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6_Noviembre Día internacional para la prevención y la sobreexplotación del

medio ambiente.

Los recursos naturales son de las fuentes de riqueza más grandes brindadas por
la Tierra que pueden ser explotados para lograr un bien económico. Los
minerales, el suelo y las plantas son una parte fundamental en la vida de todo ser
humano.
Entre los recursos renovables más importantes para el ser humano podemos
encontrar el recurso hídrico, el cual es indispensable para la vida de todos los
seres vivos, para mantener los ecosistemas acuáticos, producir electricidad,
además es utilizada como vía de comunicación, y su buen uso nos garantiza
grandes beneficios para el medio ambiente y para la vida en sí.
Los recursos no renovables son aquellos bienes que no pueden ser producidos,
regenerados a una escala que se pueda afirmar su nivel de consumo. Estos
bienes frecuentemente son encontrados en cantidades fijas o consumidas con
mucha más velocidad de lo que la naturaleza puede lograr su regeneración, un
ejemplo de esto sería el petróleo.
Debido a que las personas no toman conciencia y a la utilización de manera
descontrolada de los recursos naturales es evidente que pronto estos serán tan
pocos que difícilmente suplirán todas las necesidades de las personas que habitan
en la Tierra hasta el punto de que el agua y la energía disponible no darán abasto
para suplir gran parte de las funciones a cumplir de las personas.
Además, la explotación de dichos recursos sigue encontrándose en control de
empresas de países desarrollados que a pesar de que consumen los recursos en
mayor medida que el resto de países, generan muy pocos beneficios en los
lugares de donde las extraen lo que aumenta en gran medida la desigualdad y
como resultado termina obligando a muchas personas a dejar su sitio de
residencia actual para salir en busca de zonas que les resulten más aptas para su
supervivencia.
A pesar de las muestras evidentes de los efectos del uso desmedido de los
recursos naturales, los comportamientos sociales no muestran una real
comprensión del problema, por ejemplo la construcción continua de vehículos que
queman cantidades enormes de petróleo, sin tener en cuenta la aceleración de su
agotamiento.
Al realizarse explotaciones agrícolas programadas, las consecuencias son las
grandes regiones con sequía y tierra agotada. El agua dulce se irá reduciendo,
menos lluvias, más calor, deshielo en los polos, e inundaciones masivas de
regiones costeras, etc.
Equilibrio ecológico
Hace pocos años un equipo de científicos e investigadores especularon en una
serie documental lo que podría pasar con la Tierra si los humanos desaparecieran
repentinamente. Predijeron los eventos durante los primeros cien años de
ausencia de la humanidad y exploraron las formas en que las estructuras hechas
por el hombre colapsarían, mientras que la naturaleza se repondría.
La serie demostró el enorme impacto de la humanidad en el medio ambiente y
cómo, sin nosotros, las poblaciones de animales y plantas en la tierra y el agua,
prosperarían.
Es importante destacar que la naturaleza hace posible el desarrollo humano, pero
nuestra implacable demanda de recursos de la Tierra está acelerando las tasas de
extinción y devastando los ecosistemas. Este informe titulado El peligroso
declive de la naturaleza 'sin precedentes'; Las tasas de extinción de especies
se 'aceleran' En donse se destaca la necesidad crucial de integrar las
consideraciones sobre la biodiversidad en la toma de decisiones de todos los
sectores, ya sea agua, agricultura, infraestructura o negocios.

En línea con el crecimiento de la población — que alcanzará los 9.8 mil millones
para 2050 — la agricultura intensiva, la pesca excesiva, la producción de energía y
la extracción de materias primas han “alterado significativamente” tres cuartas
partes de la superficie terrestre del planeta y más de la mitad de los océanos,
señaló el informe.
Sin embargo, los autores demuestran que no todos los modos de vida conducen a
una degradación ambiental tan generalizada. Una cuarta parte de la superficie
terrestre mundial ocupada por los pueblos indígenas se está degradando a un
ritmo mucho menor, aunque se encuentra bajo una presión creciente. De hecho,
los expertos afirman que las regiones y países se beneficiarían del conocimiento
de los pueblos indígenas y de su comprensión sobre los grandes ecosistemas.
 “La gobernanza, incluidas las instituciones tradicionales y sistemas de gestión
que involucran a pueblos y comunidades locales pueden ser una forma efectiva de
salvaguardar la naturaleza y sus contribuciones a las personas”, dice el informe.
Contradictoriamente, se espera que las áreas del mundo que experimenten los
efectos más adversos de los cambios en el clima y la biodiversidad son los lugares
habitados por comunidades locales “antiguas”, ya que las ciudades se seguirán
expandiendo y requerirán más carreteras, represas y extracción de petróleo y
minerales.
“Un mensaje crucial del informe es que a la naturaleza le va mejor cuando las
personas que están conectadas a ella—quienes viven en ella— son reconocidos y
apoyados como sus principales protectores. Cuando las personas se benefician de
la biodiversidad, la protegen”, dijo Doreen Robinson, experta en vida silvestre de
ONU Medio Ambiente.
El informe prevé que, con el ritmo actual del desarrollo, los impactos negativos en
la naturaleza continuarán hasta 2050. Es por esto que los autores del informe
resaltan la necesidad de una “reorganización de todo el sistema” en los ámbitos
tecnológico, económico y social con el fin de que la naturaleza pueda ser
restaurada y conservarda.
“Debemos vivir en la Tierra de manera diferente”

¿Cómo lograr el equilibrio ecológico desde casa?

1. Desplazarse de manera sostenible

Para desplazarse hasta el espacio natural elegido, lo idóneo sería utilizar el


transporte público. Si no queda más remedio que usar el vehículo privado, al
menos compartirlo con otros usuarios y conducir de forma eficiente. Ya en plena
naturaleza, lo más ecológico y sano es ir a pie o en bicicleta y evitar vehículos
todoterreno, motos o quads que, además de erosionar el suelo, emiten un molesto
ruido que afecta al entorno.
2. Respetar las indicaciones y las normas del espacio natural

Los espacios naturales protegidos suelen contar con señalizaciones y normas de


uso que hay que respetar para evitar dañarlos. Conviene leerlos con atención y, si
es posible, informarse antes de sus particularidades.
3. Comer de forma ecológica

Si se va a pasar todo el día, una cesta de mimbre o una mochila son perfectos
compañeros. La comida se puede llevar en tarteras o envases específicos
reutilizables (nunca de usar y tirar ni con un empaquetado excesivo) y la bebida en
termos o bidones de aluminio. Las botellas o las bolsas de plástico tienen un gran
impacto ambiental si se abandonan en la naturaleza y, por ello, hay que evitarlos.
Aunque el vidrio se puede reciclar, en la naturaleza no es la mejor opción porque
puede ser un elemento cortante y provocar un incendio.
4. Tratar las basuras de forma adecuada

La basura producida durante la jornada se debe tratar de forma adecuada.


Algunos espacios naturales cuentan con contenedores, pero si no hay o se duda
sobre su posterior reciclaje, los residuos generados se deben conservar hasta
poder reciclarlos de forma conveniente. Algunos, como las pilas, pueden ser muy
tóxicos para el medio ambiente. Por ello, también hay que guardarlos para su
posterior tratamiento.
5. Utilizar el agua y la energía con moderación

El agua es un recurso cada vez más escaso, y en la naturaleza lo es aún más. No


dejar grifos abiertos de fuentes, usar solo lo necesario y evitar que jabones o
champús acaben en ríos, lagos o mares y los contaminen son algunas medidas
indispensables.
6. No provocar fuegos

Grandes desastres como los incendios forestales se pueden generar por una


colilla mal apagada o una barbacoa. Si es posible, se recomienda no fumar o, al
menos, preocuparse de que colillas y cenizas no lleguen al entorno; también hacer
fuegos solo en espacios habilitados para ello y hacer caso a las indicaciones. En
épocas de riesgo de incendio se prohíbe hacer fuego incluso en estos lugares.
7. No molestar a las especies ni alterar el entorno

Los ecosistemas y las especies que habitan en ellos viven en un delicado


equilibrio que puede romperse por cualquier pequeña alteración, sobre todo en el
caso de las especies amenazadas. Es aconsejable, por tanto, no tocar los nidos
de las aves, no ofrecer comida que pueda sentar mal a los animales, no gritar ni
introducir elementos de contaminación acústica como música o vehículos
ruidosos, no llevarse nada "como recuerdo", dejar todo como estaba.
8. No introducir especies invasoras

Las especies invasoras causan graves daños medioambientales y económicos. En


algunas ocasiones se han introducido por descuido o desconocimiento de sus
consecuencias. Nunca hay que llevar una especie de un lugar a otro distinto.
9. Evitar el tráfico ilegal de especies protegidas

El contrabando de especies además de ser un delito, pone en riesgo a muchos


seres vivos en situación delicada. Así ocurre cuando se adquiere una especie
exótica, ya sea viva o como souvenir con partes de la misma, como corales o
colgantes de marfil.
10. Denunciar conductas antiecológicas y catástrofes ambientales

Si se observa alguna actividad que ponga en peligro la naturaleza, como vertidos


ilegales, uso de cebos con veneno, contrabando de especies, incendios forestales,
etc., se debe denunciar. Marcar el teléfono de Emergencias o el del Servicio de
Protección de la Naturaleza.
11. Practicar el turismo ecológico

El turismo ecológico ofrece una estancia agradable y en armonía con el entorno.


Las posibilidades son diversas, desde el senderismo hasta el "birdwatching" u
observación de las aves en su hábitat natural.

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