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El contexto y las matemáticas

En ocasiones, las matemáticas son tratadas y enseñadas con un carácter

puramente formal. El docente brinda al alumno un conjunto de fórmulas matemáticas, así

como una serie de conceptos que permitan entender dichas fórmulas con la intención de

que adquiera la capacidad para resolver problemas matemáticos; sin embargo, este

proceso de reproducción de operaciones suele transformar la diversión de búsqueda y

hallazgo de procedimientos en una actividad tediosa en la que solo importa llegar al

resultado mediante las herramientas brindadas por el profesor, dejando al alumno sin una

comprensión clara de lo que se está realizando.

Además, la estructuración de estos ejercicios suele tener su base en problemas

no reales que carecen de sentido para los involucrados, es decir, el contexto de estos

ejercicios está lejos de la realidad que viven los alumnos. Aunque esto les permite llegar

al resultado de problemas idénticos, les hace perder el interés en las matemáticas

perdiendo también la oportunidad en el aula de desarrollar su capacidad de análisis y

resolución de problemas eficazmente.

En el libro Aprender a enseñar matemáticas en la educación primaria se explica

que los docentes deben ir actualizando su modo de enseñanza “para que el alumno no

encuentre demasiada discontinuidad entre lo que oye en el aula y lo que encuentra y ve

en su casa y en la calle”. Santaló (1993) citado por Albarracín, Badillo, et. al. (2018). Para

esto es necesario investigar el contexto del alumno y partir de esto para la elaboración

de los ejercicios y las actividades que deben ser impartidas en el aula, de modo que el

alumno pueda comprender las matemáticas desde su propia perspectiva.

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Los contextos de un problema matemático requieren ser parte de la experiencia

previa del alumno o ser lo suficientemente imaginables para que al visualizarlos en su

mente puedan comprender más a fondo las situaciones expuestas. Un modo más común

de encontrar el contexto adecuado es caminar y mirar por los alrededores para construir

ideas matemáticas a través de lo que ocurre en la vida cotidiana. Además de esto, se

expresa que los contextos histórico-culturales son apropiados para el diseño de tareas

que permitan generar en el alumnado un pensamiento crítico, un conocimiento

matemático y desarrollar su competencia en indagación.

El uso de la extramatemática, que consiste en el establecimiento de conexiones

entre disciplinas, es también un modo de elevar la enseñanza de las matemáticas

añadiendo contextos mucho más diversos e interesantes. Contextualizar un problema

matemático en distintas áreas modifica el ambiente en el aula, provocando así el

entusiasmo entre los aprendices, ya que acceden a más datos reales visualizando y

construyendo por sí mismos las fórmulas que se requieren, reduciendo de este modo las

copias y reproducciones.

Así como existe una gran variedad de contextos es importante aprender a

utilizarlos dentro del aula y aplicar cuestionamientos adecuados que lleven a los alumnos

a razonar y a preguntarse por las formas y su sentido. Por lo que se expone la necesidad

de observar la dimensión cultural humana de las conexiones, pero también observar la

matemática de la naturaleza. La capacidad de análisis y resolución de problemas puede

desarrollarse a través de los distintos ejercicios propuestos por los docentes en el aula

de clases dependiendo principalmente de su estructura, por lo que es indispensable

considerar el contexto del alumnado para crear el contexto ideal del problema.

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