¨ SANCTA MARIA, MATER DEI, ORA PRO NOBIS PECCATORIBUS, NUNC, ET IN HORA MORTIS NOSTRAE¨ SOBRE LA ACTIVIDAD MISIONERA DE LA IGLESIA La Iglesia peregrinante es misionera por su naturaleza, puesto que toma su origen de la misión del Hijo y del Espíritu Santo, según lo que el padre le había encomendado. pero este refleja la caridad de Dios Padre, que, siendo Principio, engendra al Hijo, a su Unigénito atreves de una virgen y, por ende, por medio del Hijo procede el Espíritu Santo, por su misericordiosa creándonos libremente y llamándonos además sin interés alguno a participar con El en la vida, Cristo vino a salvamos y esto lo realizó por medio de su muerte y resurrección; sin embargo, antes de subir al cielo, encomendó a los Apóstoles que transmitieran y anunciaran esta salvación. De esta manera la misión de la Iglesia no es diferente a la misión de Cristo, sino su continuación, más aún, la Iglesia es sacramento universal de salvación, como dice la Lumen Gentium, de esta manera, todo bautizado participa de esta misión de transmitir el evangelio, razón de ser de toda vocación cristiana y específica, y debe comprometerse en la labor misionera de la Iglesia. En pocas palabras la Iglesia peregrinante es, por su propia naturaleza, misionera, puesto que tiene su origen en la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo según el plan de Dios Padre. El fin último de la misión no es otro que hacer participar a los hombres en la comunión que existe entre el Padre y el. Ahora bien, aunque la misión es tarea de todo bautizado, sin embargo, hay personas que consagran su vida a las misiones, cuyo fin específico es la fundación de nuevas iglesias. A estas fundaciones se les llama comúnmente misiones. En ellas los heraldos del evangelio, enviados por la iglesia y yendo por todo el mundo, realizan el encargo de predicar el Evangelio y de implantar la Iglesia entre los pueblos o grupos que todavía no conocen a Cristo. Así es como los laicos toman un papel importante dentro del servicio de la iglesia, siendo pilares de evangelización por todo el mundo, llevando la nueva a toda persona, siendo misioneros tanto consagrados como laicos comprometidos para llevar esta hermosa tarea a que todos estamos invitados. Diciendo ante la palabra todo el amor que tiene Dios hacia nosotros.