Hablar de la escuela es más extenso de lo que uno se imagina, más
complicada de lo que puedas esperar, pero también lo más cálido que
en el futuro recordarás. Hablar de la escuela es saber que por más que en la vida me equivoque miles de veces, ella no me juzgará y me dirá que con constancia y tiempo mis metas se lograrán. Tampoco cambia el mundo, pero se une a mí como arma para hacer cambio. Hablar de la escuela es más que sumar, restar y leer, es saber que para ella, enseñar es un arte y para mí un placer aprender.