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SEMINARIO DE “LA ANUNCIACIÓN” DE CD. ALTAMIRANO GRO.

Filosofía política
Capitulo VIII: El régimen político
a) El poder político
Lo primero que afirmamos es que el pensamiento político moderno ha reducido lo político
al poder. En otras palabras que la política es el poder. Esto significa adoptar una
concepción instrumentalista de lo político, pero en realidad el poder solamente es un medio
instrumento.
Así mismo el pensamiento posmoderno hizo la distinción entre lo político y lo social, esto
último lo describe como la acciones y relaciones entre los hombres y lo político como el
poder o dominación como factor adicional.
La reducción del poder a lo político tiene su paradigma más clásico en Hobbes y Max
Weber representante más claro e influyente del último siglo, a grado de afirmar que toparse
con lo político es toparse con la presencia del poder, con la existencia de una voluntad que
determina la conducta de otras voluntades.
El pensamiento político clásico, es un pensamiento que arranca de la experiencia de la
polis, no de la experiencia del poder. El poder político dice Aristóteles es el mando sobre
hombres libres e iguales y el gobierno ha de ser conforme con la naturaleza del gobernado.
Es el poder que se ejerce de la manera que corresponde a la realización y mejora de la vida
común entre sujetos libres e iguales.
El poder es el principal medio con el que cuenta la polis para alcanzar su fin, dicho fin se
alcanza si se busca de manera adecuada, es decir políticamente.
El poder no es lo mismo que la fuerza, aunque a veces se sirve de ella. El poder es una
realidad moral, es una praxis o cometido institucional que solo existe comunitariamente y
que solo puede ser tenido en el seno de la comunidad.
En suma lo que especifica al poder como político no son razones mediales o
instrumentales, sino razones éticas: la clase de ethos colectivo, de comunidad o institución
en la que surge y para lo que surge. La acción más básica y elemental del poder político es
su actuación como fuerza protectora, lo primero que debe proporcionar es seguridad.
b) La legitimidad del poder
El poder es legítimo cuando el pueblo puede reconocerse en el sujeto que lo ejerce, y
puede, por tanto, reconocer ese poder como el poder que le es propio y le corresponde
como pueblo. Un poder legítimo es aquel que ha sido autorizado por la polis, aquel poder
que es verdaderamente de la polis y cuyos actos pueden ser considerados, por lo tanto,
como actos de la polis.

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Un poder ilegitimo, que no cuenta con reconocimiento y la fuerza del pueblo es, en el
fondo, un poder que se siente inseguro, y que para mantenerse necesita recurrir a la fuerza y
al miedo, es decir, necesita que los ciudadanos se sientan inseguros.
Que el poder es legítimo significa que, depositado en un sujeto concreto -individual o
colectivo- resulta expresivo de la comunidad política, de su intimidad colectiva.
La legitimidad y legalidad no son lo mismo. La legalidad se refiere a la forma (como) de
ejercer el poder, el atendimiento de este a las normas que guían su ejercicio. A legitimidad
se refiere a la asignación (quien) del ejercicio del poder, a la adecuación del poder a la polis
en virtud de su sujeto.
La ley es el modo de expresión del poder, es la forma estable, medida y ordinaria de
hacerse presente este. Como ordenación del obrar, como pauta o medida de la conducta de
los ciudadanos, la ley ha de ser racional, ha de ser acorde con el bien común de estos. La
ley exige la legitimidad del poder.
La perfección de una sociedad se debe a su propia voluntad, carácter de decisión propia, de
autodeterminación voluntaria de sus leyes.
c) La forma de ejercer el poder
El régimen político es el modo de cómo se ordena y articula el ejercicio del poder en la
polis, podemos decir que representa la forma de la vida estricta y plenamente política: la
forma de la vida de la polis en cuanto que esta es autoconfiguración deliberada.
Este orden institucional se basa en dos factores:
 La delimitación de competencias
 Designación de los respectivos agentes de estas competencias:
En el primer orden, el régimen puede articularse, por ejemplo, como distinción entre poder
legislativo, ejecutivo y judicial, dándose dentro de cada uno de estos poderes o
competencias, nuevas delimitaciones competenciales.
En el segundo, el régimen puede resultar más o menos monárquico, o aristocrático o
democrático, según sea más restringida o más amplia la participación. Activa y pasiva.
Así decimos que el régimen político consiste de suyo, en alguna forma de
compartimentación y articulación del ejercicio del poder. La existencia del régimen
político implica siempre que el entero ejercicio del poder no descansa en unas solas manos,
en un mismo sujeto –individual o colectivo-, implica que no hay un único momento, una
sola instancia de decisión política.
Aristóteles critica la democracia extrema, en la que la asamblea del pueblo decide
directamente sobre todas las cuestiones, acaparando a todas las competencias.

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En la práctica el régimen del régimen político equivale a la condición del régimen mixto.
Un régimen autentico se da en el ejercicio del poder distribuido y ordenado en una
pluralidad de sujetos, instancias e instituciones.

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