Está en la página 1de 20

HÁBITO 1:

SER
PROACTIVO
Crecer en mi hogar fue un gran dolor para mí.
¿Por qué? Porque mi papá siempre me hacía
tomar responsabilidad por todo en mi vida.
Cada vez que digo algo como “Papá, mi enamorado me
vuelve loca”, sin duda mi papá me hubiera dicho: “Vamos,
nadie puede volverte loca a menos que tú se lo permitas. Es
tu decisión. Tú eliges volverte loca”.
O si digo, “Mi nuevo profesor de biología apesta.
La gente es tan Nunca voy a aprender nada en ese curso”, Papá
feliz como ellos hubiera dicho, “¿Por qué no hablas con tu profesor y
eligen serlo. le das algunas sugerencias? Cambia de profesor. Busca
ABRAHAM LINCOLN. un asesor si puedes. Si no aprender Biología será tu
PRESIDENTE DE U.S.A culpa no la de tu profesor”.

Él nunca me dejaba librarme de la responsabilidad. Él


siempre me ponía retos, me desafiaba, asegurándose que yo nunca culpe a otros de la forma en que
actúo. Afortunadamente mi mamá me dejaba culpar a los demás por mis problemas, de otra forma
me hubiera vuelto realmente loca.

Yo siempre le gritaba “Estás mal papá, Yo nunca elegí estar loca. Él me volvió así, ÉL ME VOLVIÓ ASÍ.
Solo deja de molestarme y déjame en paz”.

Ya ves, La idea de papá de que eres responsable de tu vida era una medicina difícil de ingerir para
una persona. Pero pensándolo bien, puedo ver sabiduría en lo que él estaba haciendo. Él quería que
yo aprenda que hay dos tipos de personas en este mundo – Los proactivos y los reactivos – aquellos
que toman responsabilidad de sus vidas y aquellos que culpan; aquellos que hacen que las cosas
pasen y aquellos que dejan que les pasen.

El Hábito 1. SER PROACTIVO, es la llave para obtener todos los demás hábitos, es por eso que es el
primero. El Hábito 1 dice: “soy la fuerza. Yo soy el capitán de mi vida. Yo puedo elegir mi actitud. Yo
soy responsable de mi felicidad o de mi infelicidad. Yo estoy en el sitio del conductor de mi destino
no soy solo un pasajero”.

Ser proactivo es el primer paso para obtener la victoria privada. ¿Puedes imaginarte hacer Álgebra
antes de aprender la suma y la resta? Eso es imposible. Lo mismo pasa con los 7 hábitos. Tú no
puedes aprender los hábitos 2, 3, 4, 5, 6 y 7 sin el Hábito 1.

Eso es porque hasta que no te sientas a cargo de ti mismo a cargo de tu propia vida, nada será
posible, ahora, ¿listo? Hmmmmmm…
Proactivo o Reactivo…
La elección es tuya
Cada día tú y yo tenemos alrededor de 100 oportunidades de elegir ser proactivo o reactivo. En
cualquier día, el clima es malo, no encuentras trabajo, tu hermano agarró algo tuyo sin permiso,
perdiste algo valioso, discutiste con tu novia, tuviste una mala calificación en la universidad, tu mejor
amiga habla mal de ti a tus espaldas, alguien te dice apodos de mal gusto, tus padres no te dan
permiso (por ningún motivo), te ponen una papeleta o pierdes el autobús. Entonces, ¿Qué vas a
hacer al respecto?, ¿Tienes el hábito de reaccionar mal a este tipo de cosas que normalmente
pasan? ¿O eres proactivo? La decisión es tuya. Realmente lo es. Tú no tienes que reaccionar de la
misma forma que todos lo hacen o de la forma en que los demás
creen que lo harás.
Cuantas veces tú has estado conduciendo por la carretera y de
pronto e inesperadamente otro vehículo se atraviesa delante de
ti y te obliga a frenar intempestivamente. ¿Qué harás?, ¿Dirás
groserías, o le gritarás?, ¿Acelerar para pasarlo y hacerle lo
mismo?, ¿Le harás señales obscenas con las manos?, ¿Dejarás
que arruine tu día? ¿Perderás el control? O solo lo dejarás pasar,
te ríes y continúas con tu día.
La decisión es toda tuya. Las personas reactivas toman decisiones
basadas en sus impulsos. Ellos son como una gaseosa. Si las agitas
un poco, la presión hace que exploten y violentamente
reaccionan. “¡Oye estúpido! ¡Sal de mi camino!”
La gente proactiva toma decisiones basada en valores. Ellos
piensan antes de actuar. Ellos reconocen que no pueden
controlar todo lo que les pasa, pero ellos pueden controlar qué
hacen ellos con respecto a eso. A diferencia de la gente reactiva que están llenas de rencor o
impulsividad, la gente proactiva son como el agua. No explotan, no se exaltan, no se desesperan.
Ellos son calmados, frescos y en control.
“Yo no voy a dejar que ese chico me moleste y me arruine el día”.
Una buena forma de entender las mentes proactivas es comparándolas con las reactivas en
situaciones que pasan todo el tiempo.
Escena Uno:
Usted escucha por casualidad a tu mejor amigo hablando mal de ti en frente de un grupo. Ella no
sabe que tú estás escuchando la conversación. Solo cinco minutos atrás, esta misma amiga te
hablaba con normalidad y en tono amable en frente tuyo. Tú se sientes herida y traicionada.

Opciones Reactivas:

 Se lo dices todo y luego la golpeas.


 Caes en una profunda depresión porque te sientas muy mal acerca de lo que dijo.
 Decides que ella es una doble cara mentirosa y no le hablas por dos meses.
 Empiezas a propagar malos rumores sobre ella. Después de todo, ella también lo hizo
contigo.
Opciones Proactivas:

 La olvidas.
 La confrontas calmadamente y le dices cómo te sientes.
 Lo ignoras y le das una segunda oportunidad. Te das cuenta que ella tiene una debilidad
tanto como tú que ocasionalmente you hablas a espaldas de ella también sin darte cuenta
en realidad de lo que haces.
Escena Dos:
Tú has estado trabajando en tu posición en una tienda por alrededor de un año y has sido muy
comprometido y confiable. Tres meses atrás, un nuevo empleado se unió al equipo. Recientemente,
a él le han dado el codiciado sábado por la tarde libre, el permiso que tú has estado deseando por
mucho tiempo.

Opciones Reactivas:

 Te la pasas la mitad de tus horas despierto quejándote con todos y con todas de cuan injusto
fue esa decisión.
 Escudriñar al nuevo empleado y encontrar sus defectos.
 Convencerte que tu jefe está conspirando contra ti y que tiene preferencia por el nuevo
trabajador.
 Empezar a flojear en el trabajo.

Opciones Reactivas:

 Hablar con tu supervisor acerca del tema y preguntar por qué el nuevo empleado obtuvo el
día libre.
 Continuar con tu trabajo duro de siempre.
 Buscar la forma en que tú puedes mejorar tu desempeño en el trabajo.
 Si estás ya en el final de tu trabajo, empezar a buscar por un nuevo trabajo.

ESCUCHA A TUS PROPIAS PALABRAS


Tú usualmente puedes oír la diferencia entre los proactivos y reactivos por el tipo de lenguaje que
ellos usan. El lenguaje reactivo normalmente suena así:
“Ese soy yo. Esa es la forma en la que yo soy”. Lo
que ellos realmente están diciendo es, “No soy
responsable de la manera en que actúo.
No puedo cambiar. Yo he sido
predeterminado para ser de esta forma”.
“Si mi jefe no fuera un idiota, las cosas
serían diferentes”. Lo que ellos realmente
están diciendo es, “Mi jefe es el causante de
todos mis problemas, no yo”.
“Muchas gracias, tú acabas de arruinar mi día”. Lo
que ellos realmente están diciendo es, “No
tengo el control de mis estados de ánimo.
Tú tienes el control sobre ellos”.
“Si tan solo yo fuera a otro trabajo, tendría
mejores amigos, haría más dinero, viviría en un
mejor departamento, tendría un novio… y luego
sería feliz” Lo que ellos en realidad están
diciendo, Yo no tengo el control de mi
felicidad, “las cosas” tienen el control.
Nótese que el lenguaje reactivo no toma el poder
en uno sino que lo excluye de sí mismo. Como mi
amigo John Bytheway explica en su libro Lo que
hubiera deseado saber en la secundaria, cuando
tú eres reactivo es como darle a alguien más el
control remoto de tu vida y decir “Acá, cambia mi
estado de ánimo como quieras”. El lenguaje
proactivo, por otro lado, pone el control remoto
de vuelta en tus manos. Tú eres libre de elegir en que canal quieres estar.

LENGUAJE REACTIVO LENGUAJE PROACTIVO


Trataré Lo haré

Es que yo soy así Yo puedo ser mejor que eso

No hay nada que pueda hacer Vamos a ver todas nuestras opciones

Tengo que Yo elijo que

No puedo Tiene que haber una manera

Tu malograste mi día No voy a dejar que tu mal humor me afecte


EL VIRUS DEL VICTIMISMO
Algunas personas sufren de un virus contagioso llamado “Victimitis”. Tal vez tú lo hayas visto. Las
personas afectadas con el victimitis creen que los demás lo tienen y que están en deuda con ellos...lo
que no tiene sentido para nada. Me gusta la forma en la que el autor Mark Twain lo expresa: “No
vayas por el mundo diciendo que te debe la vida. El mundo no te debe nada. El mundo estuvo
primero que tú”.
Jugué fútbol con un amigo, desafortunadamente, él se infectó. Sus comentarios me volvían loco:
“Yo debí haber iniciado, pero los entrenadores tenían algo contra mí”.
“Estaba a punto de anotar, pero alguien me interceptó”.
Yo hubiera hecho una mejor marca en las 40 yardas, pero mis zapatos se soltaron”.
“Sí, claro”, Y siempre me sentía como decir “Y yo sería el Presidente si mi papá no fuera calvo”. Para
mí había una explicación para que él casi nunca jugara. En su mente, el problema siempre estaba
“afuera de”. Él nunca consideraba ese tal vez SU actitud era el problema.
Adriana, un estudiante de honor de Chicago, creció en una casa llena de victimitis:

Soy negra y orgullosa de eso. El color no tiene nada que ver con la manera en que voy por la vida y
aprendo mucho de los profesores blancos y negros. Pero en mi propia casa las cosas son diferentes.
Mi madre, quien domina la familia, tiene 50 años, vino del sur, y aún actúa como si la esclavitud
recién hubiera sido abolida. Ella ve mi buen desempeño en el colegio como una amenaza, como si yo
estuviera uniéndome a la “gente blanca”, Ella aún usa el lenguaje como “el hombre nos mantiene
haciendo esto y el otro. Ella nos mantiene encerrados en una caja y no nos deja hacer nada”.
Yo siempre refuto con “Ningún hombre te mantiene haciendo nada, solo tú misma, porque tú te
mantienes pensando de la misma manera”. Incluso mi enamorado cree que tengo la actitud de la
“gente blanca”. Cuando últimamente él trató de comprar un automóvil el cual le resultó difícil de
pagar, él dijo en tono de frustración, “Estos blancos no quieren que nosotros obtengamos nada”.
Casi pierdo el control y lo confronto con la tonta idea que era esa. Pero eso solo resultaría en él que
yo tengo el pensamiento de los blancos.
Y recordé que la única persona que te puede controlar eres tú mismo.

Aparte de sentirse como víctimas, la gente reactiva:


 Son muy fáciles de ofender
 Culpan a otros
 Se enfadan y dicen cosas de las que luego se arrepienten
 Se exaltan y se quejan
 Esperan que las cosas les pasen a ellos
 Cambian solo cuando ellos tienen que hacerlo

VALE LA PENA SER PROACTIVO

La gente proactiva es una raza diferente. La gente proactiva:


 No son fáciles de ofender
 Toman la responsabilidad de sus decisiones
 Piensan antes de actuar
 Se recuperan cuando algo malo les pasa
 Siempre encuentran una forma de hacer que las cosas pasen
 Se concentran en las cosas sobre las que tienen control y no se preocupan sobre las cosas
que no pueden controlar

Recuerdo que empecé un nuevo trabajo con un chico llamado Randy. No sabía cuál era su
problema, pero por alguna razón yo no le caía bien a Randy y él quería que yo lo sepa. Él
decía palabras toscas conmigo e insultaba las cosas que yo hacía. Él hablaba
constantemente a mis espaldas y trataba de poner a la gente de su lado y en contra mío.
Recuerdo que un día regresando de vacaciones un amigo me dijo: “Hey Stephen, si tú
supieras lo que Randy estaba hablando de ti, es mejor que cuides tus espaldas”.
Había ocasiones en las que yo quería golpear a ese chico, pero de alguna manera me
controlaba e ignoraba sus tontos ataques. Cuando él me insultaba, yo me hice un reto
personal de tratarlo bien a cambio. Tenía fe que las cosas podrían mejorar al final si yo
actuaba de esta forma.
En cuestión de unos meses las cosas empezaron a cambiar. Randy pudo ver que yo no iba a
jugar su juego y empezó a disminuir sus malos tratos. Él incluso me dijo una vez “Yo he
tratado de ofenderte, pero tú simplemente no te ofendes”. Después de estar en la compañía
por alrededor de un año, nos volvimos amigos y ganamos respeto por ambas partes. Si yo
hubiera reaccionado con ataques, que era lo que mi instinto de defensa me decía, estoy
seguro que a estas alturas nosotros no seríamos amigos. A menudo todo depende de una
persona para crear una amistad.

A este punto tú probablemente estás listo para decir, “Vamos, esto de ser proactivo no es
tan fácil”. Yo no te voy a contradecir. Ser reactivo es mucho más fácil. Es fácil perder el
control. No tomar ningún control. Y es fácil quejarse y ofender. Sin duda, ser proactivo es
otro nivel.
Pero, recuerda, no tienes que ser perfecto. Realmente, ni tú ni yo ni nadie es
completamente proactivo o reactivo pero probablemente estamos en algún punto en el
medio. La clave es obtener el hábito de ser proactivo entonces tu podrás conducirte en
“modo automático” y ni siquiera tener que pensar al respecto. Si tú estás eligiendo ser
proactivo 20 de las 100 veces por día, trata hacerlo 30 de las 100 veces. Luego 40. Nunca
menosprecies tus avances, porque un avance ya es una gran diferencia de como cuando
iniciaste.

NOSOTROS SOLO PODEMOS CONTROLAR UNA SOLA COSA

El hecho es, que no podemos controlar todo lo que nos pasa. Nosotros no podemos
controlar el color de nuestra piel, o quien va a ganar el final de la NBA, en donde nacimos,
quienes son nuestros padres, cuantas oportunidades laborales haya el siguiente invierno, o
como los otros podrían tratarnos. Pero existe algo sobre lo que sí tenemos control: Cómo
nosotros reaccionamos frente a lo que nos pasa. ¡Y eso es lo que cuenta! Es por eso que
nosotros debemos dejar de estar preocupándonos por cosas sobre las que no tenemos
control y empezar a pensar en las cosas que sí podemos controlar.
Dibuja dos círculos. El círculo del medio es nuestro círculo de control. Este incluye las cosas
sobre las que si tenemos control, como nosotros mismos, nuestras actitudes, nuestras
decisiones, nuestras respuestas ante lo que sea que nos pase.
El círculo exterior es el del no control. Este incluye miles de cosas sobre las que no tenemos
control y no podemos hacer nada al respecto.
Ahora, ¿Qué pasa cuando nosotros gastamos tiempo y energía preocupándonos acerca de
cosas que no podemos controlar, como un comentario de mal gusto, un error del pasado, o
el clima? Tú qué crees. Si tratamos nos sentimos mal por las cosas que no podemos
controlar terminaremos sintiéndonos como víctimas. Por ejemplo, si tu hermano te molesta
y tú siempre te estás quejándote de su actitud (algo sobre lo que no tienes control), eso no
hará nada para solucionar el problema. Solo causará que lo culpes de tus problemas y que
pierdas el control sobre ti mismo.

Figura 2.

Renatha me contó una historia que ilustraba muy bien este punto. Una semana antes de que su
juego de vóley empiece, Renatha se enteró que la madre de una jugadora del equipo contrario se
había estado burlando de la forma de juego de Renatha. En lugar de ignorar esos comentarios,
Renatha se enfureció y pasó el resto de la semana molesta. Cuando llegó el día del juego, su único
propósito de ella era probarle a esta mamá que ella era una buena jugadora. Para hacer corta la
historia, Renatha jugó mal, pasó mucho tiempo del juego en la banca, y su equipo perdió el partido.
Ella estaba muy concentrada en algo que ella no podía controlar (lo que se había dicho acerca de
ella) que ella perdió control sobre lo que sí podía, ella misma.

La gente proactiva, por otro lado, se concentra en cosas que sí pueden controlar. Al hacer esto ellos
experimentan paz interna y ganan mayor control de sus vidas. Ellos aprenden a sonreír y a vivir con
muchas cosas de las que ellos no pueden hacer nada al respecto. Puede que a ellos no les gusten,
pero ellos saben que no sirve preocuparse.

LEVANTANDOSE DEL ABUSO


Una de los desafíos más difíciles de reponerse es lidiar con el abuso. Nunca olvidaré la mañana en
que compartí con un grupo de jóvenes que habían sido víctimas de abuso sexual de niños, eran
víctimas de violaciones o de otra forma fueron abusados emocionalmente o físicamente.

Heather contó esta historia:

Fui abusada sexualmente a los catorce años. Eso pasó cuando yo estaba en una feria. Un chico del
colegio se me acercó y me dijo, “Necesito hablar contigo, ven conmigo por unos minutos”. Nunca
sospeché nada porque este chico era mi amigo y siempre fue muy amable conmigo. Él me llevó a
caminar por largo tiempo y terminamos en un lugar desolado. Fue allí donde me forzó y me violó.

Él se mantenía todo el tiempo diciéndome, “Si tú le dices a alguien, nadie te va a creer. Tú querías
que esto pase de todas formas.” Él también me decía que mis padres se sentirán avergonzados de
mí. Y me mantuve callada al respecto por alrededor de dos años.

Finalmente, Estuve yendo a una sesión de ayuda con gente que también había sido abusada quienes
contaron historias similares a la mía. Cuando ella dijo el nombre del chico que abusó de ella, yo
empecé a llorar porque era la misma persona que a mí me había violado. Me di cuenta que habían
seis de nosotras que habíamos sido víctimas de la misma persona.

Afortunadamente, Heather está en camino a la recuperación y ha encontrado muchas fortalezas en


ser parte de este grupo de personas que están tratando de ayudar a otras que han sido víctimas de
abuso. Y en adelante, ella también puso un alto a más personas que habían sido víctimas del mismo
joven.

La historia de Briggite, desafortunadamente, es muy común:

A la edad de cinco años fui abusada sexualmente por un miembro de la familia. Muy asustada de
decírselo a alguien yo traté de transformar todo mi dolor en ira. Ahora que he pensado mucho en lo
acontecido, veo hacia mi pasado y me doy cuenta de cómo eso me ha afectado en todo. En tratar de
esconder algo terrible terminé escondiéndome a mí misma. No fue sino hasta después de trece años
que finalmente confronté mi pesadilla de infancia.

Muchas personas han pasado la misma experiencia que yo tuve o alguna parecida. Muchas lo
esconden. ¿Por qué? Muchas tienen miedo por sus vidas. Otras quieren protegerse de otras
personas. Pero cualquiera que sea la razón, esconderse no es una respuesta. Eso solo corta en lo
profundo en el alma y parece que no habrá forma de curar. Confrontarlo es la única forma de cerrar
las heridas abiertas. Encuentra a alguien con quien hablar, alguien con quien te sientas a gusto,
alguien en quien puedas confiar. Es un proceso largo y difícil, pero una vez que lo asimilas, es cuando
tú puedes empezar a vivir.

Si tú has sido víctima de abuso, no es tu culpa. Y la verdad tiene que ser dicha. El abuso prospera en
secreto. Al decírselo a otra persona, tú inmediatamente divides el problema a la mitad. Habla con
alguien que consideres o que quieras o un amigo en quien puedas confiar, forma parte de una sesión
de ayuda, o visita a un terapeuta profesional. Si la primera persona con la que compartes tus
problemas no es receptiva, no te rindas, sigue compartiendo hasta que encuentres la persona que
sí lo es. Compartir tus secretos con otro es un importante paso en el proceso de curar y perdonar.
Ser proactivo. Toma la iniciativa de hacerlo. Tú no necesitas vivir con este dolor por un día más. (Por
favor revisar la lista de líneas telefónicas contra el abuso que se encuentra en la parte posterior del
libro para recibir información de ayuda).

VOLVERSE UN AGENTE DE CAMBIO


Una vez pregunté a un grupo de jóvenes, ¿Quiénes son tus modelos? Una joven mencionó a su
madre. Otro chico habló de su hermano. Y así continuaron los demás. Un joven se quedó callado y
todos lo notaron. Le pregunté a quién admiraba. Él dijo muy tranquilamente, “No tengo un modelo”.
De lo único que quería asegurarse era de no volverse como las personas que se suponía deberían
ser sus modelos. Desafortunadamente, este es un caso de muchas personas. Ellos vienen de familias
rotas o disfuncionales y muchos no tienen un modelo que sirva de guía.

Lo más terrible de esto es que los malos hábitos como abuso,


alcoholismo, y dependencia de bienestar son algunos términos
que los padres muchas veces dejan pasar y son los hijos los
afectados, y, como resultado, familias disfuncionales se mantienen
y se repiten tras generaciones.

Por ejemplo, si tú has sido víctima de abuso cuando niño, las


estadísticas dicen que te convertirás en un agresor también. A
veces estos problemas continúan por generaciones. Tal vez nadie
en tu familia ha terminado su educación en la escuela.

La buena noticia es que tú puedes terminar con ese círculo. Porque


eres proactivo, tú puedes detener este mal hábito y decidir dejarlo en el pasado. Te puedes convertir
en un “agente de cambio” y adquirir buenos hábitos para las futuras generaciones, empezando con
tus propios hijos.

Una tenaz joven llamada Helena compartió conmigo cómo ella se convirtió en un agente de cambio
en su familia. La educación nunca fue valorada en su hogar, y Helena podía ver las consecuencias de
eso. Dijo Helena: “Mi mamá trabajó en una fábrica cociendo, por muy poco dinero, y mi padre
trabajaba poco obteniendo muy poco salario. Yo los escuchaba a ellos peleando por el dinero y
cómo ellos iban a pagar la renta. El máximo grado que mis padres alcanzaron en la escuela fue
sexto”.
Como una joven, ella recuerda claramente que su padre no podía ayudarla con sus tareas escolares
porque no podía leer inglés. Esto era muy difícil para ella.

Cuando Helena estaba en secundaria, su familia se mudó de vuelta de California a México. Helena
rápidamente se dio cuenta que habían muchas opciones limitadas en la educación de ese país, así
que ella preguntó si ella se podía regresar de vuelta a Estados Unidos y vivir con su tía. Por varios
años Helena hizo muchos sacrificios para mantenerse en la escuela.

“Era muy difícil estar en un solo cuarto con todas mis primas”, ella decía, “y tengo que compartir la
cama y trabajar para ayudar a pagar la renta y a la vez ir a la escuela, pero valía la pena”.

“Incluso si yo tenía un hijo y me casaba en secundaria, yo seguiría yendo a la escuela y trabajando


para terminar mi educación. Yo quería probar a mi padre que no importa qué, él estaba equivocado
cuando decía que nadie en nuestra familia podría ser profesional”.

Helena pronto se graduó con un grado en la universidad en Finanzas. Ella quería que sus valores
educativos sean transmitidos a sus hijos: “Hoy, y cada vez que pueda, cuando no estoy en la escuela,
me siento en el sofá y le leo a mi hijo. Le enseño cómo hablar inglés y español. Estoy tratando de
ahorrar dinero para su educación. Un día él necesitará ayuda con su tarea, y yo estaré allí para
ayudarlo a leer”.

Entrevisté a otro joven de dieciséis años llamado Shane del medio oriente quien se está convirtiendo
en un agente de cambio para su familia. Shane vive con sus padres y dos hermanos en una zona
pobre de la ciudad llamada los proyectos. Aunque sus padres están aún juntos, ellos están
constantemente peleando o acusándose el uno al otro de diversos problemas. Su padre maneja un
tractor y nunca está en casa. Su madre fuma marihuana con su hermana de doce años. Su hermano
mayor repitió dos años de secundaria y finalmente se retiró. De alguna manera Shane había perdido
la esperanza.

Justo cuando él pensó que ya había tocado fondo, él llevó una clase de mucha utilidad en la escuela
(le enseñaron los 7 Hábitos), y empezó a ver que habían cosas que él podía hacer para controlar su
propia vida y crear un futuro para él.

Afortunadamente, el abuelo de Shane tenía el apartamento del piso siguiente donde vivía la familia
de Shane, así que él le pagó cien dólares para vivir allí por un mes. Él ahora tiene su propio santuario
y puede bloquear todo lo que él no quiera que sea parte del lugar donde él vive. Dice Shane: “Las
cosas se volvieron mejores para mí. Me trato mejor a mí mismo y me he enseñado el respeto. Mi
familia no se tiene mucho respecto a sí misma. A pesar que nadie en mi familia ha ido a la
universidad, yo he sido aceptado en tres diferentes universidades. Todo lo que ahora hago es para
que mi futuro sea diferente. No me sentaré con mi hija de doce años a fumar marihuana”.

Tú tienes el poder dentro de ti para salir adelante sea lo que sea que te haya pasado. Tú no tienes
la opción de mudarte al piso de arriba y escapar de todo como lo hizo Shane, pero puedes mudarte
a cualquier otro piso mentalmente. No importa cuál sea tu apuro, tú puedes convertirte en un
agente de cambio y crear una nueva vida para ti.

INCREMENTANDO TUS MÚSCULOS PROACTIVOS


El siguiente poema es un gran resumen de lo que significa tomar responsabilidad de su propia vida
y cómo una persona puede gradualmente cambiar de ser reactivo a proactivo entrenando a su
mente.
AUTOBIOGRAFIA EN
CINCO CORTOS CAPITULOS
De Hay un Agujero en Mi Vereda
Por Portia Nelson

I
Caminaba por la calle
Había un profundo agujero en la vereda.
Me caí en él.
Estoy perdida… Estoy indefensa.
No fue mi culpa.
Me tomará mucho tiempo salir de acá.

II

Caminaba por la misma calle


Había un profundo agujero en la vereda.
Pretendo que no lo veo.
Me caigo de nuevo en él.
No puedo creer que esté en el mismo lugar de nuevo.
Pero, no fue mi culpa.
Esto aún me tomará mucho tiempo salir de acá.

III
Caminaba por la misma calle
Había un profundo agujero en la vereda.
Veo que está allí.
Y aun así me caigo. Es un hábito.
Mis ojos están abiertos.
Yo sé donde estoy.
Es mi culpa. Salgo de allí inmediatamente.

IV
Caminaba por la misma calle
Había un profundo agujero en la vereda.
Camino y rodeo el agujero.

V
Camino por otra calle.
Tú, también, puedes tomar responsabilidad de tu vida y estar
fuera de problemas ejercitando tus músculos proactivos. Este
es un hábito de “progreso” ¡que te salvará el pellejo más de lo
que te puedes imaginar!

PODER- HACER

Ser proactivo realmente significa dos cosas. Primero, tú tienes


la responsabilidad de tu vida. Segundo, tú tienes la actitud de
“poder-hacer”. Poder-hacer es muy diferente a “no-poder-
hacer”. Solo echa un vistazo.

GENTE PUEDOR-HACER GENTE NO-PODER-HACER


Toma la iniciativa para hacer que pase Espera que algo haga que las cosas pasen

Piensa acerca de soluciones y opciones Piensa acerca de los problemas y barreras

Actúa Esperan seguir a otros

SOLO PON PAUSE

Entonces cuando alguien es rudo contigo, ¿De dónde sacas el poder


para resistir no ser rudo también? Para principiantes, solo pon
pause. Sí, busca arriba y presiona el botón pausa a tu vida como si
usaras el control remoto de tu vida. (Si recuerdo bien, el botón de
pausa está justo en el medio te tu frente).
A veces la vida va tan rápido que nosotros solo reaccionamos de
inmediato por pura costumbre.
Si tú aprendes a pausar, tomar control, y pensar acerca de cómo tú
quieres responder, tú tomarás decisiones más inteligentes. Sí, tus
amigos, tus padres, tus genes y tu ambiente ha influenciado en ti a
actuar de determinada manera, pero ellos no pueden determinar tu
actuar. Tú no estás predeterminada sino que eres libre de elegir.
Mientras tu vida está en pausa, abre tu caja de
herramientas (la cual con la que naciste) y usa tus cuatro herramientas humanas
para ayudarte a decidir qué hacer.
Los animales no tienen estas herramientas es por eso que eres más inteligente que
un perro. Estas herramientas son: Conciencia de sí mismo, conciencia, imaginación
y fuerza de voluntad.
Tú los puedes llamar tus herramientas del poder.
Yo puedo separarme de mí y poder
CONCIENCIA DE SI MISMO
observar mis pensamientos y acciones.

Yo puedo escuchar a mi voz interna y


CONCIENCIA
reconocer lo bueno y lo malo.

IMAGINACIÓN Yo puedo visualizar nuevas posibilidades

FUERZA DE VOLUNTAD Tengo el poder de elegir.

Vamos a ilustrar estas herramientas imaginando a una joven llamada Rosa y su perro, Woof,
mientras ellos salen de paseo.
“Aquí, perrito. Salgamos a pasear”. Dice Rosa mientras Woof salta y mueve la cola.
Ha sido una semana dura para Rosa. No solo ha terminado con su enamorado, Eric, sino que ella y
su mamá no se están llevando bien y muy rara vez conversan a gusto.
Mientras ella pasea por la vereda, Rosa empieza a pensar acerca de su semana pasada.
“¿Sabes qué?” ella reflexiona. “Terminar con Eric ha sido duro para mí. Ha sido
probablemente la causa por la que yo fui ruda con mi mamá y descargué toda mi
frustración en ella”.
¿Puedes ver lo que Rosa está haciendo? Ella está apartándose de sí misma, evaluando
y midiendo sus acciones. Este proceso se llama Conciencia de sí mismo. Es una
herramienta que es propia de todos los seres humanos. Usando la conciencia de sí
misma, Rosa es capaz de reconocer que ella estaba dejando que su rompimiento con
Eric afecte la relación que tenía con su madre. Esta observación es el primer paso para
cambiar la forma en que ha estado tratando a su mamá.

Mientras tanto, Woof ve un gato en el camino e instintivamente inicia una carrera tras él.
A pesar que Woof es un perro leal, él está completamente fuera de sí sin tener conciencia de sí
mismo. Él ni siquiera sabe que es un perro. Él es incapaz de separarse de sí mismo y decir, “¿Sabes
qué? Desde que Suzy (la mascota de la casa vecina, quien es su amiga) se mudó, he estado
trasladando mi furia en todos los gatos vecinos”.
Mientras ella continúa su paseo, los pensamientos de Rosa empiezan a surgir. Ella no puede esperar
para el concierto de mañana en la universidad, donde ella va a tocar un solo. La música es su vida.
Rosa se imagina a sí misma cantando en el concierto. Ella se ve a sí misma
deleitando a la audiencia, luego se ve agradeciendo y recibiendo la
ovación de la gente asistente incluso de sus amigos y profesores… y,
claro, de todos los chicos lindos.
En esta escena, Rosa está usando otra de las herramientas humanas,
imaginación. Este es un regalo muy importante. Esto nos da la
posibilidad de escapar a nuestras circunstancias presentes y crear nuevas
posibilidades en nuestras cabezas. Nos da la posibilidad de visualizar
nuestro futuro y sueños los cuales nos gustaría que se realicen.
Mientras Rosa imagina grandes futuros, Woof está muy ocupado cavando en la tierra para obtener
un gusano.
La imaginación de Woof es tan viva como una roca. Él no puede pensar más allá del momento. Él no
puede visualizar nuevas posibilidades. ¿Puedes imaginarte a Woof pensando, “algún día haré que
Lassie se vea como un hígado picado de mal”?.

“Hola Rosa, ¿qué haces?” Dice Heidy, deteniéndose en su auto al lado de Rosa.
“Oh, hola, Heidy,” responde Rosa, a la vez que ella vuelve a poner los pies sobre la tierra y deja de
imaginar. “Me sorprendiste. Yo solo estoy paseando a Woof”.
“Hey, escuché acerca de lo tuyo con Eric. Qué mal ah”

Rosa se siente fastidiada por la forma en que Heidy se refiere a Eric. No es su problema. A pesar que
ella está acostumbrada a ser cortés con Heidy, ella sabe que Heidy es nueva en la universidad y está
desesperadamente en busca de amigos. Rosa cree que ser educada y amable es lo mejor que puede
hacer.

“Sí, terminar con Eric ha sido difícil. ¿Y cómo van las cosas contigo Heidy?

Rosa acaba de usar la otra herramienta humana llamada conciencia.


Una conciencia es una “voz interna” que siempre nos enseñará lo bueno de lo malo. Todos nosotros
tenemos conciencia. Y esta nos hará crecer o naufragar dependiendo en si la usamos o no
adecuadamente.

Mientras tanto, Woof está frotando y ensuciando su cuerpo en la nueva cerca pintada de blanco del
Sr. Newman.
Woof no tiene conciencia moral en lo absoluto para saber lo que está mal o bien. Después de todo
él es solo un perro. Y los perros van a hacer lo que sea que su instinto le mande a hacer.

La caminata de Rosa con Woof llega a su fin. Mientras ella abre la puerta de entrada escucha a su
mamá gritando desde el otro cuarto, “Rosa, ¿dónde has estado? Te he estado buscando todo el
tiempo”
Rosa ya había preparado su mente para no perder los papeles con su mamá, así que, a pesar que
quería responder gritando “muévete de mi camino”, ella respondió calmada,
“Solo fui a pasear a Woof, mamá…”
“Woof! Woof! Ven para acá,” gritó Rosa a Woof, mientras este perseguía
ladrando al chico de los periódicos en su bicicleta.
Mientras Rosa está usando la cuarta herramienta humana fuerza de
voluntad para controlar su ira, Woof, quien se suponía que no debería
ladrar al repartidor de periódicos, se está dejando llevar nuevamente por
sus instintos. La fuerza de voluntad es el poder de actuar. Esta nos dice que
nosotros tenemos el poder de elegir, de controlar nuestras emociones, y
anteponernos a nuestros hábitos e instintos.
Como puedes ver en el ejemplo anterior, nosotros podemos usar o no
nuestras herramientas humanas todos los días de
nuestras vidas. A mayor sea nuestro uso de ellas, mayor
será la fuerza de ellos y el poder que tengamos para
convertirnos en proactivos. Sin embargo, si nosotros
fallamos al usarlas, nosotros tenderemos a reaccionar por
nuestros instintos como un perro y sin actuar por decisión
propia como un humano.

LAS HERRAMIENTAS HUMANAS EN ACCIÓN

Dermell Reed me dijo como su responsabilidad proactiva sobre su familia había cambiado su vida
entera. Dermell creció en un barrio del este de Oakland, el cuarto de una familia de siete hermanos.
Nadie en la familia Reed había terminado la secundaria antes, y Dermell no estaba en el camino de
ser el primero tampoco. Dermel estaba muy inseguro acerca de su futuro. Su familia era luchadora.
Su primera cuadra estaba llena de maleantes, pandilleros y vendedores de drogas. ¿Podría él algún
día salir de allí? Mientras en si casa, una noche de verano antes de su año final, Dermell escuchó
una serie de disparos.
“Es algo de todos los días escuchar disparos, ya ni atención le presto”, dijo Dermell.
Repentinamente, uno de sus amigos quien había sido herido en una pierna, calló en su puerta y
empezó a gritar, diciendo que el hermano menor de Dermell habís sido herido y matado de una bala
perdida.
“Yo estaba furioso, con mucha ira y estaba herido de haber perdido a alguien que nunca volveré a
ver de vuelta en mi vida”, Dermell me dijo.
“Él solo tenía trece años. Y fue disparado en una calle. No puedo explicar cómo continué con mi vida
luego de eso. Eso fue muy duro para la familia”.
La reacción natural de Dermell era de matar al asesino. Despues de todo Dermell había crecido en
ese tipo de barrio y esa era la única forma en que podía vengar la muerte de su hermano. La policía
aún estaba intentando comprobar quien era el responsable de la muerte, pero Dermell sabía quién
fue. En una noche de Agosto, unas pocas semanas luego de la muerte de Kevin, Dermell cogió un
revolver calibre .38 y fue a la calle en busca de Tony “El gordo Tony” Davis, el vendedor de crack que
había matado a su hermano.
“Estaba oscuro. Davis y sus amigos no podían verme. Allí estaba sentado él, hablando, riendo,
divirtiéndose, y acá estoy yo a 10 metros de él, escondiéndome tras un auto con el arma cargada.
Estaba sentado allí pensando, “Si podría solo presionar el gatillo y matar a la persona que mató a mi
hermano menor”.
Una gran decisión.
A este punto puso pausa y se detuvo. Uso su imaginación, él pensó en su pasado y su futuro. “Pensé
acerca de mi vida en cuestión de segundos. Y pensé en mis opciones. Yo medí las posibilidades que
tendría de escapar, sin ser atrapado, la policía tratando de descubrir que fui yo. Pensé en las veces
en que Kevin venía a verme jugar fútbol. Él siempre me dijo que sería un jugador profesional, Pensé
acerca de mi futuro, acerca de ir a la universidad. Acerca de lo que quería hacer d mi vida”.
Pausado, Dermell escuchó a su conciencia. “Estoy cogiendo un arma, estoy temblando, y la parte
buena de mí me está diciendo que me levante y me dirija a mi casa y vaya a la universidad. Si yo
tomo revancha estaré echando mi futuro. No seré mejor que el chico que disparó a mi hermano”.
Usando la fuerza de voluntad, Dermell, en lugar de dar razón a su odio y desperdiciar su vida, se
levantó y caminó de regreso a casa, y se prometió que acabaría la universidad.
Nueve meses después Reed obtuvo un destaque estudiantil en el día de su graduación del colegio.
La gente en la escuela no podía creerlo.
Cinco años después, Reed se había convertido en una estrella de futbol en la universidad y además
se graduó de la universidad.

Como Dermell, cada uno de nosotros va a lidiar con un extraordinario reto o con dos en nuestro
camino, y nosotros podemos elegir si levantarnos a estos retos o dejarnos derribar.
Alaine Maxwell resume todo el tema muy bien: “Si fracaso o tengo éxito no será obra de nadie mas
que mía. Yo soy la fuerza; yo puedo limpiar cualquier obstáculo ante mí o yo puedo me puedo perder
en el laberinto. Mi decisión, mi responsabilidad; ganar o perder, solo yo tengo la llave de mi
destino”.
Es como el viejo comercial de Volkswagen: “En el camino de la vida, hay pasajeros y hay
conductores… ¡Nosotros queremos conductores!”

Así que déjame preguntarte, ¿estás en el sitio del conductor de tu vida o eres simplemente un
pasajero? ¿Estás conduciendo tu sinfonía o simplemente la escuchas? ¿Estás actuando como la
gaseosa o como el agua?
Después de todo esto se ha dicho y hecho, ¡la decisión es tuya!
HÁBITO 2
H
“¿Me podría decir por favor qué
camino debo tomar?
“Eso depende bastante de a dónde desea ir”, dijo
el Gato.
“No me importa a dónde” – dijo Alicia.
“Entonces no importa qué camino tome”, dijo el
gato.
DE ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Te han encargado que armes un rompecabezas. Habiendo hecho muchos rompecabezas


anteriormente, tú estás entusiasmado con empezar la tarea. Tiras las 1000 piezas sobre una gran
mesa. Luego coges la tapa de la caja del rompecabezas para ver cuál es la imagen que debes de
armar. ¡Pero no hay imagen! ¡Está en blanco! ¿Cómo se supone que vas a terminar el rompecabezas
sin saber cómo se ve, tú te preguntas?

También podría gustarte