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El poder de la música o la psicología de la música es considerada el estudio de la fuerza emocional

que causa la música en el comportamiento de las personas en su instancia en vida.

Esta psicología tuvo inicios a principios del siglo XX estableciendo dos enfoques:

Enfoque cofisiológico: Este primer enfoque nos dice que el oír es el resultado de una excitación
provocadas por las ondas sobre el sistema auditivo, que se transmite por el sistema nervioso hasta
llegar al cerebro para dar lugar a una imagen aural. La actividad sensorial está localizada en la zona
bulbar, el mensaje afectivo de la música en el diencéfalo, donde se encuentran las emociones, y la
actividad intelectual en la zona cortical. La música permite el equilibrio dinámico entre las
capacidades de los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro.

Enfoque psicobiológico: Por último, este enfoque nos dice que el desarrollo de nuestras
capacidades musicales depende de nuestro número de conexiones neuronales, creadas por la
estimulación y que cada uno de nosotros debe su sistema referencial para obtener el aprendizaje.

Desde la antigüedad hasta el siglo XX

Desde la antigüedad se ha estado suponiendo sobre la música y el sonido. Los primeros


experimentos relatados se acreditan a Pitágoras en el siglo VI a.C. Sus experimentos ayudaron a
incluir la música en el programa científico de la educación. Sin embargo, sus seguidores dejaron de
creer en el método experimental e intentaron explicar la música a través de términos
matemáticos. Más tarde, Aristóxeno afirmó que la música no debe ser concebida únicamente
como relaciones matemáticas, si no que, al ser perceptiva y cognitiva en la naturaleza, había que
estudiarla como una ciencia experimental y dando esto como resultado un gran adelanto en la
psicología moderna.

Desde 1860 a 1960

En la segunda mitad del siglo XIX, la psicología se estableció como una disciplina científica.
Comenzó a crecer una psicología empírica, pues algunos investigadores argumentaron en contra
del racionalismo en la música, y se sostuvo que esta debía ser considerada como una ciencia
empírica. Por tanto, la psicología debía analizar las experiencias. Esta idea se abandonó cuando
surgió una nueva corriente en la psicología moderna a principios del siglo XX.

Finales del siglo XX

La psicología de la música se centra en cuatro temas principales:

1. El desarrollo cognitivo y la representación del tono, ritmo y las propiedades de la armonía


y la melodía.
2. El desarrollo de la competencia y la habilidad musical.
3. Los procesos subyacentes a la ejecución e interpretación musical.
4. Los procesos afectivos asociados con escuchar música.

En esta época, los oyentes eligen la música que escuchan y no sienten la necesidad de investigar el
porqué de su disfrute.

Uno de los tipos de inteligencia según el psicólogo Howard Gardner, es la inteligencia musical, la
cual entendemos como la capacidad de expresarse en relación con cualquier acto musical. Se
enfoca en la habilidad de interpretar la propia música y todo tipo de sonidos, así como la habilidad
de cantar, componer canciones, tocar un instrumento, tener un buen “tempo” y más. Obviamente,
es relevante para músicos, compositores, amantes de la música, técnicos de audio y más. Estos
profesionales se han dedicado a promover esta habilidad que, al fin y al cabo, se puede entrenar
como cualquier otra habilidad más allá del potencial de uno.

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