Palapa

Universidad de Colima
palapa@ucol.mx
ISSN (Versión impresa): 1870-7483
MÉXICO

2007
Héctor Javier González Licón
DESEMPEÑO TÉRMICO Y DETERMINACIÓN DEL RANGO DE CONFORT EN UNA
VIVIENDA TRADICIONAL DE ADOBE EN ZOPOCO, MICHOACÁN, MÉXICO
Palapa, julio-diciembre, año/vol. 2, número 002
Universidad de Colima
Colima, México
pp. 31-38

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México

http://redalyc.uaemex.mx
 Palapa | issn: 1870-7483 | Vol. 1i | Núm. 1i | pp. 31-38 | Julio-diciembre de 2007
INVESTIGACIÓN || RESEARCH
Desempeño térmico y determinación del rango de confort en
una vivienda tradicional de adobe en Zopoco, Michoacán, México
Thermal performance and determination of the comfort range
at adobe traditional dwelling in Zopoco, Michoacán, Mexico
Héctor Javier González Licón1
Recibido: 03/04/06 || Dictaminado: 01/06/07, 11/06/07, 20/06/07 || Aceptado: 15/11/07.
Resumen
El objetivo de este estudio es analizar la arquitectura tra-
dicional de la Cañada de los Once Pueblos, en el estado de
Michoacán, México, para conocer las características cons-
tructivas, así como los materiales de la vivienda tradicional
y su adecuación al medio ambiente. El análisis que se hace
se refiere principalmente al patrimonio arquitectónico que
no aparece en los inventarios oficiales, debido a que —se
supone— carece de “monumentalidad”, pero paradójica-
mente integra la gran mayoría del patrimonio construido
del país. Para las mediciones de temperaturas y humedad
relativa que se realizaron en la población de Zopoco se es-
cogió una vivienda que reuniera las características tradicio-
nales de la zona de acuerdo con el esquema considerado
como unidad básica, es decir, áquel que conserva la distri-
bución espacial de cuarto, pórtico y tapanco, y que por sus
materiales respondiera al esquema de la vivienda tradicio-
nal: cimientos de piedra, muros de adobe y cubierta de teja
de barro. En la parte cuantitativa del análisis se presentan
los datos del monitoreo del comportamiento térmico de la
vivienda, así como resultados y conclusiones de esta eva-
luación.
1
hglicon@hotmail.com, hglicon@umich.mx
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
 31 
Abstract
The objective of this study is to analyze the architecture of La
Canada de los Once pueblos in the State of Michoacán, Mex-
ico, in order to understand constructive characteristics and
building materials of the traditional living quarters and its
adaptation to the environment. This analysis refers mainly to
construction at large not appearing in the official inventory,
because it is supposed to lack monumentality. However, as
a paradox, it integrates the great majority of dwellings built
in the country. In temperature and relative humidity mea-
surements realized in the town of Zopoco, dwelling that con-
tained the traditional characteristics of the area according to
a basic unit outline was selected. This structure contained
the typical characteristics of the room, door and awing, as
well as the traditional materials used in construction: rock
foundation, adobe walls and clay shingles. The thermal data
of the dwelling is presented in a section of the analysis that
includes results and conclusions of this evaluation.
PALABRAS CLAVE | vivienda tradicional, desempeño térmico,
adaptación.
KEY WORDS | traditional dwellings, thermal performance,
adaptation.
Revista de Investigación Científica en Arquitectura
Journal of Scientific Research in Architecture
 Héctor Javier González Licón || Desempeño térmico y determinación del rango de confort
Introducción
Cuando hablamos de la vivienda tradicional nos referimos
a la vivienda vernácula, a las formas de construcción que
pueden encontrarse en la zona rural, producto de una cul-
tura que responde a su entorno con propuestas particula-
res que se adecuan al medio ambiente. Por lo general, nos
referimos a lo típico de una región o país; algunas de las
características principales de la arquitectura vernácula son
su adecuación al medio físico donde se enclava, las carac-
terísticas de los espacios que se conforman y el empleo de
materiales autóctonos, que junto con los aspectos socio-
culturales, las tecnologías y la construcción se convierten
en factores modificantes de la arquitectura.
De manera general consideramos que la arquitectura
tradicional de adobe es una buena solución pues responde
adecuadamente al esquema de vivienda para el clima de
la región purépecha (González, 2006). La hipótesis de la
investigación plantea que la arquitectura tradicional se ha
dado como una respuesta al medio ambiente que la rodea,
y de esta manera se han podido encontrar los materiales,
sistemas constructivos y partidos arquitectónicos para cada
región. Dentro de los argumentos para afirmar lo anterior
se encuentra la altura de las casas, el pórtico —elemento
distintivo de la vivienda de la región—, o el tapanco, el pa-
tio y la huerta, que propician un microclima; otros consi-
deran los materiales utilizados como el adobe y la teja. Sin
embargo no existen estudios en la zona para comprobar
si efectivamente se trata de características propias, o hay
variables o aspectos específicos de estas viviendas que son
los que aportan una adecuación al medio ambiente.
Dentro de los objetivos del monitoreo del microclima de
la región purépecha está la obtención de datos puntuales
de temperatura y humedad relativa de poblaciones repre-
sentativas de las zonas de la región, así como el análisis de
las características constructivas recurrentes en la arquitec-
tura tradicional, que se han ido adaptando para proporcio-
nar a sus usuarios condiciones de confort térmico.
Otro punto importante es definir el modelo adaptativo
para la determinación de la zona de confort del área estu-
diada. Desde el punto de vista científico se analizaron los
fenómenos de transferencia en el interior de estas vivien-
das, para así conocer de una manera no sólo cualitativa
sino también cuantitativa qué tanto han respondido al cli-
ma que las rodea.
Descripción del sitio
Para el caso de estudio se consideró la población de San
Pedro Zopoco, que pertenece al municipio de Chilchota,
ubicada en las coordenadas 19°50’23” de latitud norte y
32
102°04’33” de longitud oeste, a una altitud de mil 820 me-
tros sobre el nivel del mar.
El valle del río Duero, mejor conocido como la Cañada de
los Once Pueblos, es un pequeño valle que corre de oriente
a poniente en el borde norte de la meseta purépecha. Dicho
valle tiene una extensión aproximada de 12 kilómetros de
largo por dos de ancho. En el extremo más alto se ubica
la población de Carapan, a una altura de mil 940 metros
sobre el nivel del mar; en el extremo más bajo se encuentra
el poblado de Chilchota, a mil 780 de altura.
Zopoco se encuentra dentro de la Cañada, sobre un pe-
queño llano. El esquema general de organización corres-
ponde a calles ortogonales y con una modulación de las
manzanas de forma regular; la vegetación corresponde al
bosque mixto con especies de pino y encino; la tenencia de
la tierra es el minifundio, que se distingue por lo pequeño
de las superficies de riego y de temporal trabajadas (Rodrí-
guez, 1986).
Clima
Según la clasificación climática de Köppen modificada por
E. García, el clima de la Cañada es CW templado con lluvias
en verano, y del tipo Ganges g, es decir la temperatura más
alta se presenta antes del solsticio de verano, casi siempre
en el mes de mayo (Vargas, 2003). La temperatura máxima
promedio mensual tiene lugar en mayo y es de 28.08 °C, y
la mínima en enero, 6.80 °C. Los meses con menor precipi-
tación pluvial son febrero con 5.90 milímetros, mientras el
más lluvioso es agosto con 237.2 milímetros. La precipita-
ción anual es de 935.2 milímetros, por lo que se considera
un clima templado con lluvias en verano. Por otro lado, la
oscilación de temperatura media en el mes más cálido es
de 17.7 °C y en enero de 16.05 °C.
Tipología de la vivienda de la Cañada
La traza de los pueblos de la Cañada conserva de manera
general el esquema virreinal de las instituciones civiles y re-
ligiosas localizadas en torno a una plaza abierta. Aunada a
la traza, una característica fisonómica de los pueblos verná-
culos es que mantienen cierta unidad y una gran congruen-
cia con su entorno, ya que los materiales utilizados en su
construcción, como piedra, adobe, madera, teja, etcétera,
son productos que en su base ofrece el medio físico. La ar-
quitectura de la zona conserva reminiscencias del esquema
y tradición indígenas, manifestados en el programa arqui-
tectónico, cuya unidad se componía de espacios mínimos
privados y de espacios para almacenar los granos. Esta fun-
cionalidad múltiple caracterizaba a las construcciones de
Palapa | Vol. 1i | Núm. 1i | Julio-diciembre de 2007
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los indígenas en general, en donde un solo lugar podía ser
aprovechado para diversas funciones.
La arquitectura, por lo tanto, consistía en módulos ais-
lados de construcciones de un solo nivel y con un mínimo
de unidades habitacionales, con un mayor predominio de
espacios abiertos para las actividades propias de las po-
blaciones dedicadas a los trabajos del campo, conceptos
que pudieran reflejar las aplicaciones prácticas de las ins-
trucciones (De la Torre, 1995). Para la segunda mitad del
siglo xvii la arquitectura doméstica presentaba la inclusión
de nuevos espacios y la adopción del espacio cerrado.
En la Cañada el sistema de edificaciones que se distin-
gue está compuesto de volúmenes rectangulares, cubier-
tos con techos de vertientes inclinadas, cuyos paramentos
delimitan el sistema de calles y espacios abiertos públicos,
en los que predomina el macizo sobre el vano. La mayoría
de las viviendas tradicionales en la región se construían a
partir de formas geométricas sencillas, por ejemplo una
planta rectangular rematada por una cubierta a una, dos o
más aguas, todo hecho de materiales propios de la zona.
(Figuras 1 y 2).
| se aprecian los paramentos de los solares dentro de los cua-
FIGURAS 1 y 2
les destaca el predominio del macizo sobre el vano.
Palapa | Vol. 1i | Núm. ii | Julio-diciembre de 2007
La forma de estas viviendas se repetía a lo largo de todo
el asentamiento, lo que origina en ocasiones composicio-
nes integrales. Dentro de la tipología arquitectónica de
la región purépecha se aprecian varios tipos de vivienda
acordes con su emplazamiento. En el caso de la zona que
corresponde a la Cañada se presenta la disposición del za-
guán como acceso al solar y crujías como espacios de habi-
tación o cocina (Azevedo, 2002).
La vivienda tradicional rural, por su parte, se construye
con cimientos de piedra y muros de adobe, y se cubre con
estructuras de madera con cubiertas de teja de barro, aun-
que ya es frecuente el uso de lámina de cartón, metálica
o de asbesto; los pisos son de tierra o firmes de concre-
to. Como construcciones anexas, se encuentran las des-
tinadas a complementar las labores tanto agrarias como
domésticas, ubicadas alrededor del patio. Ahí se realizan
actividades secundarias como lavado y mantenimiento de
herramientas para labores de cultivo; se emplazan en algu-
nos casos la cocina de humo, el tejado para el almacenaje
de herramientas o para el trabajo artesanal, y un pequeño
huerto. (Figuras 3 y 4)
| esquema de la vivienda de adobe estudiada y un apunte
FIGURAS 3 y 4
tridimensional.
El esquema recurrente de la vivienda tradicional se ha
ido adaptando con el transcurso del tiempo. Se compone
de: a) el zaguán, espacio de transición entre el exterior y el
interior, que conecta con el corredor o directamente con el
patio; b) la crujía, espacio cerrado que sirve como dormito-
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 Héctor Javier González Licón || Desempeño térmico y determinación del rango de confort
rio, por lo general sin ventanas, que se comunica con el co-
rredor; c) el corredor o pórtico, siempre asociado a la crujía,
sirve de transición entre el patio y el zaguán; y d) el patio,
unidad básica que funciona como elemento distribuidor de
la vivienda.
El pórtico o corredor, al igual que el tapanco, funciona
como un dispositivo térmico, ya que actúa como un ele-
mento de protección de los muros interiores de la crujía,
retardando la transmisión de calor hacia el interior del área
habitacional. Al provocar un área sombreada entre el patio
y las crujías, se genera un espacio que sirve como separa-
dor entre el sol y la sombra.
Por su parte, la doble cubierta que proporciona el ta-
panco a la crujía tiene cuatro consecuencias: 1) el espacio
hueco del tapanco proporciona un aislamiento adicional
durante los días calurosos, mientras la capacidad térmica
del adobe defiende de las temperaturas diurnas; 2) el ado-
be conserva el calor durante las noches frías; 3) el tapanco
y cubierta le ayuda a retener el calor por más tiempo ante
el frío de la noche; y 4) el techo de teja despide el agua y
protege el adobe en la estación de lluvias, así como del sol
directo, reduciendo la acumulación del calor y, como con-
secuencia, el calentamiento de la casa.
FIGURA 5 | corte esquemático que muestra al tapanco en la parte superior,
utilizado para guardar granos. En la parte inferior izquierda se muestra
el corredor y a la derecha el espacio que corresponde a la crujía, que se
utiliza como dormitorio.
Descripción del instrumento utilizado
Las mediciones se realizaron con los data logers, tipo hobo,
instrumento electrónico capaz de medir temperatura, hu-
medad relativa e intensidad luminosa. La información se
recaba por medio del software que permite decodificar la
información.
34
Monitoreo de temperaturas y humedad relativa para
determinar el comportamiento térmico de
la vivienda típica
El objetivo de este estudio de caso fue determinar el des-
empeño de una vivienda tradicional en Zopoco, Michoacán,
para lo cual se eligió una vivienda que reuniera las caracte-
rísticas tradicionales de la zona de acuerdo con el esquema
considerado como unidad básica, es decir, aquél que con-
serva la distribución espacial de: cuarto, pórtico y tapanco,
y que por sus materiales respondiera al esquema de la vi-
vienda tradicional: cimientos de piedra, muros de adobe y
cubierta de teja de barro.
La vivienda objeto de nuestro estudio es un sistema
termodinámico donde existe un volumen de aire del cual
nos interesa saber sus condiciones de temperatura y hu-
medad, ya que el grado de comodidad de los usuarios de la
vivienda dependerá de estas condiciones. El volumen está
delimitado por una envolvente que interactúa con el me-
dio ambiente, lo que propiciará un intercambio de energía
calorífica entre el exterior y el interior de la habitación; la
dirección de este flujo dependerá de la diferencia de tem-
peraturas entre el volumen de control y el medio exterior,
siempre yendo de mayor a menor temperatura.
Para efectos de comparación también se monitoreó
el desempeño térmico de una vivienda testigo, construi-
da con materiales convencionales, no tradicionales, tales
como tabique de barro rojo recocido en los muros y concre-
to armado en la cubierta.
El intercambio de calor a través de la envolvente pue-
de ser por conducción, convección o radiación a través de
elementos sólidos como muros y techos, sin dejar de men-
cionar que el vano correspondiente a la puerta de acceso
representa un elemento de intercambio energético impor-
tante.
La zona de confort es aquella dentro de la cual el cuerpo
humano no realiza ningún esfuerzo en sus sistemas circu-
latorio y de secreción de sudor para adaptarse al medio,
esfuerzo que lógicamente le resta energías para realizar
otras actividades y que le produce incomodidad. La zona
de confort, denominada generalmente temperatura neutra,
representa un punto en la escala térmica, por lo cual es más
conveniente hablar de un rango de temperatura en la cual
el individuo expresa satisfacción térmica con el ambiente.
El rango de confort térmico ha sido definido de distintas
maneras por distintos autores. Uno de ellos es Auliciems,
quien define la temperatura neutra como:
Tn = 17.6 – 0.31 (tma)
Zc = Tn ± 2.5
Palapa | Vol. 1i | Núm. 1i | Julio-diciembre de 2007
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donde: La información de los datos de campo corresponden al

Tn = temperatura neutra
tma = temperatura media anual
Zc = zona de confort
Dentro de la investigación, se recabó la información de
los datos históricos de temperatura, humedad relativa y pre-
cipitación pluvial de 1966 a 1986, reportados por la estación
metereológica de la Comisión Nacional del Agua número
16015, localizada a una latitud de 19°52´, longitud de 102º03´
y una altitud de dos mil 50 metros. La información recabada
nos permite determinar la temperatura neutra, así como los
datos de las temperaturas inferior y superior de confort de
acuerdo con la fórmula de Auliciems (figuras 6 y 7).
monitoreo de la temperatura y humedad relativa del inte-
rior y exterior de la vivienda; se recabaron los datos de tem-
peratura y humedad relativa cada hora durante un año.
Lo anterior nos permitió elaborar una serie de gráficas
que muestran el desempeño y grado de adecuación de la
vivienda al medio ambiente durante los diferentes periodos
del año.
Resultados
La propuesta de zona de confort se determinó en primera
instancia bajo la fórmula de Auliciems, y bajo este mismo
esquema se elaboraron los gráficos correspondientes a
enero y mayo, cuando se presentan los datos de las tempe-
raturas monitoreados en las dos viviendas estudiadas.
En la tabla 1 se muestran los resultados de las tempe-
raturas monitoreadas con los datos que corresponden a
enero, el mes más frío del año, y a mayo, el más cálido.
Se incluyen los datos de temperatura neutra y los límites
superior e inferior de la zona de confort de acuerdo con la
fórmula de Auliciems (1981).

TABLA 1 |

Temperaturas mensuales y límites de confort.

Temperaturas
Zona de confort
FIGURA 6 | temperaturas históricas exteriores. Mes promedio
Interior Exterior TN TN + TN –
Para la zona de la Cañada la temperatura neutra de mayo, Enero 14.5 11.1 21.7 25.2 18.2
que corresponde al mes más cálido, se determinó en 23.36ºC Mayo 17.0 19.4 22.8 26.3 19.3
con una temperatura inferior de confort de 19.86°C y una TN Temperatura neutra
temperatura superior de confort de 26.86 º C; para el mes TN+ Temperatura superior de confort
más frío, que corresponde a enero, la temperatura neutra es TN- Temperatura inferior de confort
de 22.08º C con una temperatura inferior de confort de 18.58°
C y una temperatura superior de 25.58° C, mientras que el De acuerdo con el modelo adaptativo planteado por Au-
higropreferendum es de 50 por ciento en cualquier época del liciems, la vivienda de adobe y la construida con tabique
año, con una tolerancia de +/-30 por ciento. registran temperaturas en mayo dentro de los rangos de
confort, sin embargo los datos correspondientes al mes de
enero entre la vivienda de adobe y la de tabique presentan
discrepancias muy marcadas.

Tabla 2 |
Déficit y superávit de temperaturas durante los meses de enero y mayo en
las viviendas construidas con adobe y tabique.

Adobe Tabique
Mes
Superávit Déficit Superávit Déficit
Enero 0.0 83.0 0.0 33.3
FIGURA 7| temperaturas históricas exteriores. La gráfica muestra los gra- Mayo 0.0 0.0 0.0 0.0
dientes de la temperatura media según la hora y el mes.

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 Héctor Javier González Licón || Desempeño térmico y determinación del rango de confort
Con respecto al grado de humedad, los registros de
humedad relativa monitoreados tanto en enero como en
mayo se encuentran dentro de los parámetros, es decir >20
por ciento y <80 por ciento.
Las gráficas y los datos anteriores procesados bajo el
modelo adaptativo de Auliciems no muestran un grado de
adecuación de la vivienda tradicional al medio ambiente;
por el contrario, muestran un comportamiento térmico po-
bre con un déficit mayor al de la vivienda de tabique, es de-
cir, temperaturas dentro de la zona de confort en verano y
un déficit de 83.0 °C promedio mensual en invierno (°ChF),
sin manifestar mayores diferencias.
Por lo anterior y con el objetivo de validar una de las
hipótesis planteadas en esta investigación, recurrimos a
los trabajos de Chávez de Valle y Mauricio Roriz, quienes
bajo el modelo adaptativo apoyan sus investigaciones en
Humphreys, Aulicielms y Nicol, cuyos modelos proponen
ecuaciones distintas que relacionan la temperatura neutral
con la temperatura exterior promedio mensual.
Menciona Chávez (2002) que en su investigación, para
definir los límites de temperatura de la zona de confort, se
analizó y se comparó el comportamiento de tres ecuacio-
nes propuestas por distintos autores, quienes calculan la
temperatura interior Tn partiendo de la temperatura exte-
rior Tmmo o Tm (temperatura horaria promedio mensual
o temperatura media exterior). Añade que se eligió este
tipo de ecuaciones ya que se buscaba una zona de con-
fort térmico que variara principalmente con la temperatura
exterior. Esto, con varias finalidades; una de ellas, que el
ambiente térmico interior fluctúe de manera similar a la
del ambiente exterior pero en una escala menor y dentro
de ciertos límites.
Lo anterior se fundamenta en la hipótesis de que cual-
quier ambiente, ya sea interior o exterior, en que se desarro-
lle actividad humana ha de tener una variabilidad temporal,
ya que nuestro organismo ha estado habituado por un sin-
número de años a estos cambios en el ambiente, y desde
hace decenas o cientos de miles de años no ha tenido cam-
bios evolutivos que evidencien un ambiente estático como
el que plantean muchos de los índices de confort y edificios
modernos. En ellos, se propone una temperatura fija para
todo el día, durante varios meses y en ocasiones con una
variación de 3 ºC entre la temperatura para verano y la tem-
peratura para el invierno, aplicando incluso la temperatura
más baja en verano y la más alta en invierno. Esto provoca
un mayor contraste térmico y, por lo tanto, malestar.
Con base en lo arriba señalado, la zona de confort tér-
mico propuesta será menos exigente, ya que, al tener una
oscilación la temperatura interior referida a la exterior, los
gradientes de temperatura entre el exterior y la sugerida en
la zona de confort para el interior serán menores, tanto en
la temporada fría como en la cálida.
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Con la zona de confort térmico propuesta por Chávez, al
igual que por Roriz, no se busca una temperatura neutral,
sino un rango de temperaturas para cada instante en las
que el usuario del espacio tenga una sensación de confort
ligeramente frío o ligeramente cálido y con variaciones. Lo
anterior se establece basándose en la hipótesis de que un
ambiente estático donde se mantienen fijos los parámetros
del clima interior es menos confortable que un ambiente en
el que hay ligeras variaciones que no resulten incómodas;
por el contrario, al generar un leve contraste entre las con-
diciones de un momento y el siguiente se experimenta una
sensación agradable.
En suma, la temperatura de confort no se tiene que
establecer, para periodos diarios, mensuales o anuales, y
puede existir un rango de temperaturas considerablemente
amplio en que las condiciones del ambiente sean conforta-
bles para un alto porcentaje de los usuarios.
Después de desarrollar las gráficas para evaluar el com-
portamiento térmico de la vivienda bajo la tesis de Chávez
del Valle, abordaremos el discurso y planteamientos de
Mauricio Roriz (2003). Él se basa en una hipótesis sobre
límites confortables de temperatura del aire en ambientes
interiores, que conjuga observaciones prácticas y modelos
teóricos sobre sensaciones térmicas humanas. Algunos
modelos en la actualidad más aceptados consideran que
la capacidad humana de adaptación es mejor, reforzando
la antigua teoría de que al interior de las edificaciones las
preferencias térmicas de las personas varían en función de
las condiciones climáticas. Por lo tanto, estos modelos por
lo general adoptan intervalos constantes de temperaturas
de confort, acompañando la oscilación horaria de tempe-
ratura exterior.
La aseveración anterior se vincula con una de las hi-
pótesis planteadas en nuestro trabajo: el ambiente térmi-
co dentro de la vivienda tradicional de la región purépecha
debe tener oscilaciones temporales parecidas, aunque en
diferente escala, a las que se dan en el ambiente exterior, lo
que permite una mejor adecuación a la vivienda tradicional
que a una vivienda convencional construida con materiales
industriales.
Dentro del desarrollo de la hipótesis, Roriz señala algu-
nas acciones para plantear las fluctuaciones horarias de la
zona de confort térmico, en función de la amplitud y las
oscilaciones de la temperatura exterior.
Las figuras 8 y 9 sintetizan la propuesta de Roriz y desta-
can la zona de confort variable de los meses de diciembre
y junio.
El resultado de las temperaturas monitoreadas bajo el
esquema modelo adaptativo de Humphreys, propuesto por
Mauricio Roriz, arroja los siguientes resultados (ver tabla 3).
Las gráficas de temperaturas monitoreadas y medidas
bajo las fluctuaciones horarias de la zona variable de con-
Palapa | Vol. 1i | Núm. 1i | Julio-diciembre de 2007
 Héctor Javier González Licón || Desempeño térmico y determinación del rango de confort
fort propuesta por Humphreys y adaptada por Roriz pre-
sentan una oscilación de 40 por ciento de la amplitud de
la temperatura exterior, con una franja de confort entre el
límite superior de temperatura y el límite inferior de 5 °C,
equivalente a ± 2.5 °C.
déficit y superávit de temperaturas al interior de la vivienda en el
FIGURA 8 |
mes de diciembre, de acuerdo a la propuesta de Roriz.
Déficit y superávit de temperaturas al interior de la vivienda en el
FIGURA 9 |
mes de junio, de acuerdo a la propuesta de Roriz.
Conclusiones
Sobre el tema de la vivienda podemos decir que ésta ha
evolucionado muy lentamente a lo largo de los años, aun-
que en las últimas décadas ha experimentado cambios ver-
Palapa | Vol. 1i | Núm. ii | Julio-diciembre de 2007
TABLA 3 |
En la tabla se muestra que la vivienda de adobe presenta un mejor desem-
peño térmico en comparación con la vivienda construida con materiales
industrializados, durante los meses de enero y mayo, que son los que
presentan las temperaturas extremas durante el año.
Mes Adobe Tabique
Superávit Déficit Superávit Déficit
Diciembre 0 2.5 0.6 3.6
Junio 0 0 0 0
tiginosos, producto sobre todo de la incorporación de los
materiales industrializados; aunque no se puede negar la
incidencia de las transformaciones sociales, económicas y
políticas en su evolución.
La arquitectura tradicional rural presenta características
particulares, dependiendo de la región donde se ubique, las
relaciones socioculturales, el clima y los materiales, y mani-
fiesta una función de abrigo acorde con el lugar de construc-
ción y en armonía con su medio ambiente, con una técnica
y una tecnología apropiadas. También es adecuado destacar
que la arquitectura es inseparable de su entorno, más que
físicamente, conceptualmente, pues la arquitectura se forja
a partir de su ubicación en un sitio concreto. Este sitio y sus
circunstancias constituyeron elementos básicos para la con-
formación de la misma.
La vivienda tradicional rural es un proceso dinámico in-
serto en las relaciones sociales de producción y, por consi-
guiente, es un bien de consumo.
Es indudable que el clima determina, de manera decisi-
va, la vivienda tradicional rural; y se puede observar en las
techumbres, alturas y vanos, que adoptan diferentes carac-
terísticas dependiendo del entorno.
Son también determinantes en la forma de la vivienda
las características estructurales de los materiales del lugar,
ya que, entre otros, determinan las alternativas de solución
estructural.
Pese a las limitaciones o imposiciones de las que ya he-
mos hablado, el habitante del medio rural tiene la habilidad
de manejar en forma empírica los elementos ordenadores
del espacio arquitectónico.
Por los resultados encontrados en el estudio, queda de
manifiesto que la vivienda tradicional construida de ado-
be dentro de la región de la Cañada presenta una mejor
adecuación al medio ambiente durante el mes más cálido
(mayo) y el mes más frío (enero).
Los datos recogidos en el estudio y procesados bajo el
modelo adaptativo de Humphreys muestran una buena
adecuación de la vivienda tradicional de adobe al medio
ambiente, y una diferencia en el comportamiento térmico
de la vivienda construida con tabique, la cual presenta des-
empeño térmico con un mayor requerimiento de energía.
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 Héctor Javier González Licón || Desempeño térmico y determinación del rango de confort
Debemos señalar que dentro de los aspectos que uni-
fican y caracterizan a la vivienda purépecha está el uso de
un patio principal, espacios interiores con vegetación que
propician un microclima; de igual manera la vivienda se
caracteriza por el predominio del macizo sobre el vano y
por la escasa ornamentación.
La comunidad purépecha ha demostrado una fuerte
identidad colectiva. La persistencia de dicha unidad local
se debe a las estructuras comunitarias internas. El preca-
rio pero flexible equilibrio entre las diferentes escalas del
entorno comunales ofrecen a sus integrantes la posibilidad
de recurrir a su herencia cultural, adaptándose a su entor-
no social.
Como se ha señalado en el trabajo, son múltiples los
métodos y las fórmulas elaboradas para el cálculo del con-
fort térmico; no obstante, vemos que en la mayoría de ellas
se establecen rangos de temperatura fijos a lo largo del
tiempo donde, además, tampoco se consideran aspectos
tan importantes como la situación geográfica y otros fac-
tores socioculturales o personales. Igualmente, debemos
señalar que algunas de las propuestas de las llamadas zo-
nas de confort han sido elaboradas previendo el acondicio-
namiento por medios artificiales, sin tener en cuenta una
posibilidad de variación diaria o estacional de los rangos
de consigna establecidos.
Es importante destacar que la búsqueda del modelo
adaptativo para determinar la zona de confort para el área
de estudio es un aporte dentro de la investigación, ya que
permite hacer lecturas del desempeño térmico con mayor
certeza, pues se toma en cuenta la variabilidad de la zona
de confort, en contraste con los modelos de donde los lími-
tes de confort permanecen estáticos.
Es común que todas las hipótesis, incluso las aquí for-
muladas, antes de que puedan ser validadas o rechazadas,
necesitan ser estudiadas más profundamente, a través de
investigaciones que verifiquen su validez. Sin embargo, es
de lamentar que la amplia mayoría de las investigaciones
de campo ya publicadas sobre la zona de confort no con-
templen zonas variables; la mayoría se basa en modelos
predictivos computarizados, que simulan edificios con
temperaturas de confort.
Por lo tanto, el presente trabajo comprueba que además
de los valores ya identificados, se agrega el de la habitabili-
dad y adecuación climática, con soluciones que pueden ser
retomadas en el diseño de la vivienda convencional con-
temporánea.
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Bibliografía
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encac-cotedi, VII Encontro Nacional de Conforto no
Ambiente Construido.
HÉCTOR JAVIER GONZÁLEZ LICÓN | arquitecto. Egresado de
la Escuela de Arquitectura de la Universidad Autónoma
de Chihuahua. Ha participado profesionalmente desde
1976 como residente de obra, supervisor de instalaciones
y superintendente en diversas e importantes obras de la
construcción. Es autor de varias publicaciones. A partir de
1984 es catedrático de la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo; maestro en arquitectura, investigación
y restauración de sitios y monumentos; doctor en Arquitec-
tura, dentro del Programa Interinstitucional de Arquitectu-
ra (pida). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
nivel I. Miembro del cuerpo académico consolidado de Ar-
quitectura, Ciudad y Patrimonio, de la des de Ingeniería y
Arquitectura de la umsnh. Ha realizado investigaciones so-
bre el desempeño bioclimático, adecuación al medio am-
biente de la vivienda tradicional de adobe y madera en la
región purépecha, así como estudios sobre el monitoreo y
determinación de la zona de confort.
Palapa | Vol. 1i | Núm. 1i | Julio-diciembre de 2007