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P()El\I.L~ -
)lÉXICO
,
OFICINA TIP. DE LA SE CRKTA RIA DE }'O i\lE~T O
-
1886
E s i~í a sC'gu rada la propie(lncl d e csta obn~ conforme á la 11
AL ESCLARECIDO PATRICIG--
y RENOMBRADO POETA
•
E D:S::L V ALLE
lIhl o )@ " .
,
•
nacionalidad 111exicana.
Porque hablando con absoluta verdad, y juz-
gando con r ecto y sereno critei'io, nada hay en
nuestros recuerdos, nada existe en nuestros ana-
les antiguos y lTIodernos que constituya tanto un
blason de legítimo orgullo y de indisputable ho-
nor, como la h eróica defensa de la antigua nletró-
poli azteca contra los españoles y sus aliados, en
el siglo XVI, y como la guerra de Independen-
•
sel'able afortunado.
En el sitio de ~1 éx ieo todo el heroislllo está
PROLOGO. xxv
- - -- - - - - - - - - - - -"- - - - - -
mo españoles."
Pero Cuauhtemoc, que habia dicho desde el
principio del sitio, segun refiere B@rnal Diaz:
" Pues así q uereis que sea, guardad mucho el maíz y
bastimentas que tenemos, y muramos todos peleando~·
•
. ,
ci uelad para organizar la resistencia, como pudie-
ra, tal vez en las montañas, tal vez en los desier-
tos, adonde quiera que hubiese un refugio y un
grupo de hombres de honor, fué cogido prisio-
nero por Holguin, y presentado á Cortés, no pi-
dió favor, no se mostró abatido, ni suplicante,
presentóse sí con una altivez, con un valor y con~
una dignidad que no tienen modelo.
"y díjome en su lengua, refiere Cortés, Que
ya él habia hecho todo, lo que de su parte era obligado
para defenderse el sí, y el los suyos, hasla venir en
aquel estado: que ahora ficiese de él lo que yo quisiese;
y puso la mano en un puñal que yo tenia, dicién-
dome, que le diese de pufíaladas y le malase/' pala-
bras de sublime heroismo; que Bolo el mentecato
cardenal Lorenzana ha podido califical' de otro
modo, aunque á renglon seguido dice que proba-
ban el ,qrande valor del caudillo.
•
en la leyenda.
y en ]0 relativo á la Conquista de 1féxico, ha
sucedido que la Historia se ha fundado en la Le-
yenda por las razones que hemos expuesto al
principio, y el poema de Valle es el que se funda,
•
PROLOGO. XXXVII
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•
De ninguna lnanera: Este poema no significa
más que el amor al arte y el deseo de realzar las
glorias de la Patria antigua. Hay en aquellos
anales un asunto heróico, y ,se aprovecha, con
orgullo de poeta y de pa .~, pero sin proyecto
hostil á la nacion que por tres siglos dominó á
México. Bastante tiempo tuvieron en sus manos
la lira los partidarios del antiguo réginlen; que
toleren el plectro manejado por la mano de los
hombres libres.
Por lo delnas, esto no contradice nuestro afec-
to fraternal á España. Amamos á España, no
por Hernan Cortés y su cuadrilla de aventureros
audaces y afortunados, que conquistaron á Nléxi-
co, pero que esclavizaron á su pueblo; sino por
el recuerdo de Bartolomé de Las Casas, de Pe-
dro de Gante, de Martin de Valencia, de Vasco
de Quiroga, de los benefactores, de los lnisione-
ros, de los protectores del vencido, de los buenos,
en la antigüedad; y de Javier Mina, que vino á
redinlÍr con su bendita sangre los crímenes de la
Conquista y que murió por nuestras libertades;
de Rafael del Riego, que con su glorioso lllOVi-
miento contribuyó de un modo indirecto á dar-
nos patria, y de Juan Prim, que desdeñando con
XLlI CUAUHTJ!:MOC.
INTROD OOION." •
•
• • "Tienen dos brazos más, muy en lo alto,
Con los que armas mortíferas manejan.
Lo más fenomenal es que cada uno
De esos séres contiene dos cabezas:
"De hom:bre la superior, y la más baja
Es de animal, aunque garbosa y bella.
Estos informes séres en la lucha
Son más temibles que las mismas fieras,
•
• I ·
• •
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/ /
INVOCAOION.
-C><><>-
•
CANTO PRIMERO.
-
"¡No haya piedad! Convóquese á la guerra
A todo el que en Anáhuac ha nacido;
El pueblo que sus dioses y su tierra
Defiende, es respetado aunque vencido.
¿A quién la muerte en el combate aterra
Si sabe que es la paz el bien perdido?
¡No haya piedad! Gritemos de esta suerte:
"¡Tregua á la paz! ¡O salvacion ó muerte!"
•
En vano Hernan Cortés con sus guerreros
Quiere desalojar al enemigo;
Su denuedo rechazan los flecheros,
, A quienes cubre protector abrigo .
•
Los m~xicanos, bravos y altaneros,
Que el patriótico amor tienen consigo,
Con heróiea fiereza se defienden
y con sus tiros al contrario ofenden.
CAN'!,O SEGUNDO. 65
-
Del dios Huitzilopochtli el santuario,
y al punto brota por doquier el fuego •
•
,
Oyese en tal sazon, comJY€'l lamento
Del sér que en su dolor piedad implora,
Del agorero buho el triste acento
•
• •
•
Al caudillo español aborrecido, •
A Hernan
. ,
Cortés en la batalla ruda.
13
90 CUA:UHTEMOC.
OANTO CUARTO.
-
Despues, poniendo en astas la cabeza
De los corceles, sale entusiasmada
La multitud, y con audaz fiereza
Recorre la ciudad alborotada.
El pueblo mexicano su grandeza
Tiene, por el valor, asegurada,
y en su entusiasmo varonil y santo
Alza de libertad sublime canto.
CANTO CU AR1'O. •
10
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--
Del monarca, segun uso y costumbre,
De Cuitlahuác está la servidumbre.
FIN DE CANTO U. RT
----
•
OANTO QUINTO.
---
De el genio poderoso
Os sabrá dirigir en la batalla:
¿Quién como él arrostra valeroso
La lluvia de mortífera metralla?
¿Quién como él acude presuroso
Al peligro, que rápido a,!-asa1Ia?
¿Quién al poder de su-átrevido acento
En los demas enciende el ardimiento?
CANTO SEXTO.
,
Gonzalo Sandoval no se amedrenta;
El en persona á sus guerreros guia,
y con su ejemplo en los demas aumenta
Más que el valor, la heróica bizarría .
•
Con~---si
.-
un hombre fuerá, al enemigo,
y su temible, varonil pujanza
Conduce al español mortal castigo.
Para escapar elel pueblo ft la venganza,
-
No encuentra el invasor seguro abrigo;
Por todas partes hállase cercado,
y ti ene que lirlinr rl rspsperndo.
.,......:,-
Mezclándose en las filas del contrario,
./" /'
y se da la señal de la batalla;
Dispáranse los dardos silbadores,
y mézclanse al fragor de la metralla
-Los gritos de venga·nza atronadores.
De los preñados bronces pronto estalla
El fuego que les da á los invasores
En la guerra ventaja tan terrible,
Que á su ejército torna en invencible.
• • •
~ . --
De Cuauhtemoc los bravos campeones
Preparan con valor la resistencia;
De arrogantes flecheros las secciones -
Cubren de Jos teocallis la el1íÍnencia.
Sin tenfor al poder de los cañones,
y vencer anhelando en su impaciencia,
Alzan de guerra el grito formidable
Que es anuncio de muerte inexorable. -
--- -'
~-
Confusa, atropellándose la gente
Para salvarse del peligro horrendo,
Junta se precipita sobre el puente,
Que al peso cede con terr-ibfe estruendo .
•
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- /
--
El inminente ri€sgo comprendiendo
Cortés, á su caballo aguijouec\'
y reveses y tajos repartiendo..,.
- -
Entra ..can 'fiero ardor en la pe lea.
El pueblo~ á Hernall Cortés reconociendo .
Con febril regocijo clamorea.
y expresando en sus gritos la Ye ll grtllza .
-
Al .iefe abolTecido .. e abalanza.
-
•
OANrro NOV'ENO.
Lo~
esquifes meciéndose ligeros
-
En las aguas del lago cristalino ~
Esperan á 100'p:cli~os guerreros
Que de la parrIa tienen el destino.
Tripulan las piraguas los fl echeros
De la guardia imperial, que en el camino
Defenderán al noble soberán o
•
-
Del ataque tenaz del castellano.
Van detrás
.-
del nionarca valeroso
Los restos de su ejército animoso.
Envuelve
-- en su mirada centellante
A Hernan Cortés, que admira su entereza,
y clavándol~~K.o en el semblante
DE'? su contrúio, yergue la cabeza.
Acércasele más; toca anhelante
El puñal acerado, y con tristeza,
Pero obediente al patrio séÍÍtimiento,
-
Así re dice con seguro acento:
.--
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~-
. /'-
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NOTAS.
29 Cactlis. Sandalias.
30 Escudo ó rodela.
--x'Q-