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CONGRESO NACIONAL

CAMARA DE SENADORES

SESIONES ORDINARIAS DE 2008

ORDEN DEL DIA Nº 898

Impreso el día 8 de octubre de 2008

SUMARIO

COMISION DE POBLACIÓN Y DESARROLLO HUMANO

Dictamen en distintos proyectos de varios señores senadores,


adhiriendo al Día Nacional del Inmigrante. SE ACONSEJA APROBAR
UN PROYECTO DE RESOLUCIÓN. (S- 2420, 2943, 3003, 3031 y
3051/08).
DICTAMEN DE COMISION

Honorable Senado:

Vuestra Comisión de Población y Desarrollo Humano ha considerado


el proyecto de resolución de la señora senadora Giusti adhiriendo a la
celebración del Día del Inmigrante, el 4 de septiembre (S 2420/08); el
proyecto de declaración del señor senador Saadi adhiriendo a la
conmemoración del Día del Inmigrante, a celebrarse el 4 de
septiembre (S 2943/08); el proyecto de declaración de la señora
senadora Giri adhiriendo a la conmemoración del Día Nacional del
Inmigrante, el 4 de septiembre (S 3003/08); el proyecto de
declaración del señor senador Massoni adhiriendo al Día del
Inmigrante, celebrado el 4 de septiembre pasado (S3031/08) y el
proyecto de declaración del señor senador Colazo expresando
beneplácito por la conmemoración del Día del Inmigrante, el 4 de
septiembre pasado (S3051/08); y, por las razones que dará el
miembro informante, os aconseja la aprobación del siguiente:

PROYECTO DE RESOLUCIÓN

El Senado de la Nación
RESUELVE

Adherir a la celebración del “Día Nacional del Inmigrante”,


celebrado el 4 de septiembre del corriente año, establecido en
1949 por el decreto Nº 21430 del Poder Ejecutivo Nacional.

1
De acuerdo con las disposiciones pertinentes del Reglamento del H.
Senado, este dictamen pasa directamente al Orden del Día.

Sala de la comisión, 25 de septiembre de 2008

Silvia E. Gallego.- Delia N. Pinchetti de Sierra Morales.- María R.


Díaz.- Selva J. Forstmann.- Ada M. Maza.- María C. Perceval.-
Teresita N. Quintela.- Emilio A. Rached.- Marina R. Riofrío.-

ANTECEDENTES

(I)

PROYECTO DE RESOLUCIÓN

El Senado de la Nación

RESUELVE:

Adherir a la celebración del “Día del Inmigrante”, a celebrarse el


próximo 4 de septiembre del corriente.-

Silvia E. Giusti.-

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

Desde el año 1949, el día 4 de septiembre se celebra, el “Día Nacional


del Inmigrante”, establecido por decreto del Poder Ejecutivo Nacional
Nº 21.430. Nuestro país creció de la mano de inmigrantes que dejaron
su tierra, con una valija cargada de esperanza. Por esos motivos se
festeja su día, con el fin de cultivar las tradiciones de las distintas
colectividades que viven en nuestro suelo.

En esta fecha se recuerda el 4 de Septiembre de 1812 cuando el


primer Triunvirato firmó un decreto que decía “(...) el gobierno ofrece
su inmediata protección a los individuos de todas las naciones y a sus
familias que deseen fijar su domicilio en el territorio (...)”. De esta
forma la República Argentina abrió sus fronteras a los inmigrantes de
cualquier parte del mundo que quisiesen vivir en este suelo.

La Constitución de 1853 en su Prólogo, también hace referencia a


“todos los habitantes del mundo que quieran habitar el suelo
argentino”. La llegada de los inmigrantes al país respondió a patrones
mundiales de flujos de población. La mayoría de ellos abandonó su
patria lanzándose literalmente a la aventura, pues ignoraban casi todo
de su lugar de destino.

En 1853 se sancionó la constitución cuyo artículo 25 decía: “El


Gobierno Federal fomentará la inmigración europea; y no podrá

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restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el
territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la
tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las
artes”.

Los presidentes Mitre, Sarmiento y Avellaneda fueron quienes más


fomentaron la inmigración.

Nuestro país comenzó a atraer inmigrantes a los que se les ofrecían


facilidades para su incorporación al país, pero sin garantizarles la
posesión de las tierras; así lo estableció la ley de colonización de
1876, que reflejaba la situación del Estado frente a la tierra pública.

Las primeras colonizaciones comienzan bajo el gobierno de Urquiza.


En 1875 se crea la Comisión General de Inmigración, y en 1876 se
dicta la ley N° 761, denominada Ley de Inmigración y Colonización.

La primera colonia estable fue Esperanza, fundada en 1865 por Aarón


Castellanos, en Santa Fe. Sus colonos eran en su mayor parte de
origen suizo, aunque había franceses y alemanes. En 1857 Urquiza
fundó también en Entre Ríos la colonia San José. Las primeras
colonias de galeses se instalaron en Puerto Madryn, provincia de
Chubut, en 1865.

La colonización no siempre fue orgánica, pues en muchos casos los


colonos, por falta de organización, sufrieron verdaderas penurias,
porque no se habían tomado las medidas necesarias para recibirlos.

En 1880 se acentuó el carácter de “poblamiento” del país. Las


magníficas posibilidades de Argentina, las guerras y dificultades
europeas atrajeron una fuerte corriente inmigratoria.

El saldo inmigratorio fue de 76.000 inmigrantes en la década del ‘60 al


‘70 y de 85.000 en la década del ‘70 al ‘80. La distribución tuvo una
tendencia definida y la corriente inmigratoria se fijó preferentemente en
la zona del litoral y en las grandes ciudades. Solo pequeños grupos se
trasladaron al centro y al oeste del país.

Así comenzó a acentuarse intensamente la diferenciación entre el


interior del país y la zona del litoral, antes contrapuestas por sus
recursos económicos y ahora por diferencias demográficas y sociales.

Esta inmigración fue predominantemente de origen latino: español e


italiano. Posteriormente ingresan grandes contingentes de turcos,
árabes, sirios y griegos. Los primeros inmigrantes árabes de Siria y
Líbano ingresaron a fines del siglo XIX, en 1880, pero la primera ola
inmigratoria importante fue entre principios del siglo XX y fines de la
Primera Guerra Mundial.

Es por esta razón, que al conmemorarse otro nuevo aniversario del


“Día del Inmigrante” en la Argentina, nos hace pensar que nuestro país
se ha nutrido en sus raíces más profundas del trabajo, el esfuerzo y

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las esperanzas de miles de inmigrantes provenientes de los más
variados lugares del mundo, y no podemos dejar de recordarlos en su
día.

Señor Presidente, por todo lo expuesto es que solicito a mis pares la


aprobación del presente proyecto.

Silvia E. Giusti.-

II

PROYECTO DE DECLARACION

El Senado de la Nación

DECLARA:

Su adhesión a la conmemoración del "Día del Inmigrante", a


celebrarse el 4 de septiembre del corriente año, y que fuera
establecido por decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 21.430 de
1949.

Ramón E. Saadi.-

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

Hace poco más de 100 años, millones de personas vinieron desde


muy lejos para quedarse a vivir en la Argentina. Dejaron sus casas,
sus familias y sus países de origen en busca de una vida mejor.
Fueron varios los motivos que los impulsaron a realizar este viaje:
buscaban un trabajo mejor, la posibilidad de tener su propia tierra para
cultivar; escapaban de guerras o de gobiernos que no aceptaban sus
creencias e ideas.

Los inmigrantes (así se llama a las personas que llegan a un lugar


para fijar su residencia permanente y que provienen de otras ciudades,
provincias o países) son una parte muy importante de nuestra historia:
La miseria europea en la mayoría de los casos , es la principal causa
de la inmigración durante la primera década del siglo XX. A partir de
1904, muchos judíos son obligados a emigrar de sus países por las
persecuciones realizadas en Europa.

Contra las aspiraciones de Juan Bautista Alberdi y de Domingo F.


Sarmiento, que esperaban atraer a las razas del norte europeo, los
inmigrantes que poblaron la Argentina fueron italianos, españoles,
franceses, sirio-libaneses y rusos.

Algunas causas de la inmigración fueron: 1) La necesidad de


Argentina de integrarse al Mercado Europeo. 2) La situación inversa

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con respecto a las necesidades Argentinas y Europeas. 3) Argentina
necesitaba mano de obra, como consecuencia del proyecto de
expansión del sector agropecuario; y Europa liberaba mano de obra,
como consecuencia de la tecnificación del agro y la Segunda
Revolución Industrial. Se contaba con una zona muy apta para la
explotación agropecuaria: La Pampa Húmeda, cuya explotación
requería mano de obra y capitales, escasos en nuestro país. 4) La
política de la generación de los '80 de transformar el país a la imagen
Norteamericana, por la política industrial del anglosajón, y Europea,
por sus ciudades modernas y bien estructuradas. Sin embargo, el
proceso organizativo ya había comenzado años atrás. En 1853 se
sancionó la constitución cuyo artículo 25 decía: "El Gobierno Federal
fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni
gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los
extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias
e introducir y enseñar las ciencias y las artes". El saldo inmigratorio fue
de 76.000 inmigrantes en la década del 60 al 70 y de 85.000 en la
década del 70 al 80, entre 1881 y 1890 la cantidad de inmigrantes fue
de 841.000. Sin embargo la distribución tuvo una tendencia definida y
la corriente inmigratoria se fijo preferentemente en la zona del litoral y
en las grandes ciudades. Solo pequeños grupos se trasladaron al
centro y al oeste del país.

La inmigración europea contribuyó a un aumento de la raza blanca


argentina. Contribuyeron al proceso de rápida urbanización de la
población, y aportaron mano de obra para el desarrollo industrial. Los
extranjeros, sin proponérselo, produjeron cambios en el lenguaje y las
costumbres de los argentinos. La inmigración ayudó al crecimiento en
gran escala de la población.

Es mi deseo que la argentina vuelva a ser un país de esperanza y


desarrollo para todos los habitantes del mundo dispuestos a colaborar
con su crecimiento, por lo que solicito a los señores senadores la
aprobación del presente proyecto.

Ramón E. Saadi.-

III

PROYECTO DE DECLARACION

El Senado de la Nación

DECLARA:

Su adhesión a la conmemoración del Día Nacional del Inmigrante, a


celebrarse el próximo 4 de septiembre, establecido por decreto del
Poder Ejecutivo Nacional Nº 21.430/49.

Haide D. Giri.

FUNDAMENTOS

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Señor Presidente:

La inmigración estuvo presente en la historia argentina casi desde los


comienzos de nuestra conformación como Nación libre e
independiente, en donde la cuestión del poblamiento tuvo un carácter
fundamental, y así lo manifestaron los arquitectos de la Nación en el
siglo pasado cuando señalaban que gobernar era poblar.

Sin embargo, la realidad inmigratoria actual está signada por grandes


cambios en los patrones migratorios internacionales en los que
Argentina esta inserta. En efecto, el país ha pasado de ser receptor
fundamentalmente de inmigrantes europeos y en menor medida del
Cercano Oriente, a constituirse en receptor de inmigrantes
latinoamericanos.

Aparecen así, tres aspectos de la problemática migratoria actual que


plantean serios motivos de preocupación en cuanto a los derechos
humanos de los inmigrantes que viven en nuestro país, y que ponen
en evidencia tendencias discriminatorias y falta de garantías mínimas.
Estas tres causas principales de preocupación se ubican en la esfera
del discurso político, muchas veces pronunciado por los medios de
comunicación, en las políticas de inmigración y en el marco jurídico, en
donde aparecen dos vertientes diferenciadas, una referida a
inmigrantes provenientes de países latinoamericanos limítrofes
(Bolivia, Paraguay, Brasil, y Chile) y no limítrofes como Perú, que
exhibe rasgos marcadamente xenófobos; y otra que, por el contrario,
idealiza las virtudes de la inmigración europea. De este modo, la
tendencia es a legalizar a los europeos e ilegalizar a los latinos.

Es por ello, que los inmigrantes ilegales constituyen una categoría de


individuos que, parafraseando a Hanna Arendt, están desprovistos del
derecho a tener derechos. Son individuos pasibles de discrecionalidad
y abuso por parte de burocracias, empleadores, instituciones, etc.

Otros ejemplos paradigmáticos que ilustran la complejidad de la


problemática migratoria, que no sólo afecta a nuestro país sino el
mundo entero, y que dan cuenta de cómo se vulneran los derechos
humanos, es el muro construido en la frontera de Estados Unidos y
México, o la polémica “Iniciativa de Retorno" sancionada
recientemente por el Parlamento Europeo.

El primero de los casos, se trata de una muralla construida por


Estados Unidos en el año 1994 bajo el programa antiinmigración ilegal
conocido como «Operación Guardián», que tiene como objetivo
impedir la entrada de inmigrantes ilegales, sobre todo mexicanos y
centroamericanos. El muro incluye tres bardas de contención,
iluminación de muy alta intensidad, detectores antipersonales,
sensores electrónicos y equipos de visión nocturna entrelazados con
radiocomunicación a la policía fronteriza estadounidense, así como
vigilancia permanente con automotores y helicópteros artillados.

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Por su parte, la “Iniciativa Retorno” establece que los migrantes
irregulares podrán ser detenidos sin previa orden judicial y sin
necesidad de haber cometido ningún delito; que podrán ser internados
seis meses antes de su expulsión; que los expulsados no podrán
volver a la UE en cinco años; y en el caso de menores no
acompañados podrán ser expulsados a países que no son
necesariamente los de su origen, o entregados a un tutor que no sea
su familiar directo.

Entendiendo que los movimientos migratorios constituyen una cuestión


central en la dinámica demográfica mundial y que conmemorar este
día representa una oportunidad para repensar nuestra historia
inmigratoria y reflexionar acerca de los desafíos y oportunidades en la
materia, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.

Haide D. Giri.

IV

PROYECTO DE DECLARACIÓN

El Senado de la Nación

DECLARA:

La adhesión al Día del Inmigrante que se celebró el día 4 de


Septiembre.

Norberto Massoni.-

FUNDAMENTOS:

Señor Presidente:

El día 4 de Septiembre se conmemora el Día del Inmigrante. Este es


un país que recibió a miles de personas y aún hoy es elegido como
lugar de adopción por quienes, por diferentes razones, han decidido
dejar su país de origen.

Argentina fue un país receptor de inmigrantes entre los años 1869-


1914 y en menor medida entre 1945-1950, precisamente en esos años
la población de inmigrantes llegó a cuatro millones, la mayor parte
italianos y españoles.

Como consecuencia de la industrialización, muchísimos trabajadores,


en su mayoría mano de obra no calificada, quedaron desocupados
debido a que la industria no podía absorber esa gran masa.

Los gobiernos de Inglaterra, Francia y Alemania promovieron la


emigración a sus colonias para ampliar el comercio exterior y
encontrar el modo de disminuir los conflictos sociales.

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Sin embargo, fueron los gobiernos italianos y españoles los que más
pro-movieron la emigración.

Se trataba de hombres y mujeres que vivían en condiciones de gran


pobreza y que encontraron un nuevo camino de esperanza en las
políticas migratorias hacia América, las cuales eran estimuladas por la
propaganda promovida por los gobiernos europeos y sudamericanos,
pero también por agentes que realizaban los contratos con los
emigrantes, quienes fomentaban, sin escrúpulos, las fantasías y las
esperanzas de los pobres que creían en América como el lugar en el
que encontrarían el bienestar tan buscado y en el cual ganarían
mucho dinero, por ello decían que venían a “hacerse la América”, pero
la realidad sería muy distinta. Es por eso que, casi siempre, el motivo
de la partida consistía en la voluntad de superación de la pobreza,
pero con la idea de permanecer en América el tiempo necesario para
poder ahorrar dinero y retornar a sus países.

De esta forma, la primer oleada de inmigrantes venía escapando no


solo de la miseria sino también de las persecuciones religiosas y,
también, políticas a raíz de la creación de nuevos partidos, los cuales
eran rechazados por la clase gobernante.

A su vez el gobierno argentino propiciaba el poblamiento de las


regiones más aisladas, sobre todo de la Patagonia, por lo cual se
crearon leyes que promocionaban la inmigración y ofrecía facilidades
como la obtención de tierras para cultivo y vivienda.

En una segunda etapa migratoria, se trataba de inmigrantes que


representaban a una clase obrera calificada, debido al cambio de las
políticas in-migratorias de nuestro país que buscaba una inmigración
más selectiva.

Desde 1857 a 1958, la mitad de los inmigrantes que vinieron a


Argentina fueron italianos, una tercera parte fueron españoles y el
resto polacos, rusos, franceses y alemanes, pero también armenios.
Además, después de la Primera Guerra Mundial hubo una corriente
migratoria polaca, eslava y alemana más pronunciada.

Las condiciones en las que viajaban los inmigrantes eran muy malas,
en parte, porque el viaje era largo pero también por las malas
condiciones de salud y alimentarias.

Los inmigrantes llegaban al puerto de Buenos Aires donde eran


registrados y llevados al Hotel de los Inmigrantes, que estaba al lado
del puerto. Allí permanecían gratuitamente por cinco días, hasta que
conseguían un trabajo que, en general, no era estable.

De esta manera, muchos de los trabajadores extranjeros decidieron


migrar al interior del país, concentrándose en otras poblaciones de
Argentina, entre ellas, Rosario, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San
Luis, La Pampa, que constituían las zonas agrícolas más pobladas, o
la Patagonia.

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Aquellos que decidieron permanecer en Buenos Aires, salían del Hotel
de inmigrantes para establecerse en lugares cercanos al puerto. Así
nacieron los llamados “conventillos”, donde convergían inmigrantes de
diversas nacionalidades.

El inmigrante venía dispuesto a luchar porque su propia situación de


migración necesitaba una apertura a las cosas nuevas. Debía abrirse
el camino y esto significaba, muchas veces, no permitirse disfrutar de
las cosas más simples. Pero, a pesar de la diferencia de idiomas y
culturas, se adaptaron a las costumbres de nuestro país gracias a que
la economía no estaba todavía muy desarrollada y, por lo tanto, no
existía la división entre operarios especializados y mano de obra no
calificada.

No obstante ello, conservaron sus tradiciones, la lengua original, entre


sus connacionales y su cultura, y con sacrificio y tenacidad
construyeron su futuro y el de sus hijos. Además, querían que sus
hijos tuviesen una vida mejor y estudiasen una carrera universitaria
que les permitiese obtener un trabajo bien remunerado para no tener
que padecer la miseria que ellos habían sufrido en sus países. Así, los
inmigrantes se transformaron en la clase media argentina.

En el caso de la Patagonia, y específicamente en la Provincia del


Chubut, se desarrollaron dos oleadas migratorias, la primera desde
1865 hasta 1880, con el arribo de los inmigrantes galeses, y la
segunda desde 1880 a 1950 con la llegada de inmigrantes italianos,
españoles polacos, rusos, alemanes, suizos, holandeses, libaneses,
lituanos checos, criollos y nativos, es decir, un verdadero crisol de
razas compuesto por diecisiete razas distintas y que se establecieron y
conformaron las distintas localidades del Valle del Chubut, Comodoro
Rivadavia, el Valle 16 de Octubre y Sarmiento, entre otras. Asimismo,
Chubut fue una de las provincias que unificó la cultura indígena del
lugar con las costumbres y tradiciones de los inmigrantes europeos.

Chubut posee una rica cultura provocada por las comunidades


tehuelches, mapuches, la colonización galesa y la llegada de los
distintos inmigrantes que se integraron sin menores inconvenientes y
que forjaron la provincia. De esta manera, es necesario rendir un
verdadero homenaje a aquellas personas que hicieron grande nuestro
país, con gran esfuerzo y coraje.

Por todo lo expuesto, espero el apoyo de mis pares en este proyecto


de declaración.

Norberto Massoni.-

PROYECTO DE DECLARACIÓN

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El Senado de la Nación,

DECLARA

Su beneplácito por conmemorarse el próximo 4 de septiembre del


corriente año el “Día del Inmigrante”.

Mario J. Colazo.

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

El Día del Inmigrante fue instituido en nuestro país en el año 1949, por
Decreto Nº 21.430 del Poder Ejecutivo Nacional.

La apertura hacia la llegada de habitantes de todo el mundo fue uno


de los argumentos que esgrimió nuestra pujante nación en los años
posteriores a su nacimiento.

Hoy, tras dos siglos de constante inmigración, podemos afirmar con


orgullo que en la Argentina conviven en armonía las más diversas
colectividades de todo el planeta. “Gobernar es poblar” afirmó Juan
Bautista Alberdi, uno de los forjadores de la Argentina moderna,
convencido de que la consolidación de las extensas fronteras de
nuestro país requería de numerosos habitantes para los amplios
espacios aún sin poblar.

Para construir una Argentina integrada al mercado mundial se


requirieron gran cantidad de personas, que en su mayoría llegaban de
Europa.

En sus raíces más profundas, la Argentina que llegó a ser considerada


granero del mundo se nutrió del trabajo, el esfuerzo y las esperanzas
de miles de inmigrantes, provenientes de los más recónditos y
variados lugares del mundo.

No hay dudas de que la inmigración está presente en la historia


nacional casi desde los comienzos de nuestra conformación como
nación libre e independiente, y es importante rescatar de aquella
experiencia, la capacidad de construir un país abierto al hombre de
trabajo, sin importar su origen, raza o religión. .

Por lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen en la aprobación


del presente proyecto.

Mario J. Colazo.

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