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La historia de la psicología como ciencia y campo de experimentación no está libre de capítulos oscuros, cuando
el ser humano se ha reducido a un mero objeto para ser analizado sin consideración por las consecuencias..
Aunque algunos estudios cuestionables ayudaron al avance de la comprensión de la mente humana, no se puede
negar que fueron demasiado lejos para lograrlo.
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Existen pues, en la historia, estudios que serán recordados ya sea por la crueldad de sus métodos o lo perturbador
de sus hallazgos, como el experimento de la obediencia de Milgram, en el que participantes accedían a torturar a
otros si una figura de autoridad se los ordenaba; o el experimento de la cárcel de Stanford, que se salió de control
por la extrema crueldad entre sus participantes.
El experimento del pequeño Albert es conocido por ser uno de los más controversiales de la psicología debido a la
corta edad del sujeto estudiado, menor de un año, y el objetivo de aterrorizarle lo suficiente para producirle fobias
severas.
Doble Vía
Un científico en búsqueda de un bebé
John Broadus Watson es un nombre de suma importancia para la psicología, se le considera como uno de los
creadores de la rama conductista, una de las más importantes para esta ciencia en la actualidad; también es uno
que está eternamente ligado al experimento del pequeño Albert junto a su pareja, Rosalie Rayner.
Watson y Rayner conocían los trabajos de Ivan Pavlov, famoso por sus experimentos sobre el condicionamiento:
El ganador ruso del premio Nobel descubrió que cuando era hora de alimentar a sus perros estos comenzaban a
salivar. Al notar esto empezó a hacer sonar una campanilla cada vez que servía la comida, intentando relacionar la
reacción de la saliva con este nuevo estímulo.
En poco tiempo de repetir esta rutina de hacer sonar la campanilla a la hora de la comida, Pavlov logró que los
perros salivaran solamente por escuchar el ruido, sin necesidad de presentarles alimento. Así quedó establecido lo
que en psicología se conoce como el condicionamiento clásico, la noción de que los animales y humanos
aprendemos a través de un estímulo que carga una respuesta.
Era el año de 1920 y Watson quería construir sobre lo encontrado por Pavlov, para él la conducta humana podía
explicarse a través de los comportamientos aprendidos mediante el condicionamiento, no existían los instintos o
los rasgos heredados. Para probar su teoría necesitaba un “lienzo en blanco”, una mente muy joven que pudiera
condicionar a voluntad sin otras influencias externas al experimento, y un bebé era la opción perfecta para ello.
Un bebé, pensaba el investigador, no tendría influencias previas al experimento, por lo que podría condicionarle de
cualquier forma que quisiera. La forma que eligió fue la de crear una respuesta fóbica, hacer que tuviera miedo a
un estímulo particular y luego trasladar este miedo a objetos similares, creando una fobia en el pequeño. Al final el
plan era corregir esta respuesta para “reparar” el daño causado por el experimento, pero esta fase nunca llegó para
Albert.
El pequeño Albert tenía 8 meses y 26 días cuando fue seleccionado, era hijo de una nodriza que trabajaba en el
orfanato Harriet Lane Home, donde estaba muy ocupada para atenderlo. John B. Watson y Rayner pensaron que
DETALLES
Título: El experimento del pequeño Albert, la prueba a un bebé de 11 meses que la historia
no olvidará
e-ISSN: 15637700
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