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CRISTIANIZACIÓN DE SAMHAIN
La iglesia católica trató de cristianizar esta fecha y trató de borrar todo
vestigio de cultura pagana. Desde el siglo IV, la Iglesia de Siria consagraba
un día a festejar a «Todos los Mártires». La fiesta en honor de Todos los
Santos inicialmente se celebraba el 13 de mayo, pero fue el Papa Gregorio
III (741) quien la cambió de fecha al 1 de noviembre, que era el día de la
«Dedicación» de la Capilla de Todos los Santos en la Basílica de San Pedro,
en Roma. Más tarde, en el año 840, el Papa Gregorio IV ordenó que la
Fiesta de «Todos los Santos» se celebrara universalmente. Como fiesta
mayor, ésta también tuvo su celebración vespertina en la «vigilia» para
preparar la fiesta (31 de octubre). Esta vigilia vespertina del día anterior a
la fiesta de Todos los Santos, dentro de la cultura inglesa se denominaba
«All Hallow's Eve», vigilia de Todos los Santos, término que con el tiempo
derivó en «Halloween».
Así de Samhain, fiesta que celebraba el intercambio entre dos mundos, el
mundo material o manifestado, con el mundo inmaterial o no
manifestado, pasó a ser (después de la victoria militar del cristianismo) la
celebración de la víspera del día del todos los santos. Esto duró más o
menos mil años y cerca del 1700 las tradiciones paganas tergiversadas,
olvidada ya la fiesta de Samhain, comenzaron a imponerse al lado del día
de los todos los santos.
PASTEL DE ALMAS
Los ingleses hicieron una mixtura maravillosa y ese día celebraban con
Soulcakes o pastel de almas. La tradición consistía en hacer una especie de
ponqués que tenían el poder de que al comerlos se liberaba un alma del
infierno. Así los niños, obviamente, eran los principales libertadores esa
noche. Las bandadas de agrestes rapaces iban de casa en casa pidiendo
sus Soulcakes y comían hasta más no poder. En la madrugada se
acostaban satisfechos felices por haber saciado el cuerpo y liberado
numerosísimas almas del infierno.
Cabe destacar que el concepto de infierno revela la influencia cristiana, los
celtas no hablaban de infiernos. Por lo menos no como lo señalaba la
iglesia católica para asustarnos con castigos eternos que es lo que recoge
para el año 1300 Dante en su Divina Comedia.