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EFE.- Sonora pasó en tan solo dos meses de una crisis por sequía severa y extrema, a
padecer inundaciones que han obligado a desfogar las presas y han causado la
muerte de 13 personas.
Pero ahora, todos los municipios de Sonora pueden quedar pronto fuera de la sequía,
aseveró este lunes a Efe Jesús Antonio Cruz Varela, director general del Organismo
Cuenca del Noroeste (OCNO) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“Es probable, en el último monitor del 15 de agosto solamente teníamos en sequía los
municipios de Puerto Peñasco y San Luis Río Colorado, últimamente les estuvo
lloviendo mucho también”, aseguró.
“Es importante el desfogue porque necesitamos mantener las presas en niveles bajos
por los pronósticos que tenemos de posibles lluvias en los próximos días. Hemos
tenido un mes de agosto muy bueno, por encima de la media histórica, con más de 55
milímetros, que es una muy buena cantidad de agua“, expuso.
Sonora era una de las regiones más afectadas por la emergencia por sequía severa,
extrema o excepcional en cuencas para 2022 que la Conagua decretó en julio pasado.
A finales de ese mes, el sistema de presas de Sonora contaba con apenas el 20.4% de
almacenamiento y 2 embalses estaban totalmente vacíos.
Actualmente, las 10 presas están al 55.4%, un 12% más que en la misma fecha del
2022, además de que en agosto le ingresaron más de 225 hectómetros o millones de
metros cúbicos de agua en un solo día.
Una de las presas que estaban totalmente seca hace un mes es la Abelardo L.
Rodríguez, en Hermosillo, capital del estado, que actualmente está al 17.4% y recibe
1.31 millones de metros cúbicos diarios del desfogue de la presa “El Molinito”, por lo
que especialistas estiman que ambos embalses podrían alcanzar su mayor nivel en
décadas.
Tan solo en un día, la región Guaymas-Empalme registró precipitaciones de más de
450 milímetros de agua que generaron inundaciones y el Ejército Mexicano activó el
Plan DN3 para asistir a la población civil damnificada, porque más de 1,500 hogares
tuvieron pérdidas totales por la inundación.
Pese a la tragedia, Sonora pasó del estrés por déficit hídrico a garantizarse el abasto
para irrigar los dos próximos ciclos agrícolas y captar suficiente agua en los pozos y
mantos freáticos para el consumo urbano.