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CORTEZA TERRESTRE

La corteza terrestre es la capa más superficial del planeta Tierra. Es la más externa, delgada y reciente de las capas de la Tierra. Es la
capa sobre la cual habitamos los seres vivos, incluso aquellos que se adentran en las más profundas capas del suelo.
La corteza terrestre forma parte, junto al manto terrestre y el núcleo terrestre, de la llamada  geósfera, que es la parte sólida del
planeta. La corteza se extiende desde la superficie hasta los 35 kilómetros promedio de profundidad. La profundidad se toma en
promedio ya que varía dependiendo de si se trata de:

 Corteza oceánica. Cubre el 55% de la superficie del planeta, ubicada a miles de metros de profundidad bajo el océano, y
es más delgada que la continental (con un espesor de 5 km en el fondo oceánico).
 Corteza continental. De naturaleza heterogénea, dado que está formada por rocas de distintos orígenes, siendo los
minerales más abundantes el cuarzo, los feldespatos y las micas. Su grosor es mucho mayor, alcanzando en zonas
montañosas los 70 km.
La Tierra es el único planeta rocoso conocido que posee una corteza heterogénea desde un punto de vista químico y físico, dado que se
produjeron mediante procesos geológicos distintos.

Características de la corteza terrestre


La corteza terrestre es sólo el 1% del volumen total de la Tierra.
La corteza terrestre representa menos de 1% del volumen total del planeta. Sin embargo es todo lo que conocemos directamente, ya
que se extiende hasta 35 kilómetros hacia el núcleo, de los cuales apenas 12,2 km fueron excavados con el pozo más profundo de la
historia, el Pozo Superprofundo de Kola (KSDB), obra de la antigua Unión Soviética.
La corteza es la parte superior de la litósfera, junto con la parte superior del manto, por encima de la discontinuidad de Mohorovicic.
Dado que es mucho menos densa que el manto, la corteza “flota” por encima.
A medida que aumenta la profundidad también asciende la temperatura, oscilando entre los 200 y 400 °C, a un ritmo de 30 °C por
kilómetro de profundidad.
Los elementos químicos más abundantes en la composición de la corteza son: oxígeno (46,6%), silicio (27,7%), aluminio (8,1%), hierro
(5,0%), calcio (3,6%), sodio (2,8%), potasio (2,6%) y magnesio (1,5%). El resto del volumen de la corteza lo representan agua y otros
elementos escasos, sumando menos del 1% de su composición.

Formación de la corteza terrestre


En la historia geológica del planeta, la primera corteza terrestre se formó hace 4400 a 4550 millones de años. Desde entonces sus
volúmenes han ido aumentando con el tiempo.
A medida que las condiciones terrestres se estabilizaban y el planeta se enfriaba, nuevas capas de corteza fueron emergiendo hasta
ocupar un volumen considerable hace 2500 millones de años, en gran medida gracias a dos eventos geológicos mayores: uno hace
2500-2700 millones de años atrás, y otro 1700-1900 millones de años atrás.
Sin embargo, la corteza terrestre se está formando constantemente. Para ello, porciones de ella se hunden en el manto (subducción)
para fundirse en el magma líquido subterráneo, mientras que otras porciones nuevas emergen en los centros de expansión de la corteza
oceánica.
La corteza continental tiene una edad promedio de 2 millones de años, lo que la hace mucho más antigua que la corteza oceánica.
Movimiento y dinámica de la corteza terrestre

Au
nque no lo percibamos, la corteza se encuentra en movimiento.
La corteza terrestre dista de ser estática. Las placas que la componen se hallan flotando sobre el manto, compuesto por materiales
pastosos sometidos a enormes presiones. Por lo tanto, se produce un desplazamiento lento de la corteza, lo cual es conocido como la
dinámica tectónica.
Así, las distintas porciones de la corteza se rozan y chocan, ejerciendo presión la una sobre la otra y dando pie a la orogénesis o
creación de las montañas, a medida que la corteza se pliega y abulta. De esta manera el relieve depende en gran parte
del movimiento de la corteza.
Similarmente, pueden también generarse depresiones o fallas tectónicas, cuando una placa se sumerge por debajo de la otra,
licuificándose y aumentando la presión interna del magma por salir. Así es como surgen los volcanes.
Dichos movimientos de la corteza terrestre dan origen, además, a los sismos y temblores, ya que el roce entre las placas
tectónicas produce ondas sísmicas que se transmiten hacia la superficie, a veces con efectos devastadores.
Del mismo modo, originan la deriva continental, que es el movimiento de las masas continentales a lo largo del tiempo, desde los
supercontinentes primitivos (como Pangea) hasta la configuración actual.

Capas de la corteza terrestre


La corteza terrestre es una capa relativamente homogénea, es decir que no tiene capas ni subdivisiones. La única forma de
diferenciarla es entre la corteza continental, más gruesa, antigua y robusta, y la corteza oceánica, más joven, delgada y móvil.
Importancia de la corteza terrestre
La corteza terrestre es un área vital del planeta. Para empezar, allí es donde tiene lugar la vida (biosfera), fenómeno único de nuestro
planeta en el Sistema Solar.
Además en este punto las rocas secas y cálidas pueden reaccionar con el agua y el oxígeno que abundan en la superficie.  En la corteza
surgen nuevas formas de rocas y minerales que componen la riqueza y abundancia mineral de nuestro entorno.
Además, la orogénesis no sería posible sin los movimientos de la corteza, ni la compleja dinámica de cambios geológicos que ello
implica, y por lo tanto tampoco se podrían dar ciclos químicos como el del agua, que requiere de las montañas para fluir en ríos hacia
el mar.

¿Qué es un terremoto?
Un terremoto es un temblor intenso de la superficie terrestre causado por movimientos en la capa superior de la Tierra.

¿Por qué se producen los terremotos?


Aunque desde la superficie, la Tierra parece un lugar bastante sólido, en realidad tiene mucha actividad justo debajo de su superficie. La
Tierra está hecha de cuatro capas básicas: una corteza sólida, un manto caliente y casi sólido, un núcleo exterior líquido y un núcleo
interior sólido.

Diagrama de las capas de la Tierra. Los terremotos son causados por movimientos en las capas superiores de la Tierra, en una zona
llamada litosfera.
La litosfera está formada por la corteza terrestre y la capa superior firme del manto. La litosfera no es como una cáscara de huevo que
envuelve la Tierra, sino que está compuesta por unas piezas gigantes, como de rompecabezas, llamadas placas tectónicas. Las placas
tectónicas se mueven continuamente porque se desplazan sobre la capa viscosa, que resbala, del manto.
La corteza de la Tierra está dividida en placas tectónicas que hace millones de años que se mueven muy lentamente por la superficie
de la Tierra. Fuente: USGS
Este movimiento es constante y causa presión en la corteza de la Tierra. Cuando la presión aumenta demasiado, da como resultado unas
grietas enormes llamadas fallas. El movimiento de las placas tectónicas también produce desplazamientos en las fallas.
Un terremoto es un movimiento súbito de la corteza terrestre localizado en una falla.

El lugar donde empieza un terremoto se llama epicentro. El movimiento más intenso de un terremoto es usualmente cerca del
epicentro. Sin embargo, las vibraciones de un terremoto se sienten y son detectables a cientos o hasta miles de kilómetros del epicentro.

¿Cómo medimos los terremotos?

La energía de un terremoto viaja por la Tierra en forma de vibraciones llamadas  ondas sísmicas. Los científicos miden estas ondas
sísmicas con un instrumento llamado sismógrafo. El sismógrafo detecta las ondas sísmicas y las registra dibujando una serie de zigzags
en un papel.
Los científicos pueden determinar el tiempo, la localización y la intensidad de un terremoto basándose en la información registrada por
el sismógrafo. Este registro también les da información sobre el tipo de rocas a través de las cuales pasaron las ondas sísmicas.
¿Solo hay terremotos en la Tierra?

"Terremoto" es el nombre que usamos para la actividad sísmica que se produce en la Tierra, pero la Tierra no es el único lugar con
actividad sísmica. Los científicos han medido temblores en la Luna, y ven indicios de actividad sísmica tanto en Marte, como en Venus,
y en varios satélites de Júpiter.
La sonda InSight de la NASA llevó un sismógrafo a Marte para estudiar su actividad sísmica: los llamados “martemotos”. En la Tierra
ya sabemos que los distintos materiales vibran de formas diferentes. Estudiando las vibraciones de estos temblores marcianos, los
científicos confían que podrán averiguar qué tipo de materiales se encuentran en el interior de Marte.

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