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LOS ÁNGELES

SERES SUPERIORES A NOSOTROS


QUE ALABAN A DIOS Y NOS CUIDAN
Como niños muchos de nosotros hemos rezado la tradicional oración del ángel de guarda, pero como adultos,
tendemos a olvidar la importancia y el poder que los ángeles tienen en nuestra vida. Sin embargo, la enseñanza de la
Iglesia sobre estos seres espirituales se ha mantenido a lo largo de los siglos. Por ejemplo, en la oración del Credo
Largo, basado en la enseñanza de los concilios de Nicea (325 d.C.) y Constantinopla (381 d.C.) declaramos que
creemos en un Dios Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de
todo lo visible y lo invisible. Y los ángeles transitan entre ambas
realidades, pues forman parte de nuestra vida espiritual y de
nuestra vida cotidiana. Por lo que los ángeles son mucho más que
seres alados vestidos de blanco, flotando a nuestro alrededor, pero
como son parte de la realidad invisible, la base de su existencia tiene
mucho de interpretación bíblica, otro poco de revelación a personas
espirituales, una buena parte de Tradición de la Iglesia y, por otro
lado, hay mucho de fantasía, superstición, esoterismo y todo eso
que tanto le gusta a la corriente de la Nueva Era1 (New Age) quienes
han terminado confundiéndonos en la actualidad.

Entonces, para no seguir cayendo en supersticiones absurdas, para no creer ingenuamente en los rituales mágicos
que se hacen en torno a los ángeles y sus supuestos poderes y, para conocer más de ellos y de su misión,
comparto algunos puntos muy breves sobre estos muy buenos amigos nuestros:

1. Son reales: No son seres mitológicos, seres inventados para ilustrar los cuentos infantiles o personajes fantásticos
que introdujeron los autores bíblicos. «La existencia de seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura
llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de las Escrituras es tan claro como la unanimidad de
la Tradición» (Catecismo n°328).

La Iglesia Católica no inventa ángeles guardianes para ayudar a que los niños pequeños se sientan seguros en la
noche. Los ángeles guardianes son reales. Hay innumerables ejemplos de ángeles en toda la Escritura. Ellos cuidaron
a todos, hasta a Jesús mismo. «Pero si no nos apartamos de aquel que está a nuestro lado seremos firmemente
sostenidos por manos angélicas a fin de que nuestro pie no tropiece en las insidias del enemigo» (San Juan Bosco).

2. Dios los creó: El Papa san Pío X decía que: «los ángeles son las criaturas más nobles creadas por Dios». En el IV
Concilio de Letrán (1215 d.C.) se dijo de ellos que: «Dios, con su infinito poder, creó al comienzo del tiempo ambas
creaturas, las espirituales y las corporales; es decir, la angélica y la terrestre, y luego la humana, como creatura
intermedia, compuesta de alma y de espíritu».

3. ¿Qué son y qué hacen?: Los ángeles fueron creados como tales y no tuvieron antes una vida terrenal. La palabra
“ángel” procede del término latín “ángelus”, que quiere decir: “mensajero” o “servidor” de Dios. Y es que eso es lo
que hacen: comunicar lo que ellos mismos han presenciado, porque «contemplan el rostro de mi Padre que están en
los cielos” (Mt 18, 10) y “son agentes de sus órdenes, atentos a la voz de Su Palabra” (Salmo 103, 20). El Catecismo
n°330 explica que: “son criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad; son criaturas personales e
inmortales y superan en perfección a todas las criaturas visibles».

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Estos son algunos ejemplos de cómo esta corriente presenta a los ángeles: Los ángeles de la guarda no solamente nos cuidan, sino que
protegen a los países. También ciertos ángeles se encargan de los meses: Gabriel es enero, “Barchiel”, febrero, “Uriel” es septiembre; de los
días de la semana: Gabriel es lunes, Miguel es miércoles. Hasta los signos del Zodiaco tienen el suyo: Tauro es “Amodel”, Libra es “Uriel” y
Acuario es “Gabriel”. Nos dan también algunas opciones para “comunicarnos con ellos” por medio de la meditación trascendental, por
visualización (o imaginación guiada) o por medio de cristales y gemas.
4. No tienen cuerpo: Pero existe la idea de que sí lo tienen, pues en muchos pasajes bíblicos se les describe de esa
forma. Por ejemplo, en el libro del Apocalipsis se dice que están de pie junto al trono de Dios, que tocan trompetas,
sostienen copas, suben y bajan del altar. Los ángeles tampoco poseen alas, pero desde el siglo IV comenzaron a ser
representados en el arte con ellas, para explicar que son rápidos mensajeros.

Cristo es el centro del mundo angélico: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con
Él»  (Catecismo 331). Los ángeles son superiores al hombre, pues a pesar de que son enviados para servirnos, están
constantemente en presencia de Dios. Ellos son poderosos seres espirituales que luchan por tu alma y han sido
dotados de muchos poderes espirituales y capacidades que no tienen los seres humanos. No pienses en tu ángel
como un personaje de dibujos animados; él está de pie junto a ti para protegerte, defenderte y guardarte.

5. Algunos cayeron: En el Catecismo n°391 se explica que algunos de estos espíritus creados pecaron y su falta
consistió en que eligieron rechazar, irrevocablemente, a Dios y su Reino. Fueron liderados por uno de ellos, con voz
seductora y potente, el mismo que tentó a nuestros Primeros Padres y que la Iglesia ha llamado “Satán” (adversario)
o “Diablo” (calumniador). Primero fue bueno, creado por Dios, pero se hizo a sí mismo malo.

6. Los ángeles y Jesús: La vida de Jesús estuvo protegida por los ángeles, desde que nuestro Señor fue anunciado por
el arcángel Gabriel. Luego, en su nacimiento, ellos lo recibieron, alabándolo y dándole gloria (Lc 2, 13-14); su infancia
fue custodiada por ellos (Mt 1, 20); Jesús fue servido por los ángeles en el desierto (Mc 1, 13); fue confortado en su
Pasión (Lc 22, 43) y son los ángeles quienes transmitieron la buena noticia de la Resurrección, por primera vez (Mc
16, 5-7).

7. Jerarquía Celestial: San Dionisio –quien fuera discípulo directo de san Pablo y llegó a convertirse en obispo–,
desarrolló dentro de su predicación la “Jerarquía Celestial”. Esto no es un dogma de fe, pero nos ayuda a
comprender su relación con Dios y con nosotros. San Dionisio organizó la jerarquía en nueve coros angelicales:

Dentro de esta jerarquía sobresalen:


 Arcángeles: Su fiesta se celebra el 29 de setiembre. Miguel (significa: “¿Quién como Dios?”), Gabriel
(significa: “La fuerza de Dios”.) y Rafael (significa: “Dios sana o medicina de Dios”.), protectores y mensajeros
de Dios. Aunque sabemos que son siete arcángeles en total, por el Libro de Tobías, no conocemos el nombre
de los otros cuatro. Son espíritus bienaventurados que permanecen ante el trono del Altísimo, listos para
ejecutar sus órdenes. Estos son los únicos ángeles que tienen nombre.

 Ángeles de la guarda: Su fiesta es el 2 de noviembre. San Basilio Magno afirmaba: «nadie podrá negar que
cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida».   San Juan XXIII, el “Papa
Bueno”, comentó en cierta ocasión: «Siempre que tengo que afrontar una entrevista difícil, le digo a mi
ángel de la guarda: ‘Ve tú primero, ponte de acuerdo con el ángel de la guarda de mi interlocutor y prepara
el terreno’. Es un medio extraordinario, aún en aquellos encuentros más temidos o inciertos…». No tenemos
que compartir a nuestros ángeles guardianes, ellos son tan valiosos para nuestro bienestar espiritual,
que Dios nos ha bendecido con uno propio. «Grande es la dignidad del alma humana, ya que cada uno de
ellos tiene, desde el primer momento de su vida, un ángel designado para salvaguardarlo» (San Jerónimo).

«¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino,


enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación?» (Heb
1,14). Nuestros ángeles guardianes nos protegen del mal, nos ayudan en
la oración, nos llevan a elegir el bien y nos representan ante Dios. Ellos
son capaces de actuar sobre nuestros sentidos y nuestra imaginación,
pero no sobre nuestra voluntad. No pueden elegir por nosotros, pero nos
animan todo lo posible para elegir lo que es verdadero, bueno y bello.

«El ángel de la guarda está siempre con nosotros. Esta es una realidad. Es como un embajador de Dios con
nosotros. Y el Señor nos aconseja: ¡Ten respeto por su presencia!» (Papa Francisco).

Ellos están a nuestro lado constantemente en la tierra y permanecerán con nosotros en el cielo. Pues
contrariamente a la creencia popular y a lo que podríamos decir a menudo para consolar a los que han
perdido a un ser querido, los ángeles no son personas que han muerto. Son creaturas espirituales con una
inteligencia y una voluntad propia, creada por Dios para glorificarlo y para servirle por toda la eternidad. Es
bueno ser amigos de nuestro ángel de la guarda, conversar con él. Podemos pedirle que interceda en
nuestro nombre, pues nuestro Padre celestial quiere hacer todo lo posible para ayudarnos a llegar a la
eternidad en su Reino. Es importante utilizar todo lo que nos proporciona con el fin de obtener las gracias
necesarias para entrar en él. El ángel de la guarda no es una doctrina fantasiosa, sino que es un compañero
que Dios nos ha puesto en el camino de nuestra vida. Es el mejor amigo del hombre. «Pues te encomendará
a sus ángeles, para que te guarden en todos sus caminos, y ellos te levantarán en sus palmas, para que tus
pies no tropiecen con las piedras» (Salmo 90/91, 11-12).

Al igual que los santos, acudamos a la intercesión de nuestros santos ángeles custodios para que no nos
apartemos del amor de Dios y vayamos haciendo el bien hasta el día en que él nos presente ante Dios con
orgullo el día del juicio.

Tte. Inf. (Rva) Sergio Alvarado Silva


Magister en Teología.

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