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ANÁLISIS CONDUCCIÓN DEL NIÑO

Los escritos del espíritu de profecía de Elena G de White y muchos otros libros más,
abundan en consejos para los padres; libros como: El hogar cristiano y Conducción del
niño, los cuales, brindan consejos registrados, que resaltan la correcta educación. Estos
libros fueron escritos para aconsejar y guiar a los padres y a jóvenes. Los padres tienen
el privilegio de llevar a sus hijos para que amen al Señor, para que hagan su voluntad y lo
glorifiquen; y las puertas se abrirán para ellos y entrarán los padres y los hijos; pero no
todos podrán pasar, algunos serán dejados afuera con sus hijos cuyos caracteres no
fueron transformados por la sumisión a la voluntad de Dios una mano se alzará y se
escucharán estas palabras: “Han descuidado su deber en el hogar han fracasado en
realizar la obra que había preparado al alma para vivir en la morada celestial no pueden
entrar”. Elena G de White.

La educación inicia en el hogar y debemos educar a nuestros hijos bajo el temor, amor de
Dios guiándolos para que sean respetuosos, obedientes, reverentes y tengan dominio;
sino Satanás los guiará para su causa. No debemos como padres permitir el enojo en
nuestros hijos. Debemos guiarlos con disciplina y amor. Padres y madres debieran
estudiar con cuidado y oración el carácter de sus hijos. Debieran buscar reprimir y
contener esos rasgos que sobresalen en demasía, y alentar otros en los que puedan ser
deficientes, para conseguir un desarrollo armonioso.

La responsabilidad de la educación de los hijos recae sobre cada padre y no se debe


tener como a la ligera, debemos educar a nuestros hijos para la obra más sublime del
Señor: Mente, carácter, cuerpo y alma; que cuando estén listos para salir al mundo
puedan vencer las asechanzas del enemigo. Además, debiera enseñárseles que tanto su
bienestar presente como futuro depende en gran medida de los hábitos que adquieren en
la niñez. Creo que la educación de nuestros hijos debiera ser dirigida tanto por el padre
como la madre, vemos que en algunas familias se les deja esta responsabilidad a las
madres. Y si trabajarán al unísono podrían realizar las tareas que Dios ha puesto en sus
manos.

Recordemos que nuestros hijos son propiedad de Cristo y debemos cuidarlos con amor y
esmero. La obra de los padres rara vez se realiza como se debe, no basta con decir haz
esto y lo otro, o cuando el padre les dice a sus hijos: “No tengo tiempo, estoy ocupado”,
para tales clases de padres, hay que amonestarlos y decirles que ser padres acarrea una
gran responsabilidad y que recuerden que el hogar es el primer campo misionero.
Para educar a nuestros hijos se recomienda sobre todo el uso de la Palabra de Dios. La
Biblia es la regla de vida, que nos enseña sobre el carácter que debemos formar.
Recordemos que nos dice la Biblia en II de Timoteo 3: 16, 17: “Toda la Escritura es
inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra”. “Escudriñen las Escrituras”, porque en ellas está el consejo de Dios, la voz
de Dios que habla al alma. Pero como padres debemos dar el ejemplo, estudiando la
Biblia y vivir lo que predicamos. Hay que tener en cuenta, que la Biblia, fue designada por
Dios para ser el libro por medio del cual, se guiará y dirigirá el alma. Algunos de nosotros,
al buscar dirección para resolver algún conflicto en el hogar, buscamos en libros no
inspirados, lo cual puede, traer más conflictos internos en el hogar que solución a los
problemas planteados. Los tiempos han cambiado, pero lo que no ha cambiado son las
relaciones humanas, pues constituyen las raíces de la formación del carácter.

En cuanto a la disciplina, debemos tener presente que debe ser una disciplina redentora,
tal es el caso de que a veces los niños fomenta una indisciplina cuando nos acompañan a
realizar las compras, ya sea al almacén o en el súper, y se antojan de artículos que no
están presupuestados, es este el momento en que debemos aplicar la disciplina, y ante
todo explicarles por qué se le aplica. En cuanto a las recompensas para lograr una buena
disciplina, hay que tener mucho cuidado, pues el niño puede pensar que siempre será una
obligación hacerlo para que se porte bien. Hay que entender que la disciplina consiste en
entrenar al niño para que pueda gobernarse. La Biblia nos amonesta de la siguiente
manera: “Instruye al niño en el buen camino” (Prov. 22:6).

Si se trabaja con esmero, Dios dará y colaborará con nosotros para que mejoremos en
esta responsabilidad de la educación en el hogar. Si queremos llegar a ser la madre ideal
debemos familiarizarnos en todo, con el estudio de la Palabra de Dios, pues nuestra
necesidad es tener una relación personal con Jesús, sentarnos en su compañía y un
hogar feliz es cuando tanto los padres como los hijos aprendan en sus propias vidas la
preciosa experiencia de vivir una vida en comunión con Jesús.

En cuanto al dominio propio debemos preocuparnos en que el niño deba aprenderlo para
que tenga éxito en este mundo y en el venidero. Los niños escuchan y saben hasta qué
punto se les permiten hacer su voluntad. No consientan en los deseos egoístas porque
eso acostumbrará a sus hijos a todos sus deleites y deseos. No causen daño a sus hijos
porque será difícil remediar este mal. No debemos dar nada que sea pedido con llanto,
porque el niño no es el amo, sino que son los deseos de la madre los que deben imperar.
Los niños irritables y coléricos deben tener un cuidado especial de los padres. Complacer
al niño en sus faltas será su ruina. No se cansen de hacer el bien, retomen con energía
si han descuidado su obra. Nunca pierdan el dominio de nosotros mismos. Nosotros
como padres debemos tener una comunión abierta con nuestros hijos, debemos
prepararnos para escuchar algunas cosas que podrían pacernos amenazadoras. Los
jóvenes necesitan además de compartir sus gozos, necesitan que se les escuche cuando
desean compartir sus problemas, aflicciones, sus temores y sus fracasos, necesitan ser
escuchados por alguien que no se escandalice ante sus confesiones, si no alguien que
esté dispuesto, no solo escuchar, sino orientar sabiamente y con simpatía y empatía
orientarlo siempre basándose en la Biblia, porque allí encontramos grandes enseñanzas y
orientaciones.

La sociedad depende mucho de la educación que se les dé a nuestros hijos. Pues ellos
necesitan recibir instrucciones concernientes a su cuerpo, muchos conocen poco sobre la
maquinaria del cuerpo. El descuido de la salud del cuerpo será afectado en el carácter de
los hijos. Que nuestros hijos aprendan a conocer que el trabajo es una bendición y que al
realizarlo, además de fortalecer el cuerpo, también da felicidad. En la actualidad,
observamos familias que nunca permiten que sus hijos realicen trabajos en el hogar,
permitiendo con esto, la holgazanería y el poco interés en ayudar en el hogar. Hay que
resaltar que el que educa a su hijo en la labores cotidianas les enseña a asumir las
responsabilidades de la vida, y a la vez desarrolla la mente y el carácter. . A los niños se
le deben instruir en los quehaceres domésticos, su mente debe ser empleada para que
recuerden la tareas asignadas. Si los padres tienen una visión correcta de la verdad
sentirse un deseo de guía a los jóvenes inexpertos. Enseñarles a los hijos que sus
ganancias no deben ser su verdadero objetivo sino el servicio abnegado a Dios. En cada
esfuerzo se puede contar con los Ángeles. Los niños necesitan una verdadera educación
para ser útiles al mundo. Cualquier esfuerzo humano que este fuera de lo divino los lleva
al descarrío. En nuestros cálculos no debe perderse de vista la eternidad.

La niñez es la etapa en la que los niños aprenden los hábitos que los acompañarán el
resto de su vida, por eso es tan importante que aprendan a temprana edad hábitos
positivos que generen cosas positivas en su futuro, uno de los más fundamentales es el
hábito de la limpieza. Los hábitos de higiene no son solo personales, es importante
enseñarles también la importancia de la higiene en el hogar. Divide las tareas del hogar
con ellos, por ejemplo, tú lavas los platos y ellos los secan. Así aprenderán positivamente
estos hábitos además de que su relación se hará cada vez más fuerte. En cuanto a la
higiene y la fisiología debe de ser un asunto importante en la educación de nuestros niños
y jóvenes, Debido al aumento de la inmoralidad, debemos enseñar a nuestros hijos los
valores morales que se basan en los principios bíblicos, y cuando enseñemos temas
como por ejemplo acerca de la sexualidad, tengamos presentes los aspectos de la
anatomía básica y los valores morales. Ayudémosle a identificar cada parte del cuerpo por
su nombre específico, explicándoles su propósito y función.

Cultiven el orden y el gusto. Es una parte importante para sus hijos, como guardianes
enseñen a sus hijos de mantener pulcra su ropa. Tiene la obligación de ser modelos de
corrección en el hogar y su hogar debería ser un cielo en la tierra. Como padres debemos
recordar que estamos trabajando para la salvación de sus hijos. Somos la luz del mundo.
Comencemos a enseñar a los pequeños a cuidar sus ropas. Es indispensable que como
madres supervisemos su trabajo. Dormir debe ser un hábito. Muchos jóvenes duermen
profundamente en la mañana. Algunos jóvenes se oponen al orden y la disciplina,
últimamente los juegos en celulares están acaparando la atención de nuestros niños y
jóvenes y como padres somos responsables de la salud mental de ellos. Poner un límite
en el uso de la tecnología y demás artefactos que están dañando la mente de niños y
jóvenes. Teniendo en cuenta el siguiente versículo: “Porque la mente puesta en la carne
es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz” Romanos 8:6

Los padres y maestros deben ser veraces delante de Dios libres de prácticas engañosos.
No permitan que sus hijos tengan motivos diciendo mamá no dice la verdad papá no dice
la verdad. No mientan nunca porque esta es la lección diaria que se impregnara en la
educación de sus hijos. Una madre que carece de discernimiento que no sigue la
dirección del señor puede educar a sus hijos para ser engañadores e hipócritas. Debido
que las madres están acostumbradas a mentir los hijos siguen su ejemplo. Cuando los
regañen no lo hagan abruptamente y esto hace que teman en decir la verdad. Si los
castigos no se aplican por imposibles o por dejadez, los padres pierden autoridad y
transmiten la idea de que sus normas pueden quebrantarse fácilmente. “Es mejor
ser moderado en el castigo y llevarlo a la práctica, y en lugar de castigar al adolescente sin
salir todo un mes o exigirle que estudie cinco horas diarias, limitarle a una hora la conexión
a las redes sociales. Enseñen a cada niño a confiar en sí mismo. La educación de los
hijos provoca muchas inseguridades y no pocas angustias a muchos padres. ¿Lo estaré
haciendo bien? ¿Debería haberle castigado? ¿Me habré pasado de duro? ¿Seré
demasiado blando? ¿Cómo logro que me obedezca?

El niño desarrolla el aprendizaje de la conducta repitiendo los comportamientos que recibe


la tensión o aprobación de los adultos. Y descartando aquellos en que fracasan ante la
reacción de los adultos. Por ello, se hace necesario un refuerzo y atención de las
reacciones de los adultos ante la conducta de los niños. Otros comportamientos que el
niño adopta son aprendidos por imitación, observando los demás y las consecuencias de
su comportamiento. Si deseas que el niño desarrolle una conducta adecuada, es
necesario proporcionar modelos de comportamiento positivo a su alrededor. La
responsabilidad de padres y educadores es aceptar a cada niño tal como es, ofreciendo
una atmósfera social y una forma de relación favorable para el completo desarrollo de su
personalidad. “Solamente comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo, de
modo que ya sea que vaya a veros, o que permanezca ausente, pueda oír que vosotros
estáis firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio”. Filipense
1:27. Debemos comportarnos de una manera digna delante de nuestros hijos. Y que no
vean dualidad de pensamientos, sino firmeza en convicciones y decisiones.

Cada día debemos emplear la palabra de Dios en la educación para nuestros hijos sin
esto nuestro descuido como padres será inminente entregando a Satanás a nuestros hijos
para que sean tentados y pierdan la vida eterna, satisfacer todas las necesidades de
nuestros hijos no indica complacerlo en lo que ellos desean más bien debemos darles
prioridad a las cosas celestiales en su vida. Teniendo en cuenta que la vida es como un
sendero desconocido, es un camino, en el cual cada uno camina solo. Al iniciar su
caminar, el niño tarde o temprano va decidir el camino a seguir, por lo tanto, como padres
responsables debemos estar firmes en la fe y en la oración, para que ellos decidan por el
camino de la vida eterna. Y pedir en oración al Ayudador, que es fiel y justo no nos dejará
solos. Hay un versículo que me encanta y lo comparto con mis hijos: “El ángel de Jehová
acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” Salmo 34: 7.
Recordemos que la oración en familia. La oración será un arma poderosa para poder
obtener la victoria en nuestra familia y logramos que el Espíritu Santo y Los Ángeles
acampen alrededor de nuestros hijos dedicados para la obra del señor Nuestro culto
diariamente reforzará los buenos hábitos y actitudes que ellos deben lograr para la vida
terrenal, pero sobre todo para la vida celestial. El sábado vivifica una de estas
enseñanzas el mandamiento debe ser arraigado en la preparación de la vida de cada niño
y debe enseñársele que Dios es soberano de todas las cosas. Expliquen sermones
sencillos para que los niños puedan entender los principios de este mandamiento. Para
que la oración familiar sea eficaz en nuestro hogar, debemos establecer momentos
específicos para efectuarla. Debe hacerse a una hora regular en la que todos los hijos
estén en casa; por lo general, esto tiene lugar por la mañana antes de salir a la escuela o
al trabajo, y un poco antes de que los hijos se retiren a descansar por la noche. No
necesitamos hacer oraciones largas; de hecho, las oraciones cortas animan a nuestros
hijos a orar, porque generalmente las de ellos son muy cortas. Las oraciones matutinas
deben incluir nuestros planes del día, y en las vespertinas se debe agradecer al Señor por
Su protección y guía. La bendición de los alimentos no debe tomar el lugar de la oración
familiar regular, pero puede incluirse en la misma, si es que aquella se lleva a cabo antes
de cenar. Tener la oportunidad de crecer en un hogar donde la oración es parte del día a
día es una hermosa bendición. Su importancia radica en el ejemplo de los padres a hijo.

Aprender a orar en todas las estaciones de la vida junto con la familia fortalece la unión y
los vínculos de parentesco. Es vital que la oración en familia sea con devoción y
reverencia, y que no se limite a las palabras, sino que se transforme en hechos y
testimonios de fe, para que los niños aprenden a hacer los gestos, a repetir algunas
fórmulas sencillas, algún canto, a estar en silencio hablando a Dios. La oración en familia
brota de la escucha de Jesús, de la lectura y familiaridad con su Palabra

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