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NEREA DE UGARTE

Actas del
1° Simposio
Latinoamericano
de Salud Mental
con Perspectiva
de Género
Centro Interdisciplinario de las Mujeres

Nerea de Ugarte

Carolina Aspillaga

Denisse Kohn, Camila Morales


y María Jesús Ramos

Javiera Menchaca

1 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


Actas del 1° Simposio Latinoamericano de
Salud Mental con Perspectiva de Género

Compilado por
Fundación Estudios del Centro
Interdisciplinario de las Mujeres

Autoras
Nerea de Ugarte, Carolina Aspillaga, Denisse
Kohn, Camila Morales, María Jesús Ramos y
Javiera Menchaca

Equipo editor
Javiera Menchaca, Sofía Paz Alvarado,
María Pía Urrutia y Rocío Cerda

Diseño y diagramación
Josefa Rauld Burgos

Citar como
Fundación Estudios del Centro
Interdisciplinario de las Mujeres (2022).
Actas del 1° Simposio Latinoamericano de
Salud Mental con Perspectiva de Género.
Iquique: Púrpura Despertar

ISBN
978-956-09787-1-4

Actas del 1° Simposio Latinoamericano


de Salud Mental con Perspectiva de
Género por Fundación Estudios del
Centro Interdisciplinario de las Mujeres
se distribuye bajo una Licencia Creative
Commons Atribución-NoComercial-
CompartirIgual 4.0 Internacional.

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04 >

INTRODUCCIÓN

60 10
Organizaciones Latinoamericanas Psicoterapia feminista:
de Salud Mental con perspectiva Una perspectiva política
de Género: Comenzando de la construcción de
a generar red autoestima

Javiera Menchaca Nerea de Ugarte

39 23
Estudio transversal de La Crítica del amor
Conductas Alimentarias romántico y la
Alteradas en mujeres transformación de los
chilenas y Revisión desde afectos como
una Perspectiva de Género apuesta feminista

Denisse Kohn , Camila Morales Carolina Aspillaga


y María Jesús Ramos

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Introducción

El I Simposio Latinoamericano de Salud Mental con Perspectiva de


Género se llevó a cabo el 12 y 13 de noviembre del 2021 en moda-
lidad virtual, debido a la situación sanitaria que acontecía a nivel
mundial. Fue una propuesta desarrollada por el equipo de estudios
del Centro Interdisciplinario de las Mujeres (CIDEM) de Chile, que
convocó a profesionales, académicxs, investigadorxs, estudiantes,
asociaciones de mujeres y disidencias, colectivos activistas, institu-
ciones públicas y privadas o la ciudadanía en general, de diversas
disciplinas que estén abordando la salud mental con perspectiva crí-
tica de género en América Latina, ya sea haciendo investigación, do-
cencia, psicoterapia o intervenciones con la comunidad. Se apuntó a
crear un espacio interdisciplinar de construcción colectiva de saberes,
compartiendo, dando a conocer y analizando la importancia funda-
mental de abordar la salud mental desde una mirada de género.

La convocatoria a ponencias se abrió entre el 8 de junio de


2021 y el 1 de agosto del mismo año, con el siguiente llamado: “Tras
un año de pandemia, la salud mental ha cobrado relevancia a nivel
global nunca vista; haciendo del encierro, la incertidumbre eco-
nómica y el miedo al contagio factores frecuentes de afectación
personal. Hemos podido constatar cómo las mujeres, niñas/es y di-
sidencias han sido quienes se han visto más afectadas y nos hemos
enfrentado a la cara más cruda de la violencia y desigualdades de
género: la participación laboral de las mujeres ha retrocedido lo
equivalente a los últimos 10 años de avances en algunos países, a lo
que se suman los problemas para reinsertarse al trabajo productivo
debido a la dificultad de compatibilizar trabajo doméstico y labores
de cuidado. La población LGBTI+ también se ha visto fuertemente
afectada por este contexto y hemos visto cómo se han encontrado

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INTRODUCCIÓN

con aún más problemas para acceder a trabajo, vivienda y salud. A


todo esto, se suma el reporte del incremento en todo el mundo de
la violencia basada en género.

La experiencia clínica, estudios, formación y activismo desde


la perspectiva de género ha permitido evidenciar que la explicación
de los procesos personales jamás puede limitarse a lo individual,
sino que deben ser entendidos como parte de complejas interrela-
ciones entre experiencias individuales, factores ambientales, cul-
tura, socialización y lógicas de poder. Apuntamos a superar la lógica
del sujeto universal, visibilizando identidades diversas y las múlti-
ples opresiones existentes, de manera de abordar las experiencias
humanas en toda su complejidad.

Buscamos abrir esta instancia de debate y colaboración entre


disciplinas, activismos y experiencias que, desde una mirada inter-
seccional, nos permita ir desarrollando en conjunto un entendimiento
teórico y práctico de la salud mental con perspectiva de género.”

Los formatos de presentación fueron: Charlas Magistrales,


Mesas Redondas y Póster virtuales, se recibieron 50 trabajos que
fueron analizados por el comité de expertxs, logrando elaborar un
programa de aprendizaje con 25 ponencias, de 9 países y 20 ciu-
dades de toda Latinoamérica.

El programa del simposio fue organizado con relación a 5 ejes te-


máticos:

1. Psicoterapia con perspectiva de género y psicoterapia


feminista

Entender la salud mental como una compleja interrelación


entre experiencias personales, factores ambientales, cultura, socia-
lización y lógicas de poder como se hace desde la perspectiva de gé-
nero y los feminismos, lleva a cuestionar los abordajes tradicionales
a la salud mental y la psicoterapia. Es desde esta mirada que apun-
tamos a problematizar la forma en que se hace clínica, se investiga y

5
INTRODUCCIÓN

se estudia la salud mental, de manera de dar respuesta a la creciente


necesidad de procesos psicoterapéuticos que tomen en cuenta las
situaciones particulares y diversas interseccionalidades de las per-
sonas, en particular de mujeres y población LGBTI+. Apuntamos a
conocer las acciones de resistencia que emergen en este contexto a
nivel latinoamericano, nos permitirá aportar en la construcción de
conocimiento de Salud Mental con enfoque de género.

2. Estereotipos y roles de género

En gran medida, los estereotipos de género conforman la iden-


tidad de las personas, configurando las posibilidades de habitar el
mundo, ya sea cumpliendo con lo que socialmente se espera (o en
contraposición o descontento con estos). A la vez, configuran nues-
tras posibilidades de habitar el mundo y expectativas de vida, en di-
versos aspectos: los roles de cuidado, las experiencias amorosas, la
vida sexual, amistades, maternidades/paternidades, trabajos y ofi-
cios, entre muchos otros. Buscamos explorar cómo los estereotipos
y roles de género afectan la salud mental y su relación con esta.

3. Violencia por motivos de género

La crisis sanitaria y su consecuente aislamiento social conti-


núan evidenciando y recrudeciendo las distintas caras de las violen-
cias de género ya existentes, poniendo de relieve la falta de apoyo
institucional que reciben las víctimas de violencia día a día. Reci-
bimos reflexiones y trabajos en torno a los diversos tipos de violencia
y sus implicancias: física, sexual, psicológica, económica, obstétrica,
doméstica, laboral, simbólica, así como también posibles propuestas
para abordar esta problemática desde una mirada interdiscipli-
naria, que considere el trabajo con todos los géneros e identidades.

4. Patologización y medicalización de las experiencias

A lo largo de la historia, el conocimiento científico ha replicado

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INTRODUCCIÓN

las diversas dinámicas de poder existentes en la sociedad. De esta


manera, la ciencia ha sido entendida desde una mirada androcén-
trica que universaliza la experiencia masculina (cisgénero, blanca,
heterosexual, con poder económico y sin discapacidad), lo que lleva
a concebir todo lo que quede fuera de esa categoría como proble-
mático. Debido a esto, las mujeres, las disidencias, las personas ra-
cializadas, en situación de pobreza y/o discapacidad, por ejemplo,
han sido más susceptibles de ser medicalizadas y patologizadas.
Nos resulta fundamental ahondar en estas experiencias para visibi-
lizar y despatologizar los procesos vitales de todos estos grupos.

5. Experiencias de colectivas, redes, organizaciones, ONG y/o


agrupaciones

Buscamos compartir experiencias, preguntas, prácticas, ob-


jetivos, estrategias, maneras de organizarse, colaboración y finan-
ciamiento, entre otras temáticas, de quienes están repensando la
forma en que abordamos la salud mental. Problematizar y construir
propuestas desde los feminismos que nos permitan alejarnos de las
lógicas androcéntricas, patriarcales, coloniales y capitalistas en la
salud mental es un desafío arduo, constante y sin muchas certezas.
Estamos convencidas que la colaboración y el trabajo colectivo es
la mejor forma de cuestionarlo todo.

Agradecimientos

Quisiéramos agradecer al comité de expertxs y organizaciones


que se sumaron al proyecto desde un inicio:

Red de psicólogas feministas Más Igualdad


URUGUAY PERÚ
@psicofeministasuy @masigualdadpe

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INTRODUCCIÓN

Red de psicólogxs feministas Red de Psicologxs Feministas


Hagamos Ruido
ARGENTINA
@redpsicologxsfeministas COLOMBIA
@hagamosruidocolombia

Sorece A.C. Centro de Investigación para la


MÉXICO Transformación SocioEducativa
@soreceac UNIVERSIDAD CATÓLICA SILVA
HENRÍQUEZ
@citse.ucsh

Núcleo Julieta Kirkwood


NÚCLEO DE INVESTIGACIÓN
EN GÉNERO Y SOCIEDAD DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE
@nucleojulietakirkwood

Y a lxs profesionales con trayectorias destacadas en el área


de la salud mental con perspectiva de género quienes contribu-
yeron al proceso: Nerea de Ugarte, Carolina Aspillaga, Paulina Sán-
chez, Pedro Uribe, María Ignacia Carrasco, Olga Cuadros, Marcela
Ferrer-Lues, Claudia Cancio-Bello.

Las actas del simposio

En este documento publicamos 4 conferencias magistrales


que se realizaron durante el evento, con el objetivo de contribuir a
la construcción de conocimiento sobre salud mental con perspectiva
de género desde Latinoamérica. Cuenta con los trabajos de Nerea
de Ugarte, Carolina Aspillaga, Camila Morales, Denisse Kohn, María
Jesús Ramos y Javiera Menchaca quienes autorizaron y revisaron la
publicación de sus ponencias. El trabajo de Nerea de Ugarte “Psico-
terapia feminista: una perspectiva política de la construcción de au-
toestima” aborda el eje temático de Psicoterapia con perspectiva de

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INTRODUCCIÓN

género y psicoterapia feminista, introduciendo la dimensión polí-


tica de la psicoterapia desde la clínica. El de Carolina Aspillaga “La
crítica del amor romántico y la transformación de los afectos como
apuesta feminista” aborda un eje que emerge desde los abstracts
recibidos y que nombramos Vínculos Sexoafectivos, haciendo una
crítica al amor romántico y las consecuencias que tiene comprender
los afectos desde esta perspectiva relacional. El tercer capítulo, de
Denisse Kohn, Camila Morales y María Jesús Ramos, “Estudio trans-
versal de Conductas Alimentarias Alteradas en mujeres chilenas y
Revisión desde una Perspectiva de Género” responde al eje de Es-
tereotipos y roles de género, cuestionando los estereotipos de gé-
nero en nutrición y como afectan en la salud mental. Finalmente,
el capitulo “Organizaciones Latinoamericanas de Salud Mental con
perspectiva de Género: Comenzando a generar red” de Javiera Men-
chaca hace un cuestionamiento a la invisibilización de los abordajes
feministas de la salud mental y el trabajo de las mujeres y nos in-
vita a comenzar a generar conocimiento desde Latinoamérica.

Agradecemos también a todxs quienes se interesan en leer estas


actas, esperamos que sean un aporte a su quehacer profesional.

9
Psicoterapia feminista:
Una perspectiva política de la
construcción de autoestima

Nerea de Ugarte

Quería agradecerles por la invitación y también felicitarlas. Hice


publica mi declaración en redes sociales, siento un máximo or-
gullo y admiración por todo el trabajo que han hecho para orga-
nizar el Simposio y el tejido que han levantado con todas las otras
agrupaciones feministas que se dedican al trabajo en salud mental.
Ojalá que podamos seguir construyendo estas redes y marquemos
como hito en la historia de la salud mental latinoamericana, reco-
nociendo sus particularidades y la realidad de las mujeres acá en
nuestro territorio.

Quisiera comenzar por un tema que probablemente ya me


han escuchado hablar, pero me pareció interesante poder hacer
el ejercicio de ordenarlo y de encontrar el origen, el punto inicial
de cuando me interesó y empecé a darle esta vuelta al tema de en-
tender la autoestima desde este lugar político.

Trabajando en la Fundación Niñas Valientes me tocó ir a hacer


una charla a Ovalle, estábamos en el Teatro Municipal. El contrato
señalaba que teníamos que hacer una charla a 500 niñas, el foco
de nuestra fundación es de los 12 años en adelante y para este pú-
blico habíamos preparado la presentación. Mientras esperábamos
que llegaran las niñas, empezaron a llegar niñas de 7 años. Nos con-
flictuamos, porque yo jamás le había hablado a una niña de 7 años
y no tenía idea, cómo hacer una charla a niñas de esa edad y menos
a 500 niñas. Al final, tuvimos que improvisar y fue básicamente
animar un evento en el que teníamos que mantener la atención de
500 niñas y además de eso, hablarles de autoestima y de sororidad.
Resultó ser muy entretenido e interesante. Sin embargo, algo cu-

10 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

rioso que pasó en ese momento, a partir de preguntarles: ¿Qué es


la autoestima? La respuesta fue casi al unísono, todas las niñas gri-
taron: ¡sentirse lindas!

Me causó muchísima atención e interés el hecho de que des-


pués, cuando empezamos a profundizar en esto, la conexión directa
que existe en su cerebro entre la autoestima con sentirse linda. Me
pareció interesante, cómo el hecho de un concepto que es tan am-
plio y que es parte del proceso de la configuración de la identidad,
y que además es basal a la supervivencia emocional, estuviese di-
rectamente ligado en 500 niñas de 7 años, a la apariencia física.

Y ahí fue empezar a tratar de entender en qué momento, cómo


y por qué, desde una edad tan temprana, la autoestima es identifi-
cada como un valor y que la posibilidad de entendernos y enfren-
tarnos al mundo estuviese reducido y acotado y alienado a solamente
un aspecto de la autoestima, que es la autoimagen.

Empezamos a trabajarlo en diferentes espacios educativos y


esto empezó a surgir en otros ámbitos y también emerge desde la
consulta en el área clínica. Existe esta conexión entre la evaluación
completa que hago de mí misma y cómo me percibo en términos de
apariencia física. Y esa vinculación me pareció tremendamente in-
teresante, porque de cierta forma podemos entender que muchas
de las consecuencias emocionales y los malestares psíquicos que te-
nemos las mujeres, a propósito de que la forma en la que nos estamos
evaluando, está absolutamente ligada a un concepto construido y
socializado de belleza, que evidentemente está construida por un
modelo económico que está constantemente cambiando respecto a
poder generar oferta de consumo en el mercado. Lo que quiero pre-
sentar hoy precisamente tiene que ver con cómo podemos ir enten-
diendo el origen de esta relación, y cómo nos vamos a ir explicando
su origen y por qué es tan necesario intervenir desde la psicoterapia
feminista. Lo anterior, teniendo en consideración que significativa-
mente, la mayoría de los malestares psíquicos, cuadros clínicos o
diagnósticos, presentan a la base un problema de autoestima. En la

11 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

profundidad hay una evaluación negativa de sí misma en términos


integrales, pero principalmente arraigada en la apariencia. Por lo
tanto, tenemos que entenderlo desde la base y poder propiciar este
ejercicio reflexivo con la paciente es fundamental si queremos ge-
nerar una conciencia crítica del origen de esta conexión.

Entonces, llegamos a la socialización de género que consiste


en inculcar una serie de pensamientos, valores y actitudes muy di-
ferenciadas, según el sexo al que vayan dirigidas y que constituyen
los mandatos o ideas irracionales de género sobre lo que se debe
cumplir para ser una “buena mujer” o un “buen hombre”. Consiste
en adiestrar desde los primeros años de vida en el aprendizaje de
numerosos estereotipos y prejuicios de género. Estos mandatos so-
ciales, generan emociones diferenciadas en ambos géneros. Tristeza,
culpa y miedo en las mujeres, enfado, ira y agresividad en los hom-
bres. Esto es interesante, porque desde la socialización de género
y la socialización emocional, podemos incluso empezar a entender
las emociones como una consecuencia de la información que reci-
bimos. Por lo tanto, podemos entrar a cuestionar incluso las emo-
ciones que están ligadas a lo femenino y las emociones que están
ligadas a lo masculino. Así se construyen también los roles y con-
ductas de dominación masculina y sumisión femenina. Es un pro-
ceso de aprendizaje temprano, cuando todavía no existe posibilidad
de pensamiento crítico ya que se incorpora a través de fuentes de
aprendizaje social. Durante los primeros años operan los modelos
familiares que surgen dentro de los vínculos primarios, lo que se
da dentro de la familia. La aplicación de refuerzos afectivos en la
infancia cada vez que se cumple con los mandatos de género hace
que se dificulte enormemente la erradicación y el cuestionamiento
de estos.

En la socialización de género se van incorporando tanto emo-


ciones, conductas y cogniciones que reciben un refuerzo afectivo
durante los primeros años. Cada vez que respondemos positiva-
mente a esto, a este rol de género, aparece un refuerzo externo y
afectivo. Desde el punto de vista de la terapia cognitiva, el refuerzo

12 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

afectivo en los primeros años de vida es el refuerzo con mayor inci-


dencia en el aprendizaje social, por lo tanto, que te aplaudan o que te
feliciten por cumplir con ciertas actitudes esperables desde el com-
portamiento femenino y todos los aprendizajes asociados al género
para consolidarlos en la construcción de identidad. Para mantenerla
se aplican refuerzos de género diferenciados.

La forma en la que se va reforzando todo esto socialmente es


distinta y que los premios que se van dando por cumplir con estos
roles esperados son diferenciados también por género, esto es po-
sible advertirlo de forma cotidiana. Desde los juguetes que se regalan
para las celebraciones infantiles o incluso en la adultez. Ejemplo de
ello es regalar maquillaje a las niñas, a través de esto, se va incor-
porando que el tema de que la apariencia es algo importante. Hasta
hace poco en los regalos corporativos se regalaban set de costura que
tiene que ver con el rol de género. Se dan en contextos de un regalo,
por lo tanto, de un refuerzo. Independiente que exista o no una con-
ciencia crítica está asociado a un premio a un regalo.

Entendemos que el contexto lo estamos relacionando con las


consecuencias que esto puede traer en términos sociales, todo este
proceso conlleva a que los aprendizajes de género, producto de las
desigualdades estructurales derivadas de la socialización patriarcal,
permean en una construcción reduccionista y alienada de género, y
por lo tanto, de la autoestima. Y es así como nuestro valor personal,
nuestra propuesta de valor, está directamente ligada a la apariencia,
a la imagen. Cuando una baja de peso, y hay algún tipo de cambio fí-
sico, todo el mundo te felicita como si fuese una especie de logro gi-
gantesco.

Entonces, es interesante pensar la autoestima como un bien de


capital, entendiendo que no solamente es un bien de consumo, porque
no solamente llega a las manos del consumidor, sino que produce por
sí mismo y de forma permanente. Mayores, servicios y mayores pro-
ductos, convirtiéndose en una fuente de producción de necesidades,

13 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

una fuerte de producción de ofertas y por lo tanto mantiene este sis-


tema permanentemente funcionando.

A partir de esta socialización es que empezamos a darnos


cuenta de que nos convencen de esta conexión entre nuestro valor
integra con esta necesidad y esta autoimagen arraigada a este valor
personal. Aparece desde ese lugar, al interior de esta esta dupla re-
cíproca entre el patriarcado y el capitalismo, la mejor oportunidad
tanto de opresión como de rentabilidad, ya que es una fuente de con-
sumo inagotable, porque siempre pueden ir construyendo una nueva
socialización de belleza y por ende, una nueva fuente de consumo.

La inseguridad permanentemente vende, ejemplo de ello es


esta imagen de una chica que se acompaña con la frase “Nunca sub-
estimes el poder de una mujer” que alude principalmente a su baja
de peso. Es tremendo darse cuenta que algo en que se visualiza que
el poder de la mujer está reducido a que una mujer puede adelgazar
y que básicamente la fuerza de voluntad de una mujer de no comer,
es su poder. Adelgazar es nuestro poder, está normalizado y esto se
socializa por todas partes. Es peligroso porque efectivamente sigue
potenciando y reforzando la conexión de que nuestro valor, nuestra
nuestras posibilidades y nuestro poder o poderío como mujeres, está
directamente ligada a nuestros cambios en la apariencia física. Si eso
lo llevamos al plano de la participación pública, de la toma de espa-
cios, de la democratización de las de los derechos de las mujeres, evi-
dentemente nos vamos restando de estar en el espacio público.

En la encuesta de La Rebelión del Cuerpo señala que el 86%


de las mujeres dejaron de hacer cosas a propósito de cómo se sentían
con su apariencia física. Es relevante entonces considerar que esta
conexión, no es solamente problemática debido a las consecuencias
emocionales, sino también a las consecuencias sociales y políticas
que trae el que las mujeres asociemos desde la temprana infancia
nuestra autoestima a nuestra autoimagen.

En la ficha de ingreso a CIDEM, se consulta respecto de la con-


formidad que sienten las consultantes consigo mismas, evaluando

14 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

con una nota de 0 a 10. De las 147 respuestas, el promedio es 6. Lo


interesante es que al consultar respecto de cuál de estos aspectos
te impiden llegar a tu objetivo terapéutico, o sea, llegar a estar con-
forme contigo misma, lo que lo que aparece como máximo impe-
dimento tiene que ver con la autoimagen y la imagen corporal, la
autoconfianza y la autovaloración y las presiones sociales de género.
Entonces, efectivamente son temáticas relevantes respecto a la au-
topercepción de conformidad y de la posibilidad de sentirse avan-
zando. Considero que es un tema relevante y político.

La Asociación de Mujeres para la Salud de Madrid, organi-


zación que hace psicoterapia con perspectiva de género, hizo una
investigación a partir de las mujeres que llegan a consultar, que
dice que las principales áreas afectadas por las consecuencias de
la construcción de género de las mujeres en el patriarcado tienen
que ver con:

La falta de desarrollo de la individualidad y por lo tanto, la imposibilidad


de construcción de autonomía personal

El mecanismo de la culpa para cumplir con los mandatos de género

La contradicción de los distintos modelos de mujer impuestos

La educación de los afectos

La interiorización del sistema de dominación masculina

Sumisión femenina y su reproducción en las relaciones de pareja

La violencia de género, estructural, cultural, simbólica y directa

A raíz de esto, agrego la autoestima como el principal obsta-


culizador de experiencias. Porque desde la experiencia clínica que
he tenido y de lo que hemos visto también en CIDEM, la autoestima

15 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

es uno de los impedimentos, o de los obstaculizadores que están


permanentemente apareciendo en la en la vida de las mujeres y
que efectivamente impactan tanto en la construcción de identidad
como en la en la habitación de sus experiencias.

Este es un estudio que realizamos con Sofía Alvarado, a través


de una encuesta con un par de preguntas a través de redes sociales.
Además, hicimos un análisis del diario financiero de distintas com-
pañías y empresas analizando su participación en la industria de la
belleza, cuáles eran los incentivos económicos y cuáles eran las em-
presas que más habían crecido y cómo habían crecido en la indus-
tria a propósito del ingreso de los conceptos de belleza.

Ante la pregunta ¿Alguna vez te has sentido disconforme con


tu apariencia física? de 784 mujeres 776, o sea, el 99% de las mu-
jeres que contestaron que se habían sentido disconformes con su
apariencia física. El resultado es triste y terrible, pensar que el 99%
de las mujeres contestó que estaba disconforme con su apariencia
física. Pro nos posibilita pensar que esta es una problemática po-
lítica, social y que nos permite entender muchas cosas respecto a
una cultura de violencia, en la que efectivamente el sistema está
armado desde la infancia para desapropiarnos de esta posibilidad
y esta herramienta de supervivencia emocional, estamos despro-
vistas de posibilidades para enfrentarnos a la sociedad desde nues-
tros primeros años.

¿A quién le sirve eso? ¿Por qué eso existe? las mujeres somos
el mayor porcentaje de personas en este país, pero vivimos opri-
midas, somos el grupo de discriminación, el grupo de subordinación.
Esta subordinación y esta discriminación parte desde la infancia.

Los 12 años es la edad promedio en que las mujeres señalan


haberse sentido disconformes por primera vez con su apariencia
física y frente a la pregunta ¿cuál es la primera palabra que se te
viene cuando te miras al espejo? Las palabras más recurrentes en
las respuestas fueron gorda y fea.

16 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

Otra de las aristas de esta investigación, fue analizar la evolu-


ción de los conceptos que se usan en la industria de la belleza, parti-
cularmente en el rubro farmacéutico. Esto a raíz de que la industria
farmacéutica, empiezan a incorporar los stands de belleza, redirec-
cionando su rubro por excelencia que es la venta de fármacos. En
este momento en que las farmacias empezaron a incorporar los es-
pacios de belleza, es que las farmacias empezaron a aumentar sus
ganancias, por lo que se advierte un aumento de la venta de pro-
ductos asociados a la belleza.

Es interesante advertir la evolución de los conceptos que


tienen para referirse a la venta de estos productos, ya que se evi-
dencia cómo se van metiendo en el imaginario colectivo y en el in-
consciente colectivo. Inician con el concepto de belleza, que con
los años va cambiando al concepto de cuidado, que es más global y
aparece el tema de “cuidarte”, no solamente verte linda. Después el
concepto evoluciona a bienestar. Te siguen convenciendo de que no
solamente es belleza, es cuidarte, es bienestar. Terminan responsa-
bilizándote y la belleza termina siendo una tremenda carga, donde
efectivamente depende de ti. En una escala mayor, podríamos ad-
vertir la industria de la felicidad. La felicidad que hoy en día vemos
mucho en redes sociales y en millones de espacios, es el amor propio,
la autoestima y la salud mental, con toda la mercantilización que
existe en torno a eso.

Tras las grandes crisis, se forman los nuevos mercados y la


gran crisis hoy en día, post pandemia, es la salud mental. Entonces,
probablemente, lo que se viene ahora es la construcción mercanti-
lista en torno a la salud mental.

Al ser el género es una construcción sociocultural, enten-


demos por consecuencia que está sujeto a relaciones de poder, al
concientizar las transversales brechas que existen entre el habitar
la vida, siendo hombre o mujer hace imposible desembarcar el es-
tudio y el abordaje de la autoestima de esta desigualdad estructural.
Cuando como feministas criticamos la vertiente, que aborda la auto-

17 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

estima desde la mercadotecnia, no estamos imponiendo una única


y antojadiza vía para entenderlas, sino estamos haciendo hincapié
en que esta propuesta simplista y despolitizada porque no integran
sus propuestas, las diferencias esenciales del género y por ende su
relación con el acceso al poder, tiene como consecuencia una ideo-
logía individualista y recae en un voluntarismo psicológico, o sea,
depende de ti, te responsabiliza a ti.

Elude el análisis de las causas concretas y basales de los pro-


blemas de autoestima y, tal como propone Marcela Lagarde, pre-
tende crear métodos terapéuticos o de autoconsumo para mejorar
la autoestima sin cambiar la conciencia colectiva que reproduce la
percepción transversal de insuficiencia de incompletitud, de ca-
rencia de amor propio. Su objetivo es sólo ocuparse de sí mismas
para tener éxito de acuerdo a los valores hegemónicos y para sen-
tirse efímeramente conformes, con ese sentido de realización per-
sonal. Se perpetúa la concepción de que el camino para una buena
autoestima es una experiencia intrínseca e ideológica basada en
la voluntad personal. Se considera la autoestima como universal y
por lo mismo, tratándola de manera indistinta a hombres y a mu-
jeres, invisibilizando que la desigualdad de género no sólo afecta
en la autoestima y la identidad, sino en la vida misma. Dejar fuera
la perspectiva sociopolítica que relaciona la autoestima no sólo con
el género sino con la clase social, la etnia, la identidad de género y
la orientación sexual, es según Lagarde, una visión esencialista y
ahistórica que conduce a visiones reduccionistas que despolitizan
la existencia. Fomentando una postura conformista y omnipotente.
Todo esto conlleva a formas de adaptación funcional al mundo e
impide el desarrollo de una conciencia de sí, de una conciencia crí-
tica de género.

Proponemos este concepto de lo que significa la autoestima


política, que busca explicar como la autoestima puede tanto ser un
bien de capital, pero a la vez puede ser también capital político en
sí misma, porque efectivamente, si es que pasamos por el cedazo de
la conciencia de género, de la conciencia social, de clase y de la con-

18 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

ciencia crítica, podemos generar un gran cambio. Desde ese lugar


nosotras postulamos que no es posible seguir entendiendo la auto-
estima como un proceso individual. La autoestima un factor clave
en la construcción de nuestra personalidad, por lo que no debemos
seguir viéndola como una característica aislada, sino más bien como
algo social, como algo político.

Es entonces que desde nuestra investigación postulamos que


la autoestima política “Es el proceso de comprensión y toma de con-
ciencia mediante el cual se internaliza, concientiza y re significa que
la autoestima por años ha sido un dispositivo de control, subordi-
nación y rentabilidad en nuestra cultura, utilizado por el mercado a
través de las diferentes fuentes de aprendizaje social para lucrar con
las inseguridades que construyen, masifican e imponen el proceso
de construcción de una autoestima sólida, crítica y estable, apunta
a concientizar y resignificar la autoestima como un derecho de dig-
nidad humana. Esta resignificación se logra a través de resistir pro-
positivamente a la hegemonía de ser mujer impuesta por los roles
y los estereotipos de género”.

Si tenemos todos estos antecedentes y tenemos la evidencia


de que la socialización de género es completamente distinta y trae
consecuencias distintas para mujeres y hombres. No podemos ob-
viar estas diferencias estructurales en la práctica clínica, no po-
demos obviar la perspectiva de género para hacer clínica, porque
evidentemente, al no considerarla estamos perpetuando lo mismo,
estamos invisibilizando que estamos construidas y estamos sociali-
zadas desde un lugar de la opresión, y eso necesitamos visibilizarlo
en el trabajo terapéutico. Porque, principalmente, lo que tenemos
que hacer es trabajar con esa opresión para poder visibilizarla y
concientizarla, desarrollar la conciencia crítica.

De esto se trata el trabajo desde la terapia feminista, incor-


porar en la perspectiva y práctica terapéutica comprender y visibi-
lizar que las mujeres pueden experimentar diferentes problemas de

19 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

tipo psicológico como resultado de las diferentes formas de opresión


sostenidos por la estructura sociocultural y política donde habita.

Probablemente cada vez nos parece más natural y todas las


que están conectadas hoy día debe parecer ya súper normal proble-
matizar desde ahí. Entender las problemáticas y entender las expe-
riencias de las mujeres desde este lugar y no desde la psicoterapia
tradicional y desde la psicología tradicional despolitizada. Es nece-
saria la perspectiva crítica y de género interseccional ya que nos re-
sitúa la forma de hacer clínica. Se nos abre la posibilidad de pensar
en una diferencia respecto al abordaje de las situaciones desde un
cambio desde lo individual a lo colectivo. El paso de la aceptación
a la resistencia.

Generalmente muchos motivos de consulta y muchas pa-


cientes vienen con este con este anhelo de querer aceptarse “quiero
aceptar todo lo que no me gusta de mí” haciendo referencia princi-
palmente a su apariencia física. Es interesante el cambio que se da
al darse cuenta de que la autoestima es un espacio de subordina-
ción y de control del mercado de la industria. El hecho de entender
que, más allá de aceptarme, cuando vivo en una cultura que está
permanentemente entregándome mensajes de inseguridad y opre-
sión, es a través del cambio colectivo. Lo que generalmente funciona
mucho para generar esta reestructuración cognitiva, es pasar a la
resistencia. La resistencia surge cuando entendemos cómo funciona
este sistema y con la idea de “no voy a dejar de hacer todo eso que
he dejado de hacer, porque no voy a pasarme toda la vida intentando
aceptarlo, sino que lo voy a hacer igual, aunque me cueste. Como
un acto político, como un acto de resistencia porque confío en que
puedo hacerlo y a la vez le estoy abriendo camino a las que vienen
para que efectivamente también lo puedan hacer”. Esta resistencia,
termina generando muchos otros cambios y muchas posibilidades
de cambio que no estaban consideradas y que no se consideran
desde una perspectiva más individualista y que recae en un volun-
tarismo psicológico.

20 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

Como señala Blanca Elisa Cabral en Mujeres, conciencia de gé-


nero y participación política: “Para construir y vivir en democracia,
es absolutamente necesario romper con las visiones y prácticas an-
drocéntricas, lo que conlleva el compromiso ético de una toma de
conciencia crítica de género, la cual pasa por develar y conocer el
devenir jerarquizado de los varones en condición de género mascu-
lino dominante y de las mujeres en condición de género femenino
subordinados. Esto significa, entre otros caminos, reconocernos en
los entreveros de una cartografía grabada em nuestra mente, tatuada
en nuestros cuerpos. En la que aún perviven imaginarios, relaciones
y prácticas sociales desiguales, cristalizadas en formas habituales
de relacionarnos e interviene la convivencia entre los sexos, afec-
tando todas las esferas de la vida personal, privada y social. Este
proceso es toda una revolución que pasa por poner en evidencia las
relaciones de poder, sus imposiciones normativas, sus mecanismos
institucionalizados, sus dispositivos y estrategias al interior de los
modos de relacionarnos de modo significativo y crucial, los cambios
profundos sólo pueden darse generando cambios profundos al in-
terior de nosotras y nosotros mismos, lo que implica atender a los
modos de relación como individuo, al reconocimiento subjetivo de
lo que somos, revisar nuestras creencias erróneas o distorsionadas,
fijadas a prejuicios y estereotipos sexistas, repensar nuestras formas
de amarnos bajo tradiciones amorosas posesivas y nada democrá-
tica implica tocar profundamente desde las desde sus estructuras,
las prácticas sociales y modos de relaciones entre varones y mujeres
como copartícipes fundantes de la experiencia humana, pero tam-
bién de los varones entre sí y de las mujeres entre sí.”

¿Cuál es la invitación de hoy? Evidentemente, y como siempre,


repensar la práctica clínica y repensar todos los espacios desde
una perspectiva feminista, desde una perspectiva de género. Ojalá
activista también para que empecemos a convertirnos en voceras
de que la salud mental feminista debe ir más allá de sólo repli-
carla en el espacio clínico. Nos necesitamos para poner esto en voz

21 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


NEREA DE UGARTE

alta y para empezar a generar estos cambios colectivos sobre todo


nuestro territorio.

Entender siempre que sin conciencia no hay resistencia, que


nuestra gran labor como terapeutas en los espacios que habitemos
(no solamente en el espacio de psicoterapia), es estar buscando este
esta posibilidad de conciencia. Este darse cuenta, este cuestiona-
miento permanente para poder concientizar la estructura desigual
y, por lo tanto, desde ahí generar una innovación de pensamiento,
un cambio respecto a la forma en que fui socializada.

Encontré esta esta frase, que me gustó para cerrar esta ex-
posición considerando el contexto latinoamericano, también es de
también de Blanca Elisa Cabral: “Es arduo el recorrido de las mu-
jeres latinoamericanas cuando asoman sus anónimas historias de
vida cotidiana para oxigenar el espacio vital de su experiencia y
calidad humana. Porque cuando una mujer se levanta cada día se
eleva una esperanza al mundo, ya ha dejado de ser una voz silen-
ciada y callada por siglos de señorío, violencias, opresión, margina-
lidad y exclusiones, cuando toma la palabra, emerge con voz propia
para orientar el sentido de su vida hacia la autonomía y la eman-
cipación.

Muchas gracias.

22 PSICOTERAPIA FEMINISTA: UNA PERSPECTIVA POLÍTICA DE LA CONSTRUCCIÓN DE AUTOESTIMA


La Crítica del amor romántico y
la transformación de los afectos
como apuesta feminista

Carolina Aspillaga

El tema de mi charla es la crítica del amor romántico y la transfor-


mación de los afectos como apuesta feminista.

Me gustaría partir preguntándoles: ¿Cuáles son las caracte-


rísticas que nos han asignado estereotípicamente a las mujeres
como características de personalidad?

Probablemente ustedes en sus respuestas me van a indicar


que se dice que somos emocionales, sensibles, preocupadas, ama-
bles, cuidadosas, dóciles. Todas estas han sido características que
se nos han ido asignando tradicionalmente a nosotras para defi-
nirnos como mujeres. Al mismo tiempo diversos hombres que han
sido referentes intelectuales en distintas épocas, han desarrollado
parte de su obra legitimando estos argumentos, que señalan que
las mujeres somos seres emocionales, irracionales y también aptas
para el cuidado.

En esta lámina de la presentación, traigo un ejemplo de un libro


publicado en 1900 que se titula “La inferioridad mental de la mujer”, y
aquí traje también citas de diversos autores como Ortega y Gasset, que
plantea que: “(…) El fuerte de la mujer no es saber, sino sentir. Saber las
cosas, es tener conceptos y definiciones, y esto es obra del varón”. Otra
cita de Aristóteles que dice “(…) En cualquier tipo de animal, siempre
la hembra es de carácter más débil, más maliciosa, menos simple, más
impulsiva y más atenta a ayudar a las crías”. Una cita de Rousseau que
señala “ (…) a las niñas no les gusta aprender a leer y escribir, sin em-
bargo, siempre están dispuestas para aprender a coser”. Y finalmente,
Rotterdam, que dice: “(…) Si por casualidad alguna mujer quisiese ser
tenida por sabia, no conseguiría sino ser doblemente necia”.

23 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

A través de estas citas vemos como diferentes autores y re-


ferentes intelectuales de Occidente, han ido solidificando la idea
de que las mujeres somos seres emocionales irracionales y aptas
para el cuidado, y potenciando en base a estas características la
idea de que somos seres poco capacitados para actuar en los ám-
bitos de poder.

Se ha ido desarrollando un discurso que sustenta la idea de


que las mujeres somos irracionales, incapaces de pensar sin vernos
afectadas por nuestras emociones, y esto se usa para justificar que es-
temos excluidas de los ámbitos de poder y de toma de decisiones.

Lo interesante es que esto es coincidente con las dicotomías


del pensamiento moderno.

Como la separación cultura v/s naturaleza, objetividad v/s


subjetividad, racionalidad v/s emocionalidad o pensamiento v/s
sentimiento. Dicotomías en la forma de comprender la realidad, y
dicotomías que se encuentran generizadas.

¿En qué sentido generizadas? En que cada polo de estas ca-


racterísticas queda asociado a un determinado género, y en donde
nosotras, las mujeres, quedamos posicionadas en el polo de todas
las características que han sido históricamente devaluadas (natura-
leza, subjetividad, emocionalidad, sentimiento), lo que permite sos-
tener la idea de que no debiéramos estar en los ámbitos de poder y
que es justificada la desigualdad que vivimos.

Sin embargo, es necesario notar el doble discurso que hay al


respecto. Pues muchas veces se argumenta que como las mujeres
somos “naturalmente” sensibles, dóciles y serviles, esto nos hace
poco hábiles para el ámbito público, para decidir, o para liderar;
pero, cuando nos mostramos enojadas, fuertes, y con carácter,
somos consideradas histéricas. Esto evidencia que la emocionalidad
de las mujeres - sin importar muchas veces cuál sea su caracterís-
tica, expresión o dirección-, es usada como argumento para justi-
ficar la desigualdad.

24 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

Recuerdo que cuando estaba en el colegio y nos enseñaron


sobre el ciclo menstrual. La profesora dijo que a raíz de los cambios
de humor que ocurrían en el ciclo, era entendible que las mujeres
no fuésemos mayoritariamente presidentas, porque éramos muy
inestables emocionalmente y, por lo tanto, estaba bien que no tu-
viésemos ese tipo de cargos de poder. A esa edad, a los 16 años, no
me cuestioné su respuesta y me pareció una buena explicación de
por qué estaba bien que no estuviésemos en ámbitos de poder.

¿Cómo puede impactar a una adolescente el pensar que su


afectividad no la hace apta para gobernar? Por este tipo de cosas
es que es necesario visibilizar que la afectividad se ha usado como
una forma de legitimar el orden social; porque nuestros afectos no
pueden ser la excusa para excluirnos.

Cuando se comprenden los afectos como algo que es individual,


esencial e inalterable, que se va contraponiendo a la inteligencia y
la racionalidad, se va generando simultáneamente una pretensión
de que la razón es neutra y objetiva, cuando en realidad no es así.
Nuestras decisiones, también están afectadas por nuestras emo-
ciones y esta distinción entre razón y emoción es una distinción me-
ramente cognitiva, porque en realidad todo va ocurriendo junto. Por
ejemplo, si pensamos cuando tomamos una decisión política, mu-
chas veces esta decisión no está solamente ligada con nuestra racio-
nalidad, sino que también está involucrada con elementos afectivos.
Ejemplo de esto es cómo la exaltación del patriotismo sirvió para
justificar las atrocidades que ocurrían en la Segunda Guerra Mun-
dial, como así también para que Trump estuviera en el poder.

Por otra parte, es necesario visibilizar la relación que existe


entre los afectos y la cultura, porque tradicionalmente, cuando se
han estudiado desde las Ciencias Sociales y también desde la psico-
logía, los afectos han sido entendidos desde una perspectiva princi-
palmente individualista, que pone foco en los aspectos intrapsíquicos
de la experiencia afectiva. Sin embargo, las emociones, aunque las
vivenciamos a un nivel individual también van siendo socialmente

25 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

construidas. Por ejemplo, en la actualidad no hablamos de sentir


melancolía; hoy día uno habla de sentirse deprimida. Hace 200 años
atrás, no existía el concepto de “burnout”, que es un concepto que
hoy día se usa comúnmente y que, dadas las condiciones laborales
de la actualidad, entendemos qué y cómo se siente.

Es necesario visibilizar que las emociones son histórica, so-


cial y culturalmente construidas, y no fenómenos que ocurren me-
ramente en el ámbito de lo personal. Porque si queremos entender
el significado de un afecto, es necesario entender cuáles son las
normas sociales, los valores, las creencias culturales de su época.
No podemos comprender los afectos sin tratar de entender el sis-
tema social desde el cual están emergiendo.

Y en ese sentido, las situaciones y los roles sociales también


van determinando tanto cómo debiéramos comportarnos, cuáles son
las emociones apropiadas que debiéramos manifestar. Por ejemplo,
los celos en el caso del amor romántico. Hemos aprendido a asociar
que sentir celos es una expresión de amor y muchas veces, si nues-
tras parejas no sienten celos, pensamos que a lo mejor no nos quieren
tanto. O nos cuestionamos si queremos a nuestras parejas, porque no
nos ponemos celosas frente a escenarios que culturalmente hemos
aprendido a que nos debieran despertar esa emoción.

Es necesario visibilizar cómo los roles sociales que ocupamos


van determinando cómo debemos comportarnos respecto de nues-
tros afectos, y cuáles debemos manifestar. Y esto también es gene-
rizado, también está diferenciado según cuál sea nuestro género.
En esta lámina traigo este lettering que ilustra lo que planteo, y que
dice: “a las mujeres nos enseñaron que para coger era más impor-
tante estar enamoradas que estar húmedas”.

Por otro lado, es necesario visibilizar que las emociones tienen


un carácter normativo, político y social. Y en ese sentido, tenemos
que identificar de qué manera las emociones han ido configurando
lo que se entiende como femenino y los roles de género. Que se diga
cotidianamente que las mujeres somos más atentas y más emocio-

26 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

nales, ha servido para ir quedando abocadas al ámbito del trabajo


emocional, del cuidado y del apoyo; debido a una supuesta afecti-
vidad y sensibilidad “inherente” a nosotras.

En este sentido, el feminismo ha hecho bastantes aportes


al estudio de los afectos. El feminismo ya lleva varias décadas es-
tudiando el rol que tienen los afectos en el orden social. Y esto se
complementa, en el ámbito del estudio de la afectividad, con el
aporte del llamado “giro afectivo” que ha ido visibilizando el rol
que tienen los afectos y el cuerpo en la construcción social¹. El Fe-
minismo ha aportado a señalar que es necesario que entendamos
cómo los afectos van configurando subjetividades, las prácticas so-
ciales y las relaciones de poder, y también ha contribuido a visi-
bilizar que dado esto, las emociones son también son capaces de
transformar las formas de relación social. Los feminismos también
han contribuido a reflexionar sobre cómo la forma en que nos vamos
sometiendo a las normas, no ocurre únicamente en el plano cogni-
tivo o en el plano de la acción, sino que también van ocurriendo en
los planos de la corporalidad y de los afectos. “Siéntate, como se-
ñorita”; “No llores como niña” son normas que vamos escuchando
desde la infancia.

Es necesario evidenciar que los afectos no son meramente


individuales porque cuando los entendemos así los desproveemos
de su carácter político. Los feminismos han reflexionado de qué
manera los afectos pueden servir para que un determinado orden
cultural sea mantenido, destruido o conservado. Al mismo tiempo,
otro aporte importante ha sido relevar que estos no son inherente-
mente positivos o negativos opresores o emancipadores, moviliza-
dores o estancadores.

Autoras como Sarah Ahmed plantean que en realidad no hay


ningún afecto que sea esencialmente positivo o esencialmente ne-

¹ Este “giro afectivo” corresponde a un movimiento teórico y académico, que ha surgido


posterior al giro lingüístico, como una crítica a la invisibilización de la importancia de
los afectos y los cuerpos en la construcción de la realidad.

27 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

gativo. Como puede ser por ejemplo el caso de la idea de tener una
actitud optimista o positiva. Una podría tender a pensar que tener
una actitud positiva es algo bueno, pero ¿Qué ocurre cuando ese
positivismo y este pensar que “todo va a estar bien”, que “si yo me
esfuerzo lo voy a lograr” me impide ver y cuestionar las desigual-
dades y creer que si me esfuerzo lo suficiente voy a poder superar
todos los obstáculos? En ese caso, ese positivismo deja de ser libe-
rador y, por el contrario, sirve para mantener y para justificar el
orden social y para relevar la idea de que la posición que yo ocupe
en el mundo sólo depende de mí y de mi actitud.

El feminismo ha visibilizado y ha cuestionado cómo el orden


afectivo ha servido para mantener el orden patriarcal. Y, por lo tanto,
el feminismo ha visibilizado que las emociones son cruciales para en-
tender el orden de género. Por ejemplo, a nosotras nos han educado
para permitirnos sentir pena, para expresarla, para llorar; pero no
hemos sido educadas para expresar nuestra rabia. Y la rabia tiene
un enorme potencial transformador. Cuando yo tengo rabia, cuando
yo me enojo, voy a reclamar y voy a hacer que las cosas cambien. Por
el contrario, muchas veces la pena me puede retraer y hacer que-
darme en una posición más pasiva.

Por otro lado, también autoras como Lutz cuestionan el por


qué si todos los seres humanos, hombres o mujeres, tenemos ra-
zones y tenemos emociones: ¿Por qué hemos sido las mujeres, con-
sideradas como el género emocional? Y ahí la pregunta es, ¿Quién
o quiénes se benefician de esta idea de que lo femenino es lo emo-
cional y lo masculino es lo racional? Dentro de este contexto dico-
tómico donde lo valorado es la razón.

Las epistemologías feministas han contribuido a cuestionar


el rol de los afectos en la ciencia, han ido cuestionando al conoci-
miento científico que tradicionalmente se ha mostrado a sí mismo
como un conocimiento neutro, objetivo distante de su objeto de es-
tudio. El feminismo ha problematizado y evidenciado el sexismo,
que está arraigado al momento de generar conocimiento cientí-

28 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

fico, y ha visibilizado también cómo este conocimiento científico


que es supuestamente neutro también es sexista y existe una serie
de evidencias que muestran cómo el sexismo y el androcentrismo
han estado en el núcleo del conocimiento científico. Así mismo las
teorías del punto de vista han reflexionado sobre cómo el conoci-
miento está vinculado entre otras cosas con los afectos, en los con-
textos de producción científica. En este sentido, los feminismos han
ido cuestionando la dicotomía entre razón y emoción, han buscado
disolver los límites de esta dicotomía. Y también han visibilizado
cómo el patriarcado no solo atraviesa nuestras formas de pensar,
sino también nuestras formas de sentir, que se termina materiali-
zando también en nuestros cuerpos.

Y ahí es importante destacar, el rol de las feministas de la


primera ola cuando comenzaron a cuestionar el carácter irracional
que supuestamente teníamos las mujeres para poder así propulsar
nuestros derechos civiles y políticos. Por otro lado, el rol que tu-
vieron las feministas de la segunda ola, al visibilizar la idea de que
lo personal es político y de cómo lo que se normaliza y se justifica
dentro del mundo privado y afectivo, es también una forma de in-
visibilizar las desigualdades de género que persisten y que siguen
persistiendo más allá de los derechos civiles que se habían conse-
guido. Por ejemplo, cuando Silvia Federici, respecto al trabajo do-
méstico, señala: “eso que llaman amor es trabajo no pago”, lo que
hace es mostrar el rol de los afectos en el orden social. Porque lla-
marle amor a hacer el trabajo doméstico y de crianza, es una forma
de mantener el orden patriarcal, que también es funcional al sis-
tema capitalista. En otros ámbitos, las feministas también han te-
nido una enorme contribución al relevar la patologización que se
ha hecho constantemente de las experiencias de las mujeres, por
ejemplo, en el ámbito de la salud mental. Y otro aporte importante
desde el feminismo en cuestionar el rol de los afectos en el orden
social, ha sido por medio del cuestionamiento de las formas en que
entendemos tradicionalmente el amor; al realizar una crítica al mo-
delo de amor romántico.

29 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

Ahora qué entiendo yo cuando hablo de amor romántico.


Cuando estoy hablando de amor romántico, estoy hablando del
modelo amoroso tradicional que ha dominado en Occidente en los
últimos dos siglos, que se ha basado en un sistema patriarcal, en
donde posiciona a hombres y mujeres desigualmente. Un modelo que
plantea que lo heterosexual es lo normal. Una forma de entender el
amor de pareja que ha sido influida por elementos cristianos y que
describe lo que es estar enamorad@ y las características que de-
biera tener una relación sexo- afectiva.

Se trata de una concepción de la experiencia de amar que nos


dice: “Si ustedes están enamorados o enamoradas debiesen tener
una relación monógama porque uno no puede amar a más de una
persona al mismo tiempo; ni tampoco puede desear a más de una
persona al mismo tiempo” En donde se ha puesto lo heterosexual
como lo normal, como lo deseable, en donde además hombres y
mujeres tenemos roles diferenciados respecto de las posiciones
que ocupamos en las relaciones de pareja y en cómo expresamos
nuestras experiencias de amor. Es un modelo que también aspira
a la fusión de las individualidades. Esta idea de que mientras más
nos fundamos como pareja, mejor es la profundidad de nuestro
amor y que nos dice que vamos a hacer felices cuando estamos en
una relación de pareja y que ésta debe ser nuestra relación íntima
más importante. Es un modelo que también nos dice: “si usted está
enamorado o enamorada, lo lógico es que quiera estar en una rela-
ción de pareja estable a largo plazo, que sea exclusiva, que apunte
a tener hijos y formar una familia”. Y que cuando tú no deseas eso,
entonces hay un cuestionamiento de si estás realmente enamorada
o enamorado.

Este modelo de amor romántico, también se va sustentando


en distintos mitos. ¿Cuáles son los mitos del amor romántico? Son
creencias socialmente compartidas, que son difíciles de cumplir
pero al mismo tiempo corresponden a los ideales a alcanzar y que
van sosteniendo esta idea de lo qué es amar. ¿Cuáles son estos mitos
del amor romántico? El mito de que el amor todo lo puede, el mito

30 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

de que el amor es lo más importante y que requiere entrega total de


nuestra parte. El mito de que existe un amor verdadero y predesti-
nado, y el mito de que el amor es posesión y control.

Ahora, lo interesante de este modelo de amor romántico es


que es tan atractivo que finalmente accedemos a estos intercam-
bios desiguales de una manera voluntaria, que lo que hacen es des-
equilibrar las relaciones de poder, especialmente en el contexto de
vínculos heterosexuales.

Si tratamos de entender cuáles son parte de los elementos


que han permitido sustentar este modelo de amor romántico po-
demos identificar varios:

Uno muy importante es la promesa de felicidad y salvación, que


se supone te da el estar en pareja. En un mundo en el que ser felices es
casi un mandato y donde pareciera ser que serlo es algo que depende
de nuestra capacidad individual de gestión afectiva. En este contexto
los discursos y relatos asociados al amor romántico nos dicen: “si tú
estás en pareja, si tú estás enamorada, vas a ser feliz para siempre en
este mundo hostil”. La relación de pareja es representada como el lugar
donde vas a encontrar tu refugio emocional. La promesa de felicidad y
compañía de los discursos que sostienen el modelo de amor romántico
es uno de los elementos que los hacen muy atractivo. ¿Por qué? Porque
se convierte en este camino conocido a esta promesa de felicidad.

Un segundo elemento que también ha servido para sustentar el


modelo de amor romántico es la creencia de que esta forma de amar es
natural y universal al ser humano. La idea de que todas las culturas y
en todas las épocas, han amado de esta misma manera. Sin embargo,
no es así. El modelo de amor romántico tiene en Occidente aproxima-
damente 200 años, y no en todas las culturas, y no en todas las épocas
se ha entendido el amor de la misma manera. Por lo tanto, el modelo
de amor romántico, no es sinónimo de amor, ni tampoco es EL amor.
Porque las formas en que entendemos el amor y hemos aprendido a
amar está influida por las ideologías dominantes, que en el caso del

31 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

modelo de amor romántico son ideologías patriarcales, capitalistas


y heteronormadas, entre otras cosas.

Cuando tratamos de entender de qué manera el amor román-


tico contribuye a mantener el orden patriarcal, es necesario visibi-
lizar que, como decía antes, el modelo de amor romántico plantea
roles de género marcados y diferenciados, que apelan a esta natu-
raleza supuestamente masculina y femenina en torno al amor y que
nos va posicionando desigualmente. Entonces este modelo amoroso
configura a la mujer como el ser amoroso y cuidador, y al hombre
como el sujeto conquistador y protector. En donde además de estos
hay una serie de atributos y roles que debemos seguir hombres y
mujeres para calzar con los estereotipos asociados a las personas
“dignas” de ser amadas.

¿Qué impacto tiene este modelo en la mantención de los roles


de género y en la forma que vamos configurando nuestra subjeti-
vidad? Hay varios elementos a considerar al respecto. Por ejemplo,
en que se va invisibilizando el deseo femenino, desde la idea de que
existen mujeres para casarse y mujeres para pasarlo bien. Donde
por lo tanto si una quiere ser feliz y estar en pareja, debe conver-
tirse en la mujer para casarse; que es una mujer más asociada a los
rasgos de la virgen María, que a los de una mujer deseante. El mo-
delo de amor romántico nos permite desplegar nuestro deseo se-
xual siempre que sea en el contexto de estar enamoradas. Podemos
desplegar nuestra sexualidad siempre que sea con amor y con com-
promiso.

Por otro lado, le da mucha relevancia a la belleza femenina,


porque configura la existencia de sólo ciertos tipos de cuerpos como
dignos de ser amados. Y ahí vemos toda la publicidad que se vale
de esta idea de si eres bella, vas a estar en pareja. Situación que no
ocurre con los hombres, a los hombres no les piden ser hegemóni-
camente bellos para ser amados.

También aparece esta idea de que las mujeres somos esen-


cialmente más amorosas, más preocupadas. Y es en base a esto que

32 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

quedamos a cargo de la gestión emocional de la relación, tanto in-


terna como externa. Por ejemplo, tomándole la temperatura a la re-
lación: “Amor, tenemos que hablar, parece que no estamos tan bien”
o “Acuérdate de llamar a tu mamá, por qué no has hablado con ella
hace mucho tiempo” o quedamos encargadas por defecto de com-
prar los regalos de la navidad, de llamar para los cumpleaños de la
familia, etc.

El modelo de amor romántico basado en estos roles y man-


datos de género va generando expectativas de entregas en nombre
del amor que van a ser desiguales para hombres y para mujeres.
Donde en general se asume que las mujeres vamos a hacernos cargo
del trabajo doméstico, como si hubiésemos nacido con un gen que
hace que seamos más aptas para lavar los platos. Somos general-
mente las mujeres las que postergamos nuestras carreras en fun-
ción de la relación de pareja, o en función de acompañar a nuestras
parejas a desarrollar sus propias carreras. Ahora si bien esto tam-
bién tiene que ver con la desigualdad salarial, es mucho más común
y esperable que las mujeres estemos dispuestas a postergarnos pro-
fesionalmente en función de la relación. Estas entregas en nombre
del amor también están asociados a que las mujeres debiéramos ser
las personas encargadas del cuidado de los hij@s y en ese sentido
es necesario visibilizar que mientras nosotras estamos haciendo
el trabajo doméstico, postergando nuestras carreras, cuidando a
nuestros hij@s, los hombres están pudiendo usar sus energías y sus
tiempos en otras cosas. Y esto también lo podemos ver cómo ali-
neado con el capitalismo, que nos hace encargarnos gratis de todo
esto, en nombre del amor. Es necesario, sin embargo, visibilizar
que estas desigualdades y entregas, si bien ocurren en nombre del
amor romántico, no van a ocurrir de la misma manera según cuál
sea nuestra clase social, según cual sea nuestra edad, nuestra raza,
etc. Y por tanto es importante visibilizar esto ya que también está
atravesado interseccionalmente.

Por su parte, el hombre ha sido posicionado culturalmente


como el sujeto deseante. El hombre siempre debiera tener ganas

33 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

de tener sexo. De acuerdo con estos mandatos el hombre dentro de


la relación debiera ser más desapegado emocionalmente, y si no es
desapegado emocionalmente, si es sensible se cuestiona su mascu-
linidad. En donde por otra parte, aparece la masculinidad asociada
a su “capacidad” que de conquistar y de ser el salvador de las mu-
jeres. Esto desde esta división tradicional de los roles de género en
el contexto del modelo de amor romántico. Por lo tanto, el modelo
de amor romántico contribuye a la mantención de los roles y man-
datos de género tanto para hombres como para mujeres.

Las entregas desiguales en nombre del amor, están vinculadas


con que las mujeres hemos sido socializadas para darle más impor-
tancia al amor de un hombre, como un elemento que nos hace va-
liosas. Nos dicen que valemos según si estamos o no en pareja.

Aquí traje para ejemplificar este meme con este texto: “si si-
gues así de floja, nadie te va a querer”. Como si ser queridas por un
hombre es algo que nos hiciera más valiosas; como si la “capacidad”
de atraer y mantener un hombre a nuestro lado fuese de lo que de-
pende nuestro valor como personas. ¿Y por qué? Porque además
estar soltera o soltero, no es valorado de la misma manera. Una mujer
soltera, es la solterona la que se va a quedar con los gatos, mientras
que el hombre que es soltero, es el soltero codiciado a quien nadie
lo pudo cazar, así con “z”.

En la siguiente lámina les muestro las respuestas a una pre-


gunta que hice en una cajita de Instagram, que decía: ¿Qué formas
de vivir el amor tenías antes y hoy te parecen violentas? Creo que
las respuestas permiten visibilizar cómo el amor romántico ha ser-
vido para contribuir a mantener el orden patriarcal. Por ejemplo:
“me mimetizaba en todo y dejaba de ser yo”, “Acepté hacer un trío con
mi pareja, yo no quería” ,“No compartir la responsabilidad de la anti-
concepción ahora me parece obvio” “Dejar de decir lo que pienso para
evitar peleas” “Que se enojaran conmigo por no subir fotos con mi pa-
reja en redes sociales” “Normalizar los celos de mi pareja y privarme
de situaciones para no insegurizar”.

34 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

¿Qué otros argumentos más tenemos para justificar que el


amor romántico contribuye a mantener el orden patriarcal?

La idea de que amar implica desear poseer y por tanto con-


trolar a la otra persona. Bajo la idea de que tenemos derecho a in-
cidir en las decisiones y conductas de nuestras parejas; está el deseo
de colonizar y tener poder sobre la persona que amamos. Poder
sobre su tiempo; poder sobre sus otros vínculos; poder sobre qué
hace con su cuerpo; sobre cómo se viste o cómo piensa. El modelo
de amor romántico se sostiene en la idea de propiedad de la otra
persona, idea de propiedad, que es distinta según si tú eres hombre
o mujer; porque la posesión y el control y la idea de propiedad apa-
recen más reforzadas en el caso del hombre hacia la mujer y no vi-
ceversa. De hecho, antiguamente las mujeres tomaban el apellido
de sus esposos y “Juana Pérez” dejaba de ser “Juana Pérez” y pa-
saba a ser “Juana Pérez DE González”.

Por otro lado, el modelo de amor romántico también puede ser


caldo de cultivo para relaciones violentas. ¿Por qué? Porque todas
estas entregas que vamos haciendo, nos van poniendo en una situa-
ción de mayor desventaja social. Nos ponen en una situación de mayor
dependencia, de mayor fragilidad emocional, familiar, económica
y nos expone a ser víctimas de violencia patriarcal en el contexto
de las relaciones sexo afectivas. Y llevado al extremo, hay mujeres
que mueren en nombre del amor en manos de hombres que se su-
pone que las amaban. Aquí podemos ver esta idea reflejada en todas
las frases del tipo: “como el que te quiere, te aporrea”, la noción de
“crimen pasional”, “la maté porque era mía”. Y si bien cada vez esto
está más problematizando, aún sigue ocurriendo. Aquí traje datos
de la Red Chilena contra la Violencia contra las Mujeres, que mues-
tran que en el año 2020 el 74% de los Femicidios ocurrieron de parte
de un hombre que tenía o había tenido una relación amorosa con
esa mujer, ya sea su cónyuge, su pareja, conviviente o algún ex.

Es por todos estos elementos, que criticar el amor romántico


es visibilizar el “guante de seda que esconde la mano de hierro” que

35 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

es una metáfora que me encanta y que me dijo una amiga, Violeta


Belhouchat, porque me parece que refleja muy bien lo que ocurre
en el amor romántico.

¿Ahora, que ocurre cuando nosotras queremos transformar


el modelo de amor romántico? Esto genera resistencia y nos con-
vierte en las feministas aguafiestas. Hay resistencia de parte del pa-
triarcado, de parte del capitalismo, que son los sistemas a quienes
no les conviene que nosotras visibilicemos estas desigualdades y
queramos pensar en otras formas de orden social. Y también nos
convierte en las feministas aguafiestas, término que desarrolla la
Sarah Ahmed, porque visibilizamos el sufrimiento que queda es-
condido a través de esta idea de “ser felices para siempre”. Porque
vamos cuestionando el camino conocido que nos dijeron que nos
iba a hacer felices. Porque empezamos a ver problemas, donde se
supone que no había problemas. Porque pareciera ser que cuando
cuestionamos el amor romántico, cuando no queremos lo mismo,
también nos estuviésemos entrometiendo en la felicidad de los otros.
Y también nos hacen las feministas aguafiestas, por qué no nos po-
nemos felices por las razones que se supone que debieran generar
una felicidad, porque no nos ponemos felices con las razones su-
puestamente correctas.

¿Qué es interesante de esto? Que en un contexto en donde va-


lores como la democracia y la igualdad aparecen como algo deseable,
este modelo de amor romántico sigue teniendo mucha potencia, y
cuestionarlo genera aun mucha resistencia ¿Por qué? Porque nues-
tras subjetividades van incorporando las normas sexistas que apa-
recen simbólicamente por medio de nuestra cultura.

Ahora en relación con esto también creo necesario visibilizar


que la crítica no es a la experiencia de enamorarnos, sino al modelo
amoroso dominante. No se trata de cuestionar la experiencia de
amar per se, sino las estructuras de poder que se van justificando
bajo este régimen amatorio y en ese sentido, las feministas llevamos
bastantes décadas estudiando este tema.

36 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

Creo que la crítica al modelo de amor romántico es clave ac-


tualmente porque también sirve para mostrar el carácter sutil y
encubierto que tiene el sexismo en la actualidad. Porque muchas
veces, el dolor que nos va generando las desigualdades que pasan
en los contextos de pareja, no lo vemos como causado por la des-
igualdad, sino que empezamos a pensar que es parte de lo normal.
Lo vivimos como parte de lo normal y pensamos que estas desigual-
dades, estos sufrimientos, son normales y son propios de la expe-
riencia de enamorarnos.

Y en ese sentido me parece que es necesario transformar la


configuración afectiva patriarcal para generar otras posibilidades
que desafíen al patriarcado y que desestabilicen el carácter inalte-
rable de las emociones. Porque si esencialmente no hay emociones
opresoras o emociones emancipadoras, el amor y la experiencia
amorosa también puede tener un carácter de transformación. Po-
demos transformar las normativas amorosas y podemos cuestionar
esta idea de que son inalterables y esenciales.

En este sentido, el feminismo ha tenido un rol muy impor-


tante respecto al desintegrar, lo inalterable del orden afectivo. Ya
que ha ido en primer lugar, cuestionando esta idea de que las mu-
jeres somos irracionales y que los hombres son racionales. Por otro
lado, y en segundo lugar, mostrando el rol político que tienen los
afectos. Y en tercera instancia, también re-significado las experien-
cias afectivas que tradicionalmente estaban considerados como
apolíticas o individuales, para llevarlas al espacio de lo público, y
cuestionarlas desde ese espacio.

Si transformamos las formas de entender el amor, también


vamos generando nuevas posibilidades, vamos generando posibi-
lidades de amar de maneras más lúcidas y de maneras más cons-
cientes. ¿Por qué? Porque cuando visibilizamos los costos del amor
romántico tomamos conciencia de qué es lo que hemos hecho en
nombre del amor, de qué es lo que hemos aceptado. Y eso nos per-
mite cuestionar, nos permite pensar que esta forma de amar no es

37 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
CAROLINA ASPILLAGA

“EL” amor, sino que es una construcción social. Y por lo tanto po-
demos permitirnos pensar que es posible transformarla, y repensar
nuevas alternativas amorosas. Podemos pensar en formas de amar
que liberen al amor de las desigualdades.

Por otro lado, cuando cuestionamos el modelo de amor ro-


mántico, nos permitimos salir del individualismo de a dos, que
ocurre muchas veces en el contexto de las relaciones de pareja. En
donde mi pareja es la única persona a la que voy a priorizar para
darle tiempo, la que más me va a importar, a la que más me voy a
entregar. Por el contrario, cuando cuestionamos estas jerarquías
relacionales, podemos darle espacio a relevar lo colectivo. A ver, por
ejemplo, que las relaciones entre mujeres no tienen por qué ser re-
laciones de competencia. Puedo ver lo importante y nutritivas que
pueden ser nuestras relaciones de amistad. Puedo darle importancia
a mis proyectos personales y colectivos, a mi activismo, a mis vín-
culos familiares, etcétera.

Muchas veces cuestionarnos el amor romántico nos da miedo,


porque es salir de lo que hemos conocido, e implica resignificar la
idea de lo que es amar. Y nos da miedo, porque no sabemos bien
a dónde nos va a llevar este camino. Y también da miedo cuestio-
narnos el amor romántico, porque también es cuestionarnos la idea
de que si no estamos en pareja vamos a estar solos. Y sin embargo,
pese a los miedos que nos pueden generar, vale la pena cuestionar
el amor romántico ya que esto tiene un enorme potencial político,
porque si pensamos el amor desde miradas feministas desestabi-
lizamos el sistema. Porque si transformamos las formas de amar,
también podemos ir transformando el orden social.

Finalmente quise traer esta cita de la Sarah Ahmed que dice:

“(..) Puede ser una rebelión ser feliz cuando se supone que no
debes serlo. Seguir con alegría los caminos que en teoría con-
ducen a la infelicidad”.

Muchas gracias.

38 LA CRÍTICA DEL AMOR ROMÁNTICO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AFECTOS COMO APUESTA FEMINISTA
Estudio transversal de Conductas
Alimentarias Alteradas en mujeres
chilenas y Revisión desde una
Perspectiva de Género

Denisse Kohn, Camila Morales y María Jesús Ramos

Presentación

Camila Morales es psicóloga clínica, especialista en conducta


alimentaria con enfoque de género. Denisse Kohn es médica nutrió-
loga, especialista en conducta alimentaria y alimentación intuitiva
y finalmente María Jesús Ramos es nutricionista, especialista en
conducta alimentaria.

Camila Morales

Bueno, queremos mencionar que es importante que vamos


a presentar solo nosotras dos y María Jesús Ramos va a estar pre-
sente para la parte de las preguntas. María Jesús es nutricionista,
especialista en conducta alimentaria. Denisse, es médica nutrióloga
y yo soy psicóloga. Queremos mencionar también que tenemos un
podcast que se llama Mujeres Comiendo en donde hablamos de nu-
trición y salud mental desde una visión realista, empoderada y ba-
sada en evidencia científica, que va a ser un muy buen complemento
a esta charla porque en tan poco tiempo no alcanzamos a poner ab-
solutamente todo, por lo cual en caso de que tengan algunas dudas,
también en nuestro Instagram, pueden encontrar material comple-
mentario de evidencia y otras cosas más que les van a servir para
poder comprender mejor lo que hablemos hoy.

¿Entonces qué vamos a hablar hoy? Vamos a partir con consi-


deraciones respecto a la charla en sí. También vamos a explicar qué

39 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

es el índice de masa corporal y hacer una breve revisión de su his-


toria, de por qué consideramos que debería ser, sin lugar a dudas,
uno de los parámetros a dejar de utilizar, respecto a la relación ac-
tual entre salud y peso. Explicaremos qué significan las conductas
alimentarias alteradas, nos enfocaremos en qué es lo que ocurre en
nuestro país actualmente y por qué consideramos que tiene una vi-
sión peso centrista. Luego iremos a ver el estudio transversal que
hizo Denisse y realizaremos una mirada con perspectiva de género
en donde abordaremos mucho más este concepto de salud y peso.

Entonces principalmente estaremos hablando de estereotipos


de género en nutrición y cómo éstos afectan a nuestra salud mental.
Y también hablaremos de evidencia científica, muy importante para
nosotras siempre, y tayendo testimonios de mujeres chilenas, posi-
cionando todo esto en la realidad nacional actual.

Dentro de las consideraciones que mencioné, creemos que


puede llamar la atención que vamos a nombrar mucho las palabras
peso e índice de masa corporal, pero sentimos que es necesario ha-
cerlo porque si queremos derribar el hecho de que el peso deter-
mina la salud de las personas, necesitamos observar que influyen
muchas cosas más, y que hoy en día es el lenguaje común que te-
nemos dentro de esto. Por eso consideramos que el lenguaje de
esta presentación es estigmatizante, estamos de acuerdo con eso
y sabemos que debe cambiar debido al impacto que éste tiene en
nuestra conducta alimentaria. Sin embargo, lamentablemente hoy
es el lugar de entendimiento común que tenemos para poder pre-
sentar, ya que incluso la evidencia científica todavía lo presenta de
esa manera.

También sabemos que hoy presentamos desde un lugar de


privilegio, tanto por la experiencia privilegiada de nuestros cuerpos
como también de la vivencia que tenemos en ellos, incluso los al-
cances económicos, el alcance del lenguaje y a los estudios que no-
sotras hemos podido acceder, es por eso que también nos parece
importante participar dentro del simposio para que la información
pueda llegar a mucha más gente.

40 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

Partiremos por mostrarles un poco sobre qué es esto del ín-


dice de masa corporal. Creemos importante para poder criticar la
salud peso centrista el tener este concepto claro y es por eso que
decidimos partir hablando sobre este concepto.

Si hablamos de una breve historia del índice de masa cor-


poral, es relevante que ustedes sepan que en 1830 se crea este ín-
dice y está diseñado netamente con fines estadísticos para evaluar
poblaciones y no la salud individual de las personas. En 1970, el ín-
dice de masa corporal ingresa al mundo de la atención médica in-
dividual a pesar de haber sido creado para evaluar las poblaciones.
Es decir, jamás tuvo un enfoque de medición de salud individual,
sino que siempre fue a través de poblaciones. Y en 1998, el Instituto
Nacional de Salud de Estados Unidos cambia arbitrariamente los
puntos de corte para definir el sobrepeso y la obesidad.

Este parámetro de medición tiene deficiencias, entre las cuales


encontramos que fue desarrollada en una población específicamente
de hombres blancos y validada con sólo 7.500 participantes pro-
venientes de 5 países diferentes. Podrán ver qué “diferentes” son
países como Estados Unidos, Finlandia, Italia y Japón, conociendo
que es de las poblaciones asiáticas poco representativas, y Sudá-
frica, en donde es muy importante remarcar que se seleccionó po-
blación mayoritariamente blanca en este país.

El índice de masa corporal no hace distinción alguna de sexo


a pesar de las diferencias de composición corporal entre ellos. No
hace distinción en composición corporal, esto quiere decir entre
masa muscular, masa grasa, huesos, etcétera. Incluso dentro del
mismo sexo. Y no hace distinción alguna entre razas. Sobreestima
los riesgos para la salud en personas de raza negra y subestima
los riesgos para la salud en comunidades asiáticas. Se ha visto que
todas esas variables, entre muchas otras más, influyen en el resul-
tado del índice de masa corporal, pero no necesariamente en la
salud de las personas.

41 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

La salud de las personas como concepto es muy importante,


ya que es bastante sobre lo que hablaremos acá, acerca del por qué
el peso no es equivalente a salud.

¿Cómo se realiza entonces hoy en día el diagnóstico sobre si


una persona tiene sobrepeso u obesidad? Sólo se utiliza para esto
el diagnóstico de la relación entre peso y talla al cuadrado, eso es
lo que nos determina cuál es el índice corporal de una persona.

Denisse Kohn

Hoy día queremos conversar sobre conductas alimentarias


alteradas, pero antes de pasar al estudio es súper importante de-
finirlas. Hay muchas definiciones de conducta alimentarias al-
teradas, hoy día sólo vamos a mostrar dos de ellas. Se describen
como conductas alimentarias aquellas que incluyen saltarse co-
midas, atracones, restringir cierto tipo de alimentos y ayunos pro-
longados. Son variantes de los patrones culturales y se acompañan
de vergüenza, culpa, ansiedad y otros estados de ánimo negativos
en torno a la alimentación. La definición que se usa en la mayoría
de los estudios y que se usó en el estudio que vamos a presentar es
el de conductas no saludables de control de peso, tales como hacer
dieta, ayunar, saltarse comidas, vómitos y el uso de laxantes o diu-
réticos y atracones.

Se ha demostrado que las mujeres presentan más conductas


alimentarias alteradas que los hombres y la prevalencia sigue siendo
un tema de investigación. Estudios en adultos jóvenes estiman que
más del 40% de las mujeres y más del 20% de los hombres experi-
mentan algún tipo de conducta alimentaria alterada. La prevalencia
es bastante alta en la mayoría de los estudios.

En adultos jóvenes que informan conductas alimentarias al-


teradas se ha visto que tienen un IMC más alto al inicio y después
de un seguimiento de 7 años. En estudios más largos de 15 años, se
encontró que existe una relación dosis respuesta entre conducta

42 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

alimentaria alterada e IMC, específicamente en adolescentes. ¿Qué


quiere decir esta relación dosis respuesta? Que entre más conductas
alimentarias alteradas presentaba esa persona, mayor era el IMC
luego del estudio. Incluso cuando se controló por el IMC basal y las
variables sociodemográficas, el grado de asociación siguió estando
determinado por el número de conductas alimentarias alteradas,
esto quiere decir que no sólo es importante el hecho de que presenta
conducta alimentaria alterada, sino cuántas conductas presenta el
individuo, ya que esto también pareciera afectar.

La mayoría de los estudios de conducta alimentaria alterada


se han realizado en adolescentes, mostrando esta clara asociación
con un IMC más alto en estudios a largo plazo. Hay muchos estu-
dios, acá citamos solo algunos. Las conductas alimentarias alteradas
se asociaron con peores resultados en salud física y mental tanto al
inicio como a los 10 años de seguimiento, incluso en estudios donde
no demostró tener asociación con IMC. Es importante destacar que
estos estudios son a largo plazo.

Y otra cosa que queremos remarcar en esta presentación es


que un IMC mayor o igual a 25, que es lo que se considera sobre-
peso, se asocia a mayor prevalencia de trastornos de la conducta
alimentaria. Queremos hacer énfasis en esto, porque en Chile gene-
ralmente se habla de trastornos de la conducta alimentaria y obe-
sidad, como si estuviéramos hablando de lo mismo, como dos caras
de la misma moneda y en realidad estamos hablando de cosas com-
pletamente distintas. El IMC es lo que comentamos al principio,
es una fórmula (peso/talla al cuadrado) y los trastornos de la con-
ducta alimentaria son enfermedades de salud mental. No estamos
hablando de lo mismo, ya que uno puede tener un trastorno de la
conducta alimentaria con cualquier IMC.

Dentro de los trastornos de la conducta alimentaria, el tras-


torno por atracones es el con mayor prevalencia en la población ge-
neral, siendo aún mayor en poblaciones con IMC mayor o igual a 25,
que es lo que se considera como sobrepeso.

43 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

La relevancia de esto es que la evidencia científica sugiere


que las conductas alimentarias alteradas se asocian con un mayor
riesgo de trastornos de la conducta alimentaria, así como con un
mayor IMC. Específicamente en las mujeres las conductas alimen-
tarias alteradas predicen aumento de peso e incluso una asociación
significativamente mayor que los hábitos en que generalmente se
enfocan las intervenciones de control de peso, como el sedentarismo
o el consumo de alimentos de alta densidad calórica.

En otras palabras, se sabe que el sedentarismo y el elevado


consumo de alimentos de alta densidad calórica se asociaría a un
aumento de peso, pero las conductas alimentarias alteradas han de-
mostrado una asociación aún mayor a este aumento de peso. Esto
es importante porque son conductas que, si volvemos a la defini-
ción, se usan con el fin de bajar de peso, de control de peso y se ha
mostrado no sólo que no sirven para ese fin, sino que uno estaría
logrando todo lo contrario a lo que está buscando al presentar con-
ductas alimentarias alteradas.

Camila Morales

Nosotras consideramos que Chile es un país peso céntrico


hoy en día y creemos que es importante explicar por qué consi-
deramos que esto es así y también la relevancia de que tal y como
estaba hablando ahora Denisse, esto empeora la conducta alimen-
taria de nuestra población, con todas las consecuencias que ante-
riormente mencionamos.

Si nosotros hacemos un análisis del enfoque de salud en Chile


vemos que todas las medidas de prevención que postula nuestro
país dentro de sus políticas públicas ven a la obesidad como una
causalidad y no como una asociación. ¿Qué quiere decir esto? Que
cuando uno tiene A causa B a diferencia de que cuando pasa A hay
una mayor probabilidad de que pase B. En el primer caso, si elimi-
namos A no necesariamente se elimina B, y en el segundo caso sí.
Esto es muy importante porque vamos a ver que hoy en día todos

44 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

creen que, por ejemplo, la obesidad causa diabetes, que la obesidad


causa hipertensión y eso no es real.

Por lo cual se da por hecho que esta es la única causa de múl-


tiples patologías que no está avalado en ningún caso en la evidencia
científica actual ni la de hace varios años ya.

También se visualiza que la salud está vista como la pérdida


de peso, que es un índice de salud, siendo que perder peso no indica
necesariamente una mejora en la salud de una persona. Y además de
esto, las políticas públicas de nuestro país actualmente incrementan
las conductas alimentarias alteradas de nuestra población, lo cual
hace que exista hoy en día un mayor enfoque en la perpetuación
del estigma por peso. ¿Cómo es que vemos esto? Por ejemplo, no-
ticias como “obesidad en Chile, la otra pandemia”, “la pandemia más
grande y silenciosa” o por ejemplo, el informe de la OCDE en donde
se pide declarar una emergencia sanitaria sólo por el hecho de que
está ligado necesariamente como en el factor de peso. Ahora, que-
remos aclarar que no estamos diciendo que el peso influye o no en
la salud, sino que deberíamos dejar de verlo como el único factor
determinante de la salud de las personas.

Entonces, veamos un poco, cuáles son las políticas que hoy en


día tenemos en nuestro país. Tenemos la ley del etiquetado de ali-
mentos (Nº 20.606), que es la ley de donde están puestos los sellos
que dicen altos en azúcares, alto en grasas, etcétera. Esto fue im-
plementado en el año 2016 y básicamente se enfoca en una política
de miedo, en donde la persona debería dejar de preferir ciertos ali-
mentos debido a si tiene o no tiene este sello.

También tenemos este programa, “Elige” vivir sano, que este


es el programa principal que está indicado para el manejo del peso
de la población, que además nos parece que tiene un lenguaje ab-
solutamente estigmatizante, porque es como si la persona tuviera
que elegir vivir sano, sacando todas las consideraciones que esto
refiere, tanto desde el alcance económico de lo que hoy en día las
personas recomiendan comer, como también dejando fuera todo lo

45 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

que tiene que ver con tiempo de traslado para realización de ejer-
cicio, alcance de espacios públicos, etcétera.

En APS está el Programa Vida Sana, en donde el enfoque


principal está puesto en la baja de peso de la persona nuevamente,
incluso si la persona presenta un buen desempeño a causa de su
“fuerza de voluntad” de bajar de peso, una muy cuestionada fuerza
de voluntad por cierto, esta persona podría tener el beneficio de
llegar a alcanzar la cirugía bariátrica.

El día de ayer se celebraba en muchas cuentas o en muchos lu-


gares el hecho de la presentación del proyecto de ley de la obesidad
como enfermedad crónica. Y acá queremos hacer un análisis de lo
que nosotras vimos respecto a este proyecto. Si nosotras vamos a
ver extractos de lo que se presentó ayer, te muestran que casi 3 de
4 chilenos presentan algún grado de malnutrición por exceso, cifra
que aumentó 10 puntos porcentuales desde el 2010 cuando se re-
gistró una prevalencia de 64,4%, a pesar de las políticas de preven-
ción implementadas. ¿Qué quiere decir esto? A pesar de que en el
año 2010 se empezaron a implementar políticas de prevención, se
suben 10 puntos porcentuales en los últimos 11 años. Consideramos
que todas estas políticas de prevención han sido peso céntricas que
no funcionan y aún así queremos implementar más de éstas.

En este proyecto, se habla de que “entre las principales con-


secuencias de la obesidad destacan…”, que era lo que mencionamos
anteriormente, en donde se enfocan todas estas medidas preven-
tivas. Yo me pregunto porqué no se presentan mayores recursos,
por ejemplo, para el programa cardiovascular, en donde se ve todo
lo que tiene que ver con diabetes, hipertensión porque esto está
enfocado en incrementar la realización de cirugía bariátrica como
forma de atacar esta “pandemia de la obesidad”, pero todas estas
enfermedades ya están dentro del GES. ¿Cuál es entonces el foco
de crear esta visión de la obesidad como enfermedad crónica?

Para este proyecto de ley, también se espera recibir una mayor


cobertura financiera para la consulta, exámenes, fármacos e in-

46 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

sumos, procedimientos quirúrgicos, días de cama y controles. No hay


examen para la obesidad que no sea el índice de masa corporal. Este
es el examen con el cual hoy en día, que no tiene nada de examen
de hecho, con el cual se determina si una persona es o no es obesa
o mantiene sobrepeso. Por lo cual nos hace pensar que el único en-
foque que está puesto acá tiene que ver con lo que mencionamos
anteriormente, es decir la realización de cirugía bariátrica, que hoy
en día sabemos todos aquellos que hemos trabajado dentro de estos
equipos multidisciplinarios ni siquiera se consideran los parámetros
internacionales para poder realizarlas dentro de la población.

¿Entonces quién se está beneficiando de esto? Es la pregunta


que nosotros también nos hacemos, porque claramente la pobla-
ción no. Y esto es lo que trataremos de demostrar un poco en el es-
tudio que realizó Denisse.

Denisse Kohn

Ahora les voy a presentar un resumen de un estudio que


presenté en la Universidad de Nueva York este año. Es un estudio
transversal de conductas alimentarias alteradas (CAA) en mujeres
chilenas. El objetivo fue explorar la asociación entre conducta ali-
mentaria alterada e IMC en un grupo de mujeres chilenas de 20 a
35 años. Dijimos efectivamente que el IMC no es una buena herra-
mienta, pero considerando que estaba en Estados Unidos fue la
única forma de realizar este estudio y finalmente vamos a ver que
los resultados igual son bastante interesantes.

Como método fue un estudio transversal en donde se hizo


un cuestionario por Qualtrics en donde se pidió un autoreporte de
peso y talla para calcular el IMC. Las conductas alimentarias alte-
radas fueron evaluadas con una versión abreviada del cuestionario
EAT-III, el cual fue de selección múltiple y estaba permitido saltarse
preguntas para evitar que las personas contestaran sin necesaria-
mente referirse a eso, sólo para pasar a la siguiente pregunta.

47 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

Sobre las características de la muestra, los criterios de inclu-


sión fueron mujeres chilenas de 20 a 35 años, residiendo en Chile al
momento del estudio, que se inició el 19 de abril del 2021, sin diag-
nóstico actual de un trastorno de la conducta alimentaria o cáncer,
ni antecedentes de cirugía bariátrica o enfermedad gastrointestinal
asociada con un mayor riesgo de desnutrición. 5.124 mujeres con-
testaron la encuesta, 3.510 de esas contestaron todas las preguntas
sobre conducta alimentaria alterada y es por eso en que el N que se
utilizó para todos los cálculos estadísticos, fue de 3.510 mujeres.

Quiero destacar que el reclutamiento se hizo desde mi Ins-


tagram, donde yo hablo muchísimo de este tema, así que se consi-
deraría una muestra bastante sesgada, porque es gente que recibe
prácticamente todos los días información al respecto de lo peligroso
y dañina que son este tipo de conductas.

Sobre los resultados:

Las características de la población de estudio en términos de


edad eran bastante similares, la mayoría eran latinas, la mayoría re-
firió estudios superiores de pregrado, la mayoría no estudiaba ni tra-

48 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

bajaba en el área de nutrición, ni tenía antecedentes de trastornos


de la conducta alimentaria.

Pasando a conductas alimentarias alteradas, la pregunta que


se hizo fue si habían hecho algunas de las siguientes estrategias para
perder peso o evitar aumentar peso durante el último año. Vemos
que más del 50% de las mujeres encuestadas había presentado atra-
cones en el último año, más del 50% también refería haber comido
muy poca comida y un poco menos del 50%, ahí pueden ver todos los
porcentajes específicos de la tabla, refería haberse saltado comidas,
el 40% refería haber ayunado y de ahí bajaba la prevalencia sobre
tomar medicamentos para adelgazar, usar sustitutos alimentarios,
usar laxantes, haberse inducido vómitos y utilizado diuréticos.
Es importante destacar esto porque como comentamos al
principio, el trastorno de conducta alimentaria más prevalente en
la población es el trastorno por atracones y efectivamente, en esta
muestra vemos que más del 50% de mujeres refiere haber presen-
tado este tipo de conducta alimentaria alterada. Las siguientes 3
que tienen una alta prevalencia como comer muy poca comida, sal-
tarse comidas y ayunar son conductas que están bastante normali-
zadas en la sociedad y se perciben como una forma de autocuidado
o de salud, “hago esto en nombre de mi salud” y son conductas ali-

49 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

mentarias alteradas en donde podemos ver que la prevalencia es


bastante alta. Insisto, esto fue una población sesgada, porque re-
ciben información de esto.

Si uno analiza lo que mostré al principio de los resultados de


conducta alimentaria alterada e IMC, en esta muestra de mujeres chi-
lenas también se dio una asociación positiva. Pueden ver que todos
los P son significativos de cada una de estas conductas alimentarias,
¿Qué quiere decir eso? Que presentar cada una de estas conductas
alimentarias alteradas se asoció a un mayor IMC.

Además de evaluar si se presentaban conductas alimentarias


alteradas, se evaluó también la frecuencia de dos de éstas y se vio
una asociación significativa entre la frecuencia de dietas restrictivas
e IMC. Las participantes que informaron que no hicieron dieta en el
último año tuvieron un IMC estadísticamente más bajo en compa-
ración con aquellas que informaron haber hecho dietas 1-4 veces,
5-10 veces, más de 10 veces o estar siempre a dieta durante el año
pasado. Los resultados de ANOVA, que es un test estadístico, mues-
tran una asociación estadísticamente positiva entre una mayor fre-
cuencia de atracones y un mayor IMC.

50 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

Las conclusiones de este estudio son que nuestros resultados


muestran una asociación significativa entre el uso de conducta ali-
mentaria alterado durante el último año y un IMC más alto en mu-
jeres jóvenes chilenas. Una mayor frecuencia de dietas restrictivas
y atracones también se asocia a un mayor IMC en esta población.
Estos resultados son consistentes con la literatura internacional.
¿Qué quiere decir esto? Que como comenté al principio, todas estas
conductas que se usan con el fin de bajar de peso, está demostrado
y acá lo volvimos a ver en una población de mujeres chilenas, que
no resultan, no tienen ese resultado de bajar de peso y se logra el
resultado contrario al que se está buscando.

Entonces si se ha demostrado continuamente que el uso de


conducta alimentaria alterada no es útil para el fin con el que se
utiliza, que es bajar de peso, tiene el efecto contrario y además, se
asocia a un aumento del riesgo de trastornos de la conducta ali-
mentaria. ¿Por qué las mujeres seguimos teniendo este tipo de con-
ductas? ¿Qué estamos buscando?

Camila Morales

Creemos importante realizar un análisis con perspectiva de


género de esto, porque la salud peso centrista sólo se enfoca en esta
baja de peso, tal y como dijimos, sin importar el cómo y el porqué.
Más aún en aquello referente a la experiencia de las mujeres, quienes
como vimos son de las más afectadas.

Denisse Kohn

Y queremos compartir esta frase que nos llega mucho por


redes sociales: “Yo estoy dentro de ese rango normal de IMC, pero
me siento más cómoda cuando estoy en el parámetro más bajo del
normal.” Vamos a indagar más en esto.

51 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

Camila Morales

Es por esto que nosotros nos preguntamos si realmente el an-


helo de la baja de peso es por salud o por la perpetuación de este ré-
gimen opresivo en contra de la mujer, principalmente.

Queremos mostrar este vídeo. Si bien puede parecer un poco


irónico respecto al contenido, creemos que nos va a ayudar mucho
a contextualizar las respuestas que luego visualizamos que son de
mujeres chilenas en base a su propia experiencia.

Vídeo: Are you gonna eat that? Short film.

Denisse Kohn

Puede parecer muy actual vídeo, así que le preguntamos di-


rectamente por Instagram a mujeres ¿Cómo describirían las formas
de comer del estereotipo de “mujer perfecta”? Nos llegaron cientos
de respuestas, no las pudimos anotar todas obviamente, pero ano-
tamos muchas que queremos destacar, dentro de eso las agrupamos
y las clasificamos en cuatro grupos. Voy a partir comentando según
el contenido nutricional. Vuelvo a repetir la pregunta: ¿Cómo des-
cribirías la forma de comer del estereotipo de mujer perfecta?

52 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

Voy a leer sólo las que están en rojo: “Como pajarito, solo
pasto y poco”; preocupada de la alimentación familiar; la lechuga
es su comida favorita; triste, come poco, nunca tiene hambre y se
llena con una lechuga; diet, cero, tipo Kardashian, ensalada todo el
día; come lechuga con vaso de agua y con 2 bocados rápidamente
se llena con poco; mucha lechuga, ojalá orgánico y preparar todo;
aparentar, ser feliz comiendo ensalada todos los días de su vida;
poco, pero de todo, la mujer perfecta no se priva del completo, pero
es tamaño cóctel.”

Y con todas las respuestas hicimos un resumen: La mujer de-


bería cocinar todo en casa y que le guste cocinar. La mujer debería
no comer procesados y debe cocinar todo desde cero. La mujer de-
bería elegir las ensaladas y que sean saludables. No sé si se fijaron,
pero la palabra lechuga se repitió muchas veces y fue el único ali-
mento que nombraron por sí solo en todas las respuestas que nom-
braron alimentos. La mujer debería preferir los superalimentos,
alimentos orgánicos, leer todas las etiquetas y que los alimentos
tengan menos de 5 ingredientes. La mujer debería hacerse cargo de
la nutrición de la casa, la mujer debería no cumplir con la base de
que el comer es para obtener energía de nutrientes. Y la mujer de-
bería considerar cocinar como un acto de autocuidado. Lo más im-
portante es demostrar que “me estoy cuidando.”

Camila Morales

Otra de las categorías que definimos respecto a esto, es


cómo la mujer debe vivir, de manera restringida e insuficiente.
¿Entonces, cómo describirías la forma de comer del estereotipo de
mujer perfecta?

53 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

Me gustaría recalcar que estos son respuestas textuales que


nos mandaron: “Muy regulada y aunque suene raro, el alcohol es
más aceptado que la comida; el acto de comer es culposo, por lo que
no se debe comer en público, y si es así, solo de manera sana; muy
lento y que no se note que tenga hambre; nada de saborear mucho,
que sea sencillo y poco abundante; siempre es saludable, siempre
porciones pequeñas; nunca tiene hambre; le sirve primero al resto
y ella come en último lugar; come poco, liviano y se muestra feliz
haciéndolo; no debe demostrar hambre; controlada, poco gozadora,
restringido y aburrido, pero con la cara llena de risa; esclavizante,
castigadora, siempre pidiendo perdón por disfrutar y comer ali-
mentos no permitidos.”

En resumen, la mujer debería demonizar más el acto de comer,


que es una necesidad vital, que las conductas de ocio, fumar, consumir
alcohol, consumo de drogas, etcétera. La mujer debería considerar
el comer como un acto alejado del placer y conectado con la culpa.
La mujer debería cumplir con la exigencia cultural de ser la última
que se sirve. La mujer debería convertir el comer en un acto opre-
sivo. La mujer debería siempre comer preocupada del qué dirán.

54 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

Acá queremos dar otro ejemplo, estas son las clásicas fotos de
propagandas, la traducción literal de esto es: “mujeres felices comiendo
ensaladas tristes”. Esto da el estereotipo y da el mensaje de que ese ali-
mento es el que deberíamos comer, que es básicamente la lechuga que
muchas personas nombraron y que así nos deberíamos ver mientras
comemos ese plato, con esa alegría desproporcionada para el evento.

Camila Morales

La última categoría que quisimos destacar tiene que ver con


el cuerpo. Entonces, ¿cómo describirías la forma de comer del es-
tereotipo de mujer perfecta?

55 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

Estas fueron aquellas respuestas que mencionaron también


como debería ser el cuerpo de la mujer, resumen de las respuestas,
digamos: “La que come lo que quiere, pero no engorda; delicada,
femenina, sin engordar, obvio; poquito y sano, debe ser perfecta,
cuerpo y porciones reducidas; delgada, siempre con una sonrisa, no
se queja de nada, mantener la figura para ser exitosa.”

En resumen, la mujer debería poner su valor personal en torno


al cuerpo. La mujer debería perseguir un cuerpo como sensación de
logro. La mujer debería sobrevalorar la delgadez, perseguir cons-
tantemente la delgadez para encajar. La mujer debería buscar un
cuerpo para pertenecer y ser aceptada. La mujer debería siempre
querer ser más delgada, porque nunca es suficiente. La mujer de-
bería hacer ejercicio que le guste, ojalá cardio, porque ese es el ejer-
cicio que se aprecia como femenino. Y la mujer debería restringir
su alimentación como una herramienta para intentar calzar en es-
tereotipo y mejorar la percepción de sí misma.

Denisse Kohn

Y a esta última parte del cuerpo le queremos agregar una


respuesta que nos llegó a la siguiente pregunta: ¿Por qué quieres

56 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

bajar de peso? Y esta respuesta nos parece importante recalcar acá.


Nos comentaron lo siguiente: “No me he sentido nunca una mujer
completa porque tengo como gran meta ser flaca. No viajo porque
lo haré cuando sea flaca. No emprendo, porque lo haré cuando sea
flaca, he pospuesto mi vida en función de eso.” Esto es textual, lo
que nos mandaron.

Y volvemos al primer mensaje que les mostramos y es: “Yo


estoy dentro de ese rango normal del IMC, pero me siento más có-
moda cuando estoy en el parámetro más bajo de él.”

Camila Morales

Entonces nos preguntamos, más aún con todo lo expuesto


especialmente en la primera parte. ¿Esto tiene que ver con salud o
con perseguir un nivel de estereotipo? Porque la verdad es que el
estereotipo, como sabemos, cambia a través del tiempo, y esta es
una de las razones por las cuales comprendemos, a nuestro parecer,
que esta exigencia de delgadez es netamente un producto mercantil
opresivo. No tienen nada que ver con salud.

57 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

Denisse Kohn

Como dijo Naomi Wolf: “Hacer dietas es el sedante político


más potente de la historia de la mujer. Una cultura obsesionada con
la delgadez femenina no tiene una obsesión por la belleza femenina,
sino una obsesión por la obediencia femenina. Nuestra sociedad
premia la belleza externa por sobre la salud interna.”

Camila Morales

Como conclusiones, queremos plantear lo siguiente: La salud


peso céntrica se enfoca en baja de peso como resultado, sin consi-
derar la interseccionalidad en que la persona vive.

Denisse Kohn

Buscar siempre la baja de peso como resultado hace que uno


se olvide del cómo llegar a ello, ignorando la presencia, por ejemplo,
de conductas alimentarias alteradas y todos los efectos adversos
que vimos.

Camila Morales

En nuestra opinión, las políticas públicas en nuestro país deben


cambiar con urgencia, saliendo del enfoque peso centrista a uno que
considere la conducta alimentaria de nuestra población. Al mismo
tiempo, creemos que es importante identificar los estereotipos de
género presentes en nuestros pacientes, por lo cual consideramos
muy relevante que los profesionales de salud presenten una pers-
pectiva de género en su tratamiento para evitar perpetuarlos.

Denisse Kohn

También consideramos importante poder detectar en la con-


sulta si la persona viene a buscar salud o perpetuación de estereo-
tipos, específicamente en nutrición, la gran mayoría de las consultas
son por baja de peso y es muy importante diferenciar si efectivamente

58 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


DENISSE KOHN, CAMILA MORALES Y MARÍA JESÚS RAMOS

se está buscando salud o perpetuar estos estereotipos. Si alguien


me dice “quiero bajar de peso por salud”, uno podría plantear el si-
guiente escenario: “tener que subir de peso para mejorar tu salud”,
la respuesta que te pueden dar los pacientes a eso deja mucho más
claro por qué quiere bajar de peso. ¿Estás dispuesto a subir de peso
por tu salud? Ahí podemos hacer una gran diferencia.

Camila Morales

Y, por supuesto, no podemos olvidar que somos profesionales


de la salud, no de estándares de belleza.

Denisse Kohn

Con tantas exigencias, estigmas y mensajes pesos centristas


¿Cómo las mujeres vamos a ser capaces de comer suficiente?

59 ESTUDIO TRANSVERSAL DE CONDUCTAS ALIMENTARIAS ALTERADAS EN MUJERES CHILENAS Y REVISIÓN...


Organizaciones Latinoamericanas de
Salud Mental con perspectiva de Género:
Comenzando a generar red

Javiera Menchaca

El 1° Simposio Latinoamericano de Salud Mental con Perspectiva de


Género nace con un objetivo; reunir a las organizaciones de salud
mental feministas y con perspectiva de género en Latinoamérica.
Hace tiempo que nos dimos cuenta de que somos muchas personas
y organizaciones que estamos trabajando con este enfoque, pero no
sabemos quiénes somos, nos estamos encontrando, no estamos ar-
ticuladas. No sabemos cómo trabaja cada una ni si alguien está ha-
ciendo investigación, generando teoría o publicando.

Cuando fundamos el Centro Interdisciplinario de las Mujeres,


nos propusimos identificar organizaciones similares en el conti-
nente y en el mundo. Era el año 2019 y logramos identificar muy
pocas, principalmente a través de redes sociales. Pero desde esa
fecha en adelante nos hemos ido encontrando con muchas organi-
zaciones, personas que trabajan de manera individual con este en-
foque en clínica y otras que además están investigando. Nos hemos
encontrado más que nada psicologues, pero también psiquiatras,
doctores y profesionales de las ciencias sociales que hacen investi-
gación que hacen investigación con perspectiva de género, contri-
buyendo a una ciencia crítica, que incluye a mujeres, identidades
disidentes, personas racializadas, entre muchas otras. El Simposio
ha sido un gran catalizador de eso.

Creemos que es muy importante hacer este trabajo de iden-


tificarnos, empezar a crear redes, de organizarnos para el trabajo
conjunto o al menos saber lo que las demás están haciendo. Dejar
la sensación de estar descubriendo la rueda todo el tiempo, de co-
menzar a trabajar pensando que es algo que nunca se ha hecho y de

60 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

repente, nos encontramos con un libro de 1970 en que ya estaban


haciendo lo mismo. Comenzar a crear a hacer historia de la salud
mental con perspectiva de género a América Latina.

Esta presentación tiene dos objetivos. Primero realizaremos


una revisión sobre el trabajo feminista en la salud mental en Amé-
rica. Y segundo, hacer un diagnóstico de la situación de las organiza-
ciones de salud mental con perspectiva de género en el continente.

Las mujeres en la ciencia de la psicología

Hay una historia de la psicología feminista, hay una historia


de las mujeres en la psicología, pero son principalmente de Es-
tados Unidos y principalmente de Europa. ¿Entonces, qué pasa con
nosotras? ¿Qué pasa con lo que nosotros hemos hecho? ¿No exis-
timos? ¿No ha existido un trabajo anterior de mujeres que hagan
salud mental con perspectiva de género? ¿O es que no hemos que-
dado registradas? Será que no estamos investigando o que no es-
tamos sabiendo mostrar, o peor aún, no se está registrando en lo
que estamos haciendo.

Queremos contribuir a nuestra historia y empezar a escribir


la historia de la salud mental feminista desde Latinoamérica, em-
pezar a dejar registro, para que podamos seguir construyendo desde
una base sólida y dejar de descubrir la rueda todo el tiempo. Sin em-
bargo, comenzaremos por hacer un breve recorrido de como el tra-
bajo de las mujeres ha influido en la psicología y la relación entre
el feminismo y la psicología. Aquí nos vamos a enfocar en algunos
hitos de la historia de las mujeres en la salud mental para seguir
con la historia de la psicología feminista. Pero hay que tenerlo en
cuenta y estar siempre pensando en que falta todas las diversidades
y disidencias sexogenéricas, falta una perspectiva interseccional y
situada. Es parte de la problemática que vamos a ver.

A falta de registros latinoamericanos, comenzaremos desde


la historia de la psicología feminista en Estados Unidos porque es

61 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

principalmente donde hay más registros. Las psicólogas feministas,


las historiadoras feministas han hecho un trabajo muy potente con
este concepto que me imagino que habrán escuchado de herstory,
en vez de history (Lerner, 1992).

Hay investigadores e investigadoras que se han dedicado


a registrar la historia las psicólogas, planteando que en el fondo
siempre ha habido mujeres en la disciplina. En este repaso nos ba-
saremos en los trabajos de Dau García Dauder (2019) y María Inés
Winkler (2007).

La psicología como ciencia comienza a construirse como tal a


finales de 1800, en la década de 1890, y termina de consolidarse du-
rante los 1900. Como la mayoría de las Ciencias de la modernidad,
es bastante nueva y lleva poco tiempo desarrollándose como tal,
porque la ciencia como disciplina es algo relativamente nuevo en
la historia del mundo.

El cuestionamiento que hacen estas historiadoras feministas


es cómo pasamos desde una psicología que construye lo femeninos
y a la mujer que genera afirmaciones de cómo deben ser las mu-
jeres, de cómo ser femenina de manera correcta y sana, a un fe-
minismo que reconstruye la psicología. Cómo eventualmente el
activismo que hacen las mujeres en la psicología termina por cam-
biar la psicología, cambiar la forma en que se hace la disciplina y
cómo se hace esta ciencia.

La historia de las ciencias es una historia de hombres. No


porque no hayan existido mujeres haciendo ciencia, sino porque (1)
las condiciones sociales excluían y ocultaban a las mujeres que lo
hacían y (2) porque lo que se entiende como ciencia excluye a las
mujeres y lo femenino.

Respecto al punto 1, aparecen un montón de conceptos que


seguro habrán escuchado que son como el síndrome de Matilda en
que las mujeres que han desaparecidas entre los autores no se les
da autoría. Está el fenómeno de parejas de investigadores, o sea

62 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

una mujer y un hombre que están casados., y como las mujeres es-
tadounidenses adoptan el apellido del hombre, se pierden en la au-
toría. Queda el apellido del hombre y se va perdiendo la autoría de
mujeres en el trabajo. Por otro lado, aparece esta estos fenómenos
de que las mujeres son segundas autoras, entonces al momento de
citar uno, se cita con una inicial y el primer autor. Entonces se van
olvidando y se va dejando fuera al registro de los aportes a la de las
mujeres a la psicología, y para qué hablan las disidencias de género
(García Dauder, 2019)

Desde esta perspectiva crítica, se va relatando una historia


de las mujeres. Dejando en evidencia que había mujeres y no las es-
taban escuchando, no estaban poniendo atención, no las estaban
registrando.

Además, hay un segundo fenómeno que tiene que con la


ciencia que excluye a las mujeres y lo femenino. La caracterización
estereotípica de cómo es una mujer, no permite que las mujeres
estemos haciendo ciencia precisamente porque la ciencia se cons-
truye desde una lógica masculinizada, racionalizada. Desde el es-
tereotipo de que el hombre es racional y objetivo, mientras que las
mujeres somos sensibles, subjetivas. Estas características estereo-
tipadas de las mujeres y lo femenino quedan excluidas per se de la
posibilidad de hacer ciencia. Este sexismo que se basa en la idea
de que los hombres y lo masculino se encuentra por encima de las
mujeres y lo femenino se naturaliza en las ciencias, lo que perpetúa
esta invisibilización y la imposibilidad de las mujeres de aportar en
el conocimiento (García Dauder, 2005).

Una vez que reconocemos que hay mujeres haciendo ciencia,


que hay mujeres haciendo psicología e investigando, se genera la se-
gregación horizontal: “la división entre una psicología pura, desde
dentro de la academia, masculinizada y legitimada; y una psico-
logía aplicada, desde los ámbitos de la reforma, feminizada, des-
prestigiada y excluida de los mecanismos de reconocimiento oficial”
(García Dauder, 2019). De esta manera, continua habiendo una se-

63 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

paración entre lo valioso, asociado a lo masculino y lo marginal de


la disciplina, asociado a lo femenino.

¿Qué es primero? Tenemos, una disciplina y una sociedad que


históricamente marginó a las mujeres del conocimiento formal, de
las universidades, de la posibilidad de crear conocimiento y de ser
sujetas de saber de maneras explícitas. No se las dejaba entrar a
la Universidad, no se las dejaba estudiar. En la medida que comen-
zaron a ingresar en las universidades, no se les dejaba enseñar, por
ejemplo. Las condiciones de segregación persisten una vez que ya
ingresaron a estos espacios, manteniendo en las mujeres en una si-
tuación marginalizada respecto a la producción de conocimiento.

En cuanto a la historia de las mujeres en la ciencia, vemos


que en la medida que las mujeres fueron participando de la vida pú-
blica, de la academia y de la vida profesional, fueron probando sus
capacidades. Los argumentos que habían antes de que las mujeres
no estaban preparadas, no podían por su subjetividad, por su fragi-
lidad, que eran argumentos que se usaban realmente y que incluso
desde disciplinas como la psicología se sostenían, quedan como ob-
soletas. Las mujeres empezaron a ser reconocidas e incluso a parti-
cipar en sociedades científicas.

Aparece entonces esta justificación ética sobre el rol de la


mujer. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando vuelven
todos estos soldados estadounidenses profundamente dañados por
pasar por la guerra, empiezan a aparecer estudios que tienen que
ver con el rol de la madre en el cuidado y por qué algunos soldados
llegan más dañados que otros. Termina generando una explicación
de que las madres son las culpables de no preparar a los hombres
para sobrevivir en la guerra (García Dauder, 2019).

Tengamos en cuenta que durante la Segunda Guerra Mundial,


las mujeres por primera vez en la historia, empiezan a participar de
la vida pública con mucha más facilidad, básicamente porque los
hombres estaban en la guerra. Entonces, tras la vuelta de los hom-
bres de la guerra, había que lograr ideológicamente alguna forma

64 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

que las mujeres volvieran a las casas, volvieran a asumir su rol fe-
menino. Entonces aparecen estas visiones éticas, psicológicas sobre
el rol de la mujer, que terminan en discursos que promueven que
las mujeres vuelvan a ser dueñas de casa, en un discurso de deber
ser femenino.

Es necesario ir viendo el contexto histórico en que se va de-


sarrollando la teoría psicológica, ya que se hace evidente cómo el
contexto va afectando la construcción de teorías e influenciando las
necesidades que van surgiendo como sociedad. Teníamos una so-
ciedad que las mujeres estaban marginadas y empiezan a participar
y van validando, demostrando que pueden participar. Pero después
de la de la Primera y Segunda Guerra Mundial, donde la población
masculina que a diezmada, las mujeres empiezan a participar en la
producción económica y después, al volver, hay que volver a man-
tenerlas en su rol tradicional femenino. Entonces vemos como en
la historia y el contexto histórico va afectando, en qué es lo consi-
derado femenino que se consideraba el rol adecuado de la mujer
en la sociedad.

En los 70, después de este proceso en que empieza a refor-


zarse la lógica de la dueña y la ama de casa de la responsable y el
ángel del hogar a través de la psicología incluso, aparece el movi-
miento feminista. El movimiento feminista tiene una relación bien
complicada con la psicología, sobre todo al principio, en el sentido
de que a ojos de muchas feministas la psicología era sexismo disfra-
zado de ciencia. Planteaban que eran argumentos que mantenían
a la mujer en su rol de subordinación y que llevaba a justificar que
las mujeres no pudieran participar del espacio público, que no pu-
dieran opinar, que no pudieran hacer ciencia.

Pero, si bien la psicología ayudó a construir la feminidad,


también provocó una nueva ola de feminismo que a su vez se valió
de conceptos psicológicos que ayudan a explicar los aspectos sub-
jetivos, no sólo los materiales de la opresión patriarcal. Entonces
el feminismo y la ola feminista de los 70, sobre todo en Estados

65 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

Unidos, se valió mucho de conceptos psicológicos para entender el


malestar que estaban viviendo en las mujeres. Durante la primera
ola se adquirieron derechos, se adquirió la posibilidad de votar, se
adquirió la posibilidad de asistir a la Universidad, de tener pro-
piedad y aun así estaba viendo marginalización y opresión de las
mujeres. Seguían las mujeres teniendo condiciones subjetivas que
las llevan a un malestar constante y aparecen conceptos como el
malestar que no tiene nombre de Betty Friedan, la idea de que lo
personal, es político. Ideas que van surgiendo y que y que empapan
en el movimiento feminista que tienen que ver con aspectos psico-
lógicos de las personas. En el fondo, van identificando como el pa-
triarcado y los estereotipos de género, afecta la identidad de las
mujeres y las personas en general, configurando posibilidades en
la vida. Eso es una mirada propia de la psicología, que antes no se
tenía en cuenta porque se asumía que ante iguales derechos y posi-
bilidad de ciudadanía, se acabarían las desigualdades. Pero aun ha-
biendo logrado estas condiciones seguía habiendo problemas, sigue
habiendo subordinación, seguía habiendo poca participación. ¿En-
tonces qué pasaba?

Empieza a surgir este movimiento feminista, muy basado en


conceptos psicológicos. Sin embargo, la crítica desde las psicólogas
feministas a la psicología, se mantiene y Weisstein hace una de las
críticas más potentes de la época, en 1963, planteando que: “Hasta
que los psicólogos no comiencen a respetar la evidencia, hasta que
no empiecen a analizar los contextos sociales en los cuales la gente
se mueve, la psicología no tendrá nada sustancioso que ofrecer […]
Lo que está claro es que hasta que las expectativas sociales hacia
varones y mujeres no sean iguales, hasta que no proporcionamos
el mismo respeto a varones y mujeres, nuestras respuestas a esta
cuestión [la existencia de diferencias sexuales inmutables] sim-
plemente reflejar a nuestros prejuicios.” (Weisstein, 1968/1993)

Aquí todavía hablamos de diferencias sexuales, todavía no


hablamos de género, pero empieza a plantear la idea y la lógica que
Simone De Beauvoir había declarado hace unos años antes, de que

66 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

“Mujer no se nace, Se hace” (Beauvoir, 2018). Se plantea que las des-


igualdades entre hombres y mujeres son construcciones sociales.

Empiezan a haber grandes aportes de las psicólogas feministas,


que cuestionan la posibilidad de la objetividad a través de la lógica
de lo personal, es político; politizan la identidad planteando que esta
construcción social de la identidad es política también y guarda re-
laciones de poder y en la medida de que no se visibilice eso, no se
pueden generar cambios reales en la situación de desigualdad. Em-
pieza a ser una psicología activista que apunta a romper con esta
desigualdad entre hombres y mujeres.

En 1979 Rhoda Unger introdujo el concepto de género en una


de las revistas más prestigiosas de Psicología en Estados Unidos y
planteó que centrarse en las diferencias sexuales oscurecía el aná-
lisis sobre semejanzas y las determinantes situacionales de la con-
ducta entonces (Unger, 1979). Empieza a plantear que el sexo no
es suficiente para explicarlo y que hay que tener en cuenta el con-
texto sociocultural, los determinantes situacionales para entender
las relaciones y las diferencias de género que existen entre hom-
bres y mujeres. No basta con ver cuerpos, no basta con determinar
explorar las diferencias que existen entre uno y otro, sino que hay
que empezar a ver cómo la cultura impacta en la construcción de
la identidad.

En 1979, Suzanne Kessler y Wendy McKennan, empiezan a


cuestionar el dualismo entre sexo y biológico y género social, y em-
piezan a cuestionarla la realidad natural e invariante de los 2 únicos
sexos varón o mujer a los que se refieren también como géneros por
su carácter también social (Kessler & McKenna, 1979). Entonces,
se adelantan a esta crítica que va a hacer Judith Butler varios años
después, planteando que incluso el sexo tiene que ver con aspectos
sociales y culturales y que no es algo tan separado como como es-
tábamos teniendo en cuenta.

Se cuestiona el sexismo en la práctica clínica psicológica y


cómo establecer relaciones clínicas con pacientes con consultantes,

67 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

de manera que no repliquen el sexismo de manera que se pueda


cuestionar los roles y estereotipos de género.

“El feminismo, en alianza con la Antipsiquiatría, denunció la


autoridad del poder médico sobre los cuerpos y las vidas de las mu-
jeres y la patologización y psicologización de problemas y conflictos
sociales, producto de la dominación masculina y heterosexuales”
(García Dauder, 2010). Entonces en este momento histórico en que
se estaba haciendo una crítica general al poder al poder psiquiá-
trico, al poder, a las relaciones de género. El feminismo hace esta
alianza con la antipsiquiatría y empiezan a cuestionar cómo la psi-
cología y la psiquiatría en general, como las disciplinas de la salud
mental, están perpetuando en lógicas y relaciones de poder a través
de esta disciplina que antes parecían neutral, y plantean que hay
que cuestionar ese ese efecto que tiene.

Hay registros históricos de hitos de cómo las mujeres em-


pezaron a participar en las sociedades de Psicología y finalmente,
como eso les llevó a hacer esta crítica de la participación, de la
construcción del conocimiento y el género en general. ¿Pero qué
pasa en América Latina? La verdad es difícil de encontrar informa-
ción. Uno de los pocos registros más completos es el de María Inés
Winkler, hace un estudio historiográfico de la historia de las mu-
jeres en la psicología en Argentina, Chile y Estados Unidos, como
ya vimos Estados Unidos, nos vamos a centrar muy brevemente en
lo que habla de Chile y Argentina (2007). Su estudio es hasta 1970,
por lo tanto, quedan fuera hechos históricos súper relevantes en
nuestros países, pero plantea que hasta 1970 en Chile había un mo-
mento positivista o de los acontecimientos, lo que ella en una cate-
gorización describe como un primer momento de la historiografía
de la psicología, mientras que Argentina estaría en un segundo mo-
mento con un interés historiográfico creciente. Estados Unidos, por
su parte, estaría en un momento de historiografía crítica en la psi-
cología, donde, por lo mismo tenemos registros relevantes, como en
los anteriores. En estos 2 países había escaso registro historiográ-

68 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

fico hasta ese momento y da la impresión de que todavía no hay re-


gistros de cómo ha evolucionado en la disciplina de la salud mental.

Diagnóstico de las organizaciones que abordan la Salud Mental


con perspectiva de Género en América Latina

Entonces, hoy día quisimos hacer un pequeño aporte a em-


pezar a cuestionar y reflexionar en torno a dónde están las orga-
nizaciones de salud mental hoy en día en Latinoamérica. Elegimos
basar nuestro análisis en organizaciones con el objetivo de visibi-
lizar a quienes se estan organizando, generando colectividad en
torno a esta temática y perspectiva.

Para lograr este análisis, contactamos a Juntas de Norte a Sur,


quienes nos facilitaron una base de datos. Juntas de Norte Sur es
un directorio digital que ofrece la posibilidad de buscar organiza-
ciones que ofrecen atención o ayuda feministas y con perspectiva
de género en toda Latinoamérica. Hace un tiempo ellas contactaron
a CIDEM para hacer parte de este directorio y es así como nos ente-
ramos de que existe este directorio de toda América Latina y el Ca-
ribe. Esta iniciativa es realizada por la Pan American Development
Foundation (PADF), que es una organización sin fines de lucro cons-
tituidas por la organización de los Estados Americanos en 1962.

“El proyecto de Juntas de Norte a Sur busca contribuir al


fortalecimiento de capacidades de prestadores de servicios para
asegurar que dichos servicios son adecuados y utilizan un enfoque
de género interseccional uno de nuestros objetivos es generar una
mayor conciencia en las comunidades donde trabajamos sobre cómo
se manifiesta la violencia de género y sus consecuencias, y cómo se
previene este proyecto también busca generar espacios para la vin-
culación en el intercambio de información y experiencias entre las
defensoras de derechos, prestadores de servicios y organizaciones
y redes de la sociedad civil locales, nacionales e internacionales.”
(Juntas de Norte a Sur, 2021)

69 ORGANIZACIONES LATINOAMERICANAS DE SALUD MENTAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO...


JAVIERA MENCHACA

Nos propusimos hacer un diagnóstico de la situación de las


organizaciones de salud mental con perspectiva de género, a partir
de esta base de datos. La base de datos contaba con 4017 organiza-
ciones de 27 países de América Latina y el Caribe. La recolección
de datos se realizó a través de un formulario en línea y la muestra
se construyó a través de la técnica bola de nieve. Además de esto, a
principio de año en CIDEM hicimos nuestro propio levantamiento
de organizaciones a través de una metodología similar, donde regis-
tramos 41 organizaciones en 5 países. Se complementó la base de
datos original de Juntas de Norte a sur con estas 41 organizaciones.

Al registrarse en el directorio de Juntas de Norte a Sur, las


organizaciones tenían la posibilidad de registrar que realizaban
distintos tipos de atención, entre la que se encontraba la “Evalua-
ción y atención en salud mental”. Para hacer el estudio, tomamos
en cuenta solo las organizaciones que hubiesen marcado esa op-
ción. Entonces quedamos con una muestra mucho más pequeña de
alrededor de 300 casos de organizaciones que realizan la atención
de salud mental. Básicamente tenemos una muestra compuesta de
casos de Argentina y Chile, por lo que nos vamos a centrar en esos
datos. Aquí para que sea más visible. Estos son los mismos datos que
antes, pero en porcentajes para que veamos cómo se distribuyen del
total de organizaciones que el porcentaje que realiza atención en
salud mental con perspectiva de género o feminista.

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Tabla 1. Organizaciones que realizan Evaluación y atención en


salud mental en América Latina y el Caribe

Tomando en cuenta sólo a Argentina y Chile por la cantidad


de casos que registran, la gran mayoría de las que respondieron la
encuesta son organizaciones de gobiernos que prestan atención fe-
minista en salud mental. Nos parece súper interesante de tener en
cuenta que el mismo Estado sea quien provee de estos servicios.

En Argentina la mayor parte de las instituciones son organi-


zaciones de gobierno, mientras que hay muy pocas instituciones pri-
vadas o de la sociedad civil entregando estos servicios en ese país.
Puede ser problema de la muestra, y que la encuesta no haya lle-
gado a las organizaciones privadas, pero no deja de llamar la aten-
ción lo amplio que es el servicio del Estado en Argentina.

Por otro lado, en Chile el 69% es un servicio entregado desde


el Gobierno. También es la mayoría. Un 4,8% de estos servicios son
entregados por instituciones privadas, un 13,1% por la sociedad civil

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y un 12,4% es entregado por colectivos, organizaciones que nosotros


identificamos como más informales en el sentido de que no tienen
Constitución formal.

Tabla 2. Tipo de Organizaciones que realizan Evaluación y aten-


ción en salud mental Argentina y Chile

Las fuentes de financiamiento de estas organizaciones en


Argentina son en su mayoría públicas porque son instituciones de
Gobierno. En Chile también, la mayor parte, el 65,5% de las orga-
nizaciones, funcionan a través de financiamiento público. El 2,8%
funciona con un financiamiento comunitario y un 6,2% con un fi-
nanciamiento privado. Y el resto no, responde al respecto de sus
fuentes de financiamiento.

Tabla 3. Fuentes de financiamiento de Organizaciones que realizan


Evaluación y atención en salud mental en Argentina y Chile

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Estas organizaciones, a la vez realizan otras acciones. En Ar-


gentina se realizan acciones de prevención través de la sensibili-
zación e información, capacitación y educación y fortalecimiento
comunitario en estas instituciones, que podríamos decir que es ma-
yoría, son de Gobierno, se encargan de tener importantes acciones
de prevención.

En Chile vemos que las instituciones hacen acciones de sen-


sibilización e información. En comparación a Argentina, hay menos
instituciones que realizan capacitación y fortalecimiento comuni-
tario. Y hay pocas que realizan acciones de prevención en disuasión
y Consejería de Salud sexual y reproductiva.

Gráfico 1. Acciones de prevención de organizaciones de Argentina


y Chile

En cuanto a atención social, en Argentina se realizan acciones


de primera escucha, asistencia telefónica, asistencia interdiscipli-
naria integral, acompañamiento sicosocial. Mientras que en Chile,
hay un 53% que hace primera escucha, un 43% que hace existencia
de telefónica y un 5,5% asistencia interdisciplinaria integral. 58%
hace acompañamiento sicosocial. Por otro lado, pocas organizaciones
hacen atenciones sociales relacionadas al empoderamiento econó-
mico, al alojamiento seguro y asistencia en materia económica.

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Gráfico 2. Atenciones sociales de organizaciones de Argentina y


Chile

No hay datos de acciones en torno al ámbito social de la vio-


lencia en Argentina, sólo habían de Chile. Solo un 9,7% hace acciones
comunitarias, un 73% hace una acción contra la violencia domés-
tica y menos del 10% se hace cargo de la salud reproductiva y obs-
tétrica, institucional y laboral.

Gráfico 3. Ámbito social de las violencias que abordan organiza-


ciones en Chile

En Chile, los tipos de violencia que estas organizaciones se


hacen cargo de la física y la psicológica, sobre el 70% y sólo un 10%
se hace cargo de la violencia sexual. Un 29% de la económica y pa-
trimonial y 5,5% de la política, 3% de la mediática y en línea.

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Gráfico 4. Tipo de violencia que abordan organizaciones en


Chile

Entonces, algunas ideas de este diagnóstico inicial para em-


pezar a pensar en la salud mental feminista desde Latinoamérica
es que la mayor parte de las organizaciones que realizan evaluación
y atención en salud mental se encuentran en Argentina y en Chile.
Esto se puede deber a la muestra, puede que haya muchísimas más
en otros países, solo que no hemos alcanzado a registrarlas. Sin em-
bargo, es llamativo el gran porcentaje de organizaciones que res-
ponden en Chile y Argentina, versus los otros países que hay muy
pocos casos.

En Argentina, un servicio que en su mayoría es provisto por


el Gobierno, las otras organizaciones que lo proveen son porcen-
tajes muy pequeños. En Chile también la mayoría es de estas aten-
ciones son por parte del Gobierno. Sin embargo, existen colectivos,
organizaciones privadas y sociedad civil entregando estos servi-
cios, también participando activamente y un gran porcentaje de
las instituciones argentinas declaran realizar acciones de preven-
ción, mientras que en Chile es principalmente de sensibilización y
vamos viendo como todavía falta mucha información sobre las ac-
ciones que realizan.

A la vez, esto abre preguntas prácticas como desde que en-


foque trabajan, cómo lo hacen, cuáles son las instituciones que lo

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hacen, ir identificando con mayor profundidad las organizaciones


que están trabajando esto y desde dónde, cómo, por qué, para qué.

Entonces la pregunta final y la provocación que queremos


hacer con este Simposio y con esta presentación es, ¿Cómo dejamos
registro del trabajo que estamos haciendo, como empezamos a es-
cribir nuestra historia, salud mental feminista en Latinoamérica?
¿Cómo nos encontramos para seguir cómo nos organizamos para
dejar de estar aisladas, cada una por su parte y que sea un trabajo
tan extenso generar relaciones cómo empezamos a trabajar en con-
junto?

Queda en nuestras manos escribir las historias de salud mental


feminista en Latinoamérica.

No somos histéricas, somos históricas.

Estamos cuestionando desde nuestros lugares, desde nues-


tros ctextos cómo hacer salud mental y toca empezar a escribir esta
historia para que dejemos de descubrir la rueda cada vez, para que
empecemos a poder construir sobre lo que ya sabemos. Como ha-
blábamos ayer, a dejar de explicar las bases y empezamos a seguir
avanzando en un conocimiento que, me imagino que todos los que
estamos acá tenemos la convicción que es necesario por un tema
de justicia social.

Muchas gracias.

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JAVIERA MENCHACA

Referencias bibliográficas

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