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Viaje

cambio en la ubicación de las personas

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Para otros usos de este término, véase Viaje (desambiguación).

«Viajar» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Viajar (desambiguación).

Un viaje es el cambio en la ubicación de las personas que se realiza a través de los medios de
transporte mecánicos o de tracción animal, a pie o en autobús.[cita requerida]

Ilustración de viajeros en un tren a comienzos del siglo xx

Los viajes pueden llevarse a cabo por recreación (como parte del turismo o para visitar amigos y
familia), pero también por muchas otras razones, como la práctica artística o la migración, para
huir de una guerra o por motivos de salud.[cita requerida]

En los países desarrollados, existe una amplísima red de transporte público a todos los niveles,
en el ámbito de la propia ciudad, dentro de una nación y por supuesto de forma internacional,
cubierta principalmente por el ferrocarril y la aviación, o con vehículos apropiados a través de
calles, carreteras, y caminos.[cita requerida]

Se puede viajar a través del cielo, como puede ser el caso de dirigibles, helicópteros, aviones,
globos... a través del océano, ríos y mares, mediante embarcaciones, en profundidades
submarinas mediante el submarino (aunque es un vehículo primordialmente de guerra), por el
espacio mediante cohetes espaciales y transbordadores, y el más extendido, por tierra,
principalmente por los tramos asfaltados por el hombre (carreteras), casi exclusivamente con el
uso de algún vehículo (automóvil, autocar, bicicleta, etcétera), así como en trenes usando la red
de ferrocarril.[cita requerida]
Viajes y turismo

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Muchos estudios han determinado que el turismo y los viajes han estado históricamente ligados.
Empero, a diferencia de otros tipos de desplazamiento, el turismo adquiere una naturaleza
comercial. El viaje turístico sería consecuencia de un aumento en el tiempo libre y de mejoras
salariales producidas por las luchas sindicales y el avance tecnológico en materia de movilidad.
[1][2][3][4]

Esta visión lleva a cuestionar la idea de que antes de la modernidad existieran prácticas turísticas
en otras sociedades o civilizaciones ya extintas. Hay pruebas suficientes para afirmar que otras
civilizaciones han tenido sus propias prácticas turísticas, al margen del turismo moderno.[cita
requerida]

Algunos académicos, como Theodor Mommsen, afirman que el primer turista en la historia fue
el emperador romano Adriano, quien nació en Italica en la romana Iberia y recorrió con sus
viajes todos los rincones de su imperio (véase Adriano#Viajes).[cita requerida]

Historia

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Los viajes se remontan a la antigüedad, donde los griegos y romanos ricos viajaban por ocio a
sus casas y villas de verano en ciudades como Pompeya y Baiae.[5]Mientras que los primeros
viajes tendían a ser más lentos, más peligrosos y más dominados por el comercio y la migración,
los avances culturales y tecnológicos a lo largo de muchos años han tendido a significar que los
viajes se han vuelto más fáciles y accesibles.[6] La humanidad ha recorrido un largo camino en
materia de transporte desde que Cristóbal Colón navegó hacia el nuevo mundo desde España en
1492, expedición que tardó más de 10 semanas en llegar al destino final; hasta el siglo XXI en el
que los aviones permiten viajar desde España a Estados Unidos de la noche a la mañana.

Los viajes en la Edad Media ofrecían dificultades y desafíos, sin embargo, eran importantes para
la economía y la sociedad. El sector mayorista dependía (por ejemplo) de los mercaderes que
trataban con/por medio de caravanas o viajeros por mar, el comercio minorista del usuario final a
menudo exigía los servicios de muchos vendedores ambulantes que iban de pueblo en pueblo,
Los giróvagos y los frailes itinerantes llevaban la teología y el apoyo pastoral a las zonas
desatendidas, los juglares ambulantes practicaban la gira interminable, y los ejércitos recorrían
las distintas cruzadas y otras guerras. [5]Las peregrinaciones eran comunes tanto en el mundo
europeo como en el islámico y conllevaban corrientes de viajeros tanto a nivel local (Cuentos de
Canterbury) como internacional.[7]

A finales del siglo XVI se puso de moda que los jóvenes aristócratas y los hombres ricos de clase
alta europeos viajaran a ciudades europeas importantes como parte de su educación en las artes y
la literatura. Esto se conoce como el Grand Tour, que incluía ciudades como Londres, París,
Venecia, Florencia y Roma. Sin embargo, la Revolución Francesa trajo consigo el fin del Grand
Tour.[5]

Los viajes por agua solían ser más cómodos y rápidos que los terrestres, al menos hasta la
llegada de la red de ferrocarriles en el siglo XIX. Se dice que los viajes con fines turísticos
empezaron en esta época, cuando la gente empezó a viajar por diversión, ya que viajar ya no era
una tarea dura y difícil. Esto fue aprovechado por personas como Thomas Cook que vendían
paquetes turísticos en los que se reservaban trenes y hoteles juntos.[8] Los dirigibless y los
avioness asumieron gran parte del papel de los viajes de larga distancia por superficie en el siglo
XX, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando hubo un exceso tanto de aviones
como de pilotos. [5]De hecho, los viajes en avión se han vuelto tan omnipresentes en el siglo
XXI que una mujer, Alexis Alford, visitó los 196 países antes de cumplir los 21 años.[9]

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