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UNIDAD 3:

LA CRIMINALISTICA Y EL PROCEDIMIENTO PENAL


3.1. La investigación Criminal.
3.2. La investigación criminalística
3.3. La escena del crimen. - Tipos de escenas:
3.3.1. Escena abierta.
3.3.2. Escena cerrada
3.3.3. Escena mixta.
3.4. Características de La inspección Ocular Técnica.
3.5. fases de la Inspección Ocular técnica.
3.5.1. Protección. Observación. Fijación. Colección. Embalaje. Envió de
evidencias al laboratorio.
3.6. Los indicios: indicios por el momento e indicios por relación física.
3.7. La pericia
3.8. La criminalística y la criminología.
3.9. La criminalística y las ciencias forenses
3.10. La accidentologia vial
3.11. La Balística
3.12. Medicina Forense
3.13. Dibujo de rostro y fotografía

UNIDAD 3:

LA CRIMINALISTICA Y EL PROCEDIMIENTO PENAL

3.1. La investigación Criminal y la Criminalística.

La investigación criminal es un conjunto de saberes interdisciplinarios y acciones


sistemáticas integrados para llegar al conocimiento de una verdad relacionada
con el fenómeno delictivo comprende:
— El manejo de estrategias que contextualizan el papel de la víctima, del
delincuente y del delito como tal.
— El estudio de las técnicas orientadas a contrarrestar, controlar y prevenir la
acción delictiva.
— El dominio de la investigación como proceso metodológico que se basa en
los principios y teorías de las respectivas ciencias, en los procedimientos
jurídicos y la reconstrucción del hecho mediante las circunstancias de tiempo,
modo y/o lugar para sustentar, en forma técnico-científica, los resultados
conducentes al esclarecimiento de un presunto delito y a la identificación de sus
autores.
— El empleo de los principios y teorías de las ciencias y sus correspondientes
disciplinas que apoyan la acción investigativa.
— La aplicación de los procedimientos jurídicos.
— La reconstrucción del hecho para visualizar el todo de lo sucedido a través
de circunstancias de:
• Tiempo: duración o lapsos para la ocurrencia de un acto.
• Modo: formas de llevarse a cabo el hecho.
• Lugar: espacios físicos utilizados.

3.1.1. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL.

Los objetivos de la investigación criminal son los siguientes:

1. Investigar los hechos consignados en denuncias o querellas.


2. Determinar si se ha cometido o no un hecho punible tipificado en las normas
penales.
3. Identificar, con base en los análisis de resultados técnico-científicos y de las
diligencias judiciales, a los responsables del hecho criminal.
4. Junto con la autoridad judicial competente, propender a la captura del
delincuente(s) o persona(s) comprometida(s) en el delito.
5. Aportar pruebas y participar en todas las etapas del proceso penal.
6. Recuperar los bienes sustraídos y ocupar aquellos en que haya una flagrante
comisión de un hecho punible o como resultado del desarrollo investigativo que
adelanta en compañía de la autoridad judicial competente respectiva.

2.1.2. CARACTERÍSTICAS DE LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL.

La investigación criminal presenta las siguientes características:

1) Continuidad. - La investigación criminal es un proceso concatenado de


actividades que están en interrelación con los diversos aspectos que afectan al
problema (delito) por investigar, permitiendo que el investigador logre sus
propósitos conocidos como el esclarecimiento del delito, captura del autor o
autores y el descubrimiento de la verdad.

2) Metódica. - La investigación criminal, por ser un proceso, es planeada, no es


errática; el investigador criminal sabe lo que busca, cómo encontrarlo y a dónde
recurrir para confrontar hipótesis.

3) Explicativo-causal. - La investigación criminal permitirá al investigador


criminal conocer quién, dónde, cuándo, cómo, por qué y para qué se perpetró el
delito y con qué medios nos estaremos acercando a la verdad de los hechos.

4) Previsión. - Ninguna actividad, fase o proceso de la investigación criminal


puede realizarse sin la previsión y el planeamiento para obtener en forma certera
los resultados, deseados y esbozados, en el proceso investigativo. Cuanto más
completa y exacta sea la investigación, tanto más cerca se estará de la solución
de este problema.

5) Organización. - La investigación criminal es una secuencia de pasos


sistematizados que, con base en un orden lógico, metodológico y ordenado,
permite al investigador y al criminalista conducir su mente a la consecución de
los fines deseados.

6) Actividad analítica-sintética. - La investigación criminal es una incesante


actividad de análisis y síntesis continua; es decir, la descomposición de un
problema en sus elementos que la integran, el análisis de esos elementos y que
por inducción (e inferencia) se recomponen e interrelacionan para formular
conclusiones menores y a partir de ellas por el mismo proceso de inferencia para
extraer conclusiones lógicas y con base en realidades.

7) Legal. - La investigación criminal, por ser conducida por un funcionario


perteneciente a un organismo del Estado y tener competencia para ello, así
como para estar encauzada dentro de la normativa vigente, es legal y se
enmarca siempre con la norma (constitucional, penal, entre otras).

3.1.3. PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL.

Las múltiples disciplinas del conocimiento humano para la consecución de sus


objetivos y propósitos requieren la realización de un conjunto de actividades
lógicas y secuenciales que facilitan la obtención de un objetivo. Para este caso,
el método de la investigación científica del delito, no es sino el llamado «método
general de la investigación científica».

La investigación científica del delito puede asumir dos dimensiones y de hecho


deben estar presentes; la primera se refiere al conjunto de procedimientos que
se utilizan para explicar el fenómeno del delito, el delincuente, la víctima y las
acciones del Estado, que permitirán disminuir los indicios de impunidad,
aplicando con ellos conocimientos científicos y técnicos; es lo que se llama
investigación criminológica y puede abarcar el estudio de diversos aspectos
como la etiología, incidencia, relación, efectos, tendencias, etc.

La segunda se refiere al proceso metodológico, continuo, organizado,


especializado y preciso de análisis y síntesis que el investigador criminal
desarrolla respecto de los diversos aspectos que explique el acaecimiento de un
delito, a fin de lograr con bases sólidas su esclarecimiento.

3.1.4. PASOS GENERALES DE LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL.

Los pasos generales de la investigación criminal son los siguientes:

1) Observación.
2) Descripción.
3) Explicación.
4) Probabilidad.
Veamos a continuación cada uno de ellos.

1) Observación. -
Es el proceso de percepción de objetos y procesos, la cual se hace en forma
dirigida metódicamente. La observación es una actividad humana que debe
practicarse al máximo para obtener buenos resultados. Muchas personas miran
un lugar donde se ha cometido un crimen, pero no perciben la información que
allí hay porque no han ejercido tal vez el sentido de observación y desconocen
los procedimientos técnico-científicos que se pueden aplicar en un determinado
momento, siendo los especialistas que actúan en este campo los que con su
experiencia desarrollan ciertas habilidades que les permite captar de forma
objetiva la escena del crimen.

Los principios de la observación son los siguientes:

Primer principio: Consiste en el propósito que tiene la observación tal como


mirar ciertas variables o simplemente recrear nuestros sentidos.

Segundo principio: La observación es siempre sistemática y lleva consigo un


procedimiento, representado en un hábito o algo cada vez se hace más
espontáneamente y de manera permanente, sin que ocupe mayor
concentración. Es importante descartar algunas suposiciones respecto de la
observación. La primera consiste en que cuando se habla de observar la
confundimos con ver o con mirar. La observación puede incluir todos nuestros
sentidos.

Tercer principio: Los resultados siempre son descripciones de características


que simbolizamos mediante la escritura, producto de un proceso mental en el
investigador.

Cuarto principio: La observación es una identificación de las cualidades o


elementos de un objeto o de una situación.

2) Descripción.

Expresar las observaciones es un subproducto de la observación y es el umbral


necesario para el establecimiento de las explicaciones. La descripción responde
a preguntas sobre el objeto o la situación observados y, por lo general, tiene el
sentido de relacionar entre sí las características identificadas en la observación
para ser comunicadas o para socializarlas.

La descripción da cuenta del objeto o situación como totalidad y permite


relacionar sus elementos (características),

Describir es una actividad que requiere mucho esfuerzo y un procedimiento


sistemático. Consta de una serie de acciones, operaciones de orden físico,
mental o comunicativo, se trata en definitiva de relacionar los objetos que
aparecen en el escenario.

3) Explicación.

Implica establecer relaciones entre los rasgos de un objeto, situación o


acontecimiento, para lo cual se utiliza la información que da la observación y la
descripción. Como consecuencia de lo observado y descrito, el investigador
debe dar una explicación de lo que ha ocurrido.

4) Probabilidad.

Significa poder anticipar, sobre la base de las explicaciones logradas acerca del
comportamiento de los fenómenos, la ocurrencia y modo de manifestarse, es lo
que se denomina el modus operandi, que será diferente según el delito de que
se trate.

3.1.5. PASOS ESPECÍFICOS DE LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL.

Los pasos específicos de la investigación criminal son los siguientes:

1) La protección del lugar del suceso.


2) La observación del sitio del suceso.
3) La fijación del sitio del suceso.
4) La colección de la evidencia física.
5) Suministro de la evidencia física al laboratorio.

1) La protección del lugar del suceso.

La protección tiene por objeto no permitir el ingreso de personas extrañas que


puedan alterar, mover o destruir elementos físicos de prueba (indicios), rastros,
huellas o cualquier otro elemento. Una vez en el lugar del hecho, debe
protegerse el interior y exterior del lugar mediante el aislamiento de la escena.
Verificar y registrar (sin alterar la escena): ubicación del lugar y características,
hora en que ocurrió, número de víctimas (heridos, muertos), causa del hecho y
una breve descripción de éste (tipo de armas, vehículos implicados), presencia
de sospechosos o presunto autor o partícipes capturados o fugitivos. En este
último caso, método y ruta de huida, rasgos físicos, características y vestimenta
en general, datos que investigativamente pueden ser útiles. Si es el caso, avisar
y coordinar la atención médica, precisar la situación de seguridad en el sector,
necesidad de apoyo y riesgo para su equipo. Desalojar a los curiosos y colocar
un cordón de protección; para ello, usar sogas, cinta plástica u objetos que
impidan el paso. Es conveniente seleccionar las áreas por dónde se ha de
caminar a fin de no borrar, contaminar o alterar elementos materiales de prueba
que puedan ser detectados a simple vista; asimismo no se debe mover o tocar
nada, ni permitir que se altere el lugar mientras no haya sido observado y fijado.
En esta fase, el investigador criminal y el criminalista deben acopiar los
elementos físicos de prueba para la reconstrucción del hecho, y se realiza según
determinadas técnicas de acceso al escenario y que en un capítulo posterior se
hablará de ellas.

2) La observación del sitio del suceso.

La observación debe centrarse en el sitio del suceso en una forma directa y


macroscópica, sobre todo en sus evidencias y sus particularidades. Es
importante que en el sitio del suceso se utilicen sólo cuatro sentidos, cuyo orden
de aplicación sería la vista, el olfato, el oído y en último término el tacto, que
jugará un papel muy importante para el manejo y colección de los indicios, previa
fijación de los mismos.
Una vez que el sitio ha sido observado en forma meticulosa, así como sus
evidencias y previa selección de las mismas, se procederá a la investigación de
la realidad del mismo.
La observación criminalística del lugar de los hechos consiste en el escrutinio
mental activo, minucioso, completo y metódico que del propio lugar realiza el
investigador con el fin de descubrir todos los elementos de evidencia física
(material sensible significativo o indicios) y establece la relación que guardan
entre sí y con el hecho que se investiga.

Los fines de esta observación son:

a) Comprobar la realidad del presunto hecho delictuoso, y


b) Encontrar suficiente evidencia física que permita, por una parte, identificar al
autor o autores y, por otra, conocer las circunstancias de su participación.

Con relación a la observación criminalística del lugar de los hechos, es


conveniente tener presente los siguientes aspectos:

- Realizarla en las mejores condiciones posibles, fundamentalmente buena


iluminación (natural o artificial); y auxiliarse cuando el caso lo requiera de
instrumentos ópticos (lupa, microscopio, etc).

- Practicarla sin dilación, de ser posible en cuanto tenga conocimiento del hecho
pues «conforme pasa el tiempo la verdad se diluye», según dice un aforismo
criminalístico.

- No prescindir de ningún detalle, por nimio que parezca, pues lo que a primera
vista puede parecer insignificante, por la fuerza de las circunstancias puede
convertirse en evidencia valiosa. Al respecto, Hans Gross dejó escrito: «El más
leve detalle, lo que más baladí parece, suele ser en ocasiones clave que nos
conduce a la averiguación de la verdad, según lo comprueban la mayoría de las
causas célebres y acredita la experiencia propia».

3) La fijación del sitio del suceso.

Forma parte esencial de las diligencias preliminares y se aplica a todo tipo de


delito. Se realiza antes de proceder a levantar, embalar y enviar al laboratorio
cualquier elemento físico de prueba. El lugar de los hechos debe ser fijado
previamente, luego se procede con las técnicas de recolección y embalaje.
La fijación del lugar de los hechos se basa en cuatro técnicas a saber:
— La descripción escrita.
— La fotografía forense.
— La planimetría forense.
— El moldeado.
3.1. La descripción escrita. - Consiste en narrar por escrito, utilizando las
técnicas de redacción de informes, relacionando lo que en el lugar de los hechos
se encuentra características, ubicación geográfica o poblacionales,
orientaciones, sus dimensiones y forma, los elementos o muebles que en él
existen, la misma distribución en que se hallen, y por supuesto, todo lo
concerniente al delito investigado incluyendo la descripción y ubicación precisa
de cada indicio que se encuentre.

Es la más simple y elemental de las medidas de fijación y se halla al alcance de


la policía de vigilancia, de la policía judicial (investigadores), del fiscal y de
cualquier autoridad judicial que le compete investigar. Deberá ser una ayuda
descriptiva del lugar de los hechos e incluirá:
— Fecha-hora y localización de la búsqueda.
— Tiempo atmosférico y condiciones de luz.
— Identidad de las otras personas participantes.
— Órdenes e instrucciones impartidas al personal.
— Condiciones y posición de los elementos materiales de prueba encontrados.
Cuanta evidencia física sea descrita, siempre se señalará su ubicación, cuando
su naturaleza lo permita, también se hará referencia a su posición, orientación,
forma, cantidad, etc. Es conveniente señalar que el procedimiento varía según
se trate de recintos cerrados o lugares abiertos. En el primer caso, una vez
abarcado el conjunto, se fijarán enseguida las vías de acceso (puertas,
ventanas, etc.), continuándose con el piso, paredes, techo, muebles,
herramientas, armas, proyectiles, casquillos, impactos, manchas y cadáver, si lo
hay.

A fin de descubrir la evidencia que pudo haber sido ocultada por el autor o
autores, se revisarán los servicios higiénicos, despensas y sitios oscuros. En
segundo caso (lugares abiertos), aparte de hacer un examen minucioso del
propio sitio, es aconsejable hacer lo mismo con los alrededores, aplicando los
procedimientos de rastreo criminalísticos que para éstos casos están señalados.

La descripción escrita es, en definitiva, lo que se denomina acta de la inspección


ocular. No existe un modelo único establecido, cada cuerpo policial utiliza el
suyo.

3.2. Fotografía forense.

La fotografía es la constante revelación de lo que el investigador vio e incluso, a


veces de lo que se dejó de ver, pues la imagen fotográfica registra lo que pasó
desapercibido al ojo humano. El documento gráfico significa que en cualquier
momento nos recordará de una manera fiel el lugar de los hechos y como se
encontraba: cadáver, armas, manchas, huellas, etc.
El lugar de los hechos puede sufrir cambios significativos conforme pasa el
tiempo, bien sea por la acción de factores cosmotelúricos, principalmente lluvia;
bien por la intervención de personas ajenas a la investigación, entre otros,
familiares, amigos, curiosos; por errores de investigadores descuidados o
inexpertos, por ello la primera medida en el inicio de la investigación será sacar
fotografías, para que de este modo quede un registro de cómo fue encontrado
el escenario de los hechos.

Para que la fotografía del lugar de los hechos sea útil desde el punto de vista
criminalístico debe cumplir con dos condiciones principales: exactitud y nitidez.
El documento, por lo tanto, debe reproducir fielmente el lugar fotografiado, tanto
los grandes como los pequeños detalles.
Las fotografías en el lugar de los hechos ayudan a captar y mostrar el estado
original del mismo y sirve como registro permanente de los detalles, para que
quién posteriormente las observe adquiera una percepción clara del lugar de los
hechos y las disposiciones de los objetivos; además, actúan como una especie
de memoria artificial. Asimismo, la documentación fotográfica ofrece registros
tangibles y corroborativos para la validez de las pruebas en la comisión de un
delito. Es un recurso aplicable y utilizable en el futuro, con el cual el investigador
podrá apreciar circunstancias o detalles que en las primeras diligencias pudieron
omitirse, pero que en el transcurso de las averiguaciones podrán rescatarse con
ayuda de la fotografía.
Las imágenes tomadas sirven para la elaboración de las correspondientes
diligencias policiales, tanto para el acta de inspección ocular, como para la
confección del correspondiente informe pericial, quedando archivadas y
referenciadas en las unidades de investigación a disposición de la autoridad
judicial.

3.3. Planimetría forense.

La planimetría forense La planimetría se encarga de estudiar, evaluar y


representar gráficamente la forma y precisión en que se encuentra el cuerpo y
cada uno de los diferentes elementos materiales de prueba encontrados en el
sitio mediante el empleo de técnicas de medición que darán vida al croquis inicial
y posteriormente al plano final a escala, el cual aportará información gráfica y
brindará al funcionario del lugar, contorno, ubicación de muebles e inmuebles,
objetos, elementos materiales de prueba y posición final del cadáver, entre otras.

El análisis de estos aspectos reviste gran importancia a la valiosa información


que se le suministre al fiscal e investigadores.

Entre las principales funciones del planimetrista se encuentran las siguientes:

1. Realizar la fijación de sitios y sucesos por medio de planos, croquis y


dibujos.
2. Elaborar los croquis, según la naturaleza o escenario donde se produjo el
suceso.
3. Proyectar en otras dimensiones las diferentes trayectorias de proyectiles
(según el caso).
4. Interpretar con un diseño a escala los objetos incriminados.
5. Elaborar reproducciones de objetos y otras especies materiales del delito,
con base en las descripciones de testigos.
6. Confeccionar retratos hablados de personas buscadas con apoyo de
descripciones.
3.4. Moldeado.

En ocasiones se encontrarán en el lugar de los hechos, ciertos indicios


consistentes en huellas negativas impresas sobre superficies blandas, como:
lodo, arena, tierra suelta, nieve, etc., producidas por pisadas, calzadas o
descalzas, así como por neumáticos, bastones, muletas, patas de animal, etc.,
para lo cual será necesario recurrir a la técnica del moldeado de huellas, a fin
de levantarlas y estudiarlas comparativamente de molde contra molde.

Cuando en terreno blando se encuentran huellas de pisadas o de vehículos, o


bien en soportes sólidos se aprecian huellas de fractura, aparte de describirlas,
fotografiarlas y dibujarlas, es conveniente sacar el respectivo molde, pues éste
complementa valiosamente los procedimientos referidos. Es conveniente no
olvidar que se debe hacer un molde tanto de las huellas encontradas en el lugar
de los hechos como de las producidas con el objeto sospechoso, para proceder
posteriormente al confrontar molde con molde.

https://www.editorialreus.es/static/pdf/9788429019841_primeras_paginas_l
a-practica-de-la-investigacion.pdf

3.2. La escena del crimen. - Tipos de escenas:

Es el lugar o escenario donde se ha desarrollado un hecho que puede ser delito y


que amerita una investigación policial. Su importancia radica en que guarda los
indicios y/o evidencias que van a permitir el esclarecimiento de la verdad,
mediante una investigación ordenada y cuidadosa de esta escena. No existe
norma que pueda definir con exactitud las dimensiones de la escena. Las
evidencias físicas se encuentran normalmente en el lugar donde ha actuado el
autor contra la víctima o sus bienes.
- Escena del crimen es el lugar en que se ha cometido el hecho con todos los
elementos que lo presentan. La escena en sí puede extenderse a puntos
distantes al lugar mismo en que se encuentra el cadáver o en que se ha realizado
el hecho.
- La "escena del crimen" no es solamente el sitio mismo en que se encuentra el
cuerpo de la víctima o se ha cometido el hecho, sino que incluye sus alrededores
considerados técnica y lógicamente.
- La inspección de la escena del crimen es la fuente de datos que sirven para
determinar los tres factores de la prueba material que el Código establece: ya
sea los resultados de la infracción, los indicios, o los medios con que ésta se
cometió.

En la actualidad se conocen cinco tipos o modalidades de escenas del delito,


siendo éstas las siguientes:
3.2.1. Escena abierta: Que se caracteriza por estar situada al aire libre y
expuesta a las inclemencias del medio ambiente y de las personas. (Vía pública,
parques, estadios, playas, predios baldíos, etc.)

3.2.2. Escena cerrada: Se denomina así al lugar del hecho que se encuentra
delimitado generalmente por paredes y bajo techo. (Ej. Viviendas, locales,
moteles, etc.)

3.2.3. Escena mixta: Es la que presenta evidencias relacionadas, en un sitio


cerrado y otro abierto y que corresponden a un mismo hecho. (Ej. Interior y
patio de una vivienda)

3.2.4. Escena prolongada: Es la que inicia en un lugar y termina en otro en


forma continua sin interrupción, en los cuales hay indicios y/o evidencias
relacionadas al mismo hecho y a los mismos protagonistas.

3.2.5. Escena de liberación: Es el lugar diferente a la escena original, en la


que el delincuente abandona o se deshace de la evidencia que pudiera
incriminarlo o relacionarlo con el hecho delictivo. Esta escena también se
conoce como “lugar del hallazgo”, es decir, el sitio donde se encuentran
evidencias relacionadas al hecho delictivo, sin que necesariamente sea éste
donde se originó el crimen o donde finalizó.
Es importante señalar que cualquiera de las anteriores escenas del delito está
expuesta a una alteración, lo que podría tratarse de un escenario elaborado a
propósito por el criminal, con el objeto de dejar su propia marca, su firma o
simplemente retrasar u orientar equivocadamente la investigación.

Atendiendo al contacto que se produce entre agresor y víctima Turvey (2008)


distingue tres tipos de escenas:

Escena Primaria: Es donde existe mayor contacto entre el agresor y la victima,


donde se invierte más tiempo y donde se realizan el mayor número de
agresiones a la victima. Debido a estas características es una escena importante
a nivel de pruebas forenses y del criminal profiling. Es posible, como hemos
comentado más arriba, que además sea la escena donde se encuentra el
cadáver.

Escena Secundaria: Es una escena donde se establece interacción entre


agresor y victima pero en menor cantidad respecto a la primaria. Si es la escena
donde se abandona el cadáver, es a la vez escena secundaria y de abandono
del cuerpo. Dentro de un mismo crimen puede haber varias escenas
secundarias.

Escena Intermedia: Es una escena intermedia entre la escena primaria y la


escena de abandono del cuerpo. Es un tipo de escena secundaria que
generalmente sirve para trasladar el cadáver desde la escena primaria hasta la
escena donde se va a dejar el cuerpo. Es importante analizar la transferencia
que se puede producir desde la escena primaria hasta esta escena y entre ella
y la escena de abandono del cuerpo.

3.4. Características de la inspección Ocular Técnica.

La inspección ocular técnica es la investigación de la escena de un delito o del


hecho en sí mismo, siendo esta vital para su esclarecimiento. Esta pericia aporta
una gran cantidad de información que posteriormente es tomada como prueba o
indicio. Por su contundencia y técnica, esta disciplina es auxiliar del derecho
penal en descubrimiento y comprobación del delito y sus responsables.
En una inspección ocular técnica se reúnen datos de personas, lugares, huellas,
rastros, y todos los objetos que puedan ser de utilidad para descubrir la verdad
de un delito. Es importante la protección, observación, levantamiento,
almacenamiento y traslado de evidencia, en manos de personal capacitado para,
con ello, asegurar su pertinencia.
En Ecuador el Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses es el
ente que alberga todas las áreas técnico – científicas concernientes a la actividad
pericial como apoyo a la administración de justicia. A escala nacional, existen
alrededor de 1.200 peritos de la Policía Nacional que forman parte del grupo de
inspección ocultar técnica.
El personal dedicado a realizar este tipo de inspección debe proceder con alta
precisión y estar capacitado en varias ramas, que le permitan actuar de forma
efectiva al momento de recopilar indicios en la escena del crimen, como balística,
identidad humana, normativas legales, microscopía, entre otras.
Cada año aumenta de 10 a 15% la demanda Fiscal, en cuanto a este tipo de
inspección, debido a la aplicación efectiva del Código Integral Penal y
productividad del eje investigativo y de inteligencia, como métodos para el
esclarecimiento de delitos.
Todos los elementos recopilados por el perito de inspección ocular técnica son
resguardados por una cadena de custodia, que empieza desde que el técnico
realiza la colección de evidencias hasta que todas estas hayan terminado los
procesos de evaluación a los que deban ser sometidas. En Ecuador existe un
área de Inspección Ocular Técnica en cada provincia.

Principios y metodología de la inspección ocular


La inspección ocular deberá reunir todos y cada uno de los siguientes requisitos
o pilares básicos para tener garantías de ser correcta y eficaz para la
investigación del delito:
1º) Operaciones previas para los primeros que llegan al lugar del suceso.
2º) Información.
3º) Precisión.
4º) Minuciosa y exhaustiva.
5º) Inmediata.
6º) Directa.
7º) Objetiva, sin prejuicios ni formas preconcebidas.
8º) Lógica.
9º) Intentar aportar pruebas.
10º) Intentar determinar el móvil.
Operaciones previas
1º) Acudir lo más rápidamente posible: “Tiempo que pasa es la verdad que huye“.
Edmond Locard -Manual de Técnica Policíaca (1935)-.
2º) Comprobar que no persiste riesgo para la nosotros u otras personas, para lo
cual adoptaremos las medidas de seguridad que estimemos oportunas.
3º) Si existe una víctima hay que ayudarla. Ante la duda, considerar a la persona
viva. Atender a los heridos requiriendo la asistencia de personal médico o
disponiendo el traslado de aquellos. Comprobar la existencia de cadáveres. En
estas operaciones se puede contar con el auxilio de personal civil. En todo caso
debe procurarse desplazar o mover el mobiliario u objetos imprescindibles; para
ello se intentará utilizar elementos de protección que eviten dejar restos
(guantes, pañuelos, etc.).
4º) Proteger el lugar de los hechos. Impedir el acceso de personas al lugar. Si a
su llegada ya hubiera personas en el mismo, deberán desalojarlas y hacer que
permanezcan en las proximidades, para posteriores actuaciones como testigos
potenciales. El problema es si se trata de la vía pública, sobre todo en las
barriadas marginales. Se trata de evitar la presencia innecesaria de curiosos.
Hay que tener cuidado pues se han dado casos en los que uno de los curiosos
había participado en el hecho delictivo y había procurado eliminar pruebas.
5º) No tocar nada. Abstenerse de manipular y tocar nada. Es evidente que
tenemos que entrar, no nos queda más remedio. Entonces, como mínimo nos
pondremos bolsas salva-zapatos y guantes. Lo normal es trabajar con esto y con
un mono especial para inspecciones oculares. No nos tenemos que olvidar
nunca de la cadena de custodia y el problema de las contaminaciones.
6º) Reconocer exhaustivamente el lugar al objeto de verificar la ausencia de
personas ocultas (otras víctimas o el propio delincuente), teniendo la precaución
de no alterar los vestigios o restos que se hallen en el lugar.
7º) Acotar el lugar con la señalización adecuada, manteniendo todos los objetos
en la misma posición en que fueron encontrados inicialmente. Eventualmente, si
no se dispone de cinta señalizadora, pueden utilizarse otros medios (cuerdas,
etc.). Si el lugar es una casa, basta con acotar los accesos. Si no existe suficiente
espacio a la entrada, o es muy transitada, acotar un espacio amplio para albergar
a los diversos servicios que van a acudir (Policía Judicial, Juez, funerarias, otros
vehículos policiales, etc.).
8º) Si existen armas, hay que intentar no tocarlas, pero cuando ya sea necesario
recogerla, hay que hacerlo con un protocolo de seguridad:
– Armas de fuego:

a) Hay que comprobar que no esté montada o alimentada. Quitaremos el


cargador.

b) Pero la manipularemos en lugares que no existan huellas. Nunca tocaremos


el cargador pues es un sitio ideal para que estén depositadas huellas.

– Armas blancas: no hay que tocarlas ni por la hoja ni por empuñadura. Se


manejan por los bordes (extremos), pero siempre con mucho cuidado.
9º) Sin abandonar la misión principal, que es la custodia y preservación de las
pruebas, recoger los primeros testimonios de forma verbal, al objeto de contar
con la posible identificación de víctimas, autores o testigos.
10º) Impedir el acceso al lugar de personas no autorizadas, incluidos los
familiares de las víctimas o las personas que vivan en el lugar.
11º) Tomar nota de la actuación realizada por cada agente, al objeto de
determinar qué objetos fueron desplazados y qué zonas fueron pisadas. Si se
dispone de material idóneo (cinta, cuerda, etc.) señalizar los pasillos que han
sido utilizados para el acceso y evacuación de heridos, testigos o sospechosos.
Precisión
Hay que atender al mínimo detalle por insignificante que parezca en un principio;
por cuanto un detalle pequeño, en razón de las circunstancias del caso, puede
alcanzar un valor primordial, incluso llegar a ser prueba concluyente.
La precisión en la realización de la inspección ocular aportará a la pesquisa
valores cualitativos determinantes en muchos casos.
Minuciosa y exhaustiva
Para evitar errores en el resultado del proceso investigativo se debe efectuar
en la ejecución de la inspección ocular una amplia y detallada descripción del
lugar del hecho.
Ya lo dijo Le Moyne Snyder (1969) en su “Investigación de homicidios”:
“Nunca se escribe demasiado al escribir minuciosa y detalladamente todo lo
que se encuentra en el lugar de los hechos”.
La necesidad de la minuciosidad en la práctica de la investigación, está
presidida por dos razones:

A) Evita que se pasen por alto aspectos que pueden ser productivos y establece
la convicción de que la investigación se realizó de forma exhaustiva.

B) No es frecuente que el personal investigador tenga una idea precisa acerca


de quién es el autor ni de la forma en que se actuó. Si la consignación de los
hallazgos es incompleta y se pospone su descripción, con posterioridad se
acomodarán los recuerdos orientándolos forzosamente hacia la conformación de
alguna de las hipótesis que se formularon en el desarrollo de la investigación.
Los detalles que faltan por completar y que no son recordados con exactitud, se
reinventan, lo que deformará la realidad del hecho.
Si no hay una constancia minuciosa por escrito de lo observado, el investigador
posteriormente lo rellena con lo que recuerda para cubrir esas lagunas,
alejándose de lo que realmente sucedió.
En resumen, la meticulosidad tiene que presiden la planificación del trabajo, el
examen del lugar, así como los objetos y superficies y la recogida de pruebas.
Deberá ser exhaustiva en cuanto que atiende al mínimo detalle, no solo
cualitativo, sino sobre todo, que es lo verdaderamente científico, al análisis y
valoración cuantitativa.
No deberán pasar desapercibidos los elementos más pequeños. No se
descuidará punto alguno.
Recuérdese que el detalle de apariencia más insignificante puede ser la base
para el descubrimiento de la verdad.
Pero para que no pasen de largo en la observación se requiere por parte del
observador un conocimiento perfecto de la técnica y de sus posibilidades.
Bertillón afirmaba: “Sólo se ve lo que se mira y sólo se mira lo que se tiene en la
mente“.
Inmediata
Deberá ser inmediata, lo antes posible, a fin de evitar la desaparición,
destrucción, simulación, y las alteraciones o modificaciones, voluntarias o
accidentales, de las huellas, señales, pruebas, indicios o rastros.
Directa
Este informe o diligencia no nos lo puede contar nadie. Somos nosotros
quienes tenemos que plasmar en soporte físico lo que hemos visto y percibido.
Objetiva, sin prejuicios ni formas preconcebidas
El acta de la inspección ocular tiene que ser desapasionada e impersonal, debe
prevalecer la verdad científica, cualesquiera que sean las consecuencias
sociales y jurídicas que se deriven de la inspección ocular.
Nunca se partirá de una hipótesis que pretenda que los hechos se adapten a
ésta, sino al contrario, será la hipótesis la que deberá ajustarse a los hechos.
Lógica
Al igual que en cualquier otro aspecto de la Investigación Criminal, en la
inspección ocular debe presidir la lógica, tanto en el campo de la actuación del
técnico, como en las hipótesis de trabajo que se barajen. En este punto es donde
no se pueden permitir licencias.
Son peligrosas e ineficaces las suposiciones atrevidas, las soluciones
imaginativas o los supuestos especulativos.
Los hechos suceden de forma sencilla. El delincuente, ocasional o habitual, salvo
en casos muy excepcionales, es un ser normal, al menos en el ámbito de sus
actuaciones y manipulaciones. Muy pocos técnicos, a la hora de reconstruir un
hecho, han visto una cosa que se pueda catalogar de excepcional.
El delincuente abrirá las puertas de un armario como lo haríamos nosotros,
romperá un candado como lo haría el técnico que investiga, le llamarán la
atención los mismos objetos que a cualquier persona normal y se verá motivado
a hacer algo o a no hacerlo, de la misma forma que nos motivaría a nosotros, a
la generalidad de las personas. Es obvio que esa normalidad de actuación que
más arriba indicamos, ha de ser considerada en los estados de nerviosismo que
cualquier actuación ilícita conlleva, pero plenamente asumible por cualquiera.
Intentar aportar pruebas
No basta con tener el convencimiento moral de quien es el autor, es preciso
aportar pruebas para demostrarlo.
Intentar determinar el móvil del delito
En la inspección ocular hay que tratar de determinar y comprobar de una
manera racional, clara y terminante el móvil del delito.
https://directorioforense.com/index.php/inspeccion-ocular-escena-del-crimen/

3.5. Los indicios: indicios por el momento e indicios por relación física.

Un perito forense al momento de realizar una investigacion criminalistica se


encuentra con una gran diversidad de indicios, evidencias y pruebas. El
detective debe tener en cuenta todos estos elementos para cumplir con su labor
adecuadamente. La posibilidad de sentenciar a un culpable puede depender de
esto.
CLASIFICACION DE LOS NDICIOS.

Existen al menos seis tipos de clasificaciones generales en cuanto a


indicios forenses. La diversidad de evidencias y pruebas con las que se
encuentra el perito en una investigación criminal radica respecto a naturaleza,
estado, lugar, origen, momento y capacidad. Pero también encontramos sub-
clasificaciones.

INDICIOS: POR SU NATURALEZA

Indicios físicos. Hacen referencia a todos los objetos materiales que tengan
un uso específico o no.

Indicios químicos. Son aquellas sustancias que pueden ser identificadas a


partir de sus elementos constitutivos.

Indicios biológicos. Se trata de todos los fluidos corporales. Su análisis


permite identificar a la víctima, al agresor y establecer relaciones de contacto
físico entre los dos gracias al Principio de Intercambio.
También se encuentra la clasificación de indicios sólidos, líquidos y
gaseosos por su estado de composición.

INDICIOS: POR SU ESTADO

Indicios móviles. Son todos aquellos objetos de fácil transporte por su peso o
volumen.

Indicios fijos. No pueden separarse de la escena de los hechos.

Indicios palpables. Son todas aquellas pistas que el investigador puede


descubrir en el sitio de los hechos mediante la observación atenta del lugar. Se
refiere a todo lo que es posible encontrar a simple vista.

Indicios latentes. Incluye todos los indicios que precisan el uso de un


instrumental especial de la observación para descubrirlos.

Indicios transitorios. No duran mucho porque se descomponen con el pasar


del tiempo.

Indicios definitivos. Son aquellos que permanecen inalterados con el


transcurrir del tiempo y no pierden sus características desde que sean
almacenados de forma adecuada.

INDICIOS: POR EL LUGAR EN QUE SE ENCUENTRAN.

En el lugar de los hechos. Son todos aquellos indicios hallados en la escena


donde aconteció el hecho delictuoso, se encontró el cuerpo de la víctima o se
planeó y ejecutó el delito.

El cuerpo de la víctima. Los indicios hallados sobre el cadáver, sea fresco,


putrefacto o fragmentos óseos, ayudan en primer lugar a identificar a la víctima,
luego a conocer la causa de la muerte y en último lugar a tratar de identificar al
asesino.

En zonas aledañas. Se refiere a las rutas de ingreso y escape usadas por los
delincuentes para entrar y salir de la escena de los hechos.

El cuerpo del victimario. Los sospechosos de cometer un delito pueden ser


requeridos para buscar en sus ropas o en su cuerpo indicios de la comisión del
delito.

En zonas aledañas. Se refiere a las rutas de ingreso y escape usadas por los
delincuentes para entrar y salir de la escena de los hechos.

El cuerpo del victimario. Los sospechosos de cometer un delito pueden ser


requeridos para buscar en sus ropas o en su cuerpo indicios de la comisión del
delito.
INDICIOS: POR SU ORIGEN

Evidencia pericial. Es el dictamen elaborado por un especialista forense sobre


un indicio en particular. El informe de balística es un ejemplo de evidencia
pericial.

Evidencia testimonial. Es la aportada por los testigos que presenciaron los


hechos o que pueden aportar elementos importantes para la investigación. Se
consideran evidencias semiplenas, ya que pueden ir acompañadas de alguna
evidencia material.

Evidencia por confesión. Es aportada por el delincuente. Debe ir acompañada


de evidencias físicas que permitan descartar una autoinculpación en pro de
favorecer al verdadero delincuente.

Evidencia por reconocimiento. Es la aportada por la fijación fotográfica,


planimétrica y narrativa. Aportan datos valiosos sobre la escena de los hechos,
los indicios encontrados y factores temporales.

Evidencia por reconstrucción. A partir de los indicios aislados, se puede llegar


a una explicación satisfactoria que los englobe a todos y que de cuenta del
estado en el que se encontró cada uno de los indicios.

INDICIOS: POR EL MOMENTO EN QUE SE PRODUJO.

Antecedentes. Son aquellos generados antes de cometerse el delito


investigado. Suelen encontrarse en los accesos a la escena de los hechos.

Concomitantes. Se generan durante el hecho. Son los más importantes, porque


se relacionan directamente con lo acontecido.

Consecuentes. Se generan con posterioridad al hecho. La mayor parte se


producen cuando el malhechor intenta ocultar el delito cometido.

INDICIOS: POR SU CAPACIDAD PROBATORIA

Evidencia directa. Es aquella que permite establecer relaciones directas entre


los tres componentes esenciales: víctima-escena, victimario-escena, víctima-
victimario.

Evidencia indirecta. Por sí sola no puede probar el hecho, requiere de otras


evidencias para llegar a una idea de cómo se produjo la situación analizada.

Evidencia legítima. Son aquellas evidencias que se han recuperado de la


escena de los hechos apegada a la legislación, se han recolectado y analizado
según los principios científicos aceptados y han respetado la cadena de
Custodia.
3.6. La pericia.
La pericia es una de las características que más diferencia a ciertos
profesionales del resto. Se trata de una cualidad esencial, que da a algunos un
valor de mayor reconocimiento en cuanto a su trabajo, ya que lo califica como
experto del área que desempeña.

Quién posee la pericia como habilidad, se denomina como perito. En muchas


ocasiones, el perito es alguien solicitado para la resolución de problemas,
además de la ayuda para explicar hechos, llegar a conclusiones y exponer
argumentos de manera sencilla.
Si deseas saber de qué se trata esta habilidad, a continuación te explicaremos
todo lo concerniente a ella.

Definición de pericia
Para su mayor comprensión, la pericia puede definirse como una habilidad o
capacidad que posee un profesional, la cual ha adquirido por su experiencia,
además de los conocimientos que ha desarrollado. Es básicamente un rasgo que
le da el estatus de sabio o docto en un área laboral.

La pericia puede relacionarse tanto en áreas prácticas como técnicas,


científicas, artísticas y de cualquier sector de trabajo. De esta manera
existen peritos en pintura, así como los hay en criminalística, y en diversas ramas
del conocimiento.

El término pericia es de origen latino. Está conformado por la raíz «periens», la


cual se traduce como «probado»; así como el sufijo «ia», que se utiliza para
señalar que la palabra es una cualidad. De esta forma, el nombre pericia en latín
es «peritĭa».

Otra de las definiciones que se le da a la pericia se relaciona con la capacidad


de resolver problemas muy complejos de manera rápida y efectiva. Así que, en
ambos casos, el término hace referencia a una habilidad inherente a un
profesional que puede solucionar situaciones relacionadas con su área de
especialización, de forma sencilla.
El perito

Al tratarse de una habilidad que no es frecuente en todas las personas, la pericia


es un término que corresponde solamente con ciertas características antes
señaladas. Quienes llegan a poseerlas, a tal punto que alcanzan el
reconocimiento de sus iguales, son llamados peritos.

Ser perito es sinónimo de ser considerado como experto. Se trata de dichos


profesionales que cuentan con la habilidad de la pericia, pero que a su vez su
entorno los reconoce por tal mérito.
Un perito adquiere tal estatus debido que sus conocimientos generan fiabilidad,
dado que, en la mayoría de los casos, no se equivoca en sus trabajos, opiniones
o argumentos. En general, el perito posee un amplio bagaje correspondiente con
su área de labor, o incluso puede destacar por contar con las aptitudes
necesarias para realizar cualquier actividad práctica.

En muchos casos suele denominarse como perito a cualquier especialista. La


especialización en un área de conocimiento no implica necesariamente
la pericia. Ahora bien, sí es posible que un especialista pueda desarrollar la
habilidad y así convertirse en un perito.

La mejor forma de diferenciarlo es considerando al perito como una persona


capaz de brindar conocimiento para la comprensión de cualquier situación
relacionada con su área de trabajo.

La pericia en el derecho

Es probable que la rama del conocimiento que más requiera de la presencia de


peritos sea precisamente el derecho. Su participación en procesos judiciales
está incluso enmarcada en las legislaciones correspondientes, siendo
considerado como un experto que ayuda a la comprensión de hechos,
situaciones, conductas, funcionamientos de objetos, entre otros.
En derecho, quien posee la cualidad de la pericia y se encarga de la labor antes
mencionada, es denominado como perito judicial o perito de parte. Ambos
roles son fundamentales para llegar a conclusiones, entender conflictos,
desarrollar certezas y, finalmente, colaborar para que el juez o Tribunal alcancen
un veredicto justo.
Lo único que diferencia a un perito judicial de un perito de parte es que el primero
es solicitado en el proceso por parte del juez, mientras que el segundo interviene
gracias a que es llamado por alguna de las partes que están en medio del
conflicto.

Después de que es llamado, el perito inicia un proceso de investigación con


respecto a un hecho particular. Es decir, realiza un trabajo para aclarar la
situación por la cual se solicitaron sus servicios. Tanto el método que utilizó para
investigar, así como sus conclusiones son presentadas en el juicio, lo cual ayuda
a la comprensión de todos.

Toda información obtenida por parte de un perito judicial o un perito de partes se


presenta en un informe o dictamen pericial. El mismo suele ser claro, fácil de
comprender y muy riguroso, demostrando que los resultados son fidedignos.

La pericia como factor esencial para el perito en el derecho

Si bien existe una serie de requisitos que todo perito debe cumplir para ser
llamado para participar en un proceso, el más esencial es contar, precisamente,
con la pericia necesaria.
En muchos casos esto es considerado como idoneidad, pero lo cierto es que el
profesional debe demostrar que posee el conocimiento que se le solicitará,
así como la experiencia, la resolución de problemas similares en momentos
anteriores, etc.
La pericia, entonces, se convierte en un factor esencial para ser un perito judicial
o perito de partes. Ningún profesional alcanza tal nivel sin antes demostrar que
posee la pericia requerida en tales situaciones.

La responsabilidad de la pericia.

En derecho, los peritos adquieren una gran responsabilidad al momento de


formar parte de un proceso. Una vez están dentro, adquieren el reto de
explicar, de manera clara y objetiva, el hecho para el cual se les llamó.
Esta es la razón por la cual siempre es recomendable acudir a peritos
profesionales, cuyos conocimientos ayuden de manera correcta a en todo el
proceso, sin llegar a enfrentarse con problemas de credibilidad.

El perito debe dar constancia de su imparcialidad, así como de su nivel


de pericia. Ambos aspectos son esenciales para alcanzar un mayor grado de
credibilidad ante el juez o el Tribunal, los cuales estarán atentos.
En Consultoría y Peritaciones Grupo Kaizen contamos con los mejores y más
capacitados peritos. La verdadera pericia los caracteriza para resolver cualquier
problema.

EL DICTAMEN PERICIAL.

El dictamen pericial se define como un informe apegado a las leyes jurídicas


vigentes, que constituye una prueba de contundencia en los procesos judiciales.
Este documento resume la evaluación de un perito ante determinados
hechos o sucesos, a través de sus conocimientos técnicos, científicos y
prácticos, lo que le infunde la certeza necesaria al escrito.

La experiencia del perito influye en gran medida en la elaboración de este


informe, que al presentarse como prueba ante un juez debe estar redactado de
forma coherente, concisa y concreta. El peritaje lo podrá ejecutar un experto
designado a nivel judicial o privado, elegido por las partes interesadas.

El dictamen pericial se realiza a petición de una persona o a solicitud de un


juzgado, en tal sentido, su objeto debe dar respuesta a las solicitudes hechas
por el mismo, desde el motivo, el alcance y el contexto, incluyendo el método
utilizado, que permitirá justificar los resultados obtenidos.

Contenido del dictamen pericial

Aunado a lo descrito anteriormente, el dictamen pericial contiene


antecedentes que detallan los asuntos o circunstancias que ocurrieron
antes del proceso de investigación, información que debe estar en
conocimiento del perito.

La densidad del documento se encontrará en la hipótesis, apartado donde el


experto evaluador puntualizará las acciones llevadas a cabo de forma sucesiva,
así como las consideraciones analizadas, el por qué de estas consideraciones
según los aspectos positivos o negativos que se destaquen, así como las
conclusiones argumentadas.
En el encargo profesional se especifica el objetivo del dictamen pericial, es por
ello que en las conclusiones se deben dar respuesta a las interrogantes
presentadas al inicio, según lo exigido por el solicitante.

En las advertencias del escrito figurarán los aspectos considerados como


accesorios, y también debe reseñarse si se presentó alguna singularidad que
pudiera significar un giro en los hechos planteados.

Los valiosos anexos, de importancia capital como soporte del trabajo realizado,
y la firma del perito responsable, son parte esencial del informe, que debe ser
jurado como lo contempla la ley.

Estilo del dictamen

Al ser presentado como prueba a nivel judicial, estas expresiones técnicas deben
ser argumentadas, además de claras, detalladas y concisas, sin incluir
divagaciones.
Dicha argumentación requerirá la mención de las leyes, reglamentos, normas,
técnicas, y la bibliografía consultada, a fin de justificar la información contenida,
alejado de las opiniones sin fundamentación. Tal característica le otorgará al
dictamen el calificativo de inatacable, ya que que no se deberían cuestionar las
investigaciones y conclusiones reseñadas.

Objeciones

Después de ser presentado el dictamen pericial, si se presentan objeciones, el


juez las tendrá en cuenta a la hora de considerar el informe en la emisión de
sentencia; pero de no poseer ninguna, se entiende que ha sido aceptado el
resumen.
Las objeciones de las partes se presentan cuando se evidencian errores o
irregularidades en las pruebas que apoyan las conclusiones del perito,
representando solo su opinión sobre el hecho en cuestión. Generalmente, las
impugnaciones se asocian con las incongruencias entre lo descrito y el
conocimiento técnico o científico, contrastado con el fin de obtener el porqué de
los resultados.
Si dos peritos de cada parte interesada presentan dictámenes con
conclusiones opuestas, el juez puede designar a lo que se conoce como
“perito tercero es discordia”, que representará la figura legal encargada de
emitir un nuevo informe para evaluar los resultados.
No obstante, el juzgador puede prescindir del dictamen pericial debido a que la
ley no lo obliga a considerar su valor probatorio. Cuando no es incluido como
prueba, el juez debe ser en extremo cuidadoso al emitir su resolución, que debe
estar enmarcada en la legalidad.

¿Qué diferencia hay entre un dictamen pericial y un informe pericial?

Principalmente la estructura del informe que debe incluir una serie de información
de forma ordenada y explicativa, el dictamen pericial debe contener el juramento
o promesa de decir la verdad.

https://consultoriayperitaciones.com/pericia/

https://consultoriayperitaciones.com/dictamen-pericial/

3.7. La criminalística y la criminología como auxiliares de la justicia.

En cualquier acción delictiva se presentan, invariablemente, un autor y el


resultado material de su conducta. Del estudio del primero, es decir, del
protagonista del delito, se encargará la criminología, realizando el examen
integral de su personalidad, requisito indispensable para la justicia penal. A su
vez, del estudio de las huellas materiales del delito, es decir, de los indicios, se
ocupará la criminalística; ambas disciplinas hermanas que provienen de un
tronco común, la medicina forense, y más que auxiliares del derecho penal deben
ser consideradas básicas e insustituibles, conforme bien lo puntualizó Jiménez
de Asúa en el III Congreso de la Asociación Internacional de Derecho Penal,
celebrada en Palermo en 1933.
LA CRIMINALÍSTICA EN AUXILIO DE LA JUSTICIA

La criminalística y la medicina forense son dos disciplinas inseparables, que


aportan valiosa información en los casos de muertes violentas y,
consecuentemente, permiten su cabal esclarecimiento. Esta relación es tan
íntima que, según dijera Alfonso Quiroz Cuarón, maestro de criminalistas y
médicos forenses, la primera, es decir, la criminalística, debía considerarse hija
predilecta de la segunda, a saber, la medicina forense. La tarea principal de la
criminalística consiste en la lucha directa contra el crimen, mediante la
verificación científica del delito y del delincuente. Por ello, su historia se
encuentra estrecha e indisolublemente ligada a la de la medicina forense y a la
de la criminología. De ahí, también, que a médicos y abogados, principalmente
los primeros, se deban, en nuestro país, las páginas más luminosas de su
historia, pudiendo afirmarse que el escalpelo tomó preeminencia sobre el
mallete, así como la bata blanca resplandeció más que la toga, no obstante que
el padre de la criminalística haya sido el famoso juez de instrucción de Graz, el
doctor Hanns Gross.
Durante la secuela procedimental, las limitaciones del engranaje judicial, en el
campo del conocimiento, hacen indispensable el concurso de la técnica
especializada en algún orden científico, ya sea para dilucidar o precisar las muy
variadas situaciones relacionadas con la conducta o hecho, y con ello estar en
aptitud de definir la pretensión punitiva estatal.

Todo lo cual se traduce en la necesaria intervención de sujetos poseedores de


esta técnica o especialidad: los peritos, mismos que cumplirán su cometido a
través de la peritación. Es conveniente señalar que conforme la ciencia se
desarrolla y sus resultados se incorporan al servicio de la justicia, cobra mayor
importancia la prueba pericial. El dictamen pericial, según Pietro Ellero, ‘‘es un
medio subsidiario de la inteligencia del juez, auxiliándola al modo como los
anteojos auxilian al sentido de la vista’’.

Ahora bien, durante la investigación de los ilícitos, agentes investigadores del


Ministerio Público, policías judiciales y peritos, deben integrar un sólido equipo
de trabajo, bajo el mando de los primeros, es decir, de los agentes investigadores
del Ministerio Público. Cada uno de los integrantes del equipo tiene funciones
específicas que deben ser respetadas por los restantes, a fin de evitar
interferencias que se traducen, frecuentemente, en vergonzosos fracasos
generadores de impunidad, o lo que es aún más grave, originan errores judiciales
de consecuencias dramáticas cuando, en el orden penal, se castiga como autor
de un delito a quien no lo ha cometido. Al respecto, el catedrático en derecho
penal de la Universidad de Barcelona, Octavio Pérez-Vitoria Moreno ha
expresado esta certera opinión: ‘‘No afecta a la seguridad jurídica el crimen
impune, mas sí la vulnera en su esencia misma el castigo del inocente.’’

A propósito de las funciones de los peritos en criminalística de campo, sobre todo


para la investigación del delito más grave, como, el homicidio, los criminalistas
hzn formulado una especie de ‘‘catecismo’’ aplicable muy especialmente en los
casos de mayor complejidad, conocido como ‘‘Los siete puntos de oro’’,
consistente en dar respuesta correcta a siete preguntas que pueden conducir al
esclarecimiento de todo crimen.
Supongamos que se encuentra a un hombre muerto, aparentemente asesinado.
¿Qué sucedió? ¿Quién es la víctima y quién es el victimario? ¿Cuándo ocurrieron
los hechos? ¿Dónde ocurrieron? ¿Cómo? ¿Con qué y por qué se cometió?, son
las preguntas de rigor. Si se consigue contestarlas, el crimen queda
completamente esclarecido. Con frecuencia, la mitad de dichas interrogantes
pueden contestarse de inmediato; otras veces, en cambio, el caso permanece
insoluble porque una de ellas queda sin respuesta.
La primera pregunta, ¿qué sucedió?, es fundamental para el comienzo de la
investigación, ya que a menudo depende de ella que la investigación pueda o no
proseguir.
La interrogante ¿quién es la víctima?, suele ser difícil de contestar por la forma
en que se haya producido la muerte o porque el homicida haya desfigurado el
cadáver.
La respuesta a la ‘‘trivial’’ pregunta ¿cuándo sucedió?, requiere la participación
de un perito médico forense, quien tomará en cuenta para responderla los
siguientes datos: rigidez, enfriamiento, livideces y putrefacción.

El lugar del crimen, ¿dónde se cometió?, no siempre corresponde al lugar donde


se encuentra el cadáver. Precisar el ‘‘lugar de los hechos’’ equivale, muy a
menudo, a descubrir al culpable.
La contestación a la pregunta ¿cómo ocurrió?, frecuentemente supone también
la investigación de las circunstancias más remotamente vinculadas al hecho. A
este respecto, los indicios brindan por lo general la luz que ilumina el oscuro
caso.
Los indicios originados por la actuación del victimario en el escenario del crimen,
pueden ser tanto los producidos por él sobre las cosas que le rodean, como los
producidos por las cosas sobre su persona. Aquí está claramente establecida la
‘‘ley del intercambio’’ de Edmond Locard.
¿Con qué instrumento se ejecutó el hecho? La importancia de plantear esta
cuestión es obvia. Aquí, de nueva cuenta, la participación del médico forense
resulta necesaria.

¿Por qué se cometió el hecho? A menudo la propia naturaleza del mismo da la


respuesta, pero con igual frecuencia se necesita de mucho ingenio para
descubrirla.

Ya se dijo que para dar respuesta a algunas de las siete preguntas, es


indispensable la participación del médico forense. Efectivamente, en la operación
tanatológica denominada ‘‘levantamiento del cuerpo’’ deben participar
activamente, ajustándose a sus respectivas áreas, tanto el experto en
criminalística de campo como el perito médico forense, siendo esta operación
tanatológica responsabilidad fundamental de este último. Sobre su importancia y
trascendencia, Juan Antonio Gisbert Calabuig, catedrático de medicina legal de
la Universidad de Valencia dice:

“La autopsia médico legal puede decirse que comienza con el examen del
cadáver en el propio lugar del hecho. Este examen forma parte de la diligencia
judicial conocida con el nombre de levantamiento del cadáver. En este examen
el médico forense juega un papel de primer orden, pues los indicios por él
recogidos, como de su específica competencia, son, en gran número de casos,
de primordial importancia. Los objetivos del examen médico legal de los
cadáveres en el lugar de los hechos son, ante todo, los siguientes: 1. Comprobar
la realidad de la muerte, tras de cuyo requisito se ordenará por el Juez el traslado
del cadáver al depósito. 2. Determinar la data de la muerte. 3. Precisar el
mecanismo de la muerte”.
Como es natural, en este examen no siempre se pueden cubrir totalmente dichos
objetivos; pero los datos que en él se recogen condicionan muchas veces a los
resultados del examen completo en la sala de autopsias.

Ahora bien, para contestar las ‘‘siete preguntas clave o de oro de la investigación
criminalística’’, revisten especial significación los ‘‘indicios’’, también conocidos
como ‘‘testigos mudos de los hechos’’, definidos por el criminalista alemán Eirch
Anuschat, de la siguiente manera: ‘‘todo lo que el criminalista puede observar y
utilizar’’, o bien, en palabras de Susan M. Hunt: ‘‘cualquier objeto que permita
esclarecer que un crimen ha sido cometido, o bien que establezca una relación
entre el criminal y su víctima o un sospechoso’’.

Son fuentes de indicios la propia escena del crimen, la víctima o los


sospechosos. Entre los indicios más frecuentes se tienen la sangre, el semen, la
saliva, las fibras, las armas, los proyectiles, los casquillos, las impresiones
dactilares, las pinturas y los cabellos.

Cada indicio, conforme a su naturaleza y ubicación, permite reconstruir los


hechos e identificar a su autor o autores.

De lo antes mencionado, se deduce la necesidad de ‘‘proteger’’ y ‘‘conservar’’ el


lugar de los hechos, piedra fundamental de la investigación. Si no se cumple con
este precepto, las probabilidades de que fracase la investigación serán muy
elevadas. El perito en criminalística debe ocuparse de fijar detalladamente el
lugar de los hechos, así como de levantar y embalar los indicios, para ser
llevados al laboratorio.

Es importante establecer que debe existir una permanente comunicación entre


los expertos en criminalística y los policías judiciales, no se diga con el agente
Investigador del Ministerio Público, quien finalmente se encargará de ‘‘evaluar’’
la información proporcionada por ambos cuerpos auxiliares.
Lo anterior quiere decir que el agente investigador del Ministerio Público no ha
de ser un simple receptor de información, sino que como ya se dijo, ésta deberá
ser cuidadosamente evaluada, pues la valoración no crítica de los dictámenes
periciales propicia con mucha frecuencia errores judiciales. Viene al caso apuntar
lo que dice al respecto el profesor Max Hirschberg en el libro La sentencia
errónea en el proceso penal:

Las causas más importantes de las sentencias penales erróneas son las
siguientes:
1.- La valoración no crítica de la confesión;
2.- La valoración no crítica de cargos aducidos por coacusados;
3.- La valoración no crítica de las deposiciones testificales;
4.- El error en el reconocimiento;
5.- La mentira como prueba de la culpabilidad;
6.- La valoración no crítica de los dictámenes periciales.

Por espíritu crítico debe entenderse la actitud intelectual de no admitir ninguna


afirmación sin haberla sometido a un previo examen y facultad para discernir lo
verdadero de lo falso.
Toda intervención pericial se origina con la petición de la autoridad competente,
quien plantea al perito un problema de su especialidad. Ahora bien, es muy
importante señalar que el éxito de la intervención pericial depende, en gran
medida, de la forma en que se plantea la cuestión.

Un planteamiento en términos claros, precisos y directos, facilita mucho la


investigación pericial. Por el contrario, un planteamiento vago como el siguiente:
‘‘Que se designen Peritos para que dictaminen al respecto’’, entorpece por
completo toda investigación, en virtud de que no se ha planteado ningún
problema.

Dadas sus finalidades, la criminalística viene a constituir un complemento de la


función encomendada al derecho penal y al derecho procesal penal, otorgando
protección a las fundamentales garantías del hombre, que serían ilusorias si no
se fortalecieran con una certera investigación científica del delito.

LA CRIMINOLOGIA EN AUXILIO DE LA JUSTICIA

En la justicia penal hay un protagonista, que concentra en sí todo el interés del


proceso. El delito es un síntoma de su personalidad criminal. La pena o la medida
han de graduar su eficacia en relación con él, con su personalidad biosicológica
integral, con su grado de antisociabilidad, con su aptitud de rehabilitación y con
su capacidad para reintegrarse a la vida en común.
Sólo la criminología clínica permite a la justicia estudiar al hombre delincuente,
para conocer las causas de su delito, su grado de desadaptación social, su
peligrosidad y sus posibilidades de resocialización, y sobre la base de este
conocimiento determinar la pena o medida más adecuada a su readaptación y,
en caso de sujetos inadaptables, la de mayor eficacia asegurativa. Por todo esto,
en los establecimientos destinados al cumplimiento de penas privativas de
libertad, debe existir algún organismo técnico criminológico que se ocupe del
examen riguroso de la personalidad de los internos.
La necesidad de individualizar la pena ----postura resultante del hecho de que el
problema de la responsabilidad penal tiende a separarse cada vez más del
ámbito específicamente jurídico, para llegar a ser, también, y acaso ante todo,
antropológica---- exige un examen riguroso sobre la personalidad del acusado, a
fin de entender tanto la génesis como la dinámica del delito, ya que sólo mediante
este examen se puede llegar a discernir, con la exactitud requerida, el estado
mental del acusado en el momento del delito, para los fines de la valoración de
su efectiva y no presunta responsabilidad penal.
Sante de Sanctis puntualiza claramente los objetivos de la clínica criminológica
en la siguiente forma:

Su finalidad es el conocimiento de la personalidad del infractor,


procediendo metódicamente a la descomposición analítica de todos los
factores antropobiológicos, para enseguida proceder a su recomposición
sintética, para conocer las disposiciones, tendencias, hábitos y, en una
palabra, la conducta del hombre; con miras a llegar a formular el
diagnóstico del delincuente y de su delito, con el fin de poder concluir si el
delito es más obra del ambiente que de la personalidad y aclarar si el delito
es un episodio que no habrá de repetirse o, en otras palabras, que es una
pausa antisocial en la conducta del autor, que es sociable; o bien, si
amenaza con la repetición del hecho, como obra de un delincuente plural,
peligroso y antisocial. Diagnóstico y pronóstico, son dos metas
fundamentales del estudio de la personalidad del delincuente.

Juzgar al hombre delincuente es responsabilidad de los jueces, resocializarlo


compete al personal penitenciario. Al respecto, recordemos las palabras de don
Luis Jiménez de Asúa, insigne penalista español: ‘‘Hacer buenos jueces y
buenos funcionarios de prisiones es más difícil que hacer un código, y además
es mucho más importante’’.

Para cumplir satisfactoriamente con la individualización judicial de la pena,


adaptada, según Vargha, a la naturaleza sicológica del criminal, los jueces deben
tener una especial preparación criminológica. Asimismo, recordemos a este
respecto las palabras del docto maestro Jiménez de Asúa, quien siempre
insistiera en la necesidad de la formación del juez penal, en cuyas manos están
la libertad, el honor y los bienes de los hombres. ‘‘El juez penal ----escribió el
distinguido maestro---- debe ser docto en Derecho y versado en todas aquellas
ciencias que enseñan las causas de los delitos y que estudian la vida profunda
de los hombres’’. En México, Raúl Carrancá y Trujillo dejó escrito, sobre el
particular, lo siguiente:

Formación técnica, aptitud profesional y conocimientos criminológicos del


juez penal. Para que el juez penal esté capacitado para hacer correcto el
uso del arbitrio que la ley le concede, en la apreciación y valoración de la
peligrosidad del sujeto sometido a su jurisdicción, se requiere su
formación especializada, lo que quiere decir su capacitación en las
ciencias penales. Unánimemente las modernas corrientes científicas se
pronuncian en el sentido de la indispensable especialización del juez
penal. Importa más una buena judicatura penal que un buen código penal,
porque un mal código penal puede, incluso, producir favorables
experiencias si es un buen juez penal quien lo aplica.
El estudio de la personalidad del imputado debe iniciarse desde la averiguación
previa de los hechos, especialmente en aquellos casos en que la conducta del
presunto responsable nos haga sospechar la existencia de un trastorno mental,
arraigado o transitorio, de una conmoción afectiva capaz de trastornar el
equilibrio síquico necesario para una conducta normal y libre, como sería el caso
de miedo grave, temor fundado o emoción violenta, o ante la presencia de un
delito excepcional, raro y difícil de explicar. (…)

El conocimiento de la personalidad del indiciado debe iniciarse desde la


averiguación previa y continuarse, claro está, durante la fase de instrucción
Fiscal (asi establecen algunas legslaciones). Además, es competencia de las
autoridades valorar el estudio que al respecto se emita.
En resumen, las observaciones precedentes no dejan lugar a dudas sobre la
necesaria y muy valiosa aplicación de la criminología clínica en el curso de las
distintas etapas que conforman el proceso penal. Es bien sabido que las
modernas legislaciones penales postulan, cada vez más claramente, la
inderogable necesidad de que, en la fase de instrucción del proceso penal, la
personalidad del acusado sea objeto de exhaustivas indagaciones, en toda su
compleja estructura, a fin de permitir que el juez disponga de todos los
conocimientos necesarios para una rigurosa individualización de la pena.
Igualmente, estos conocimientos deben permitir al juez valorar, con la mayor
exactitud posible, el índice de peligrosidad social del acusado, así como el emitir
un juicio pronóstico sobre la readaptación social del mismo, dado que tales juicios
deben considerarse cada vez de mayor importancia con miras a la aplicación de
una justicia penal que sea, verdaderamente útil al individuo y en beneficio de la
sociedad.
Repetidas veces hemos afirmado que la individualización de la pena exige el
examen de la personalidad del acusado, así como de la dinámica del delito, ya
que sólo mediante dichas averiguaciones se puede llegar a conocer, con la
exactitud necesaria, el estado mental del acusado en el momento del delito, a los
fines de la valoración de su efectiva, y no presunta, responsabilidad penal.
Demos término a este apartado, con las siguientes reflexiones de dos
connotados penalistas españoles:
‘‘El Juez del Crimen ----dejó escrito Jiménez de Asúa---- tiene que habérselas
con un hombre, con un ser humano que ha realizado un delito. Esa individualidad
bio-psicológica ha de ser cuidadosamente estudiada por los Jueces que
instruyen y que sentencian’’. Además, agrega: ‘‘El Juez del Crimen, que juzga a
delincuentes, debe, en efecto, contemplar de manera especialísima al hombre
vivo y efectivo, de que ya Roeder habló’’. Mariano Ruiz-Funes expresó:

En toda aglomeración penitenciaria hay un complejo variable y distinto: el


material humano; e importa precisar las diferencias características de sus
elementos integrantes. Labor ésta que sólo puede cumplir debidamente la
clínica criminal. Esta clínica criminal, como la clínica médica, ha de basar
su eficacia en el diagnóstico.

Someter a este complejo humano, tan distinto a un régimen general, es un error


gravísimo. Ese régimen rendirá efectos útiles sobre una minoría. Los demás
pasarán por él, conservando, a su término, las mismas actividades antisociales.
Basta pensar en esto para deducir que la labor de clínica criminal es de absoluto
interés desde dos puntos de vista, el individual y el social. Desde la posición
individual, en cuanto puede tornar útiles y morales una porción de energías
desviadas, de cuya actividad es un síntoma el crimen. En el aspecto social, en
cuanto puede beneficiar con la transformación referida a los fines colectivos, y
en cuanto realiza, por este medio, una evidente labor de defensa contra el delito,
suprimiendo una porción de obstáculos, con que los elementos nocivos estorban
la eficacia de las actividades de todo orden. La labor de clínica criminal conducirá
a un resultado de gran importancia: la selección de los delincuentes.
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/1/136/15.pdf

3.8. La criminalística y las ciencias forenses.

La criminalística es la disciplina en la que se aplican métodos y técnicas de


investigación científica de las ciencias naturales en el examen del material
sensible significativo relacionado con un presunto hecho delictuoso con el fin de
determinar, en auxilio de los órganos encargados de administrar justicia, la
certidumbre de su existencia y, si en efecto se trata de un delito, reconstruirlo
con detalle y señalar y precisar la intervención de uno o varios sujetos
determinados en el mismo.
La criminalística se sirve de los conocimientos científicos para reconstruir los
hechos. El conjunto de disciplinas auxiliares que la componen se denominan
ciencias forenses. Entre las cuales se encuentran la accidentologia vial, la
balística, la medicina forense, etc.

3.8.1. La accidentologia vial.


Es la encargada de proporcionar a la administración de justicia informes técnicos
y científicos acerca de las causas que generan el Accidente de Tránsito y el
grado de participación de cada uno de los involucrados, para contribuir a la
administración cabal de la justicia, por medio del empleo de métodos técnicos y
científicos, así como de tecnologías aplicadas.
En el Ecuador el Atea de Accidentologia Vial, dirige, controla y coordina las
actividades de las unidades operativas en investigación de accidentes de tránsito
a nivel nacional, a fin de lograr una adecuada cooperación con la administración
de justicia y la Fiscalía General de Estado, determinando verazmente las causas
y el grado de participación de los involucrados que generan el accidente de
tránsito, utilizando todos los recursos y medios tecnológicos de los que dispone.
AREAS DE ACCIÓN:
Reconocimiento del Lugar y Evidencias: Analiza el lugar de los hechos de un
delito de tránsito, la configuración vial, la señalética existente, la dinámica y
trayectoria de los móviles, escuchará las versiones de las partes involucradas y
demás testigos y de acuerdo a su análisis pericial basado en la técnica y la
metodología establecerá la causa que originó el accidente de tránsito.
Reconstrucción de los Hechos: Reconstruir el lugar de la comisión del delito,
con la participación de los mismos móviles o de similares características para
alcanzar las condiciones en las que se suscitó el delito de tránsito.
Mecánica Forense: realizará el montaje y desmontaje, reconocimiento, análisis
de las piezas y sistemas de cualquier vehículo, ya sean estas internas o externas
para establecer las fallas mecánicas previsible o imprevisible.
Avalúos. - Realiza el avaluó del daño causado a la estructura de los vehículos,
y el avalúo comercial a vehículos que se encuentra bajo la custodia judicial.

LA SINIESTRALIDAD DE TRANSITO.
Según la Organización Mundial para la Salud (OMS), alrededor de 3 500
personas fallecen cada día a causa de los siniestros viales, decenas de millones
de personas sufren heridas o discapacidades cada año, siendo los niños,
peatones, ciclistas y ancianos los usuarios más vulnerables de la vía pública
(Organización Mundial de la Salud, 2018). En República Dominicana, por
ejemplo, los motociclistas y peatones en ese orden son los vulnerables, en lugar
de los peatones, pasajeros y conductores como sucede en Guatemala. Mientras
que en República Dominicana las principales víctimas están entre 15 y 29 años
(International Organization of Traffic Accidentology, 2015). Esto se acentúa en
los países más pobres, donde la tasa de mortalidad asociada con los accidentes
de tránsito alcanza las 28.5 muertes por cada 100000 habitantes (Narváez et al.,
2019).
En Ecuador, entre el año 2015 y el 2018, ocurrieron 21,575 siniestros, con 4004
fallecidos y 6920 lesionados. La Dirección Nacional de Control de Tránsito y
Seguridad Vial (DNT), define 28 causas de siniestros viales, las cuales se
agrupan en causas atribuidas a la impericia del conductor, imprudencia del
peatón, imprudencia del pasajero, daños mecánicos, factor climático,
deficiencias u obstáculos en la vía y casos fortuitos (Dirección Nacional de
Control de Tránsito y Seguridad Vial, 2019a).

De acuerdo a la OMS, las lesiones por siniestros viales se definen como lesiones
fatales y no fatales incurridas como resultado de un siniestro vial, mientras que
accidente de tránsito se define como colisión o incidente en la vía que puede o
no provocar lesiones. La OMS y la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
han utilizado masivamente la frase “la seguridad vial no es accidental”
(Organización Mundial de la Salud, 2004). Con ello se pone de manifiesto y
supera la visión resignada del siniestro vial como resultado de un accidente, por
ese motivo se evitará conscientemente el uso de la expresión accidente de tráfico
y el concepto será sustituido por el término siniestro vial que tiene un significado
análogo al anterior, pero desprovisto de las connotaciones citadas (Campón,
2017).

La Comisión Nacional de Seguridad de México, en el año 2015, reportó que el


principal factor de siniestros en las carreteras se debe al conductor, con un 80%,
seguido del vehículo con un 7%, los agentes naturales el 9%, y finalmente la
carretera en un 4% (Comisión Nacional de Seguridad, 2015). En tanto que,
Román (2015), en su trabajo de tesis magistral titulado integración de un
programa de seguridad vial al modelo Ecuador, presenta cuatro factores
fundamentales relacionados con los siniestros viales, factor humano, factor
vehículo, factor entorno y organización del trabajo, siendo el factor humano el de
mayor prevalencia (Román, 2015). Por otra parte, la Organización Internacional
de Accidentología Vial (OIAV) reportó que el ser humano, el vehículo, la
infraestructura vial y el medio ambiente son factores de riesgos en la seguridad
vial, las magnitudes de estos riesgos se van gradualmente minimizando con el
manejo de la problemática, la cual implica un costo y un proceso (International
Organization of Traffic Accidentology, 2015).
Además, los siniestros viales constituyen un problema prioritario en salud pública
a escala mundial, principalmente en los países de Latinoamérica, por ser una de
las primeras causas de mortalidad en la región (Algora-Buenafé, Russo-Puga,
Suasnavas-Bermúdez, Merino-Salazar, & Gómez-García, 2017).
Uno de los estudios de caracterización de los siniestros viales realizado en
Ecuador, revela que entre 1998 a 2015 fallecieron 29 148 personas por siniestro
vial, identificando que las principales causas de fallecimientos por siniestro vial
son atribuidas a la imprudencia del conductor, en cuanto a la franja horaria se
identificó que la hora de mayor siniestralidad, en las vías está comprendida entre
las 18:00 y 21:00, por la falta de luminosidad (GómezGarcía et al., 2016).
En Colombia, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, reportó para el
año 2017, 48.869 casos de accidentes de tránsito, con un saldo de 6.754 muertos
y 40.115 lesionados (Trujillo-Trejos, Gutiérrez-Calderón, Giraldo-Castañeda,
GrisalesGiraldo, & Agudelo-Suárez, 2018). Por ejemplo, el exceso de velocidad
es la condición que más accidentes ha causado en el Callao, otros factores
importantes son la imprudencia del conductor y la imprudencia del peatón: sin
embargo, hacia el año 2002 se ve una disminución de éstas tres (Wong et al.,
2009).

Análisis de siniestros viales a nivel nacional

La DNT asocia los siniestros viales ocurridos en el Ecuador a 28 causas


definidas, en la tabla 1 se presentan las diez causas que habrían sido
identificadas en el 96.3% de los siniestros. La causa predominante es la
conducción con falta de atención a las condiciones del tránsito, con una
incidencia del 56.8% de siniestros. Otras causas presentes, en orden de
importancia son: el estado de embriaguez, no ceder el derecho de vía o
preferencia de paso al peatón, la falta de atención en la conducción, el exceso
de velocidad, la imprudencia del peatón, el factor climático, adelantamiento
inadecuado, daños mecánicos y casos fortuitos.

En la tabla 2, se presentan las causas de los siniestros viales en correspondencia


con los factores identificados de condiciones ambientales y horario. Por la causa
conduce con falta de atención a las condiciones del tránsito, el 90.1% de
siniestros ocurrieron con cielo despejado. Cuando la causa fue el estado de
embriaguez, el 87.3% de siniestros ocurrieron también con cielo despejado. Esta
dinámica se repitió en nueve de las diez causas identificadas en la tabla 1, es
decir un alto porcentaje de siniestros ocurrieron en condiciones ambientales de
cielo despejado. Siendo la excepción la causa factor climático, en donde
ocurrieron el 75.1% de siniestros.
En cuanto a los horarios de ocurrencia de los siniestros viales, por la causa
Estado de embriaguez, el 32.3% de siniestros ocurrieron de 0:00 a 05:59
presentado una dinámica similar entre las 18:00 a 24:00 con 39.3%. Se
produjeron en la franja horaria comprendida entre las 06:00 a 11:59 el 28.7% de
siniestros, cuando la causa fue adelantamiento inadecuado / invadir carril. Entre
12:00 a 17:59 se presenta el 43.4% de siniestros por la causa daños mecánicos,
siendo esta la franja horaria más destacada. En la tabla 3, se presentan las
causas de los siniestros viales en correspondencia con los factores identificados
de condiciones de la vía y tipo de vía. Por la causa conduce con falta de atención
a las condiciones del tránsito, el 87.3% de siniestros ocurrieron con vía seca.
Cuando la causa fue el estado de embriaguez, el 86.3% de siniestros ocurrieron
también con vía seca, el 7.6% con vía húmeda, el 4.6% en vía mojada y el 0.4%
en vía con gravilla.

Esta dinámica se repitió en nueve de las diez causas identificadas en la tabla 1,


es decir un alto porcentaje de siniestros ocurrieron en condiciones de vía seca
Siendo la excepción la causa factor climático, en donde ocurrieron el 63.5% de
siniestros con vía mojada, el 28.1% con vía húmeda, el 8.1% con vía seca y el
0.2% en vía con gravilla. Predominan las condiciones de vía seca y vía húmeda
en los siniestros viales.

Con relación al tipo de vía, la mayor cantidad de siniestros se registraron en vía


estatal. La Ley Orgánica del Sistema Nacional de Infraestructura Vial del
Transporte Terrestre (LOSNIV) considera como red vial estatal aquella cuya
competencia está a cargo del gobierno central, al conjunto de vías conformadas
por las troncales nacionales que a su vez están integradas por todas las vías
declaradas por el ministerio rector como corredores arteriales o como vías
colectoras (Ley Orgánica del Sistema Nacional de Infraestructura Vial del
Transporte Terrestre, 2017).
Por la primera causa, el 51.1% de siniestros se suscitaron en vía estatal, el 23.9%
en vía urbana, el 13.8% en vía troncal, el 6% en vía rural y el 5.1% en vía
perimetral, comportamiento similar se observó para las causas c2 y c10.
Para las causas c3, c5, c6 y c9, se mantuvo como vía de mayor ocurrencia de
siniestros la estatal, sin embargo, se observaron diferencias menores entre las
vías urbanas y troncales. En tanto que para las causas c4, c7 y c8 así como para
las demás causas no consideradas en las diez más relevantes, la segunda
condición de vía predominante para el registro de siniestros fue la vía troncal.
En la figura 1, se observa que por la causa conduce con falta de atención a las
condiciones del tránsito (c1), al ser predominante en la ocurrencia de siniestros
viales en el periodo estudiado, se presentaron la mayor cantidad de víctimas
mortales y personas con lesiones, con 1966 y 3310 respectivamente. Por las
siguientes 9 causas identificadas, la tendencia es decreciente, con excepción de
las causas c3 y c5, por las cuales se incrementó el número de víctimas mortales.
A partir de la figura 1, se observa además que la cantidad de víctimas fatales y
la cantidad de personas lesionadas en siniestros viales mantienen una tendencia
similar, sin importar de manera significativa la causa, a excepción de la causa
factor climático, en donde el número de personas lesionadas se incrementa de
manera significativa en comparación con el número de personas lesionadas.
En la figura 2, se muestran las frecuencias absolutas de personas fallecidas y
lesionadas en siniestros viales por cada mes entre los años 2015 y 2018. En
ambos casos se observa una tendencia decreciente, sin embargo, durante los
meses de octubre, noviembre y diciembre de 2018, el número de personas
lesionadas subió en un 133% promedio, dando como resultado que en el año
2018 se produjeron el mayor número de personas lesionadas por siniestros
viales en Ecuador. En las figuras 3, 4 y 5, se muestran las frecuencias absolutas
de personas fallecidas y lesionadas en siniestros viales entre los años 2015 y
2018, por condiciones ambientales, condición de la vía y tipo de vía,
respectivamente.

En la figura 3 se determina que el mayor número de víctimas se produjo en


condiciones ambientales de cielo despejado, con 3 431 fallecidos y 3976
lesionados. Cuando las condiciones ambientales se presentaron con lluvia, se
contabilizaron 2153 personas lesionadas y 412 personas fallecidas, siendo la
razón 5:1, es decir por cada 5 lesionados existió un fallecido, tal razón se
mantiene cuando el ambiente presenta neblina y ambiente nublado.
En la figura 4 se observa que el mayor número de víctimas se produjo en vía
seca, seguida de mojada y húmeda. Con vía mojada la razón entre lesionados y
fallecidos es de 5:1, es decir por cada 5 lesionados existió un fallecido. Con vía
húmeda la razón entre lesionados y fallecidos es de 3:1, es decir por cada 3
lesionados hubo un fallecido. La relación entre lesionados y fallecidos por vía con
gravilla mantienen una relación aproximada de 1:1 al igual que en vía seca.

En la figura 5 se observa que la mayor parte de personas fallecidas y lesionadas


se presentaron en vías estatales, seguidas de trocales, rurales, urbanas y
perimetrales, en este caso se mantuvo la razón aproximada 1:1 entre el número
de lesionados y fallecidos, a excepción de aquellas situaciones de siniestros con
víctimas en vías troncales, en donde la razón es de 2:1 entre lesionados y
fallecidos.
Análisis de siniestros viales por zonas

Las zonas de influencia de la DNT comprenden las provincias de Carchi,


Esmeraldas, Imbabura, Sucumbíos, Napo, Orellana, Pichincha, Chimborazo,
Cotopaxi, Pastaza, Tungurahua, Manabí, Santo Domingo, Bolívar, Galápagos,
Los Ríos, Azuay, Cañar, Morona Santiago, El Oro, Loja, Zamora y el Distrito
Metropolitano de Quito. En la tabla 4 se presentan la cantidad de personas
fallecidas, lesionadas y aquellos que resultaron ilesos, por zonas y causas
predominantes, encontrándose que la causa Conduce con falta de atención a las
condiciones del tránsito (c1), prevalece en las nueve zonas geográficas a las
cuales correspondieron los datos, la segunda causa predominante es Exceso de
velocidad (c5), presente en las zonas 1, 2, 4 y 5. La tercera causa predominante
es No ceder el derecho de vía o preferencia de paso al peatón (c3), presente en
las zonas 3 y 9.
Con relación a la cantidad de víctimas en siniestros viales, la zona 3 presenta la
mayor ocurrencia, con un total de 2566 fallecidos y lesionados, seguida de la
zona 2, con 1747 víctimas, en tanto que el menor número de víctimas se observa
en la zona 9.

Tasa de mortalidad e índices de letalidad, motorización y accidentabilidad

Para el cálculo de la Tasa de mortalidad e Índice de letalidad se usaron los datos


de población del año 2018, mientras que, para el cálculo de los índices de
motorización e índice de accidentabilidad se usaron los datos del año 2017 esto
debido a la disponibilidad de datos relacionada con el número de vehículos
matriculados en ese año. Los valores utilizados en los cálculos y que no
corresponden a los datos propios de la investigación, fueron consultados en el
sitio web Ecuador en cifras. La población ha sido calculada por medio de la
proyección de población derivada del Censo General 2010 (Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos, 2019).

Como se puede visualizar en la tabla 5, la tasa de mortalidad poblacional por


siniestros viales presenta un comportamiento acentuado en la zona 3 con un
valor de 1.4. En cuanto a los índices objeto de estudio, el índice de letalidad
presenta su máximo valor en la zona 1 seguido de la zona 4 con 435.2 y 371.6,
respectivamente. En relación con el índice de motorización es predominante en
la zona 2 con un valor de 32.03.
Los resultados obtenidos con respecto al índice de accidentabilidad presentan
su valor más alto en la zona 3 con 1.1, seguido se encuentra la zona 1 con un
índice de 1.0.

Este trabajo, no toma en cuenta la zona 9 debido a la falta de disponibilidad de


la información.

En países de similares características geográficas y demográficas como


Ecuador, Perú y Colombia, han sido caracterizadas tanto las causas como los
factores que inciden en un siniestro vial (Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos, 2018). Perú tiene el mayor índice de siniestros de tránsito por cada mil
vehículos que circula en el país, con un total de 32 siniestros, seguido de
Colombia y Ecuador con 15 y 13 siniestros respectivamente (Instituto Nacional
de Estadísticas y Censos, 2018).

Alternativas de solución

Varios estudios han sido desarrollados con el propósito de formular estrategias


de solución a la problemática de siniestros en las vías. En la tabla 6, se realiza
un resumen de las investigaciones encontradas durante la revisión de la
literatura.

A partir de la tabla 6 se identifica que las acciones están enfocadas a la


prevención de siniestros de tránsito, desde el ámbito normativo, informativo y
técnico. Evidenciando que existen instituciones y recursos que se ponen a
disposición de la investigación de estrategias que permitan disminuir la tasa de
siniestros viales, uno de los principales desafíos para casi todos los países.

Suecia es un claro ejemplo donde la seguridad vial es una cuestión de Estado y


la misma se gestiona tomando todas las medidas necesarias para lograr los
objetivos de reducción de muertos y heridos graves, para ello implementó la
Visión Cero como política de seguridad vial, adoptada por el Parlamento de ese
país. Visión Cero puede ser útil para resaltar la importancia de aplicar políticas
alternativas e innovadoras de seguridad vial en diferentes contextos políticos.
Con relación al establecimiento de soluciones basadas en las nuevas
tecnologías, varias son las propuestas para la reducción de siniestros en la
carretera. Así, Aldegheishem et al., (2018), en su investigación señala que los
vehículos se comunican entre sí para comprender mejor el entorno y evitar
situaciones peligrosas. Los conductores deben recibir advertencias oportunas
sobre cualquier situación peligrosa esperada para evitar accidentes.
Las alternativas abordadas proporcionan una instantánea sobre el amplio
espectro de posibles soluciones. Definir cómo dar forma a este panorama de
manera efectiva representa un importante desafío estratégico para la industria y
las autoridades.

Fuente: file:///C:/Users/Usuario/Desktop/ECOTEC-
2021/INTRODUCCION%20A%20LA%20CRIMI/ACCIDENTOLOGIA%20VIAL.p
df

3.8.2. La Balística.

CONCEPTO:
La Balística es la Ciencia que tiene por objeto el cálculo del alcance y dirección
de los proyectiles (R.A.E.).
Es Ciencia, por qué forma un auténtico cuerpo de doctrina sobre el conocimiento
de las causas, principios y resultados en relación al comportamiento de los
proyectiles sometidos en principio a las leyes físicas.

La balística forense es una rama especial de la Balística basada en la aplicación


judicial de dicha ciencia.
Para la balística forense el método o camino a seguir es inverso al de la Balística
clásica. Partiendo de los efectos producidos en un blanco, se determina el arma
y cartucho o munición utilizada, la distancia y el ángulo de tiro, el número de
disparos efectuados en su caso, si el proyectil recogido ha sido o no disparado
por el arma sospechosa.
La balística forense participa de las cuatro ramas fundamentales en que se divide
la Ciencia Balística: la Balística Interna, Externa, de Efectos y Comparativa o
Identificativa.

BALISTICA INTERNA

Estudia los fenómenos que se producen en el interior del arma, desde que se
inicia el fulminante o cápsula iniciadora, hasta que el proyectil abandona la boca
de fuego del arma, así como las causas que producen, modifican dichos
fenómenos, mecanización, iniciación, carga de proyección, presiones que
desarrolla, etc.)

BALISTICA EXTERNA

Básicamente se ocupa del comportamiento del proyectil desde que abandona


la boca de fuego hasta su impacto en un objeto o blanco, así como los factores
que influyen en el mismo, fundamentalmente la acción de la gravedad y la
resistencia del aire.

BALISTICA DE EFECTOS.

Estudia el comportamiento del proyectil desde que incide sobre el blanco hasta
que se detiene, principalmente el poder de penetración y el poder de parada.
Tiene una sub-rama medico-legal que se denomina Balística de la heridas.

BALISTICA IDENTIFICATIVA

Estudia las relaciones de identidad existentes entre las lesiones producidas en


vaina y bala por el arma utilizada y los elementos o partes de dicha arma que
han producido las citadas lesiones.

PROBLEMÁTICA QUE RESUELVE LA BALISTICA FORENSE EN SU ÁREA


DE BALÍSTICA INTERNA:
Estudio de armas. Determinación de:
o Tipo de arma (pistola, revólver, subfusil, escopeta, etc).
o Marca y modelo.
o Calibre.
o Número de serie.
o Estado de funcionamiento (mecánico y operativo).
o Si ha intervenido o no en algún hecho delictivo.

Elementos balísticos:
o Calibre.
o Fabricante.
o Características técnicas.
o Tipo de arma para la que fue diseñado.
o Estado de conservación y funcionamiento (en cartuchos).
o Cartucho al que corresponden (en vainas y balas).
o Número de estrías, sentido del paso helicoidal, etc. (en balas).
o Tipo de arma que las percutió o disparó y, si es posible, marca y modelo de la
misma ( en vainas y balas).
o Si el arma utilizada ha intervenido en otros hechos delictivos.

EL ARMA DE FUEGO

Se definiría como una máquina termodinámica destinada a imprimir a una bala o


balas una energía de movimiento que les permita desplazarse a distancia,
siguiendo unas directrices preestablecidas, para ceder a un objeto determinado
la fuerza suficiente y necesaria para el logro de unos efectos previstos, utilizando
para ello como medio de propulsión la deflagración de la pólvora.
Es termodinámica en cuanto trasforma el calor en trabajo mecánico En el vigente
Reglamento de Armas la define como «Toda arma portátil que tenga cañón y que
lance, esté concebida para lanzar o pueda transformarse fácilmente, para lanzar
un perdigón, bala o proyectil por la acción de un combustible propulsor».
Destaca que en la última revisión del Reglamento de Armas, ya no es únicamente
la pólvora el medio de propulsión exigido.
BALISTICA OPERATIVA CLASIFICACIÓN DE LAS ARMAS DE FUEGO

POR SU FORMA DE CARGA:

o Armas de Avancarga.

o Armas de retrocarga o de cartucho metálico.

POR SU COMETIDO

o Armas de guerra: sirven de armamento a los ejércitos, excepto pistolas y


revólveres.
o Armas de defensa: pistolas y revólveres, excepto pistolas ametralladoras.
o Armas de caza: las de finalidad cinegética.

POR SU TRANSPORTE.

o Armas de arrastre (precisan tracción mecánica o animal).


o Armas portátiles (transportables por el tirador y de calibre inferior a 20 mm).

POR SU TAMÑO (Las portátiles)


o Armas cortas (facilidad de ocultación y posibilidad de disparo con una sola
mano): pistolas y revólveres de hasta 30 cm de longitud de cañón.
o Armas intermedias: subfusiles y pistolas automáticas.
o Armas largas (precisan el uso de ambas manos): escopetas, carabinas,
fusiles, rifles…

POR SU CAPACIDAD DE DISPARO.

Arma de uno y dos tiros.

Armas de repetición:
• Con deposito para cartuchos.
• Alimentación y extracción manual.
• Sistemas: palanca, corredera o trombón y de cerrojo.

Armas semiautomáticas:
• Con deposito o cargador de munición.
• Alimentación y extracción automática.
• Presión del disparador para cada disparo.

Armas automáticas:
• Con deposito o cargador de munición.
• Alimentación y extracción automática.
• Disparos ininterrumpidos mientras se oprime el disparador.
Tomado de:
https://riuma.uma.es/xmlui/bitstream/handle/10630/9439/Arma%20de%2
0Fuego.%20Bal%C3%ADstica.pdf?sequence=1

3.8.3. Medicina Forense.

ANTECEDETES

La primera definición clásica de los signos del fallecimiento se debe


a Hipócrates en su libro De morbis, donde describe las modificaciones de la cara
en el inmediato período post mortem: facies hipocorística.
La medicina legal apareció por primera vez en Alemania en el siglo XVI: la Ley
Carolina promulgada por Carlos V en 1532 obliga a expertos en medicina
(esencialmente barberos-cirujanos de la época) a intervenir sobre los cadáveres
en caso de homicidio voluntario o involuntario, imponiéndose una pena
proporcional a las lesiones. En 1536, Francisco I de Francia redacta para
el duque de Bretaña una ordenanza organizando el inicio de la medicina legal.
Jean Jacques Bruhier realizó en 1742 los primeros trabajos sobre inhumaciones
prematuras, recogiendo 189 supuestos casos de enterramientos en vida. Como
consecuencia, hacia 1793 se crearon en Alemania e Italia las cámaras
mortuorias de espera. En este mismo siglo el científico alemán Georg Christoph
Lichtenberg describió las figuras de Lichtenberg, un importante hallazgo que
posteriormente tendría relevancia como signo de fulguración en el estudio de
cadáveres. Además, Xavier Bichat hizo interesantes descripciones sobre el
proceso de la muerte y elaboró el que luego sería conocido como trípode de
Bichat de las funciones vitales: la circulación, la respiración y la función nerviosa.
Asimismo, Pierre Hubert Nysten enunció las leyes de la rigidez cadavérica que
llevan su nombre. Jean-Jacques Belloc es considerado el creador de la medicina
legal en Francia

CONCEPTO
La medicina forense, también llamada medicina legal, jurisprudencia
médica o medicina judicial, es la rama de la medicina que aplica todos los
conocimientos médicos y biológicos necesarios para la resolución de los
problemas que plantea el Derecho.
El médico forense auxilia a jueces y tribunales en la administración de justicia,
determinando el origen de las lesiones sufridas por un herido o la causa de la
muerte mediante el examen de un cadáver. Estudia los aspectos médicos
derivados de la práctica diaria de los tribunales de justicia, donde actúan
como peritos. Se vincula estrechamente con el derecho médico. El médico
especialista en el área recibe el nombre de médico legista o médico forense.
Los médicos legistas (escuela Latina) están capacitados para realizar múltiples
diligencias, entre las que destacan:

• Dictaminar sobre responsabilidad profesional, es decir, determinar si


los médicos actuaron o no con la responsabilidad debida.
• Determinación de las causas, mecanismo y manera de la muerte,
cuando éstas son de origen violento.
• Ayudar en la procuración de la justicia, auxiliando al juez a resolver
dudas derivadas de la actuación de los fenómenos médico-biológicos
—cuando están presentes—-, si se comete algún presunto hecho
delictivo.
En la investigación criminal, la actuación del médico forense (escuela
anglosajona) es esencial. Acude —junto o no— con el Juez de Guardia y
Ministerio Fiscal cuando se procede al levantamiento del cadáver después de
una muerte sospechosa de criminalidad o violenta; examina y recoge signos
externos del lugar de los hechos, determina la hora probable de la muerte y
realiza la necropsia del cadáver; examina de forma macroscópica las tres
cavidades (craneal, torácica y abdominal) y toma muestras para su remisión a
centros especializados en ciencias forenses, laboratorios.
Es una ciencia basada en la evidencia, enseña y aplica el método galileico, utiliza
el método cartesiano, con los cuales se conforma el llamado método pericial, que
recomienda: no admitir como verdad lo que no sea evidencial o probado,
ordenándolo de lo sencillo a lo complejo, y enumerando sin omitir nada. Todo
con independencia respecto al problema sometido a estudio y análisis.
La medicina legal engloba las siguientes subdisciplinas, planteado ello desde un
punto de vista meramente descriptivo (pues nada le es ajeno a la medicina legal
y todo ayuda y contribuye a sus fines):

• antropología forense
• biología forense
• Derecho médico
• genética forense
• necropapiloscopía
• odontología forense
• psicología forense
• psiquiatría forense
• tanatología
• toxicología forense

TANATOLOGIA FORENSE.

Para poder conocer realmente el significado del término tanatología que ahora
nos ocupa, es importante comenzar por descubrir su origen etimológico. En este
sentido, hay que subrayar que se trata de una palabra de origen griego, ya que
es fruto de la suma de dos componentes de dicha lengua como son el sustantivo
“thanatos”, que puede traducirse como “muerte”, y la palabra “logos”, que es
sinónimo de “estudio” o “discurso”.
Tanatología es el nombre que recibe una disciplina vinculada a
los efectos que provoca la muerte en el organismo. Se trata de una serie de
conocimientos de la medicina y de otras ciencias que analizan diversos aspectos
del fallecimiento.

Por lo general se asocia la tanatología a la medicina forense, cuya finalidad es

demostrar científicamente por qué se produjo una muerte. Para esto el médico

forense desarrolla diversos estudios sobre el cadáver que le permiten determinar

las causas del fallecimiento.

Para poder conocer realmente el significado del término tanatología que ahora

nos ocupa, es importante comenzar por descubrir su origen etimológico. En este

sentido, hay que subrayar que se trata de una palabra de origen griego, ya que

es fruto de la suma de dos componentes de dicha lengua como son el sustantivo

“thanatos”, que puede traducirse como “muerte”, y la palabra “logos”, que es

sinónimo de “estudio” o “discurso”.

Tanatología es el nombre que recibe una disciplina vinculada a

los efectos que provoca la muerte en el organismo. Se trata de una serie de

conocimientos de la medicina y de otras ciencias que analizan diversos aspectos

del fallecimiento.

Por lo general se asocia la tanatología a

la medicina forense, cuya finalidad es demostrar

científicamente por qué se produjo una muerte.

Para esto el médico forense desarrolla diversos

estudios sobre el cadáver que le permiten

determinar las causas del fallecimiento.

Por regla general, los expertos de la tanatología van a tener que trabajar con

fallecidos por distintas causas. En concreto, se establecen que estas pueden

dividirse en tres: muertes repentinas, muertes a consecuencia de una larga


enfermedad o muertes violentas, ya sea por un accidente, un homicidio o un

suicidio.

La tanatología también se vincula a la tanatopraxia: las prácticas que se llevan

a cabo sobre un cuerpo sin vida para restaurarlo y conservarlo. En este caso,

el especialista aplica sus conocimientos para concretar la voluntad del difunto o

los pedidos de sus seres queridos.

Las personas que quieren trabajar como tanatólogos en el momento que acuden

a un centro educativo para poder formarse y conseguir la titulación que les

permita ejercer como tal deben saber que allí no sólo van a recibir una educación

a nivel reglado sino también personal y en valores. Será necesario que, para

poder ejercer de la manera más profesional y humana esa labor, cuenten con

empatía, paciencia, honestidad, capacidad para no juzgar a los demás,

confidencialidad y capacidad de escucha.

Y es que van a tratar con personas que tendrán que hacerle frente al duro trance

de haber perdido a sus seres queridos, por lo que será imprescindible tratarlas

con humanidad, explicarles los hechos con la mayor suavidad posible, ponerse

en lugar y entender sus reacciones…

Los ritos relacionados con los cadáveres han cambiado a lo largo de la historia.

En la actualidad, la tanatología se hace presente en las sociedades occidentales

para la higienización y la estética de los restos mortales con vistas a un funeral.

Muchas veces la persona muerta es expuesta durante horas o días para que sus

familiares y amigos puedan despedirse. La tanatología implica maquillar el

cuerpo para minimizar los efectos visuales de la muerte.

El proceso comúnmente conocido como embalsamamiento también forma

parte de la órbita de la tanatología. El procedimiento requiere del uso de

sustancias químicas para evitar la putrefacción del cuerpo. Mao Tse-


Tung (fallecido en 1976) y Lenin (quien murió en 1924) son apenas dos de las

personalidades cuyos restos han sido embalsamados.

3.8.4. Dibujo de rostro y fotografía

Ver video en :
https://www.youtube.com/watch?v=I4648EY749k

FIN DE LA UNIDAD 3. EN LA SESION 25. DEL MARTES 3 DE AGOSTO

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