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Tesis V y VI

La Substancia y los Accidentes:

Tesis VI: "Hay, además, en toda criatura, composición real de un sujeto


subsistente con otras formas secundariamente añadidas, llamadas accidentes.
"Además de los accidentes absolutos, hay un accidente relativo, como una
tendencia hacia algo. Aunque tal relación de tendencia hacia alguna cosa no
signifique propiamente una cosa inherente a un sujeto, tiene a menudo su
causa en las cosas, y, por lo mismo, una real entidad distinta del sujeto".

Otro argumento llamó la atención de Leibnitz. '' Si en nada se distinguen los


accidentes de las substancias, si la substancia es un ser pasajero como el
movimiento, si sólo dura un instante sin permanecer la misma en un tiempo
dado, igual que sus accidentes... ¿por qué no concluir, con Espinosa, que Dios
es la única substancia y que todas las criaturas son modificaciones o
accidentes? En el dominio de la fe, esta nuestra doctrina es indiscutible. La
gracia, las virtudes infusas, los dones del Espíritu Santo, ni son la substancia
del alma, ni substancia divina, ni substancia sobrenatural; son accidentes
realmente distintos de la substancia; son formas agregadas a un sujeto
subsistente, que es la naturaleza.

La Sagrada Congregación no se detiene en la exposición de los nueve géneros


de accidentes señalados por los escolásticos, después de Aristóteles y Santo
Tomás. Admitida la distinción real entre la substancia, y las formas
secundarias que la modifican, no se halla ya dificultad en admitir la realidad
de los accidentes absolutos, como la cantidad y la cualidad, ni tampoco los
que atañen al movimiento, como la acción y pasión, etcétera. Mas entre todos
hay uno de tan tenue realidad, que parece esquivar todo análisis, y se define
sólo por la preposición hacia, o a (ad aliquid). Es el accidente llamado
relación, cuya realidad se defiende en esta tesis.

Las Relaciones reales: La belleza y fuerza de un ejército depende de la mejor


unión de los soldados entre sí y con su jefe; la armonía y orden del mundo
resulta del concierto de las criaturas con sus semejantes y con Dios. '' Hay, sin
duda, en la creación relaciones reales: ellas son las que establecen el orden del
mundo". Fácilmente se ve que las relaciones en general no pertenecen a una
especial categoría, pues representan las exigencias de todos y cada uno de los
seres creados en conformidad con las imperiosas condiciones de su existencia.
Por eso se llaman transcendentes. La relación aludida en la Tesis VI está
constituida por la tendencia de un ser hacia otro.
La realidad puesta en relación es el sujeto; aquella a donde se dirige es el
término; la razón o causa de tal relación es el fundamento; más el tránsito y
lazo entre el sujeto y el término es propiamente lo que entendemos por
relación. Si es verdad que ella está en un sujeto, no es propiamente relación
hasta encaminarse hacia un término. Por esto indica la tesis que la relación no
se refiere a cosa alguna inherente al sujeto. "No es estar en un sujeto, dice
Santo Tomás, lo que constituye la relación; es como el acto de dirigirse hacia
otro ser.

Para establecer esta realidad de la relación, basta notar que en los seres de la
naturaleza observamos tres cosas reales. Primeramente, un sujeto real que
establece o determina el orden; luego un término real capaz y digno de
responder o recibir el orden iniciado por el sujeto. En la paternidad tenemos el
sujeto real, el padre, y el término real, el hijo. De aquí se sigue una
reciprocidad tal, que afirmado o negado uno de los dos extremos, se afirma o
se niega el otro; no hay padre sin hijo, ni hay hijo sin padre. Por último,
además del sujeto y del término, hace falta un fundamento real para llegar a la
relación real. Así vemos que la generación es el fundamento eficaz de la
paternidad y de la filiación.

En el ejemplo anterior, como en otros innumerables, es mutua la relación real;


mas no sucede esto siempre. "Podemos también formar una relación que sea
en parte real y en parte de sola razón, cuando se trata de dos extremos en que
uno depende del otro, mas no al revés, o en nada se modifica por la acción o
relación que quiera establecer o establezca. Así, la ciencia es relativa a un
objeto, no puede existir sin objeto; más éste en nada cambia por ser, o no,
conocido por el hombre de ciencia". Las relaciones de la criatura con Dios son
reales, pues toda criatura depende esencialmente de Dios, más por parte de
Dios son únicamente de razón, puesto que Dios en nada puede depender de la
criatura.

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