Tl°. La cultura
«bárbara» (1800-1860); T2° El disciplinamiento (1860-1900). Banda Oriental/Facultad
de Humanidades y Ciencias, Montevideo, 1990.
(3) J. Swift. Gulliver’s Travels (1626). H. Williams. London, 1926.
♦ 42
Daniel Vidart
43*
Lo Despenodorg y el CTI
♦ 44
preparaban la siega, de las pequeñas mujeres vestidas de negro
que se deslizaban, erguidas como cariátides, cargando bultos
sobre sus cabezas y que de pronto se perdían entre las espigas
maduras.
Cuando recuerdo aquellas horas ya lejanas, gratificadas
por las ceremoniosas sonrisas de las gentes sencillas y sabias de
Shenshi, pienso que los hombres de las ciudades hemos cortado
brutalmente los vínculos que nos unían con la matriz de la Tierra,
que no sólo es el vientre de lo que vive y florece sino también la
caja resonante de los ritmos cósmicos, cada día más lejanos de
nuestros cronómetros y nuestra concepción empresarial del tiem
po. Para liberarnos de una torpe inocencia------ el «idiotismo
rural» según Marx, el «campo ciego» según Léfébvre------como
decimos al proclamar nuestra racionalidad ilustrada, hemos
montado esta charada del existir y el consistir------los cuales no
son propiamente el Ser que, por huir del No-Ser, nos des-vive
y aliena.
La religión popular de los orígenes no escindía los espíritus
de las cosas------ orenda, manitú, mana, Él------ , de las propias
cosas por ellos movidas o súbitamente habitadas. Las culturas
tributarias del judaismo, del cristianismo y del islamismo
apartaron al Creador de su Creación, al Hacedor de sus Criaturas,
a la Natura naturans de la Natura naturata. De tal modo se
cavó un foso entre la divinidad y los hombres y desapareció el
tuteo colectivo con el mysterium fascinans. Para llenarlo se
apeló a las formalidades de la liturgia, la cual, al cabo de los siglos,
se hizo cada vez más mecánica. Para eludirlo------ siempre hubo
gentes de espaldas a lo divino— se llegó a la negación de toda
deidad o teodicea, de toda entidad psicopompa, de todo tipo de
supervivencia anímica o espiritual. Y así fue como al cabo los
representantes del estilo civilizatorio llamado fáustico, en
oposición con el arcádico del hombre agrario o con el mágico del
hombre silvícola, hemos puesto la vida en un platillo de la
balanza y la muerte en otro. Olvidamos así que ambas, vida y
45*
La Despenadora y el CTI
♦ 46
Daniel Vidart
Dios tenía contacto con sus criaturas pero nunca aparecía ante
sus ojos. Más aún, había amenazado a sus hijos con un maleficio
si procuraban verlo.
La mujer estaba encargada de colocar en la entrada de la
choza de Dios las maderas para el fuego y el recipiente para el
agua. Una tarde calurosa, cuando le llevaba el agua, sucumbió a
la curiosidad que bullía dentro suyo y decidió espiar a su padre,
siempre oculto en las penumbras del refugio. Nadie lo sabría sino
ella, se decía para justificarse. Se escondió entonces tras el poste
de la puerta, aguardando ver siquiera una parte del creador
divino. Dios al fin extendió el brazo, todo adornado con argollas
de brillante latón, para recoger el recipiente. ¡Por fin la felicidad!
Ella había contemplado el brazo de Dios suntuosamente adornado.
Su corazón saltaba en el pecho, regocijado y agradecido.
Pero Dios, que todo lo ve, supo de inmediato de la curiosidad
pecadora de la mujer. Y tras la falta vino el castigo. Montó en
cólera, llamó a sus tres hijos y los condenó como responsables
solidarios con el pecado de la hembra mirona. Acto seguido les
anunció que se retiraría. De allí en adelante deberían vivir y
arreglárselas sin El. Embarcó en una canoa y se fue por el río,
aguas abajo. Nadie lo vio desde ese momento.
El agua, los animales, las raíces y las frutas, que se daban
espontáneamente, también se fueron con Dios. Para conseguir el
alimento los hombres tendrían que trabajar, que sudar, que
sufrir. Además, algo terrible les sucedería. Y así fue. La retirada
de Dios dejó entre los hombres la fatiga del trabajo y la fatalidad
de la muerte. (4)
El mito, puro o contaminado, reitera la calidad de chivo
emisario que ha tenido la mujer, esa imprudente Pandora de
todos los tiempos sobre quien los Epimeteos, los que piensan
después de los hechos, descargan la responsabilidad de sus
47*
LaDes penadorayelCTI
♦ 48
Daniel Vidart
49*
Lo DespenoJoro y el CTI
♦ 50
Daniel Vidart
(7) Los dosjuicios del alma, el inmediato a la muerte del cuerpo portador y el Juicio
Final, propuestos por el cristianismo y el islamismo, están influidos, a la vez, por las
doctrinas del judaismo y del zoroastrismo. Los problemas y dilemas sobrevinientes han
dado lugar a interminables discusiones teológicas. J. Fournée, Le Jugement dernier,
1964 y S.G.F. Brandon, The Judgement oí the Dead, 1967, y D. Sourdel, Le
jugement des morts dans l’Islam, 1961, entre otros, se han ocupado de este
controvertido y espinoso asunto.
51 ♦
La Despenado™ y el CTI
♦ 52
Daniel Vidart
53*
Lo Despenodora y al CTI
♦ 54
Daniel Vidart
55*
Lo Despertadora y el CTI
♦ 56
Daniel Vidart
57 ♦
♦ 58
Daniel Vidart
59*
La Detpenodoro yelCTl
61*
lo Despenodoro y al CTI
63*
Lo Despenodoro y el CT1
♦ 64
Daniel Vidart
65*
La Despertadora y el CTI
♦ 66
Daniel Vidart
67*
Lo Despertadora y el CTI
♦ 68
Daniel Vidart
69*
LoDespenado™yelCTI
♦ 70
Daniel Vidart
71 ♦
LaDespertadorayelCTI
♦ 72
Daniel Vidart
73*
La Despertadora y el CTI
♦ 74
Daniel Vidart
75*
Lo Despertadora y el CTI
♦ 76
Daniel Vidart
77>
LaDespeno dorayelCTI
♦ 78
Daniel Vidort
79*
La Despertadora y el CTI
♦ 80
Daniel Vidart
81 ♦
La Despertadora y el CTI
♦ 82
Daniel Vidart
83 ♦
Lo Despenndoro y el CTI
♦ 84
Daniel Vidart
85*
Lo Despenadoi’o y d CTI
♦ 86
Daniel Vidart
87 ♦
Lo Despenodoro y el CTI
♦ 88
Daniel Vidart
♦ 90
Daniel Vidart
LA TIERRA VIVIENTE.
DEL GRAN ANIMAL A LA HIPOTESIS DE GEA
Zoon y bios
91 ♦
Lo Despeñadero y el CTI
♦ 92
Daniel Vidart
93*
Lo Deipenodoro y el CTI
♦ 94
Daniel Vidart
95 ♦
La Despena dora y el CTI
♦ 96
Daniel Vidart
97 ♦
Lo Detpenodora y el CTI
cia y la apoteosis del duelo, etc. fue metaforizada, siglo tras siglo,
por la voz elegiaca de los poetas. En efecto, siempre se recuerda
a la Oda Primera de Horacio, a Villon, a Manrique, a Ronsard, y
se olvidan entre tantas otras------ la alienación del alma ameri
cana comenzó con el trauma de la conquista------ las desconsola
das lamentaciones de los aztecas durante el sitio de Tenochtitlán.
Pero esta confrontación entre la vida y la muerte fue también
matematizada por los físicos y los biólogos quienes, ecuaciones
mediante, la consideran como una cuantifícable pulseada entre la
entropía y la neguentropía, entre la Segunda Ley de la Termodi
námica y la diectropía, entre la funebria y la epictesis, según
heleniza, con su escondedora nominación críptica, el lenguaje de
la ciencia convertido, de tal modo, en el vehículo secularizado de
un nuevo hermetismo.
♦ 98
Daniel Vidart
99*
Lo Despertadora y el CTI
♦ 100
Daniel Vidart
101 ♦
La Detpenodoro y el CTI
♦ 102
Daniel Vidart
103 ♦
LaDespenado™yelCTI
♦ 104
Daniel Vidart
105 ♦
Lo Despenodora y el CTI
♦ 106
Daniel Vidart
107 ♦
La Despertadora y el CTI
♦ 108
Daniel Vidart
109 ♦
laDespenadorayelCTI
(10) Honorio Delgado. Paracelso. Editorial Losada, Buenos Aires. 1947; Alexandre
Koyré. Místicos, espirituales y alquimistas del siglo XVI alemán. Akal Editor,
Barcelona, 1981, Cap. 3, Paracelso.
♦ 110
Daniel Vidart
111 ♦
la Despenodoro y el CTI
♦ 112
Daniel Vidart
113 ♦
Lo Detpenodoro y el CTI
♦ 114
\ La sustentación de la tesis es rica y convincente. Los
sistemas regulativos geanos, de semejante modo que los
embriológicos tal cual los entiende Waddington se pueden descri
bir más adecuadamente como homeorréticos en vez de
homeostáticos, y el juego demostrativo final, la simulación en el
ordenador que sirve como sustento a esta tesis, se fundamenta en
el modelo matemático del Mundo de las Margaritas. Este modelo
"tiene supuestos simples: la superficie del mundo hospeda una
población de organismos vivos que comprenden exclusivamente
margaritas oscuras y claras. Estos organismos siempre se repro
ducen adecuadamente. Cada margarita clara tiene como fruto
(flores se debió decir) margaritas claras y cada margarita oscura
sólo produce margaritas de su clase. Las margaritas totalmente
negras absorben toda la luz que les llega del Sol y las
ihargaritas totalmente blancas reflejan toda la luz. Se
considera que las mejores temperaturas para el crecimiento de
las margaritas oscuras como las claras son las mismas: no crecen
115 ♦
Lo Detpenodoro y el CTI
♦ 116
Daniel Vidart
EL CARACOL DE LA VIDA
Primavera en el jardín
♦ 118
Daniel Vidart
119 ♦
lo Despenodoro y el CTI
♦ 120
Daniel Vidart
121 ♦
Lo Deipenodoro y el CT1
♦ 122
Daniel Vidart
123 ♦
La Detpenodora y el CT1
♦ 124
Daniel Vidart
125 ♦
Lo Despertadora y el CTI
Rk
Cabeza de barro de
Soyaltépec, Oax., re
presentando la duali
dad vida-muerte.
♦ 126
Daniel Vidart
127 ♦
Lo Despenodoro y el CTI
Impreso en el mes
de mayo de 1994 en los talleres gráficos
de ARCA S.R.L.Andes 1118
Montevideo - Uruguay
♦ 128
del territorio
uruguayo.
1965. caballos
y jinetes 1967:
El paisaje
uruguayo,
1967. El tango
y su mundo.
1967; Ideología
w resudad Je
América. 1968
(quinta edición
ampliada,
1990); El
legado de los
inmigrantes (en
colaboración
con Renzo Pí ;
Rugaría) :-1969;-|
Diez mil años
de prehistoria
uruguaya. 1976
(tercera edición
ampliada.
'1992); Rtosoha ■'
ambiental
1986; Coca.
Cocatos y
cuqueros en
América
andina, 1991;
Los muertos y .;
sus sombras
Cinco siglos de
Aménca. 1933.
La vida y la muerte, cara y cruz de la
moneda existencia!, tema disputado por
la metafísica, la religión, la ciencia y el
folclore, es analizado en este libro
desde el doble punto de vista de las
tradiciones populares y la comunidad
académica. Cultura y Naturaleza, mito y
logos, campesinos y ciudadanos,
g prealfabetos y civilizados, eutanasia y
sobrevivencia artificial: he aquí algunas
de las parejas dialécticas intensamente
f interrogadas por el autor. De tal modo
las respuestas conforman un atractivo!
conjunto de visiones acerca de lo
profano y lo sagrado -a veces ni
siquiera sospechadas, comoéucedejí
con el carnaval- que subyacen bajo las
ceremonias de la vida y los rituales de la
muerte. El sumario, más
elocuentemente que cualquier síntesis
introductoria, resume ei espíritu de tih
libro que por momentos oscila entre lo
mágico y lo escalofriante: Los biólogos
y la vida, Para una etnología de la ■.
muerte, Vida, muerte, inmortalidad, La
mascarada de los vivos y ios muertos,
La Tierra viviente, El caracol de la vida.
Huevas Fronteras