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////nos Aires, 7 de noviembre de 2001.

AUTOS Y VISTOS:

Para resolver en el legajo n 74 correspondiente a la causa n

1156, caratulada: “Pasteur 633 - Atentado (homicidio, lesiones y daño).

Damnificados: A.M.I.A. y D.A.I.A”, del registro de la Secretaría n 17 y

respecto de la situación procesal de: NASSIB HADDAD, nacido el día 25

de mayo de 1936 en Ain-Ata, República del Líbano, hijo de Salim (f) y

de María Menassa (f), nacionalizado argentino en el año 1951, DNI n°

18.713.371, instruido, de ocupación minero, con domicilio real en la calle

Beruti 96, Avellaneda, provincia de Buenos Aires; JAVIER HADDAD,

nacido el 18 de enero de 1964, argentino, hijo de Nassib y de Mercedes

Herrero, DNI n° 16.747.710, instruido, empresario dedicado a la

trituración de escombros, domiciliado en la calle Bakmas 108, Quilmes,

provincia de Buenos Aires; PABLO HADDAD, nacido el día 13 de abril

de 1967, argentino, hijo de Nassib y de Mercedes Herrero, DNI n°

18.167.597, instruido, casado, de ocupación minero, domiciliado en la

calle Mariano Moreno esquina Buenos Aires s/n°, de la localidad de

Campo Quijano, provincia de Salta; y GUILLERMO HADDAD, nacido

el 6 de mayo de 1962, argentino, hijo de Nassib y de Mercedes Herrero,

DNI n° 14.922.580, instruido, de ocupación industrial-minero,


domiciliado en avenida Chile 83, de la localidad de Campo Quijano,

Pcia. de Salta.

Y CONSIDERANDO:

1. De lo ocurrido el 18 de julio de 1994.

En todo momento, a lo largo de la investigación del atentado

perpetrado contra la sede de la AMIA en la calle Pasteur 633 de esta

ciudad, más allá de la línea central de investigación fueron profundizadas

otras hipótesis acerca de lo ocurrido. Ello, con el fin de obtener elementos

de juicio que permitan develar todos los aspectos relativos a la

planificación y concreción del terrible atentado que provocó la perdida de

vidas humanas, lesiones, e innumerables daños materiales.

De acuerdo con lo expuesto, se centró la atención en la escena

del crimen, especialmente de todos los aspectos relacionados a los

momentos previos y posteriores a la terrible explosión.

Así, se recibieron innumerables testimonios tanto de

transeúntes, vecinos, como también de aquellos que se encontraban en el

interior del edificio atacado, determinándose además los vehículos

estacionados en la cuadra al momento del atentado terrorista.

La de los restos de un volquete en la zona del desastre

generó inquietud suficiente, al respecto se determinó que el mismo fue


dejado sobre la calle y frente al edificio de la AMIA por un chofer de la

empresa “SANTA RITA”, cuyo titular es el imputado NASSIB

HADDAD.

Asimismo, se estableció que luego de dejar el volquete

frente al edificio de la AMIA el camión de la empresa dejó un segundo

contenedor en la calle Constitución 2657. Este lugar, es cercano a los

domicilios de ALBERTO JACINTO KANOORE EDUL –Constitución

2695 y 2745-, quien el 10 de julio de 1994 a las 15.30 hs. llamó al 768-

0902 -de CARLOS ALBERTO TELLELDIN- interesándose en la compra

de la camioneta Trafic que éste había publicado.

Ahora bien mas allá de la presencia del volquete en Pasteur

633, pericialmente se descartó la existencia de explosivos en el interior del

contenedor en cuestión, y la prueba acumulada en la investigación

determinó que para el ataque terrorista fueron utilizados aproximadamente

300 kilos de un explosivo a base de nitrato de amonio cargado en el

interior de una camioneta Renault Trafic que detonó al embestir el frente

del edificio de la AMIA.

Del vehículo mencionado se hallaron los restos en el lugar del

hecho, principalmente el motor con el cual se posibilitó avanzar en la

investigación.

Empero, diferentes indicios surgieron en la investigación

que ameritaron profundizar la pesquisa con el objeto de establecer si


tanto el nombrado HADDAD o sus hijos tuvieron participación alguna en

el atentado investigado.

Debo destacar, que esta persona a la época del hecho criminal

era usuario de explosivos, que el material de este tipo utilizado en su

actividad minera contenía en su “composición básica” similitudes con

el utilizado en el atentado a la AMIA, y que con el desarrollo de la

investigación se determinó que de las compras de explosivos hechas

por Haddad podría haber existido una cantidad sobrante cuyo destino

resultaría incierto.

Puede decirse entonces, que los esfuerzos del Tribunal se

concentraron en estos aspectos que aparecieron como fundamentales, es

decir: la adquisición, consumo y posterior destino de los explosivos

manejados por NASSIB HADDAD, sus hijos y sus dependientes.

Asimismo, se profundizó la pesquisa respecto de la presencia

de los volquetes en la calle Pasteur 633 y en Constitución 2657 de esta

ciudad, ya que despejar las dudas que se pretendía instaurar respecto de la

investigación por algunas versiones periodísticas sin base cierta -que

aludían a que uno y otro volquete habrían tenido determinada injerencia en

el atentado- resultó de significativa importancia.

2. Inicio de la investigación.
Sobre la base expuesta, se dispusieron los allanamientos que

a continuación destaco: el 30 de julio de 1994 en las oficinas de la

volquetera “SANTA RITA” -Anatole France 523, Avellaneda, provincia

de Buenos Aires-; y el 31 del mismo mes y año, en la cascotera “SANTA

RITA”, Dársena “F”, altura avenida Costanera y calle 14, Capital Federal.

Del primer procedimiento, se secuestró documentación

relativa a la comercialización de explosivos y una sustancia pulvurulenta

de color blanca -ver acta de fs. 1910 de la causa n 1156- que analizada por

personal de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal, no presentó

vestigios de altos explosivos u otros de su tipología (fs. 1941 del

principal y fs. 862 de este legajo).

En cuanto al segundo de los allanamientos, se incautaron

facturas, remitos, autorizaciones, y demás documentación relativa a la

comercialización de material explosivo que da cuenta de la relación

comercial entre NASSIB HADDAD y la firma “DELBENE Y SERRIS

S.A.” (fs. 1832/33 del principal).

Así, en un primer momento, se dispusieron los arrestos de

NASSIB HADDAD y JAVIER ALBERTO HADDAD, quienes en sede

policial declararon testimonialmente (fs. 398/9 y 397/vta.

respectivamente). En tales condiciones, manifestaron ser usuarios de

explosivos, y justificaron las compras de ese tipo de material realizadas en

el año 1994 con los trabajos que estaban realizando en el embalse “CASA

DE PIEDRA” sito en el Departamento de Pullen, provincia de La Pampa.


Disponiéndose la libertad desde sede policial luego de

cumplirse con dichas testimoniales (ver fs. 1093 del principal).

3. Las tareas de investigación efectuadas respecto de los volquetes.

Con el fin de develar las incógnitas que pudieron haber

generado al inicio de la investigación el despacho de los volquetes por la

empresa de los HADDAD el día del atentado, se realizaron un sinnúmero

de medidas de prueba que permitieron aclarar las mismas. De tal forma,

puede tenerse por descartado que la presencia de un volquete en la sede de

la AMIA y otro en la calle Constitución 2657 cumplieran rol alguno en el

plan criminal desarrollado por los autores del atentado terrorista

investigado en autos. En concordancia con ello señalo:

3. 1. En cuanto al volquete de la calle Pasteur 633:

Al respecto, declaró testimonialmente el chofer de la

empresa “SANTA RITA” que trasladó y descargó el volquete frente al

edificio de la AMIA, JUAN ALBERTO LOPEZ (fs. 330/1, 345/6, 657/8 y

674/8). Así, relató que el día 18 de julio de 1994 -en horas de la mañana-

el encargado RAUL JOSE DIAZ le entregó la hoja de ruta con el detalle

de los lugares donde tenía que dejar los volquetes. Constató así que debía

dejar un único volquete en la calle Constitución 2657 de esta ciudad.


Recordó que momentos antes de partir el nombrado DIAZ le

indicó por radio que cargara otro volquete para entregar en Pasteur 633.

Explicó también, que dejó primero el volquete de la calle Pasteur, que ello

ocurrió aproximadamente a las 9:45 horas, que lo depositó a unos metros

de la entrada de la AMIA hacia la calle Viamonte, y que con seguridad el

volquete se encontraba vacío, ya que en todos los casos el dicente se

encargaba en forma personal de revisar el interior de éstos.

Expresó también, que después de descargar el volquete

ingresó al edificio de la mutual y fue atendido por el arquitecto

MALAMUD quien firmó el remito de entrega y le indicó que corrra el

volquete mas adelante del lugar donde lo había descargado, pero cuando se

dirigía a hacerlo el nombrado le dijo que estaba bien, que por ese día podía

dejarlo allí.

De tal forma se retiró del lugar, conduciendo el camión tomó

por Viamonte, Junín y su continuación Rincón, siendo que mientras

transitaba por ésta en el trayecto comprendido entre las calles Irigoyen y

Moreno escuchó un ruido fuerte que atribuyó al movimiento del otro

volquete que transportaba.

Coincidentemente declaró el encargado de la empresa de

volquetes RAUL JOSE DIAZ (fs. 355bis, 470/1, 472/3, 596/7 y 785/8).

Refirió, que en la mañana del 18 de julio de 1994 recibió un llamado

telefónico del arquitecto ANDRES GUSTAVO MALAMUD -de la firma

“G.P.I. S.A.”- quien solicitó un volquete para Pasteur 633 de esta ciudad;
así entonces, le comunicó al chofer LOPEZ -quien se disponía a salir para

efectuar una entrega a la calle Constitución 2657- que cargue otro volquete

para la calle Pasteur.

Por último destacó que la firma “G.P.I. S.A.” tenía cuenta

corriente en la volquetera “SANTA RITA”, y que por cada pedido que

hacía esta firma se confeccionaba un remito cuya copia era firmada al

entregarse el volquete.

Así también declaró FERNANDO ISAIAS SOLLA (fs.

338/41) cuñado del fallecido arquitecto ANDRES GUSTAVO

MALAMUD y presidente de la firma G.P.I. S.A.. El nombrado afirmó

que hacía tiempo que mantenían relación comercial con la empresa de

volquetes “SANTA RITA” y que desde la primer quincena de marzo de

1994 estaban efectuando unas obras de refacción en la sede de la AMIA.

Específicamente, manifestó que para retirar los escombros de la obra se

pedían los volquetes a la empresa en cuestión, y recuerda que para ese 18

de julio de 1994 MALAMUD había solicitado a la empresa “SANTA

RITA” el envío de un volquete.

Se recibió declaración testimonial a JULIO DOMINGO

HUKS (fs. 648/9) y a GUILLERMO OSCAR ALFONSO (fs. 679/80),

empleados de la empresa “SANTA RITA”. Coincidieron al referir que en

reiteradas oportunidades habían llevado y retirado volquetes a la sede de la

AMIA.
Por su parte, HECTOR MANUEL LOPEZ (fs. 801/2)

cobrador de la volquetera, aseguró haber concurrido a la empresa “G.P.I.”

en distintas oportunidades para cobrar los servicios de volquetes utilizados

en la obra de la calle Pasteur 633, y que la firma mencionada tenía

cuenta corriente en la empresa “SANTA RITA”.

Son claros los dichos de CLAUDIO ALEJANDRO

WEICMAN (fs. 78.635/7 del principal) arquitecto de las refacciones que

se efectuaban en el edificio de la AMIA. Refirió que entre las 8:00 y las

9:00 horas del día del hecho vio que en el “foyer” del teatro habían

escombros que debían ser retirados por el arquitecto MALAMUD, razón

por la cual encontrándose dicha persona en el lugar le indicó el retiro de

los mismos. También refirió que observó y escuchó como el nombrado

utilizando un teléfono celular reclamó el envío de un volquete.

Destacó que normalmente cuando se traía un volquete, el

personal de seguridad le avisaba a MALAMUD quien en persona o bien

alguno de sus empleados se encargaba de recibirlo. Específicamente

respecto del volquete enviado el 18 de julio de 1994, no puede aportar

detalles en cuanto a quien lo recibió ni donde se ubicó el mismo al ser

descargado.

Son contundentes las declaraciones de AARON EDRY (fs.

78.166/73 y 79.919/21) director operativo de mantenimiento y seguridad

del edificio de la AMIA a la fecha del atentado terrorista. El nombrado

sabía que para la mañana de ese día se había encargado un volquete, y a


las 8:15 horas como no había llegado llamó al arquitecto MALAMUD a

quien le pidió que reclamara el envío del mismo y además solicitó al

arquitecto WEICMAN que se hiciera cargo de la llegada del volquete, ya

que éste era el supervisor de la obra en refacción. Inclusive, como a las

9:00 horas no habían enviado el contenedor insistió enérgicamente para

que WEICMAN reclame a la empresa que debía remitirlo y a las 9:20

horas cuando nuevamente estaba recordándole que urgiera tal envío, llegó

el volquete.

También recordó haber visto que el contenedor se

encontraba vacío, por lo que descarta que el explosivo estuviera en el

interior del mismo.

JUAN CARLOS ALVAREZ (fs. 8796/98), barrendero de la

firma "Manliba" que se encontraba limpiando la calle Pasteur al momento

de producirse el atentado a la sede de AMIA, también declaró que el

volquete estaba vacío.

Explicó que el contenedor estaba unos metros antes del frente

de la AMIA -mas cerca de la calle Viamonte-, que recogió unos papeles

tirados en la calle al lado del volquete y los tiró en el interior del mismo,

por lo que pudo ver que se encontraba vacío. Momentos después escuchó

una fuerte explosión no recordando nada más ya que perdió el

conocimiento.

Cuenta el Tribunal con la filmación de un aficionado que

instantes después de ocurrido el cruento atentado grabó las escenas que se


sucedían. De éstas deben ser recordadas aquéllas que muestran al

nombrado ALVAREZ terriblemente herido en el interior de los restos

del volquete. Milagrosamente salvó su vida.

El testigo BERNARDO KOGAN (fs. 30.543/4) que estuvo

en la librería del edificio de la AMIA, recordó que al ingresar le llamó la

atención el ruido de un camión que estaba dejando en ese momento un

volquete sobre la calzada del lado del edificio de la mutual. Refirió que el

vehículo transportaba mas de un contenedor y explicó que por la forma en

que son transportados -uno va encajando dentro del otro- descarta que

hubiera algún tipo de material dentro del que fue descargado. El

testigo se fue del edificio momentos antes de la explosión, la escuchó

cuando se encontraba caminando por la calle Junín entre Tucumán y

Lavalle.

También claramente se refirió al respecto ROSA

MONTANO DE BARREIROS (fs.30.604) quien al pasar caminando

frente al edificio de la AMIA vio como dos obreros arrojaban escombros

en el interior del volquete en cuestión asustándose con el ruido,

concluyendo que por el tipo de ruido que escuchó el contenedor estaba

vacío.

3. 2. Relación entre “Volquetera Santa Rita” y “G.P.I.”.


En otro orden de cosas, y mediante las diferentes tareas de

investigación desarrolladas por el Juzgado pudo determinarse la relación

comercial que existía entre la firma “G.PI. S.A.” y la volquetera

“SANTA RITA”. Lo evidencian las facturas y remitos de ésta última

firma cuyos originales se encuentran reservados en Secretaría, mientras

que las copias se han agregado a fs. 416/22 y 607/25.

Se acreditó un llamado realizado desde el celular n 479-

8584 -de G.P.I. S.A.- al abonado nº 313-7193 correspondiente a la

volquetera “SANTA RITA” (fs. 2561) el 18 de mayo de 1994 a las 8:53

horas, lo cual también ilustra respecto de la vinculación existente entre

estas empresas. Ello se logró conformando primero una base de registros

de llamados telefónicos -entrantes y salientes- conteniendo la información

que para esa época pudo quedar registrada correspondiente a los abonados

de la empresa “SANTA RITA”, teléfonos -de tierrra y celular- de

ANDRES GUSTAVO MALAMUD y la firma “G.P.I. S.A.”, y la relativa

a la celda correspondiente al edificio de Pasteur 633, los teléfonos de la

sede de la AMIA, y locutorios existentes en cinco cuadras a la redonda,

para finalmente efectuar los trabajos de entrecruzamiento telefónico (fs.

1840 vta., e informe de fs. 2561).

A fs. 1044/50 obra el informe de los Peritos Calígrafos de

la Justicia Nacional respecto del estudio realizado respecto de la hoja de

ruta del camión de la empresa “SANTA RITA” que el 18 de julio de 1994

dejó el volquete frente al edificio de la AMIA, y de diferentes facturas y


remitos relativos a la entrega de contenedores de dicha empresa en la calle

Pasteur 633. Al respecto se destaca que:

En cuanto a la hoja de ruta se determinó la participación

tanto de RAUL JOSE DIAZ -encargado de la volquetera- como de JUAN

ALBERTO LOPEZ -chofer de esa empresa- en la confección de la misma.

Con relación a las facturas y remitos se determinó la

intervención de RAUL JOSE DIAZ en copias carbónicas de remitos.

Asimismo, se estableció un común origen entre las firmas y el apellido

“MALAMUD” obrantes en las facturas n 2051 (del 14/3/94) y 2099 (del

21/3/94), y por otra parte también se advirtió un común orígen en los

remitos n 3011 (del 18/7/94) y 2646 (del 24/5/94), aclarándose en el

informe pericial que no surjen analogías entre estos dos grupos. No se

pudo establecer analogías entre las autógrafas de MALAMUD y las

firmas mencionadas.

Si bien pericialmente se ha determinado que no fue

MALAMUD quien firmó el recibo del volquete en cuestión, debe

destacarse que del mismo modo se acreditó que la persona que lo hizo

recibió otro contenedor con anterioridad -al menos una vez el 24 de mayo

de 1994- en el edificio de la sede de la AMIA. Si además de ello se tiene

en cuenta que se acreditó debidamente la relación del contratista con la

volquetera de los HADDAD, y que para esa mañana del 18 de julio de

1994 efectivamente se esperaba la entrega de un contenedor, no puede


considerarse seriamente que la entrega del mismo formara parte de

plan alguno en el atentado terrorista investigado.

Máxime cuando se demostró que quien recibía los volquetes

y firmaba los remitos podía ser el arquitecto MALAMUD o alguno de

sus dependientes, y que era habitual que los mismos se dejaran frente a la

AMIA en el marco de la relación comercial que la firma "GPI" tenía con la

volquetera.

3. 3. Inexistencia del explosivo en el interior del volquete.

Por otra parte ningún elemento de juicio arrimado a la

investigación permite sospechar siquiera que el explosivo utilizado en el

atentado hubiera detonado en el interior de dicho contenedor.

Decisiva resultó en tal sentido la pericia realizada por

personal del Departamento Explosivos y Riesgos Especiales de la

Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal (ver los informes

preliminar y final de dicha dependencia policial). De esta manera se

concluyó que la explosión en el edificio de Pasteur 633 se produjo a

raíz del impacto contra éste de una camioneta RENAULT TRAFIC,

tipo T-310 corta, con motor naftero de 1400 cc. n° 2831467, que

transportaba una carga explosiva de alrededor de 300 kilos de una

mezcla hecha a base de nitrato de amonio, con aluminio y un

hidrocarburo pesado, probablemente sensibilizado con T.N.T..


Así también debe ponerse de resalto que los expertos

descartaron que el artefacto explosivo hubiera estado en el interior del

volquete en cuestión, en tal sentido fue señalado que: “...por entonces se

había descartado por los vectores de onda, que no se trataba de un

artefacto colocado en el interior de un volquete, cuyos restos

denotaban haber recibido solamente impacto expansivo...” (textual de

fs. 13/vta. del informe preliminar precitado), agregándose que no se

registró presencia alguna de altos explosivos en el contenedor peritado (fs.

53 del del informe preliminar).

Lo expuesto fue corroborado por los testimonios prestados

por CARLOS NESTOR LOPEZ (fs. 84/85 del legajo n 126), en aquél

entonces Comisario del Departamento Explosivos de la Policía Federal

Argentina, y el perito de una de las partes querellantes OSVALDO

LABORDA (fs. 81/83 del legajo n 126); quienes en forma coincidente

afirmaron que el explosivo utilizado en el atentado ese 18 de julio de 1994

no explotó en el volquete cuyos restos fueron encontrado en el lugar de los

hechos sino de la manera ya descripta.

Ha sido revelador el resultado de la experiencia de la

voladura de una camioneta RENAULT TRAFIC en similares condiciones

a la utilizada en el atentado (fs. 12.654, 12.998, 14.263/322 de la causa

1156, e informe complementario del 2 de enero de 1996 de la Policía

Federal agregado al informe final). De esta forma se reafirmaron las

conclusiones de los informes preliminar y final, toda vez que los efectos
sufridos por los restos recuperados, en cuanto a deformación,

diseminación y ubicación, guardan una similitud extraordinaria con las

halladas en el lugar del atentado.

De esta manera, a poco de considerar también la experiencia

periodística por la cual se realizó la voladura de un volquete con explosivo

en su interior, y luego otra con la carga explosiva fuera de él no pueden

existir dudas en cuanto a que el explosivo estuvo acondicionado en la

camioneta RENAULT TRAFIC cuyo motor se encontró entre las ruinas

del edificio de la calle Pasteur 633. Al respecto resulta contundente la

similitud del efecto producido al volquete cuando se realizó la voladura

acondicionando fuera de éste el explosivo y en el lugar donde hubiera

estado la camioneta en cuestión.

Por el contrario, ninguna similitud surgió al observar los

restos del volquete luego de la explosión con la carga en su interior, en

esta ocasión el contenedor prácticamente se destruyó sin encontrarse restos

de un tamaño mayor al de aproximadamente cinco centímetros, lo cual

contrasta con los pedazos de lateral y piso del contenedor encontrados en

el lugar del atentado.

En cuanto a esta experiencia periodística deben tenerse en

cuenta los dichos de RAUL EDUARDO GARCIA (fs. 89.050/51 del

principal), quien aportó copia de las transcripciones relativas a las

opiniones vertidas al respecto en el video “AMIA LA DEUDA”, como


también copia de impresiones de imágenes relativas a dicho programa

televisivo (ver fs. 89.063/68 del principal).

Debe agregarse que resultan muy claras las conclusiones del

informe pericial de fs. 30.761. Tanto el personal de la Brigada de

Explosivos de la Policía Federal como el perito de parte Osvaldo Laborda,

luego de observar los restos de la camioneta TRAFIC hallados en el lugar

de los hechos destacaron: que la totalidad de los componentes del vehículo

presentaban roturas y deformaciones que encuentran directa relación

con la onda expansiva relativa a la reacción de la carga explosiva

ubicada en el interior de dicho rodado –precisamente en la cabina de

carga- y que los daños del motor se vinculan a la onda de choque del

vehículo generada en sentido con la parte delantera del mismo. Y,

también, que los elementos constitutivos de la TRAFIC que portaba el

explosivo se hallaban instalados y funcionando en la misma;

coincidiendo los desgarramientos, fracturas, y deformaciones de las

piezas con el anclaje original para lo cual fueron diseñadas.

Si bien las conclusiones de las diferentes pericias y

experiencias realizadas son terminantes, y no dan lugar a inconsistentes

hipótesis como la referida a la que podría haber sido el volquete donde se

encontraba el explosivo utilizado en el atentado, no deben dejar de

señalarse las declaraciones de personal extranjero que colaboró en el lugar

de los hechos.
Así, se destaca la declaración ante el Tribunal de uno de los

expertos israelíes que participaron en el rescate de víctimas los días

posteriores al atentado, DANI DROR (fs. 25.702/706 del principal), quien

manifestó: "...Que el mismo día que comenzaron a trabajar, es decir el

día 20 de julio de 1994 a la tarde, el grupo del dicente tenía claro que

la explosión se había producido por la explosión de un vehículo...".

Al preguntársele específicamente para que explique la razón

por la cual descartaron que el material explosivo estuviera en el volquete

de la calzada, refirió: “....Que si la explosión hubiera sido en el volquete,

habrían encontrado dos puntos, primero: habrían encontrado el

cráter de la explosión en la calzada y no donde se encontró. Segundo:

El volquete se habría roto en pedazos desde adentro hacia fuera y no

hubieran encontrado la parte inferior del volquete, tanto la base como

los lados, aclarando que en todas aquellas superficies donde hace

impacto el material explosivo, desaparecen....”, agregando “....que del

estado del volquete el dicente concluye que éste estaba cerca del lugar

de la explosión pero no fue el centro de la explosión...”.

También se le recibió declaración testimonial a NAHUM

FRENKEL (fs. 25.676/88 del principal), vicecomandante del equipo de

salvamento israelí que colaboró en el rescate de víctimas, quien dió cuenta

del hallazgo del block del motor de la Trafic utilizada como coche bomba

y aportó las vistas fotográficas obtenidas en dicha ocasión.


A poco de considerar los elementos de juicio hasta aquí

reseñados puede concluirse fácilmente que no es posible –al menos

seriamente- atribuir a la presencia del volquete entregado en la sede

de la AMIA protagonismo alguno en los hechos investigados.

El contenedor no ha sido el lugar donde estuvieron cargados

los 300 kilos del letal explosivo. Como ya se dijo éstos resultaron

acondicionados en el vehículo cuyo motor se encontró entre los escombros

del edificio atacado.

3. 4. En cuanto al volquete de la calle Constitución 2657.

Este resultó ser el segundo de los contenedores, se entregó

luego de haber descargado el primero frente a la sede de la AMIA.

El Departamento Protección al Orden Constitucional de la

Policía Federal, como hipótesis de investigación señaló que el predio de

Constitución 2657 esta ubicado cerca del domicilio de ALBERTO

JACINTO KANOORE EDUL –Constitución 2695 y 2745-, persona que el

10 de julio de 1994 se comunicó telefónicamente con CARLOS

ALBERTO TELLELDIN (fs. 343 vta. del principal).

De este modo, resultó de interés profundizar la pesquisa en tal

sentido. Ahora bien debe adelantarse que del desarrollo de este legajo y

aquél relativo a KANOORE EDUL no ha surgido prueba alguna que

acredite relación entre los HADDAD y EDUL.


No obstante lo expuesto, el Tribunal continuó trabajando en

la hipótesis de este segundo contenedor, y se estableció que el terreno de

Constitución 2657 resultó ser propiedad de la Municipalidad de la Ciudad

de Buenos Aires.

Al respecto, también se acreditó que LUIS EDUARDO

POLERO VAZQUEZ y ALEJANDRO GAMBARONI (declaraciones de

fs. 3886/87 y 3888/90) consiguieron, a través de OSCAR ROBERTO

GENOVESI, ex Director de General de Inmuebles de la comuna porteña,

la tenencia precaria y el cuidado del terreno en cuestión en favor de

POLERO VAZQUEZ para la época del atentado. Incluso, tanto POLERO

VAZQUEZ como GAMBARONI reconocieron haber pedido un

volquete para la limpieza del lugar, de la cual se encargaría una tercera

persona de quien solo se supo se llamaría “ARIEL” (ver actuaciones de fs.

1092/94 y 2345/76, como también fs. 3883/86 y 3888) y quien hasta la

fecha no pudo ser individualizado.

De la entrega de este volquete da cuenta el presupuesto n

38.170 (fs. 355 ter), respecto del cual se acreditó fue confeccionado por el

encargado de la volquetera RAUL JOSE DIAZ (ver pericia caligráfica de

fs. 1044/50).

Se insistió en la investigación, con el fin de determinar si el

terreno de Constitución 2657 -donde el 18 de julio de 1994 fue dejado el

segundo volquete- pudo ser utilizado de cualquier manera en la

planificación del atentado. En tal sentido tanto ALEJANDRO


GAMBARONI como LUIS EDUARDO POLERO VAZQUEZ fueron

investigados patrimonialmente sin acreditarse un desproporcionado

crecimiento económico de ambos (fs. 4633/43).

Se profundizaron las indagaciones respecto de sus

ocupantes y las actividades que pudieron haberse llevado a cabo en dicho

predio.

De esta forma se demostró que previamente a la limpieza del

terreno por parte de GAMBARONI y POLERO VAZQUEZ, el lugar se

encontraba deshabitado, no poseía servicios de luz ni de gas en

funcionamiento (fs. 185/6 y 182/4), el predio estaba tapiado con una puerta

cerrada al frente de la calle Constitución y presentaba escombros contra

esa pared que impedían el acceso. Tampoco surgieron denuncias de

conexiones clandestinas en el terreno, ya sea de servicios de gas, teléfono,

electricidad y radio (fs. 4972, 4321, 4306/08, 4951, 4616, y 7567).

En su fondo lindaba con el estacionamiento “JUJUY 1351

S.R.L.” sin existir medianera alguna, razón por la cual el personal de dicha

playa utilizaba parte del terreno para dejar los automóviles que no

cumplían con sus pagos de cochera (declaraciones de fs. 3907/08,

3914/18, 3919/21, 3909/vta., 3932/35, 3936/40, 3941/44, 3924/vta.,

3925/26, 3927/vta., 3928/vta., 3929/vta., 3930/vta., 3945/48 vta.; y, del

Legajo n 129 fs. 1344/49, 3922/23 vta. y 5112/13).

Se demostró, que previamente a la limpieza que hicieron

GAMBARONI y POLERO VAZQUEZ del terreno sito en Constitución


2657, el mismo estaba deshabitado y en estado de abandono -acta de

inspección municipal del 26 de junio de 1994- (ver fs. 104, 4645 y

fotografía reservada en Secretaría).

Se estableció que en dicho terreno se encontraba instalado el

servicio telefónico n 943-6706, cuyo titular en 1994 resultó FELISA B.

DE VISANI (ver informe de fs. 189), y que del registro de las

comunicaciones de dicho abonado no surgieron resultados de interés para

la investigación (fs. 1054/58, 1749, 1796/99, 1832/35, 2130/31, 3277 y

7039). En cuanto a la nombrada, no pudo ser localizada por personal

policial por lo que registra pedido de paradero y citación (fs.2392).

ALEJANDRO TFELI en su declaración testimonial (fs.

1078/82 y 3873/78) se refirió a los ocupantes del terreno de Constitución

2657. Al respecto indicó que dicho terreno se otorgó a la familia

DINARDI en razón de un pedido de la Sra. ESTELA BAUBETA de

DINARDI al entonces presidente MENEM para que le facilite una

vivienda por cuanto su hijo -MATIAS EZEQUIEL- debía ser atendido por

graves problemas de salud en el Hospital Garraham (fs. 5896, 5906/07 y

5913/15). Así fue que se encargó de los trámites en la municipalidad de

esta ciudad para lograr la tenencia precaria del terreno en cuestión a favor

de esta familia, y además por intermedio del Sr. BULLENSEN,

representante de la firma “ROYAL HOUSING”, se logró la instalación de

una vivienda prefabricada.


Los dichos de TFELI coinciden con lo manifestado por

ESTELA ENILDA BAUBETA y su esposo LUIS ERNESTO DINARDI

(fs. 51/2 y 53), en cuanto a que en el año 1993 la Municipalidad de la

Ciudad de Buenos Aires les entregó el terreno ubicado en Constitución

2657, por cuanto a raíz del transplante de riñon que le tuvieron que hacer a

su hijo tuvieron que permanecer en esta ciudad. Recuerdan que en el mes

de julio de 1994 el terreno estaba ocupado por otras personas y que con la

intervención del Director de Inmuebles de la municipalidad estas personas

-el Juzgado determinó fueron ALEJANDRO GAMBARONI y LUIS

EDUARDO POLERO VAZQUEZ, de quienes ya me he referido-

devolvieron el predio y previo efectuar unos arreglos pudieron instalarse

en el lugar.

Así entonces, y de acuerdo con las investigaciones realizadas

no existen elementos de prueba que permitan relacionar la entrega de este

segundo volquete con el criminal atentado materia de investigación, ya

que se acreditó quienes ocupaban el predio y los motivos del pedido del

volquete.

3. 5. El resto de los volquetes entregados el 18 de julio de 1994.

Mas allá de lo descripto hasta el presente, el Juzgado

profundizó la investigación indagando respecto de todo el recorrido que

hizo el chofer LOPEZ con el camión de la empresa de los HADDAD ese


18 de julio de 1994. De tal manera se relevó cada uno de los domicilios

incluídos en la hoja de ruta de ese día con el fin de constatar la existencia

de los lugares y si allí existieron pedidos o utilización de volquetes

proporcionados por la empresa “SANTA RITA”.

Así, se estableció que en el domicilio sito en

BUSTAMANTE 836 de esta ciudad existía una obra en construcción -a

cargo de la firma “FIWOLCO S.R.L.”- que demandó un servicio de

volquetes. Se tomó contacto con SUSANA FERRERO -encargada

contable de dicha empresa- quien mencionó que para esa época y desde

comienzo del año 1994 existia una relación comercial con la firma

“SANTA RITA”. Mas preciso al respecto resultó el ingeniero civil

encargado de la obra, CLAUDIO SEÑARIS, relató que los pedidos de

volquetes se efectuaban a la firma “SANTA RITA” el mismo día que se

necesitaban o el anterior (fs. 5445 y 5460).

En cuanto a la obra efectuada en Sanchez de Bustamante 836

también declararon MAURICIO PODOLSKY (fs. 1268), CARLOS

BERNARDO WOLFSON (fs. 1753/53vta., 6096, y 14.429 del principal),

y MARIO JORGE PERELROZEL (fs.1754), los dos últimos coincidieron

en que los volquetes se pedían a la empresa “SANTA RITA”, y

específicamente PERELROZEL confirmó que para el 18 de julio de

1994 se había solicitado a esa empresa un contenedor.

También se pudo verificar que en el domicilio sito en

AREVALO 1965 de esta ciudad, existió una obra de construcción en la


que el retiro de escombros se efectuó mediante el empleo de volquetes. En

autos se cuentan con fotografías de la finca ubicada en dicho lugar (fs.

1267 y 1277) y por intermedio del Departamento Unidad Investigación

Antiterrorista de la Policía Federal se ubicó a quien era propietario de la

finca en cuestión a la época de interés para esta investigación. Esta

persona, FABIAN EMANUEL ANDRES CABRERA (fs. 6098/vta.)

específicamente refirió que para el 18 de julio de 1994 la finca de la calle

Arévalo se encontraba en construcción y que en dicha obra se

requirieron los servicios de una empresa de volquetes de la cual

únicamente pudo aportar los números telefónicos: 313-7215 y 312-5953.

Estos se correponden con la empresa “SANTA RITA”.

De esta forma y analizadas las tareas investigativas

desarrolladas no ha surgido de la entrega de los volquetes referidos

elementos o indicios que permitan sospechar que la entrega de los

volquetes indicados estuvieran vinculados al atentado y no al normal giro

del negocio de la familia HADDAD.

3. 6. Volquetes. Las conclusiones.

En los subpuntos que anteceden se analizaron distintas

hipótesis respecto de la participación que presuntamente le pudo haber

cabido a los imputados en el atentado contra la sede de la AMIA por


medio de la utilización del negocio de servicio de contenedores que

inclusive ellos mismos fabricaban.

Al respecto debe decirse que la investigación emprendida

hasta el presente no ha acumulado elementos de juicio que seriamente

permitan otorgar importancia al volquete entregado en Pasteur 633, ni al

que luego se dejó en Constitución 2657, y menos aún a cualquiera de los

otros entregados el 18 de julio de 1994.

Respecto del de la calle Pasteur 633, se acreditó en el

subpunto 3. 1. que no fue éste donde se encontraba la carga explosiva

por medio de la cual los criminales lograron concretar el atentado, la

misma se acondicionó –como ya se explicó- en la camioneta TRAFIC

cuyo motor se secuestró entre los escombros del edificio de la AMIA.

Resultaron claros los testimonios de CLAUDIO

ALEJANDRO WEICMAN y AARON EDRY en cuanto a que fue

ANDRES GUSTAVO MALAMUD quien reclamó el envío del volquete

ya que había escombros que retirar, inclusive EDRY vió que el contenedor

en cuestión estaba vacío. Robustecen estos testimonios lo declarado por

JUAN CARLOS ALVAREZ y ROSA MONTANO de BARREIROS

quienes claramente indican que estaba vacío, como tambien lo expresó

BERNARDO KOGAN quien descartó que en el interior del contenedor

hubiera algún tipo de material a poco de observar la mecánica de descarga

del mismo.
Se debe señalar que se encuentra debidamente acreditada la

relación comercial que mantenía la empresa de los HADDAD con la que

efectuaba refacciones en el edificio de la AMIA, ya que no era la primera

vez que aquéllos entregaban en la mutual los volquetes en cuestión.

Pero los elementos de juicio mas contundentes resultan ser los

informes periciales y experiencias efectuadas en el curso de la

investigación. Se estableció de este modo que el explosivo utilizado en el

atentado investigado se encontraba acondicionado en una camioneta

RENAULT TRAFIC.

Debe destacarse nuevamente la experiencia de la voladura de

la TRAFIC en la localidad de Azul, en cuanto a la similitud de éstos restos

con aquéllos secuestrados en el lugar del atentado.

Por otra parte, incontrastables resultan las conclusiones del

análisis de los restos del vehículo por las que se determinó que éstos se

encuentran en directa relación con los efectos de la explosión,

evidenciandose que los elementos de la TRAFIC se encontraban instalados

y funcionando en ésta ya que la forma en que se rompieron responde a que

se encontraban montados del modo para el cual fueron diseñados.

Estas últimas consideraciones y el hecho de haberse

descartado la presencia de rastros de explosivo en el interior del volquete,

evidencia de manera incontrastable que no resulta admisible la hipótesis de

que en el interior del contenedor hubiera habido bomba alguna.


Tampoco puede considerarse seriamente que el volquete

hubiera servido como elemento para asegurar el despeje del área de

impacto del coche bomba.

Esta cuestión no admite lógica alguna, por cuanto el pedido

del volquete no fue una circunstancia aislada. La relación de la volquetera

con la constructora era habitual, y si esta circunstancia no resulta suficiente

se destaca que se acreditó debidamente que la solicitud del contenedor

obedeció específicamente a una necesidad de los trabajos de obra que

venían realizándose; es más, la demora en la llegada del mismo motivó

que dos personas indicaran al arquitecto MALAMUD que reclame el

envío del mismo.

En cuanto al volquete que se dejó después en la calle

Constitución 2657, a partir de las investigaciones producidas en la

pesquisa no puede decirse que se hubiera empleado de modo alguno en el

plan criminal llevado a cabo.

De esta manera se han llevado a cabo un sinnúmero de

investigaciones ya detalladas en el subpunto 3. 4., por medio de las cuales

se establecieron todas las personas que se vincularon a dicho lugar.

Así, sin duda alguna se determinó que a la época de interés

para la investigación quienes tenían a su cargo el predio y solicitaron el

contenedor en cuestión, fueron LUIS EDUARDO POLERO VAZQUEZ y

ALEJANDRO GAMBARONI personas que suficientes explicaciones

dieron al respecto indicando además que la solicitud del servicio de


volquete obedeció a que habían encargado a un tercero la limpieza del

terreno.

Además de lo expuesto, se estableció que anteriormente a ello

el lugar se encontraba en estado de abandono, deshabitado, sin servicio de

gas ni electricidad, tapiado y con escombros que impedían el acceso, por

lo cual en función de los elementos de juicio acumulados no se ha

evidenciado que el mismo hubiera sido aprovechado de modo alguno por

los responsables del atentado terrorista contra la sede de la AMIA.

Por último, con relación al resto de los volquetes que fueron

entregados el 18 de julio de 1994, debe indicarse que de acuerdo con los

elementos de prueba indicados en el subpunto 3. 5. no puede concluirse

otra cosa que la entrega de los mismos obedeció simplemente al giro

comercial de la volquetera de los HADDAD.

Así, se demostró que en cada uno de los lugares a donde fue

despachado cada contenedor efectívamente se encontraba alguna obra o

reforma en curso que necesitaba de este tipo de servicio.

De acuerdo a todo lo expuesto, no puede mas que concluirse

que en razón de los elementos de juicio acumulados a lo largo de la

investigación no puede considerarse que la entrega de los volquetes, ya sea

en la sede de la AMIA u otro lugar de esta ciudad capital, tuvieran

vinculación alguna con la forma en que se planeó y llevó a cabo el

atentado aquí investigado.


4. Respecto de la actividad de los investigados vinculada a la

utilización de explosivos.

Como ya se ha señalado, iniciada la investigación se

estableció que NASSIB HADDAD se dedicaba a la minería, que era

legítimo usuario de explosivos -registrado bajo el nº U-730 en la Dirección

de Fabricaciones Militares-, que tenía posibilidad de adquirir explosivos

de los cuales algunos componentes básicos eran similares a los del

utilizado en el atentado que se investiga, y que el proveedor de tales

explosivos en los años 1993 y 1994 fue la empresa “DELBENE Y

SERRIS S.A.”.

Respecto del permiso para uso de explosivos se determinó

que estuvo habilitado desde el 1/7/81 al 30/6/88 y luego de no tener

vigente su licencia, renovó la misma para el período comprendido entre el

1/7/93 al 30/6/95, hallándose autorizados para el manejo de estos

materiales sus hijos JAVIER y GUILLERMO HADDAD.

Además, se supo que si bien tenía la cantera “SANTA RITA”

en Sierras Bayas, Olavarría, provincia de Buenos Aires, al tiempo del

atentado HADDAD no desarrollaba actividades en la misma.

Y por último, se vinculó a la obra emprendida en el embalse

“CASA DE PIEDRA” el consumo de explosivos por parte de los

HADDAD entre los años 1993 y 1994 (de lo expuesto en este punto dan
cuenta las fs. 342/4, 384/5, 493/4, 973/4, 4614/5, 4614/5, fs. 10.316 y

10.558).

4. 1. De la compra de explosivos por parte de los investigados.

NASSIB HADDAD adquiría el material explosivo, al menos

durante los años 1993 y 1994, a la firma “DELBENE Y SERRIS S.A.”.

Lo expuesto motivó la realización de distintas diligencias de

allanamiento, en la empresa mencionada (fs.975/989 y 1823); en el estudio

contable sito en General Hornos 538 de esta ciudad (ver fs. 991/994 y

declaració del Inspector Marcelo Horacio Martín a fs. 1005/1006) y en la

firma “EXPLOSIVOS DEL CENTRO” -ex DELBENE Y SERRIS de

Córdoba- (fs. 1116/1129, y 1827/8, ver también declaración del Inspector

José Luis Callojas a fs. 1007/1, fs. 1827/8) con el objeto de secuestrar

documentación de interés a la investigación.

De esta forma se logró secuestrar libros de movimientos de

explosivos y contables, documentación en soporte magnético relativa a

gestión de ventas, copias de plan de cuentas a nombre de Nassib Haddad,

como también remitos y facturas de la empresa “DELBENE Y SERRIS”.

Los elementos secuestrados en las diligencias referidas y la

documentación aportada por VICTOR ELOY SANCHEZ DEL ARCO,

contador de “DELBENE Y SERRIS” (fs. 1149), fue analizado por la

Dirección de Inteligencia Fiscal y Aduanera de la A.F.I.P.. Mediante el


informe correspondiente (fs. 1033/43) se pudo determinar que las compras

de explosivos hechas por HADDAD a la firma “DELBENE Y SERRIS”,

fue de un total de 9645 kilos de explosivos.

Este informe también determinó que existían diferencias entre

las cantidades del material explosivo que la firma “DELBENE Y

SERRIS” comunicó a la Dirección de Fabricaciones Militares (ver fs.

384/5) como vendidas a Nassib Haddad a partir del mes de marzo de 1994,

y las cantidades que aparecen registradas en la documentación existente en

el Tribunal.

Ello dio clara indicación de la falta de controles por parte de

la autoridad de aplicación, lo cual motivó se efectúe la correspondiente

denuncia que quedó radicada en el Juzgado Federal n° 2 (fs. 71.629 del

principal) y se enviara testimonios de tales actuados a la Comisión de

Fiscales para el seguimiento de causas paralelas al caso A.M.I.A. -res.

39/00- (fs. 83.339 del principal).

De tal manera, detallo a continuación las operaciones de

venta hechas por aquélla empresa a Nassib Haddad, destacando en cada

caso las cantidades que no surjen comunicadas por la firma a la autoridad

de control. Resultan pues:

a) 23 de Octubre de 1993, NASSIB HADDAD adquirió

300 kilos de NAGOZUL a granel; 125 kilos de GELAMON; 1050 metros

de cable detonante; 100 kilos de PEGA “F”; 200 metros de mecha lenta

impermeable “FM”; y, 200 unidades de detonadores comunes n “8 F”. La


firma “Delbene y Serris S.A.” no habría comunicado a la Direccion de

Fabricaciones Militares esta operación de compra.

b) 7 de Enero de 1994, el investigado HADDAD, adquirió

500 metros de cordon detonante; y, 5 series de detonadores del cero al

doce “F”. Esta empresa no habría informado esta transacción a la

autoridad de aplicación.

c) 3 de Febrero de 1994, se verificó que HADDAD compró

la cantidad de 500 metros de cordon detonante. La empresa “Delbene y

Serris” no habría informado a Fabricaciones Militares esta compra.

d) 15 de marzo de 1994, adquirió 500 metros de cordon

detonante; 500 kilos de GELAMON; 100 metros de mecha lenta

impermeable; y, 100 unidades de detonadores comunes n “8 F”. Esta

operación fue debidamente comunicada a la autoridad de aplicación.

e) 2 de Abril de 1994, NASSIB HADDAD adquirió 400

kilos de GELAMON; 300 kilos de ANGODELSE a granel; y, 1000

unidades de detonadores electricos. “Delbene y Serris” con relación al

ANGODELSE comunicó a la autoridad de control la venta de 900 kilos, es

decir una cantidad mayor a la que figura como vendida en la

documentación analizada.

f) 9 de abril de 1994, adquirió 1000 kilos de GELAMON; y,

900 kilos de ANGODELSE a granel. “Delbene y Serris” comunicó

debidamente dicha operación a la Dirección general de Fabricaciones

Militares.
g) 29 de abril de 1994, compró 800 kilos de GELAMON.

“Delbene y Serris” no habría comunicado esta compra a la autoridad

de aplicación.

h) 14 de mayo de 1994, adquirió 850 kilos de GELAMON.

Esta compra se informó debidamente a la autoridad de contralor.

i) 28 de Mayo de 1994, HADDAD adquirió 500 kilos de

GELAMON; 300 kilos de NAGOZUL a granel, y 100 detonadores

comunes. “Delbene y Serris” respecto del NAGOZUL no habría

comunicado 270 kilos del total adquirido.

j) 8 de junio de 1994, compró 200 unidades de detonadores

comunes n “8 F”; y, 100 metros de mecha lenta impermeable. Fue

debidamente comunicada a la autoridad de control.

k) 14 de junio de 1994, compró 500 kilos de GELAMON; y,

300 kilos de NAGOZUL a granel. La operación fue comunicada a la

autoridad de aplicación.

l) 15 de junio de 1994, se adquirió 100 metros de mecha

lenta impermeable. Esta operación fue comunicada a la autoridad de

contralor.

ll) 24 de junio de 1994, se compraron 500 kilos de

GELAMON; 300 kilos de NAGOZUL; y, 50 kilos de PEGA “F”. La

operación se comunicó a Fabricaciones Militares.

m) 4 de julio de 1994, se compraron 1020 kilos de

NAGOZUL a granel; 900 kilos de GELAMON; y, 200 kilos de PEGA


“F”; y, 100 metros de mecha lenta impermeable. Fue debidamente

comunicada por “Delbene y Serris” a la autoridad de contralor.

n) 26 de julio de 1994, se adquirieron 500 metros de cordón

detonante; 500 metros de mecha lenta; 500 kilos de GELAMON; y, 200

unidades de detonadores comunes n “8 F”. “Delbene y Serris” en cuanto

a la mecha lenta no habría comunicado 400 metros del total

adquirido.

Resulta adecuado destacar que declaró testimonialmente

HECTOR MARIO CATALA (fs. 9886/7), ex presidente de la empresa

“DELBENE Y SERRIS”, quien reconoció haber vendido explosivos a

HADDAD en el período comprendido entre fines de 1993 y 1994.

El nombrado, reconoció toda la documentación contable que

respalda las operaciones de venta hechas por “DELBENE Y SERRIS” a

HADDAD. De tal manera al pedírsele explicaciones respecto de las

diferencias existentes entre dicha documentación y lo que al respecto se

informó a Fabricaciones Militares a fs. 384/5 atribuyó las diferencias

“simplemente a un error en el informe firmado por el Coronel

Franke” (sic).

En cuanto a las comunicaciones que la empresa debía hacer a

la autoridad de aplicación respecto de las operaciones de ventas dijo que

bastaba con un libro de registro de salidas de explosivos que estaba a

disposición de dicha autoridad.


Respecto de las ventas de explosivos a los usuarios se seguía

el procedimiento previsto en la materia. Así, se certificaba la autenticidad

del permiso de usuario y se procedía a la carga de la mercadería en el

transporte autorizado por los compradores que retiraban la sustancia,

desconociendo el declarante el destino final de los materiales que vendía.

Destacó que la Dirección de Fabricaciones Militares realizó,

con anterioridad al 18 de julio de 1994, distintas inspecciones de rutina,

aunque no pudo dar mayores precisiones de fechas.

Es importante mencionar que respecto del mencionado

CATALA se efectuó una investigación patrimonial, aunque no fue posible

determinar un crecimiento desproporcionado en su situación económica

en épocas cercanas al atentado (ver fs. 3674/5).

Tampoco se detectó que el nombrado hubiera viajado al

exterior del país (fs. 1912).

Y, profundizando respecto del nombrado tampoco se

determinó que tuviera antecedentes relacionados con infracciones a la

legislación vigente en materia de explosivos. Al respecto señalo los

siguientes informes: de Fabricaciones Militares a fs. 1903/11; de los

Juzgados Federales competentes en: Azul, pcia. de Buenos Aires a fs.

1896/1902; Bahía Blanca, pcia. de Buenos Aires a fs. 1891/2; pcia. de La

Pampa a fs. 1918/26; ciudades de General Roca y Viedma, pcia. de Rio

Negro a fs. 1928/vta. y 2153/2317 respectivamente; análisis del D.U.I.A. a

fs. 5017/23; informes de los Juzgados Nacionales en lo Criminal


Correccionales obrantes a fs. 2732/41, 2746, 2747/51, 2755, 2760/3,

2782/7, 2824/5, 2911/2, y 3095/7; Juzgados de Instrucción agregados a fs.

2014/17, 2656/58, 2664/66, 2667/69, 2670/72, 2673/75, 2678/80, 2681/85,

2689/91, 2703/05, 2706/08, 2709, 2710, 2711/13, 2714/17, 2718/20,

2721/23, 2724/26, 2727/31, 2742, 2743/45, 2753, 2757/59, 2770/72,

2773/75, 2776/78, 2779/81, 2827/28, 2877, 2880, 2883, 2886/88, 2905,

2908, 2918, 3100, 3103, y 3201; Juzgados Nacionales en lo Criminal y

Correccional Federal obrantes a fs. 2576/79, 2580/81, 2605/07, 2650/52,

2653/55, 2659/61, 2662/63, 2676/77, 2692/94, 2695/97, y 2830/31; y de

las Policías de Río Negro afs. 3452, y de La Pampa a fs.3462/3527.

4. 2. Las obras desarrolladas en el embalse “CASA DE PIEDRA”.

Las obras civiles del actual dique embalse “CASA DE

PIEDRA” consistieron en la realización de una presa de tierra de 11

kilómetros de largo. El proyecto del dique fue elaborado por el grupo

empresario denominado “Ingeniería y Asistencia Técnica Argentina

S.A.” -IATASA- y aprobado por el “Ente Ejecutivo Presa Embalse

Casa de Piedra”, integrado por representantes de las provincias de La

Pampa, Río Negro, Buenos Aires y la Nación.

La ejecución quedó en manos de la empresa

“CONSTRUCTORA CASA DE PIEDRA S.A.” como contratista, y


“IATASA” como consultora ocupándose de la dirección de las obras y los

restantes contratos y subcontrataciones.

Es así que ante la necesidad de extraer mediante el uso de

explosivos un “stock” de 20.000 m3 de piedra “rip-rap” de una cantera en

las inmediaciones del dique para eventuales reparaciones de su escollera,

se subcontratron los servicios de la empresa “CALERA SANTA

RITA” de NASSIB HADDAD a fines de 1993 (fs. 1768/85).

De tal forma, mediante las tareas llevadas a cabo por el

Tribunal pudo acreditarse que, desde enero hasta principios de julio de

1994, HECTOR ABEL MASSON -capataz-, FRANCISCO GASPAR

LUQUE -perforista-, y otras personas que no pudieron ser individualizadas

conformaron el personal de la empresa “CALERA SANTA RITA”

destacado en las obras de la represa.

En tal sentido se destaca la verificación hecha por personal de

la Policía Federal que se constituyó en las obras del dique de referencia

donde determinó la existencia del lugar utilizado como polvorín (ver fs.

402, 406, 410, y 426/7) y le recibió declaración a los empleados MASSON

y LUQUE nombrados en el párrado anterior

De tal modo, HECTOR ABEL MASSON (fs. 428/9 y

10.710/15) refirió que se utilizaron explosivos en las perforaciones para

obtener piedras del tipo “RIP RAP” con el fin de utilizarlas en la

contención del dique en construcción, y que esa actividad comenzó a partir


del mes de enero de l994. Asimismo detalló el material explosivo existente

dentro del polvorín utilizado y que no observó ningún tipo de faltante.

Relató también, que no existía un control del consumo de

explosivos, pero indicó que semanalmente se utilizaba –aproximadamente-

diez cajas de GELAMON, cuatro bolsas de NAGOZUL, una caja de

NAGO “F”, cincuenta metros de cordon detonante, y cuarenta unidades de

detonadores, aclarando que ello podía variar en función a las

irregularidades del terreno y el ritmo en que las máquinas recolectaban el

material extraído de la cantera.

Refirió que retiró el 4 de Julio de 1994 de la fabrica

DELBENE Y SERRIS S.A. la cantidad de 1020 kilos de NAGOZUL; 920

kilos de GELAMON; 200 kilos de PEGA “F”; y, cien metros de mecha

lenta impermeable; exhibiendo para ello una copia de la factura de

compra n 1217 (ver fs. 428/9) y que estaba autorizado por NASSIB

HADDAD para retirar explosivos adquiridos en DELBENE Y SERRIS

S.A.. Al respecto reconoció haber transportado explosivos desde Olavarría

hasta “CASA DE PIEDRA” con la camioneta Peugeot 504 blanca de

JAVIER HADDAD, y dio cuenta de los controles hechos en esas

ocasiones por efectivos de la policías rionegrina y pampeana. Negó haber

transportado explosivos a la ciudad de Buenos Aires, y especificó que

sus empleadores nunca se lo pidieron.

Destacó que, finalizada la explotación en julio de 1994,

permaneció en el lugar hasta fin de año ya que debía cuidar los elementos
que se habían utilizado en la obra, toda vez que sus empleadores estaban a

la espera de que se los contrate nuevamente para extraer más cantidad

de RIP RAP, actividad ésta que no fue concretada.

En cuanto al material que sobró al finalizar la explotación

para obtener piedra “RIP RAP”, indicó que consistió en dos rollos y medio

de mecha instantánea; 339 fulminantes; 22 cajas de GELAMON de 25

kilos cada una; 3 cajas de fulminantes; 1 rollo de mecha lenta; 17 bolsas

de NAGOZUL granulado, y 8 cajas de PEGA de 25 kilos cada una,

indicando que estas cantidades eran estimativas ya que no las contabilizó.

Y que este sobrante, a pedido de la empresa

“CONSTRUCTORA CASA DE PIEDRA S.A.” se utilizó en la voladura

de la base de un puente que cruzaba el Río Colorado, consumiéndose en

su totalidad.

En cuanto a FRANCISCO GASPAR LUQUE (fs. 430)

coincidió con MASSON en cuanto al consumo semanal del material

explosivo, indicando también que eran cifras estimativas que podían

variar. Y, que no tuvo conocimiento que hubieran habido faltantes del

polvorín.

No obstante lo expuesto, debe señalarse que aún se encuentra

vigente a su respecto el pedido de paradero y citación a los fines de

cumplimentar la ampliación de su declaración ordenada en su oportunidad

(ver fs. 9718, punto I).


Mas allá de la coincidencia de las declaraciones de HECTOR

ABEL MASSON y FRANCISCO GASPAR LUQUE, el Tribunal

encomendó a la A.F.I.P. una investigación patrimonial respecto de los

nombrados, de la cual no se evidenció un crecimiento injustificado de sus

patrimonios en los años 1993 y 1994 -ver informes de fs. 3674/5-. Por otra

parte efectuadas las consultas del caso, no surgió que los mencionados

registraran viajes al exterior del país (ver fs. 1912).

Que JAVIER HADDAD y uno de sus hermanos -se

determinó era GUILLERMO-, estuvieron alternativamente a cargo de la

explotación y que mientras uno de ellos viajaba a Buenos Aires, el otro

permanecía en las obras. Por el contrario, NASSIB HADDAD concurrió

muy poco al lugar.

Mientras duraron las obras, la totalidad de los mencionados se

alojaron en las intalaciones de la villa transitoria del dique y no en la

ciudad de General Roca, provincia de Río Negro. El personal usaba los

teléfonos de la empresa “CASA DE PIEDRA”, y si bien se solicitaron

informes respecto de los llamados telefónicos que se hubieran hecho o

recibido en el lugar, no fue posible contar con los registros

correspondientes (fs. 9287), concociéndose también que esporádicamente

se efectuaban comunicadiones por medio de radio -banda BLU-.

Indagaciones dispuestas por el Juzgado hicieron posible

determinar, que JAVIER y PABLO HADDAD operaban con el Banco

Francés, Sucursal Avellaneda; cuyos movimientos de dinero son


analizados en la actualidad; que JAVIER, PABLO y NASSIB HADDAD,

FRANCISCO GASPAR LUQUE y HECTOR ABEL MASSON no fueron

multados por las autoridades municipales de la ciudad de General Roca ni

utilizaron los servicios de la sucursal del Correo Argentino del lugar.

En cuanto a los medios de transporte se estableció que

JAVIER HADDAD se movilizaba en una camioneta marca Peugeot 504,

blanca con una línea roja o celeste, mientras que GUILLERMO

HADDAD utilizaba una camioneta de la misma marca color crema. Ello,

de acuerdo con las declaraciones testimoniales de JUAN FELIX PEREZ

JAGLIN (fs. 4310/16), OSVALDO DANIEL RATTI (fs. 4624/30),

JORGE EDUARDO WYNNE (fs. 1788/94 y 4607/12), SALVADOR

PETRILLI (fs. 5044/48), ALEJANDRO MONDINO (fs. 7923/25),

ALFREDO FONDA (fs. 5025/32), SOFANOR SILVEIRA DE ABREU

(fs. 5033/48), JUAN LUIS VAZZOLER (fs. 9401/05) y ROBERTO LUIS

GOYCOCHEA (fs. 9341/42), HECTOR ABEL MASSON (fs. 428/9 y

10.710/5), FRANCISCO GASPAR LUQUE (fs. 430), RAFAEL RAMON

GIL (fs. 3377/78), como también las actuaciones de fs. 8148/56 relativas a

tareas de inteligencia efectuadas por el Departamento Unidad de

Investigación Antiterrorista de la Policía Federal Argentina en el lugar.

La cantera utilizada se hallaba en el predio de las obras del

dique CASA DE PIEDRA y empleada con anterioridad por los empleados

de la empresa CONSTRUCTORA CASA DE PIEDRA S.A. que

construyó el embalse de mención.


Durante los primeros dos meses de explotación, el personal

de CALERA SANTA RITA utilizó un polvorín que consistía en una

casilla de material techada el cual estaba rodeado de un montículo de tierra

a su alrededor. Por el resto de la actividad en CASA DE PIEDRA, los

explosivos fueron guardados en otro polvorín de madera techado, sin

cerraduras (ver los dichos de HECTOR MASSON a fs. 428 y 10.710).

Refiriéndome al manejo de explosivos dentro de la obra, se

destacan los dichos de RAFAEL RAMON GIL (fs. 3377/78) responsable

de seguridad industrial en la empresa constructora “Embalse Casa de

Piedra”, quien expresó que los HADDAD comenzaron a llevar

explosivos a partir de los meses de julio o agosto de 1993

guardándolos en su propio polvorín.

Las diferentes diligencias realizadas al respecto evidenciaron

que no hubo faltantes ni sustracciones del material explosivo alojado en en

el polvorín usado por personal de CALERA SANTA RITA; que no se

produjeron accidentes de trabajo con dicho material, y que tampoco

existieron inspecciones por parte de la autoridad de aplicación o de

cualquier otra autoridad provincial o nacional (declaraciones de fs. 428,

1788/94, 2542, 2546, 2548, 2620, 3238, 3377, 4310/16, 4607/12, 4624/30,

5025/32, 5033/38, 5044/48, 7923, 9401, 9341, y 10.710/15).

Así también se ordenaron investigaciones tendientes a

determinar las condiciones de seguridad en las obras de “CASA DE

PIEDRA”. Se estableció que las mismas consistieron en controles


realizados por cuatro vigiladores los siete días de la semana y durante las

24 horas sobre cada una de las personas y cosas que ingresaban o salían

del predio.

Para el ingreso al predio existían dos accesos: barrera n 1

situada en el extremo de la presa de la margen derecha del Río Colorado,

esto en Río Negro, y la barrera n 2 en la salida de la villa temporaria hacia

la provincia de La Pampa, en las que habían garitas ocupadas por una sola

persona en turnos de doce horas, reemplazándose el personal

semanalmente.

El sistema de seguridad se implementó utilizando los

servicios de la empresa de seguridad “INVESTIGACIONES DUQUE

S.A.”, en un principio contratada por la empresa “CONSTRUCTORA

CASA DE PIEDRA”, y luego por “IATASA” (ver constancias y

declaración obrantes a fs. 2329/30 y 8169/75).

El control tendía a evitar que ingresaran personas ajenas a las

obras, y verificar que la salida de elementos del predio estuvieran

autorizadas por los responsables de cada empresa, mediante orden escrita

que se asentaba en un libro de registro de novedades, los cuales no fueron

conservados por las firmas “CONSTRUCTORA CASA DE PIEDRA (fs.

4286 y 6551), “IATASA” (fs. 4284, 6640, e informe de fs. 2329/30),

“ENTE EJECUTIVO PRESA EMBALSE CASA DE PIEDRA” (fs. 4302,

6525, 6564 vta.), y las empresas de seguridad “ORPI” (fs. 6632), e

“INVESTIGACIONES DUQUE” (fs. 6640).


La Policía de la provincia de Rio Negro en actuaciones

agregadas a fs. 3447/60 informó que sobre la ruta provincial n 6

aproxidamente a 4 kilómetros de las obras del dique “CASA DE

PIEDRA” existía un destacamento de tránsito, donde se desempeñaron el

sargento MARCELO CAYUMIL -desde el 22/12/93 al 11/7/94- y el

sargento primero EDGARDO DANIEL ESCOBAR -desde el 12/7/94 al

10/1/95-, quienes ejercieron el control de seguridad hasta la garita de

acceso al predio del dique, ya que la seguridad del lugar estaba a cargo de

personal de seguridad privada de la empresa DUQUE.

Asimismo se informó que no se produjeron en el lugar

hechos de sustracción de materiales explosivos o inspecciones de la

autoridad de contralor en los años 1993 y 1994.

En actuaciones agregadas a fs. 3462/3527, se determinó que

en la villa transitoria del dique “CASA DE PIEDRA” funcionó una

Subcomisaría de la Policía de la Pampa hasta fines de 1993, y allí

estuvieron destacados el Oficial Inspector NESTOR OSVALDO GARCIA

–desde el 24/3/91 hasta febrero de 1993- y el agente ABEL EMILIO

CARRA -quien permaneció ocho meses más que GARCIA-. Los

nombrados cumplieron funciones de seguridad en la villa transitoria,

destacándose que no existieron denuncias de faltantes o sustracción de

explosivos, ni inspecciones al depósito de explosivos de ninguna

autoridad.
Más allá de lo expuesto en relación a la seguridad del

predio, los testigos JUAN FELIX PEREZ JAGLIN (fs. 4310/16),

OSVALDO DANIEL RATTI (4624/30), SALVADOR PETRILLI (fs.

5044/48), ALFREDO FONDA (fs. 5025/32) y RUBEN HECTOR

ELOSEGUI (fs. 3238/39) destacaron la facilidad para acceder al mismo

por lugares diferentes a los accesos habilitados.

A raíz de las investigaciones emprendidas por el Tribunal

pudo establecerse que pese a haber finalizado la extracción de roca a

principios del mes de julio de 1994 y con material explosivo sobrante,

los imputados NASSIB, JAVIER y GUILLERMO y sus dependientes

permanecieron en las obras del dique citado hasta pasada la fecha del

atentado a la sede de la A.M.I.A..

Lo expuesto se desprende de las facturas de la empresa

“SANTA RITA” n 1290, 1305, 1320, 1335, 1341 y 1362 extendidas a la

empresa “CONSTRUCTORA CASA DE PIEDRA” y los certificados de

finalización de obra n 124/128 aprobados por el “ENTE EJECUTIVO

PRESA EMBALSE CASA DE PIEDRA, aportados a fs. 2341/43 y

2329/30 (que se encuentran reservados en Secretaría), como también las

declaraciones de CARLOS ALBERTO PELLICCIA (fs. 4620/4), JUAN

FELIX PEREZ JAGLIN (fs. 4310/16), OSVALDO DANIEL RATTI (fs.

4624/30), JORGE EDUARDO WYNNE (fs. 1788/94 y 4607/12),

ALEJANDRO MONDINO (fs. 7923/25), ALFREDO FONDA (fs.

5025/32), JUAN LUIS VAZZOLER (fs. 9401/05), ROBERTO LUIS


GOYCOCHEA (fs. 9341/42), SALVADOR PETRILLI (5044/48), y

HECTOR ABEL MASSON a fs. 428/9 y 10.710/5.

Resulta de interés destacar los dichos de SALVADOR

PETRILLI, agrimensor jefe de topografía de “IATASA” ya mencionado

en la presente. Este indicó que el personal de SANTA RITA realizó

actividades en el lugar desde enero de 1994 hasta fines de junio de 1994,

oportunidad en la que el declarante certificó 20.000 m3 de RIP RAP. Y

que si bien aquella empresa para ese momento habría concluido sus tareas,

sabe que el personal y las maquinarias permanecieron en las obras

alrededor de un mes más, por cuanto pensaban ocuparse de la extracción

de 10.000 m3 más de RIP RAP.

Con el fin de determinar cuanto explosivo resultó empleado por

los HADDAD en la obra de “CASA DE PIEDRA” se requirió de la

Brigada de Explosivos de la Policía Federal un estudio al respecto.

Los expertos policiales analizaron la documentación aportada

por el “ENTE EJECUTIVO PRESA EMBALSE CASA DE PIEDRA” (fs.

4302, 6525 y 6564/vta.) y las firmas “IATASA” (fs. 4284 y 6626),

“CONSTRUCTORA CASA DE PIEDRA” (fs. 4286, 6551, y 6602). Y,

que también tuvo en cuenta el informe de la A.F.I.P. sobre facturas y

remitos de la empresa “DELBENE Y SERRIS” (fs. 1033/40), y el informe

técnico-ecónomico de elaborado por JAVIER HADDAD –esquema de

voladura II- para la firma “CONSTRUCTORA CASA DE PIEDRA” que


estimaba la cantidad de explosivo necesaria para un mayor rendimiento en

la extracción de piedra “RIP RAP” (fs. 1777/9).

Así a fs. 3700/05 concluyeron estimativamente que del total

de 9645 kilos de explosivo adquirido por NASSIB HADDAD habría

habido un sobrante que va desde 3681 kgs. (con + 25 % de sobregasto)

hasta 5669 kgs. (con + 50% de sobregasto).

A fs. 9628/9 declaró testimonialmente el Comisario CARLOS

NESTOR LOPEZ, ex jefe de la brigada de Explosivos de la Policía

Federal, quien ratificó este informe e indicó que: “los componentes de los

explosivos NAGOZUL A GRANEL, GELAMON FUERZA 65% y

ANGODELSE contienen sustancias similares a las detectadas en la

explosión del atentado de la sede de la A.M.I.A. Sin embargo, ... ese

tipo de sustancias como por ejemplo nitrato de amonio, TNT, etc. son

de uso común en la fabricación de explosivos, por lo tanto el origen del

explosivo es incierto dado que distintos fabricantes usan

composiciones similares variando sus proporciones a la vez

designarlos con nombres de fantasía diferentes. Sobre la base de lo

expresado, concluye que resulta imposible determinar si el contenido

adquirido por HADDAD a "DELBENE Y SERRIS S.A." se halla

relacionado directamente con los vestigios de la reacción de las

sustancias encontradas en el lugar del hecho, luego de la explosión de

la A.M.I.A.”
Por su parte, la Dirección General de Fabricaciones Militares

informó a fs. 493/4 que el consumo de explosivos por parte de NASSIB

HADDAD –de acuerdo a lo informado por fabricantes y vendedores- entre

el 1/7/93 y 18/7/94 fue de 3120 kilos.

Mas allá de los informes citados, es importante destacar

que se comprobó que, durante toda la explotación, las cantidades de

explosivos consignadas en estas pruebas fueron variando en función

de las características del terreno que se mostraba irregular e incluso

algunos sectores presentaban napas de agua cercanas a la perforación

(ver testimonios de JUAN FELIX PEREZ JAGLIN de fs. 4310/16,

SOFANOR SILVEIRA ABREU a fs. 5033/8, OSVALDO DANIEL

RATTI a fs. 4624/30, JORGE EDUARDO WYNNE a fs. 1788/1794 y a

fs. 4607/12, ALFREDO FONDA a fs. 5025/32, JUAN LUIS VAZZOLER

de fs. 9401/5 y ROBERTO LUIS GOYCOCHEA a fs. 9341/2; HECTOR

ABEL MASSON a fs. 428 y 10.710).

Además de la explotación por la empresa de NASSIB

HADDAD en la construcción de la represa “CASA DE PIEDRA”, fueron

investigados los distintos contactos comerciales del nombrado con el fin

de establecer si les pudo haber prestado servicios que involucren la

utilización de elementos explosivos.

Así, se determinó que con posterioridad al atentado, el

investigado tuvo relaciones comerciales con las firmas "FLUOR DANIEL

ARGENTINA/SADE", "PEGASUS GOLD INTERNATIONAL",


"SUNSHINE ARGENTINA INC.", "MINICRUZ U.T.E.", "MINERA

POLIMET S.A.", "TAMROCK ARGENTINA S.A.", "MAKLER S.A.",

"CERRO CASTILLO S.A.", "CANTERA PIATTI S.A.", "ALSINA VIAL

S.A.", "PEÑA DURA COMPANIA MINERA", "DYCASA",

"FERROCARRILES ARGENTINOS SANEAMIENTO Y

URBANIZACION", "ROYO S.A.", y "PLASTESTIBA S.A." (ver fs.

1007/11, 1030/31, 5490, 5498, 5511/12, 5520/75, 5582, 5601/23, 5715,

5763, 5777/5814, 5815/5841, 5842/52, 7635/64, 7666/7727, 7729/7836 y

7839) empresas con las cuales existió una relación comercial propia de la

actividad minera en cuanto a contratación de seguros, venta de

maquinarias, etc; pero sin que implique utilización o compra-venta de

explosivos.

En otro orden de cosas, personal policial descartó la

existencia de explosivos en oficinas de los HADDAD ubicadas en la

localidad de Avellaneda y esta ciudad de Buenos Aires a la época de

practicados los correspondientes allanamientos –1° de agosto de 1994-

(ver fs. 1826 del principal, y del presente legajo fs. 351, 396, y pericia de

fs. 862 y 2510/11 que arrojó resultado negativo respecto de la sustancia

incautada en oficinas de la volquetera). No obstante se profundizó la

pesquisa con el fin de determinar si NASSIB HADDAD, sus hijos, o

dependientes dispusieron de material explosivo en esta ciudad.


A tal fin, se investigaron las rutas que en los años 1993 y

1994 pudieron haber recorrido los imputados, sus dependientes y sus

proveedores transportando material explosivo.

De tal manera, se requirió a la Dirección General de

Fabricaciones Militares (fs. 1903/11), a los Juzgados Federales

competentes en las ciudades de Azul y Olavarría (fs. 1895/1902) y Bahía

Blanca (fs. 1891/92) de la provincia de Buenos Aires; provincia de La

Pampa (fs. 1918/26 y 3462/3527); ciudades de Viedma (fs. 2153/2317 y

3439/61) y General Roca (fs. 1928 y 4647/4949) de la provincia de Rio

Negro, respecto de esta última ver también análisis del D.U.I.A. (fs.

5017/23), para que informen si se iniciaron causas contra NASSIB

HADDAD, JAVIER HADDAD, HECTOR ABEL MASSON,

FRANCISCO GASPAR LUQUE, HECTOR MARIO CATALA, las

empresas CALERA SANTA RITA o MINERA SANTA RITA y

DELBENE Y SERRIS S.A. por robo, hurto, faltantes de materiales

explosivos, tenencia y/o acopio de dicho material (artículo 189 bis del

Código Penal) e infracciones administrativas respecto de los requisitos

técnicos de transporte, almacenamiento, depósito y/o comercialización de

tales elementos (artículos 23/26 de la Ley 20.249), con resultados sin

interés para la investigación.

Idéntico resultado arrojó la información suministrada en este

sentido por parte de los Sres. Jueces Correccionales (fs. 2732/41, 3095/7,

2911/2, 2782/7, 2747/51, 2746, 2824/5, 2760/3 y 2755), de Instrucción (fs.


2711/3, 2718/20, 2681/5, 2014/7, 2877, 2703/5, 2880, 2710, 2724/6,

2886/8, 2727/31, 2673/5, 2776/8, 2706/8, 2773/5, 2827/8, 2905, 2757/9,

2918, 3100, 2753, 3201, 2721/3, 2670/2, 2779/81, 2689/91, 2678/80,

2743/5, 2770/2, 2656/8, 2664/6, 2664/6, 2709, 2908, 3103, 2883, 2714/7,

2667/9 y 2742), y Federales de la Capital Federal (ver fs. 2676/7, 2830/1,

2653/5, 2605/7, 2695/7, 2659/61, 2580/1, 2650/2, 2692/4, 2692/4, 2576/9

y 2662/3), como también por parte de las autoridades de las Policías

Provinciales de Río Negro (fs.3452) y la Pampa (fs. 3462/35(ver fs.

3055/57, 3066/89 y 3278/91)27).

Colaborando con el Tribunal la D.A.I.A. de la ciudad de

General Roca, provincia de Río Negro, puso en conocimiento que una

persona que efectuó trabajos para los HADDAD podría tener información

de interés.

De esta forma se escuchó testimonialmente a EDGARDO

ALBERTO ARAMBURU (fs. 3055/57, 3066/67 y 3278/91), quien refirió

haber transportado para los HADDAD distintos elementos desde CASA

DE PIEDRA a las oficinas de aquél en el puerto de esta ciudad capital,

como también a otros lugares de la provincia de Buenos Aires, de los

cuales únicamente indicó se encontraban, uno en la localidad de Pacheco,

y otro en la zona sur en dirección a La Plata. El testigo no pudo determinar

la fecha en que realizó tales viajes, ni que en tal ocasión se hubieran

cargado explosivos.
Específicamente respecto de los elementos transportados, si

bien refirió que no prestó atención por cuanto se encontraba comiendo al

momento de la carga, indicó se trataban de bombas tipo sapo, rollos de

cable, motores en desuso, cajones de electrodos, y otros elementos que no

recuerda, aclarando que nunca se le pidió que transportara explosivos.

Con relación a los dichos del nombrado ARAMBURU, el

D.U.I.A. efectuó distintas investigaciones tendientes a obtener elementos

de interés a la investigación (fs. 3052/89), realizadas las mismas el

Tribunal consideró apropiado profundizarlas lo que así se dispuso a fs.

3203. De esta manera, y ante la escasa información aportada por el testigo

el personal policial no pudo determinar siquiera la fecha del viaje en

cuestión, máxime que el nombrado refirió que no conservó documentación

alguna respecto de sus viajes, por lo que no pudo establecerse que sus

dichos tuvieran relevancia alguna a los fines de la presente pesquisa.

En otro orden de cosas, el testigo ARAMBURU refirió que

por dichos de terceros se enteró que la empresa “JOSE CHOLINO e

HIJOS” habría sido subcontratista de “SANTA RITA” a los fines de la

voladura de un puente en la obra de “CASA DE PIEDRA”.

Al respecto, se profundizó la investigación determinándose

que la empresa “JOSE CHOLINO E HIJOS” nunca prestó servicios que

impliquen el uso de explosivos a los HADDAD en la obra referida (fs.

3293, e informe de la A.F.I.P. de fs. 3528/30), por lo cual dicha

información dejó de revestir interés para la investigación.


De todas formas, se determinó que fue real la vinculación

entre las empresas, pero de acuerdo a los elementos de juicio colectados,

en especial la declaración de HECTOR ABEL MASSON (fs. 10.710/15)

ello se limitó al préstamo de una máquina “dragalina”, y la recomendación

de un chofer para que retire los escombros que produjo la voladura de la

base de un puente del dique “CASA DE PIEDRA” luego del atentado. En

definitiva la voladura la realizó la empresa “SANTA RITA” y no la firma

mencionada por el testigo ARAMBURU.

Debe reiterarse, pues, que no cobran relevancia los dichos de

ARAMBURU, máxime considerando que la empresa “JOSE CHOLINO e

HIJOS” recién se inscribió como usuaria de explosivos el 10 de noviembre

de 1995 (informe del DUIA de fs. 3293).

Hasta aquí se ha detallado la profusa cantidad de diligencias

con las cuales el Tribunal ahondó la investigación en cuanto a la

utilización de explosivos por parte de los HADDAD, circunstancias estas

que de acuerdo a la evaluación de las constancias acumuladas hasta el

presente, son las que merecen continuar profundizándose en este legajo.

5. Otras tareas investigativas realizadas en el legajo.

5. 1. Respecto de NASSIB, JAVIER, y PABLO HADDAD el

Tribunal efectuó la correspondiente investigación patrimonial, dándole

intervención a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).


Así entonces, se efectuaron diferentes requerimientos a

distintos organismos, lográndose la información necesaria respecto de: la

Dirección Provincial del Registro de la Propiedad Inmueble (fs. 2132/45,

6156/62, 6509/12, 6648/54, 6707/11, 6758/71, y 6779/6801); Registro de

la Propiedad Inmueble de la Capital Federal (fs. 6171/6204); Dirección

General de Rentas de la provincia de Buenos Aires (fs. 2408/89,

6834/6913, y 9418/9510); Registro de la Propiedad Automotor y Créditos

Prendarios (fs. 6100/06, 8141/46, 8257/8315, 8316/84, 8418/77,

8644/8737, 8894/9078, 9205/86, 8390/8417, 8484/8643, y 9079/9203);

Registro Nacional de Buques (fs. 6735/37); Fuerza Aérea Argentina

–Comando de Regiones Aéreas y Dirección Nacional de Aeronavegación-

(fs. 6667, 6683); e instituciones bancarias (fs. 707/733, 736/743, 750/768,

4952, 5096/5146, 5236, 5332/58, 6811, 6825, 8229, 8230, 8231, 8244,

8254, 8385/88, 9632, 9635, y 9914/94).

Sobre la base de toda la información que fue colectándose, la

AFIP elaboró los informes correspondientes al análisis patrimonial de

NASSIB, PABLO y JAVIER HADDAD (ver fs. 2377/88, 3674/85,

3686/98, 9668/78, y 9795/9808) los cuales hasta el momento no arrojaron

elementos de juicio que permitan establecer un incremento

desproporcionado, injustificado o sospechoso en la situación económica

de los imputados. Al respecto, y en tal sentido, destaco además lo

declarado en forma testimonial por los contadores del organismo fiscal

GUILLERMO ALBERTO WAISMANN (3892/93), EDUARDO


BLANCO ALVAREZ (fs. 3894/96), y NORA MABEL WARNER (fs.

3897/99).

Con relación a lo expuesto debe puntualizarse también, que

establecido el patrimonio de los imputados se determinó que el mismo era

existente con anterioridad a la época del atentado (especialmente respecto

de NASSIB HADDAD), y que muchas de las posesiones en cuanto a

bienes muebles o inmuebles como también cuentas en bancos y diferentes

maquinarias, no solo se condicen con el nivel de ingreso de los imputados

sino que además se vinculan específicamente con el giro comercial de

éstos.

No obstante las conclusiones expuestas, por las cuales no es

posible hasta el momento comprometer a los HADDAD en esta

investigación, debe resaltarse que si bien se analizó la mayoría de la

información patrimonial acumulada, resta aún que personal de la AFIP

finalice la evaluación de los movimientos de las cuentas que tanto

JAVIER como PABLO HADDAD poseyeron en el Banco Francés,

Sucural Avellaneda -medida dispuesta a fs. 10256-, y asimismo realizar un

análisis de la situación patrimonial de GUILLERMO HADDAD.

5. 2. Así también, en el marco de la investigación se profundizó la

actividad de NASSIB HADDAD como importador. De esta forma se

procedió al análisis de todas las operaciones de importaciones realizadas

por el nombrado y sus empresas.


Con la colaboración de la Dirección General de Aduanas se

pudo contar con los despachos de importación correspondientes al

nombrado, los cuales lucen a fs. 2583/2604, 2790/2822, 2920/43, 3104/88,

3314/28, 3331/54, 3531/3672, 3720/3855, 3976/4279, 4327/4549,

7903/13, 7948/8102, 9901/13, 9996/10.143, 10.170/75, 10.177/214,

10.219/255, 10.272/289, 10.338/356, 10.668/687, y 10.691/707.

Esta información también fue analizada por la Dirección de

Inteligencia Fiscal Aduanera de la AFIP, destacando en el informe

recibido el 24 de septiembre pasado y planilla anexa reservada en

Secretaría las fechas de las operaciones, el tipo de material importado

-resultó ser maquinaria, herramientas, y repuestos destinados a actividad

minera-, los agentes y clases de control aduanero, los despachantes de

aduana intervinientes, proveedores, y también transportistas.

De esta forma se concluyó que el objeto de las importaciones

efectuadas entre el 28 de agosto de 1994 y 1998 fueron elementos

destinados a la actividad minera provenientes de los Estados Unidos,

Chile, Francia, Australia, Italia, Alemania, Bélgica y otros países.

Es más, de acuerdo al trabajo realizado, la única importación

efectuada a la fecha del atentado fue el 28 de agosto de 1994, importación

desde Chile de mercadería originaria de Estados Unidos consistente en

repuestos para una máquina cargadora “Caterpillar” que resultaron

transportados por la empresa “Transportes J. Cortés Soc. Limitada” (fs.

3531/64).
En otro orden de cosas, resulta adecuado destacar las cinco

importaciones provenientes de Chile que fueron realizadas en fechas:

20/9/95, 14/2/96, 17/9/96, 26/5/97, y 17/6/97, transportadas por la empresa

“ANSELMO INTERNACIONAL S.R.L.”. Del informe practicado por la

AFIP no surge elemento de interés alguno respecto de la participación de

aquélla firma, desde que se señala que la misma es una empresa

reconocida en el mercado de transporte de cargas y trabaja con una amplia

gama de clientes. Asimismo, se señaló que HADDAD no utiliza

exclusivamente dicha empresa sino que también utilizó otras como

“TRANSPORTES EL ABRA” y “TRANSPORTE IMPREGILO”.

Además, con relación a esto último, si consideramos que las

importaciones de HADDAD transportadas por la empresa “ANSELMO

INTERNACIONAL” fueron efectuadas en años posteriores al del

atentado, no resultaría posible inferir de esta relación comercial elementos

de juicio de interés a la investigación.

Es más, advirtiendo que el mencionado HADDAD no

importó productos provenientes de Medio Oriente, como tampoco

materiales explosivos o accesorios de éstos, el análisis de su actividad

importadora hasta el momento no permite comprometer de forma alguna

la investigación a su respecto (ver informe recibido el 24 de septiembre

pasado).
5. 3. A lo largo de la pesquisa se fue colectando diferente

información relativa a los llamados telefonicos entrantes y salientes,

entre las que destaco las relativas a NASSIB HADDAD y empresas del

nombrado. De tal forma personal del DUIA analizó y procesó la

información vinculada al presente legajo de lo cual resultó que no

surgieron hasta ahora elementos de interés respecto de los abonados

correspondientes Nassib Haddad, Javier Haddad, “Calera Santa Rita”,

“Volquetes Santa Rita”, depósito de Anatole France 553 en Avellaneda,

“Delbene y Serris”, predio de Constitución 2657, Alejandro Gambaroni,

Andrés Gustavo Malamud, y “G.P.I.” (fs. 7039/54, 7056/82, 7091, 7098,

7448, 7501/08, y actuaciones recibidas el 9 de mayo pasado).

Por otra parte, el personal policial no pudo establecer la

existencia de comunicaciones telefónicas con el personal de la Policía

Bonaerense que resultó imputado en autos: Burguete, Ibarra, Araya, Huici,

Albarracín, Ribelli, Rago, Leal, Arancibia, Cruz, Lasala, Bareiro, Barreda,

Bacigalupo, Castro, Quinteros (fs. 7461).

Mas allá de los resultados negativos expuestos, se destaca que

el personal policial del DUIA continua profundizando las investigaciones

sobre los entrecruzamientos telefónicos citados, en especial respecto de los

teléfonos 374-4636 y 374-3921 de NASSIB HADDAD; 343-7595 de

JAVIER HADDAD; 0284-41995 y 0284-41996 de la firma “DELBENE

Y SERRIS” (ver lo ordenado a fs. 10.536/vta.).


5. 4. Asimismo se efectuaron investigaciones tendientes a

determinar si de los viajes que pudieran haber efectuado los imputados

surgían elementos de interés a la investigación.

De esta manera, la Secretaría de Inteligencia de Estado (fs.

9747/49) y la Dirección Nacional de Migraciones (fs. 1930 y 2328) no

detectaron movimientos migratorios de JAVIER HADDAD ni de PABLO

HADDAD.

En cuanto a NASSIB HADDAD deben destacarse los

informes de “Ladeco S.A.” (fs. 793); de la Dirección Nacional de

Migraciones (fs. 1930); constancias del DUIA (fs. 5422, 5442); y, de la

Secretaría de Inteligencia de Estado (fs. 9747/49). De tal manera puede

señalarse que con anterioridad al atentado en el año 1993 viajó con su

familia a Foz de Iguazú a visitar un pariente (así lo explicó a fs.

10.763/65), de este viaje quedó registrado su regreso el 18 de julio de 1993

por el paso internacional de Tancredo Neves, Iguazú, provincia de

Misiones.

Además, se le registraron entre los años 1995 y 1998

diferentes viajes a Brasil, Chile, Italia, Colombia, Suiza y Australia. No

obstante, no surgió información de interés a su respecto ni de los demás

ya mencionados, y tampoco surge que NASSIB, JAVIER ni PABLO

HADDAD hubieran viajado en fecha cercana al atentado investigado a

países del Medio Oriente ni a la región conocida como la “Triple


Frontera”, aunque debe destacarse que resta profundizar estas

circunstancias en cuanto a GUILLERMO HADDAD.

6. En cuanto a las declaraciones de los imputados.

6. 1. Los dichos de Nassib Haddad.

EL nombrado declaró a fs. 412/15, 10.582/591, 10.593/600

vta., y 10.763/765.

De sus dichos surge que si bien nació en el Líbano desde que

se estableció en Argentina en 1951 no volvió mas a su país de origen ni a

ningún otro de medio Oriente. Y, que no trabajó en ninguna asociación

relacionada con su país de origen o relacionado con países de aquella

región. Con relación a la religión expresó que desde sus abuelos, toda la

familia profesa la religión católica apostólica romana, y que el declarante

es Ministro Extraordinario de la Eucaristía en la Parroquia de San Pablo

Apóstol y Virgen de Luján, ambos templos pertenecientes al Obispado de

Avellaneda.

Con relación al libro “El Atentado” de Juan José Salinas,

refirió que es una “mentira total”.

En cuanto a su actividad comercial refirió que en el año 1974

compró la “CALERA SANTA RITA”, dedicándose al rubro de la minería

hasta aproximadamente mediados de la década del ‘90. Que en el año


1978 consiguió una concesión del gobierno de la provincia de Buenos

Aires para la explotación de una cantera ubicada en Sierras Bayas -

Olavarría- donde comenzó a utilizar material explosivo por lo que en el

año 1981 debió inscribirse en el registro de Fabricaciones Militares a los

fines de la compra de explosivos. Explicó además las circunstancias que

motivaron la renovación de dicha inscripción la cual obedeció

exclusivamente a motivos vinculados al giro de sus negocios.

También refiere que a principios de la decada del noventa se

hizo cargo de una concesión de trituración de cascotes ubicada en el puerto

de Buenos Aires, y también en razón del auge en la utilización de

volquetes para retiro de escombros de la construcción, decidió fabricar

dichos contenedores -formó la empresa “VOLQUETES SANTA RITA”-

para proveerlos como servicio de retiro de escombros, aprovechando éstos

en su negocio de la cascotera.

En cuanto al negocio de la volquetera, aclaró que no lo

manejaba personalmente sino a través de su administrador RAUL JOSE

DIAZ, por lo que desconoce toda circunstancia respecto de la relación

comercial entre la volquetera y “G.P.I. .S.A.”.

Asimismo, refiere que compró en 1982 el depósito de la calle

Anatole France 551 el cual utiliza para guardar material mineral o

maquinarias. Que en dicho local jamás tuvo explosivos ya que éstos se

depositaban en la cantera de Olavarría o en la obra de Casa de Piedra. En


definitiva, jamás tuvo depositados explosivos en el ámbito de la Capital

Federal o alrededores.

En cuanto al uso dado al material explosivo que sobró de la

obra en “CASA DE PIEDRA” explicó que una vez finalizadas las obras

del dique entre fines de junio y principios de julio de 1994 la empresa

contratista demandó los servicios de “SANTA RITA” para demoler el

“ataguía”-nombre técnico que reciben los pilotes que van insertos en el

terreno y sobre los cuales se asienta la calzada de rodamiento del puente

que también conformaba el dique-, y que aquéllos explosivos se utilizaron

en las voladuras que demandó dicho trabajo, desconociendo las cantidades

que se usaron ya que quien puede brindar las precisiones es su hijo

“JAVIER”.

Que jamás vendió o cedió a terceros material explosivo

alguno, y que desconoce la cantidad de explosivo adquirido a la empresa

DELBENE Y SERRIS S.A. durante 1993 y 1994. Que jamás tuvo trato

personal con dicha firma por cuanto ello era una tarea propia de su hijo

JAVIER. Reconoció haber autorizado para el transporte de explosivos a

HECTOR MASSON (ver fs. 365, 380 y 382), persona que conoce de hace

mas de veinte años y es de su entera confianza.

En cuanto al informe de Fabricaciones Militares de fs. 384/5,

refirió que desconoce los motivos por los cuales sus compras de

explosivos a “DELBENE Y SERRIS S.A.” figuran registrados en forma

inexacta.
Por otra parte, respecto del informe de la Brigada de

Explosivos de la Policía Federal (fs. 3.700/05) indicó que el cálculo que se

hizo de la cantidad de explosivo necesario para la extracción de piedra “rip

rap” es puramente teórico. Ello no resulta aplicable en la práctica debido a

las irregularidades y diferentes consistencias que puede presentar el

terreno. De este modo, es natural que la primera detonación falle

debiéndose llevar a cabo otras más para lograr la cantidad de material

requerido. Por estos motivos en la obra “CASA DE PIEDRA” se debió

utilizar más explosivo que el calculado.

Indicó que en el año 1994 únicamente se utilizaron explosivos

en las obras de “CASA DE PIEDRA”.

En cuanto a las importaciones para las cuales utilizó las

empresas de transportes “EL ABRA” y “ANSELMO

INTERNACIONAL”, ello ocurrió en el año 1997 y recurrió a la última de

las nombradas debido a que poseía los depósitos cerca de las instalaciones

de la empresa del declarante.

Por último, negó conocer cualquier circunstancia relativa al

terreno de Constitución 2657 y la entrega de un volquete en dicho lugar.

6. 2. Los dichos de Javier Haddad.

Se cuenta en autos con su declaración espontánea de fs.

1333/5 y sus indagatorias de fs. 10.612/619, 10.622/636, y 10.912/914. En


primer término destacó que profesa la religión católica y que en el año

1984 ingresó al seminario del Instituto Cristo Rey dependiente del

Obispado de Rosario, donde cursó estudios por cinco años

aproximadamente.

Refirió que su padre -inscripto como legítimo usuario de

explosivos en Fabricaciones Militares- lo autorizó para la utilización de tal

material durante la obra en “CASA DE PIEDRA”.

Que adquirió explosivos -gelamón, nagozul, y pega- en

“DELBENE y SERRIS” para la explotación mencionada. Dicho material

podía ser retirado exclusivamente por el dicente, sus hermanos o Héctor

Massón, y ello se hacía utilizando una camioneta marca Peugeot 504,

color blanca.

En cuanto al informe de la Dirección de Fabricaciones

Militares de fs. 493/4 no ratificó la cantidad de explosivo que se señala

como consumido entre los años 1993 y 1994 por cuanto desconoce en base

a que información pudo elaborarse el mismo.

En cuanto a la documentación incluída en el informe de fs.

1033/39 refirió que da cuenta del material que adquirió para utilizar en la

obra del dique “CASA DE PIEDRA”. Al respecto, advirtió que existen

diferencias entre las cantidades que figuran en las facturas de “DELBENE

y SERRIS” y las que luego aparecen como informadas por esta empresa a

Fabricaciones Militares.
Con relación a las obras realizadas en “CASA DE PIEDRA”

refirió que se efectuaron perforaciones y detonaciones con el objeto de

extraer 30.000 metros cúbicos de piedra para el arreglo de la escollera de

un dique. Las piedras debían tener un tamaño entre cuarenta centímetros

(0,40) hasta un metro diez centímetros (1,10) aproximadamente.

Ratificó el informe técnico de rendimiento de extracción de

piedra (fs. 1777/78) que la empresa “CALERA SANTA RITA” presentó a

“CONSTRUCTORA CASA DE PIEDRA S.A.” antes de iniciar los

trabajos. Del mismo, destacó el esquema de voladura n 2 y aclaró que en

la práctica se debió corregir las condiciones de perforación y detonación lo

cual implicó en diferentes oportunidades el uso de una mayor cantidad de

explosivos. Con lo expuesto, significó las cifras expresadas en el informe

fueron estimativas y debieron corregirse durante el desarrollo de la

explotación.

Relató también, que finalizadas las obras en “CASA DE

PIEDRA” permanecieron en el lugar hasta principios de 1995

desmontando las instalaciones y además se les encomendó la voladura de

la base de un puente y retiro del denominado “ata-guia”-en su indagatoria

de fs. 10.622/634 aportó la documentación que poseía respecto de este

último trabajo-.

Del informe de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal

relativo a la cantidad de explosivos que se habría utilizado en las obras del


embalse “CASA DE PIEDRA” (ver fs. 3700/05) efectuó las siguientes

críticas:

1) se estimó un kilo de carga explosiva para cada pozo,

cuando en la práctica la carga utilizada era de aproximadamente veinte

kilos por pozo.

2) el informe policial se basó en el informe técnico-

económico de fs. 1777 entonces tomó en cuenta únicamente las dos

prácticas previas a la cotización, sin estimar las variaciones geológicas del

terreno que originaron ajustes en distintas explosiones.

3) este informe no consideró el factor de “esponjamiento” del

volumen de la piedra, esto es la diferencia existente entre la medición de la

piedra en el frente de la cantera y la medición hecha después de la

voladura.

4) en el informe policial se consignó que para obtener los

ciento veinte mil metros cúbicos se requirieron ciento cuarenta y dos

voladuras, este cálculo obedeció a una operación matemática teórica sin

tener en cuenta la realidad de los trabajos que se llevaron a cabo para

obtener el “rip-rap”, ni los que fueron necesarios volar las bases del puente

y del “ata-guía”.

En otro orden de cosas refirió que el material explosivo

utilizado en “CASA DE PIEDRA” se depositaba en un polvorín, y que

jamás se tuvieron explosivos en la Capital Federal.


Por último se destaca, que refirió haber conocido al arquitecto

ANDRES GUSTAVO MALAMUD en el año 1993 ya que habitualmente

pedía servicio de contenedores a la “VOLQUETERA SANTA RITA”, y

que esta persona tenía en la empresa cuenta corriente

6. 3. Los dichos de Guillermo Haddad.

A fs. 10.652/663 se le recibió declaración indagatoria a

Guillermo Haddad. Refirió que si bien fue autorizado por su padre para el

uso de explosivos en la obra de “CASA DE PIEDRA”, no intervino en la

compra, retiro o traslado de explosivo alguno pues su función específica

fue el mantenimiento de las máquinas que cargaban las rocas extraídas en

la explotación a los fines de su clasificación.

No obstante explicó como se realizaban los trabajos para la

represa de “CASA DE PIEDRA”, y destacó que se hacían perforaciones

ubicando allí el explosivo a los fines de la voladura. Al realizarse ésta, el

bloque se separaba de la cantera cayendo la parte del frente mientras que la

otra -mas retenida- se descalsaba con máquinas hasta lograr su caída

partiéndose en bloques. Estos bloques enteros eran cargados en camiones

volcadores y se trasladaban a una grilla en la cual se separaba el material

útil del que se rechazaba, ello por cuanto el material debía reunir las

especificaciones de tamaño requeridas por el contratista.


Las piedras útilizables se acopiaban en un sector donde luego

se medían, aclaró así que varias veces el ente regulador no estuvo de

acuerdo con esas mediciones debiéndose obtener mas cantidad de material

que el que originalmente se pidió.

En cuanto a las funciones que cada persona tenía en “CASA

DE PIEDRA” destacó que: Guillermo Haddad estaba a cargo del

funcionamiento de la maquinaria; su hermano JAVIER se encargaba de

todo lo relativo a las voladuras, y reemplazaba al dicente cuando se tenía

que tomar unos días de descanso para volver a Buenos Aires; y entre otros

empleados Francisco Gaspar Luque era el perforista: y, Héctor Abel

Mason era el capataz.

En cuanto al esquema de voladura n 2 del informe técnico-

económico de la empresa Calera Santa Rita (fs. 1777/78) refirió que el

mismo fue respetado para toda la obra, pero la cantidad de explosivos

utilizada varió debido a las dificultades que presentaron distintas zonas de

la cantera.

Con respecto al informe confeccionado por la Brigada de

Explosivos de la Policía Federal (fs. 3700/05) dijo que no podía referirse al

consumo de explosivos en “metros cúbicos”, por cuanto en el caso del

“nagozul” se manejó de acuerdo al contenido de las bolsas, y respecto del

“gelamón” estimando por unidad o “chorizo”. Aseguró que la unidad de

gelamón superaba los 800 gramos indicados por el perito en el informe,


razón por la cual consideró escasa la cantidad de este material indicada por

el especialista.

En cuanto a las facturas y remitos señalados en el informe de

fs. 1033/39, entendió que se refieren a compras vinculadas a la explotación

llevada a cabo en Casa de Piedra, y que se corresponden al tiempo que

duró dicha explotación.

Por último, refirió que de haber existido un sobrante de

explosivo no hubiera superado la cantidad del último viaje de compra, ya

que se compraba el explosivo cuando HECTOR MASON avisaba que se

estaba por acabar el mismo, ello para evitar tener en obra un “stock”

innecesario.

6. 4. Los dichos de Pablo Haddad.

En su declaración indagatoria de fs. 10.642/647, manifestó

que siempre trabajó en las empresas familiares, y que entre 1992 y 1997 lo

hizo en “CASCOTERA SANTA RITA” en el puerto de esta ciudad. Allí

se recibían los camiones con volquetes cargados de escombros, los que

luego se trituraban y se vendian como cascote molido. Explicó también,

que a raíz del negocio en la cascotera se decidió fabricar ellos mismos los

contenedores por lo que se formó la empresa “VOLQUETES SANTA

RITA”.
Que su hemano Javier y Raúl Díaz eran quienes se

encargaban del manejo operativo y administrativo de los volquetes,

mientras que él tenía a su cargo la recepción de los que volvían cargados

con escombros, razón por la cual nada puede indicar sobre el volquete

entregado el día del atentado en la sede de la AMIA ni la hoja de ruta

relativa a ese día.

También aclaró que desconoce detalles relativos a la compra,

transporte y utilización de explosivos en la obra del dique “CASA DE

PIEDRA”, ya que no participó en la misma por cuanto su actividad en esa

época se limitó a la “cascotera”. No obstante, indicó que quienes estaban

al tanto del manejo de explosivos eran su padre, sus hermanos, y Héctor

Masson.

7. Con relación a Juan José Salinas.

El periodista JUAN JOSE SALINAS se presentó ante este

Tribunal mediante el escrito de fs. 1/3 ratificado a fs. 4/5 –así se inició este

legajo-, y posteriormente mediante las presentaciones de fs. 882/955,

1101/13 y declaración de fs. 1137/42.

Esta persona, autora del libro “AMIA, el atentado. Quiénes

son los autores y por qué no están presos”, describió en sus declaraciones

testimoniales circunstancias respecto de quienes consideró habrían tenido


alguna participación en el atentado contra la sede de la AMIA y diferentes

aspectos de cómo se concretó el mismo.

En este apartado se analizarán esas versiones aún cuando las

evidencias logradas en la investigación las contradicen, por cuanto la

importancia radica en poner en exposición la equivocada versión de

diferentes hechos que aún continúa intentando imponer a la opinión

pública utilizando distintos medios de comunicación.

Así entonces, debe señalarse que SALINAS ha hecho

referencia a:

7. 1. Que el chofer de la volquetera “Santa Rita” JUAN

ALBERTO LOPEZ dejó el contenedor en la sede de la AMIA para poder

despejar el área de impacto de la “camioneta bomba”, habiendo podido

utilizar la radio del camión para comunicarse con el chofer de la Trafic. Y,

que se encontraría acreditada la relación entre el chofer del camión de

volquetes JUAN ALBERTO LOPEZ y CARLOS ALBERTO

TELLELDIN por los llamados que aquél dejó en el radiomensaje de éste.

Que la importancia de la entrega del segundo volquete -en

Constitución 2657- radicaría en que es la misma cuadra del domicilio de

ALBERTO JACINTO KANOORE EDUL, y que bien pudo utilizarse el

camión de los contenedores para retirar del lugar del atentado al conductor

de la Trafic para llevarlo hasta el domicilio de EDUL a modo de escape.


Que el terreno mismo pudo ser utilizado para cualquier acto

preparatorio del atentado, como ser por ejemplo el armado de la

camioneta, coordinación de frecuencias de radio, o bien el control de los

intervinientes en el hecho en cuestión,

Nada de lo expuesto se encuentra verificado en autos, por

el contrario.

En el apartado n° 3. donde se evaluaron las distintas hipótesis

relativas a los volquetes despachados por la empresa de los HADDAD

quedó debidamente demostrado que el entregado en la calle Pasteur 633

obedeció exclusivamente a los trabajos de refacción que la empresa

“G.P.I.” realizaba en la sede de la AMIA. Así lo afirmaron en declaración

testimonial diferentes testigos, quienes además indicaron que ante la

demora de la entrega del contenedor hicieron se reclamara el mismo. Es

más, en autos se verificó la relación comercial mantenida entre ambas

empresas, documentándose la habitual entrega de volquetes en dicha

mutual.

De tal manera se evidencia que el contenedor no resultó

utilizado con el fin de despejar área alguna.

Así también, la actividad del Tribunal acreditó que ninguna

relación existía entre el chofer de la volquetera JUAN ALBERTO LOPEZ

con CARLOS ALBERTO TELLELDIN como insistiera SALINAS.

Se identificó a quien dejó los mensajes en el radiollamado de

TELLELDIN, éste resultó ser otro LOPEZ. Así, en su declaración


testimonial ALBERTO OSCAR LOPEZ (fs. 161/2) reconoció haberle

dejado varios mensajes a TELLELDIN porque éste tenía que transferirle

un rodado que le había comprado, además y descartándose cualquiér

vínculo con el LOPEZ indicado por SALINAS, refirió que únicamente

tenía una hermana de nombre GRACIELA, y que no conocía a nadie

llamado JUAN ALBERTO LOPEZ.

En cuanto al volquete entregado en Constitución 2657, ya se

ha descripto en forma detallada quienes fueron los distintos tenedores del

mismo (ver apartado 3. 4.). Y, específicamente se acreditó quienes lo

detentaron para la época del atentado y los motivos por los que solicitaron

el contenedor en cuestión.

Acreditados tales extremos, y la ausencia de servicios

mínimos como también el estado de abandono en que se encontraba antes

de que se hicieran cargo LUIS EDUARDO POLERO VAZQUEZ y

ALEJANDRO GAMBARONI, quedan desvirtuadas las teorías que sin

sustento alguno ensayó SALINAS.

Debe destacarse además que a lo largo del presente legajo y

del n° 129 (relativo a KANOORE EDUL) no se han verificado elementos

de juicio que acrediten vinculación alguna entre los HADDAD y la familia

EDUL, razón por la cual la hipótesis basada en que la entrega de este

volquete tenía importancia en razón de la vinculación de éstos no puede

exceder el marco de la imaginación de SALINAS.


7. 2. Que el médico del ex presidente Carlos Saúl Menem,

ALEJANDRO TFELI, habría tenido participación en el atentado contra la

AMIA. Esta complicidad obedecería a que:

TFELI sería pariente del Sheik SOBHI T’FAILI, jefe de un

grupo radicalizado del Hezbollah. También sería conocido de MONZER

AL KASSAR. Y, por otra parte gestionó la entrega precaria del terreno

municipal de Constitución 2657 al matrimonio Dinardi.

Asimismo, sostiene SALINAS que TFELI tendría estrecha

relación con personajes de la comunidad musulmana enemistados con el

ex presidente MENEM, y que específicamente habría servido de nexo

entre HADDAD y EDUL.

Con relación a estas imputaciones y otras mencionadas en el

libro de SALINAS, se manifestó ALEJANDRO TFELI (presentación de

fs. 1078/82 y declaración de fs. 3873/78) afirmando que los dichos de

SALINAS son falsos y denotan mala intensión, evidenciándose una aviesa

deformación de la realidad.

De esta forma el nombrado desmintió las referencias hechas

de su persona por SALINAS en su libro “AMIA el atentado. Quiénes son

los autores y porqué no están presos”.

Respecto del terreno de Constitución 2657, del cual a lo

largo del presente ya se han señalado los elementos de juicio colectados,

el nombrado TFELI aportó documentación de la cual destaco: las copias

de las historias clínicas de MATIAS y JORGE DINARDI; y también,


copias de la documentación relativa a la actuación que le cupo a la

oficina del dicente en la obtención de la cesión del terreno en cuestión, de

esta carpeta surgen las opciones que se tenía para elegir y las razones por

las cuales se fueron rechazando los otros lugares hasta que se aceptó el

terreno de la calle Constitución 2657 para el matrimonio DINARDI.

Continuó TFELI refiriendo que no tuvo con MONZER AL

KASSAR ninguna clase de relación amistosa, ni social, ni familiar, ni de

ningún tipo. Unicamente refirió que en 1973 efectuó un viaje a Europa y

Medio Oriente con un amigo suyo, HUSAIN MASSUD y cuando estaban

en Londres su amigo le presentó a MONZER AL KASSAR, respecto de

quien MASSUD le dijo que era un pariente, pero no lo volvió a ver más.

Es mentira que él hubiera recomendado la participación del Dr. Neuspiller

en el parto de la mujer de AL KASSAR.

Tampoco tuvo vínculos con los gobiernos de Siria o del

Líbano, ni es partidario del partido Baas. Tampoco es cierto que sea primo

ni que tenga algún parentesco con el jeque libanés SOBHI T’FAILI,

destacando que la familia del dicente es siria. Al respecto aportó

certificado de nacionalidad de su padre donde consta que es sirio, y copia

de una carta del embajador israelí en la que se expresa que no surgen

de organismos que componen el estado israelí antecedentes que lo

conecten con actividades terroristas.

Asimismo explicó que su apellido en la forma inicial procede

del de “TUFAIR”, de allí pasó por “TUFAIR”, T’FAILI, y TFELI. Existe


registro de su apellido desde el año 1185, y que la relación hecha por

SALINAS es tan ilógica como afirmar afirmar por ejemplo que todas las

personas de apellido López fueran familiares.

Se negó “siquiera a considerar” que se lo vincule a una

supuesta mafia que rodeaba al ex presidente y que habría sido la

responsable del “asesinato” del hijo de aquél.

Negó haber estado casado en primeras nupcias con la hija del

senador Omar Vaquir. Ya que su única esposa es Patricia Lynch

Pueyrredón. La relación familiar real es que Omar Vaquir estuvo casado

con su hermana, por lo cual entiende que SALINAS no tiene siquiera una

información aceptable respecto de su estructura familiar. Y, nunca tuvo

como colaboradora a la hermana de Jorge Daniel Boinvaser.

Que si bien conoce a la familia EDUL desde que nació

porque son conocidos en la colectividad, no tuvo ni tiene ningún tipo de

vinculación con ALBERTO JACINTO KANOORE EDUL. Que conoce a

los CHABAN que vivían en la localidad de San Marín, y respecto de

VICTOR CHABAN únicamente puede decir que se trataría de un hijo de

MARTIN CHABAN con el cual jamás tuvo relación alguna aunque sabe

que es primo de ALBERTO KANOORE EDUL, ya que la madre de

Víctor es de apellido Edul. Por otra parte, refirió que no conoce ni vió en

su vida a NASSIB ni a JAVIER HADDAD.


Así es la sintesis de los dichos de ALEJANDRO TFELI,

éste negó en forma clara y rotunda las versiones con que SALINAS

intentó implicarlo en esta investigación.

Lo declarado por TFELI se ha visto robustecido por distintos

elementos de juicio que descalifican las versiones con las que pretende

vincularlo SALINAS con esta investigación.

Resultó contundente el informe de la SIDE (fs. 3902/06) en el

que se destaca que no es posible determinar lazos parentales entre SOBHI

TUFAILI y TFELI, ni existen indicios que permitan inferir algún tipo de

relación entre ambos.

Por otra parte, no surge del presente legajo como tampoco del

relativo a AL KASSAR elementos que puedan dar crédito a lo expuesto

por SALINAS. El circunstancial encuentro reconocido por TFELI

como sucedido hace mas de veinticinco años entre AL KASSAR y

HUSEIN MASSUD no permiten acreditar respecto del primero de los

nombrados sospecha alguna que lo vinculen al cr|uento hecho

investigado en estos actuados.

En consonancia con lo expuesto en el parrafo anterior deben

apreciarse las declaraciones testimoniales de MARCELO MOHAMED

MASSUD, NORMA YASMIN MASSUD, DIEGO HUSAIN MASSUD,

OMAR HELAL MASSUD –quien fuera apoderado por AL KASSAR a

los fines de la compra de un inmueble en esta ciudad capital-, GUSTAVO

OSMAN MASSUD, LILIANA MASSUD (del legajo n° 129 fs. 8845/48,


8860/61, 8863/65, 8868/69, 8870/72, 9953/54 respectivamente); y así

también los informes que en fotocopias figuran agregados en el legajo n°

11 a fs. 316/323, 338/351, y 352/354, en original a fs. 414/441, e informe

actuarial a fs. 1275.

Respecto de TFELI, el Sr. Salinas insiste en que el haber

gestionado ante las autoridades municipales de esta ciudad el otorgamiento

del terreno sito en Constitución 2657 de esta ciudad en favor de LUIS

ERNESTO DINARDI y ESTELA BAUBETA evidencia su participación

en el atentado contra la sede de la AMIA.

La intervención que le cupo en dicha gestión se aclaró

debidamente mediante la prueba ya indicada en esta resolución. Es más,

TFELI acompañó documentación al respecto de la cual surge que para

solucionar el problema que acuciaba al matrimonio DINARDI se tuvieron

en cuenta diferentes lugares que fueron debidamente evaluados para

decidir el destino ya referido, siendo que al final se adoptó el terreno en

cuestión.

Pero si además de lo expuesto se tiene en cuenta que en

definitiva el Tribunal acreditó que para la época del atentado quienes

estaban disponiendo del terreno eran los señores POLERO VAZQUEZ y

GAMBARONI, y que TFELI gestionó la entrega no para éstos sino para el

matrimonio DINARDI quienes se hicieron cargo en época posterior al

atentado contra la AMIA, no puede considerar SALINAS ni nadie más

que el terreno de referencia tuviera significancia alguna para la


preparación o ejecución del atentado contra la AMIA. Y por ende tampoco

TFELI.

De esta forma puede advertirse que las historias traídas por

SALINAS con relación a ALEJANDRO TFELI no se han visto

corroboradas por ningún elemento de juicio. En realidad, debe decirse que

SALINAS no confirma sus especulaciones con elemento de prueba

alguno. Son meras elucubraciones que no encuentran hilo para ser atadas.

7. 3. Sostuvo también el Sr. Salinas que NASSIB HADDAD sería

pariente de SULEIMAN HADDAD, ex jefe de la inteligencia siria. Esta

vinculación resultó descartada mediante el informe de SIDE (fs. 1131) en

el cual se da cuenta que no se posee antecedente alguno en tal sentido.

Que HADDAD también sería pariente de MUHAMMAD

HUSSEIN FADLLALLAH, ya que los dos nacieron para la misma época

en el pueblo de “Ai’nata”, en el Líbano. En este caso la SIDE a 701/5

informó que FADLALLAH (líder espiritual del Hezbollah) no posee

vínculos de parentesco con la familia de Nassib Haddad, y no se poseen

datos que lo vinculen con Haddad.

Nuevamente las afirmaciones de SALINAS no encuentran

respaldo serio en esta investigación.

7. 4. Sostuvo también el Sr. Salinas que la pericia hecha por la

Policía Federal respecto del material hallado en la localidad de Avellaneda


no se ajusta a la verdad (ver acta de fs. 1910 y fs. 1941 del principal, y fs.

862 de este legajo). A este respecto el periodista se limita a referir que no

da crédito al informe, por lo cual la simple negación por parte de esta

persona me exime de valoración alguna, salvo indicar que no tienen

respaldo alguno tales manifestaciones, destinadas a negar o a afirmar, y

por lo tanto, no se ven robustecidas sino por el propio capricho de quien

las escribe.

Que NASSIB y JAVIER HADDAD compraron y trasladaron

explosivos en el año 1994 sin el debido permiso de Fabricaciones

Militares. En cuanto a esta consideración de SALINAS debe indicarse que

no se ajusta a la realidad por cuanto en la investigación se ha dado debida

cuenta de la debida licencia de NASSIB HADDAD como legítimo usuario

de explosivos, y la autorización que hiciera a su hijo para colaborar con él.

Que el informe del Coronel Carlos Franke, ex jefe de

producción de la Dirección General de Fabricaciones Militares (fs.

384/385) es irregular, en cuanto a las compras de explosivos de NASSIB

HADDAD a la empresa DELBENE y SERRIS porque falta la de 300 kilos

de amonal y 125 kilos de gelamón de octubre de 1993.

Debe prestarse atención a este último punto.

SALINAS atribuyó al nombrado FRANKE que en forma

irregular produjo el informe de fs. 384/385.


Ello no sería así, desde que de la simple lectura del mismo

surge que lo informado por FRANKE fue en función de lo que la

empresa “DELBENE y SERRIS” le comunicó.

7. 5. Evaluación de las versiones de Juan José Salinas.

Las hipótesis presentadas por éste al ser confrontadas con el

marco probatorio reunido en autos se evidencian como inexactas y ajenas

a la realidad.

Aseguró que sus hipotesis de trabajo las elaboró sobre la

base de las constancias existentes en la causa y el presente legajo que

consultó hasta agosto o septiembre de 1997, por cuanto mantuvo una

relación laboral con la AMIA, que nunca acreditó.

Profundizando en cuanto al grado de veracidad de sus

conclusiones, reiteró que las mismas surgían del expediente mismo, y que

en algunos casos tomó contacto con otros periodistas, pero como la mayor

parte surge de lo actuado por el Tribunal no tuvo necesidad de consultar

ningún registro público o cualquier otra fuente al respecto.

En cuanto a las especulaciones que él se formuló, que figuran

en su libro y otros artículos, resultaron de las constancias que leyó del

expediente, por lo que refirió que como su lectura se limitó a la fecha ya

indicada –1997- el dicente no quiere de modo alguno prejuzgar, sin dejar


de señalar que el Juzgado puede conocer otras informaciones que hagan

variar sus hipótesis.

En definitiva SALINAS no conoce ni sabe de lo que dice

ser experto. Ello se ha demostrado con las distintas evidencias expuestas

y que el Tribunal ha ido colectando con el desarrollo de la investigación.

Dichos elementos de juicio han refutado las historias por él señaladas.

8. La continuación de la investigación en este legajo.

Se han descripto todos los aspectos que hasta el presente

abarcó esta investigación.

Por medio de la misma se han podido descartar aquéllas

hipótesis que atribuían a los volquetes entregados en Pasteur 633 como en

Constitución 2657 algún protagonismo en la planificación o ejecución del

atentado contra la AMIA.

Asimismo se ha diluído cualquier intento de vincular a los

imputados HADDAD a la presente investigación exclusivamente por

algun tipo de vinculación que pudieran tener con la comunidad

musulmana en este país, y se descartaron aquellas versiones referidas a

vínculos con personas del terrorismo fundamentalista.

De este modo, debe adelantarse que a los fines de efectuar

evaluaciones concluyentes restan completar estudios patrimoniales, como


también análisis telefónicos y migratorios, especialmente en cuanto a

GUILLERMO HADDAD.

Pero mas allá de lo expuesto en el párrafo que antecede,

resulta evidente que la prosecución de esta investigación deberá centrarse

en concluir la dilucidación respecto de aquél aspecto que ha tenido mayor

relevencia, es decir el consumo del material explosivo que han hecho los

imputados HADDAD respecto del material explosivo adquirido entre los

años 1993 y 1994.

Ello, mas allá de haber establecido que no resultan

determinantes las coincidencias de algunos de los componentes de los

explosivos utilizados por éstos para establecer una total identidad con el

usado en el atentado.

Pero en definitiva el interés del Tribunal es la de despejar

toda duda al respecto, ya que personal policial estableció una cantidad de

material sobrante que los imputados no aceptan como correcto, además de

asegurar que lo que había sobrado resultó utilizado en otro trabajo que les

fue encomendado luego de finalizar los trabajos en la obra de la represa.

Ahora bien, mas allá de estas sospechas, lo cierto es que pese

a los esfuerzos realizados hasta el presente aún no se comprobó, con el

grado de probabilidad que esta etapa procesal exige, que la cantidad de

explosivo sobrante fuera trasladado a la ciudad de Buenos Aires o al Gran

Buenos Aires, o bien entregado por los imputados a los terroristas que a la
postre lo emplearon en la explosión de la mutual judía el día 18 de julio de

1994, ni han surgido indicios en tal sentido.

Llegado a este punto, entiendo importante considerar que

cobran relevancia los dichos de NASSIB HADDAD, JAVIER HADDAD,

GUILLERMO HADDAD y del testigo HECTOR ABEL MASSON en

cuanto a las nuevas precisiones que brindaron sobre la calidad y cantidad

de explosivo que se utilizó en la extracción de RIP RAP en CASA DE

PIEDRA.

Estas versiones, junto a la restante prueba reseñada y la que

pueda colectarse en el futuro deberán tenerse en cuenta en punto a la

prosecución de la pesquisa en pos de averiguar la verdad en torno al

destino del sobrante de los explosivos que NASSIB, JAVIER y

GUILLERMO HADDAD manipularon en el dique embalse CASA DE

PIEDRA, lo que está en curso de ejecución.

En consecuencia, y toda vez que los elementos de prueba

colectados no resultan suficientes con el grado de probabilidad requerido

en la especie para procesar ni sobreseer a los imputados en orden al hecho

por el cual fueran indagados, resulta adecuado aplicar la solución que

prevee el artículo 309 del código de forma., dictando por ello la falta de

mérito respecto de los indagados.

Por todo lo expuesto, y en atención a las restantes diligencias

en curso ordenadas a fs. 11.444/449, corresponde y:

RESUELVO:
I. DECRETAR LA FALTA DE MERITO respecto de

NASSIB HADDAD, JAVIER PABLO HADDAD, PABLO DANIEL

HADDAD, y GUILLERMO HADDAD, todos de las demás condiciones

personales obrantes en el presente, por cuanto no existen elementos de

juicio suficientes para ordenar el procesamiento ni tampoco para sobreseer

a los antes nombrados. Ello, sin perjuicio de la prosecución de esta

investigación (artículo 309 del Código Procesal Penal).

II. Notifíquese a quien corresponda. En su caso líbrese

cédula de notificación a diligenciar en el día de su recepción.

Ante mí:

En del mismo notifiqué al Sr. Fiscal y firmó. DOY FE.

Se libraron cédulas de notificación. CONSTE.-

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