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Acústica...

¿Ciencia del sonido, ciencia del oír o

campo interdisciplinario?

En los estudios acústicos de los recintos se considerarán sonidos que se producen tanto dentro
como fuera de los mismos. Normalmente no se desean los producidos fuera, por lo que será
necesario aislar el recinto tanto acústicamente como frente a vibraciones. Lo mismo ocurre
cuando se tienen sonidos no deseados producidos dentro del recinto, como el de maquinaria.
En este caso es necesario que se absorba todo el sonido posible, de forma que apenas salga
fuera y que en el recinto quede el mínimo posible. Cuando los sonidos producidos en el
interior del recinto son deseados, deben ajustarse las características del recinto para que la
percepción del sonido sea lo mejor posible. Análisis estadísticos de psico-acústica nos dirán
cómo es el sonido deseado, análisis físicos cómo tiene lugar la producción, propagación,
reflexión y absorción y necesitaremos además un buen conocimiento de los materiales
utilizados y de su comportamiento.

La 'acústica' en la arquitectura

se relaciona con mejorar la calidad del sonido en los espacios interiores. El primer paso es
comprender que existen dos categorías técnicas utilizadas en la acústica: la insonorización y el
tratamiento acústico. La insonorización equivale a "menos ruido" y el tratamiento a "mejor
sonido".

La insonorización

se utiliza comúnmente en los estudios de grabación musical, pero también se puede aplicar en
lugares cercanos a avenidas principales, escuelas, zonas de construcción, o incluso para
silenciar a los vecinos bateristas. Insonorizar un espacio es como protegerlo contra el mal
tiempo: la estructura debe ser lo más sólida posible y sin agujeros ni grietas. Para reducir el
ruido que entra y sale de una habitación, se debe aumentar la masa estructural de las
paredes, el piso y el techo, y sellar los espacios de aire que rodean las puertas y ventanas, así
como las aberturas para instalaciones eléctricas y de refrigeración. El alcance de las medidas
tomadas dependerá de la cantidad de ruido que haya en el exterior y de la cantidad de ruido
que se quiere reducir en el interior.

Los tratamientos de sonido

se utilizan cuando se quiere mejorar la calidad del sonido en un espacio: para que los
comensales se escuchen unos a otros en un restaurante, para que los estudiantes entiendan a
sus profesores, o para que toda la audiencia disfrute de la música en un auditorio. Todos los
materiales de construcción tienen propiedades acústicas, ya que potencialmente pueden
absorber, reflejar o transmitir los sonidos que los alcanzan. Cuando los sonidos se reflejan,
causan un aumento en los niveles generales de eco y reverberación en un espacio, asimismo
para tratar hay dos métodos disponibles: la absorción y la difusión de sonido.
Absorción acústica

La característica fundamental de los materiales absorbentes es transformar gran parte de la


energía sonora que la atraviesa. Su misión, por tanto, que se refleje la mínima cantidad de
sonido, de forma que la mayor energía sonora posible sea susceptible de ser transformada en
calor por efecto Joule.

Los parámetros más importantes que rigen el comportamiento de un material absorbente son:
- Densidad

- Porosidad

- Geometría estadística de las celdillas

- Rigidez de su estructura

- Distancia del montaje de las superficies.

La difusión

es el método que permite propagar la energía del sonido para mejorar el sonido en un espacio.
Sin embargo, el proceso y las herramientas de difusión de sonido pueden ser mal entendidos,
incluso por algunos profesionales. La difusión difunde la energía sonora reflejada en una
habitación, lo que también reduce los efectos dañinos del eco y la reverberación.

Por ejemplo: cuando una onda de sonido alcanza un material acústico, la onda hace
vibrar las fibras o partículas del material absorbente. Esta vibración causa
pequeñas cantidades de calor debido a la fricción y, por lo tanto, la absorción del
sonido se realiza mediante la energía para la conversión de calor. Para la mayoría
de los materiales acústicos convencionales, la densidad y el grosor del material
afectan la cantidad de absorción de sonido y las frecuencias absorbidas por el
material. Si bien la composición inherente del material acústico determina su
rendimiento, pueden utilizarse otros factores para mejorar o influir en el
rendimiento acústico.

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