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Agresores

Sexuales

Psicología
Forense

Psicología Forense. Pablo Rivarola Padros 1


Los agresores sexuales
Presentación de algunos aspectos relevantes sobre las personas que
cometen agresiones sexuales y/o abusos sexuales.

Se sabe que sólo una parte de los delitos que se cometen llegan a ser
detectados por la policía y que, además, no todos los autores de dichos
delitos acaban siendo acusados o cumpliendo condena (Brown, 2005;
Luque, Ferrer y Capdevila, 2005).

En tanto que se conocen estas dificultades, puede parecer que las cifras
sobre la reincidencia informan poco sobre la realidad del fenómeno. No
obstante, sabemos que son los delitos más graves o significativos los
que preferentemente aparecen en las cifras oficiales (Harris y Hanson,
2004; Luque y cols., 2005). Quizás ésta es una de las razones por las
que en la mayoría de estudios revisados sobre delincuentes sexuales se
toma como indicador de reincidencia el hecho de haber sido acusado o
condenado por un nuevo delito, aunque hay otros estudios que utilizan
criterios más amplios, tampoco libres de limitaciones. Soler Iglesias, C.
y García Díez, C. (2009) 6
6
Soler Iglesias, C. y García Díez, C. (2009) “Análisis de las variables relacionadas con la reincidencia de
los agresores sexuales” Investigación realizada desde el Centro de Estudios Jurídicos y Formación
Especializada del Departamento de Justicia de Cataluña. Versión consultada:
www.gencat.cat/justicia/cejfe/ (16/04/11)

Soler Iglesias, C. y García Díez, C. (2009) Hacen referencia a otro punto


importante referido al tipo de delito cometido después de salir de la
prisión. Ellos citan una serie de trabajos que consideran que la
repetición de 10 delitos sexuales el principal criterio de reincidencia.
Sin embargo, también se han analizado otros tipos de delincuencia.
Entre los trabajos mencionados por los autores encontramos los de
Quinsey, Harris, Rice y Cormier (1998) quienes señalan la importancia
de los delitos violentos en el estudio de la persistencia de la actividad
delictiva de los delincuentes sexuales.

De esta manera, la gran mayoría analiza la reincidencia en delitos no


sexuales aparte de la delincuencia sexual. Al contrario de lo que se
podría suponer, los delincuentes sexuales, tanto adultos (Hanson y
Morton-Bourgeon, 2004) como jóvenes (Worling y Langström, 2006),
cuando reinciden lo hacen en mayor medida en otro tipo de delitos.

“La categoría del delincuente sexual incluye una gran heterogeneidad


de delitos y de tipologías de delincuentes. Los numerosos intentos de
establecer una taxonomía de delincuentes sexuales han dado pocos
frutos por lo que respecta a la explicación y a la predicción de este tipo
de conductas (Garrido, Redondo, Gil, Torres, Soler y Beneyto, 1995).
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La excepción podría ser la diferenciación de los agresores según el
tipo de víctima elegida. Parece ser que la frecuencia de los delitos y la
probabilidad de la reincidencia están intensamente relacionadas con
el tipo de víctima y con la relación entre ésta y el agresor. Los padres
que abusan de sus hijas (sin tener otras víctimas) son los que
presentan tasas más bajas de reincidencia; aquéllos que agraden a
niñas y a mujeres adultas fuera de la familia tienen una tasa
intermedia; y los que abusan de niños son los que tienen las tasas de
reincidencia más altas (Harris y Hanson, 2004; Quinsey et al.,
1998).” 1

El inicio de la vida delictiva del delincuente sexual suele iniciarse muy


pronto, es decir en la juventud más que en la edad adulta. La mayoría
de ellos eligen víctimas del otro sexo, son extraños los casos de
agresores sexuales homosexuales (sí es reconocible en casos de
agresores sobre menores de edad).

Sus ámbitos de acción son con mayor frecuencia en zonas urbanas más
que en zonas rurales.

En su apariencia son personas normales, es decir, no presentan


características psicopáticas o enfermedades mentales que puedan ser
las originarias de tales comportamientos (ello es cuando hablamos
como en este caso de los delincuentes sexuales típicos, no así cuando
son casos excepcionales o atípicos y circunstanciales como los que
pueden producir por ejemplo las personas con retraso mental severo o
con Síndrome de Down, en cuyo caso la valoración es sobre la
enfermedad y sus limitaciones más que sobre el cato en tanto no suele
existir una conciencia clara de los hechos ni de la motivación de ellos).
Pero estas patologías y trastornos de la personalidad pueden estar
presentes, como lo expondremos a continuación.

Por lo general suelen presentar problemas de neuroticismo,


introversión, inmadurez, socialización y serias carencias en valores
sociales. Por lo general no pretenden iniciar ni solicitan tratamiento ya
que coexiste sentimiento de culpabilidad en ellos por ende el nivel
empático con las víctimas es prácticamente nulo.

En la actualidad se ha elevado el número de casos de delitos


sexuales que son realizados por adolescentes. Ello nos lleva a
considerar diferentes cuestiones relevantes: el pensamiento
actual sobre el dominio sobre unos y otros (la anulación volitiva
del semejante), la proximidad sobre la intimidad de los demás
por medio de las nuevas tecnologías (desvirtuando los límites),
el consumo de sustancias

1
Soler Iglesias, C. y García Díez, C. (2009) “Análisis de las variables relacionadas con la reincidencia
de los agresores sexuales” Investigación realizada desde el Centro de Estudios Jurídicos y Formación
Especializada del Departamento de Justicia de Cataluña. Versión consultada:
www.gencat.cat/justicia/cejfe/ (16/04/11)

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alcohólicas de forma habitual para divertirse, etc.

Psicópatas
El agresor sexual psicópata puede atacar tanto a adultos como a niños,
prefiriendo niñas y mujeres (por razones de superioridad física e
El agresor sexual intimidación psicológica hacia ellas). Por lo general la víctima será
psicópata pude desconocida, la motivación sexual aparece en segundo plano, ya que su
mantener su actividad interés es la dominación de la víctima. Hay una negación absoluta de
delictiva al margen de sus actos, hasta que si las pruebas en su contra son irrefutables, se
su vida oficial (la que produce en él un cambio y no sólo admite aquello sino que se jacta de
es del conocimiento de su proceder e inteligencia por sobre los otros.
familiares, vecinos y
compañeros de El problema de la sexualidad del psicópata no deviene a raíz de una
trabajo). ausencia de actividad sexual, por el contrario su actividad sexual suele
ser superior a la media, pero sucede que suele ser que no hay
satisfacción en ella porque precisamente son relaciones consentidas y
su interés está en la dominación del otro.

Oportunistas
Son aquellos que, sin padecer alguna enfermedad o trastorno, llegan a
cometer una violación sexual, siendo las bases de éstas las falsas
creencias o distorsiones sobre la sexualidad y las mujeres,
prevaleciendo en ellos la idea o concepción que las relaciones sexuales
se deben basar en el dominio sobre el género femenino y que aquello es
lo normal y que es un pensamiento compartido.
Estas personas actúan habitualmente ante circunstancias de
desinhibición de la conducta (por ejemplo bajo efectos de alcohol o
drogas), siendo así un delito no premeditado y por ello circunstancial.

Utilizan el mínimo de fuerza necesario (no hay violencia desmesurada


o la crueldad del psicópata), difícilmente es reincidente y hay
sentimiento de culpabilidad y de voluntad de tratamiento en la mayoría
de los casos.

Asociales
Personas criadas o educadas en ambientes marginales, con un estilo
incorporado de relación violenta en su ambiente. En estas personas, la
agresión sexual se producirá en el marco de otro delito, por ejemplo en
robos o robos a domicilios.

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Si estas personas no padecen un déficit afectivo que les es típico a los
psicópatas, sino más bien presentan su conducta dentro de un
comportamiento antisocial, puede decirse que muestran una reacción
positiva al tratamiento y la reeducación. Por lo general evidencia
procesos empáticos y se reconocen dentro de ciertos grupos sociales
(no así los psicópatas).

Patológicos
En estos casos, generalmente utilizan la agresión como un mecanismo
de compensación, existiendo una gran dificultad para establecer
relaciones normales (sexuales y satisfactorias). La agresión, en estos
casos, suele aparecer de modo no premeditado sino más bien explosivo,
manifestando luego sentimiento de vergüenza o culpabilidad.

Psicópatas Oportunistas Patológicos Asociales

Patología Arousal físico Arousal físico Arousal físico Arousal físico


Trastorno de Hostilidad/poder Conflicto intrapsíquico Aprendizaje social
personalidad Desinhibición Psiconeuróticos
Necesidad
Estímulos
Uso de Sí No/sí No Según la situación Lo
violencia Sádico y peligroso No gratuita La mínima que es aprendido es
Fuerza física Sin intención real de tomar por la fuerza lo
dañar ajeno
Reincidencia Sí No/según situación Sí, si el acto es compulsivo Según la situación. En
ante estrés la misma medida que los
otros delitos
Tratamiento No No/según situación Sí Si en la medida en que
el perfil de personalidad
no sea psicopática

Violación con Víctima conocida Violación con conocida o Desconocida


lesiones u Violación desconocida (actos de Violación
homicidio exhibicionismo o abusos Conocida (dentro del

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Desconocida/conoc deshonestos) ámbito de la pareja)
ida

Siguiendo a Vázquez Mezquita 2 , presentamos un cuadro con las


características de cada perfil destacado:

La reincidencia de los delincuentes


sexuales
“Las tasas de reincidencia en este tipo de delitos son bajas,
especialmente si las comparamos con la reincidencia de los
delincuentes en general (Grubin y Wingate, 1996). Efectivamente, la
tasa para el conjunto de tipologías delictivas está próxima al 50% y,
en el caso de los delincuentes sexuales, cuando registran nuevos
delitos de cualquier tipo ronda el 20%” (Redondo, 2002;
SánchezMeca, 1996).

Con una muestra de 1.555 internos de los centros penitenciarios de


Cataluña, y después de cinco años de seguimiento, Luque y cols. (2005)
concluyeron resultados similares: un 37,4% volvieron a ingresar en
prisión acusados o condenados por un nuevo delito y, en el caso de los
delincuentes sexuales, la tasa fue de un 22,2% en cualquier tipo de
delito. Cuando se trata de la comisión de nuevos delitos sexuales, la
proporción se reduce a un 13,7% en la revisión de Hanson y Morton-
Bourgon (2004) y a un 14% en el trabajo de Harris y Hanson de 2004.
No obstante, estas cifras pueden variar según las características de las
investigaciones o también según las muestras y el contexto social de
éstas (Brown, 2005).

A fin de detectar las características que diferencian a los sujetos con


mayor reincidencia, y de esta manera poder mejorar la evaluación del
riesgo, la investigación ha analizado la relación entre numerosos
factores de relevancia criminológica y la reincidencia sexual. Durante
los últimos años se han llevado a cabo dos extensas revisiones
cuantitativas sobre esta cuestión (Hanson y Bussière, 1998; Hanson y
Morton-Bourgon, 2004). En dichas revisiones, a partir del análisis de
61 y 95 estudios de seguimiento, se evaluó la capacidad predictiva de
un gran número de variables que tienen relación con factores

2
Vázquez Mezquita, B. (2005) Manual de psicología forense. Editorial Síntesis. Madrid. pág. 76

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demográficos, de personalidad y de conducta antisocial, de historia
delictiva sexual y general, de actitudes sexuales, de características de
los delitos y de las víctimas, de desviación sexual, de respuesta al
tratamiento, de desarrollo y de problemas o trastornos psicológicos”
(Soler Iglesias, C. y García Díez, C. (2009) 3

Siguiendo con las revisiones antes mencionadas, Soler Iglesias, C. y


García Díez, C. (2009) plantean en su investigación que la reincidencia
sexual y la reincidencia general no tienen la misma configuración de
factores de riesgo. En cuanto a la reincidencia sexual los marcadores de
riesgo son aquellos de los cuales podemos establecer relación con una
la orientación sexual desviada Si hablamos de la reincidencia sexual,
los marcadores de riesgo de primer orden son aquéllos que tienen
relación con una orientación sexual desviada (destacando el interés por
los niños de sexo masculino, medido con pletismógrafo) y la carrera
delictiva sexual. En segundo lugar se destaca la importancia de incluir
los factores que tienen relación con el estilo de vida delictiva y la
personalidad antisocial, como por ejemplo rasgos de psicopatía,
dificultades de autocontrol y violación de las medidas de supervisión.

Continuando con la misma línea de investigación, si nos centramos en


la reincidencia general, se puede destacar la importancia de aquellos
factores vinculados al estilo de vida criminal y a la historia delictiva del
sujeto. En tanto que los factores relacionados con la desviación sexual
tuvieron un valor predictivo bajo, aunque variables como una excesiva
preocupación por la sexualidad tienen relación con este tipo de
reincidencia.

3
Soler Iglesias, C. y García Díez, C. (2009) “Análisis de las variables relacionadas con la reincidencia de
los agresores sexuales” Investigación realizada desde el Centro de Estudios Jurídicos y Formación

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