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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA –USAC-

CENTRO UNIVERSITARIO DE BAJA VERAPAZ –CUNBAV-


LICENCIATURA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES, ABOGADO Y
NOTARIO
QUINTO SEMESTRE
LIC. MARIO RAÚL MOREIRA CANO

CARNET CUI
JERÓNIMO MORALES KARLA MARINA 201943756 3160 62677 1502

“POBRE NEGRO”

SAN MIGUEL CHICAJ, B.V. 08 DE ABRIL DE 2021.


“POBRE NEGRO”
PRINCIPIO DE LA OBRA

La historia recoge como tema central la institución colonial de la esclavitud


durante el periodo que va de 1854 a 1864, con la Guerra Federal venezolana
como fondo protagónico, y con algunas referencias a otros momentos históricos
como el terremoto de 1812, la Emigración a Oriente de 1814, y la propia
emigración africana, con sus costumbres y tradiciones, a tierras venezolanas.

Después de la Guerra de Independencia, la paz había regresado a las


haciendas que resistieron y continuaron produciendo el cacao mediante el
trabajo de negros esclavos en la zona de Barlovento y los Valles del Tuy. A
pesar de que el propio Libertador Simón Bolivar ya había decretado la abolición
de la esclavitud en 1816, la institución colonial no había desaparecido, por lo que
el racismo, causante de múltiples resentimientos y animadversiones, continuaba
definiendo las relaciones en el contexto económico, político y social de aquél
período.

Pobre Negro es el amargo grito de la raza negra que, en tierras de


Barlovento, se encuentra aprisionada por la sociedad mantuana y blanca de la
época, retrato hecho fidedignamente mediante la indagación psicológica que
hace Gallegos de los personajes de la ficción.

Gallegos que indaga con mucho acierto y finura en la psicología de algunos


de sus personajes nos informa en las primeras páginas acerca de la complicidad
de la víctima, nos informa de como el fantasma de la violación fue oscureciendo
el alma de Ana Julia Alcorta, la hija de los amos de la hacienda, desde que era
niña. De esta violación nacerá Pedro Miguel, el protagonista de la novela Pobre
Negro. Y la novela se va desarrollando contando la vida del bastardo, del
ilegitimo, el hijo de la Blanca y Negro Malo, nombres que aluden a símbolos que
atraviesan, desde la época de las plantaciones y haciendas, la historia y la vida
cotidiana de los descendientes de la plantación hasta hoy día.
Claramente se plantea en la novela que la superación del orden esclavista
se produce con el nacimiento de un nuevo ser marcado negativamente por la
bastardía, por la ilegitimidad.

El tema entonces del encuentro, podríamos decir siniestramente preparado


por las víctimas, o por los protagonistas, dependiendo del cristal con que se
mire, de la nueva historia que comienza con Pedro Miguel, se cierra y empieza
al mismo tiempo con el nacimiento del bastardo que se convertirá más tarde en
Vengador, y con la adquisición de la libertad cunado Negro Malo, el violador, se
fuga y se refugia en los inextricables montes de Barlovento. Negro Malo, al
infringir el tabú de la Blanca, se convierte en un hombre libre, para la época en
un negro cimarrón.

Nos permite pensar que la perturbación que produce el racismo sigue


vigente aun después de liquidado el orden colonial.

La realidad colonial no existe pero sus fantasmas deambulan todavía por los
largos corredores de las casas, aparecen en los patios y se ven sus estelas en
los campos en las noches de luna.

Su historia en la colonia muestra la participación de los negros esclavos y de


los bastardos en la Guerra Federal, dejándose entender que es esa guerra la
que definitivamente aboliría el orden colonial y erradicaría los símbolos y
sentimientos, resentimientos mejor que la Guerra independentista no pudo
liquidar.

Los tiempos eran realmente dramáticos; pero de tempestades creadoras, de


amaneceres angustiosos y no de crepúsculos pesimistas. La patria acababa de
salir de las fraguas de la guerra y todavía no estaba completamente moldeada.
Vuelta hacia el pasado tenía la faz tremenda que contemplo la sangre y el fuego,
pero mostraba inconcluso el rostro noble y sereno que debía mirar hacia el
futuro y era necesario darle cuanto antes y de manera eficaz estos toques
finales.
Dos sobrenombres tiene Pedro Miguel. Como todos los apodos, reflejan su
condición social y nos dicen mucho de su personalidad. Lo llaman el “repudiaíto”
y “cachorro”. El primero alude a una persona repudiada, rechazada, exclusiva de
un orden que naturalmente le pertenece. Cachorro, el otro apodo nos parece
más bien un eufemismo, pues Pedro Miguel no tiene nada de juguetón. Es más
bien un muchacho arisco, algo melancólico y huraño. Don nadie lo llamara el
personaje Cecilio el Viejo para sacarlo de su ensimismamiento.

El autor retrata a los personajes en su dimensión humana y también como


símbolos. Encarnan el instinto salvaje, por un lado, en el rostro de los negros
esclavos, y el sentido civilizado, por el otro, en el rostro de los mantuanos. En
esa dualidad se superponen la audacia, el conocimiento, la superstición, el
apego a la sangre y a la tierra, mediante una descripción del paisaje que
adquiere una nitidez poética en la prosa armoniosa y rica. El análisis psicológico
de los personajes es agudo y penetrante. Por eso en la novela se da la
compenetración perfecta entre el realismo, la ensoñación poética y el estudio
psicológico.

La novela, que comienza con algunas referencias a las tradiciones culturales


de la región, como en las Fiestas de San Juan y a las características propias del
entorno geográfico, parte de la violación de Ana Julia Alcorta, hija de los dueños
de la hacienda, por “Negro Malo”, esclavo de la plantación.

El autor describe con minuciosidad los trastornos de personalidad que desde


muy pequeña Ana Julia Alcorta sufría, debido a una visión de su niñez que
resultó traumática. Una visión de su infancia de nueve años le había traído el
castigo al que fue sometido “un negro descomunal” por haber cometido la
violación de otra niña.

Sin recordarlo conscientemente, Ana Julia Alcorta había sido impresionada


por aquel recuerdo, salido del relato de su parte: La hijita de Crisanto ¡Dios mío!
¡Qué monstruo!. Había ella oído a su padre, lo que a la postre se convirtió en
una sensación de desprecio hacia todo lo que se relacionara con el negro y con
lo esclavo.

Los cambios de ánimo de la niña, convertida luego en mujer, llevaron a sus


padres a trasladarse con ella a la Casa Grande de la plantación, buscando en el
refugio del campo alguna mejoría de las reiteradas perturbaciones de su salud.

Si bien, el contexto remite a la colonia, un periodo de notable austeridad


social y corporal para la figura femenina, en el caso de Ana Julia Alcorta a pesar
de su error, la mujer negra aparece descrita con dotes de sexualidad no sólo
superiores a los del hombre, sino que es ella quien corteja. Estamos frente a una
devoradora que no ha crecido con los prejuicios sociales de la mujer blanca que
debe reprimirse y, por tanto, puede dar rienda suelta a su cuerpo.

Desde un punto de vista moral es considerada inferior, pero desde la


perspectiva corporal-sexual es poderosa.

Allí sufriría un segundo momento crucial en su vida: la violación de ella


misma por “Negro Malo”, un negro esclavo de la plantación.

De la violación nacerá Pedro Miguel, el protagonista de la novela, cuya


historia cuenta sus padecimientos como hijo bastardo, ilegitimo.

De la liga de aquella mujer blanca y débil, frente a un negro fuerte e instintivo


brotará un mestizo que no corresponderá por su condición ni a un grupo social ni
a otro; persistirá, por el contrario, en una suerte de limbo étnico, que lo protegerá
sólo hasta llegar a la adolescencia. Luego la cruda realidad se encargara de
hacerlo un sujeto dividido y solitario frente a lo que será su desubicación social.

Lo llamaran “Don Nadie”, y con este nombre se referían al mestizo. Y para


salir de ese espacio se irá a la guerra a reconocerse, convirtiéndose en un
saldado que encontrará ubicación histórica y social en la guerra. Este hombre,
distinta a la manera de los otros negros, por la educación que había recibido,
razonará antes de actuar, medirá las consecuencias de sus actos y se
sobrepondrá a las circunstancias que lo rodean.
TRAMA DE LA OBRA

La relación de sucesos que se narran a partir de aquí, muestran una


preocupación constante en Gallegos, cual es la de abordar el problema social de
sus personajes. Las angustias y dramas están presentes, ya sea como forma de
lucha contra la injusticia, ya sea mostrando el deseo de mejorar las clases
inferiores o de las gentes castigadas, en este caso por la esclavitud y el abuso
del poder del mantuanaje.

Como queda dicho, la novela se centra en la figura protagónica de Pedro


Miguel Candelas. Este personaje es el producto de un sincretismo racial, de la
unión violenta de un mulato cimarrón, llamado “Negro Malo”, con Ana Julia
Alcorta, hija de un oligarca cacaotero de la región centro-norte venezolana.
Obliga a pertenecer marginado por su condición de mulato en una Venezuela
racista, -herencia del régimen colonial español-, Pedro Miguel crece sintiendo un
odio a la condición racial blanca y a la oligarquía blanca criolla que lo subyuga.
Pedro Miguel desconoce, al principio, los detalles de sus vínculos familiares.
Llegando a su adolescencia sin conocer a sus verdaderos padres debido al
decreto de silencio impuesto en torno al tema.

Es durante esta época de su adolescencia cuando comienza a desatarse el


conflicto armado que desembocaría en la Guerra Federal de 1854. Pedro
Miguel, incitado por las ideas del padre Mediavillas y de las lecturas liberales de
algunos periódicos, más la educación recibida por Cecilio el Viejo. Cecilio el
joven, como maestros, y Luisiana Alcorta, que no sólo alimentó en Candelas un
deseo de superación, sino también se convirtió en objeto del deseo del
protagonista; siembran en su cabeza a semilla de la rebelión social por alcanzar
mayores derechos para su raza, canalizando un deseo de cambio social.

Pedro Miguel entra de forma directa en el conflicto bélico de 1854, y su


educación blanca comienza a encontrar contradicciones con los valores de su
nuevo bando. Al verse comandando un ejército de negros de la región de
Capaya, se da cuenta de cómo sus nuevos compañeros han sido víctimas
también, igual que él, de una subyugación bárbara que paradójicamente
proviene del mundo blanco del cual él se ha alimentado.

Desde luego que sí es, efectivamente, un repudiado no nos parece tan


“espontánea” su aversión hacia los mantuanos. Y así comienza a plantearse la
ambigüedad del novelista con su personaje. En efecto, el novelista tiene en sus
manos una buena arcilla para construir un personaje, y lo construye como un
carácter marcado por la exclusión de los de la Casa grande y por la auto-
exclusión que él mismo se impone, perturbado como está por el “enigma de sus
orígenes”. Pedro Miguel es un resentido en ciernes. No falta para completar este
carácter, el clásico episodio de la vejación cuando el novio militar de Luisana,
hija de los Alcorta, le cruza la cara con la fusta ante una respuesta altanera del
bastardo.

Como si los sentimientos negativos, específicamente, el resentimiento que


podríamos decir que es el tema central de la novela Pobre Negro estuviera
colocado del lado de la barbarie, de lo instintivo y natural, como decíamos, un
sentimiento no-motivado, surgido espontáneamente que la civilización tendría
que redimir. No hay duda de que nos encontramos en el universo galleguiano y
en el idealismo que lo caracteriza.

A partir del momento de la vejación, Pedro Miguel se va convirtiendo poco a


poco en un “revolucionario”, primero en un rebelde que se impone la tarea de
leer ante los esclavos de la hacienda los periódicos “revoluciones” que ha
sustraído del baúl del cura del pueblo, conocido liberal, con anuencia de éste.
Los esclavos reunidos en el silencio de la noche, monte adentro.

Así funda y justifica el novelista la participación de Pedro Miguel y de los


esclavos de la hacienda de los Alcorta en la Guerra Federal. El detonante de
esta Guerra en la novela es la promulgación del Decreto de la Abolición de la
esclavitud. Esta es la mecha que prende en el ánimo de los esclavos y produce
una borrachera de libertas que se traduce en el abandono inmediato de las
haciendas.

Es entonces cuando se da cuenta de lo que ha significado ser negro en


Venezuela para miles de sujetos que no tuvieron las oportunidades que él tuvo,
percibiendo lo que es ser un pobre negro.

FINAL DE LA OBRA

Al final, nos parece que Gallegos nos ha pintado un cuadro de una sociedad
que no encuentra sosiego, que intenta una reconciliación, más aún, una
igualación, a través de una guerra, y no logra ninguna de las dos cosas.

La promoción que el novelista quiere hacer de Pedro Miguel, el mestizo, el


bastardo, al convertirlo en héroe, que anulada por sus acciones contradictorias,
absurdas, y marcadas por un excesivo individualismo. La promoción que el
novelista quiere hacer del pueblo nos pinta una masa sin razones, marcada por
la inmediatez de la revancha que azuza el resentimiento.

El negro, por su parte, aparece como sujeto que la clase blanca repudia y
cuyo ímpetu sexual lo lleva a cometer actos prohibidos que el narrador alcanza
apenas a insinuar. Así, el negro aparece, de manera tacita, como un presunto
agresor que va tras la presa prohibida de origen europeo.

La novela permite visualizar una noción reivindicadora del negro, en cuanto


sujeto oprimido, subalterno, enajenado, y reescribe pasajes de la historia desde
la perspectiva del oprimido y desechado. La unión de Ana Julia y Negro Malo
recrea, de alguna manera, el origen de la historia de Venezuela como nación,
historia de encuentros fortuitos, del encuentro libre y confuso de las razas que se
inquieren y se acosan, que se oponen y juntan, fructificando, andando el tiempo,
en carne mestiza, zamba, parda, de hijos naturales, como Pedro Miguel. Todo
ello desembocará en una guerra cruenta, estigmatizadora, producto de las
apetencias materiales y espirituales, en medio de la pugna política, de los
liberales contra los oligarcas por la conquista del poder.

Aquí se detiene la narración de la vida de Pedro Miguel y pasamos a


conocer las intimidades de la familia Alcorta y sus desgracias. ¡Y qué cómodo
sentimos al novelista narrándonos la vida de esta familia! En efecto, cuando
Pedro Miguel, después de una ausencia de cuatro años regresa, ocurre un
hecho insólito: al serle revelada la historia de su nacimiento, Pedro Miguel sufre
una auténtica conversión. No sólo pasa a ser el encargado de la hacienda de los
Alcorta, sus parientes, sino que se enamora de Luisana, la nueva Blanca, y
además se disuelve su resentimiento.

Es como dice Gallegos en la novela, “el duelo a muerte entre la barbarie


genuina en que continuaba sumida la masa popular, con sus hambres, sus
rencores y sus ambiciones, y la civilización de trasplante, -códigos y
constituciones aparentemente admirables- en que venía amparando sus
intereses la clase dominadora”.

Si Luisana, la Blanca, y Pedro Miguel, el bastardo, abandonan los escenarios


de esclavitud y de odio para iniciar una nueva vida, queda Pobre Negro, quedan
los pobres negros, los que sufrieron 300 años de esclavitud colonial, los que
participaron en las guerras de independencia para volver a ser esclavos y que,
ahora, muertos y desahuciados, no pueden volver a trabajar en las haciendas
que ellos mismos quemaron, permaneciendo excluidos, como en los comienzos,
del orden social.

Las descripciones de la Guerra Federal en Pobre Negro tan vividas nos


convierten casi en testigos de los acontecimientos y situaciones dramáticas que
se relatan. La crueldad se despliega a lo largo de varios capítulos.

Mito y realidad se toca en esta novela, y la ficción, si ficción puede hacer


cuanto el mito y la historia están tan comprometidos, no logra la solución de
verosimilitud que define a la creación novelesca.
PERSONAJES PRINCIPALES

 Pedro Miguel Gomares (Negro malo)


 Ana Julia Alcorta
 Luisiana Alcorta
 Encarnación la Negra
 Candelaria
 Cecilio Céspedes (El Viejo).

Personajes Secundarios:

 Don Carlos Alcorta


 Padre Rosendo Mediavilla
 Divino José Cachanga
 Doña Águeda De Alcorta
 Doña Eufracia De Gomares
 Antonio Céspedes
 Don José Trinidad Gomares
 Mindonga
 Amelia Céspedes De Alcorta
 Fermín Alcorta
 Tapipa
 Negro Juan Juan
 La Morocha Gomares
 María de la O
 Carmelita Alcorta
 Roso Coromoto
 Monchita
 Mapanare
COMENTARIO

Podre negro asume una actitud sesgada respecto del valor de la condición
humana en función del color de piel, de sus hábitos y costumbres. Tomando en
cuenta el rol que juega el potencial del cuerpo en la construcción discursiva
como su relación con la ideología del racismo.

Aunque Pobre Negro no constituye un texto exitoso de la obra de Gallegos es


quizás, el que mejor ejemplifica la estratificación colonial de clases que
heredaron Venezuela y, por extensión, el continente americano.

En esta obra se distingue un tono discriminatorio, irónico y hasta hipócrita, en


cierto punto, hacia los menos favorecidos. Se refiere a la política de integración
de todos los sectores en igualdad de condiciones que fue, durante décadas, el
eslogan político.

Pobre Negro echan mano del discurso de lastima y del condicionamiento


servil del negro por el blanco. Pero una valoración más justa y positiva respecto
de la contribución de los afro-venezolanos en el plano cultural y laboral
corresponde, sobre todo, a un lector ideal.

Pobre Negro activa los prejuicios del blanco, quien vehicula en su apreciación
el hecho de que el hombre de origen africano no alcanza a ostentar el estatus de
persona, entre otras cosas.

En la obra narra que hace intervenir a la comunidad negra para enfatizar


fricciones, ya no solo entre primeras generaciones que soportan tanto castigo
físico como desprecio, sino aquellas que surgen entre mestizos y blancos
cuando el poder colonial se debilita. Las desigualdades que motivan la
emancipación abarcan diversos niveles.

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