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Algunos limitantes
Muy brevemente podemos decir
a) Si se la concebía como una determinada muestra o exposición de aquel folklore
“real” debía no solo respetarlo, sino más aún prestigiarlo, para localizarlo aún
más en su función atribuída de reservorio de esencias. Incluso quitarlo de
“impurezas”.
Su función era de algún modo didáctica, y si además el folklore era la esencia nacional,
doblemente didáctica: se promovía una cierta imagen de esa esencia1.
”.
Lo primero es lo que el Tata Farías Gómez hiciera en su piano, llevando las orquestas
de bombo, violín y guitarra al piano (respectivamente a la derecha, al centro o a la
izquierda) del piano, un instrumento ciertamente no “folklórico”. Fue una primer
proyección que brilló después en el estilo de los Ábalos, (particularmente en Adolfo, su
amigo íntimo). Una interpretación de los Ábalos que a su vez se convertiría en modelo
de “folklore” tradicional (en realidad de proyección tradicional), en las primeras
décadas del siglo XX.
Lo segundo es lo que hizo Chango al traducir ese mismo juego de sonidos a las voces
(siguiendo o inspirándose nos cuenta, en el tarareo de Hugo Díaz).
1 Y en ciertos momentos, cuando que era la patria y cual debía ser su destino se discutía fuertemente,
también dentro de ese “folklore” proyección se lo hizo.(Molinero,2011). Pero volvamos a la proyección
de inicios del siglo XX.
Ambos ejemplos son innovadores, usando herramientas (musicales) más del oyente
ciudadano que del grupo folk. Para hacerlo había que saber, bien que modificar y que
nó, para que se reconociera esa raíz. En ambos casos se preservó hasta ser columna
vertebral de la creación, el ritmo, que “lo” Farías Gómez estableció como piedra basal, a
lo largo de las generaciones. Claro que esos no serían el último cambio, sino el primero.
3 Por otra parte, e independientemente de ese medio, los artistas van sumando capa tras capa evolución
del medio expresivo. No es la misma la pintura, de la época medieval que la de Miguel Angel, o la de
los impresionistas, los cubistas, o demás.
Sucesivamente cada uno de esas etapas han desarrollado, a partir de la base precedente, un modo de
relacion expresiva “superador” que a la vez ha “formado” al público, en nuevos “lenguajes. Esto se
realiza a través de afectar primero a otros artistas, de modo de habituarlos a recibir y sensibilizarse con
ellos. Difícilmente un espectador de Miguel Angel pudiera, entender como pintura, y menos disfrutar, a
Picasso ni a van Gogh, por haberse ”saltado” esas etapas que fueron formando el lenguaje
comunicacional y compartido artístico. Probablemente los vea como “ruido” (en ese caso como
“manchas”). Al revés, un espectador actual sí puede percibir a los pìntores medievales, y disfrutarlos,
aunque los sienta algo más lejanos a su lenguaje. En términos modernos probablemente los perciba como
“vintage”.
Así Atahualpa incluye a Chazarreta, y Falu a ambos, mientras Los Chalchaleros a éste, y Los Fronterizos
y el Cuchi los incluyen, como Los Huanca Huá a su vez a todos ellos. En ese marco podemos pensar que
La manija o Los Amigos del Chango, son la escala siguiente. Claro, si tienen “éxito”: entendido este
como entrar en rersonancia con su público, que completa la obra por su aceptacion y repetición.
Un espectador pre-Chazarreta ciertamente no reconocería sino como ruido a estos últimos, tal como
planteamos con Picasso y la pintura renacentista. No sucede al revés .
5 Hemos visto, simétricamente, ciertas tonalidades de “preeminencia” pretendida y eventual tanto en los
“investigadores” respecto a los artistas, como a la inversa. En los primeros, criticando a los artistas por
no manejar “folklore” sino “otra cosa”, que a veces ni molestaban en determinar, justamente para reforzar
su superioridad. En los segundos, hasta desconociendo el trabajo de los primeros, basados en la masividad
de su propio alcance. Sin embargo ese poder, (ilusorio como todos) también era divergente. La
importancia dada por la sociedad, y por los políticos, con apoyo intelectual, como Lugones, primero, y los
políticos de diversas tendencias pero fundamentalmente el peronismo, incluso con Cortazar después, se
dio, por la necesidad de manejar las sociedades cosmopolitas…no las sociedades folk.
Complementariamente, creemos que lo que realmente funciona es una simbiosis de investigadores y
artistas
6 Una obra no es, no termina de ser completamente, sino hasta que cumple el ciclo: con el intérprete que
la re-crea y el “publico” que la completa adoptándola. Y esto se da cuando éste puede sentirla parte de su
narrativa existencial. Cuando todo un segmento social coincide en esa narrativa existencial (es decir de
cómo se ven o se describen a sí mismos, al menos en ciertos aspectos y aspiraciones, en función de su
época y lugar, auxiliados por una canción) es cuando podemos decir que una obra tiene éxito. No porque
la compran o la aplauden…sino porque es “hecha propia”. Pero esa “narrativa identitaria” no es hija de la
letra, no es “discursiva” en el sentido literario. Lo es en el sentido afectivo que juntos le dan música y
letra.
Cada una de las poesías de Manuel J. Castilla, Raúl Galán, José Augusto Moreno o Néstor Soria, por
caso, constituyen palabras… con una especial cadencia interna….hasta que una música de Rolando las
resignifica. Y el intérprete las potencia.
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8 "No es solamente por los medios ortodoxos - la prensa, la radio, la televisión, el cine, el arte
erudito y la ciencia académica - que, en países como el nuestro, de elevado índice de
analfabetos e incultos, o en determinadas circunstancias sociales y políticas, así como en las
naciones de mayor desenvolvimiento cultural, no es solamente por tales medios y vehículos que
la masa se comunica y la opinión se manifiesta. Uno de los grandes canales de comunicación
colectiva es, sin duda, el folklore. De las conversaciones de boca de noche, en las ciudades del
interior, en la farmacia o en la barbería; del intercambio de impresiones provocada por las
noticias traídas por el chofer del camión, por el representante comercial o el 'lotero'(bichero);
o, aún, por los versos del poeta distante, impresos en el folleto que se compra en la feria, y por
los 'martillos' del cantor ambulante; por los inflamados artículos del periodista rústico o por
las severas amoestaciones de los misioneros; del raciocinio del hombre solitario en su trabajo
en la floresta, en la cantina o en la loma - es que surgen, van tomando forma, cristalizándose
las ideas-motrices, capaces en un momento dado bajo cierto estímulo, llevar aquella masa
aparentemente disociada y apática a una acción uniforme y eficaz".
forma, cristalizándose las ideas-motrices, capaces en un momento dado bajo cierto estímulo,
llevar aquella masa aparentemente disociada y apática a una acción uniforme y eficaz".
O sea la sociología comunicacional , no ligdaa 8 y hasta resitencte y contracultural)
circulante en los segmentos populares, de la sociedad masiva, es eje de otro modo de
efecto cultural del folk. Que si no es el “lore” en tanto por ejemplo generacionalmente
traspasado. Pero si no “pasado desde el poder.
A nuestro interés: La función de los artistas en ese proceso de “defensa
comunicacional popular”, es como la de líderes de opinión, que filtran o mejor adaptan y
reconfiguran, los mensajes y “respuestas desde abajo”, siguiendo los patrones consensuados
en los grupos primarios. Y este es el eje que deseamos remarcar para este vector de análisis
A partir de allí llegaremos, en su momento a nuestra propia denominación, que
realizamos en “La Tribu”: El enlace folklórico