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LA TEORÍA DE LA PERSONALIDAD DE SIGMUND FREUD

Sigmund Freud: biografía breve


Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en una pequeña localidad de Moravia llamada Freiberg. Su
padre fue un comerciante de lana con una mente muy aguda y un buen sentido del humor. Su madre era
una mujer activa, vivaz, segunda esposa del padre de Sigmund y 20 años menor que su marido. Tenía 21
años cuando tuvo a su primer hijo, su apreciado Sigmund. Este tuvo dos medio-hermanos y otros seis
hermanos. Cuando tenía 4 o 5 años (él no recuerda bien), su familia se trasladó a Viena, donde viviría
casi toda su vida.
Freud, un niño brillante, siempre a la cabeza de su clase, ingresó en la escuela de medicina; una de las
pocas opciones para un joven judío en Viena en esos días. Allí, se embarcó en la investigación bajo la
dirección de un profesor de fisiología llamado Ernst Brücke. El maestro creía en nociones comunes o, si
se quiere, radicales de aquella época y que hoy conoceríamos como reduccionismo: "no existen otras
fuerzas que las comunes físico-químicas para explicar el funcionamiento del organismo". Freud pasó
muchos años intentando "reducir" la personalidad a la neurología, causa que más tarde abandonaría.
Sigmund Freud (1856-1939), el fundador del psicoanálisis, desarrolló diversos modelos para explicar la
personalidad humana a lo largo de su carrera literaria. 

LAS 5 TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD DE SIGMUND FREUD

1. Modelo topográfico
Freud desarrolló el modelo topográfico durante la primera etapa de su carrera. Originalmente fue descrito
en una de sus obras clave: “La interpretación de los sueños”, publicado en el año 1900. Esta teoría sobre
la personalidad también es conocida como “Primera Tópica”.
El modelo topográfico divide la mente en tres “regiones”:
Consciente. Preconsciente. Inconsciente

Consciente 
Es todo aquello de lo que nos damos cuenta en un momento particular: las percepciones presentes,
memorias, pensamientos, fantasías y sentimientos.

Preconsciente
Algo que hoy llamaríamos "memoria disponible", se refiere a todo aquello que somos capaces de
recordar, aquellos recuerdos que no están disponibles en el momento, pero que somos capaces de traer
a la consciencia.
Inconsciente
Es la parte más grande, incluye todas aquellas cosas que no son accesibles a nuestra consciencia, son
nuestros impulsos o instintos, así como otros episodios que no podíamos tolerar en nuestra mente
consciente, tales como las emociones asociadas a los traumas.

Según la metáfora del iceberg de Freud, La punta del iceberg, que es lo visible, equivale a la
región consciente. Tendría que ver con todo aquello que se puede percibir en un momento
particular: percepciones, recuerdos, pensamientos, fantasías y sentimientos. La cognición, la motricidad y
la interacción con el entorno dependen de la mente consciente, que está regida por el principio de
realidad, del mismo modo que el preconsciente.

La parte del iceberg que se sumerge, pero que aún puede ser visible, equivale a la
región preconsciente de la mente. Tiene que ver con todo aquello que se es capaz de recordar;
momentos que ya no están disponibles en el presente pero que pueden ser traídos a la consciencia, el
paso intermedio entre la mente consciente y el inconsciente. De más fácil acceso que el inconsciente y
que alberga información bastante importante sobre nuestra identidad.
El grueso del iceberg que queda oculto debajo el agua, equivale a la región inconsciente.  En esta
área quedarían guardados todos los recuerdos, sentimientos y pensamientos inaccesibles para
la conciencia. Guarda contenidos que pueden ser inaceptables, desagradables, dolorosos, conflictivos y
sobre todo angustiantes para la persona. De acuerdo con Sigmund Freud, el inconsciente es la fuente de
nuestras motivaciones, ya sean simples deseos de comida o sexo, compulsiones neuróticas o los motivos
de un artista o científico. Además, tenemos una tendencia a negar o resistir estas motivaciones de su
percepción consciente, de manera que solo son observables de forma disfrazada

2. Modelo dinámico

Tiene que ver con la dinámica psíquica que se produce en la mente del sujeto, entre los impulsos que
buscan la gratificación sin medida y los mecanismos de defensa que procuran inhibirlos.

La dinámica psíquica reguladora tiene como fin primordial procurar que cada persona pueda desenvolverse
y adaptarse en el medio social. Los mecanismos de defensa que se derivan de este modelo son:
represión, formación reactiva, desplazamiento, fijación, regresión, proyección, introyección y
sublimación; son pilar importante de la teoría de la personalidad de Sigmund Freud.

El concepto “dinámico” hace referencia a un conflicto entre dos fuerzas que se produce en la mente: los
impulsos (fuerzas "instintivas"), que buscan la gratificación, y las defensas, que procuran inhibir a
los anteriores. Del resultado de esta interacción surgen los procesos psicológicos, que suponen una
resolución más o menos satisfactoria o adaptativa de los conflictos.

3. Modelo económico

Tiene que ver con la forma de funcionamiento de aquello que Freud denominó pulsión la cual puede ser
entendida, como la energía que nos impulsa a buscar un fin determinado. Es el motor y la energía que nos
mueve. En este sentido, Freud consideraba que todo comportamiento estaba motivado por las pulsiones, a
las que dividió en pulsión de vida (eros) y pulsión de muerte (tánatos).

La pulsión de vida está relacionada con la capacidad de autoconservación del individuo, impulso para
crear, protegerse, relacionarse. En cambio, la pulsión de muerte, está relacionada con las tendencias
destructivas del ser humano hacia sí mismo o hacia el otro, relacionándolas con el principio de Nirvana que
es la nada, la no-existencia, el vacío. Estas pulsiones tienen un origen biológico (en concreto se relacionan
con la tensión corporal) y su objetivo es la supresión de estados fisiológicos desagradables. Nirvana es
una idea budista usualmente traducida como "Cielo". Se refiere a la no-existencia, a la nada, al vacío; lo
que constituye la meta de toda vida en la filosofía budista.

La evidencia cotidiana de la pulsión de muerte y su principio de nirvana está en nuestro deseo de paz, de
escapar a la estimulación, en nuestra atracción por el alcohol y los narcóticos, en nuestra propensión a
actividades de aislamiento, como cuando nos perdemos en un libro o una película y en nuestra apetencia
por el descanso y el sueño. En ocasiones esta pulsión se representa de forma más directa, como el
suicidio y los deseos de suicidio. Y en otros momentos, tal y como Sigmund Freud decía, en la agresión,
crueldad, asesinato y destructividad.

4. Modelo genético

La teoría freudiana sobre la personalidad más conocida es el modelo genético, en el cual se describen las
cinco fases del desarrollo psicosexual. Según esta teoría el comportamiento humano está regido en gran
medida por la búsqueda de la gratificación (o descarga de la tensión) en relación a las zonas
erógenas del cuerpo, cuya importancia depende de la edad.
Freud descubrió que no solo el adulto encuentra satisfacción en las zonas erógenas, sino que el niño
también lo hace. La gratificación excesiva en estas etapas o la frustración repentina de alguna harán que
se desarrollen ciertos tipos de personalidad.
Las etapas o estadios del desarrollo psicosexual, en la teoría de la personalidad de Sigmund Freud,
son:

Etapa oral: de 0- 18 meses. El foco del placer es la boca; chupar, besar y morder los bebés tienden a
morder y a succionar los objetos para investigarlos y obtener placer.  La fijación en esta fase se
relaciona con una personalidad oral receptiva a seguir buscando el placer por medio de la boca (fumar,
el comer de más, etc.). Por el contrario, la frustración repentina se relaciona con una personalidad oral
agresiva: procura el placer siendo agresivamente verbal y hostil con los demás.

Etapa anal: de 18-4 años de edad. El foco del placer es el ano; retener y expulsar. Los pequeños de esta
edad están muy centrados en la excreción. Un control muy estricto de la misma se relaciona
con personalidad retentiva, mezquina. O por el contrario personalidad laxa, derrochadora.

Etapa fálica: de 4-6 años de edad. El foco del placer se centra en los genitales. Durante este periodo se
producen los célebres complejos de Edipo y de castración. Ocurre la identificación con el padre o la
madre. En esta etapa se resuelve el complejo de Edipo. Este complejo estructura la personalidad y
sirve para aceptar las normas sociales por parte del individuo. La masturbación a estas edades es bastante
común.

Etapa de latencia: de 6-12 años Durante este período Freud supuso que la pulsión sexual se suprimía
al servicio del aprendizaje para facilitar una integración cultural del sujeto a su entorno . Es decir la
libido se reprime y se priorizan el aprendizaje y el desarrollo cognitivo.

Etapa genital: 12 años en adelante. Representa la aparición de la pulsión sexual en la adolescencia,


dirigida más específicamente hacia las relaciones sexuales. Se reafirma la identidad sexual de hombre o
la mujer.
La psicopatología, más específicamente la neurosis, se entiende como el resultado de la frustración de la
satisfacción de las necesidades características de estos periodos del desarrollo, o bien de la fijación
psicológica total o parcial en uno de ellos a causa de un exceso de gratificación durante la etapa crítica.
5. Modelo estructural
Como el modelo genético, el estructural es particularmente conocido; en este caso se destaca la
separación de la mente en tres instancias que se desarrollan a lo largo de la infancia: el Ello, el Yo y
el Superyó.

El Ello o Id: Es la parte primitiva e innata de la personalidad, cuyo único propósito es satisfacer los
impulsos de la persona. Representa las necesidades y deseos más elementales, las pulsiones,
relacionadas con la sexualidad y con la agresión, así como por huellas mnémicas de las experiencias de
gratificación de estos impulsos.
El Ello tiene el trabajo particular de preservar el principio de placer, el cual puede entenderse como una
demanda de atender de forma inmediata las necesidades. Imagínese por ejemplo a un bebé hambriento
en plena rabieta. No "sabe" lo que quiere, en un sentido adulto, pero "sabe" que lo quiere ¡ahora mismo!
El bebé, según la concepción freudiana, es puro, o casi puro Ello.

El Yo o Ego: Esta estructura tiene un papel regulador en la vida psicológica: evalúa los modos de
satisfacer los impulsos teniendo en cuenta las demandas del entorno, trabaja tanto con contenidos
inconscientes como conscientes, y es en esta parte de la mente donde ejercen los mecanismos de
defensa.
Evoluciona según la edad y actúa como un intermediario entre el Ello y el Superyó. Representa la forma
como enfrentamos la realidad. El Yo, a diferencia del Ello, funciona de acuerdo con el principio de
realidad, el cual estipula que se "satisfaga una necesidad tan pronto haya un objeto disponible".
Representa la realidad y hasta cierto punto, la razón
El Superyó o Súper Ego: Representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura.
Representa la ley y la norma censurando determinados contenidos mentales, como supervisor del resto
de instancias y como modelo de conducta (es decir, supone una especie de “Yo ideal”). Esta estructura se
forma a través de la interiorización de las normas sociales. Aunque el Yo se las ingenia para
mantener contento al Ello (y finalmente al cuerpo), se encuentra con obstáculos en el mundo externo. En
ocasiones se encuentra con objetos que ayudan a conseguir las metas. Pero el Yo capta y guarda
celosamente todas estas ayudas y obstáculos, especialmente aquellas gratificaciones y castigos que
obtiene de los dos objetos más importantes del mundo de un niño: mamá y papá. Este registro de cosas a
evitar y estrategias para conseguir es lo que se convertirá en Superyo. Esta instancia no se completa
hasta los siete años de edad y en algunas personas nunca se estructurará.
.
Para concluir, señalar que los modelos interactúan entre sí. Hacen de la personalidad un conjunto dinámico
de características síquicas que condicionan el modo en el que cada persona actúa ante las
circunstancias que se le presentan

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