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El 

liberalismo es una doctrina política social y económica. En lo social defiende la libertad


individual, la igualdad ante la ley y la limitación de los poderes del Estado. En
lo económico propugna la iniciativa privada y el libre mercado. Como actitud vital propone
la tolerancia.1
Representa corrientes muy heterogéneas, con muchas formas y tipos de liberalismo, pero
en general defiende el Estado laico; los derechos individuales —como el derecho de
propiedad, la libertad de asociación, la libertad de culto y la libertad de expresión—; el libre
mercado o capitalismo; la igualdad ante la ley de todo individuo sin distinción de sexo,
orientación sexual, raza, etnia, origen o condición social; y el Estado de derecho o imperio
de la ley al que deben someterse los gobernantes.2
El liberalismo contemporáneo surgió en la Ilustración y se popularizó rápidamente entre
muchos filósofos y economistas europeos y más tarde en la sociedad en general,
especialmente entre la burguesía. Los liberales buscaban eliminar la monarquía absoluta,
los títulos nobiliarios, la confesionalidad del Estado y el derecho divino de los reyes y
fundar un nuevo sistema político basado en la democracia representativa y el Estado de
derecho. Los liberales acabaron con las políticas mercantilistas y las barreras al comercio,
promoviendo el comercio libre y la libertad de mercado. Los líderes de la Revolución
francesa y la Revolución americana se sirvieron de la filosofía liberal para defender la
rebelión contra la monarquía absoluta. En el siglo XX, el fascismo y el comunismo fueron
ideologías populares que se oponían abiertamente al liberalismo y lo opacaron durante el
siglo, también surgieron otras ideologías que se plantearon como una vía intermedia entre
el liberalismo y el estatismo.
Los liberales tienen varias ramificaciones. Las ideas del liberalismo clásico de los siglos
XVII al XIX —el adjetivo «clásico» fue agregado a posteriori por teóricos políticos luego del
declive a finales del siglo XIX de este liberalismo de libertades individuales y economía de
libre mercado— fueron recuperadas y repensadas en el siglo XX por los libertarios,34
quienes están presentes principalmente en los Estados Unidos4 y el resto de América.567
En Europa, los llamados liberal-conservadores, que se llaman así por abogar por reformas
menos moderadas, suelen ser una de las ramas menos notables.8 También se ha
señalado una divergencia entre las tradiciones liberales anglosajona y francesa; el
liberalismo anglosajón pretende limitar el poder del Estado, mientras que el liberalismo
francés pretende un Estado fuerte que garantice la igualdad ante la ley y la eliminación de
los privilegios.9

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