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5. Domicilio tributario.

Lugar en donde se encuentran los obligados con el fisco, y que determina la sede del
cumplimiento de las obligaciones y deberes impuestos para con él.

En nuestra materia resulta de relevancia conocer dónde el contribuyente desarrolla su actividad,


que ubicar el lugar en donde vive con su familia.

El asunto del domicilio trae aparejadas tres consecuencias:

1) implica el sometimiento de las personas a un determinado ordenamiento legal tributario;


2) significa un lugar en el cual el organismo fiscal considera situada a una persona para desarrollar
sus funciones propias (de inspección, fiscalización, entre otros), y
3) fija la competencia del juez administrativo.

a) El domicilio fiscal en la ley 11.683. La ley de procedimiento tributario nacional dedica sus
arts. 3 y siguiente a la regulación del domicilio fiscal y domicilio fiscal electrónico,
respectivamente.

1) Remisión al derecho común. La primera parte de este art. 3 establece que el domicilio de los
responsables “es el real, o en su caso, el legal de carácter general, legislado en el Código Civil”, aun
cuando esté ajustado a lo que establezca la propia ley 11.683 y su reglamentación.

El domicilio real de las personas está definido en el Código Civil y Comercial como “el lugar de su
residencia habitual” y que cuando la persona ejerce actividad profesional o económica, será tal “el
lugar donde la desempeña para el cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha
actividad’' (art. 73, Cód. Civil y Comercial).

El domicilio legal, por su parte, es definido como “el lugar donde la ley presume, sin admitir
prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos
y el cumplimiento de sus obligaciones" (art. 74, Cód. Civil y Comercial).

2) Personas de existencia visible. En el caso de estas personas, de existencia física o visible, la ley
dispone que será domicilio fiscal el domicilio real, salvo que éste no coincida con el lugar donde
esté situada la dirección o administración principal y efectiva de sus actividades; en este caso se
dará prevalencia a este último.

5) Personas de existencia ideal. (personas jurídicas), estableciendo la ley que cuando el domicilio
legal de ellas no coincida con “el lugar donde esté situada la dirección o administración principal y
efectiva", este último será su domicilio fiscal. La disposición, en modo expreso, comprende a todas
"las personas jurídicas del Código Civil, las sociedades, asociaciones y entidades a las que el
derecho privado reconoce la calidad de sujetos de derecho, los patrimonios destinados a un fin
determinado y las demás sociedades, asociaciones, entidades y empresas".

4) Sujetos domiciliados en el extranjero. Para el caso de los contribuyentes y demás responsables


que se domicilien en el exterior, será domicilio fiscal: a) el de sus representantes en el país; b) en
caso de no poder establecerse éste, o que no cuenten con ellos “el lugar de la República en que
dichos responsables tengan su principal negocio o explotación o la principal fuente de recursos”, y
c) subsidiariamente, "el lugar de su última residencia".

5) Domicilio fiscal desconocido. Cuando no se hubiera denunciado el domicilio fiscal y la AFIP


conociere alguno de los domicilios referidos anteriormente, éste tendrá validez a todos los efectos
legales.

6) Domicilio fiscal alternativo. Por su parte, a partir de lo dispuesto por la ley 26.044, se prevé que
la AFIP podrá declarar por resolución fundada como domicilio fiscal alternativo al lugar de su
asiento efectivo, cuando el denunciado: a) no coincida con las disposiciones legales precedentes;
b) fuere físicamente inexistente; c) haya sido abandonado, y d) desapareciera, se alterare o
suprimiera su numeración. No obstante, la ley exige que la declaración de este nuevo domicilio
alternativo debe sustentarse en "datos concretos colectados conforme a sus facultades de
verificación y fiscalización", otorgándole plena validez, y "sin perjuicio de considerarse válidas las
notificaciones practicadas en el domicilio fiscal del responsable".

7) Domicilio constituido. El art. 3 finaliza prescribiendo que cualquiera de los domicilios allí
previstos, producirá tanto en el ámbito administrativo como en el judicial, los efectos de domicilio
constituido, siendo aplicables las disposiciones pertinentes del Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación.

Aun así, es frecuente que, en el marco de las determinaciones de oficio, repeticiones, solicitudes
de compensación, etc., los contribuyentes y responsables fijen un domicilio especial, que sólo
tendrá validez a los fines procesales, sin perjuicio de subsistir el domicilio fiscal a todos los demás
efectos. Por tanto, una vez constituido el domicilio procesal por el sujeto pasivo que sea, la AFIP
deberá tomarlo en cuenta, pasando éste a funcionar como domicilio legal en las causas donde
haya sido fijado.

8) Domicilio fiscal electrónico. Instituto incorporado con la sanción de la ley 26.044; que dispone
que se considerará tal “al sitio informático seguro, personalizado, válido y optativo registrado por
los contribuyentes y responsables para el cumplimiento de sus obligaciones fiscales y para la
entrega o recepción de comunicaciones de cualquier naturaleza”. La ley deja en manos de la
reglamentación de la AFIP los aspectos centrales de este domicilio, tales como los modos de
''constitución, implementación, viabilidad y cambio”. Con relación a sus efectos, produce los
mismos que los del domicilio fiscal genérico, “siendo válidas y plenamente eficaces todas las
notificaciones, emplazamientos y comunicaciones que allí se practiquen por esta vía".

6. Exenciones y beneficios tributarios

El hecho imponible describe hechos o situaciones que, realizados o producidos por una persona
en determinado lugar y tiempo, tornan normalmente aplicable la consecuencia jurídica
consistente en la obligación de pagar un tributo.

Pero existen también hechos o situaciones descriptas hipotéticamente en otras normas, y que,
acaecidos en la realidad, neutralizan la consecuencia normal derivada de la configuración del
hecho imponible, o sea, el mandato de pagar el tributo. Estos hechos o situaciones que enervan la
eficacia generadora del hecho imponible, se denominan exenciones y beneficios tributarios, y
tienen la función de: interrumpir el nexo normal entre la hipótesis como causa y el mandato como
consecuencia.

La consecuencia de la exención o beneficio es: impedir, total o parcialmente, que la realización


del hecho imponible se traduzca en el mandato de pago normal.

Las exenciones y beneficios tributarios constituyen límites al principio constitucional de la


generalidad y sus fundamentos o motivos deben buscarse en la política fiscal.

Las normas que establecen tanto exenciones como beneficios tributarios son taxativas y deben
ser interpretadas en forma estricta. No es admisible la interpretación extensiva ni tampoco la
integración por vía de analogía.

Las exenciones respecto de las cuales no se establezca un término de vigencia se entienden


otorgadas por tiempo indeterminado, y subsisten mientras perduren los extremos fácticos tenidos
en cuenta para concederlas (p.ej., la exención subjetiva a entidades de asistencia social se
mantiene mientras sus beneficios no se distribuyan entre los integrantes, pero cesa si se produce
esa distribución).

La subsistencia de las exenciones también está condicionada a que no sean derogadas las
disposiciones legales que las establecen. O sea que el hecho de no expresarse el término de
vigencia no puede llevar a interpretar que la exención se otorgó “a perpetuidad” y una ley
posterior puede suprimirla, cuestión ésta que depende de la valoración del legislador.

De igual modo, si se trata de un beneficio tributario concedido por un plazo determinado, dicho
beneficio no puede ser legalmente abolido antes de su vencimiento. Seguidamente,
corresponderá diferenciar los conceptos de “exención tributaria” y de “beneficio tributario”, según
el sentido que les asignamos.

a) Exenciones. En la exención tributaria, la desconexión entre hipótesis y mandato es total. No


interesa si la hipótesis se produjo real o aparentemente. Lo cierto, en cualquiera de ambos
supuestos, es que de esa configuración no surge deuda tributaria de sujeto pasivo alguno.

1) Clasificación. Las exenciones pueden ser subjetivas u objetivas

a) Las exenciones subjetivas son aquellas en que la circunstancia neutralizante es un hecho o


situación que se refiere directamente a la persona (física o ideal) del destinatario legal tributario.
Así, las entidades gremiales, científicas, religiosas y culturales, que se consideran de bien público y
no persiguen fines lucrativos, se hallan por lo general exentas. En el impuesto a las ganancias están
exentas las asociaciones deportivas y de cultura física no lucrativas. También en dicho impuesto se
exime a instituciones internacionales no lucrativas con sede en el país. En el IVA, gozan de
exenciones, entre otros, las personas lisiadas, así como los técnicos y científicos

b) Las exenciones objetivas son aquellas en que la circunstancia enervante está directamente
relacionada con los bienes que constituyen la materia imponible, sin influencia alguna de la
“persona” del destinatario legal tributario. Así, por ejemplo, en los impuestos internos existen
exenciones relativas a jarabes medicinales, cubiertas y neumáticos destinados a tractores,
implementos agrícolas, bicicletas y juguetes.
2) Jurisprudencia. La Corte Suprema ha sido categórica al entender que la falta de cumplimiento
de los recaudos formales establecidos para la procedencia de una exención no la aniquila. Así lo
expuso al afirmar que “el carácter de sujeto exento estará dado por el encuadramiento de la
entidad actora en las previsiones de dichas normas y no por la circunstancia de que cuente o deje
de contar con una resolución del ente recaudador que declare explícitamente que reviste esa
calidad”.

b) Beneficios tributarios. Clasificación. Hay beneficios tributarios cuando la desconexión entre


hipótesis y mandato no es total sino parcial, siendo distintos los nombres que las leyes tributarias
asignan a estos beneficios: franquicias, desgravaciones, amortizaciones aceleradas, etcétera. Un
diferente tipo de beneficio se configura cuando el Estado cede bienes en forma promocional.
Asimismo, se encuentran en esta categoría los denominados beneficios derivados de los
regímenes de promoción, que consisten en la invitación a realizar inversiones para incentivar una
región o actividad, obligándose el Estado a conceder beneficios impositivos con un lapso
determinado de vigencia.

- Tipos de beneficios:

1) En algunos casos se produce una neutralización cuantitativamente parcial del efecto normal
derivado de la realización del hecho imponible. Es decir, el sujeto pasivo paga el tributo, pero en
menor cantidad a la que el legislador previo como originaria. Así, en el impuesto a las ganancias,
quienes las obtengan como consecuencia de sus derechos de autor, pagan impuesto por las sumas
que excedan de treinta mil pesos por período fiscal.

2) En otros supuestos, la neutralización es temporariamente parcial. Esto significa que no se


disminuye el monto tributable, pero se dispensa de pago por un cierto período de tiempo (tal
suele ser uno de los efectos de las llamadas “zonas de emergencia económica” o de los llamados
“diferimientos” otorgados como incentivos para el desarrollo de ciertas regiones o actividades).

3) Los beneficios también pueden consistir en montos que el Estado entrega a los particulares en
casos excepcionales y por razones de incentivo fiscal (p.ej., reintegros o subsidios).

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