Mañana es 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria, advocación
mariana aparecida en Tenerife en el siglo XV. Al parecer los orígenes de la fiesta del 2 de febrero son muy, muy anteriores. Imbolc era una fiesta que celebraban los celtas, los escandinavos y en general los pueblos del norte, en donde daban la bienvenida a la primavera. Imbolc está en el punto medio entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. En origen, y como todas las fiestas de los pueblos antiguos, Imbolc tenía que ver con los elementos agrícolas, las cosas del campo, y más específicamente con la fertilidad. Para ese momento se iniciaba la lactancia de las ovejas lo que significaba la posibilidad de alimento y vestido en este nuevo ciclo solar. Se dice que las fiestas se hacían por varias noches consecutivas en donde se danzaba, se comía, se bebía y se hacían grandes procesiones con antorchas a la Diosa Briggitt. Por eso era conocida en el mundo castellano como la fiesta de la “Candelas”. Para cristianizar la fiesta fue muy fácil asociar “Candela” con “Candelaria”. Así lo reportan los autores paganos. La palabra Imbolc, en gaélico se refiere a “En el ombligo”, y esto puede a su vez referirse tanto a el lugar del cuerpo cercano al lugar por donde mana la leche de las ovejas, o a la mitad del periodo que va desde el solsticio de invierno, el 21 de diciembre al equinoccio de primavera, el 21 de marzo, donde definitivamente entra la primavera. Es decir, ese “Ombligo” desde donde partirá la primavera. En todo caso es una fiesta de bienvenida a la vida, por eso se celebraba con candelas, el fuego como elemento arquetipal de vida, de energía, de influjo vital. Es una fiesta que imprime energía, que contagia alegría, que “entusiasma” (Entusiasmo = Entusiasmos = Entheos, que lleva un Dios adentro). Con Imbolc dejamos atrás las limitaciones del invierno y nos preparamos para recibir los colores de la primavera. Por eso tal vez, la memoria colectiva de desmontar los arreglos navideños ese día. Para nosotros las Hadas, los Elfos, los Magos, el 2 de febrero tiene una hermosa significación. Llámelo como quiera llamarlo: Día de la Candelareia, Imbolc, Latha Fhèill Brìghde, Dia de Briggitt, en todo caso es una fiesta donde dejamos atrás las limitaciones, donde recordamos lo que habíamos delineado con la mayor cantidad de energía No manifestada (¿Recuerdan?), y no vamos preparando para recibirlas. Podemos hacer un ritual donde el fuego sea el elemento determinante, y darle el recibimiento que merecen los seres del Fuego, ellos son los que iniciarán la energía para que se cumpla, hacia el momento de la Puerta de los Hombres, lo que habíamos deseado en el momento de la puesta de los dioses. Los seres del Fuego nos preparan para lo que pedimos en diciembre. Los invito a hacer este ritual y a festejar, y a prepararnos para la vida que pedimos. La vida que merecemos vivir