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Alertan riesgo de megasismo de 8,9 grados en el Chaco boliviano

Ciencia. En San Calixto no confirman ni descartan las advertencias


Científicos de la Universidad de Hawái alertaron sobre el riesgo de que un
megasismo de 8,9 grados en la escala de Richter sacuda la región del
Chaco boliviano, cuyo epicentro sería la falla geológica de
Mandeyapecua, ubicada en el departamento de Santa Cruz, en el límite
con Chuquisaca. Sin embargo, el estudio realizado no indica una fecha
precisa para el fenómeno.

De acuerdo con la teoría difundido por la revista científica británica


Nature, al menos dos millones de bolivianos que viven en localidades
cercanas a este lugar están expuestos a las consecuencias de un
terremoto125 veces más potente de lo que auguraban anteriores
estimaciones.

Sobre el tema, analistas del Observatorio San Calixto de La Paz no han


confirmado ni descartado tal posibilidad, aunque, por los antecedentes
sísmicos de la zona, se cree que no hay grandes probabilidades de que se
registre un terremoto de esa magnitud en el país.

El estudio de Nature, divulgado ayer por agencias de noticias, constituye


una sorpresa incluso para los propios investigadores. “Nadie sospechaba
que las estimaciones precedentes habían sido subestimadas”, destacó
Benjamin Brooks, principal autor del artículo.

“Sabemos que hay actividad sísmica allí, pero eso no quiere decir que
podamos confirmar lo que dicen los investigadores de la revista”, dijo
Guido Ávila, geólogo de San Calixto. En criterio de Ávila, los antecedentes
de la zona no hacen prever la posibilidad de que se suscite un temblor de
esa magnitud, pues el promedio allí es de 3,5 grados.

Mario Suárez Riglos, doctor en Geología que radica en Santa Cruz,


desestimó el impacto que puede llegar el probable movimiento telúrico,
pues, según explica, la profundidad de la falla de las placas tectónicas
Nazca y Sudamericana alcanza entre 800 y 1.000 km. Este hecho hace que
cualquier tensión no tenga mayores repercusiones en la superficie, por la
considerable distancia. “No es oportuno alarmar a la gente, pero sí hay
que estar preparados”, manifestó Suárez.
En cambio, un minucioso análisis de cálculos efectuados con GPS (Sistema
de Posicionamiento Global, por sus siglas en inglés), realizados en el
flanco oriental de la cadena montañosa, sugirió que las tensiones
subterráneas que se acumulan allí desde hace siglos pueden provocar un
sismo de entre 8,7 y 8,9.

Esos cálculos muestran que la zona situada al oeste de la falla de


Mandeyapecua, orientada norte-sur, se desplazó mucho más que el área
situada al este de esta falla. Según los investigadores, una sección
relativamente poco profunda de esta falla está bloqueada sobre unos 100
kilómetros y es allí donde se concentran las tensiones provocadas por la
confluencia de dos placas tectónicas situadas bajo la región.

“La ruptura de toda esta sección ‘encerrada’ durante un solo sismo puede
culminar en un temblor de magnitud 8,9", estimó Brooks. “Esperamos que
estas informaciones serán difundidas en Bolivia y tomadas en cuenta por
la gente que puede resultar más afectada”, dijo, en la revista Nature.

No obstante, es imposible saber cuándo dicho megasismo podría


producirse, ni siquiera decir con certeza si se producirá algún día. Una
serie de temblores menos potentes pueden disipar las tensiones telúricas
sin provocar un megasismo, agrega.

En los últimos años se han producido sismos de mayor magnitud (8,9 en


Japón en marzo y 8,8 en Chile en febrero de 2010) que han incitado a los
especialistas a revisar sus estimaciones.

“Probablemente deberíamos evaluar de nuevo nuestras estimaciones de


los sismos que pueden golpear todas las zonas de fallas", dijo Ross Stein,
sismólogo del Sistema de Vigilancia Geológica de Estados Unidos (USGS),
poco después del terremoto seguido de un tsunami que devastó el
noreste de Japón.

Por su lado, Suárez aconsejó a los organismos del Estado que se


desarrolle una investigación con sismógrafos y GPS que ayuden a tener
una idea más objetiva de las probabilidades de riesgos.

Para saber
– Placas. Las placas tectónicas Nazca y Sudamericana se encuentran en el
subsuelo de los países del Cono Sur, entre ellos Bolivia. La tensión entre
estas produce deslizamientos de bloques de la corteza terrestre y, en
consecuencia, temblores.

– Fallas geológicas. Son una discontinuidad que se forma por fractura en


las rocas superficiales de la Tierra (hasta unos 200 km de profundidad)
cuando las fuerzas tectónicas superan la resistencia de las rocas. La zona
de ruptura tiene una superficie generalmente bien definida, denominada
plano de falla, y su formación va acompañada de un deslizamiento de las
rocas tangencial a este plano.

– Falla de Mandeyapecua. Según el geólogo Mario Suárez, esta falla está


activa desde finales del siglo XIX. En la zona se registraron dos terremotos
importantes. Uno sucedió el 23 de septiembre 1887 (se supone que fue
de 7 grados) y causó destrozos en Yacuiba. El segundo fue el 23 de marzo
de 1899. Desde entonces no se han reportado sismos de gran magnitud.

– Sísmica. En la zona del Chaco boliviano, de acuerdo con San Calixto, se


registran sismos superficiales de un promedio de 3,5

– Aiquile y Totora. Entre las poblaciones de Totora, Aiquile y Mizque, al


sureste de Cochabamba, el 22 de mayo de 1998 ocurrió el terremoto más
destructor de la región central de Bolivia: 6,5 grados. Provocó la muerte
de 80 personas, más de un centenar de heridos y la destrucción de las
viviendas de esas poblaciones.

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