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El autor sostiene que la cultura está constituida, en primer y principal lugar, por ideas
contagiosas. Por tanto, afirma que explicar la cultura es explicar por qué y cómo hay ideas
que
son contagiosas. Esto requiere la elaboración de una auténtica epidemiología de las
representaciones.
Admite así que lo interesante no es saber si las ciencias sociales son ciencias, sino si se
sitúan en
un mismo continuo con las ciencias naturales (asumiendo, como él lo hace, que las ciencias
naturales sean aproximadamente continuas entre sí).
Sperber afirma que los programas de investigaciones de las ciencias sociales tienden a
exhibir un sano eclecticismo en su metodología, aprovechando cuantas herramientas
puedan
servirles de ayuda. En particular, cuando les conviene usar métodos tomados de las ciencias
naturales, por regla general, los utilizan. Sin embargo, con bastante frecuencia, la
metodología
de las ciencias naturales es pesada e inútil de cara a la consecución de las metas científicas
sociales. La imaginación psicológica, la comprensión de sentido común y la pericia basada
en la
experiencia son, a menudo, las herramientas más eficaces. Sin embargo, el uso de los
métodos
de la ciencia natural puede ser necesario, aunque no es suficiente para hacer científico-
natural
un programa de investigación (como lo ilustra el caso de la economía: muy científica en sus
métodos, pero en absoluto naturalista). Esto conduce al autor a la afirmación de que lo más
importante es la meta. Y... “Una meta natural prototípica es descubrir algún mecanismo
natural
que explique un amplio conjunto de fenómenos de manera comprobable” (p. 14).
Entonces se pregunta: ¿por qué no hay una ciencia natural de lo social hasta la fecha? Y
se responde que, en primer lugar, porque pocos científicos sociales se han preocupado por
elaborar esa ciencia. Y, en segundo lugar, y lo que él considera aún más importante, porque
las
cosas sobre las que versan las ciencias sociales – como la política, el derecho, la religión, el
dinero y el arte – no se ajustan de ninguna manera evidente al mundo natural.