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Unidad N°3 1

DISPOSITIVO
¿Qué es un dispositivo?
 Maquina multidimensional:
Maquina por que produce y dispone para.
Multidimensional ya que repudia los universales, ya que el sujeto no es universal, es
singular. Cada dispositivo se compone de líneas de distintas naturalezas en distintas
direcciones. Son líneas de variación. El saber, el poder y la subjetivación (cuerpo en
acto) se relacionan entre sí. No son sujetos, ni objetos, son regímenes que hay que
definir en lo visible y enunciable, con sus derivaciones, transformaciones, mutaciones.
No son fijos.
¿Para qué sirve?
 Funcionan para hacer ver y hablar. Función estratégica para poner visibilidad y
enunciación.
 Desenmarañar las líneas del pasado reciente y del futuro próximo (hipótesis).

DISPOSITIVO CLINICO
El dispositivo clínico cuenta con un encuadre (niño, terapeuta, espacio, tiempo, objeto,
relación), con otredad (otro), con leyes, orden y subjetividad (conjunto de las instituciones, de
los procesos de subjetivación y de las reglas en que se concretan las relaciones de poder.
Como el cuerpo entra en escena atravesado por los dispositivos sociales-culturales), función
estratégica/hipótesis (lugar para el síntoma), contexto histórico-social, con líneas/dirección
(intervención, el hacer).
Posicionamiento del Psicomotricista: desde la formación teórica, técnica y ética.

DISPOSITIVO INDIVIDUAL
Particular. Hipótesis diagnostica en relación a ese sujeto. Que necesita para el devenir del
síntoma. Pasado y proyección futura. Necesidad del otro, yendo un paso atrás del niño, pienso
el dispositivo después de que llego. Organización y estructuración.

DISPOSITIVO GRUPAL
Ligado a la hipótesis diagnostica, heterogeneidad. Criterios de agrupabilidad.
Una tarea como fin. Necesidad del otro. Organización y estructuración. En relación a la
necesidad grupal.

RELACION O VINCULO TERAPEUTICO


En transferencia Implicancia corporal
 Cuerpo en construcción.  Cuerpo se constituye.
 Síntoma.  Trastorno psicomotor.
 Clínica psicomotriz.  Terapia psicomotriz.
 PSM*: disponibilidad, plasticidad.
 Cura: deseo, proyectar

TRANSFERENCIA:
Consideramos el cuerpo como una construcción, en y para la relación con otro. Es a partir
de otro que el cuerpo de un sujeto se va construyendo y sabiendo de dicha construcción. El ser
humano, en un principio, sabe de su cuerpo solo a través del otro. Es en este sentido que en

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los primeros contactos entre el niño y quien cumpla la función materna comenzará a
inscribirse en la estructura tónica algo de estos intercambios, que será propio de cada sujeto.
Es en la experiencia tónica y dialogo tónico postural donde se ponen en marcha los procesos
del desarrollo psicomotor.
Se considera desde la clínica psicomotriz a la perturbación psicomotriz como un síntoma
psicomotor; hay algo del padecimiento en el cuerpo del sujeto que se da a ver a través del
síntoma psicomotor, se relaciona con aquello del funcionamiento, con la puesta en acto de lo
propio del cuerpo. El sujeto enferma y padece en su postura, en su tono, en su movimiento y
en el dominio de sus emociones.
Pensar desde la dinámica de la transferencia es ubicar al niño con su cuerpo en un lugar
particular en la clínica psicomotriz, que llama a accionar en la posición del cuerpo que es
escenario de la historia del sujeto.
En la clínica psicomotriz, el Psicomotricista trabajara en la relación de trasferencia también
con los padres.
El Psicomotricista deberá estar atento a la transferencia del sujeto con los objetos, a los
lugares en los que ubica el cuerpo del terapeuta, a la organización de las funciones motrices y
el modo del sujeto de organizar el espacio y su accionar.
CURA: hay tantas “curas” como niños que padecen un síntoma psicomotor. Es construir
junto con el niño un modo particular de funcionamiento en la clínica psicomotriz, es darle lugar
a la propia creatividad del niño respecto de su padecimiento. Es la posibilidad de situarse en
relación a la historia de cada sujeto, a su historia reciente y futura, pero también precedente.
Se trata de construir actos de transferencia.
El camino de la cura nos encuentra con la tarea de devolverles a los padres el lugar de saber
respecto de su hijo, de la posibilidad de incluir a ese niño en su historia, y tomar un lugar en la
historia del niño.

IMPLICANCIA CORPORAL:
El cuerpo es considerado como el primer lugar de aprendizaje para el niño, de las primeras
relaciones. El cuerpo del niño se constituye en un entramado entre el cuerpo, lo afectivo y lo
cognitivo.
El trastorno psicomotor conmueve al cuerpo, está allí irrumpiendo en lo real del cuerpo; no
tiene un correlato orgánico, no hay lesiones cerebrales o déficits en la estructura biológica de
quien lo padece, sino que evidencia una dificultad o alteración en la posibilidad de organizar,
instalar o desarrollar la función.
La relación se dará a través de la implicación, donde el terapeuta permitirá el despliegue del
niño y la posibilidad de poner a funcionar las funciones que no se han puesto a funcionar en
relación con el medio y con los otros, se observara la dificultad de los niños para comunicarse y
la falta de material psíquico.
Relación de implicación dado que el niño debe tener la posibilidad de utilizar al terapeuta y
jugar con él con placer o displacer, posición pasiva-activa: activo en las interacciones,
considerado como un doble, posición en la que debe permanecer, posición de espejo que
refleje al otro como pronto va a poder ser, el niño aprende mirando.

El fin de la terapia psicomotriz será que el niño pueda constituir la representación, la cual se
encuentra en vías de constitución, a la espera. Para constituir la representación, el niño debe

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utilizar al Psicomotricista como primer soporte relacional el cual en las interacciones genera
huellas mnesicas, pero también afectivas. Es fundamental la implicancia corporal del terapeuta
para funcionar como un doble del niño y permitirle que él pueda construir sus propias
representaciones.

Oliver Moyano. El cuerpo y su interprete


La transferencia no constituye un instrumento de la praxis psicomotriz.
Moyano no cree que el trastorno psicomotor sirva a la satisfacción sexual de los pacientes.
Tampoco cree que el trastorno psicomotor sea resultado de una represión.
El trastorno psicomotor no puede inscribirse en la psicopatología freudiana, dado que no es
un síntoma que convoca a una función ya constituida cuya expresión se encontraría
obstaculizada por una prohibición sexual o seria el centro de una formación sintomática por el
retorno de lo reprimido. El trastorno psicomotor evoca la imposibilidad del sujeto (las causas
pueden ser múltiples) para constituir la función. La función esta fallada en su misma esencia,
en sus procesos corporales de organización más arcaicos.
Relación de implicación: Una suerte de experiencia relacional donde le terapeuta, tolerante
pero atento, listo para ayudar al niño, pero solamente cuando este lo solicita, deja a este
último toda la iniciativa, especialmente en el registro de la expresión motriz y simbólica,
favoreciendo el descubrimiento y la exploración de objetos o de material, y su libre utilización.
Así el terapeuta evitando a la vez el maternaje y la interpretación, vividos uno y otro como
insoportablemente intrusivos, hace posibles progresos sorprendentes en los niveles
instrumental y simbólico. El Psicomotricista es necesario que se implique lo suficiente para
aceptar ser utilizado como un “médium maleable”. Esta implicación es esencial para poder
cumplir una función terapéutica plena.
La relación terapéutica no es una relación de neutralidad, sino, una relación de implicación.
La relación de implicación prohíbe la neutralidad, dado que el niño debe tener la posibilidad de
utilizar al terapeuta y jugar con él con placer o displacer. En el seno de esta relación en la que
el terapeuta entra en el sistema relacional de su paciente, pero permanece activo en las
interacciones (una suerte de posición dual pasiva-activa) el niño ejercerá sus capacidades
motrices y físicas con este compañero que aún no es simbólico pero que es simboligeno.

Mara lesbegeris. La clínica psicomotriz una práctica en transferencia


La psicomotricidad es una práctica en transferencia. Esto no quiere decir que trabajamos
con la transferencia. En la clínica psicomotriz los aspectos transferenciales de la relación
corporal terapeuta-paciente se sostienen desde la formación actitudinal del Psicomotricista y
los modos de intervención corporal.
La disponibilidad o plasticidad actitudinal necesaria para el ejercicio del rol, expresa la
flexibilidad del Psicomotricista para disponer del cuerpo, ajustando las manifestaciones
corporales a tiempos y espacios precisos, en contexto y situación, de acuerdo a la
particularidad y subjetividad que demanda cada paciente.
La plasticidad actitudinal del terapeuta opera como sostén de la relación vincular, desde un
lugar asimétrico, cuenta con la escucha y la mirada, el registro tónico postural como
posibilidad receptiva del intercambio con el otro, para poner en acto constituyente el cuerpo
de un sujeto.

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Las resistencias se pondrán a trabajar en el espacio de psicomotricidad tratando de que


tengan un lugar no solo de expresión sino de circulación, corporizandose en la escena lúdica.
La plasticidad actitudinal pone en juego las manifestaciones corporales como instrumento
de relación e intervención lúdica. Requiere de centramientos (escucha del propio cuerpo) y
descentramientos (para poder escuchar y mirar al niño)

Leticia Gonzales. Formas y fondo en la estructura psicomotriz


Todo trastorno psicomotor tiene una forma aparente y un contenido. Desde esta
perspectiva es posible pensar a los síntomas psicomotores como describiendo una figura y
sosteniendo un fondo.
Para Berges lo esencial del diagnóstico psicomotor es conocer la posición del niño. Como se
sitúa el niño respecto a los objetos, al examinador, a los demás, en relación a su familia.
Definió a la posición del niño como aquel sitio, aquel lugar donde el cuerpo ha sido puesto,
ubicado a través de acciones concretas, de las imagines y del lenguaje de sus padres. El lugar a
ocupar proviene del otro, posición que hace posible el establecimiento de un campo y un
modo de funcionamiento.
¿Cómo se accede a la posición del cuerpo del niño?
Berges dice que es necesario que el terapeuta tome su lugar y de esta manera instalar un
entre dos. En este espacio de transferencia se va a ir desplegando aquello que hace al núcleo
del disfuncionamiento psicomotor. La condición es dar lugar al despliegue del funcionamiento
psicomotor del niño que es donde se hace presente y se da a ver el síntoma.
Al adjudicar al cuerpo del niño un lugar y una presencia, el terapeuta toma y mantiene una
posición. Las particularidades de las funciones y del funcionamiento con lo cual el niño se
dirige al terapeuta y a los objetos es lo que el niño porta, lo que vive en su cuerpo.
Los síntomas psicomotores ponen en evidencia el particular enlace que establece el sujeto
con su propio cuerpo y al otro.
Leticia Gonzales habla de condiciones para realizar la observación del funcionamiento
psicomotor, es decir las líneas del dispositivo. Estas son:
1. Tener en cuenta los diversos factores que crean y constituyen el accionar psicomotriz.
La acción psicomotriz está ligada a información de diferente índole.
2. Ubicar al niño y su disfunción en un contexto. Contextuar el disfuncionamiento,
considerar el antes de y el después de. Ubicar al síntoma en la historia de la evolución
del cuerpo del niño. Contextualizar el síntoma en un espacio de transferencia.
3. Dejar que el niño instale su ritmo en la escena diagnostica.
4. Considerar que solo tengo acceso al cuerpo porque se habla de él. La manera en que
se habla o se nombre al cuerpo, es también la forma en que se lo piensa cuando se le
ofrece o se le demanda experiencia.
5. Situar el interrogante en lo que no se ve de la función en su funcionamiento.
La intervención clínica no solo se orienta hacia la observación y escucha del cuerpo del
sujeto que hace síntoma sino también a ampliar y profundizar la escucha y operar con aquel
otro cuerpo que hace de receptáculo que ejerce y despliega la función de Otro. Es atender en
edades tempranas a la prehistoria de la historia en constitución, que es posible escuchar sobre
el cuerpo y las funciones de los pequeños. Dar lugar a las genealogías de las representaciones
que envuelve o no al sujeto en un conjunto de relaciones identificatorias que delinean al
sustrato funcional de su imagen corporal e impulsan el funcionamiento psicomotor.

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