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El gobierno había declarado zona tajo control militar a todas las minas, arguyendo
que la necesidad de abastecimiento a los aliados requería de orden social y
seguridad en ese sector productivo. Los reclamos salariales en Uncía, Catavi y Siglo
XX databan de 1941. Un pedido de aumento en el complejo Catavi - Siglo XX, tras
largos tira y afloja con la empresa y el ministerio de trabajo, derivó en una huelga
general iniciada el 14 de diciembre de 1942. El gobierno envió al regimiento Ingavi
al mando del Cnl. Luis Cuenca. Después de varios días de tensión, conversaciones,
amagos de violencia e intransigencia de gobierno y empresa, el 21 de diciembre en
dos ocasiones las tropas dispararon primero contra un grupo de mujeres que
pretendía entrar a Catavi para aprovisionarse de víveres y luego contra una masiva
manifestación de protesta por las primeras muertes. 200 efectivos militares y tres
oficiales dispararon contra una manifestación de más de 7.000 trabajadores,
hombres, mujeres y niños. El saldo de la masacre fue de más de una veintena de
muertos y medio centenar de heridos.
CAUSA De LA Masacre
La Masacre de Catavi
Una vez que la huelga estalló, la Empresa y el Gobierno decidieron el control
militar total de las minas, porque se requería orden y seguridad para abastecer de
materias primas a los aliados de Bolivia en la guerra. Convencidos de los efectos
disuasivos de la violencia de Estado, más de seis mil efectivos al mando del
Coronel Cuenca fueron trasladados hasta las minas. El conflicto se prolongó por
varios días, hasta el fatídico 21 de diciembre de 1942. Ese día, las tropas militares
dispararon contra una manifestación que buscaba abastecerse de alimentos. El
número de muertos fue muy grande, al punto que hasta ahora no se conocen las
cifras exactas. Una de las víctimas de la masacre fue María Barzola, que
encabezaba la marcha contra la empresa y el ejército. Tras su muerte María se
convertiría en el símbolo de la lucha de la mujer contra la oligarquía. Además se
inició una persecución contra dirigentes del MNR, que alentó la importancia del
movimiento.
La Masacre de Catavi
El gobierno había declarado zona tajo control militar a todas las minas, arguyendo
que la necesidad de abastecimiento a los aliados requería de orden social y
seguridad en ese sector productivo. Los reclamos salariales en Uncía, Catavi y Siglo
XX databan de 1941. Un pedido de aumento en el complejo Catavi - Siglo XX, tras
largos tira y afloja con la empresa y el ministerio de trabajo, derivó en una huelga
general iniciada el 14 de diciembre de 1942. El gobierno envió al regimiento Ingavi
al mando del Cnl. Luis Cuenca. Después de varios días de tensión, conversaciones,
amagos de violencia e intransigencia de gobierno y empresa, el 21 de diciembre en
dos ocasiones las tropas dispararon primero contra un grupo de mujeres que
pretendía entrar a Catavi para aprovisionarse de víveres y luego contra una masiva
manifestación de protesta por las primeras muertes. 200 efectivos militares y tres
oficiales dispararon contra una manifestación de más de 7.000 trabajadores,
hombres, mujeres y niños. El saldo de la masacre fue de más de una veintena de
muertos y medio centenar de heridos.
Fecha de finalizacion
La Masacre de Catavi
El gobierno había declarado zona tajo control militar a todas las minas, arguyendo
que la necesidad de abastecimiento a los aliados requería de orden social y
seguridad en ese sector productivo. Los reclamos salariales en Uncía, Catavi y Siglo
XX databan de 1941. Un pedido de aumento en el complejo Catavi - Siglo XX, tras
largos tira y afloja con la empresa y el ministerio de trabajo, derivó en una huelga
general iniciada el 14 de diciembre de 1942. El gobierno envió al regimiento Ingavi
al mando del Cnl. Luis Cuenca. Después de varios días de tensión, conversaciones,
amagos de violencia e intransigencia de gobierno y empresa, el 21 de diciembre en
dos ocasiones las tropas dispararon primero contra un grupo de mujeres que
pretendía entrar a Catavi para aprovisionarse de víveres y luego contra una masiva
manifestación de protesta por las primeras muertes. 200 efectivos militares y tres
oficiales dispararon contra una manifestación de más de 7.000 trabajadores,
hombres, mujeres y niños. El saldo de la masacre fue de más de una veintena de
muertos y medio centenar de heridos.
María Barzola
“El gobierno (de Enrique Peñaranda) había declarado zona bajo control militar a
todas las minas”, escribió Carlos Mesa apuntando que la huelga general de los
mineros había comenzado el 14 de diciembre de 1942.
La respuesta de Peñaranda, como ya lo había hecho en Oruro y Potosí, fue el
envío de tropas. Mesa detalla que el regimiento Ingavi, encabezado por el coronel
Luis Cuenca, fue hasta Catavi y “el 21 de diciembre –en dos ocasiones– las
tropas dispararon primero contra un grupo de mujeres que pretendía entrar a
Catavi para reaprovisionarse de víveres y luego contra una masiva manifestación
de protesta por las primeras muertes”.
Lora recoge el testimonio de Antonio Gaspar sobre aquel aciago día:
“A la cabeza de los que pedíamos pan estaban una anciana que llevaba la bandera
nacional y ella recibió la primera descarga de metralla cayendo envuelta en los
pliegues de la tricolor boliviana y así fue que quienes pedíamos pan recibimos
bala”.
El autor de la “Historia…” agrega que “esa anciana no era otra que María
Barzola y cuyo nombre ha sido enarbolado con fines proselitistas por gentes
extrañas al proletariado y ha concluido convirtiéndose en un símbolo del
martirologio de la clase obrera”.
Día del Minero
¿Cuántos murieron en la masacre de Catavi? Las cifras varían desde las del
gobierno, que reportó 19 personas, hasta las de historiadores que hablan de 400.
En un punto intermedio se ubican quienes dicen que fueron alrededor de 40. La
cifra jamás podrá establecerse porque los soldados se apresuraron a enterrar o
desaparecer muchos cadáveres.
La de Catavi no fue la única masacre de mineros. Entre otras que lograron ser
consignadas por los historiadores destacan la de la noche de San Juan, en
Llallagua y Siglo XX, en 1967; y la de Navidad, en Amayapampa, Capacirca y
Lagunillas, en 1996.
Pero la que conmovió a la opinión pública internacional fue de la Catavi y
motivó la caída de Peñaranda. Más tarde, el 21 de diciembre de 1944, la
Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, reunida en congreso,
fija a esa fecha como el Día del Minero Boliviano.
Casi diez años después, el 31 de octubre de 1952, se firma el decreto de
nacionalización de las minas, quitando estas de manos de los barones del estaño y
poniéndolas a cargo del Estado boliviano. El decreto fue firmado en el mismo
lugar en que cayó María Barzola •
* Juan José Toro es presidente de la Sociedad de Investigación Histórica de
Potosí (SIHP).
Defensores de la democracia
A principios de noviembre de 2019, Bolivia ardía por la indignación que provocó
el fraude electoral más grande de su historia.
El entonces presidente, Evo Morales, había sido puesto en evidencia pero se
aferraba al cargo con dientes y uñas. La gente había salido a las calles a protestar
contra el fraude pero en los bastiones del partido oficialista, el MAS, sus
militantes se movilizaban para defender el resultado fraudulento que le daba la
victoria a su líder y le abría la puerta para seguir gobernando por otros cinco
años.
La Federación Departamental de Cooperativas Mineras (Fedecomin) de Potosí
estaba cooptada por el MAS pero sus bases pudieron más: forzaron a sus
dirigentes a salir a las calles y, una vez en ellas, modificaron el final de la marcha
y, en un mitin realizado en el Puente de la Dignidad, pidieron la renuncia de Evo
Morales.
Después, siempre presionando a sus dirigentes, iniciaron la marcha a La Paz en
caravanas de decenas de buses. El objetivo era llegar a la sede del Gobierno a
forzar la renuncia del presidente fraudulento.
Pero los masistas apostados a la vera de los caminos, en los bastiones de ese
partido, lo impidieron a sangre y fuego. Atacaron los buses en Vila Vila y Plaza
Verde, a la altura de Challapata. En la primera emboscada secuestraron a 14
personas y en la segunda hirieron a seis, todos mineros.
Franz Soraide, Rafael Moscoso, Mijael Medina, Darío Cuiza y Javier Gutiérrez
tienen heridas de bala mientras que Ramiro Ugarte perdió las dos manos por
explosión de dinamita. Ninguno puede volver a trabajar en la mina.
Fueron hasta La Paz a defender la democracia y resultaron inutilizados de por
vida. Fueron emboscados y baleados el 10 de noviembre. Mientras se
recuperaban de sus heridas, Evo Morales renunciaba a la presidencia.
Consiguieron su objetivo pero no aparecen en los informes sobre los sucesos
posteriores al fraude y, hasta ahora, no fueron reconocidos por las autoridades.
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