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Uno de los requisitos para ingresar como alumno a la recién creada institución
formadora de odontólogos, fue haber aprobado los cursos de la Escuela Nacional
Preparatoria.
A partir de la década de 1920, asumiendo como modelo y guía a la institución
pionera, surgieron otras Escuelas de Odontología en el interior del territorio
nacional, empezando en las ciudades de Mérida, Guadalajara y Monterrey
La necesidad de contar con una escuela como las que proliferaban en Estados
Unidos y Europa fue planteada por médicos y dentistas desde los años 80. Los
miembros de la Primera Sociedad Dental habían considerado el asunto, pero el
grupo se desintegró antes de consolidar las bases de este proyecto
«Manuel Carmona y Vale, digno director de la escuela de Medicina, está estudiando
de acuerdo con la Secretaría de Justicia, las reglamentaciones de los estudios
especiales que para la carrera de dentista se requieren. » La Sociedad Odontológica
Nacional se disolvió y el asunto no se volvería a tratar gremialmente hasta 1 1 años
después cuando se integró la Sociedad Dental Mexicana, segunda en su
género. En La Revista Dental Mexicana, dirigida por Young se publicaron artículos
sobre escuelas dentales de Estados Unidos, Japón y Rusia, momento en que
vuelve a ponerse sobre la mesa, la necesidad de crear en México una escuela
dental.
Es también la culminación de un proceso que inició a principios del siglo XIX, con la
llegada de los dentistas extranjeros y terminó con el nacimiento de una profesión
reconocida y reglamentada, punto de partida de la odontología mexicana. En 1 91
1, la casa de la Escondida era ya insuficiente para albergar al creciente número de
estudiantes y la institución se cambió a un edificio en la calle de Mina, en donde
permaneció solo unos meses, para mudarse a una antigua casona en la calle de
Moneda, en donde permaneció hasta 1916, año en el que se instaló en el edificio
anexo a la Escuela Nacional de Medicina.
En la ciudad de México a las 7 pm del día 16 de julio de 1898 reunidos en las oficinas
de la Compañía Manufacturera Dental Mexicana, calle de Vergara # 18 a invitación
del Dr. Young propuso que las reuniones fueran mensuales y se efectuaran en el
mismo sitio. En la reunión se nombró presidente, por aclamación, al Dr. Ricardo
Crombé, situación comprensible, ya que además de ser egresado de una escuela
dental estadounidense y ser hijo de Eugenio Crombé, primer dentista titulado en
México, poseía uno de los gabinetes más exitosos de la Ciudad. Uno de los puntos
principales a los que se abocaron los miembros de la mesa directiva, fue el de invitar
como presidente honorario al general Porfirio Díaz, decisivo para sus proyectos
futuros. La membresía de la sociedad se incrementó con el paulatino ingreso de
cirujanos dentistas de la ciudad de México y otras poblaciones de la república.
La FDI en México, tuvo como presidente al Dr. Rojo y el proyecto de trabajo incluyó
la coordinación con las autoridades de la Escuela Nacional de Odontología, para
organizar conjuntamente actividades tendientes a actualizar a los cirujanos
dentistas y a responder ante la Federación Dental Internacional, proyectando una
imagen de actividad científica. La FDI de México fue señalada como no democrática
y elitista.
Tuvo dentro ocho páginas de artículos, dos o tres de anuncios e incluye también un
listado de los cirujanos dentistas en ejercicio, con direcciones y fechas de sus
exámenes profesionales. Los artículos de la sección científica eran tomados y
traducidos de revistas extranjera, o bien escritos por dentistas mexicanos, como el
propio editor y Manuel Higareda, Javier Anaya, Manuel Valle y José María Pérez. El
primer número de La Revista Dental Mexicana, órgano de la Sociedad Dental
Mexicana, salió a la luz en junio de 1898. El editor, Charles Aubrey Young, fue un
dentista norteamericano establecido en México quien además de ejercer la
profesión, estableció el primer depósito dental, que llevó el nombre de Compañía
Dental Consolidada de Nueva York
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