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François-Marie Arouet de Voltaire (1694-1778)

Ilustre escritor y filósofo francés del siglo XVIII. Uno de los pensadores que,
debido a su áspera crítica de la Iglesia y del régimen feudal, contribuyó a la
preparación ideológica de la Revolución burguesa francesa de fines del siglo XVIII.
En filosofía, Voltaire es un adepto de Locke (Ver): considera que la experiencia es
la fuente del conocimiento, que la substancia inmaterial es inconcebible. Pero no
llega al materialismo y se mantiene agnóstico moderado y deísta. En oposición a
la doctrina de la revelación divina, se esfuerza en probar la existencia de Dios
sobre una base racionalista. Según él, la armonía universal sería la prueba de la
existencia de Dios. Insiste en la “utilidad” práctica de la religión: Dios es necesario
para poner un freno al populacho, para asegurar el orden. Sin embargo, Voltaire
se alza contra el catolicismo, las supersticiones, los prejuicios, el fanatismo.
Aunque critica el absolutismo, no por ello deja de ser monárquico (hasta 1760
aproximadamente). Más tarde, cuando las contradicciones entre el tercer estado y
el absolutismo se acentúen, se inclina hacia la monarquía constitucional y hasta
habla de las ventajas de la república.

La filosofía de Voltaire está plena de contradicciones: a una crítica


fulminante del catolicismo y del obscurantismo se une el reconocimiento de la
necesidad de Dios y de la religión; a la crítica del absolutismo, el reconocimiento
de un “absolutismo ilustrado”. Marx decía que en el texto, Voltaire predicaba el
ateísmo, y en las notas, defendía la religión. Voltaire fue un ideólogo de la
burguesía. Consideraba la desigualdad como una ley eterna e imprescriptible del
universo. Su desprecio por el “populacho” traduce el carácter de clase de la
filosofía burguesa francesa del siglo XVIII. Brillante propagandista de la filosofía de
las luces, ejerció una gran influencia sobre sus contemporáneos como adversario
del clericalismo, del catolicismo, de la autocracia, del régimen feudal. Principales
obras filosóficas: Cartas filosóficas, Elementos de la filosofía de Newton,
Diccionario filosófico, Cándido.
Sus comentarios y sátiras provocaron, en más de una ocasión, que Voltaire
tuviese problemas con las autoridades. En 1726 sufrió un altercado con el
Caballero de Rohan y su familia, a resultas del cual fue apaleado e ingresó
nuevamente en la Bastilla. Esta vez tan sólo permaneció en la cárcel parisina unas
pocas semanas, pues la pena le fue conmutada por el exilio

Dentro de la abundante producción histórica de Voltaire podemos distinguir


(no sin ciertas reservas) dos tipos de obras: las que abordan acontecimientos
ocurridos en la Historia y las que tratan propiamente sobre la Historia. Estas
últimas, en las que cabría incluir Observaciones sobre la Historia (1742) o Nuevas
consideraciones sobre la Historia (1744), son más abstractas y personales y
delimitan la concepción historiográfica del pensador francés. Las primeras
componen un conjunto heterogéneo y amplio y pueden calificarse como sus
trabajos más relevantes.

Voltaire parte de una concepción relativamente pesimista del hombre.


Como expone en la Filosofía de la Historia, “La naturaleza es la misma en todas
partes; así, los hombres han debido de adoptar necesariamente las mismas
verdades y los mismos errores en cuanto a las cosas que más excitan a la
imaginación”. Considera que los hombres siempre han sido (y serán), en cierto
modo, iguales y, por tanto, podemos hablar de una inmutabilidad de la naturaleza
humana ¿Cómo explicar entonces el progreso? Voltaire acude a la razón para dar
respuesta a esta pregunta. La razón es la que permite superar la condición animal
del hombre y avanzar. No obstante, los períodos en los que esto sucede así son
limitados. En concreto, sólo han existido cuatro momentos en los que la razón se
ha impuesto y dominado a la naturaleza y a las pasiones del hombre.

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