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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN TÉCNICA

Nº217 DE SAN FERNANDO

TECNICATURA SUPERIOR EN HIGIENE Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO

Materia: Higiene y Medio Ambiente Laboral


Docente: Rufina Magdalena Muñiz
Integrantes: Adum Lucia – Castañeda Cristian- Oberlar Diego-Zacarías Isabela
Fecha de entrega: 23/08/2022
Humos de soldadura: ¿qué son y qué
daños pueden causar?

Soldadura, chispas brillantes y un humo que se va enroscando con suma gracia


son inseparables. Es casi una imagen romántica, con soldadores trabajando
duramente en medio. Sin embargo, el romanticismo se evapora de inmediato si
uno comprende qué.
Son los humos de soldadura y cuál puede ser su composición peligrosa y una
auténtica amenaza para la salud. Sobre todo si los especialistas no han
analizado el entorno de trabajo específico y no se han tomado medidas de
seguridad.

Composición de los humos de soldadura


Los humos de soldadura son una mezcla variada de gases transportados por el
aire y partículas finas. La composición de la mezcla depende del método de
soldadura y los productos que se están soldando. Los gases que se pueden
liberar incluyen por ejemplo:

 óxido nitroso (NOx)
 dióxido de carbono (CO2)
 monóxido de carbono (CO)
 gas de protección
 ozono (O3)
Además, puede contener un montón de partículas finas de: óxidos metálicos,
fluoruros y metales como:

 cromo
 níquel
 zinc
 manganeso
 cobalto
 plomo
 cobre

Las partículas constituyen el mayor peligro para la salud


Las partículas de los humos de soldadura son inferiores a 1 μm, es decir, 0,001
mm de diámetro, cuando se producen. Pero aumentan de tamaño cuando las
partículas se adhieren entre sí. Por tanto, con el tiempo las partículas tienen un
tamaño de 1-7 μm. Las partículas de 1-7 μm de diámetro constituyen el mayor
peligro de salud debido a su capacidad para penetrar profundamente en los
pulmones y porque no se eliminan fácilmente por los cilios del tracto
respiratorio. Las partículas visibles en la columna de humo son normalmente
más pesadas, es decir, partículas más grandes que se precipitarán rápidamente
en superficies adyacentes como “caída de polvo”. Las partículas de la zona de
respiración del soldador suelen ser de 2 μm o menos. Estas partículas más
ligeras y pequeñas pueden quedarse en el aire durante varias horas si no se
eliminan por ventilación.

Los humos de soldadura pueden causar enfermedades graves


Es bastante obvio que es potencialmente peligroso inhalar esos humos de
soldadura. Y si no está convencido, léase los numerosos estudios e informes
científicos que afirman que los humos de soldadura pueden causar todo tipo de
trastornos físicos y enfermedades graves como cáncer, asma e incluso síntomas
de Parkinson.

Tres factores determinan los riesgos


Si no se toman medidas de ventilación y protección, el nivel del riesgo
dependerá de tres factores:

1. la toxicidad de los humos


2. la concentración de los humos
3. cuánto tiempo se han estado inhalando los humos.

1. Toxicidad de los humos de soldadura


La toxicidad de los humos varía. Como se ha dicho, depende del tipo de proceso
de soldadura, los materiales de soldadura utilizados y qué tipo de material se
están soldando. En blogs futuros escribiremos más acerca de humos de la
soldadura de acero ligero, soldadura de acero inoxidable o soldadura de
metales que están revestidos, y sobre el desarrollo de los humos en productos
y procesos de soldadura específicos.

2. Concentración de los humos de soldadura


La concentración de los humos y las sustancias dañinas están en la parte más
alta de la columna de humo que asciende del punto de soldadura. Cuanto más
rápido se elimine el humo mediante ventilación, mejor.

3. Duración de los humos de soldadura inhalados


Cuánto tiempo puede estar inhalando un soldador este tipo de humos
dependerá del tiempo que esté soldando. Algunos fabricantes sueldan una o
dos horas al día, otros lo hacen todo el día. Un cálculo sencillo, llamado también
tiempo de arco, muestra que cuanto más tiempo esté uno soldando, más
humos se producirán y mayor será el peligro de inhalar la mezcla de gases
transportados por el aire y partículas finas.

Enfermedades profesionales de un soldador

Conocer las enfermedades profesionales de un soldador es importante si


quieren prevenirse o, al menos disminuir, sus efectos a largo plazo. El sector
del metal es uno de los más afectados tanto por accidentes laborales como por
enfermedades profesionales, especialmente en el caso de las fundiciones de
aluminio.
El conocimiento y estudio de estos casos es esencial si queremos proteger a los
trabajadores. De hecho, el uso de amianto y uralita fue prohibido precisamente
tras describir el gran riesgo cancerígeno que suponía para los trabajadores.
Por lo general, las enfermedades profesionales de un soldador más comunes
son las relacionadas con el sistema respiratorio. Esto se debe a que durante su
trabajo pueden inhalar sustancias especialmente nocivas para el cuerpo. Del
mismo modo, también están expuestos a otros peligros como enfermedades de
la piel o hepáticas y renales.
Por otro lado, la inhalación de los humos de soldadura puede producir
diferentes daños para la salud de los soldadores. En este punto podemos
distinguir tanto las intoxicaciones agudas como crónicas como otros efectos
como los sensibilizantes, cancerígenos y teratógenos.

Intoxicaciones agudas
Este tipo de daños se corresponden más con accidentes de trabajo que con
enfermedades profesionales aunque una repetición prolongada puede acabar
causando un daño irreversible y sirven como una alerta ante posibles efectos
crónicos.
Definimos a estos efectos como una sobre exposición a una alta concentración
de contaminantes durante un corto periodo de tiempo, que para el soldador
podría ser una jornada laboral. Se dan en un momento puntual, por eso las
diferenciamos de las intoxicaciones crónicas.

Principalmente destacamos tres, que describimos


rápidamente:
1. Inflamación del tracto respiratorio: Puede ser producirse una irritación
inmediata en ojos, nariz y garganta o como unas inflamaciones
pulmonares (neumonitis) o acumulaciones de líquidos (edemas) en los
pulmones de trabajador.
2. Asfixia química: Se trata de una disminución de la oxigenación de los
tejidos por el efecto del monóxido de carbono y de nitrógeno sobre los
glóbulos rojos de la sangre. Produce dolor de cabeza, aturdimiento y un
malestar general que aumenta según aumenta la dosis inhalada
pudiendo incluso provocar la muerte.
3. Fiebre de los metales: Fuertes temblores y síntomas similares a la gripe
que se producen la noche posterior a una intoxicación por humo de
metales como el zinc.

Efectos crónicos
Estos son los que se producen como consecuencia de un largo periodo de
exposición ante sustancias nocivas para la salud. Estos se manifiestan después
de muchos años de trabajo, incluso tiempo después de finalizar la vida laboral.
Son fruto de una acumulación progresiva dentro del organismo de estas
sustancias perjudiciales y un deterioro progresivo de los órganos afectados.
Son los que comúnmente identificamos con enfermedades profesionales, por lo
que los detallaremos con mayor profundidad.

Las partículas presentes en los humos de la soldadura pueden llegar a los


pulmones y causar daños crónicos sobre el sistema respiratorio con distinta
relevancia.

Pueden ir desde neumoconiosis benignas con algunas sobrecargas pulmonares


que, incluso, pueden acabar remitiendo con el tiempo.
Pero, también, pueden causar patologías muy graves como fibrosis
pulmonares u otra tipo de enfermedades profesionales bronca pulmonares
crónicas como los fluoruros.
La enfermedad profesional más reconocida en el sector del metal es la Silicosis.
Esta, se produce por un exceso de inhalación de partículas de sílice que se
desprenden al realizar actividades relacionadas con el trabajo del metal como
cortar, romper, aplastar, soldar, triturar…
Los primeros síntomas pueden tardar en aparecer hasta 15 o 10 años después
de la exposición. Se caracterizan por una dificultad especial para respirar, tos
fuerte y debilidad. Cuando esta enfermedad avanza aparece fiebre, pérdida de
peso, sudores nocturnos, dolores en el pecho e insuficiencia respiratoria.
Por otro lado, otros metales como el berilio, cadmio, cobre, manganeso o plomo
pueden producir efectos crónicos sobre otros órganos. Esto se debe a que se
disuelven en la sangre al penetrar en los pulmones y se distribuyen por todo el
cuerpo. Pudiendo originar un deterioro progresivo de órganos como el
estómago, corazón, riñones, hígado o afectando también a huesos e, incluso, al
sistema nervioso.

Otros efectos derivados de la actividad profesional del


soldador
Como mencionamos anteriormente, además de ante las intoxicaciones agudas y
crónicas, los soldadores también corren el riesgo de sufrir otro tipo de riesgos
para su salud como los efectos sensibilizantes, cancerígenos o teratógenos. Los
describimos a continuación:
1. Sensibilizantes: Cuando un profesional está expuesto de una forma
prolongada o intensa ante una sustancia puede generar una
hipersensibilidad hacia la misma. Esto hace que cuando entre en
contacto más tarde con ellas, aunque sea de forma mínima, presente
unas reacciones adversas muy superiores a las que podrían esperarse.
Por ejemplo, un efecto muy reconocible es la aparición de asma.
2. Cancerígenos: La soldadura ciertamente puede causar cáncer, ya que
produce contaminantes en las radiaciones UV y humos durante la
soldadura con oxígeno y con arco eléctrico. Estos son cancerígenos de
tipo 1, lo que significa que son cancerosos. Un ejemplo era el amianto,
retirado de este tipo de trabajos por producir cánceres pulmonares.
3. Teratógenos: En la mayoría de humos de soldadura pueden encontrarse
sustancias que pueden perjudicar el correcto desarrollo del feto durante
el embarazo como, por ejemplo, el plomo o el monóxido de carbono.

Contaminantes de soldadura que causan cáncer


Cuando calienta un metal por encima de su punto de ebullición, emite humos
de soldadura. Pero, después de que el metal se enfría, hay partículas finas del
material que se mezclan en el aire. Los trabajos de parto generalmente
respiran este aire que conduce al cáncer de pulmón. Aunque es posible que
pueda identificar algunos de los humos de soldadura cancerígenos, la mayoría
de ellos son invisibles a simple vista.

Todos los humos de soldadura, tanto visible como invisible, se consideraron


carcinógenos de Tipo 1 o Grupo 1. Estos humos contienen silicatos, fluoruros,
óxidos metálicos y agentes cancerígenos que tarde o temprano afectarán el
cuerpo de las personas en esa fábrica.
Algunos de los humos de soldadura prevalentes que causan
cáncer son:

Óxidos de cadmio
Se trata de aleaciones de acero inoxidable que contienen aleación de zinc,
materiales enchapados y cadmio. Es uno de los vapores más peligrosos que
contribuyen a los carcinógenos en el aire.

Berilio
Este es un agente endurecedor que se usa a menudo en el proceso de
soldadura. El berilio se encuentra al soldar aleaciones de aluminio, magnesio y
cobre. Es un carcinógeno muy popular que está disponible en casi todos los
lugares donde se realiza la soldadura.

Cromo
El cromo se utiliza a menudo como material de revestimiento. Los verá
principalmente en materiales de alta aleación, acero inoxidable y varillas de
soldadura. La mayoría de las formas de cromo que se encuentran en la
soldadura son cancerígenas, especialmente el cromo hexavalente.

Níquel
El níquel también se usa ampliamente en la soldadura de acero chapado,
varillas de soldadura, materiales de alta aleación, níquel-cobre, acero
inoxidable y níquel-cromo. Los expertos creen que todo esto aumenta el riesgo
de cáncer entre los trabajadores.

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