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ACERCA DE LA HIPOCRESÍA 4

Por: Dr. Roger Garcés


Psicólogo
@psicogarces

Entonces veremos que entre nosotros hay muchos más


perversos de los que creíamos y no son tan rocambolescos como
en las películas. Definitivamente, no todos los perversos son
como el Guasón del universo de Batman
Por eso, cuando se mantienen las situaciones en valores
hipocríticos, de manera que no se genere una “Krinein”, y donde
la persona con toda intención mantiene intencionalmente esa
condición hipocrítica (hipocresía) para obtener algún beneficio
táctico que a la larga va a perjudicar al otro, indefectiblemente
estamos hablando de un perverso con características de
sadismo.
En este tipo de personas es identificables la falsedad, por
ejemplo, cuando se acerca a hablar con alguien no “resuena
afectivamente”. Es decir, no impacta a su semejante en la
emoción, sino que el que recibe al hipócrita siempre queda con
una sensación de vacío afectivo y habrá visto ese encuentro frío
pero no ofensivo, en todo caso incómodo pero no abiertamente
agresivo, recuerde que el hipócrita hará todo para mantener la
situación por debajo del punto de crisis.
Otra característica es que podrá identificar rápidamente las
situaciones que les generará beneficios. Por ejemplo, nunca se
quedará esperando en un banco, en una cola que no se mueve;
esto lo puede hacer el neurótico, para el que la cola que no se
mueve le recordará su pena de no ser amado. Pero el perverso
(que pone las reglas) no estará dispuesto a perder tiempo, y en
los primeros diez minutos ya habrá cambiado 4 veces de cola, ya
habrá hablado con la gerente y al vigilante de la agencia le habrá
sacado la información acerca de cuál es el cajero más lento y cuál
es el más rápido.
De manera que el hipócrita que utilice la hipocresía para
beneficio personal y para lastimar a otro ser humano, estará
manteniendo la situación en condiciones hipocríticas, pero al
mismo tiempo estará percibiendo la vida como una competencia
muy similar a una cruzada o una guerra que tiene que ganar. En
esta guerra todos los demás seres humanos del planeta son el
enemigo a vencer y él se ve a sí mismo como una especie de
mesías que tiene la “verdad” en sus manos. De manera que los
impulsos de lastimar se mezclan con un deseo de hacer el bien.
Claro que este deseo de hacer el bien siempre quedará a
discrecionalidad del hipócrita y estará condicionado por su solo e
inapelable juicio, que obviamente será subjetivo y no sujeto a
contrastación sino por los adeptos a sus ideas.
Por esta mixtura de buenas intenciones con deseos de lastimar,
su conducta será errática y paradójica.
En virtud de la renegación y de negar a los demás, el
hipócrita/perverso en el plano ideológico se comportará como el
fundamentalista. Recordemos que el fundamentalista cree que
hay UNA sola verdad, y que él sabe cuál es esa verdad.
Recordemos que el perverso al negar a los otros, los percibe
como inferiores, y les resta reconocimiento tanto al nivel
intelectual como a sus argumentos. Por eso creerá que está
destinado por Dios a “iluminar” las almas de esos desdichado e
ignorantes que no saben cuál es la “verdad”. Por eso el hipócrita
que usa la perversión (hace daño) percibirá su vida como si
estuviera en guerra contra el mundo. Pero una guerra que no se
atreve a declarar abiertamente, y hace que mantenga las
condiciones en valores hipocríticos, en donde no se produzca
una “Krinein”, por eso preferirá actuar contra UNA persona y no
abiertamente contra un colectivo.

COROLARIO
La hipocresía consiste en el arte de mantener las condiciones por
debajo del nivel que genere una crisis.
Cuando ese arte se usa con premeditación y alevosía para
obtener ventajas tácticas sobre alguien, se trata entonces de la
manipulación, creemos que estamos ante la presencia de un
perverso con características sádicas.
En lo más profundo de su Ser, el hipócrita creerá que está en una
cruzada contra el mundo, sin embargo, su conducta será vista
como errática o paradojal, porque tendrá la tendencia a hacer
daño, pero él creerá que está guiado por sublimes ideales.
Esta guerra o cruzada en la que se ha embarcado la mantendrá
en niveles hipocríticos (hipocresía), hasta que considere que la
acumulación de elementos tácticos puedan significarle una
victoria a sus intereses.

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