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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

INFORME
Datos informativos:
Estudiantes:

Coral Ramirez, Mishell.


Gálvez Cárdenas, Mark Pool.
Chilicahua García, Fernando Alberto.
Docente:

Moncada Ibáñez, Juan Pablo.

Asignatura:

Simbolismo y Ritual.

Tema:

El mito y su estructura, el enfoque de la mitología y simbolismo.

Escuela:

Antropología Social.

Facultad:

Ciencias de la educación y humanidades.

Centro de estudios:

UNAP

Año lectivo:

2022
EL MITO Y SU ESTRUCTURA
¿Qué es un mito?

Un mito es un relato tradicional, sagrado, dotado de carácter simbólico, que narra,


como si fueran reales, acontecimientos extraordinarios y trascendentes, asociados
a la cosmogonía de un pueblo, es decir, a su concepción del universo.

Un mito se refiere siempre a acontecimientos pasados: «antes de la creación, del


mundo» o «durante las primeras edades» o en todo caso «hace mucho tiempo».
Pero el valor intrínseco atribuido al mito proviene de que estos acontecimientos,
que se suponen ocurridos en un momento del tiempo, forman también una
estructura permanente. Ella se refiere simultáneamente pasado, al presente y al
futuro.

El mito, según Lévi-Strauss; forma al igual que el lenguaje una estructura


permanente, histórica (perteneciente al dominio de la lengua), ahistórica (del
dominio del habla) y como objeto absoluto. Se trata de una realidad sincrónica y
diacrónica. "Esta doble estructura, a la vez histórica y ahistórica, explica que el
mito pueda pertenecer simultáneamente al dominio del habla (y ser analizado en
cuanto a tal) y al de la lengua (en la cual se lo formula), ofreciendo al mismo
tiempo, en un tercer nivel, el mismo carácter de objeto absoluto".

El mito siempre busca responder a preguntas existenciales que rodean al humano.


Por eso, cada civilización creó un sistema de mitologías propio que ofrecía
respuestas que la ciencia contemporánea no sabía explicar. Por ejemplo, para
saber por qué el sol salía cada día, se adjudicaba este suceso al poder de un dios
en particular. Esta es la primera característica del mito: Siempre trata o tiene como
protagonistas a dioses, seres fantásticos, semidioses, monstruos, criaturas y
personajes similares. Además, siempre se cuentan como verdades, aunque
siempre están situadas en tiempos lejanos, por lo que no se puede constatar su
veracidad por falta de testigos.

Su estructura

La estructura del mito puede ser fácilmente identificada por todos, aunque a veces
puede confundirse con las leyendas, los mitos por regla general tienden a ser
puramente fantasiosos, mientras que las leyendas poseen como historia original
un hecho real que con el tiempo se fue magnificando o bien distorsionando a favor
de las creencias populares, así que entonces tenemos nuestra primera definición
de la estructura del mito, la cual es contar un hecho que de por si es increíble y de
origen fantástico o místico.
Como segunda regla dentro de la estructura general de un mito debemos
encontrar seres sobrenaturales, deidades o dioses, así como también deben estar
implicados derivados de los mismos, es decir, hijos de dioses, poderes divinos, u
obras realizadas por los mismos, esta es una cualidad ineludible de cualquier mito,
puesto que siempre se intenta explicar sucesos para los cuales es necesario
contar con un personaje sobrenatural capaz de realizar proezas imposibles, así
que al estar implicado este tipo de personajes, podemos entender entonces que
estamos ante un mito.

Podemos decir que el mito entonces basa su estructura general en los puntos
anteriormente mencionados, guarda relación con deidades y dioses, explica los
orígenes de las cosas cotidianas que rodean al hombre, poseen protagonistas
increíbles y excepcionales, eran creídas como verdades por las culturas en las
cuales eran difundidas, a todo esto hay que agregarle el hecho de que los mitos
en sus orígenes eran transmitidos de generación en generación a través de la
palabra, es por esto que no es extraño encontrarse con distintas versiones de un
mismo mito, lo cual se debe a que no existían registros escritos en aquel tiempo y
cada persona que la contaba le agregaba o quitaba detalles a la historia central,
esta situación se multiplicaba a lo largo de los años, entonces ocurrían variaciones
en la historia original que cambiaban algunos detalles manteniendo siempre la
esencia del mismo, esta es otra de las características que hay que considerar
cuando se quiere entender como está compuesto un mito.

 Narrador: El cual es siempre en tercera persona.


 Personajes: Dioses o seres sobrenaturales que son los protagonistas.
 Tiempo y espacio: se desarrollan en un pasado remoto, relacionado con la
creación de todo.
 Acción: aquí se presenta la influencia de los dioses en la vida de la
humanidad.
Por último, los mitos presentan una relación con la cultura y geografía donde sea
creado. Durante muchos años los mitos fueron considerados verdades
transmitidas de generación en generación y representaban importantes hechos
místicos dentro de las religiones que regían en una comunidad.

EL ENFOQUE DE LA MITOLOGÍA
La mitología constituye el estudio de la agrupación de fábulas, ficciones, cuentos,
historias o mitos especialmente relacionados con dioses, semidioses y héroes
legendarios surgidos de grupos sociales y dotados de cualidades sobrenaturales.
Es, pues, una rama del conocimiento que se ocupa precisamente de los mitos. De
acuerdo con Campbell (1984), cada pueblo crea su propia mitología, y en el caso
de los occidentales, es razonable afirmar que los orígenes de sus mitologías
particulares están relacionados con la antigua mitología griega, la cual se propagó
a otros territorios modificando o matizando las visiones del mundo que allí existían.

Ricoeur aborda al mito desde tres ángulos. En primer lugar, desde la constitución
de su forma, ya que la hermenéutica no puede comprender sin explicar, es decir,
sin llegar a la semántica profunda del mito. En segundo lugar, por su intención de
decir algo, ya que el lenguaje no está encerrado en la clausura de los signos, sino
que dice algo de la realidad, tiene una referencia a la realidad extralingüística. En
tercer lugar, el mito es enfocado como un lenguaje en que se revela el ser, como
desocultamiento de la verdad, ya que para Ricoeur el lenguaje no es tanto hablado
por los hombres sino hablado a los hombres. Y también en el mito hay un decir del
ser que habita en el hablar del hombre.

Análisis del mito por la constitución de su forma


Ricoeur comienza afirmando que el mito es ante todo una “forma de discurso” que
ostenta una pretensión al sentido y a la verdad y por eso hay que ubicarlo en el
marco de las ciencias semiológicas. Dentro de este marco Ricoeur utiliza el
modelo estructural para abordar al mito como forma de discurso. Hay ciertos
presupuestos de este modelo que son determinantes para Ricoeur y que
sintéticamente son los siguientes:

a) Sólo hay que tener en cuenta las reglas de juego del lenguaje, no los
acontecimientos; es decir, hay que oponer la lengua (langue) a la palabra (parole)
o discurso.

b) En la lengua sólo se deben considerar los estados del sistema en un momento


dado y no sus cambios; es decir, hay que tener en cuenta su constitución
sincrónica, no su diacronía o su historia;

c) En el sistema de la lengua sólo se deben tener en cuenta las relaciones de


oposición y de combinación entre los elementos; es decir, sólo se debe atender a
la forma y no a la sustancia fonológica ni semántica, y

d) El sistema de la lengua debe ser considerado como un conjunto cerrado en sí


mismo, sin referencia a la realidad, ni a la psicología ni a la sociología de los
locutores.

Al aplicar estos presupuestos, Ricoeur comienza advirtiendo que, a primera vista,


el mito pertenece al ámbito de la palabra (parole) o del discurso, ya que es una
especie de relato en que las frases se suceden en un tiempo irreversible y que se
relaciona con un tiempo pasado; sin embargo, también pertenece al ámbito de la
lengua (langue) porque si bien es cierto que siempre hay varias versiones del
mismo mito, también hay una estructura invariante en todas esas versiones, y esto
es lo que sustrae al mito del tiempo. Esta ordenación y disposición de sus
elementos hace del mito una estructura sincrónica situada en el tiempo reversible
de los sistemas. Para la explicación estructural son esas estructuras permanentes
las que rigen las unidades sucesivas del relato en una versión dada y todo el
corpus constituido por el conjunto de las versiones y variantes del mismo mito.

Aproximación al mito por su intención significante


El mito es un relato que tiene una riqueza simbólica. De esta naturaleza simbólica
del mito sólo podrá dar cuenta un enfoque que considere al lenguaje como un
discurso y no sólo como un sistema de signos. Ahora bien, si el mito es un
discurso, hay que aceptar que dice algo sobre algo. Ricoeur enfatiza que es
necesario analizar este “dice” atribuido al mito. Para ello toma prestada de Mircea
Eliade la hipótesis de que el mito es un relato de los orígenes y que, como tal,
asume una función de instauración. El mito siempre habla de un evento fundador
del mundo, de las cosas y del hombre, y que ha tenido lugar en un tiempo
primordial anterior a la historia. Los acontecimientos fundadores no pertenecen a
la cadena de acontecimientos normales que ocurren dentro del tiempo histórico.

Sin embargo, como relato de los orígenes, el mito no queda limitado a un evento
pasado, sino que experimenta una expansión de su significación en dirección de la
representación, la acción y el sentimiento. En los mitos aparecen dioses y seres
sobrenaturales, pero llegan a ser seres míticos en la medida en que son los
personajes de un drama en que se relaciona el tiempo histórico con un tiempo
primordial, por eso interesan más por la función de instauración que cumplen en
ese drama que por lo que ellos son. Es decir, que la representación de seres
sobrenaturales es secundaria por relación al drama del origen.

Ahora bien, la repetición ritual del relato de los orígenes transporta al hombre
desde el tiempo histórico al tiempo fundamental. Esto significa que el hombre es
llevado a un nivel distinto del cotidiano y profano; el mito transporta al hombre a un
ámbito que es sagrado. En este ámbito el hombre puede experimentar
sentimientos de otro nivel que los sentimientos profanos. En la repetición ritual del
mito el hombre experimenta el sentimiento de lo sagrado, que Ricoeur describe
como sentimientos de temor y de amor ante lo tremendum fascinosum. Por lo
tanto, también hay una expansión del mito en dirección del sentimiento y la
emoción. Ricoeur sugiere que el recitado del mito y la acción ritual suscitan en el
hombre una especie de interiorización emocional que engendra lo que se podría
denominar el núcleo mítico-poético de la existencia humana y que Ricoeur
estudiará luego dentro del enfoque ontológico del mito.
Aproximación ontológica al mito
Ricoeur dice que esta tercera lectura del mito supone los dos enfoques
precedentes y trata de decir el ser que habita en el hablar del mito. Ricoeur la
aborda apelando al planteamiento de la cuestión de la verdad según el primer
Heidegger y a la reevaluación del mito que Hans Jonas y Rudolf Bultmann han
propuesto en conexión con el replanteo heideggeriano de la cuestión de la verdad.

Para desarrollar el enfoque ontológico del mito, Ricoeur sostiene que es necesario
superar la distancia que hay entre la cultura moderna y la cultura en la que se
inscribe el mito para poder hacer nuestro algo que ha llegado a ser extraño para
nosotros en tanto modernos.

La primera forma de superar esa distancia y restaurar la revelación ontológica del


mito es la desmitologización, es decir, la eliminación de las categorías culturales
en las que está expresado el kerygma, para lo cual hay que instalarse en las
certezas de nuestra cultura moderna. La desmitologización permite eliminar la
intención explicativa o falso logos del mito y rescatar su dimensión simbólica. Pero
esto no es suficiente, porque después de atenernos a nuestras certezas para
rescatar el verdadero significado del mito, debemos transportarnos a otro universo
de sentido, hacer vacilar la seguridad de nuestro discurso moderno para que surja
un espacio discursivo en el que pueda tener sentido la cuestión del ser creado, del
ser perdido o salvado, condenado o justificado, incluso como cuestión previa a la
fe lo que Bultmann llama precomprensión.

Ricoeur añade que se trata de una lucha contra el olvido moderno de la cuestión
del origen y del sentido de nuestra vida. Como se puede observar, la distancia
cultural que impone el proceso moderno de secularización es una distancia no
sólo entre nosotros y la cultura en que se ha expresado el mito, sino también entre
nosotros y la cuestión de la que se trata en él. Por ahí que deconstruir las
seguridades modernas para despejar el espacio de interrogación en que la
cuestión del ser tenga sentido y posibilitar de esa manera que el mito recupere su
poder de revelación ontológica y que la hermenéutica vea franqueada la vía para
una recuperación de esta revelación.

Ricoeur cree que la cuestión del ser debe ser analizada en el nivel del lenguaje
mismo. Como parte del ser del hombre (no como una facultad entre otras) Ricoeur
sitúa el lenguaje en relación con la imaginación entendida como órgano de la
exploración ontológica de las posibilidades existenciales más propias del hombre.
Entonces, lo que el lenguaje tiene que decir es la apertura del hombre a sus
posibilidades de ser y los proyectos por los que el hombre avanza hacia su ser. De
esta manera, el lenguaje mitológico puede ser conectado con una precomprensión
ontológica y, así, visto como un lenguaje que revela y desvela una posibilidad de
existir propuesta al hombre.

Muchos estudiosos adoptaron un enfoque psicológico debido al interés que


despertaron las teorías de Sigmund Freud. Posteriormente, nuevos enfoques en
sociología y antropología continuaron fomentando el estudio del mito

EL ENFOQUE DEL SIMBOLISMO EN EL MITO


Todo símbolo es un signo visible y activo que se revela portador de fuerzas
psicológicas y sociales. En principio el símbolo es un signo de relación por el cual
se reconoce los aliados y se sientes unidos los iniciados. La primera función del
símbolo consiste en establecer un vínculo una relación entre hombres. Por esto, el
símbolo determina un acto social. A partir de Marcel Mauss el símbolo es
considerado un hecho social y Levi Strauss en esta misma perspectiva considera
los sistemas simbólicos subyacentes en el lenguaje y en las relaciones
socioeconómicas. En esta función antropológica solo cuenta a función de
referencia del símbolo, su comunicabilidad, que solo tiene un valor real si es
comprensible, perceptible a toda una agrupación de hombres.

El aspecto común a las diversas tendencias y disciplinas que se dan cita en esta
corriente interpretativa, es la consideración del simbolismo mítico como un modo
de expresión que difiere sustancialmente del pensamiento conceptual, en tanto
que posee "categorías" propias diferentes a las de éste y directamente
relacionadas con la emotividad humana; la noción de "símbolo" y su diferencia y
especificidad respecto al "signo" del lenguaje conceptual es el eje central en torno
al cual giran los planteamientos simbolistas, tanto los de corte psicológico-
psicoanalítico, como los de corte filosófico-hermenéutico.

El simbolismo, como corriente interpretativa general, posee dos grandes líneas


tradicionalmente diferenciadas: de un lado, el enfoque psicológico y de otro lado,
la concepción filosófica aparejada a la fenomenología de las religiones, y cabe
señalar que el punto de fulcro -y a la par nexo de unión- de estas dos grandes
vertientes del simbolismo, lo constituye la noción de símbolo. El "símbolo" se
diferencia y opone al "signo" del lenguaje conceptual de la siguiente manera:

Podemos decir que, desde el simbolismo, la relación del signo con aquello que
refiere es arbitraria, y el signo 'representa' a otra cosa distinta y ajena a él,
mientras que el símbolo se refiere a sí mismo, y 'es' aquello que designa (en
puridad, este ser del símbolo no es intrínseco al mismo, sino que es establecido
mediante convención social aunque, desde la vertiente psicológica del simbolismo,
se contempla esta cuestión más como "similitudes biológicas", i.e., 'mente' en
tanto que 'órgano', que como "convención social"). Esta concepción del símbolo
universal permite dos interpretaciones contrapuestas del mito, según situemos al
lenguaje simbólico "por debajo" o "por arriba" respecto del lenguaje conceptual: la
primera interpretación es la que asume Freud, al considerar a los mitos como
producto de las pulsiones afectivas (y así el lenguaje mítico puede reducirse a
"instintos" y "pulsiones"), situando al símbolo "por debajo" del concepto; la
segunda interpretación es la adoptada por Jung, Kerényi, Van der Leeuw, Otto,
Eliade y otros, quienes relacionan al símbolo mítico con la necesidad de los
hombres de expresar aquello que sobrepasa los límites del concepto, aquello que,
en terminología kantiana, "no puede ser conocido, pero sí puede ser pensado" y
que, en última instancia, apunta hacia la totalidad, lo absoluto, lo incondicionado.
Entonces, el mito expresaría mediante símbolos aquellas emociones
constitutivamente humanas que el pensamiento conceptual no llega a acotar; esta
última asunción conduce a la asimilación total de mito y religión, cuestión en la que
no coinciden todos los autores contemporáneos, dado que es restrictiva y
coercitiva respecto a la relación existente entre los mitos, las leyendas y los
cuentos.

Como vemos, son dos posturas extremas las concedidas desde el psicoanálisis al
estatuto de los sueños: o bien son expresión de "lo más bajo" de las
profundidades de la psique humana, o bien son manifestación de "lo más alto" y
común a todos, esto es, de una "sabiduría interior" universal. Frente a esta
divergencia, Fromm, hegelianamente, sintetiza y supera los planteamientos de
Freud y Jung (en esta cuestión, ya que en otras cuestiones se adhiere
abiertamente a Freud), adoptando una perspectiva sincrética en la que los sueños
son concebidos como "la expresión de las funciones mentales más bajas e
irracionales y también de las más elevadas y valiosas" Según Fromm, los mitos
guardan similitud con los sueños en tanto que ambos participan de un mismo tipo
de lenguaje: el lenguaje simbólico.

Tanto el mito, como la religión, el arte o el lenguaje, provienen y se nutren de ese


sustrato común a todos ellos que es la actividad simbólica humana (es por ello que
Cassirer considera al mito, la religión, el arte, el lenguaje, e incluso el
conocimiento, como "formas simbólicas", esto es, herramientas interpretativas que
nos posibilitan aprehender nuestro entorno a la a par racional y emotivamente).
Según Cassirer, quien explícitamente se distancia del psicologismo, las principales
categorías propias de la intuición mítica son las de participación y semejanza.
Para este autor, el pensamiento mítico, o mejor, "la intuición y el sentimiento vital
mitológicos", buscan, persiguen, a modo de pulsión interna, la unidad
indiferenciada, la participación de la parte en la esencia del todo; así, lo similar no
solo 'se parece', sino que 'es'.
FUENTES DE INFORMACIÓN
 https://antenaclinicadebilbao.com/es/textos/referencias-resenas-y-textos/20-
referencias/272-la-estructura-de-los-mitos-claude-levi-strauss

 https://www.scbicf.net/nodus/contingut/article.php?
art=195&rev=28&pub=1#:~:text=En%20la%20estructura%20del%20mito,su
%20estructura%20que%20es%20discontinua.

 https://digitalrepository.unm.edu/cgi/viewcontent.cgi?
article=1329&context=abya_yala

 https://concepto.de/mito/#:~:text=Los%20mitos%20presentan%20las
%20siguientes,por%20los%20primeros%20seres%20humanos.

 https://delphipages.live/filosofia-y-religion/religiones-y-mitologia-antiguas/
approaches-to-the-study-of-myth-and-mythology

 https://mitosleyendascortas.com/estructura-del-mito/

 https://www.uv.es/~japastor/mitos/b2-1.htm

 https://wwwfile:///C:/Users/Lenovo/Downloads/ecob,
+RESF0000220099A.PDF.pdf

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