Está en la página 1de 2

En la constancia esta la diferencia

Mantener las mismas ganas y empeño hasta el final es lo que marca la diferencia con el mundo ya que la
mayoría de las personas del mundo no logran esto en su vida, comienzan con un nivel elevado de compromiso
pero después decaen a causa de que sus principios están equivocados puesto que quitan a Dios de sus
prioridades.
Mientras el mundo se afana por el dinero y los placeres, o algunos cristianos tal vez no es que abandonan la
obra, pero sí disminuyen su nivel de entrega y esto hace que no puedan marcar una verdadera diferencia, el
Señor les dice a sus hijos lo mismo que a Josué:
“Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te
mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que
emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para
que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y
todo te saldrá bien” Josué 1:7-8.
Leamos la palabra de Dios en Mateo 25:13-30
Para concretar plenamente las cosas en Dios se necesitan pasión y dirección, donde la pasión está referida al
llamado del Señor que deseamos alcanzar en la vida terrenal y así:
Filipenses 3:14
Esto se debe alimentar permanentemente con la oración, lectura, y estudio de la Palabra, estímulos necesarios
para que resulte más fácil nuestra vida cristiana al ver los avances que se van logrando, pero teniendo en
mente el resultado final.
Y la dirección está vinculada con las cosas que hacemos en lo diario a través de un comportamiento concreto,
esto es lo que nos sirve para marchar y no solo declarar lo que anhelamos alcanzar, ya que sin esta dirección
habitual se da lugar a la dispersión que nos impide lograr desarrollarnos a pleno.
El gran desafío del cristiano es mantener la misma fortaleza y el mismo empeño hasta el final para que nuestra
esperanza se pueda concretar, de manera que la constancia es fundamental en la vida puesto que es clave
para poder realizarnos plenamente al servirnos para todas las áreas de la vida.
Como tarde o temprano, y hagamos lo que hagamos, llegará el tiempo de la rendición de cuentas, por lo que
necesitamos entender que esto es inevitable, y que antes o después, seremos puestos sobre más, o nos
quedaremos sin nada, es que debemos mantener una evaluación continua de nuestra relación con Dios, y esto
no es para preocuparse sino para ocuparse de multiplicar nuestros talentos y de ayudar para que la obra
multiplique, recordando que:
“después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos” Mateo 25:19.
De esta forma no solo seremos bendecidos nosotros sino que seremos de bendición a los que nos rodean, y
para esto debemos darle gloria de Dios honrándolo a Él de la manera con lo que Él nos dio, aprovechando lo
que hemos recibido y también bendiciendo a los demás con lo que de gracia hemos recibido “porque al que
tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado” Mateo 25:29, no olvidando
que no solo hay que hacer lo correcto sino que debemos hacerlo cuanto antes para poder ser bendecidos y ser
de bendición a los demás.
Depende de nosotros de qué lado nos ubicamos para en el futuro ser de los que tengan más o de los que se
queden sin nada, si de los dos primeros siervos que multiplicaron sus talentos, o del tercero que lo escondió; si
la parábola da dos ejemplos positivos y uno negativos, y ambos dependían del mismo señor, significa que el
problema no era el señor sino cómo actuaron los siervos, ya que a los dos primeros les fue bien y al tercero no.
Ha llegado el tiempo en el que debemos terminar con la tibieza espiritual ya que en ella no hay términos
medios, o estás de un lado o del otro, por lo tanto:
Apocalipsis 3:13-18.
Se dice que hoy manda el mundo, “20 pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado
entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el
verdadero Dios, y la vida eterna. 19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” 1
Juan 5:20-19, por la realidad es que lo que manda es el talento que Dios ha puesto en nuestras vidas y al cual
el mundo está dispuesto a destruir.
Y es por eso que los que hacen valer sus talentos imponen sus condiciones cristianas, sea cual sea su lugar en
la obra; la gente está dispuesta a pagar lo que sea por un buen producto tecnológico y también a hacer cola en
la calle para comer en un buen restaurante, y lo que tienen en común estos dos ejemplos es el talento tanto en
la tecnología como en la gastronomía, y cuanto más si esos talentos están al servicio de Dios.
El Señor valora los resultados concretos, no las buenas intenciones, ya que de nada sirve el talento si no
produce verdaderos aportes a la obra; gran parte de los cristianos están capacitados, tiene buenos talentos,
pero no muestran resultados que concuerden con lo que poseen, pues para servir hay que salir a servir y esto
debe ser prioritario a la hora de actuar, debemos ganar un alma para Cristo y no solo ofrecer el evangelio,
sabiendo aprovechar los contactos y no solo tenerlos, actuando conforme a las promesas de Dios y no solo
conociéndolas.
Puedes ser excelente como persona, como cristiano, y profesional en tu talento, pero si no sirves en la obra
como el Señor lo desea no te servirá de mucho para crecer en lo espiritual, entonces dedícate a convertir las
probabilidades en resultados concretos, y recuerda que lo que jerarquiza y te da una posición en la obra de
Dios es el talento desarrollado y no el decir que lo tienes guardado por si el Señor viene a pedírtelo.
Es tiempo de pasar del desarrollo espiritual a la productividad en la obra del Señor utilizando tu talento y
produciendo resultados concretos, “y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros
cinco talentos Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos” Mateo 25:16-17, donde negociar
significa dejar el ocio, disponerse a trabajar con lo que se tiene y no hacer del no hacer nada para el Señor un
estilo de vida.
Y si bien muchos cristianos trabajan para el Señor y cumplen con lo que les pide como a ellos les parece, no
tienen la productividad como el objetivo principal en su trabajo en la obra de Dios, a lo que el Señor nos dice:
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece
en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que
permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” Juan 15:4-5.
Son cristianos que trabajan para el Señor pero no recorren la distancia extra; quieren ser maestros pero no
dominan verdaderamente lo que hacen por lo que no se convirtieron en referentes.
No han desarrollado hábitos de productividad para la obra sino que han apuntado a pasarla bien en vez de a
crecer, conformándose con trabajar alguna vez en lugar de crecer y progresar en la labor que el Señor les ha
dado en la congregación.
Eso les hace desentenderse de las cosas de Dios y se ha vuelto bastante habitual en este tiempo, la mayoría
de los cristianos no se hacen cargo de sus talentos, dones, y ministerios, por lo que vemos cristianos que
actúan sin comprometerse con lo que tendrían que hacer; no son responsables tanto cuando les corresponde
hacerlo como yendo un poco más allá de su función, por lo que si el Señor viene a buscarlos solo les queda
decir:
“Escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo” Mateo 25:25.
Piensa que cuando tienes un talento y lo escondes es peor que si no lo tuvieras, porque a pesar de tenerlo no
lo aprovechas para el desarrollo de tu vida cristiana; no escondas lo que el Señor te dio, úsalo como una forma
de honrarlo a Él, de desarrollar tu propia vida y de bendecir a los demás con lo que tienes, por lo tanto, no
privilegies la comodidad ante el desarrollo espiritual, y no te olvides que para cosechar primero hay que
sembrar, tanto en lo que hoy tenemos como caminando la milla extra para poder ser puestos sobre más.
Oro para que en este tiempo multipliquen sus talentos y con la bendición de Dios puedan ser puesto sobre más
y nunca quedarse sin nada, pero analicemos si en este tiempo hemos desarrollado y multiplicado los talentos
que el Señor nos entregó o tuvimos un comportamiento ocioso en algún área de nuestra vida que debemos
sacar cuanto antes para desarrollar nuestra vida espiritual y familiar, en el cuidado del dinero y en el desarrollo
del ministerio, recordemos que “por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de las manos se llueve la
casa” Eclesiastés 10:18.

También podría gustarte