Está en la página 1de 3

A manera de registro por:

Elizabeth Ramírez Suárez, abril 14 de 2021, Bogotá

Para la voz todo… para la guerra nada

Fueron muchas las acciones, provocaciones e invitaciones que realizamos para


que la voz de tuviera un lugar claro, definido y protagónico en las intervenciones
de PQA. Aquí me referiré invitación a escribir un verso, desde la propia voz y
experiencia a la letra de la canción de Marta Gómez, “Para la guerra nada”, la
verdad no recuerdo el año exacto, pero sí recuerdo que esa invitación tuvo bellas
respuestas.

Aquí adjunto las imágenes que encontré atesoradas en archivo personal, que me
traen a la memoria la belleza y potencia de ese encuentro y respuesta a la
invitación de escribir un verso con esas dos niñas, una pre adolescente: Laura
Valentina de 11 años y otra adolescente: Linda Tatiana de 15, en el Hospital San
Ignacio, en Bogotá.

Esta acción implicaba muchas cosas, compartir la canción, contarles que podían
añadir un verso propio, luego probar la métrica y cantar la canción juntos. Allí la
intervención de lector-músico fue fundamental. En esa acción si bien no medio
como primera instancia el objeto libro, si mediaron las palabras de la canción, lo
cual abrió la posibilidad de decir, de componer y poder dejar oír la propia voz.

En esta intervención hablaré con mas detalle de la intimidad del encuentro con
Linda Tatiana. Luego de compartirle todo lo descrito antes, hablamos ella y yo en
un momento que nos quedamos solas, el compañero músico que estaba conmigo
siguió a otra habitación y yo me quede con ella, organizando las ideas para su
verso. Ella no tenía muy claro sobre que escribir, ahora pienso: “no tenía claro en
donde poner el énfasis de su voz”, recuerdo que le sugerí que fuera algo que le
gustara mucho, ella sonrió y me pregunto, si podía ser “alguien”, por su expresión
entendí que era alguien especial para ella, y claro que le dije que sí. En ese
momento se animó, y se intereso por escribir, seguía sin saber que escribir, y le
sugerí que pensara en esa persona, que le gustaba, que sería lindo desear para
su vida, ella empezó a tener ideas, y empezó a contarme de un chico, pero bajo el
volumen de la voz y miro a la puerta, así que claramente no podía hablar en voz
alta de él. Me alcanzo a decir que le gustaría escribirle a él, y en ese momento
donde ya habíamos construido complicidad, llego su papá, ella cambio
completamente la expresión y me miró con una expresión de pregunta, ¿será que
ella dice algo a mi papa? El papá también fue muy intuitivo y supo que había algo
extraño en el aire, aunque no sabía que. Le explique de que se trataba la visita, y
de actividad que estamos haciendo, de la canción, etc. Durante ese momento, la
expresión de Linda era de si yo diría ese “algo” que tocaba hablar en voz baja. Ya
imaginaran que solo hable lo mas formal, le deje papel y marcadores a linda, para
recoger el verso después (se adjunta imagen). Recuerdo que antes de salir de la
habitación le dije que siempre podía escribir sobre lo que quisiera o necesitara, y
ella me regalo una mirada de suave y profunda complicidad, y me dijo: “Sí,
gracias. Y mas tardecito te doy el verso para la canción”. Ahí salí.

Esta fue una de las muchas formas en las que pudimos hacer una invitación para
que aquello que necesita ser dicho tuviera una voz, también fue un juego creativo
con un profundo sentido, pues luego usaríamos la voz para cantar fuerte y claro
que “Para la guerra nada”.

Y además de eso, hay preguntas que quedan activas… ¿Por qué no podemos
decir lo sentimos de verdad a otras personas? ¿por temor? ¿Por evitar un
problema? ¿Por quedar bien? ¿Por qué no hay confianza? ¿Por qué hay una
relación de poder o subordinación, como padre-hijo, donde quien tiene el poder
tiene la razón? ¿Cómo dejar salir la voz que esta aprisionada dentro del cuerpo?
¿Cómo pueden salir esas palabras, gestos, creaciones sin dañar a otros o a sí
mismo? ¿Cómo habilita de verdad la posibilidad de que niños y jóvenes digan lo
que sienten, lo que les pasa y no sientan miedo, vergüenza o culpa? ¿Cuándo
callar? ¿Cuándo gritar o susurrar? ¿Que nos impide hablar?

Este es el versito que al final escribió Linda en presencia de su papá…


Y aquí adjunto el verso que escribió Laura Valentina, que estaba con su abuelita
en ese momento en su hospitalización… también hay una historia aquí claro, el
mismo texto no lo regala….

También podría gustarte