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ARBOLES Y RIESGO.

CRITERIOS Y RECOMENDACIONES
PARA SU GESTIÓN

Documento técnico

Autor: Guillermo Martín

Julio de 2016 – Documento preliminar

Revisado por Fernanda Menvielle, Claudio Chehébar, Luis Chauchard, Sergio


Domber y Ana Balabusic

Fotografía: Frente de la Intendencia del PN Otamendi.

1
Introducción
La Administración de Parques Nacionales administra casi cuatro millones de hectáreas, en
las que se pueden desarrollar múltiples situaciones de riesgo, por distintas causas.
Concurren en tales circunstancias factores que aportan peligrosidad con otros que
introducen la posibilidad de cierto daño.
Las personas que desarrollan actividades dentro de los parques y reservas bajo jurisdicción
de la ley 22.351 pueden estar viviendo, trabajando o visitando ambientes silvestres. Bajo
determinadas circunstancias pueden ser pasivos o activos sujetos de hechos no deseados,
que les pueden ser perjudiciales. Se pueden extraviar, tener accidentes automovilísticos o
náuticos, sufrir lesiones al transitar las sendas, recibir cortes por herramientas, ser atacados
por animales, manifestar problemas de salud, caer y sumergirse en el agua, enfriarse o
acalorarse excesivamente, recibir golpes originados en el material leñoso o simplemente
vegetal, envenenarse y muchas más situaciones cuya enumeración sería extensa.
Estos eventos pueden tener consecuencias menores o llevar al deceso de alguno o de todos
los involucrados. El tema a tratar en este documento refiere a una de las causas de
accidentes que se vienen registrando en la jurisdicción, que sin duda no es la más frecuente
pero requiere un tratamiento específico.
Si bien no hay una estadística integral que permita analizar cuantitativamente la incidencia
de casos atribuibles a esta causa entre el conjunto de accidentes registrados, durante los
últimos trece años ha habido cuatro casos luctuosos cuya incidencia no puede soslayarse,
dos de ellos en el PN Lanín (ambos en la zona de Pilpil – Catritre, en mayo de 2013 y enero
de 2016), uno en Nahuel Huapi (sendero a la Cascada de los Cántaros, en agosto de 2003) y
uno en El Palmar (campamento organizado, 11 de noviembre de 2003). Otro caso fatal
sucedió en el PN Los Alerces en el año 1999. Como consecuencia de los mismos hubo
cinco personas fallecidas y varios heridos.
Aunque se trata de hechos poco frecuentes 1 y la probabilidad de ocurrencia sea
singularmente baja, obligan a la reflexión sobre los fundamentos de la problemática, el
contexto institucional (las prácticas en curso, la normativa existente) y social.
Durante los últimos años se produjo un fuerte aumento de la visitación a las áreas
protegidas. Esto puede interpretarse como que ante idéntica situación de peligro, crece la
probabilidad del daño sobre las personas y sobre sus bienes. Hechos poco frecuentes hasta
hace poco, podrían repetirse con mayor frecuencia si no se actúa en función de las
conductas humanas recientes y esperables para el futuro.
Una institución como ésta debe establecer conceptos y criterios claros para el manejo de los
riesgos en la materia, no será igual tomar decisiones sobre áreas intensamente visitadas que
sobre otras a las que se da un uso extensivo o pueden estar en sitios remotos.
Desde hace tiempo atrás se viene interviniendo en la materia. Prueba de ello es la “Guía
para la evaluación del riesgo de caída de árboles en áreas recreativas. Región Patagónica”
(Chauchard, 2015) y la actividad de capacitación relacionada. Asimismo tanto el

1
Si bien se conocen algunos pocos casos más sin consecuencias fatales, la probabilidad de incidencia es de
mucho menos que uno entre cerca de cuatro millones de visitantes anuales, inferior a la previsión sobre
otras causas de riesgo a las que habitualmente se somete la vida humana considerada normal.

2
Reglamento Forestal como el Reglamento para el Otorgamiento de Permisos de Servicios a
los Visitantes disponen de estipulaciones oportunas.

Objetivos del presente documento. A quiénes va dirigido


Este documento tiene por objeto preparar y orientar a quienes son responsables de la
gestión de las áreas protegidas, sobre las buenas prácticas ante la posible caída de árboles o
partes de ellos sobre personas o bienes, a partir de una revisión de antecedentes,
concluyendo en un conjunto de recomendaciones aplicables para lograr una prestación
razonable y adecuada a cada una de las circunstancias locales, a efectos de proveer un
estándar de funcionamiento, estableciendo criterios exigibles y sugiriendo múltiples
opciones para el mejor manejo.
Por persona responsable se entiende a cualquier persona cuya actividad incida sobre el
ejercicio del uso público dentro de las áreas protegidas del sistema, cuando éste involucre
riesgos vinculados a caída de árboles o de sus partes, y pueda considerarse que es uno de
los eslabones de una cadena de responsabilidad que haga a la prevención de la seguridad
de las personas potencialmente afectables. Sin duda, las responsabilidades sobre las
acciones en las áreas protegidas provienen de múltiples aportes, compartidos pero no
iguales.
Cerrando el documento se hallará bibliografía en su mayor parte accesible vía internet,
sumamente ilustrativa sobre el tema en tratamiento, para aquellos que deseen profundizar
conocimientos.
Este es un aporte técnico que puede ser de utilidad para las unidades responsables directas
del manejo de los Parques Nacionales, de los servicios turísticos, y/o de las áreas
recreativas (Intendencias, Dirección Nacional de Interior, Dirección de Aprovechamiento
de Recursos), cuyos decisores podrían a su juicio operativizar sus recomendaciones. Debe
quedar claro a los agentes públicos y a los gestores privados de acciones que puedan dañar
a terceros entro de la jurisdicción, que todo lo que hacen está sujeto a la revisión judicial y
ninguna determinación ejecutiva puede impedirla. No obstante, actuándose
responsablemente mediante criterios y estándares razonables, puede esperarse siempre que
los terceros intervinientes puedan concluir en valoraciones justas y equitativas.
Se trata de un material que aporta criterios y recomendaciones generales tendientes a
explicar y a justificar las posibles intervenciones para minimizar el riesgo motivado en los
árboles, en base a la revisión bibliográfica, consultas y experiencias recogidas. Siendo
entonces el marco global en donde se orientarán todas las acciones, no fija método alguno,
sino que fundamenta el protocolo para la intervención local. Esta última podría hacerse
mediante las previsiones metodológicas de la “Guía para la evaluación del riesgo de caída
de árboles en áreas recreativas. Región Patagónica” (Chauchard, 2015) u otro tipo de
evaluaciones, según se explicará más adelante. Ambos documentos se complementan.
Cabe mencionar que la Guía citada tiene un objetivo diferente al presente: facilitar un
método de evaluación de los riesgos de colapso de un árbol mediante la identificación de
criterios e indicadores. Sus fundamentos se sintetizan en tres párrafos, ya que se orienta
hacia técnicos capacitados y con experiencia, recomendándose sean estos profesionales de
la biología, ecología y medición de los árboles, e ideada para la región patagónica.

3
Consideraciones y antecedentes
Las áreas protegidas protegen bosques donde se producen ciclos de materia, nutrientes y
energía y donde la caída de material leñoso desde el dosel vegetal no hace más que
asegurar la renovación del bosque facilitando la entrada de luz, la descomposición, la
germinación y otros procesos.
Los árboles, integrando bosques o no, prestan servicios ambientales, de los que se
desprenden beneficios. En los sitios donde se desarrolla el uso público en las áreas
protegidas, pueden ser valorados como componentes del paisaje general, componentes del
ecosistema del lugar, fuentes de provisión de sombra, leña o madera, soportes que protegen
al suelo de la erosión, fuentes de inspiración racional o mística, partes del patrimonio
natural, cultural o histórico, entre otros aspectos. Si proveen beneficios, su función se
interpreta como un “recurso”.
La especie humana ha tenido siempre vinculación estrecha con los árboles, relación que
suele afectarse cuando suceden accidentes fatales. Como reacción inmediata a estos, suele
exigirse que todos los sitios arbolados sean absolutamente seguros, proponiéndose drásticas
intervenciones.
Antes que nada, es necesario realizar un balance de los costos y beneficios de cualquier
intervención, comprendiendo la situación en forma apropiada e integral. La seguridad es
uno de los objetivos a ser cumplido, pero no puede ser priorizada de un modo tal que
elimine los beneficios que aporta un árbol o un bosque, suprimiendo al recurso. Se tratará
entonces de mantener los beneficios, asumiendo un nivel aceptable de riesgo inseparable de
esta infraestructura verde natural.
Según su ciclo de vida, los árboles van acumulando tejidos vivos mientras en sus tejidos
internos y externos van progresivamente muriendo células. A lo largo de muchos años el
proceso puede dar lugar a la acumulación de una gran masa leñosa que en parte estará
situada a gran altura, con interiores huecos o podridos y ramas secas, quebradas, colgantes,
apenas sostenidas dentro del conjunto.
En algún momento del ciclo, la presencia de individuos arbóreos puede conllevar el riesgo
de la caída total de partes o de todo el ejemplar. Sin embargo, tomando un ejemplo, en el
Reino Unido la frecuencia de accidentes registrada pormenorizadamente que afectó a
personas es extremadamente baja, según resulta de recientes investigaciones (NTSG, 2011).
Allí, se determinó una probabilidad de1 entre 10 millones para accidentes fatales
ocasionados por caída de árboles o de sus partes en zonas de alto uso público, cuando la
probabilidad de muerte debida a otras causas como accidentes en rutas o por enfermedades
agudas alcanzó a 1 entre 16.800 y uno entre algunos centenares o pocos miles,
respectivamente (NTSG, 2011).
El riesgo asociado a la presencia de árboles puede ser percibido por la sociedad en forma y
grados muy distintos. Mientras por una parte hay una valoración social muy positiva sobre
los beneficios que aportan los bosques y los árboles individuales, ésta puede variar
negativamente según la información que provean los medios después de un incidente
individual. Hay límites sociales muy fluctuantes en la tolerancia al riesgo.

4
“Cuando evaluamos un árbol, propietarios y manejadores necesitan
juzgar si las medidas de manejo que ellos adoptan cumplirán con las razonables
expectativas de la sociedad. ´Razonable¨ es un concepto legal clave cuando se
considera a los riesgos de los árboles hacia el público y a las obligaciones de los
propietarios de los árboles. La decisión acerca de qué es razonable puede ser
asumida sólo teniendo en cuenta la situación de los árboles dentro de un contexto
más amplio de la gestión y según tal contexto influencia en las decisiones locales”.
(NTSG, 2011).
Prevenir accidentes fatales relacionados con árboles depende de la habilidad para
determinar en qué circunstancias se producen tales incidentes y detectar un patrón común.
En un estudio realizado en Australia, solamente 2entre 45 hechos registrados afectando a
una persona o vehículo sucedieron en un día ventoso. El autor cita que de 128 muertes
relacionadas con actividades educativas en el campo desde 1960hasta 2005, sólo 14 se
debieron a la caída de árboles o ramas (alrededor de un 11%) (Brookes, 2007). Las causas
de estos accidentes deben ser interpretadas porque cuando no se identifica un patrón de
causalidad, los eventos podrían ser considerados producto del azar.
“El número de muertes originadas en la silvicultura (…) abruma cuando
la causa es una actividad forestal (N. del T: en este caso comercial o productiva),
en comparación con las causadas sólo por el ambiente. Es evidente que cualquier
riesgo inherente debido a los árboles es pequeño, si no insignificante (…). Extraer
o talar árboles es más peligroso que dejarlos en pié. En proporción, en los
registros de accidentes de los programas de educación al aire libre, las
circunstancias ambientales merecen una consideración más importante para la
prevención de la fatalidad, que la actividad desarrollada (aunque ambas causas
claramente se superponen)” (Brookes, 2011, pág. 51)
Este aspecto es de singular importancia para saber dónde planear las intervenciones y qué
mejoras podrían lograrse con ellas. Como causa de accidentes, sin duda las actividades de
apeo, poda y manejo de los árboles, madera y leña son más riesgosas que la presencia de
los árboles por sí misma. Al no haber un registro concienzudo de incidentes con árboles en
la APN, sumado a lo esporádico de los acontecimientos recordados, no es posible analizar
causas estadísticamente, parece recomendable por eso disminuir sobre todo el grado de
riesgo en la medida en que éste se hace evidente especialmente donde el uso se va
densificando sobre sitios inapropiados.
Por otro lado, en áreas con muchísimos árboles, como por ejemplo en un bosque natural
dentro de un área protegida o aún fuera de ella, no parece razonable evaluar a todos los
individuos y detectar cuáles son árboles de riesgo (ADR)para luego removerlos total o
parcialmente. En este sentido, la erradicación de los incidentes causados por la caída de
árboles o de sus ramas sólo podría lograrse tomando como criterio la eliminación de todos
los ejemplares mayores de cierto tamaño o todo el bosque, incluyendo a todos los árboles
alineados a lo largo de los caminos (Brookes, 2007). Desde ya que esta decisión sería
absurda, tanto como suprimir al mar porque hay personas que se ahogan.
Dentro de este marco, y en las áreas bajo su administración, la Administración de Parques
Nacionales (APN) debe proveer un contexto suficientemente seguro y confiable para la
realización de actividades humanas, advirtiendo debidamente sobre los riesgos inherentes a

5
dichas actividades. A la vez falta mucho por hacer con respecto al registro de información
sobre accidentes por árboles y sus causas, patrones en común en tales eventos, frecuencia,
especies propensas, etc.

Normativa a considerar
Se citan a continuación algunas normas útiles para situarse en la problemática.
La Resolución HD Nº 164/98 de excepciones a los informes medioambientales (IMAs)
contiene previsiones sobre ADR.
El “Reglamento Forestal para los monumentos naturales, parques y reservas de la región
andino patagónica” vigente desde el año 1994 contiene al menos cuatro consideraciones
pertinentes a los ADR, en sus artículos 3º inciso c (alude a árboles muertos), 13º (sobre las
autorizaciones), 52º (en las propiedades privadas) y 110º (riesgo de caída sobre
construcciones).
La Disposición N º 267/2013 de la Intendencia del Parque Nacional Tierra del Fuego es un
antecedente de previsiones sobre esta problemática.
La Disposición Nº 16/2015 de la Dirección Nacional de Conservación de Áreas Protegidas
(DNCAP)autorizó la impresión de la “Guía para la Evaluación del Riesgo de caída de
árboles en áreas recreativas de la Región Patagónica” elaborada por la Delegación
Regional Patagonia. Se trata de un documento de contenido técnico que hace una relación
entre árboles y riesgo que detalla una metodología para la evaluación e intervención.
La Resolución Nº 522/2000 (Intervención) fija un criterio claro para diferenciar las
responsabilidades operativas de orden jerárquico, respecto de las responsabilidades técnicas
de orden funcional. La Resolución HD Nº 209/2005 aprueba los “Criterios para las
inspecciones a los servicios brindados a los visitantes dentro de infraestructuras fijas”.
La Disposición Nº 64/2016 del Parque Nacional Lanín (PNL aprueba el “Procedimiento de
actuación para la evaluación y gestión de árboles de riesgo de caída total o parcial en
áreas de uso recreativo”, en concordancia y previendo la aplicación de los conceptos de la
Guía aprobada por la Disposición Nº 16/2016 DNCAP antedicha. La Disposición Nº
64/2016 PNL modificó la anterior.
Una Disposición s/nº de Delegación Regional NEA aprobó la intervención sobre 29
ejemplares arbóreos cercanos al centro administrativo del PN Mburucuyá, según criterios
que se evaluaron in situ y sobre especies exóticas para el lugar. Se vienen dictando otras
disposiciones en las Intendencias luego de la crisis.
La Resolución HD Nº 68/2002 (Reglamento de Permisos de Servicios a los Visitantes) en
su Art. 5.6.3 establece que las Intendencias procederán a interrumpir preventivamente la
prestación de los servicios a los visitantes cuando “existan riesgos significativos, producto
de una situación de hecho o de incumplimiento de permiso constatado que amenace la
integridad y/o la seguridad de las personas y/o pueda significar imputación de
responsabilidad a esta Administración”. Agrega en su art. 9.1 que las Intendencias deberán
realizar al menos una vez al año una inspección de cada uno de los permisos habilitados.
Finalmente el Art. 18 establece que “cuando en el desarrollo de las actividades autorizadas
se constaten situaciones de riesgo para los usuarios del servicio,(…), las intendencias

6
deberán proceder a la clausura preventiva de los locales o servicios, inhabilitando la
prestación hasta que se supere la situación…”.
La gestión de la ciudad de Buenos Aires, donde existen unos 372.699 ejemplares arbóreos
en calles y plazas 2 , viven 2.891.082 personas según el censo del 2010 y circulan
diariamente más millones aún, aporta experiencias, criterios y regulaciones válidas para ser
consideradas en la APN, atento al intensivo uso del recurso, sobre todo porque conviven
íntimamente árboles y personas dentro de un ambiente construido. En este sentido es
oportuno citar a la Ley Nº 3.263 (CABA) sobre arbolado público urbano, sancionada en el
año 2009, y al Plan Maestro para el arbolado público urbano de la ciudad autónoma de
Buenos Aires (Tomo I), publicado por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público
(2015), que incluye un programa de evaluación y reducción de riesgos.
Health and Safety Executive (HSE) es el organismo regulador de la seguridad en el Reino
Unido, que provee recomendaciones para las actividades humanas. En especial puede
mencionarse la norma identificada como “Management of the risk from falling trees”, SIM
01/2007/05, que fija los criterios básicos para proveer seguridad.

Definiciones y Glosario
En el Anexo 1 de este documento se ha incluido un glosario y definiciones que facilitan la
comprensión de los términos técnicos empleados. Las definiciones y terminología son
similares en este documento y en la Guía precitada (Chauchard, 2015).

Estabilidad de los árboles y riesgo de caída. Conceptos básicos.


En la parte aérea del árbol, el peso y las tensiones que afectan a la estructura (el fuste y sus
ramificaciones), determinarán la posición de su centro de gravedad. Según se sitúe ese
centro de gravedad, se afectarán diferencialmente distintos segmentos de la estructura
leñosa. De acuerdo a las características y estado de cada uno de esos segmentos (grosor,
tipo de tejido, estado sanitario, etc.), si su resistencia es superada podrían colapsar y
quebrarse. Estos colapsos pueden ser promovidos a partir de momentos bajo tensión
adicional o debilitamiento como p. ej. por el viento, la lluvia, el hielo, la nieve y
cercenamientos por acción humana. Es común ver en los ejemplares zonas de debilidad,
resquebrajamiento y quiebre 3 , zonas de reforzamiento 4 natural y de cicatrización de los
tejidos, lo mismo que ramas apenas sostenidas, apoyadas y a punto de desmoronarse ellas y
arrastrar en la caída a otras.
Tomando en cuenta el centro de gravedad y sus subcentros de gravedad componentes de la
estructura, el árbol -como organismo vivo-, podrá responder compensando las tensiones y
así mantener su equilibrio. En oposición a las fuerzas que empujan a favor de una potencial
caída se hallan las raíces. Estas contraponen un firme anclaje, según cómo se distribuyan y
adhieran al suelo. La integridad de la raíz, su buen estado sanitario, la disponibilidad de un

2
Excluyendo la Reserva Costanera Sur
3
No sólo por fuerza de la tensión, sino por la presencia de oquedades, enfermedades y rajaduras, que no
siempre son perceptibles externamente.
4
Algunos tejidos sometidos a tensiones son estimulados al crecimiento como respuesta biológica al daño.

7
suelo apropiado, con suficiente recubrimiento y humedad, son los mayores factores de
estabilidad de la palanca resultante.
“…. donde existen (suelos con) horizontes densos y en algunos casos
limitaciones por napas y/o compacidad de los mismos, la falta de oxígeno hace
que el desarrollo de la mayor parte de las raíces esté fuertemente condicionado a
explorar los primeros horizontes o solamente el superficial, esto reduce
considerablemente la capacidad de anclaje que poseen los ejemplares; los árboles
arraigados superficialmente, cuando por la humedad el sustrato pierde cohesión
permite que las raíces escurran por el mismo y surgen así problemas de
estabilidad o el pan de tierra se despega…”(Pire, 2007)
El término técnico “horizonte” para un suelo identifica a cada uno de los múltiples estratos
horizontales que se desarrollan en su interior, cada uno con distintas características de
composición, textura, adherencia, etc. En ciertos suelos, algunos estratos resultan
impenetrables para las raíces o para el agua.

A causa del fototropismo vegetal, la luz que llega a los árboles determina el crecimiento de
los tejidos del lado asoleado. En el hemisferio Sur en condiciones normales la mayor
radiación se acumula sobre las ramas situadas hacia el Norte, por ende es habitual que la
mayoría de los ejemplares
desplacen su centro de
gravedad hacia esa dirección
(Pire, 2007). Y el crecimiento
puede variar también según la
pendiente del terreno y
debido a interferencias por
sombra (p. ej. de otros
árboles) y viento. Ver Fig. 2
y 3.
El momento de estabilidad 5
de la estructura del sistema
que compone el árbol con su
ambiente, determina su
equilibrio. Numerosos
factores, p. ej. la posición de
Figura 2. Desplazamiento del centro de gravedad. Extraído de Pire, algunas ramas compensando
2007. la inclinación, apoyos sobre
otros ejemplares cercanos,
impulsos del viento, descalces en el suelo, la acumulación de agua, suman o quitan
tensiones en variadas direcciones e instancias, algunas más predominantes que otras.
El equilibrio de los árboles puede interpretarse como la resultante de una palanca simple,
con fuerzas que actúan unas como potencia y otras como resistencia. En la palanca, no sólo
juega el valor de las fuerzas, sino el brazo que se forma desde el punto de aplicación de la

5
“Momento” refiere al estado del conjunto de fuerzas que operan en un determinado instante sobre la
estabilidad del árbol y su resultante.

8
fuerza hasta el punto de apoyo. Cualquier modificación estructural cambiará la fuerza
resultante en una dirección u otra, brindando una condición estable, inestable o indiferente.
Ver Fig. 3.

Un vegetal que crece


Viento – Gravedad- Agua diferencial e
indefinidamente, según sus
partes, exposición y
vitalidad, sujeto a
condiciones climáticas
cambiantes, sostenido a
veces sobre terrenos en
pendiente y hasta con
imperceptibles
deslizamientos, que suele
desprender fracciones de su
Figura 3.Fuerzas de distinta dimensión operando sobre un punto de organismo (por ejemplo
apoyo ( elaboración propia) en dos árboles. ramas, hojas), que atraviesa
progresivas etapas en su
vida, que se carga de agua de lluvia o nieve, está sujeto a infinitas combinaciones de
fuerzas que determinan en cada instante su estado de equilibrio.
Un modelo físico que interpreta el equilibrio de un árbol completo, puede decir poco de lo
que ocurre con el equilibrio de alguna de sus fracciones componentes. Un árbol podría ser
estable en general, pero una parte de él podría ser inestable. O puede ser estable durante
muchos años, hasta que un fenómeno particular (viento, lluvia, estado sanitario de una
fracción estructural, corte de una raíz, pérdida de suelo, decrepitud, muerte de una rama,
etc.) acaba con tal estabilidad.
Según su ciclo de vida, los árboles van acumulando tejidos vivos en forma concéntrica
hacia el exterior de sus tejidos leñosos, muriendo progresivamente células de sus tejidos
internos y externos, leñosos o no. El proceso puede acumular una gran masa leñosa, con
interiores huecos o podridos, y ramas secas, quebradas, colgantes, apenas sostenidas dentro
del conjunto. Árboles maduros de especies de buen porte suelen tener entre 20 y 30 m de
altura.
En una ubicación a la sombra de un árbol, el riesgo nunca es cero. En este sentido lo
razonable sería que el riesgo oscile entre remoto y tolerable. Cuando supera ese rango, en la
Guía de Chauchard (2015) se reconoce la categoría de ADR.

La estabilidad de los árboles en el bosque


El comportamiento de los árboles como individuos dentro de un bosque denso no es igual
que en un bosque ralo. En el primero las copas suelen ser pequeñas y altas, debido a la
competencia intra o interespecífica por la luz solar, pero el soporte contra las fuerzas del
viento y la carga de la lluvia lo provee el conjunto. Mientras la trama se mantenga en buen
estado sanitario y no se interrumpa su continuidad, la masa responde en conjunto.

9
El problema surge cuando se producen fuertes dominancias
y algunos individuos perjudicados se enferman, mueren y
desmoronan. O cuando todo el rodal envejece. O cuando
caen fortuitamente algunos individuos o se extraen y se Algunos métodos para
resiente el arreglo común proveedor de soporte. Si se evaluar la estabilidad
producen aperturas o “gaps” en el dosel 6 , espacios en Modelo CODIT (A. L. Shigo,
donde la caída de un primer individuo lleva al 1994) registra los mecanismos
reacomodamiento de los que se hallan alrededor, y esta de defensa del árbol.
inestabilidad seguirá hasta que se sellen los bordes Método Inclino - Elastómetro
volviéndose a estabilizar los individuos que rodean la (Wessolly y Erb, 1998):
brecha. En un bosque natural la dimensión del gap suele propone someter al árbol a una
ser intrínseca a la especie, a la fase de desarrollo del simulación de carga del viento.
bosque, a la estructura dominante y a las condiciones
Método IBA (Análisis
ambientales.
integrado del árbol) (Reinartz y
Las áreas de bosque antropizadas por el uso humano (con Schiag, 1997). Interpreta la
campamentos, senderos, viviendas, construcciones interacción entre micología,
complementarias, ductos, caminos, etc.) suelen hallarse vitalidad y estabilidad del
impactadas: su suelo, reproducción, densidad (a causa de la árbol. Combina una evaluación
progresiva caída o extracción de ejemplares), la pérdida de visual con un análisis de carga
y mediciones de alta tecnología
raíces o partes aéreas, cambios en la escorrentía, etc. Allí la (tomógrafo sónico).
inestabilización puede crecer exponencialmente.
Método SIA (Estimación
estática integrada de la
La estabilidad de los árboles fuera del bosque seguridad del árbol) (L.
Wessolly y Erb, 1998).
Muchos emplazamientos de construcciones, playas de Relaciona estructura y
estacionamiento, campamentos, etc., comprenden árboles resistencia a la carga para
fuera del bosque (AFB). Puede suceder que se encuentren calcular un coeficiente de
forestados con especies exóticas, o sean fragmentos o seguridad sobre fractura.
bosquetes impactados de especies nativas, en los que las Método VTA (Visual Tree
características actuales ya no responden al funcionamiento Assessment) (Maltheck y
natural como bosque. Si se constituyen con especies Breloer, 1995) estudia
exóticas, deben evaluarse las propiedades de las especies, reacciones y defectos que
ya que algunas pueden ser menos estables que otras. Y conducen a la caída de un
cualquiera sea la especie, habrá que evaluar su árbol. Combina una evaluación
comportamiento en solitario, ya que la respuesta a los visual con una fase
vientos dependerá de la resistencia individual sobre un instrumental para categorizar el
riesgo de fallo.
único pié y no la de una masa forestal en conjunto.
Método V (Sterken, 2005)
combina componentes de los
Cómo reconocer el grado de estabilidad de un ejemplar distintos métodos anteriores.
arbóreo
(Sintetizado de Noceti et al,
Se han propuesto diversos modelos para predecir el 2010, con citas de ese texto)
comportamiento estructural de los árboles. Algunos de

6
Dosel es el espacio aéreo que comparte la mayor parte de las ramas de los árboles, que generalmente
están en contacto entre sí o a través de sus hojas.

10
ellos dan mucha importancia a los cálculos matemáticos, otros se basan sólo en
estimaciones técnicas visuales o cuantificadas. Pero prácticamente todos recomiendan
componer una evaluación multicriterio7.
Varios autores toman especialmente en cuenta a “El lenguaje corporal de los árboles”8
donde se describen las reacciones y defectos que pueden llevar al colapso por fractura de
los árboles considerándolo una lectura necesaria para los especialistas. Entre la corriente de
estudio que privilegia el análisis del colapso de

las estructuras mediante cálculos


matemáticos se menciona a Gordon
Vitalidad del ejemplar: follaje (1999). Los distintos métodos sugeridos
y crecimiento toman en cuenta factores tales como
resistencia a la fractura de los árboles
huecos, altura del árbol, forma de la
Forma de la sección copa, aerodinamia, resistencia de la
sobre la que se ejerce madera, dimensión de la pared residual
la fuerza necesaria para ofrecer resistencia,
inclinación del árbol y probabilidad de
Estado de la albura
caída o vuelco.
ante ataques de Las metodologías basadas en modelos
hongos matemáticos y físicos -más
meticulosas- pueden ser muy útiles para
Figura 4.Principales criterios básicos para evaluar evaluar ejemplares visiblemente
visualmente un árbol (elaboración propia). afectados biológicamente, y resultan
aplicables especialmente sobre ADR de elevado valor patrimonial. La recomendación final
de Sterken (2007) es que los modelos matemáticos y los instrumentos para medir son sólo
complementos que ayudan a estimar la estabilidad de los árboles.
Para una evaluación visual hay criterios primordiales. Tres de ellos aparecen en la Figura
4. Las oquedades en los árboles no son sinónimo de fractura potencial. Por el contrario, las
evaluaciones suelen tomar como insumo el grosor del cilindro leñoso externo remanente
conformado principalmente por la albura (la parte viva de la madera) y su estado. Sin
embargos son puntos de debilidad que bajo influencia de tensiones que quizá pueden hacer
colapsar al ejemplar.
SISTEMA DE VALORACIÓN DEL RIESGO DE CAÍDA
Criterio Indicadores
Entorno y Ambiente 4
Forma del Árbol 7
Estado del Árbol 5 (+ 1 cualitativo)
Figura 5. Determinación del índice de riesgo (IR) de colapso
de un árbol determinado. Fuente: Chauchard, 2015.

Desde una perspectiva evolucionista, las estructuras vivas de los árboles se han ido
seleccionando naturalmente para tender a mantener su equilibrio arquitectónico y optimizar

7
Lo que no implica necesariamente que sea cuantitativa.
8
Método de Mattheck y Breloer (1995).

11
su resistencia. Si el árbol cumple sus funciones biológicas vigorosamente, puede ser capaz
de crear nuevos tejidos leñosos contrarrestando la
pudrición causada por hongos xilófagos.
Un cambium 9 intacto genera nuevos anillos de
crecimiento, más gruesos donde el árbol lo demanda
preservando su integridad. Por el contrario, si la vitalidad ¿Qué es un árbol de riesgo
se resiente, el cambium pierde su rol, a partir de esa (ADR) en los Parques y
condición se manifestarán signos exteriores asociados a Reservas de la APN?
daños en ramas y copa (Reinartz y Schlag, 1997,en Sólo algunos árboles son
Sterken, 2007). peligrosos o de Riesgo (ADR),
aquellos que se encuentran
Chauchard (2015) propuso en la Guía para la Evaluación
debilitados por alguna/s causa/s
de Riesgos para la Región Patagónica (Figura 5), la o defecto/s que podría/n
consideración de 4factores naturales que afectan la provocar su desmoronamiento
estabilidad, asociados a las características de: (a) las total o parcial y causar daño a
especies, b) los sitios donde se sitúan los árboles en las personas, infraestructura,
áreas recreativas, c) las condiciones climáticas locales y d) vehículos, etc. (Chauchard,
las patologías y de 1 factor antrópico (actividades que 2015).
inciden sobre los árboles). De estos factores desprende 3 Se deben reunir tres requisitos:
criterios y numerosos indicadores, ponderándolos para a) una estructura
establecer un índice de riesgo (IR) de colapso de un árbol desmoronable, b) una persona
determinado. o una cosa valiosa, y c) al
menos una causa incidente con
Esta Guía, cuya impresión fue aprobada por Disposición
fuerza suficiente para producir
Nº 16/2015 de la DNCAP propone establecer un el desequilibrio, o varias
seguimiento individual de los árboles donde existe alto combinadas. Cualquier
riesgo. En coincidencia con la mayoría de los autores valoración deberá combinar
expresa que este método: probabilidad de caída con
“… es una ayuda para ser metódico y no probabilidad de daño concreto,
que puede producirse sólo en
pasar ningún factor de riesgo por alto, pero en
áreas con uso intensivo y en
definitiva la experiencia, conocimiento, pericia y algunos puntos críticos de las
objetividad del operador es lo que determinará una áreas con uso extensivo.
valoración final certera y ello contribuirá a
disminuir efectivamente los peligros inherentes al
uso del espacio.” Y agrega: “Sin embargo, lo
expresado son todos aspectos a tener en consideración para la evaluación del
riesgo en un AR y es parte del soporte de conocimiento que debe tener el evaluador,
pero lo que debe primar es la seguridad de las personas y los bienes, de manera que
el desafío es encontrar un equilibrio entre los aspectos naturales de valor recreativo
y la seguridad que debe ofrecer el área.”
Chauchard coincide con lo indicado por NTSG (2011) en que por sobre cualquier
protocolo, para poder interpretar el estado de equilibrio de los árboles hay que combinar
capacidad técnica para reconocer las variables y suficiente sentido común. Sugiere adoptar

9
El cambium es tejido el responsable del crecimiento leñoso generando capas de células, hacia el interior de
leño o xilema (los anillos de crecimiento), y hacia el exterior de tejido conductivo o floema, que transporta
savia elaborada en dirección a las raíces. Es responsable de los procesos de cicatrización.

12
como criterio el balanceo entre riesgos, valores, beneficios y costos de acuerdo al principio
ALARP de seguridad10. Es decir, reducir el riesgo tanto como sea razonable. Bajar a riesgo
cero se lograría únicamente
eliminando todos los
árboles ante la presencia
humana. 11

ZONA INACEPTABLE
INCREMENTO DEL RIESGO Y DE LA

Clasificación de Niveles de
Riesgo(adaptado de
PREOCUPACION SOCIAL

ZONA TOLERABLE NTSG, 2011):

Riesgo tan bajo Como en cualquier sistema


como seaposible de clasificación de riesgos
se los categoriza en niveles,
considerando lo
ZONA AMPLIAMENTE ACEPTABLE ampliamente aceptable, lo
tolerable y lo inaceptable.
Nivel de riesgo remoto Los niveles de riesgo
< 1: 1.000.000
extremos siempre son más
sencillos de identificar. Es
Figura 6.Marco de referencia de la Tolerancia al Riesgo (TOR).
Adaptado de NTSG, 2011.
razonable definir cuáles son
los niveles de riesgo
tolerable o admisible, por encima de un determinado umbral. En la Figura 6se grafican los
tres niveles de riesgo.
El sentido de la flecha muestra la intensidad de la preocupación social inherente al aumento
del riesgo. Debe quedar claro que el riesgo inaceptable no puede permanecer y debe ser
suprimido, en tanto el riesgo tolerable debe ser monitoreado periódicamente y lograr, a
través de intervenciones silviculturales, que no avance hacia inaceptable. Suprimir el riesgo
nunca deberá interpretarse literal y simplistamente como eliminar el árbol.
En términos de probabilidad general, el riesgo puede ser remoto (1: 1.000.000), pero en un
campamento específico y bajo determinado árbol inclinado o cerca de una especie con
características de fácil desrame o vuelco, la probabilidad puede dispararse. Sólo deben
combinarse condiciones para que suceda una caída y encuentre personas o bienes en su
trayectoria de desmoronamiento solitario o en conjunto con otros.

10
“As low as reasonably practicable”.Criterio general de seguridad adoptado en el Reino Unido, de acuerdo
al HSE (Health and safety executive), organismo rector del tema en ese país. Ver más en
http://www.hse.gov.uk/. El nivel de seguridad admisible debe analizarse en comparación con otras
actividades (ver Escuder Bueno et al, 2012).
11
“El riesgo para los árboles de causar hechos fatales por año, es del orden de uno en 150 millones en Gran
Bretaña, para todo el territorio. No obstante, el bajo nivel de riesgo puede no ser percibido así por el público,
particularmente luego de un incidente” NTSG, 2011, pág. 24.

13
Para NTSG (2011) el nivel de riesgo se
mantendrá en un nivel tolerable en un
determinado sitio, luego que: La evaluación de los árboles
Salud del árbol
 La naturaleza y el nivel de los ¿Está el árbol vivo o muerto?
riesgos han sido evaluados ¿Hay ramas secas u otros signos visibles de mala salud,
adecuadamente empleándose los hojas secas o bifurcaciones al final de las ramas?
resultados para tomarlas ¿Hay signos visibles de pudrición o ataque de hongos en
medidas de control. La el tronco?
evaluación del riesgo debe ¿Hay ramas muertas o caídas?
basarse en la mejor evidencia ¿Hay signos de envejecimiento?
disponible y de ser insuficiente, ¿hay signos de rebrote o recrecimiento epicórmicas?
en el asesoramiento técnico Estructura del árbol
especializado. ¿Está el árbol equilibrado o se inclina??Está alguno
 Los riesgos residuales 12 no son apoyado a causa del daño?
excesivamente altos y se ¿Se evaluó el tamaño y el peso relativo?
mantienen tan bajos como sea ¿Existen debilidades estructurales?
razonablemente posible. ¿Hay signos visibles de daños a las raíces el tronco o
ramas, tales como heridas, grietas o bultos?
 Los riesgos son revisados ¿Hay algún daño que comprometa la estructura (ej.: daños
periódicamente para garantizar en sector de la raíz o la pérdida de ramas en un lado)?
que se mantienen dentro de lo ¿Está el suelo ablandado por la lluvia?
razonable, p.ej., determinando si ¿Está el suelo agrietado o abultado?
habría que introducir medidas ¿Hay ramas sueltas suspendidas en el dosel?
de control adicionales o nuevas
Evaluando la ubicación
en base a nuevos conocimientos ¿Qué áreas están en riesgo por la caída de ramas?
o técnicas. ¿Qué áreas poseen riesgo por la caída de todo un árbol?
¿Está el árbol particularmente susceptible a la carga de
En zonas boscosas de uso turístico viento desde alguna dirección en particular?
sucede -como en casi todos los bosques- ¿La copa tiene una gran vela?
que pueda presentarse riesgo de caída de ¿Hay caminos, movimientos de suelou otras obras que
los árboles o de alguna parte de ellos, variaron la forma en que el árbol creció, o alterando las
motivando consecuencias sobre la cargas de viento?
infraestructura, bienes y personas. En la Clima
APN durante la última década ha habido ¿Cuál es el pronóstico?
un incremento de la visitación a las ¿Hay lluvia ablandando el suelo?
áreas turísticas, por ello la situación ¿Hay nieve o hielo cargando el suelo?
relativa y el estado de los árboles en ¿Viento?
lugares de acampe, senderos, miradores, ¿Lluvia sobre la copa?
etc., es motivo de creciente atención. ¿Cuál es la dirección del viento?
¿qué fenómenos meteorológicos anteriores podrían haber
Según Brookes (2007), la investigación afectado a árboles? Sequía, plantas empapadas.
muestra que hay límites sociales acerca Del Protocolo sugerido por Brookes, 2007.
de los riesgos de este tipo (que pueden
variar por la publicidad adversa del
período inmediatamente posterior a un

12
Tras la aplicación de cualquier protocolo de intervención, siempre hay un nivel de riesgo remanente.

14
incidente individual). Para NTSG (2011)sería poco probable que los ajustes al régimen de
gestión global de los árboles evaluado en su país reduzcan el riesgo en salud y seguridad de
manera significativa. No se trata de un problema matemático ni estadístico 13.

Roles y responsabilidades
Cuando el daño, lesión o muerte de una persona o un bien, según corresponda, sucede a
causa de un árbol defectuoso, por lo general la legislación sostiene que el responsable de las
acciones preventivas necesarias es el propietario y en un lugar público, su autoridad de
aplicación. Para la legislación nacional e internacional, existe la obligación de ejercer el
cuidado, el buen juicio, la precaución y la previsión mediante la inspección regular de los
árboles y reconociendo situaciones que pueden hacer que se rompan o se caigan (Fazio,
1989).
Para NTSG (2011), del dueño o el responsable del árbol no se puede esperar que garantice
que el árbol sea absolutamente seguro. Lo que puede ofrecer es la seguridad esperable de
un administrador prudente y razonable. El nivel de conocimiento y el estándar de
inspección que él debe aplicar a la revisión de los árboles son de importancia crítica. No
postula que el nivel de conocimiento de los responsables tenga que ser necesariamente el de
un arboricultor especialista, pero sí mayor que el de los usuarios medios, habitualmente
urbanos. Informa que no ha habido acusaciones penales por homicidio en el Reino Unido a
causa de incidentes con árboles, pero son numerosos los casos civiles.
Para el Organismo Rector de los Parques Nacionales de España (OAPN) el Plan Director de
la Red de Parques Nacionales (directrices a cumplir en los parques nacionales) regula la
seguridad en el uso público y en su directriz 3.3 n) establece:
“Aunque la persona es el primer responsable de su seguridad, la
administración del parque tomará todas las precauciones que sean razonables con
el objeto de mejorar la seguridad y la protección del visitante en los Parques
Nacionales”.

Los planes rectores locales no agregan mayores precisiones. Han sido los tribunales de
justicia los que han ido definiendo lo que consideran “precauciones razonables”. En España
hay dos vías judiciales para reclamar ante accidentes de este tipo: la penal por acción u
omisión de parte del responsable, y la contencioso administrativa, basada en el daño sufrido
que no debería producirse dentro del funcionamiento normal o anormal de la
Administración.
En recientes casos en España, las vías judiciales se cerraron debido a que se consideró que
había advertencias genéricas del riesgo, que los accidentes eran imprevisibles, que el
espacio natural no estaba intervenido y que las precauciones habían sido razonables.

13
Parecería más efectivo trabajar sobre las circunstancias extraordinarias probablemente evitables, que
sobre el riesgo inherente a los mismos árboles. Al menos según los patrones vistos por Brookes, 2007).

15
No obstante, cada caso tiene sus particularidades y es muy difícil predecir los efectos
judiciales14.
En la APN, el Decreto 1375/1996 atribuye a cada
Intendencia de un Área Protegida, la función de
fiscalizar y evaluar las prestaciones de servicios y los
trabajos que se ejecuten dentro del territorio que Procedimiento:
administra. La cadena de responsabilidades corre a Mapeo del área recreativa
través de una línea jerárquica y a la vez territorial (AR). Es recomendable
zonificar e identificar las
desde las máximas autoridades de la APN hasta la distintas zonas de uso del AR,
instancia de aplicación local. Corresponderá la infraestructura presente o
entonces la creación y promoción de normas de prevista, la red de circulación y
aplicación efectiva, para poder alcanzar la seguridad los tipos de vegetación. Estos a
apropiada, razonable, siempre dentro de los criterios la vez deben clasificarse según
técnicos y la aceptación y tolerancia social. Un la/s especie/s y el estado
análisis sobre la cadena de responsabilidades en la (bosque maduro, joven, denso,
APN e instrucciones ilustrativas aplicables a casos abierto, afectado o degradado,
análogos, puede encontrarse en la Resolución Nº etc.).
522/2000 de la Intervención, motivada en riesgos Zonificación del AR según el
sobre los espacios turísticos comerciales. riesgo de acuerdo a las
intensidades de uso. Se pueden
En el Reglamento para el Otorgamiento de Permisos establecer 4 categorías de uso
de Servicios a los Visitantes de la APN (Resolución en zonas boscosas:
HD Nº68/2002) se prevé que las Intendencias a. Permanente: la constituye la
realicen no menos de una inspección anual a cada infraestructura fija (vivienda,
uno de los servicios con instalaciones fijas, edificio, baño, etc.
b. Persistente: áreas de
elaborándose un informe. En el texto se indica que la
ocupación transitoria de
presencia de riesgos evidentes será motivo de personas o vehículos (parcelas
clausura preventiva hasta que se supere la situación. de acampe, mesa/fogón,
En todos los pliegos de licitación de concesiones y estacionamientos, etc.).
por ende en sus contratos, se prevé también que los c. Intermitente: son zonas de
predios deben ser inspeccionados antes de su circulación como caminos,
habilitación estacional, cada año. En todos los casos senderos, etc.
las cuestiones ambientales y de seguridad (Art. 4º de d. Ocasional: áreas con baja
la Resolución Nº522/2000) son parte de la frecuencia de uso.
obligación. Lo exigido para áreas administradas por En general, en las AR son bajas
terceros (concesionarios, permisionarios de todo tipo las chances de que la actividad
promueva caídas totales o
incluyendo ONGs, pobladores y comunidades, etc.)
parciales; sin embargo debe
no debería tener un estándar inferior al de las áreas prestarse atención a la
con uso intensivo gestionadas por administración. circulación vehicular, que
Cuando se detecte la necesidad por la condición del puede provocar incidentes o
ambiente, la aplicación específica de criterios de debilitamientos en árboles
seguridad debe quedar incluida en los pliegos de cercanos.
licitación y/o en las evaluaciones y obligaciones (Extraído de Chauchard, 2015)

14
Comunicación personal del Sr. Manuel Lagüera García, Jefe de servicio de apoyo, Oficina del Director,
01/02/2016.

16
ambientales a cumplir por el responsable para cada sitio, para que el mismo pueda acceder
y mantener la habilitación.
Quienes tienen responsabilidad sobre las Áreas Recreativas (AR) las tienen en la
minimización delos riesgos de daños en lasa R habilitadas, más allá del riesgo inherente por
estar o transitar en un área natural. La evaluación de los riesgos de caída de los árboles y
sus consiguientes peligros deben estar integrados a la planificación de nuevas AR y al
monitoreo de su estado. La aptitud de las nuevas AR en áreas arboladas debe otorgarse
considerando este peligro. Por eso los estudios de impacto ambiental deben contemplar
estos riesgos en los proyectos. La selección de nuevos sitios cuyo uso se irá intensificando
debe contemplar evitar futuros apeos que lleven a
una alteración significativa de los atractivos del
área (Chauchard, 2015). Algunas definiciones
Para completar una tarea prudente y razonable, los Tipos de Peligro
responsables locales tendrán que advertir de las Los peligros asociados a la
situaciones de riesgo previsibles, de sus presencia de árboles pueden
clasificarse en cuatro:
circunstanciales y condiciones, o incluso, por 1. Descalce del árbol
precaución ante la duda. 2. Desgaje del árbol: pérdida
de una pata o alguno de los
ejes principales.
Cómo proceder a reconocer los riesgos. 3. Rotura: partición del árbol
En el ámbito de la APN lo que importa es conocer en algún punto de debilidad.
qué árboles aportan peligro de desmoronamiento 4. Desrame: pérdida de una
rama.
total o parcial, qué es lo que puede estar sometido a
En función de la evaluación
los efectos de esa posibilidad y qué acciones se debe establecerse para los ADR
pueden interponer. Mientras en muchas AP se trata cuál es el tipo de peligro que se
de encontrar respuestas para sitios boscosos, hay sospecha y en función de la
muchos ambientes a evaluar que no son gravedad del mismo y la
estrictamente bosque, sino AFB, muchos de ellos vulnerabilidad del árbol se
exóticos, que pueden ser asimilados a los de una recomendará la acción que
plaza en una ciudad y puede necesitarse evaluar a elimine o disminuya el riesgo
cada uno de los ejemplares identificados15. de incidente.
(Extraído de Chauchard, 2015).
La bibliografía aporta criterios para reconocer En algunas regiones los árboles
ADR. Brookes (2007) a los fines de mejorar la aislados aumentan la
seguridad de las actividades educativas en las áreas probabilidad de caída de rayos
naturales sugirió un protocolo que puede ser sobre el sitio. Ver:
aplicado a los potenciales campamentos, http://canchallena.lanacion.co
considerando que no suele haber previsiones de ese m.ar/1340705-dolor-en-racing
tipo en las guías de recreación.
Si se quiere detectar visualmente condiciones de peligro, debe inspeccionarse
sistemáticamente cada árbol. Fazio (1989) recomienda el escaneo de la parte superior, si es
necesario con binoculares, primero la copa y luego a lo largo del tronco. Finalmente,

15
El campamento y la intendencia del PN El Palmar, la Intendencia y la zona de picnic de la RN Otamendi, los
cascos originales de las estancias que componen al PN Mburucuyá, las alamedas y manzanares del PN El
Leoncito son buenos ejemplos de AFB.

17
examinar cuidadosamente la zona de la raíz. El conocimiento y un ojo experto facilitan
reconocer señales.
Si bien incluye la medición con instrumental y cálculos complejos, Sterken (2007) propone
el siguiente protocolo con criterios para la revisión de los árboles.
1. Evaluar la carga del viento de acuerdo con estándares internacionales.
2. Calcular el espesor necesario de la pared residual de albura, su resistencia a la
fractura y el factor de seguridad resultante para tronco y ramas principales.
3. Estimar causas de colapso. Examinar las fuerzas de torsión, flexión, deslizamiento,
oscilación, propagación de grietas y puntos de tensión en la estructura leñosa, la
distribución y fatiga del sistema radicular de anclaje y los comportamientos reales
del viento.
4. Estimar las interacciones entre árbol, hongo, vitalidad y forma. Conocer la relación
entre la descomposición y el crecimiento de tejidos, o sea vitalidad y respuesta a los
ataques.
5. Aplicar el sentido común.

Para la Ciudad de Buenos Aires (Ministerio, 2015) en su Plan Maestro para el Arbolado
Público se menciona que “el umbral de riesgo aceptable para las partes responsables
depende de sus políticas y objetivos, los árboles que superan el nivel de riesgo aceptable
son los riesgos que se asumen desde el punto de vista programático de cada gestión 16”.
Manejar el riesgo consistirá en establecer un sistema de control y monitoreo de las zonas
críticas a los efectos de intervenir para disminuir el riesgo implícito en la existencia de
árboles dentro de la ciudad. Parte de la metodología para la cuantificación de los ejemplares
se reproduce en la Figura 7.
Chauchard propuso aplicar para la región patagónica un procedimiento consistente en
mapear las áreas recreativas y su vegetación, zonificarlas según 4 categorías de intensidad
de uso y superponiendo la información, determinar áreas de riesgo alto, medio y bajo. En
las de alto riesgo se evalúan todos los árboles sistemáticamente para determinar los ADR y
las Zonas de Peligro individual (ZPI).Las acciones de prevención podrían disminuir o
eliminar a los ADR y/o las ZPI.
Cualquiera sea la metodología, en el marco del sentido común y de ciertos conocimientos
mínimos, es posible detectar a los ADR y sus ZPI, para llevar el riesgo a niveles tolerables.
Muchos ejemplares arbóreos pueden manejarse bien, asegurando su preexistencia y la de
sus beneficios hacia el ambiente y las personas, antes de llegar al extremo de su
eliminación. Una vez detectados los potenciales peligros, se pueden eliminar causas o usos
y llevar la situación hacia niveles totalmente aceptables.
En las áreas de uso intensivo debe practicarse el monitoreo y verificar su grado de
seguridad reiteradamente o en respuesta a circunstancias, según estación del año o evento
climático. Por ejemplo, en el PN Mburucuyá se ha comprobado empíricamente que el
anegamiento de los suelos facilita el vuelco de grandes ejemplares. En febrero de este año
en el PN Predelta se produjo un tornado que tomó al área recreativa inundada y derrumbó
decenas de ejemplares.

16
Por el tipo de organización institucional de la ciudad, esto alude a las comunas intervinientes.

18
PUN-
RIESGO CAUSAS
TAJE
BAJO
Algunos defectos menores presentes
Los defectos no alcanzan
Ramas menores
el umbral de caída. 1 Muerte regresiva de la corona
Ninguna acción correctiva
Ramas secas y/o tocones
es necesaria
Varios defectos moderados presentes
Incipiente descomposición del tronco o de la/s cavidad/es
MODERADO
Pared remanente de espesor mayor a 2,5 cm
Los defectos no alcanzan
Sin caries extensas
el umbral de caída.
Defecto/s que afectan hasta un 30-40% de la circunferencia del árbol
Pueden o no resultar en 2 Daños y roturas
una eventual caída de del
Unión débil de rama principal o tronco codominante, incluido en la corteza
árbol. La acción correctiva
Raíces anilladas menores al 40% de la circunferencia del tronco con madera
es discrecional.
comprimida
Daño a raíces: menos del 40% del RCR17
Múltiples defectos presentes
ALTO Descomposición del tronco o de las cavidades
Los defectos indican que el Pared remanente de espesor menor a 2,5 cm
árbol está fallando, con Grietas o cavidades especialmente aquellas en contacto con el suelo o
peligro inminente de caer, asociadas con otros defectos.
o ya ha caído 3 Defecto /s que alteren más del 40% de la circunferencia del árbol
parcialmente. La acción Daño corona/rotura –unión débil de rama con grieta o pudrición
correctiva debe ser Raíces estranguladoras: más del 40% de la circunferencia del tronco
tomada tan pronto como Daños a las raíces: mayores a 40% dentro del RCR. Inclinación del árbol con la
sea posible. raíz cortada reciente o amontonamiento de tierra – rajadura o caries
extensas, ramas quebradas, tocones.
Múltiples defectos significativos presentes.
Descomposición del tronco o cavidades superiores
MUY ALTO
Pared remanente escasa. Grietas. Fuste que se divide en dos
Los defectos superan
Defecto/s que afecten a más del 40% de la circunferencia del árbol
cualquier acción correctiva
quedando únicamente la
4 Decaimiento generalizado
Daños de más del 40% de raíces en su RCR
posibilidad de la
Inclinación del árbol mayor a 45 grados con rotura de raíz
extracción del árbol.
Grietas o caries extensas desde fuste hasta ramas primarias
Árboles muertos: obstrucción física de peatones o del tráfico de vehículos.

Figura 7. Observación del ejemplar: probabilidad de fallas. Fuente: Ministerio (2015)

El riesgo se incrementa con algunas especies forestales. El “Paraíso” (Melia azedarach) no


es resistente a los vientos y desrama o vuelca fácilmente. Lo mismo pasa con la mayoría de
los Eucaliptus. No son especies seguras para un campamento.

17
RCR es el radio crítico de raíz, equivalente a 18 veces el Diámetro a la Altura del pecho (DAP)

19
CONTEXTO
Qué beneficios dan estos
árboles en el sitio? Qué valor
tienen?

Árboles: especie, edad, IDENTIFICACIÓN DEL RIESGO


condición, etc. 1
Es probable que estos árboles
Personas: ubicación,
cantidad, usos, etc. sean un riesgo para las
personas?

Registro, Monitoreo y revisión


Ejemplo de zonas:

Comunicación y consulta
Sin inspección IDENTIFICACIÓN DEL RIESGO
Observación Informal 2
Observación formal Es usual definir zonas?
Observación detallada

Realizar los registros de


colección de datos ANÁLISIS DEL RIESGO
apropiados a las zonas Cuál es el actual nivel de riesgo?

Inaceptable EVALUACIÓN DEL RIESGO


Tolerable Es el riesgo aceptable?
Muy aceptable

Remoción de árboles,
incremento de frecuencia TRATAMIENTO DEL RIESGO
e intensidad de Qué acción, necesitaría ser
inspecciones, reducción tomada para tratar el riesgo y
del acceso, podas y preservar la mayor cantidad de
tratamientos. beneficios que sea posible?

Figura 8. Proceso de manejo de los riesgos elaborado a partir de NTSG (2011), pág. 13.

Todos los ADR en zonas sometidas a un uso intensivo deben ser inspeccionados cada año y
después de las tormentas severas. Tras grandes lluvias o vientos pueden darse síntomas
nuevos de pérdida de estabilidad en el sistema radicular. Las inspecciones apuntan a
detectar defectos y corregirlos para mantener bajo nivel de riesgo.
NTSG (2011) propone un proceso de decisión que se ilustra en la Figura 8.

Protocolos y acciones recomendadas para el manejo del riesgo


Según Wendt (citado en Brookes, 2007), en respuesta a una tragedia ocurrida en Australia,
su Servicio Nacional de Parques produjo un voluminoso reporte a requerimiento del Juez.
El fallo eximió de la responsabilidad a la institución por el caso por considerarlo no

20
previsible, pero señaló la obligación de dar protección a los visitantes en los campamentos
autorizados, recomendando lo siguiente:
• Cambiar el diseño de áreas de recreación para disuadir a los visitantes de hacer
camping y picnic en áreas con ADR;
• Reducir el número de campings en áreas de alta peligrosidad;
• Proporcionar señales que asesoren a los visitantes sobre los riesgos asociados con los
árboles, en particular con melaleucas18;
• Actuar rutinaria y sistemáticamente inspeccionando las AR en especial durante los
períodos de alto uso;
• Proceder al desrame o remoción selectiva de árboles;
• Crear zonas de exclusión o cercas alrededor de los árboles de alto riesgo;
• Crear zonas de conservación para evitar el acampe y permitir la regeneración natural
de especies endémicas;
• Implementar un sistema que registre la caída de árboles.

Para todo el Reino Unido –no sólo las áreas protegidas-, NTSG (2011) considera que los
accidentes son en ocasiones inevitables, siendo tolerable admitir el riesgo bajo las
siguientes condiciones:
 Cuando la probabilidad es extremadamente baja.
 Si los riesgos son conocidos por los usuarios.
 Si hay evidentes beneficios por la presencia del árbol.
 Cuando al reducir aún más los riesgos se eliminaran los beneficios.
 Si no hay métodos razonables para reducir más el riesgo
HSE (2007) fijó para el Reino Unido un protocolo de seguridad bajo los siguientes
criterios:
Dado el gran número de árboles en espacios públicos de todo el país, las medidas de control
que implican inspeccionar y registrar a todos los árboles serían desproporcionadas al riesgo.
La inspección (meticulosa) de cada árbol individual sólo puede ser necesaria en
circunstancias específicas, por ejemplo, donde un ejemplar:
 se encuentra en un lugar frecuentemente visitado por el público;
 ha sido identificado, por ejemplo, presentando defectos estructurales que pueden
hacerlo inestable; y
 se ha tomado la decisión de retenerlo aún con estos defectos.
Los aspectos de la seguridad pública pueden ser abordados por los responsables o
propietarios de los árboles como parte de su enfoque de la gestión de la salud del árbol. Un
enfoque sensato asegurará el mantenimiento de un stock de árboles sano, la gestión racional
del medio ambiente y en general satisfacer los requisitos de salud y seguridad.
Un sistema eficaz para la gestión de árboles debe cumplir con la aplicación de requisitos
generales sobre seguridad preestablecidos, resumidos en lo siguiente:
 Una evaluación global de los riesgos de los árboles: la identificación de grupos de
árboles por su posición y el grado de acceso público. Priorizar los riesgos asociados
con las acciones de los árboles, ayudando a identificarlos.

18
Se trata de un árbol de la familia de las mirtáceas, nativo de Australia, conocido como árbol del té.

21
 Para la gestión de los riesgos de los árboles hay varios enfoques que involucran
"zonificación" de sitios, según el riesgo de caída y de causar lesiones graves o la
muerte. Como mínimo, los árboles deben ser divididos en dos zonas:
 Zona Uno: de frecuente acceso público (p. ej., parques, áreas de recreo, áreas
de picnic, escuelas, parques infantiles, caminos peatonales, estacionamientos
habituales, bordes de carreteras con mucho tráfico). Uso diario e intensivo.
Zona Dos, donde los árboles no están sujetos al acceso del público frecuente.
 Si las zonas y los árboles en ellas están claramente definidos, puede ser innecesario
el registro individual de los árboles (pueden ser útiles los mapas).
 Para los árboles de una zona muy visitada, es apropiado un sistema de controles
periódicos, proactivo. Esto debería implicar hacer una rápida comprobación visual
para detectar signos evidentes de inestabilidad, realizado por una persona con un
conocimiento práctico de los árboles y de sus defectos, que no tiene por qué ser un
especialista en arboricultura. Bastará informar a los empleados que trabajan en los
parques o rutas qué buscar.
 Cualquier sistema que se ponga en marcha para la gestión de la seguridad de un
árbol debe ser adecuadamente aplicado y supervisado, incluyendo:
 Un breve registro de cuándo un área mayor, o una zona, u ocasionalmente un
árbol individual, haya sido verificado o inspeccionado y los detalles de
cualquier defecto encontrado y las tareas que se han emprendido.
 Un sistema para la obtención de asistencia especializada para las acciones /
correctivas cuando el control revele defectos.
 Un sistema para que las personas puedan reportar daños a los árboles (p. ej.
colisiones de vehículos, tareas de servicios públicos, fuertes temporales, etc.)
que habiliten nuevos controles.
 Procedimientos para garantizar la seguridad del público durante los
temporales, como ejemplo, siempre que sea posible restringir el acceso a los
parques o senderos.
 Monitoreo para garantizar que las disposiciones se apliquen en la práctica.
 Ocasionalmente un titular de derechos podrá asumir la responsabilidad de
árboles que tienen, por ejemplo, defectos estructurales graves, pero que
decide conservar. Cuando se sospeche que el árbol plantea un riesgo
potencialmente grave por su proximidad a una zona de alto uso público, será
apropiado hacer una evaluación y una gestión específica.
 Una vez que se identificó un árbol con alto riesgo, deberán planearse las
acciones para reducirlo. Los trabajos deben ser realizados por un trabajador
competente porque esta tarea tiende a presentar un riesgo relativamente alto.
 La inspección de los árboles individuales sólo será necesaria cuando, por
ejemplo, un árbol está en, o adyacente a una zona de gran uso público, tiene
defectos estructurales que pueden hacer que sea inestable y se ha tomado la
decisión de retener el árbol con estos fallos.
Para la ciudad Autónoma de Buenos Aires, según su Plan Maestro, la gestión de riesgos
requiere de un proceso sistemático para detectar, evaluar, prevenir y corregir los defectos
de árboles peligrosos, o especies inapropiadas, a través de un programa integrado de
mantenimiento del arbolado –en ese caso urbano-, junto con la plantación, poda y los
programas de respuesta a emergencias. El sistema integrado contempla: categorías de
22
defectos que ocasionan riesgo, estimación del grado de riesgo, codificación del riesgo a
partir de las evaluaciones, gestión de las zonas de riesgo y adopción de las medidas
adecuadas. No obstante ello, el diagnóstico continúa siendo hoy de tipo subjetivo.

Conclusión
En sitios con árboles –aislados o como parte de un conjunto- que comparten su presencia
con la de las personas, no es posible llevar a cero el riesgo, aunque puede lograrse una
probabilidad muy baja de eventos lesivos para personas o bienes.
La situación en las áreas de uso intensivo del sistema de parques y reservas de la
Administración de Parques Nacionales no difiere mucho de la que se presenta en zonas
urbanas. Todas requieren un monitoreo y evaluación sistemática y periódica de los riesgos,
sin caer en el extremo de pensar que no puede existir la posibilidad de compartir árboles y
personas los mismos espacios.
Otras áreas del sistema, sujetas a un uso extensivo, pueden tener un tratamiento más laxo,
pero sin duda en todas, ante la presencia del riesgo, debe darse suficiente advertencia al
público sobre las particulares circunstancias que ofrece el medio natural. Hay decisiones
que pueden ser tomadas por los decisores gubernamentales o privados, pero otras
corresponden a los particulares usuarios que a la vez son beneficiarios y gozan de los
servicios ambientales que ofrecen los árboles. Cualquiera sea la conducta de todos ellos,
siempre queda un riesgo remanente, reducido pero inevitable, a menos que burdamente se
reduzca a erial lo que antes era bosque o árboles individuales.
No es que no deban extraerse algunos ADR, o introducir prácticas silvícolas como podas, o
excluir a las personas de las zonas en donde puedan verse afectadas, es que debe en todos
los casos aplicarse el sentido común y no actuar reactivamente ante el pánico, o sin el
menor balance entre beneficios y riesgos, como en cualquier actividad humana. Sin duda, el
riesgo habitual motivado en la presencia de árboles tiende a ser muy bajo, lo que no quita
que en ciertos casos haya que intervenir en debida forma.
La cadena de responsabilidades sobre el riesgo guarda la misma lógica de todas las
actividades humanas e institucionales, es así que la identificación de ADR requiere
primariamente de un monitoreo sobre el terreno que privilegie a los sitios de más elevado
uso y de decisiones sobre cómo hacer luego de recibir la información para advertir, aislar,
disminuir o eventual y sólo extraordinariamente, eliminar el riesgo quitando los ejemplares
arbóreos.
No hay mayores diferencias entre monitorear riesgo de árboles o riesgo de infraestructura,
de hecho las resoluciones que describen qué hacer en las inspecciones sobre uso público
comercial –por lo general coincidentes con las áreas de uso público intensivo- guardan una
clara analogía con lo que debe hacerse para la clase de riesgo que aquí se analiza.
Las áreas de uso público extensivo, sobre todo sendas alejadas y sitios más remotos, no
permiten ni justifican revisiones intensivas, la probabilidad de eventos es rarísima, lo que
no quita que se adopten medidas apropiadas que mantengan el riesgo dentro de lo tolerable.
En todos los casos, la debida advertencia, sobre todo a través de cartelería fija, sin descartar
otras formas de difusión complementaria (en páginas web nacional y local, folletos,
comunicación oral y con difusión multimedia), siempre deberá ser parte del eje de toda la

23
gestión del riesgo. En las zonas de uso intensivo debería existir siempre que sea posible
alguna señalización fija, exclusiva para este riesgo o describiendo el conjunto de riesgos.
En síntesis, nadie quiere ser partícipe de un accidente motivado en los árboles, pero la
responsabilidad atañe a todos los involucrados, en diferente grado, tanto en las decisiones
personales de los usuarios ante las circunstancias instantáneas a las que se expone, como en
lo que cada uno de los agentes privados o públicos debería procurar contribuir para
minimizar esa exposición al riesgo. Aún así, como sucede para toda actividad humana en
la vida, no se puede alcanzar el control de todas las variables.
Las actividades en áreas agrestes (es decir en ambientes no simplificados artificialmente)
presentan riesgos provenientes de los árboles como un riesgo más entre muchos otros,
algunos de ellos con mayor probabilidad de ocurrencia, según el sitio particular. La
predicción de la caída de elementos leñosos no es matemática y su diagnóstico es subjetivo
basado en señales observables sobre el equilibrio, que puede variar imperceptiblemente por
movimientos del suelo, estado sanitario, edad, crecimiento, fallas, etc.

Bibliografía

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24
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25
ANEXO I

Definiciones y Glosario
AP: área o áreas protegidas.
APN: Administración de Parques Nacionales
AR: área recreativa
Árbol Peligroso o de Riesgo (ADR): es aquel árbol que se encuentra debilitado por alguna/s causa/s
o defecto/s que podría/n provocar su desmoronamiento total o parcial y causar daño a personas,
infraestructura, vehículos, etc.19. Ver Figura 9.
Árboles fuera de bosque (AFB): según FAO los AFB o TOF20 son árboles y ambientes arbolados
que ocupan tierras distintas de las definidas como bosques y otras tierras boscosas. Esta categoría
incluye: (a) grupos de árboles que cubren una superficie inferior a 0.5 ha, incluyendo hileras y
cinturones de protección a lo largo de construcciones y campos agrícolas; (b) árboles dispersos en
tierras agrícolas; (c) plantaciones de árboles para fines que no sean la producción de madera, tales
como huertos frutales; (d) árboles en parques y jardines y alrededor de edificios; y (e) bosquetes con
baja densidad de cobertura.
Blanco: lo constituyen las personas, las estructuras u objetos o bienes que pueden ser afectados por
los ADR21.
Bosque: para FAO según Europea-FAO (2002) se trata de tierra que se extiende por más de 0,5
hectáreas dotada de árboles de una altura superior a 5 m, una cubierta de dosel superior al 10 por
ciento, o de árboles capaces de alcanzar esta altura in situ. No incluye la tierra sometida a un uso
predominantemente agrícola o urbano. Los bosques se caracterizan tanto por la presencia de árboles
como por la ausencia de otros usos predominantes de la tierra. Los árboles deberían poder alcanzar
una altura mínima de 5 m in situ. Incluye las áreas cubiertas de árboles jóvenes que aún no han
alcanzado, pero pueden alcanzar una cubierta de dosel de 10 % y una altura de 5 m. Incluye también
las áreas temporáneamente desprovistas de árboles debido a talas realizadas como parte de prácticas
de ordenación forestal o por causas naturales,
DNCAP: Dirección Nacional de Conservación de Áreas Protegidas
Estabilidad de los árboles: a los efectos de este documento, estabilidad es la cualidad de los árboles
para mantenerse persistentemente en equilibrio, o para volver al mismo luego de determinado
impacto. La estabilidad puede referirse a la planta leñosa como un todo o a alguna parte de la
misma, por ejemplo grandes ramas.
Peligro es la capacidad del evento de causar daño y/o pérdida humana y/o material,
Amenaza es una causa que motiva a una advertencia de cierto peligro posible.
PN: Parque Nacional
PNL: Parque Nacional Lanín

19
Extraído de Chauchard (2015)
20
Trees Outside Forest. Ver en Comisión Europea – FAO (2002)
21
Extraído de Chauchard (2015)

26
ADR que tiene un defecto estructural que genera que todo o parte del mismo pueda dañar a personas o
bienes valiosos (derecha). Árboles parcial o totalmente muertos en la naturaleza proveen hábitats
valiosos, no hay cerca personas, vehículos ni estructuras. Se combina la probabilidad de caída, con la baja
probabilidad de paso. Aportan paisajes naturales y flujos de nutrientes para muchas especies (izquierda).
Figura 9. ¿Qué es un árbol de riesgo (ADR)? En base a figura y criterios extraídos de Fazio, 1989.

Riesgo: es la posibilidad o chance de que un evento ocurra. Se puede clasificar en persistente,


intermitente y ocasional, según la intensidad y duración del uso del recurso. 22El riesgo de un evento
pernicioso se dispara a partir de la presencia de una amenaza y de una condición de vulnerabilidad
de las personas o recursos afectables. La vulnerabilidad aumentará en función del tiempo de
exposición a un potencial riesgo.
Zona de Peligro Individual (ZPI): 23es el área que podría ser afectada por la caída de un ADR o de
alguna de sus partes. Ello incluye el riesgo de golpear en su caída a árboles vecinos y con ello
causar otras caídas (efecto dominó o cascada). 24
Riesgo residual: es el riesgo que persiste luego de una intervención que tiende a disminuir la
incidencia de los factores negativos que inciden sobre la estabilidad de uno o de un conjunto de
árboles.

22
Extraído de Chauchard (2015)
23
Extraído de Chauchard (2015)
24
Extraído de Chauchard (2015)

27

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