Está en la página 1de 239

ERUCH B.

FANIBUNDA

VISION
DE LO
DIVINO

errepar
Título original:Vision of the Divine
Corrección: Delia Arrizabalaga

© 1976 Eruch B. Fanibunda

Reservados todos los derechos para la lengua española


ERREPAR S.A.
Avda. San Juan 960 - (1147) Buenos Aires - República Argentina
Tel.: 300-0549 - 300-5142 - Fax: - (541) 307-9541 - (541) 300-0951
Internet; www.errepar.com

ISBN 950-739-622-5

Queda hecho el depósito que marca la ley 11723

Impreso y hecho en Argentina


Printed in Argentina

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la tapa,


puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna
ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico,
de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.

Esta edición de 3000 ejemplares


se terminó de imprimir en los talleres de Errepar,
en Buenos Aires, República Argentina,
en el mes de setiembre de 1998.
Prefacio

E STÁ EN la naturaleza misma del hombre el buscar el reflejo de su pro-


pia imagen. Ese reflejo tras el cual la humanidad va en pos, se obser-
va en la fundación y evolución de comunidades, sociedades e institucio-
nes con culturas e ideales propios que las distinguen. Son un conjunto de
individuos que, entre sí, tratan de encontrar un reflejo de sus ideales. Ese
deseo de buscar, de comulgar y de fundirse en una actividad colectiva afín
a su tipo de individualidad es innato en el hombre. Así, un científico que-
rrá encontrar satisfacción en la compañía de otros hombres de ciencia y un
genio musical deleitará a sus compañeros con la interpretación sutil de una
raga o melodía. Similarmente, un misionero que presta servicio desintere-
sado a su prójimo se deleita en la compañía de otros trabajadores seme-
jantes. Una mente establecida en la divinidad busca compañía divina y ve
al universo entero como una manifestación de la divinidad, mientras que
una mente egoísta se recrea con otra de igual talante. De esta manera, lo
que sea que una persona ve en otras depende de la imagen de su propio ser
interno. La visión divina observa sólo a la divinidad sin sentirse influida
por las vestiduras externas: ropa, apariencia física o personalidad.
La naturaleza esencial del hombre es divina. Está oculta en la vida
diaria porque su inconstante personalidad se asocia con el cuerpo y su am-
biente. El no está consciente del Ser divino, permanente e inmutable que
se halla dentro de sí y por eso se dedica a buscar reflejos que asocia sola-
mente con su conciencia del cuerpo. El día que el hombre obtiene una pe-
queña vislumbre de su verdadero ser, su naturaleza innata rehúsa seguir
siendo engañada por estos cambios superficiales y el latente impulso in-
terno de buscar su propio y verdadero reflejo lo lleva a la divinidad. El
mismo impulso que en el pasado lo impulsaba a tratar de realizarse fun-
diéndose en diversas actividades con otras personalidades superficiales,
puede ahora ser satisfecho sólo cuando funde su actividad en la divinidad.
El reflejo del ser del hombre es un reflejo de la divinidad misma. Hoy en
día, algunos consideran que está de moda negar la divinidad que se en-
cuentra latente dentro del hombre. Pero al mismo tiempo, el proceso na-
tural de buscar la propia imagen lo lleva automáticamente a uno a su ver-
dadero Ser divino, que es Dios. La humanidad tiene que alcanzar esta me-
ta; no puede hacer otra cosa. Nadie está perdido para siempre. Nadie pue-
de perderse. Cada uno debe alcanzar aquella meta.
3
Tarde o temprano, aun el más convencido de los ateos obedece su na-
turaleza instintiva de buscar su verdadero ser interno más allá de la en-
voltura de su personalidad. Entonces, alborea la sabiduría y comienza la
transferencia de lealtades con la reorientación de sus conceptos sobre los
valores de la vida: la transferencia de lealtades de lo superficial a lo más
profundo del ser. Esta transformación del otrora ateo termina cuando se da
cuenta de que él es la divinidad misma. Finalmente, no queda ningún ateo
que niegue esta verdad, tal es la naturaleza del hombre. Y entre todas las
criaturas vivientes, sólo él tiene la capacidad de emprender la búsqueda de
su verdadero ser.
“Busquen primero el reino de Dios y el resto les será dado por aña-
didura”. Así lo enseñó Jesucristo. ¿Y dónde hemos de buscar este reino?
El dijo: “El reino de Dios está dentro de ustedes”. De manera que el pri-
mer y principal deber del hombre es buscar a la divinidad que reside den-
tro de sí y realizar su verdadero ser, practicando sadhana (prácticas espi-
rituales) durante toda su vida. Esa es, solamente, la única finalidad del na-
cimiento humano. El acaparar riquezas, la adquisición de conocimiento o
de nombre y fama añaden un significado decisivo a la propia existencia,
pero sólo cuando son usados para tal fin. Pero el hombre se va perdiendo
en el seco y árido desierto de su reconcentrado complejo de ego y cuerpo,
de modo que busca reflejos que son sólo espejismos para su estéril ansia
de encontrar la divinidad que se halla dentro de sí. Las escrituras del Gita
y de los Gathas nos dicen que cuando la enfermedad del adharma (no
dharma) está difundida, Dios, que es inmanente a todos los seres y cosas,
aunque no presente forma alguna (nirakara) se manifiesta con forma (sa-
kara) en esta tierra, a fin de que el hombre pueda satisfacer su deseo in-
nato de buscar su propio y verdadero reflejo dentro de esta forma humana
que es también divina. De tal manera, se le da una oportunidad al hombre
para lograr la plena realización como ser humano que ha nacido. Seme-
jante Purna Avatar, encarnación divina plena, está ahora entre nosotros pa-
ra cumplir con la profecía de las escrituras. Durante los últimos cinco años
el autor ha disfrutado de Su compañía, ha viajado con El, ha estado con
El, lo ha escuchado, le ha hecho preguntas, lo ha observado y ha llegado
a conocer una diminuta fracción de Su gloria a través de Su gracia. En Su
cuerpo actual El es conocido como Sri Sathya Sai Baba, la omnisciente
personificación del puro e incondicional Amor o Prema. Sathya significa
la verdad inmutable, la única realidad permanente más allá del tiempo y
del espacio; Sai significa madre y Baba quiere decir padre. El nombre
completo significa el verdadero e inmutable madre-padre del Universo, o
sea, la divinidad misma.
El autor no se atrevería a escribir nada acerca de una encarnación del
Señor Supremo sin Su expreso mandato. Sólo en virtud de Su gracia y
4
bendición el autor ha sido escogido por El como instrumento para redac-
tar este libro. Las experiencias personales del autor están registradas en
este libro, que incluye las enseñanzas del Señor. Esta obra no está escrita
para hacerle publicidad a Baba. Después de todo, El es el motivador de ca-
da latido de cualquier corazón que palpite o haya palpitado, es omnis-
ciente y omnipresente. ¿Cómo puede uno hacer publicidad de un ser que
lo sabe todo y que está presente en todas partes? La pregunta que se for-
mula más a menudo es cómo el autor llegó a conocer a Baba. Pero algu-
nos, como los colegas profesionales del autor, preguntan: “¿Qué es lo que
ve en Baba una persona que piensa de un modo racional, con educación
científica como la tuya?”. Algunos buscadores espirituales bien intencio-
nados preguntan qué va a suceder con sus acostumbradas prácticas reli-
giosas si visitan a Baba. En tanto, una persona común y corriente y no tan
bien intencionada, usualmente un parsi, observará: “Supongo que ahora
que estás mezclado con ese hombre has abandonado tu religión”. El en-
cargado de un templo hindú preguntó una vez cómo un parsi zoroastriano
como lo es el autor podía pertenecer a la Organización Sai. Ahora bien, los
cínicos y los escépticos afirman en voz alta: “¿Cómo sabes que El es en-
carnación de Dios? ¿Tienes alguna prueba científica?”. Amados lectores,
pruebas tiene el autor; pero no específicas. Sin embargo, no se desanimen,
porque después de todo, la ciencia es sólo uno de los dones de Dios a la
humanidad y sería ingenuo, en verdad, imaginar que un don podría expli-
car al Dador de ese don. El solo hecho de que la ciencia no pueda expli-
car algo no significa que eso sea falso o que no exista. El amor, por ejem-
plo, puede ser experimentado de muchas maneras y, no obstante, la cien-
cia es incapaz de explicar siquiera una parte infinitesimal de las diferen-
tes manifestaciones de su naturaleza. Así sucede con Dios, quien debe ser
experimentado dentro del hombre. Baba ha venido para ese mismísimo
propósito: Para llevarlos a esa experiencia directa. Recuerden, no hay
ningún intermediario entre ustedes y Baba. Nadie necesita una presenta-
ción para llegar a Baba. Quizás ustedes no lo conozcan, pero El sí sabe de
ustedes. Sí, aun en este momento en que leen el libro que tienen en sus
manos. Hay almas descarriadas que pretenden tener un contacto estrecho
con Baba desde cierta distancia y quieren ser intermediarios, algunas ve-
ces por determinada remuneración; hay otros que arguyen tener poderes
especiales recibidos de Baba. Eviten a estos sujetos, en lo posible, porque
Dios nunca actúa a través de intermediarios. El reside dentro de ustedes,
de manera que no hay razón para que actúe por medio de otra persona.
Además, ésta sería un agente inferior lleno de defectos. La divinidad que
existe dentro de ustedes es el único gurú real. No pongan su confianza o
su fe en nada que no sea El. Primero experimenten y luego procedan.
A la oscuridad le sigue la Luz, la felicidad es tan sólo una pausa entre
dos aflicciones, y el breve espacio de nuestra vida es introducido en este
mundo y sale de él por la acción de los gemelos inseparables que son el
5
nacimiento y la muerte. Un alfarero hace girar su rueda y crea una vasija
con una cavidad y una superficie externa. Para que una vasija pueda exis-
tir, el interior y el exterior deben estar juntos; no podría ser de otro modo.
Una moneda es acuñada con sus imprescindibles dos lados. Su existencia
como moneda es imposible sin las caras opuestas. Tal es también la natu-
raleza de nuestro Universo, que consiste en opuestos relacionados unos
con otros. Nuestros cuerpos son parte de este Universo y deben necesa-
riamente participar de estos opuestos. Sin embargo, sabiendo esto, el hom-
bre sigue buscando una felicidad sin par y absoluta en este mismísimo
Universo de dualidad y de opuestos. Actúa contrariamente al mandato de
Jesucristo y busca el reino del Cielo a su alrededor, en las cosas del Uni-
verso. No importa cuán grande sea la ilusión de esta clase de felicidad,
quedará destruida en un abrir y cerrar de ojos por la simple visión de la
muerte. El pensamiento mismo de perder su cuerpo hace desdichado al
hombre, en medio de esta clase de felicidad. Así, él prefiere y pretende no
pensar acerca de su destino final. El tema de la muerte es tabú en todas las
circunstancias y se le considera una curiosidad mórbida y de mal gusto,
que mejor se deja al empresario de pompas fúnebres. Se juzga de mal agüe-
ro y nunca se discute en público, salvo en caso de ingente necesidad. Aun
entonces, se le enfoca sólo después de haberse puesto la obligada máscara
de cara larga y de haber pronunciado murmullos apagados como adecuado
acompañamiento. Sin importar la farsa que represente el hombre, la única
certidumbre que existe es que hay que dejar este cuerpo. Es un reto que no
puede ser evitado por ningún individuo y cuanto más pronto empiece éste
a prepararse para el suceso final, tanto mejor. Cuando muere un hombre,
sus deudos y parientes así como todos sus amigos se reúnen a su alrededor.
Aun pueden acompañar el cuerpo hasta el cementerio o lugar de crema-
ción, pero ninguno de sus amigos o parientes está dispuesto a irse con él.
Hay un solo amigo que acompaña al muerto y es el único verdadero ami-
go: es Dios. Baba los acerca paso a paso a este amigo por medio de la inda-
gación y de prácticas de carácter espiritual, hasta que hayan comprendido
que este amigo es su propia realidad interna, aquí y ahora, en esta vida mis-
ma. Adquirir conocimiento con este amigo es esencial, pues, por desgracia,
sin El no puede el hombre trascender ni el nacimiento ni la muerte. Por siem-
pre será un hijo del destino que gira en la rueda de la vida, golpeado por el
dolor y el placer, más por el dolor que por el placer.
Cuando el complejo ego-cuerpo trata de morar en paz, ese yo está
buscando la bienaventuranza del Atma. Sin embargo, si ese yo está total-
mente identificado con el cuerpo e inmerso en el goce de los sentidos cor-
porales, ¿cómo puede saber del Atma, que está separada del cuerpo? El se-
guir experimentando tales disfrutes temporales es alentar la identificación
del ser con su cuerpo. El controlar los sentidos es desprenderse del cuer-
po y dirigirse hacia el residente interno. La residencia interna o el templo
6
del verdadero yo es el corazón espiritual. Es también una morada de paz
eterna siempre en expansión. El templo se conoce como mandir; la paz se
conoce como shanti; y el prefijo pra significa supremo o ilimitado. La re-
sidencia del Señor (en forma física hoy) es por eso llamada, muy apropia-
damente, Prashanti Nilayam, en Puttaparti, población del estado de Andh-
ra Pradesh, en la India. Este Prashanti Mandir no es sino un reflejo de la
residencia del ser interno del hombre y el acercamiento a ambos es idén-
tico. Del mismo modo que la atención debe ser dirigida al interior, hacia
el corazón espiritual, y mantenerse alejada de los asuntos mundanos, el in-
dividuo debe dejar todo su bagaje y sus pertenencias mundanas afuera del
recinto del mandir y entrar con las manos vacías. Baba no quiere que le
lleven nada para El, no, ni siquiera una flor. “Vengan a Mí con las manos
vacías para que Yo pueda llenárselas”, dice. Así como hay que adquirir el
control de los sentidos y la humildad para acercarse al residente interno,
al entrar en el recinto del mandir hay que ejercer disciplina, dominar el ha-
bla y los movimientos y obedecer las reglas con humildad, sin importar la
posición personal en la vida mundana. El esposo y la esposa se sientan se-
parados delante del mandir. Los hombres de un lado, las mujeres del otro,
es un hecho simbólico del desapego que se debe cultivar antes de acer-
carse al ser interno. Este habla como la voz de la conciencia, y guía, ad-
vierte o anima por medio de su suprema e intuitiva sabiduría o prajñan. En
el salón de entrevistas del mandir, Baba también hace al devoto individual
contemplar su propio ser interno y le aconseja o le advierte, como la per-
sonificación del conocimiento supremo que El es. El, además, dándole a
probar el amor divino, alienta al individuo. Es la experiencia de probar es-
te amor la que transforma, hace otro al individuo, que entonces compren-
de que la voz de su propia conciencia y la personificación del amor que
está enfrente de él son uno. Luego de esta vivencia, deja con disgusto los
portales del salón de entrevistas y una vez más vuelve al mundo de la ac-
tividad, pero ya con valores y perspectivas en armonía con esta experien-
cia divina.
El grueso de la humanidad también está buscando entrar en este man-
dir del corazón y probar la bienaventuranza divina, mas, por desgracia, no
tiene el valor de dejar la carga de los apegos, el orgullo de poseer riqueza
y erudición, antes de trasponer las puertas del mandir. Así, va en busca de
una puerta trasera no sólo para entrar en el templo, sino también para in-
troducir el contrabando de la surtida mezcla de cargas. ¿Es posible hacer
esto? Sería como tratar de mezclar aceite y agua. Sin embargo, los falsos
yoguis, los falsos profetas, los falsos bhagavans, los falsos gurúes, los fal-
sos swamis, los falsos rishis, los falsos sacerdotes, los falsos maestros, que
han fallado en su intento por ingresar por la puerta delantera, prometen va-
nidosamente mostrar esa puerta trasera inexistente. Debido al difundido
interés que existe por los asuntos espirituales, las clases de yoga y medi-
7
tación no sólo están de moda hoy en día, sino que se han vuelto negocio
pingüe, particularmente en países occidentales. La sabiduría, el amor y la
gracia divinos son invaluables. No pueden ser ni vendidos ni comprados
por nadie. Así, amados lectores, para que el ogro vestido de ocre no los en-
gañe, averigüen si los está llevando por la puerta correcta.
Baba dice: “Para ustedes, su propia experiencia es la mejor garantía
de la verdad”. Las páginas siguientes testimonian la experiencia particu-
lar que el autor ha tenido de Baba. Realmente, ésa es la verdad para el au-
tor, no importa lo que otros aseveren. Se pide al lector que no acepte ni
descarte la verdad, sino que él tenga su propia vivencia de ella. El aceptar
una información de segunda mano sin tener la prueba de la experiencia
personal es creer a ciegas; y el descartar la verdad sin hacer un poco de es-
fuerzo para verificar de modo personal es estar obcecado por la presun-
ción. Estos dos caminos llevan finalmente a la aflicción. La humildad en
el enfoque, la disposición a sacrificarse y un profundo anhelo por conocer
la verdad son las tres cualidades que ayudan al buscador a obtener tal ex-
periencia.
Hoy en día, la religión y la fe en Dios son objeto de cuestionamiento
por todos lados, pero una vida que se conduce ante la presencia constante
de la divinidad es la más segura y pacífica. Este libro es el resultado de la
seguridad y paz que la gracia de Baba ha otorgado al autor, quien es un pe-
regrino que recorre penosamente el sendero en búsqueda del ser. Vengan,
únanse a mí en el camino a Prashanti y experimenten el amor, la sabidu-
ría y la gracia de Dios.

E.B.F.

8
“El propósito de la educación espiritual o Brahmavidya es permitir-
le al hombre obtener una visión de lo divino en la sociedad. Cuando el
hombre combina esta visión con tapas (prácticas de austeridad) se funde
en Dios. La visión de la divinidad y la fusión con ésta son como los dos
polos: uno positivo, otro negativo. Unidos, lo positivo y lo negativo los
llevarán a una situación que los tornará divinos.”
BABA

“Escuchen el sonido primordial (Pranava Om) que resuena en


su corazón al mismo tiempo que en el corazón del universo.”

“Dejen toda su amargura ante el fuego sagrado y resurjan de


él grandiosos, majestuosos y divinos.”

“Recuerden la rueda de la causa y el efecto, de la acción y del


destino y también la rueda del dharma que es la que mueve a
todas.”

9
“Corten de raíz la sensación del ‘Yo’1 y dejen que su ego mue-
ra en la cruz para que logren la inmortalidad.”

“Sean como la estrella que nunca se aleja del Creciente y se


halla establecida en la fe inconmovible.”
BABA

1 Yo en inglés es I, o sea, el madero vertical de la cruz.

10
TPS

N UESTRA HISTORIA comenzó hace mucho tiempo, al iniciarse el siglo


diecinueve. Ganga Bhavadia era un pobre barquero que solía trans-
portar sus pasajeros a través de un río que fluía plácidamente por la pe-
queña aldea de Pathri, cerca de Manmad. Su esposa, Devagiriamma, era
un alma buena y pía que al terminar sus tareas domésticas dedicaba su
tiempo a adorar a Dios en la forma de Parvati. Su esposo, en cambio, ren-
día homenaje a la forma de Dios que él más amaba: Shiva, el consorte de
Parvati. Eran una pareja devota, sin hijos.
Una noche en que Ganga Bhavadia volvía a su casa después de haber
trabajado, notó las nubes que se amontonaban en el horizonte y el viento
ululante que sacudía los árboles de la selva cercana a su pueblo. Durante
todo el día había visto subir las aguas del río y ahora sus temores acerca
de un inminente temporal se veían confirmados. Esa noche, una tremenda
tempestad se desató sobre Pathri y las normalmente plácidas aguas del río
se elevaron con furia, barriendo con todo, en violento torrente. Ganga
Bhavadia se apresuró a ir a la ribera para reforzar las amarras de sus bar-
cos y velar por su seguridad durante la tempestad.
Al rato, un viejo se refugió de la tormenta en el portal de la casa de
Ganga Bhavadia y pidió a Devagiriamma que le diera alimento y abrigo
por esa noche. Ella dio algo de comer al viejo y le permitió descansar en
el portal. Poco después, el viejo tocó a la puerta y se quejó a Devagiriam-
ma de que no podía dormir y quería que una dama le diera masaje (maa-
lish) en las piernas. La señora de la casa quedó desconcertada ante la ex-
traña petición del forastero, particularmente porque se encontraba sola en
la casa. Sin embargo, no quería decepcionar al viejo. Así que salió de la
casa por la puerta trasera para ir a buscar a dos cortesanas que podrían
ayudarle a resolver esta peculiar situación. Sin embargo, ninguna de las
cortesanas estaba disponible y Devagiriamma, desanimada, volvió sobre
sus pasos y fue directamente a su santuario, que era el único refugio que
ella conocía. Estaba confundida y empezó a llorar. Entre sus amargos so-
llozos rogó a Parvati que la rescatara de la penosa situación que se le pre-
sentaba en ausencia de su marido. En ese momento oyó un fuerte golpe en
la puerta de atrás. Luego de secarse apresuradamente las lágrimas abrió la
puerta y se encontró con una mujer. Esta había venido a ofrecer sus servi-
cios a Devagiriamma. Procedía de una de las casas que ella había visitado
11
momentos antes. Eso fue lo que le dijo a Devagiriamma, quien se sintió
aliviada y muy agradecida con esa presencia que la salvaba de tan singu-
lar apuro en medio de la noche. Llevó a la mujer y al viejo a la veranda y
atrancó bien la puerta. Tan pronto como se fue a dormir, oyó de nuevo un
golpe en la puerta del frente. Al abrirla, Devagiriamma quedó asombradí-
sima por la visión que contemplaba. En muda admiración se arrodilló y se
inclinó ante la divina pareja. Dios se había manifestado ante ella en la for-
ma del Señor Shiva y de Parvati, para bendecirla. Parvati dijo: “Vamos a
bendecirla juntos”. Shiva contestó que El había ido allí específicamente
para probarla y por tanto la bendeciría por separado. Así, Parvati la ben-
dijo con dos hijos, y Shiva le anunció que El mismo nacería de ella como
su tercer hijo, también un varón. Con los ojos llenos de lágrimas, Devagi-
riamma levantó la vista. La divina pareja había desaparecido. Sin embar-
go, llena de felicidad, esperó la llegada de su esposo para comunicarle su
divina experiencia.
La tempestad había amainado y Ganga Bhavadia regresó a su casa en
las primeras horas de la mañana. Cuando su esposa le relató los aconteci-
mientos de la noche anterior, él pensó que eran narraciones histéricas de una
mujer sola en una noche de tempestad y olvidó enseguida el asunto. No obs-
tante, los hechos subsiguientes demostraron que aquello era de otro modo.
La pareja sin hijos tuvo entonces dos niños. Los años pasaron y pron-
to se hizo evidente que un tercer hijo estaba por llegar. Mientras tanto,
Ganga Bhavadia empezó a perder todo interés por su trabajo diario y por
la vida doméstica. Lo poseyó un ansia intensa de ver a Dios cara a cara, y
justamente cuando Devagiriamma se estaba acercando al término del na-
cimiento de su tercer hijo, el ansia de su marido por el darshan (visión) del
Señor se hizo tan intensa que decidió dejar su familia y su hogar. Devagi-
riamma arguyó que todo lo que le había sido dicho por Shiva y Parvathi
se había cumplido y que puesto que Shiva mismo iba a nacer como su pró-
ximo hijo, no habría necesidad de abandonar la casa para ir en busca de
Dios. Ganga Bhavadia replicó que no quedaría satisfecho con la visión de
Dios a través del cuerpo humano de su hijo. El quería ver el radiante es-
plendor de la divinidad sin la intervención de una máscara humana. Así,
se puso en marcha hacia la búsqueda de lo divino. Los dictados del dhar-
ma no dejaban a Devagiriamma posibilidad de escoger otro camino que
no fuera seguir a su esposo. Los dos primeros hijos de la pareja fueron en-
viados a la casa de su abuela y ella siguió a Ganga Bhavadia a la selva.
Muy pronto, Devagiriamma experimentó los primeros síntomas de su
inminente parto y pidió a su esposo que la esperara, pero éste siguió ade-
lante. Ella, agitada, se detuvo debajo de un baniano y se preparó para el
alumbramiento de su hijo. Un varón le nació en cumplimiento de su vi-
sión. Preparó una cama de hierba y cubrió al niño con algunas hojas. Es-
taba tan apurada por seguir a su esposo que ni siquiera limpió las manchas
de sangre del recién nacido.
12
Sucedió entonces que un tal Patil, musulmán, regresaba con la espo-
sa a su pueblo en una tonga2. La mujer había ido a visitar a su madre a una
aldea vecina. Al acercarse la tonga al baniano, la señora Patil tuvo deseos
de hacer una necesidad fisiológica. Se bajó y fue en dirección del bania-
no. Allí oyó el grito de un bebé y descubrió al niño debajo de las hojas. Al
ver las manchas de sangre dedujo que el pequeño había sido dado a luz ha-
cía pocos minutos. Excitada, llamó a su esposo, que estaba en la tonga, y
le mostró al bebé. Buscaron a su alrededor a la madre del niño, pero fue
en vano pues Devagiriamma se había dado prisa para alcanzar a su mari-
do. Finalmente, decidieron llevarse al pequeño a su casa. Los Patil no te-
nían hijos, así que consideraron un don de Dios al niño de Devagiriamma
y lo criaron como su propio hijo. Lo llamaron Babu.
Cuando Babu llegó a la adolescencia, su padre adoptivo había muer-
to y la señora Patil se encargaba de cuidarlo. Pero Babu no era un mucha-
cho común para su edad, y sus acciones causaban gran preocupación a la
madre. No solamente instalaba y adoraba un lingam de piedra en una mez-
quita, sino que recitaba pasajes del Corán en todos los templos hindúes
que visitaba. De esta manera perturbaba tanto a musulmanes como a hin-
dúes. Con esos actos, Babu trataba de mostrar a la gente de ese pueblo que
existía unidad en las dos religiones. Pero todo el vecindario estaba albo-
rotado, y empezaron a llegarle a Srimati Patil, la madre, amargas quejas
de las acciones de Babu; mas sin conocer ella los antecedentes de éste, no
sabía cómo dirigirlo.
Un día, Babu, o sea el futuro Sri Sai Baba de Shirdi, declaró Su divi-
nidad a la esposa de un shaukar (un rico terrateniente). Mientras jugaba
con Baba, el hijo del shaukar perdió sus canicas con aquél. El niño quería
recuperarlas, pero como se las habían ganado todas, ¿qué podría apostar
para poder volver a jugar? De repente se acordó del saligram (piedra ne-
gra globular que se usa para el culto) que había en el santuario de su ma-
dre y decidió apostarlo para tratar de recuperar sus canicas. Pronto perdió
también el saligram, con Baba. Sin embargo, el niño pensó que éste lo ha-
bía engañado y le exigió que se lo devolviera; mas Baba rehusó separarse
de él y en un tris lo puso en Su boca. Entonces el hijo del shaukar se asus-
tó y le contó a su madre todo lo que había hecho. Cuando, finalmente, le
narró que había tomado el saligram del cuarto de culto (puja) y que Baba
se lo había ganado, la horrorizada esposa del shaukar llegó corriendo
adonde estaba Baba y le exigió que le devolviera el saligram; pero se en-
contró con un testarudo muchacho que rehusaba regresárselo. Baba no se
dejó ablandar por instancia ni ruego algunos. Finalmente, la mujer lo obli-

2 Carreta tirada por un caballo, para transportar pasajeros y cosas.

13
gó a que abriera la boca y, en lugar del saligram, tuvo una visión de la per-
sona cósmica: la misma forma cósmica del Señor, que Yasoda había visto
en la boca de Krishna. Baba rió y dijo a la mujer que buscara el saligram
en el cuarto de puja. Ella comprobó que el saligram había regresado mila-
grosamente a su lugar en el cuarto de puja. Comprendiendo la significan-
cia de este lila, la esposa del shaukar se postró a los pies de Baba. A par-
tir de ese día, ella solía visitar cotidianamente la casa de Baba y tocarle los
pies, hasta que la gente ignorante empezó a criticarla, cosa que le hizo in-
terrumpir ese acto de homenaje abierto a Baba. Después de aquello, sólo
lo adoraba mentalmente.
Para ese entonces, Srimati Patil se encontraba confundida por com-
pleto, y se sentía absolutamente incapaz de frenar las actividades de Ba-
ba, de modo que decidió llevarlo a un ashram para huérfanos, dirigido por
un sadhu llamado Venkusa. El ashram estaba situado en Selu, lugar relati-
vamente distante, y la madre adoptiva pensó que Baba estaría seguro en
ese sitio, lejos de las distracciones y de aquellos “líos”. La noche anterior
a la llegada de Baba al ashram, Venkusa tuvo un sueño en el cual el Señor
Shiva le dijo que El, Shiva mismo, se presentaría allí a las diez de la ma-
ñana siguiente. Así, Venkusa, levemente perplejo, esperaba con expecta-
ción los acontecimientos. Alrededor de las diez, Srimati Patil llegó con
Baba al ashram. Le contó a Venkusa acerca del comportamiento de Baba
en el pueblo y le rogó que lo aceptara como residente del ashram. Venku-
sa reconoció instintivamente al joven Baba, nada menos que como una en-
carnación del Señor y, con gran deleite y con la debida reverencia, lo acep-
tó en el ashram. Venkusa dijo que el mismísimo alumno por el cual había
estado esperando tanto tiempo había llegado finalmente. La madre adop-
tiva regresó feliz a su pueblo.
Muy pronto los otros muchachos del ashram se pusieron celosos de
Baba, pues Venkusa lo quería mucho o por lo menos, así les parecía. Em-
pezaron a perseguir a Baba, y el clímax llegó cuando Venkusa lo envió a
la selva a buscar algunas hojas de bilva para el culto de aquel día. Un gru-
po de niños fue tras él y en el momento oportuno lo atacaron y le pegaron
sin piedad. Uno de ellos lanzó a Baba un ladrillo que le causó una pro-
funda herida en la frente. Sangró profusamente durante todo el camino de
regreso al ashram, mas no pronunció una sola palabra de queja; sólo mos-
tró el ladrillo a Venkusa, quien, al verlo en condición tal, se afligió y con-
movió mucho. Rápidamente desgarró un trozo de su vestido, vendó la he-
rida de Baba y derramó lágrimas sobre el ladrillo manchado con la sangre
del Señor.
Cuando Baba se fue de Selu, Venkusa le dio aquel ladrillo como su
ofrenda de gurú (guru-diksha). ¡Qué situación tan peculiar! El joven Se-
ñor recibiendo un ladrillo manchado con Su propia sangre como muestra
de amor y reverencia de Venkusa hacia El. El ladrillo era tan querido pa-
14
ra Venkusa casi como Baba mismo y Este lo recibió de Venkusa en cali-
dad de guru-diksha, lo que hace ver que era igualmente valioso para El.
¡Qué vínculo! ¡Es de maravillarse que Baba llevara consigo el ladrillo
cuando llegó a Shirdi con la comitiva, a fin de asistir al matrimonio Patil,
de Kirkee (cerca de Puna)! Siempre lo tenía a Su lado. Cuando instaló Su
morada en la arruinada mezquita (Dvarakamayi) llevó el ladrillo consigo,
y más de un devoto se asombró al presenciar la forma tan extraña en que
Baba se comportaba con ese ladrillo. Solía apoyarse o descansar sobre él
y, a veces, lo usaba como almohada en la noche.
Baba no había revelado a los devotos de Shirdi el secreto de Su naci-
miento ni de Sus actividades antes de llegar allí. Naturalmente, Su com-
portamiento les parecía entonces muy caprichoso. Hoy estamos enterados
de aquello, porque en Su cuerpo actual como Sri Sathya Sai Baba decidió
narrar la historia de referencia y contarnos los secretos de Su nacimiento.
La vida y las enseñanzas de Baba después de Su llegada a Shirdi han
sido relatadas por varios autores. Una vez, El anunció a un devoto íntimo,
Kaka Saheb Dixit, que después de la muerte de Su cuerpo el regresaría pa-
sados ocho años. El día de Vijayadasami (décima jornada del Festival de
Dassara o Día de la Victoria) en 1916, alguien observó que era la festivi-
dad de Simollanghana, por lo que Baba anunció que también era Su día de
Simollanghana, que significa el día en el cual se cruzan ciertas fronteras.
En los tiempos antiguos, los gobernantes consideraban auspiciosa tal fe-
cha para cruzar las fronteras de su estado e invadir algún reino vecino. La
críptica observación de Baba significaba que El cruzaría las fronteras de
este reino terrenal el día de Vijayadasami, lo cual hizo dos años más tar-
de. Sin embargo, en 1917 El había dado un indicio acerca del lugar de Su
futuro advenimiento, a una joven dama que, habiendo perdido a sus cua-
tro hijos, pidió permiso a Baba para quedarse con El para siempre. El le
dijo: “No, ahora no; cuando yo vuelva de nuevo a Andhra tú me encon-
trarás y te quedarás conmigo”. (Esta profecía ha sido cumplida y hoy esa
dama vive entre los residentes permanentes de Prashanti Nilayam.)
Cierto día de octubre de 1918, durante la ausencia de Baba, un joven
estaba barriendo el piso de la mezquita: levantó el ladrillo para limpiar por
debajo, lo dejó caer inadvertidamente al piso y se rompió en dos. Cuando
más tarde Baba lo vio, dijo: “No es el ladrillo sino Mi destino el que está
roto en pedazos. Ha sido Mi compañero toda la vida y hoy me ha dejado.
Con él Yo siempre meditaba sobre el ser y lo estimaba tanto como a Mi
vida”. El lazo de guru-Diksha-discípulo simbolizado por el ladrillo ya no
existía. El 15 de octubre, día de Vijayadasami, alrededor de las 2:30 de la
tarde, Baba dejó Su cuerpo. A la mañana siguiente, el 16, se le apareció a
Daas Ganu (un devoto muy íntimo) en Pandharpur y le manifestó: “Los
vendedores de aceite y de alimentos me importunaban mucho, así es que
Yo me voy de Shirdi. La mezquita se ha derrumbado; Yo me voy. He ve-
15
nido aquí para pedirte que vayas rápidamente y me cubras con flores de
bhakkal”. Daas Ganu fue enseguida a Shirdi e hizo lo que Baba le había
pedido.
Ocho años después, el 23 de noviembre de 1926, Baba nació de nue-
vo como Ratnakarana Sathyanarayana Raju, en Puttaparti, una aldea si-
tuada en el distrito de Anantapur, estado de Andhra Pradesh.
El 23 de mayo de 1940, Sathyanarayana Raju —que entonces conta-
ba 14 años— se anunció como Sai Baba. Llamó a los miembros de Su fa-
milia a Su alrededor y les dio azúcar candi, flores, bolas de arroz cocidas
en leche y dulces, todo esto materializado del aire con un solo movimien-
to de Su mano. Los vecinos también se reunieron a Su alrededor y el pa-
dre de Sathya, Venkappa Raju, apenas si pudo colarse entre la gente para
penetrar en su propia casa. Finalmente, cuando se las arregló para acer-
carse a su hijo, lo amenazó con pegarle con un palo y exigió que le dijera
si El era un dios, un fantasma o un loco. Rápidamente hizo la revelación:
“Yo soy Sai Baba, Yo soy Sai Baba. Pertenezco al Apastamba Sutra (la es-
cuela del sabio Apastamba) y soy del linaje espiritual de Bharadvaja; soy
Sai Baba y he venido para resolverles todos sus problemas. Conserven
limpias y puras sus casas”.
Luego, ese mismo año, el 20 de octubre, El decidió presentarse ya co-
mo Sai Baba y abandonó por completo el papel de Sathyanarayana Raju.
Arrojó Sus útiles escolares y se fue de Su casa. Dijo a Su cuñada: “Me
voy, no les pertenezco; la maya se ha ido. Tengo Mi trabajo, Mis devotos
me están esperando”. Venkappa Raju le exigió: “Muéstranos una señal y
convéncenos de que eres Baba mismo”. Baba pidió que se le dieran algu-
nas flores, las tiró al suelo y, éstas, moviéndose por sí mismas, formaron
las palabras Sai Baba, en telugu. El último deseo de Baba cuando aban-
donó Shirdi fue el de pedir a Daas Ganu que lo cubriera de flores, y des-
pués de Su declaración en Puttaparti, Su primera petición fue también que
pusieran flores en Sus manos. Comentando estos incidentes, Sri Kasturi
escribió en Sathyam Shivam Sundaram (vol. II): “Para quienes pueden
comprender las huellas de la divinidad, ésa es una coincidencia plena de
significado”. La vida y las enseñanzas de Sri Sathya Sai Baba han sido
ampliamente registradas en dichos libros por Sri Kasturi, y el autor los ha
usado como fuente de información para narrar ciertos incidentes esencia-
les para el presente relato de TPS.
En Su cuerpo anterior en Shirdi, Baba solía mantener en la mezquita
un fuego (dhuni) que todavía sigue ardiendo allí. De ese fuego, Baba acos-
tumbraba dar la ceniza o udi como Su don especial a Sus devotos, en el
momento en que éstos dejaban Shirdi o para aliviar sus males físicos y
mentales. Algunos afortunados tuvieron la experiencia única de escuchar
a Baba entonando Su canto del udi:

16
¡Rumthe Raam, Aooji Aooji; Udiaon Ki Gonia, Laaoji Laaoji!
¡Ven, ven, oh travieso Rama; oh, trae, trae sacos de udi!

En Su cuerpo actual, Baba materializa esta ceniza o vibhuti (como se


conoce ahora) y la usa para el mismo propósito que antes. Y no sólo ma-
terializa este vibhuti con un simple movimiento circular de Su mano, sino
que también saca de pequeñas cestas paquetitos de vibhuti, los cuales dis-
tribuye a miles de personas, en ocasiones especiales. Una vez el autor es-
taba en un salón y vio que las cestas eran llenadas de paquetitos de vib-
huti que sacaban de una gran bolsa. En verdad era un saco repleto de udi.
En otras ocasiones observó que grandes cajas de cartón o de madera eran
usadas para guardar los paquetes de vibhuti. A veces, las palabras Sri Sai
Ram están impresas en esos paquetes. El autor ha visto varios anillos de
plata materializados por Baba, que no sólo llevan la inscripción Sai Ram,
sino que también tienen grabada una imagen de Shirdi Baba.
Cuando Baba entonaba alegremente Su canto al udi en Shirdi, El se-
guramente se refería a Su actual encarnación como al “juguetón Rama”.
Sólo hay que presenciar el baño ceremonial de vibhuti realizado por Baba
en Vijayadasami o Mahashivaratri en Prashanti Nilayam y el pleno signi-
ficado del canto se entiende no solamente con la razón sino que se siente
dentro del propio ser. La palabra Rama significa bienaventuranza (anan-
da). Baba nos da la oportunidad de obtener ananda, al presenciar Su “ju-
guetona personificación del ananda” (el juguetón Rama), en el momento
del baño ceremonial de vibhuti. Para El, la materialización de kilos y ki-
los de vibhuti de una vasija vacía no es sino un juego divino y por ende,
las palabras Rumthe Raam significan la “juguetona personificación del
ananda”. El autor ha experimentado este ananda en Prashanti Nilayam en
muchas ocasiones y es este mismísimo ananda lo que atrae a millones de
personas de todo el mundo a ese pequeño Vaikuntha (el paraíso o morada
de Shiva) en la Tierra. El verdadero ananda es incondicional como el
Amor (Prema); viene de adentro del propio ser de uno, sin que se sienta
afectado por la incomodidad, las penalidades u otros factores ambientales.
En realidad, cuando se está inmerso en tal ananda, los problemas externos
tienen poco o ningún efecto sobre el individuo, y el corazón de uno se
vuelve un Vaikuntha. El lugar donde no hay sombra de dolor se conoce co-
mo Vaikuntha.
Esta “juguetona” actividad del actual Rumthe Raam no está confina-
da sólo a Su presencia física inmediata. Es de largo alcance, a través de
océanos y continentes. Sus retratos producen lluvias de vibhuti en los ho-
gares de muchos devotos. La ceniza aparece de repente en mayor o menor
cantidad sobre toda el área del retrato o bien se acumula gradualmente en
pequeños montoncitos que van creciendo hasta cubrir toda la imagen o
aparece en discretos puntos diseminados. El color es generalmente gris,
17
pero puede ser también rojo, rosado o amarillo. Al tacto, es suave como el
satín o levemente granuloso. Su sabor es por lo general el de la arcilla,
mas puede ser amargo o salado y a veces produce una sensación queman-
te. Cuando aparece fresco, despide una fragancia peculiar pero agradable,
que es diferente de la de cualquier otra conocida y que se describe mejor
como “la fragancia del vibhuti”. Se acumula en los retratos hasta alcanzar
cierto espesor; después de esto, si se deja que se siga juntando, simple-
mente cae. De allí el dicho popular de una “lluvia de vibhuti”. En algunos
días, esas lluvias son más frecuentes y en otros menos. Sin embargo, no
hay nada regular en ellas y nadie puede predecir nada. Cantidades de vib-
huti se manifiestan en miles de retratos en el mundo entero. ¡Qué repre-
sentación tan extraordinaria y de magnitud tan colosal de Su majestuosa
omnipresencia! Y eso no es todo, también se ven retratos que presentan go-
titas de un fluido dulce llamado amritha (néctar). A pesar de que estas ma-
nifestaciones ocurren desde hace varios años, no se anuncian con fanfarria
ni con un sonido y ni siquiera con un murmullo; sólo la silenciosa lluvia de
Su gracia y ananda; un mensajero silencioso que va desde las profundida-
des de Su silencio hasta Su devoto, para recordarle que debe renunciar y
desprenderse de los objetos externos. El reducto final de todos los objetos
materiales en este Universo siempre cambiante es el polvo, y el vibhuti es
un recordatorio simbólico de dicho final. Así, debemos dedicar a El todas
nuestras acciones, y dejar de darle indebida importancia a los objetos ex-
ternos. La visión debe ir dirigida de lo externo al Dador interno de los do-
nes. Esa es la lección espiritual que imparte el vibhuti a toda la humanidad.
Hay otro aspecto poco conocido del papel que asume este vibhuti en
el sadhana del aspirante. El fuego (Agni) es un símbolo sagrado usado no
sólo en muchos ritos védicos antiguos de adoración; es también un sím-
bolo de pureza para los seguidores de Zaratustra. Agni quema el ajñana o
ignorancia y confiere jñana o sabiduría. El residuo después del proceso de
la quema es la ceniza y esta ceniza o vibhuti, no sólo es un símbolo de pu-
reza sino también de sabiduría, porque enseña que hay que practicar el re-
nunciamiento y el desprendimiento. En todos los templos zoroastrianos
dedicados al fuego, es una práctica corriente para el devoto aplicar este
símbolo de pureza extraído del fuego sagrado, sobre la frente, en forma de
un punto entre las cejas. El devoto ofrece al fuego todos sus amargos pen-
samientos, palabras y acciones, y extrae del fuego sólo lo que es puro: la
ceniza. Es entonces un privilegio, el adornarse con esa señal de pureza. Es
asimismo un recordatorio simbólico para que él vea sólo pureza en quienes
están a su alrededor en la vida diaria. Baba ha dicho: “El reconocimiento
que hagan ustedes de la pureza de los otros les traerá una cantidad de pu-
reza igual a la que ven en los demás. Hay muchas maneras de cargar tu ca-
rruaje conmigo. El ver pureza en todas las acciones de otros es una expe-
riencia maravillosa. Pero aún más es saber que todas las acciones, no im-
18
porta cuáles sean, contienen elementos de pureza”. Cuando Baba materia-
liza vibhuti para un devoto y le pide que lo coma, El está literalmente ver-
tiendo una “carga” de pureza de Sus divinas manos sobre dicho devoto.
Las propiedades curativas del vibhuti, en particular del que sale di-
rectamente de Su mano, son bien conocidas de todos los devotos de Sai.
A veces cura espontáneamente, en virtud de que Su gracia y voluntad di-
vinas acompañan esa dosis de vibhuti. El autor tiene conocimiento perso-
nal del caso de una infección crónica de lombricillas que había resistido a
diferentes tratamientos durante los últimos 30 años y que fue finalmente
erradicada con una única dosis de vibhuti salido de la mano de Baba. El
vibhuti también actúa indirectamente, curando la causa básica de la ma-
yoría de los males modernos: la mente humana. Una mente impura está
enferma y, al final, afecta al cuerpo físico. La ira, el orgullo, la envidia, los
celos, el odio, la codicia, la preocupación, la ambición, el temor, etc., co-
bran su precio en las vidas humanas, en la forma de varias enfermedades
que dañan directa o indirectamente al cuerpo. Como ya explicamos, el
vibhuti ayuda en la purificación de la mente, cuando se usa unido a otras
disciplinas espirituales. Produce una cura lenta, pero constante y perma-
nente. En realidad, la cura física o la prevención de otras dolencias con la
que se pueda beneficiar al individuo es incidental y de importancia se-
cundaria comparada con el sutil y mayor beneficio que deriva del hecho
de ser capaz de controlar la mente. Sólo entonces es posible lograr la li-
beración de las ataduras del nacimiento, la vida y la muerte.
Contrariamente a lo que sucede con las preparaciones farmacéuticas
modernas, no tenemos que pagar mucho para obtener esta panacea que es
el vibhuti. Está libremente disponible para todos aquellos que lo necesi-
tan. Igual que un médico aumenta la potencia de la aspirina común, com-
binándola con fenacetina y cafeína, la potencia del vibhuti puede ser au-
mentada combinándola con los ingredientes del deber y la devoción hacia
El, en la vida diaria. La paz mental y la seguridad pueden obtenerse sólo
pagando la prima de la disciplina espiritual y no la prima de un seguro. Ta-
les son las propiedades del vibhuti.

¡Rumthe Raam, Aaoji Aaoji; Udiaon Ki Gonia, Laaoji Laaoji!

Baba ha declarado que los distintos mensajeros silenciosos, de gracia,


que envía a Sus devotos son como “tarjetas de visita” que les ayudan a
acercarse más a El. Son variadas: desde vibhuti hasta dulces, frutas, flo-
res, imágenes, estatuas, anillos, medallones, libros, rosarios, crucifijos,
medicamentos, muñecas y muchas más. Baba ha dicho: “Si Yo hubiera ve-
nido entre ustedes como Narayana, con cuatro brazos sosteniendo la con-
cha, la rueda, el mazo y el loto, ustedes me hubieran puesto en un circo y
hubieran cobrado entrada a quienes buscan Mi darshan. Si hubiera venido
19
En el Brihad Upanishad, la ceniza o vibhuti es comparada con la
prosperidad y el propio esplendor espiritual. Como un talismán que con-
tiene un secreto divino, destruye (ksharam) también el peligro y protege
(raksha) al que lleva este ornamento “Sai” de pureza. Es un mensajero si-
lencioso de desprendimiento y renunciación, que enseña el paso más ele-
mental en el propio sadhana.
El vibhuti tiene también un aspecto de inmortalidad, lo cual lo con-
vierte en una ofrenda apropiada para adorar a Dios. Las flores ofrecidas
durante el culto se marchitan, las hojas se secan, las frutas se pudren
cuando transcurre el tiempo y el agua criará gérmenes si se deja estan-
cada durante cierto tiempo. Son nuestros deseos los que deben ser redu-
cidos a cenizas, y el vibhuti es simbólico de esta renunciación y despren-
dimiento. “Es ésta la ceniza que debe ser ofrecida a Dios y no la artificial
comprada en paquetes en las tiendas. Si se ofrece esa ceniza artificial a
Dios, los resultados de tal ofrenda también serán artificiales.”
BABA

20
como un simple hombre no habrían respetado Mi enseñanza y no la ha-
brían seguido para su propio bien. Por eso debo estar en esta forma hu-
mana, con poderes y sabiduría sobrehumanos”.
En 1970, el autor supo de Baba por medio de una de Sus tarjetas de
visita: el vibhuti. El autor, que fue mago aficionado en sus días de estu-
diante, está versado en la teoría, el arte y la práctica de la prestidigitación.
Incluso escribió en 1954 una serie de métodos y resultados originales pa-
ra juegos de manos, lectura de la mente, etc., por los cuales recibió el pre-
mio Linking Ring de la Fraternidad Internacional de Magos (International
Brotherhood of Magicians) de los Estados Unidos.
Para ese entonces, el autor también estaba recibiendo adiestramiento
en hipnosis, con el fin de aplicarla en odontología. Así, se encontraba de-
seoso de averiguar si Baba, en verdad, materializaba objetos del aire, co-
mo lo afirmaban Sus devotos o si El los producía por prestidigitación. Hay
muchos gurúes y babas en este país, que hacen un negocio de la espiri-
tualidad y usan la prestidigitación para embaucar y atrapar a la gente cré-
dula, a fin de satisfacer sus fines egoístas. Por tanto, el autor no se con-
tentaría con informes de segunda mano. Quería observar esos fenómenos
por sí mismo y averiguar la verdad. Un día, Baba le dio la oportunidad,
aunque entonces el autor ignoraba que merced a la gracia de Baba, él te-
nía ocasión tan especial.
Provisto de una cámara, este escéptico llegó a Dharmakshetra, situa-
do en Andheri, un suburbio de Bombay, donde Baba aparecería en pocos
minutos. El autor quedó estupefacto al ver a casi diez mil personas entre
él y el estrado desde donde Baba otorgaría Su darshan. Los voluntarios no
permitían que nadie se acercase al estrado, pero por golpe de buena suer-
te el autor pudo llegar hasta la primera fila y observar de cerca a Baba. Sin
embargo, ese día no materializó nada. Después de terminada la reunión, el
autor se encontró por casualidad con el pariente de un viejo compañero de
clase, quien le ofreció informarle si Baba visitaría algunas casas particu-
lares, donde podría tener alguna oportunidad de verlo de cerca. Pocos dí-
as más tarde, el autor fue informado por teléfono de que Baba visitaría esa
misma tarde la casa del doctor K. Munshi, en Juhu, y que un ex emplea-
do de éste se ofrecía para acompañar al autor.
Había casi una docena de personas esperando en el salón de la casa
del doctor Munshi. Baba saldría en pocos minutos de los aposentos inte-
riores. El autor se quedó discretamente de pie, en una esquina del salón.
Baba entró y todo el mundo se levantó. El habló con algunas personas, so-
bre sus problemas particulares. Todos estaban dando codazos y empuján-
dose para tratar de acercarse a Baba. Sin embargo, Este vino y se quedó
parado cerca del autor, tan próximo que casi lo tocaba. Para entonces, el
ojo experto del autor ya había hecho un examen de la indumentaria de Ba-
ba. No descubrió nada. Por otro lado, se dio cuenta de que Baba era una
21
persona amabilísima. Alguien del grupo pidió ofrenda de vibhuti. Este era
el momento que esperaba el autor: Baba recogió Su manga derecha has-
ta el codo y al hacerlo, volteó Su mano derecha hacia arriba. El autor pu-
do ver que no había nada en la palma. Con rapidez, Baba describió varios
círculos con Su mano y el vibhuti apareció entre Sus dedos, que estaban
parcialmente cerrados para poder sostenerlo. El vibhuti fue ofrecido a al-
gunas personas. El autor quería que Baba materializara más ceniza, a fin
de que él también pudiera obtener un poquito para examinarla. ¡Y he ahí!
La mano de Baba volvió a girar y más vibhuti apareció de la nada. Esa
vez, el autor estiró la mano y recibió la primera “tarjeta de visita” de Ba-
ba. Inmediatamente el autor supo, por su experiencia pasada, que el vib-
huti había sido materializado sin truco o prestidigitación. No necesitaba
ninguna demostración más para convencerse de que Baba sí poseía pode-
res suprahumanos, de los cuales el autor no tenía, y todavía no tiene, ex-
plicación alguna que ofrecer.
El autor, manejando como a 25 kilómetros por hora, se fue a su casa
con el vibhuti firmemente agarrado en su mano derecha. Este recordato-
rio, tangible en su mano, le provocó una cadena de pensamientos. Desde
sus días de estudiante había sido adiestrado para pensar y aplicar métodos
estrictamente racionales y científicos en la investigación de su propio
campo de trabajo que involucra la mayoría de los medios de que dispone
la ciencia biológica moderna. Sin embargo, ese día, en el ser de Baba ha-
bía visto a una persona que creaba materia por Su voluntad. Baba no em-
pleaba utensilios ni procesos físicos sofisticados, para su manifestación:
Su palabra o voluntad divina o sankalpa —llámenlo como quieran— bas-
taba para que se efectuase el cambio o la precipitación de la materia des-
de Su conciencia o chit. Este sankalpa no era una cosa física sujeta a las
leyes del tiempo y del espacio. Por lo tanto, se puede concluir que aquél
que las usa de esa manera debe también trascender las barreras del tiem-
po y del espacio. Ahora bien, aquello que está más allá de tales barreras
es imposible explicarlo o comprenderlo por métodos, medios o disciplinas
de pensamientos modernos nacidos de los cinco sentidos, ya que ellos
mismos están condicionados por las limitaciones de las leyes naturales
que gobiernan el tiempo y el espacio. De manera que el autor llegó a una
conclusión ese día: Baba no puede ser explicado por la ciencia. El vive en
un cuerpo físico sujeto a las leyes del tiempo y el espacio, pero puede tras-
cender estas leyes a voluntad, en cualquier momento.
¿Cómo entonces puede uno llegar a conocer siquiera una fracción de
lo que Baba es? La respuesta obvia es descubrir y conocer al hombre in-
terno, la conciencia interna, el chit interno. Puesto que Baba trasciende el
estado físico a través de Su chit, sólo un estudio del propio ser interno po-
dría revelar y ayudar a uno a comprender un poco más lo que Baba es.
Por muchos años, el autor había estado interesado en asuntos espiri-
tuales, y después de leer los libros de Baba supo intuitivamente que al fin,
22
había encontrado a Aquél que podía aclarar sus dudas y disipar su igno-
rancia acerca de Dios. Con el solo movimiento de Su mano, Baba había
demostrado al autor la limitación de los procesos de pensamiento científi-
cos y la correcta perspectiva con la cual debían verse los logros científi-
cos en esta vida. Por la misma razón, El le había dado la prueba de Su fan-
tástica omnipotencia. Uno tenía solamente que darse cuenta de que el Uni-
verso es también materia y que El podía proyectar y crear vibhuti de Su
propio ser; entonces no había nada para impedirle hacer lo mismo con
cualquiera otra forma de materia. Fantástico, pero cierto. Esa es la expe-
riencia del autor.
Después de su primer encuentro con Baba, el autor tuvo que ir a In-
glaterra y al continente europeo para presentar uno de sus trabajos de in-
vestigación en una reunión de la Asociación Internacional de Investigacio-
nes Dentales (International Association for Dental Research), División
Británica, en Glasgow (1971). Durante todos sus viajes, la mente del autor
dispuso de bastante tiempo para contemplar y analizar sus pasadas expe-
riencias con Baba. A pesar de las eruditas conferencias y los nuevos y arro-
lladores datos aportados, las sesiones y los seminarios científicos le parecie-
ron bastante insípidos y aburridos, comparados con su encuentro con Baba.
El paquetito de vibhuti estaba en su bolsillo; ¿a quién podía mostrárselo? ¿Le
creería alguno de estos caballeros? Es más probable que pensaran que esta-
ba narrando un embuste, lo cual era comprensible, porque después de todo
el autor mismo había sido un incrédulo hasta unos cuantos meses antes.
Un paciente mantenido bajo sedantes no puede ver o apreciar su pro-
pio estado. Similarmente, el científico de hoy está bajo la acción sedante
de la misma ciencia y, mientras no despierte de su sueño, es imposible que
aprecie su propio estado. El autor también vivía en ese estupor científico,
hasta que Baba lo sacudió de su engañoso sueño. Casi cada persona en es-
te mundo se halla bajo una forma u otra de sedación. El estar absorto en
una ambiciosa carrera política o el perseguir un placer transitorio tras otro
o seguir servilmente los dictados de algún imbécil de París o de Londres
en asuntos relativos al vestido o al estilo del peinado, son algunos de los
ejemplos de qué sedantes son usados por el hombre moderno. El autor no
aboga porque el hombre abandone todas sus actividades. Por el contrario,
una vez que despierte de su estupor autoimpuesto, él mismo ajustará fá-
cilmente sus perspectivas en relación con sus necesidades espirituales y
continuará con su actividad anterior, si todavía le agrada y le parece que
vale la pena. Por tanto, el lector no debe imaginarse que quien esto escri-
be desaprueba a los científicos y sus trabajos de investigación; antes bien,
él mismo sigue realizando investigaciones y tiene un gran respeto por to-
das las empresas humanas que se proponen aliviar el sufrimiento y hacer
la vida cómoda para la humanidad en este planeta. Pero éste no es el ob-
jeto principal de nuestro nacimiento como seres humanos. La búsqueda de
Dios debe tener precedencia a cualquier otra actividad: “Búscate a ti mis-

23
mo primero…”; y cuando tal cosa sucede, todas las otras actividades tam-
bién adquieren visos espirituales y están automáticamente controladas por
el dharma propio de cada uno.
Hasta ese entonces, el autor había buscado el reflejo de su propio ser
interno entre otros hombres de ciencia y había disfrutado de su compañía.
Pero durante aquella conferencia, estaba pasando por la notable experien-
cia de desear la compañía de Baba con preferencia a la de sus colegas de
Glasgow, aun cuando participaba activamente en los actos de la reunión.
A su regreso a la India, ese anhelo por la compañía de Baba se intensifi-
có, y el autor comenzó a planear una visita a Puttaparti. En ese momento
sucedió que uno de sus colegas, devoto de Baba, le preguntó si quería fil-
mar una película de la ceremonia de inauguración del colegio de Baba en
Anantapur, Andhra Pradesh, acto que sería encabezado por el presidente
de la India. La inauguración del colegio era el Día de Guru Purnima (El
Festival del Gurú) y el estar con Baba en fecha tan auspiciosa era una gran
oportunidad, así que el autor aceptó gustoso la invitación y junto con su
amigo fue a Anantapur. Dos días después de la ceremonia de apertura, vol-
vimos a Bombay. Antes de nuestra salida, Baba concedió una entrevista al
autor. Lo que Baba hizo, en realidad, fue otorgarle una visión interna de
sí mismo, y con ello le dio tres lecciones: una, que Baba sabía todo acer-
ca del autor y que no había un solo pensamiento en la mente de éste que
pudiera quedar oculto a Baba. Hasta ese momento, el autor sólo había le-
ído que Baba lo sabía todo, pero entonces tuvo esa experiencia él mismo.
Así reveló Baba Su omnisciencia. La segunda lección sigue automática-
mente a la primera. Para estar consciente en todo momento de los pensa-
mientos y acciones del autor, Baba tenía que estar presente siempre den-
tro de él, o sea, durante los tres estados: la vigilia, el ensueño y el sueño
profundo. De este modo, El estableció Su omnipresencia. Baba está pre-
sente en toda persona viviente y se halla plenamente consciente de todo,
siempre. Si uno pregunta: ¿qué es eso omnisciente y común a todos los se-
res?, sólo puede haber una respuesta: “La divinidad”. El es el hilo que
mantiene juntas las cuentas y sólo el hilo puede conocer el interior de ca-
da cuenta. Esa fue la tercera lección. El autor también tuvo una vivencia
tan sublime, que es indescriptible en palabras.
La búsqueda de un preceptor había terminado. El preceptor no sólo se
había revelado sino que había dado una triple enseñanza que, si se inter-
pretaba correctamente, significaba que El era el Señor mismo. Hacía casi
un año que Baba había permitido que el autor experimentara Su omnipo-
tencia, y ahora, junto con Su omnisciencia y Su omnipotencia, se dio
cuenta de que sólo Dios en forma humana puede tener estas cualidades.
Durante los últimos cinco años, el autor ha experimentado estas cualida-
des divinas un sinnúmero de veces en compañía de Baba, y esas vivencias
lo han dejado siempre feliz, contento y apacible. De esta manera, empezó
24
un nuevo capítulo en su vida. La transferencia de lealtades había comen-
zado de la personalidad externa al ser interno. La meta estaba identifica-
da y la ruta trazada. La búsqueda se había iniciado.
En este punto de su narración, el autor debe hacer una advertencia: se-
ría fácil para el lector malinterpretar todo lo que se ha dicho acerca de Ba-
ba. La palabra “Baba” evoca la forma humana de El. Así, la tendencia na-
tural de la mente es no solamente la de limitar a Baba a esta forma huma-
na, sino también la de identificarlo totalmente con Su cuerpo. Puesto que
la mente, por su ignorancia, ha estado pensando en esta fealdad durante
muchos años, le es difícil comprender que Baba no es el cuerpo en el cual
El ha tenido nacimiento. Es un grave error no darse cuenta de este hecho.
Desgraciadamente, no es fácil captar esto, a menos que el lector mismo ha-
ya pasado por la disciplina y llevado a cabo la necesaria inquisición para
percatarse —o por lo menos saber más allá de toda sombra de duda— que
él no es el cuerpo. Sólo cuando el lector sepa acerca de la correcta relación
entre él y su cuerpo, estará en posición de apreciar que el cuerpo de Baba
es asimismo algo aparte de Baba. El cuerpo está sujeto a nacimiento, muer-
te y descomposición, mientras que El es permanente y eterno. Tan pronto
como se capta esto, son salvados todos los obstáculos para comprender Su
omnipresencia. El hecho de establecer por medio de la adecuada indaga-
ción, la convicción de que uno no es el cuerpo, constituye el aprendizaje
del alfabeto espiritual que le ayuda a descifrar y practicar el propio sadha-
na.
La gente pregunta a menudo: “¿Qué religión practica Baba?” “¿Ha es-
tablecido Baba alguna nueva religión?” “¿Enseña sólo la religión hindú?”.
La respuesta a estos interrogantes se da en las mismas palabras de Baba.
El dice: “Todas las religiones son Mías. Ustedes no tienen necesidad al-
guna de cambiarse de una religión a otra. Sigan adelante con sus propios
modos y prácticas de adoración y cuando así lo hagan se acercarán más y
más a Mí. El Universo es Mi mansión y aun aquéllos que me niegan son
Míos. Llámenme por cualquier nombre y Yo responderé. Represéntenme
en su imaginación en cualquier forma y Yo me mostraré ante ustedes. Yo
estoy tanto en el más humilde como en el más encumbrado de ustedes. Así
que no hablen mal de alguien ni lo dañen, pues hablan mal de Mí y me le-
sionan a Mí, que estoy dentro de él”. La catolicidad de Sus palabras es tal
que atrae a toda la humanidad. Baba no exalta esta o aquella religión ni
desprecia a otra; El enseña el sanathana dharma, la verdad eterna, que es
la raíz de todas las religiones.
El autor estuvo en Prashanti Nilayam (Puttaparti) durante las celebra-
ciones del natalicio de Baba, el 23 de noviembre de 1971. Esa fue la últi-
ma celebración de Su nacimiento en la que permitió que la ceremonia de
unción la hicieran parejas de ancianos. El autor tuvo la buena fortuna de
haber estado presente en ese momento para filmar las celebraciones. An-
25
tes de su salida, Baba materializó un pequeño medallón que dio al autor,
con instrucciones de llevarlo siempre consigo. De un lado, el medallón tie-
ne el símbolo del Om entrelazado con la palma de una mano rodeada de
inscripciones. En el centro de la palma hay un signo místico con una con-
cha en medio. La palma significa abahyahasta o mano protectora y en con-
junción con las inscripciones quiere decir: “Por qué temer, si estoy aquí”.
En el reverso está una imagen en relieve, de Shirdi Sai Baba, sentado en
una posición característica apoyado en un almohadón. Una vez, Baba hi-
zo la observación siguiente acerca de una de Sus fotos: El estaba apoyado
de manera similar, sobre un almohadón, en “la postura del Viejo en la Da-
varakamayi”. A menudo hace referencia a Su cuerpo anterior, con las pa-
labras el Viejo. En el medallón también se ven un coco y una hoja de be-
tel enfrente de Baba.
Un día, el autor estaba examinando ese medallón y descubrió unas le-
tras escritas abajo de la imagen de Baba. Era difícil descifrarlas, debido a
su diminuto tamaño, así que examinó la superficie bajo un estereo mi-
croscopio y leyó las letras TPS. ¿Qué querían decir? Preguntó su signifi-
cado a varios antiguos devotos, pero ninguno pudo responder satisfacto-
riamente. Estaba muy perplejo y decidió preguntarle a Baba mismo el sig-
nificado correcto.
Era época de Guru Purnima en Prashanti Nilayam y el autor había ido
allí con algunos amigos de Bombay. Después del festival, aquél estaba
sentado entre otros con Baba en Su habitación. Durante un intervalo en el
diálogo que se mantenía, medio vacilando, le preguntó: “Baba, ese meda-
llón que me dio durante el cumpleaños —El asintió— tiene una imagen de
Shirdi Baba —otra inclinación de cabeza—; hay algo escrito abajo de la
imagen —sonrió—; dice TPS. ¿Qué significa eso Swamiji?”. El contestó
muy suavemente: “Esa es Mi marca de fábrica”. El autor quedó más per-
plejo que antes. ¡Una marca de fábrica! ¿Qué pretendía un avatar con una
marca de fábrica? Baba estaba hablando con otra persona en ese momen-
to, y el autor esperó otra oportunidad para preguntar. Después de algún
tiempo, insistió: “Swamiji, esa marca de fábrica Suya que acaba de men-
cionar, TPS, ¿qué quiere decir?”. El esperó antes de responder y todo el
mundo se quedó en silencio. Luego, miró directamente al interrogador y
dijo con firmeza: “Tara Puttaparti Sathya. La T, por Tara, simboliza una
estrella. Tienen estrellas de cine, ¿no es así? Pues también hay una Estre-
lla en el Cielo, la Estrella del Cielo. P es para Puttaparti y S para Sathya”.
Luego de esta breve explicación, cambió de conversación. Sin embargo,
pasó algún tiempo antes de que la connotación plena de la declaración
“Tara Puttaparti Sathya” penetrase en la mente del autor. Parecía que las
tres palabras que se repetían continuamente: “Tara Puttaparti Sathya”…,
“Tara Puttaparti Sathya”… emanaban un silencioso mensaje. La Estrella
del Cielo ha descendido a Puttaparti en la forma de Sathya. El autor que-
dó perdido en una confusión de maravilla, reverencia, felicidad y admira-
26
ción. En el pasado, en numerosas ocasiones Baba ha declarado Su adveni-
miento, pero ésa era la primera vez que el autor lo había oído directamen-
te de Sus labios. Y esto también de una manera tan singular. En verdad, una
marca de fábrica divina. En las escrituras zoroastrianas, Ahura Mazda sig-
nifica el Creador de la vida y la materia. El no tiene forma. La Estrella del
Cielo tampoco la posee y es idéntica a Ahura Mazda o a Shiva Shakti o a
Alá o al “Padre Nuestro que estás en el Cielo”, que tampoco tiene forma.
Aquello que carece de forma puede, como el agua, asumir la configuración
de la vasija en la cual es vertido. Se le puede llamar por cualquier nombre,
pero la esencia que es TPS permanece igual para todos. Es la verdad más
alta proclamada por todas las religiones. En el lenguaje del Avesta y de los
Vedas, El es conocido como el Uno Sin Segundo.
Las piedras preciosas se encuentran en la tierra, y la gema de TPS se
encuentra en el polvo del cuerpo mismo y no en el espacio exterior.
Seis meses antes, en ocasión de la Quinta Conferencia de Organiza-
ciones Sathya Sai Seva en la India, el autor estaba con Baba en Madrás. A
la sazón, el que esto escribe no pertenecía a esa organización y fue invita-
do por Baba mismo para asistir a dicha conferencia. Aparte de escuchar
los discursos divinos pronunciados por Baba y de concurrir a otros actos,
presenció un suceso de lo más notable, que le probó cómo la omnipoten-
cia de Baba abarcaba no sólo la manifestación y el control del universo fí-
sico, sino la mismísima base de la existencia, o sea, la vida misma. Baba
resucitó a un hombre, después de casi cinco horas de que éste había muer-
to. Brevemente, esto es lo que sucedió. En las tempranas horas de la ma-
ñana del 25 de diciembre de 1971, Walter Cowan, un anciano caballero es-
tadounidense devoto de Baba, murió en el hotel Connemara, después de
un súbito ataque de neumonía. Fue trasladado al hospital de Madrás, don-
de el médico de servicio certificó la muerte de Cowan. Luego de taponar
sus oídos y narices con algodón, las autoridades del hospital mantuvieron
el cuerpo en un cuarto apartado. Alrededor de las 10 de la mañana de ese
día, Baba visitó el hospital y devolvió la vida a Walter Cowan. Los deta-
lles de este acontecimiento han sido relatados en otra parte por el doctor
John Hislop y no tiene caso repetirlos aquí. Bastará con mencionar que
Walter Cowan tuvo una experiencia única y se veía perfectamente sano
cuando el autor lo conoció diez meses más tarde en Prashanti Nilayam.
Antes de su muerte, Walter sufría una fuerte diabetes y varias otras dolen-
cias crónicas. Todas las enfermedades habían desaparecido con la muerte
de su cuerpo, y al revivir, quedó libre de sus padecimientos anteriores. Es-
to fue confirmado por el doctor Gnanesvaran, médico de Bangalore, fa-
miliarizado con la historia clínica de Walter. A pesar del largo período sin
oxígeno, el tejido cerebral de Walter estaba intacto y las extremadamente
sensitivas células del sistema nervioso central no se dañaron. La sankalpa
de Baba simplemente cuidó de todo esto y de mucho más, de manera que
27
Walter pudiera regresar a un cuerpo sano. La gracia de Baba había cam-
biado el destino de Walter. El Creador de la vida y de la materia —TPS—
está en verdad con nosotros, ahora.
El hombre es responsable de su destino. Uno cosecha lo que ha sem-
brado, es decir, las leyes de acción y reacción operan sin importar el tiempo
y el lugar y nos dan el fruto nacido de nuestras acciones en la vida diaria. Sin
embargo, la gracia de Dios puede modificar este destino. El Ramayana y el
Mahabharata están repletos de ejemplos acerca de esa gracia divina, y el au-
tor mismo ha presenciado y experimentado tales manifestaciones de la gra-
cia divina de Baba. Algunas de tales vivencias serán consideradas en una eta-
pa posterior, dentro del contexto de los atributos de un avatar.
Nuestra historia comenzó con el nacimiento de Shirdi Sai Baba, quien
está representado arriba de las letras TPS en el medallón mostrado en la
figura. El narrador ha examinado varios medallones materializados por
Baba y dados a diferentes devotos y ha encontrado que esas letras TPS han
sido grabadas debajo de la imagen de Su cuerpo anterior. Por supuesto, no
todos los medallones tienen esas letras. Sin embargo, esa marca de fábri-
ca divina posee importancia adicional. Las letras no sólo significan Tara
Parti (abreviatura de Puttaparti) Sathya Sai, sino también Tara Pahtri Sai,
o sea, Shirdi Sai Baba, que nació cerca de Pathri. En verdad, era Su mar-
ca de fábrica entonces como lo es ahora; las letras indican la gloria y la
majestad del Viejo. La Estrella del Cielo que encarnó como Shirdi Sai Ba-
ba es la misma Estrella del Cielo que ha encarnado de nuevo como Sath-
ya Sai Baba. La continuidad de las encarnaciones debe verse a la luz de
esta evidencia basada en el residente interno, el Atma. Es error común de-
cir que Shirdi Sai ha vuelto, si uno se refiere al cuerpo de Shirdi Sai y no
al Atma dentro del cuerpo. De manera que las letras TPS señalan el as-
pecto real de la continuidad entre los dos Sais. Si pudiéramos leer las hue-
llas del tiempo en el futuro, entonces la marca de fábrica sería también
aplicable a la próxima encarnación de la Estrella del Cielo, que nacerá en
el distrito de Mandya en el estado de Karnataka (Mysore). Baba ha decla-
rado que El será conocido en ese tiempo como Prema Sai. Así, Su divina
marca de fábrica establece la verdad de verdades contenida en la conti-
nuidad de las encarnaciones de Sai.

Tara Pathri Sai,


Tara Pathri Sai,
Tara Pathri Sai.

Baba hace referencia a la encarnación actual como la de Shiva-Shak-


ti-Atmaka-Svarupam. Las palabras Shiva-Shakti indican que los aspectos
del padre y de la madre están contenidos en la presente encarnación. Sa
significa divina y Aai, madre. Baba quiere decir padre. De modo que las
palabras Sai Baba significan madre y padre divinos.
28
El medallón creado por Baba (aumentado dos veces y media), con la
imagen de Sri Shirdi Sai Baba por un lado, con las letras TPS abajo. El
reverso muestra la palma de Su mano derecha, que tiene un ademán pro-
tector (abhayahsta). El signo de la concha en el centro de la palma deno-
ta el sonido o movimiento de la creación. En el Avesta, el estado infinito,
informe y estático de Dios se llama Zravane-Akarena, ya existente antes
de que tuviera lugar la creación. El sonido salió del plácido océano de la
eternidad y se conocía como Zravan-e-darego-khadata. El símbolo Om
está entrelazado con la palma y significa la palabra de la creación. Los
Vedas dicen: “En el comienzo estaba Prajapati, el Brahman con quien es-
taba el Verbo y el Verbo era verdaderamente el supremo Brahman”. En el
Evangelio de San Juan I:I se afirma: “En el principio era el Verbo y el
Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Baba expresa: “Para oír ese
sonido hay que aproximarse lo más que se pueda al centro del propio ser.
Por esto, las Upanishads son llamadas así: Upa quiere decir cerca y Nis-
had, sentarse. Vayan y siéntense cerca, a fin de que puedan escuchar el
susurro que dirige el Alma Suprema al alma individual. Om tat sat, de-
clara el Gita. Significa Aquello que es la verdad es Om”. Un suave y con-
tinuo cantar de esa palabra produce un efecto energizante único sobre el
cuerpo y la mente.

29
Hay algunos incidentes en la vida de un avatar que, al ser examinados
superficialmente, parecen paradójicos. Tomen por ejemplo la ceremonia
de adoración de la estatua de Shirdi Sai que se lleva a cabo en Prashanti
Nilayam en ciertas ocasiones festivas y que es dirigida por Baba mismo.
Con amoroso cuidado, El ayuda a verter el agua, la leche y otras cosas so-
bre la estatua, y luego, con igual cuidado y amor, la limpia de toda traza de
humedad antes de efectuar el baño de vibhuti. El autor lo ha visto tratar a
la estatua como si ésta tuviera vida. En la mente de muchos devotos surge
la pregunta: “Si Baba es un avatar de Dios, ¿por qué tiene que celebrar esa
ceremonia en una estatua con la cual se venera Su encarnación pasada?”.
La paradoja se aclara al examinar el contexto de TPS. Sus actos son ex-
presiones simbólicas del homenaje que debemos rendir a la Estrella del
Cielo engastada en esa estatua. Esto quiere decir: adoren a Dios que está
contenido en esa forma. La Estrella del Cielo no tiene configuración, pero
cuando aparece en la Tierra, asume las figuras de los diferentes avatares.
Aun cuando carece de constitución material, todas las formas son Suyas.
Por lo tanto, durante la adoración de imágenes como las de Rama, Krish-
na, Buda, Cristo, Sai Baba o la de algún otro símbolo impersonal como Om
o el fuego, hay que incluir también a la Estrella del Cielo que se halla en
todos los símbolos e imágenes. A este respecto, se debe recordar también
que la morada de TPS está en el corazón, y que el servicio amoroso ofre-
cido a un ser humano —sin fijarse en los frutos que dará tal servicio— es
igual a una de las más altas formas de adoración del Dios único.
Los devotos han preguntado a Baba: “Swami, ¿por qué Dios tiene que
venir con forma humana como avatar? ¿Por qué no viene como es?”. Ba-
ba respondió que así como una persona que desea salvar a un hombre que
se ahoga, por fuerza debe saltar en el mismo estanque o pozo, así también
el Señor tiene que venir en forma humana, a fin de hablar a la gente en su
propio idioma. Si el Señor viniera tal como es, con Su refulgencia intacta,
nadie podría beneficiarse de El. La brecha entre el hombre y el Hombre-
Dios sería demasiado grande para que pudieran comprenderlo los seres
humanos ordinarios. Por lo tanto, Dios debe tomar una forma similar a la
de un hombre común y actuar y comportarse como tal, pero dentro de los
límites estrictamente establecidos por el dharma.
Baba ha declarado: “Mi vida es Mi mensaje”. Así, El encubre Sus
atributos divinos y actúa como un hombre ordinario sujeto a todas las li-
mitaciones normales de un cuerpo humano. Su vida es ejemplo ideal para
ser imitado por personas de todas las edades, sin importar si se tienen seis
años o sesenta. Nadie debe decir que El puede darse el lujo de vivir como
un ejemplo ideal porque usa Sus poderes y atributos divinos para lograr-
lo. Eso no es correcto. El logra ese ideal viviendo como una personifica-
ción del dharma. El autor sabe esto por su conocimiento de Baba, a pesar
de lo que individuos cínicos y escépticos puedan decir acerca de Su vida.
30
Para infundir fe en la divinidad, de cuando en cuando El revela algún atri-
buto o una pequeña fracción de Su majestad, que trasciende las limitacio-
nes físicas establecidas por El mismo, proclamando así Su verdadera iden-
tidad. Lo milagroso es sólo un aspecto infinitesimal de Su naturaleza y
ello no debería impedir a nadie el tratar de emularlo en la vida diaria. Ha
dicho que Su aspecto milagroso es muy insignificante comparado con la
totalidad de lo que El es; da la misma importancia que le concedería un
elefante a un mosquito que se posa en su lomo.
Baba ha dicho: “Estoy en ustedes y para ustedes. También ustedes es-
tán en Mí y para Mí; a pesar de ello, voy a decirles algo acerca de Mí que
los guiará: no se me gana con adulación ni se me pierde si se me censura.
Se me gana con la verdad, la autenticidad y la sinceridad. He venido vis-
tiendo este traje humano para sostener la verdad, la verdad de todos uste-
des. Yo soy la Verdad de las verdades, la Verdad en todas las verdades. Es-
ta forma de Sai lleva el nombre de la verdad. Quizá se pregunten: ‘¿Por
qué ha de venir la verdad en forma humana a la Tierra?’. Para implantar
en el corazón del hombre el anhelo por la verdad, para poner al hombre en
el camino de la verdad y para ayudarlo a alcanzar la meta de la verdad por
medio de la instrucción e iluminación final”.
Afirma también: “Yo como al igual que ustedes, me muevo como us-
tedes, hablo su idioma y me comporto de modo que puedan reconocerme
y comprenderme. Esto es por su bien, no por el Mío. Los hago volverse
hacia lo divino, ganando su confianza, su amor y su sumisión, al estar en-
tre ustedes como uno más; a quien puedan ver y escuchar, a quien puedan
hablar, tocar, tratar con devoción y reverencia. Mi plan es transmutarlos
en buscadores de la Verdad. Estoy presente en todas partes, en todos los
momentos y Mi voluntad prevalece sobre todos los obstáculos. Soy cons-
ciente del pasado, del presente y del futuro, de sus más íntimos pensa-
mientos y de los secretos que guardan celosamente. Yo soy el morador in-
terno de todos (sarvantharyami), omnipotente (sarvashaktha) y omnis-
ciente (sarvajñana). Sin embargo, no manifiesto estos poderes de manera
caprichosa o para hacer una mera exhibición, porque soy un ejemplo y un
motivo de inspiración en cualquier cosa que haga o deje de hacer. Mi vi-
da es un comentario sobre Mi Mensaje”.
Como muchos otros devotos, el autor también ha experimentado este
aspecto del TPS descripto por El. ¡Sí! Camina con nosotros, canta con no-
sotros, juega con nosotros, habla con nosotros, bromea con nosotros y nos
narra cuentos. Derrama afecto y amor sobre nosotros, como ningún padre
o madre puede hacerlo. El nos aconseja y nos reconforta, nos enseña, nos
anima y aclara nuestras dudas. Comparte nuestros dolores y nuestra feli-
cidad. Nos cura de nuestros males físicos y de muchos otros; pero ten cui-
dado, amado lector: El es el principal guionista, productor, director, actor
y motivador de todos los actores en este drama que El mismo ha escenifi-
31
cado para nuestro beneficio, para que podamos recibir el mensaje de su vi-
da. Hace mucho tiempo, una lección similar fue enseñada en el Ramaya-
na, cuando Rama y Sita también decidieron comportarse como seres hu-
manos comunes. Mientras los malvados Ravana y Maricha se acercaban a
la selva de Dandaka para raptar a Sita, Rama le dijo a Sita: “…deposita to-
dos Tus divinos atributos y Tu esplendor en el fuego y actúa de ahora en
adelante como ser humano ordinario. Yo actuaré de la misma manera y
manifestaré dolor y ansiedad por Tu desaparición y mostraré los sufri-
mientos de la separación y de la soledad. El mundo conservará en su men-
te sólo la imagen de esta manera común de comportamiento y nos tomará
por humanos. La aceptará como una forma de conducta humana con sus
reacciones naturales. Recuerda que el más insignificante de nuestros actos
debe ser un ideal para los jefes de familia de todo el mundo. Debemos
mostrarnos como modelos de la relación entre marido y mujer, de confor-
midad con las instrucciones de los Shastras… Debemos conformar nues-
tras vidas de manera ejemplar, a fin de que el hombre común pueda inspi-
rarse en ellas y sentirse alentado a seguir los ideales que representan. De-
bemos actuar en este drama hasta la consumación final de la destrucción
de Ravana y de los rakshasas”. Para el hombre del siglo veinte, Baba ha-
ce una invitación abierta: “Sigan la disciplina y pónganse a prueba. Ven-
gan a Prashanti Nilayam y pónganse a prueba. Vengan a Prashanti Nila-
yam y quédense. Muévanse conmigo y experimenten Mi compañía y Mi
conversación. Escúchenme y obsérvenme y luego saquen sus propias con-
clusiones. Sumérjanse y conozcan la profundidad, coman y prueben el sa-
bor. Una disciplina paciente y sincera y la observancia de prácticas espi-
rituales son necesarias para conocer a Dios. Si la chispa de la fe ha de con-
vertirse en un fuego ardiente, tienen que cuidarla con solicitud”.
La invitación de Baba está dirigida a toda la humanidad. Sin embar-
go, antes de que uno se decida a aceptarla y vaya a Prashanti Nilayam, es
necesario leer de nuevo la primera línea de la invitación, para obtener el
máximo favor de Baba: “Sigan la disciplina y pónganse a prueba”. ¿Cuál
es esa disciplina y qué prueba quiere que hagamos? Es bien sabido que pa-
ra reconocer o diagnosticar una enfermedad es necesario poseer los cono-
cimientos de un médico. Pero, comúnmente, no es entendido que uno de-
ba poseer cierta conciencia antes de que pueda reconocer a un avatar. Del
mismo modo que un lego es incapaz de diagnosticar una enfermedad y ca-
rece de autoridad para dar opinión sobre un paciente, similarmente una
persona que no ha puesto en práctica la disciplina espiritual requerida es
incapaz de descubrir y reverenciar la divinidad en un avatar. Los grados
universitarios, los diplomas y la erudición son absolutamente inútiles y de
ningún valor para el fin de reconocer a un avatar. Sólo aquellas personas
que están conscientes de la “corriente” que hay dentro de sí mismas —el
Atma— tienen la posibilidad de identificar la fuente de poder que está an-
te ellas. Baba ha dicho que es esencial practicar las tres disciplinas si-

32
guientes para llegar a tomar conciencia de la divinidad que existe en todos
y también en el avatar:

1. No debe emprenderse ninguna actividad que tienda al engrandecimien-


to individual ni a complacerse nunca en la gloria de los propios logros.
2. El intelecto y la emoción deben ser dirigidos hacia la contemplación y
la revelación del residente del corazón, que es el Atma. En otras pala-
bras, debe hacerse un esfuerzo por buscar la realidad del propio ser,
por medio de un examen cuidadoso y de la realización de prácticas es-
pirituales.
3. Cada acto, no importa lo trivial que sea, ha de ser hecho con sinceri-
dad y sin deseo por obtener frutos de él. No sólo hay que cumplir el
karma sin deseo por el fruto de la acción (nishkamakarma), sino que
dicha acción debe estar imbuida de amor y llevarse a cabo con un es-
píritu de suprema humildad y desprendimiento.

El reconocimiento de un avatar es más un proceso intuitivo que de in-


dagación intelectual. Por ejemplo, el intelecto va en ayuda de un químico,
cuando éste identifica las sustancias que hay en un mortero de laboratorio;
pero en el caso de un avatar, la identificación se hace patente con la ayu-
da de la disciplina espiritual practicada en el crisol de la vida misma. Ade-
más, el químico posee una identidad separada del crisol y de la sustancia
que identifica, mientras que un aspirante espiritual tiene no sólo que vivir
dentro del crisol de su propia vida sino que debe usar la vehemencia de la
disciplina para penetrar el velo y ver aquella sustancia que está contenida
en el corazón mismo de su propio ser. Sólo la forma del avatar y la forma
del buscador tienen una identidad separada. La divinidad, o sea, la “co-
rriente” que existe en el buscador. Por supuesto, el avatar es también la
fuente de esta “corriente”. Conocer intuitivamente la “corriente” o tener
conciencia del propio ser es lo mismo que conocer a la divinidad conteni-
da en el cuerpo de un avatar. Esa es la prueba. Es la misma que procuran
el buscador y el escéptico, el ateo y el virtuoso, así como todos los aspi-
rantes cuya chispa de iluminación interna está luchando por transformar-
se en la llamarada de la autorrealización.
En las esferas de la ciencia y de la tecnología, la humanidad ha pro-
gresado paso a paso, de lo conocido a lo desconocido. De igual modo, el
progreso espiritual del hombre debe ir en el mismo sentido. Dios es in-
comprensible para el hombre porque sólo Dios puede conocer a Dios. El
hombre tiene que fundirse en Dios para conocerlo. Entonces, ¿cómo ha de
emprender el hombre ese viaje hacia Dios?, ¿cuál debe ser su punto de par-
tida para que vaya de lo conocido a lo desconocido? Ahí es donde un ava-
tar proporciona una rara oportunidad a aquél que busca su propio y real re-
flejo en la encarnación divina, dándole la experiencia directa de la divini-
33
dad, del ser o de la verdad. Sólo un avatar, por medio de Su gracia, puede
hacer eso en favor del hombre. El avatar es el punto de partida. El es Dios
(en) el hombre. Dios es la cantidad desconocida que debe obtenerse por
medio de la cantidad conocida, el hombre. Baba es lo conocido y lo des-
conocido, una encarnación divina plena y completa. De esa manera, El
nos da la oportunidad no sólo a partir de lo conocido sino que también in-
dica el camino hacia la meta. El también da instrucciones simples, paso a
paso, sobre la manera de llegar a esa meta.
Esta es una oportunidad excepcionalmente rara que se ofrece a la hu-
manidad hoy en día. En toda la historia registrada de la humanidad ha ha-
bido solamente dos purna avatares. Uno fue Krishna, el otro es Sathya Sai
Baba. Esta verdad es de tal magnitud que merece ser proclamada en todo
el mundo, desde el techo de cada casa. Sin embargo, los actos de la divi-
nidad son inescrutables y aunque el hombre de hoy tiene la buena fortuna
de ser contemporáneo de Baba, muy pocos serán los que se sientan atraí-
dos hacia El, en comparación con el total de la humanidad, y de aquéllos,
menos aún serán los que lleguen a la meta. Con todo, ningún esfuerzo, no
importa cuán pequeño sea, resulta infructuoso. Baba ha dicho: “Si dan un
paso hacia Mí, Yo daré tres pasos hacia ustedes”. De manera que el pro-
greso propio puede ser acelerado por el avatar, pero sólo si a uno lo im-
pulsa un deseo interno de aprovechar el favor del avatar. Cada minuto, no,
cada aliento de Su vida es utilizado por El para conducir a la humanidad
a esa meta. Esa es la experiencia de TPS que tuvo el autor.
El aspecto de Baba que no puede ser conocido o predecido por noso-
tros consiste en Sus facetas o atributos divinos o kalas. Son dieciséis y só-
lo un Purna Avatar desciende a la Tierra con todos ellos. Por ejemplo, du-
rante el Treta Yuga, Parasurama tenía tres kalas, Rama doce, y los restan-
tes eran representados por Bharatha, Lakshmana y Satrughna, los tres her-
manos de Rama. Cuando Parasurama se rindió ante Rama y lo abrazó, las
tres facetas divinas o kalas pasaron a Rama. Un día, el autor le pidió a Ba-
ba que le explicara cuáles eran esas facetas divinas que poseía, ya que era
imposible que alguien escudriñara Su secreto y que sólo El tenía autori-
dad para decirnos algo acerca de esos poderes. Baba tuvo la gentileza de
explicar su significado. Dijo que para comprenderlos de modo más fácil,
esos kalas pueden dividirse en tres grupos de cinco Shaktis o poderes ca-
da uno. Estos cinco poderes o Shaktis son:

1. Creación o srishti.
2. Preservación o sthithi.
3. Disolución o laya.
4. El tomar en cuenta todas las existencias anteriores o tilodhayak.
5. El dispensar gracia especial o anugraha.

De los tres grupos de cinco Shaktis, el primero es aplicable al pasado,


el segundo al presente y el tercero al futuro. El primero y tercer grupos co-
34
rresponden a todas las encarnaciones anteriores y futuras, respectivamen-
te. Así, estos 15 Shaktis juntos señalan Su omnipresencia en el tiempo, o
sea, significan que El está siempre presente y más allá del tiempo. De ma-
nera que Su conciencia omnipenetrante tiene conocimiento inmediato de
todas las cosas, en cada momento. El kala final, el decimosexto, es el del
Ser. Aquello que es el Paramatma, lo que Baba es. Es lo mismo que se lee
en Exodo 3 (14): “Y Dios le dijo a Moisés: Yo soy el que Soy; y dijo: así
dirás a los hijos de Israel; Yo soy, me ha enviado a vosotros”.
Baba explicó después que un individuo está compuesto de cuerpo,
mente y alma, es decir, deha, manas y Atma. El deha Shakti o los cinco
sentidos de percepción (gusto, tacto, olfato, oído y visión) son inútiles por
sí mismos a menos que estén respaldados e interpretados por el poder de
la mente o mano Shakti. El Atma shakti es la base del eficiente funciona-
miento del mano shakti. Así, los tres están interrelacionados y tenemos los
tres aspectos de un individuo:

Adhi-bauthika, relativo al cuerpo o al trabajo;


Adhi-daivika, perteneciente a la mente o a la adoración, y
Adhi-atmika, perteneciente al alma o sabiduría.

Los cinco kalas diferentes, en tres porciones de tiempo distintas: pasa-


do, presente y futuro, o sea, los 15 Shaktis ya mencionados, son a su vez
aplicables a los aspectos del cuerpo, de la mente y del alma. El complejo
de 15 Shaktis es así aplicable a cada aspecto. De esta manera, existe pre-
sente en el avatar una intrincada ramificación de Shaktis por medio de los
cuales El (con Su gracia divina) crea, sostiene, disuelve, evalúa y modifica
en el tiempo, es decir, del pasado al presente y al futuro, con referencia al
cuerpo (trabajo), la mente (adoración) y el alma (sabiduría). De más está
decir que estos Shaktis son aplicables al universo entero. A veces, Baba le
ha dicho al autor: “El Universo entero está en la palma de Mis manos”.
Un avatar nace siempre con ciertas señas distintivas en el lado iz-
quierdo de Su cuerpo físico, en forma de marcas de nacimiento o lunares.
Una marca en el pecho es virtualmente una señal que confirma el sello de
calidad de avatar. Todos los avatares la tienen, pero el tener un lunar del
lado izquierdo del pecho no confiere automáticamente a uno calidad de
avatar. Baba dijo que Krishna lo tenía y que todos los Sais lo tienen. Ba-
ba mostró una vez esa marca al autor. Era claramente visible como una
mancha color marrón oscuro sobre la piel color marrón claro. La mancha
semejaba un águila. Baba explicó que era la señal de Garuda (el águila).
Hay un significado espiritual profundo en este símbolo de Garuda sobre el
cual el Señor (Vishnú) cabalga. Garuda es un símbolo de karma (acción)
y sus dos alas representan la fe (sraddha) y la devoción (bhakti). En sáns-
crito es llamado el Hridaya Vihaga, lo cual quiere decir el pájaro del co-
35
razón. De tal manera que el Señor estará sentado en el corazón de un de-
voto cuyas acciones nazcan de su fe y devoción por El.
En Su calidad de Purna Avatar, Baba nos ha dado las explicaciones
anteriores y nos ha confiado algunos de Sus secretos divinos. Ahora nos
es posible saber y comprender de una vez por todas que, con las limita-
ciones de nuestros cinco sentidos corporales de percepción es imposible
evaluar y explicar la divinidad o lo milagroso en Baba. Aun el erudito lau-
reado con el Premio Nobel, quien después de todo es producto de sus cin-
co sentidos y de una pizca de intuición, no es más que un ignorante, cuan-
do se confronta con un avatar que manifieste sólo una de sus 16 facetas.
El autor espera que las explicaciones anteriores darán algo en qué pensar
a aquellos estudiosos de psicología y parapsicología que están tratando
constantemente de “explicar a Baba” a través de pomposas expresiones
que no son sino un manto para ocultar su ignorancia. Para comprender un
poco el misterio que es Baba, hay que comprender primero al propio ser.
Baba posee aptitudes infinitas, poderes infinitos y aspectos infinitos,
sin ninguna limitación que los reduzca. Sin embargo, como lo explicamos
antes, esconde estos aspectos y pretende semejarse a un ser humano co-
mún a fin de que cualquiera pueda sentir parentesco con El. Pero la ma-
yoría de la gente que llega ante Baba no puede ver a través de esta simu-
lación divina y se forma impresiones bastante erróneas. Baba mismo ha
dicho: “Yo tengo la facultad de resolver y desentrañar el problema más in-
trincado, pero solamente porque simulo, en la presencia de algunas perso-
nas, que no poseo esa facultad y hablo como si no supiera lo que digo, se
van con la idea de que Yo sólo realizo unos cuantos milagros triviales. El
formarse tal impresión es una necedad. Olvidan todas las cosas grandes
que hay en Mí y hablan sólo de los milagros, a los cuales Yo doy la mis-
ma importancia, en la totalidad de Mi aspecto, que el efecto de un mos-
quito pueda producir sobre un elefante cuando se posa sobre su lomo. Hay
una cosa muy sagrada en Mí y es el amor, el prema que es inconmensura-
ble. Sólo aquellas personas que han experimentado ese prema que existe
en Mí pueden saber lo que soy”.
No obstante, como Baba ha dicho también que esos milagros son
“Mis tarjetas de visita”, la gente es atraída por ellos y a menudo se pre-
gunta si es necesario aceptarlos; y si los aceptan, ¿cuál es el objeto de
guardar esos anillos o medallones? El autor tan sólo puede citar a Baba, al
respecto: “Algún talismán protector es obsequiado a veces por Mí a algu-
na persona para que lo lleve consigo. Cualquier cosa que Swami les dé han
de tomarlo y atesorarlo. No es necesario tener la sensación de que Swami
los protegerá y les otorgará Su gracia a través exclusivamente de dicho ta-
lismán. Eso tampoco es correcto. Lo que sucede es que si el portador de
ese objeto se halla en dificultades o peligro, el objeto regresa inmediata-
mente y en un instante me trae la noticia. De igual modo, en menos de un
36
segundo vuelve con Mi gracia al portador. Hay un secreto divino en cada
talismán y ésa es la razón para cargarlo. Crea una especie de conexión en-
tre ustedes y Yo, de manera que Mi gracia pueda fluir a ustedes, en casos
de emergencia. Conexiones como ésa han protegido a millones de perso-
nas. En el pasado abril (1974), el doctor Bhagavantham fue a los Estados
Unidos. Terminó su trabajo, y justamente antes de regresar, padeció lap-
sos de inconciencia. No había ningún amigo ni nadie con él para ayudar-
le. Cuando llegó al aeropuerto se dio cuenta de que no tenía su pasaje ni
su pasaporte ni ningún otro documento de viaje. Para ir a la India desde
los Estados Unidos, nadie —ni siquiera un ladrón— podría viajar sin su
pasaje. Fue entonces cuando el anillo que él llevaba (aquí Baba sujetó la
mano del doctor Bhagavantham y señaló el anillo en su dedo) regresó en
un instante a Mí. En ese momento, un funcionario del aeropuerto se acer-
có al doctor Bhagavantham y le dijo que no importaba que no tuviera el
pasaje. Fue instalado en el avión por el funcionario. Bhagavantham llegó
a la India sin mayores dificultades”.
Baba narró después las experiencias del señor S.N. Singh, de Calcu-
ta, quien en una época tenía recelos y no quería aceptar el anillo que Ba-
ba quería darle. Sin embargo, Baba insistió y finalmente lo aceptó antes
de ir a vivir a Londres. Baba refirió: “Yo le dije: si alguna vez estás en pe-
ligro o tienes algún problema, un aviso vendrá a Mí a través de este talis-
mán y no te afectarán. Sucedió que en una ocasión, el auto en el cual via-
jaba fue embestido por otro de mayor tamaño y hubo un accidente grave.
Su auto quedó totalmente destrozado y el señor Singh no sabía qué le ha-
bía sucedido. El estaba sentado cómodamente en medio de la calle, pero
la imagen de Swami en el anillo había quedado rota en cientos de pedaci-
tos. Tardó alrededor de cinco minutos en llegar a su casa después del ac-
cidente y ya encontró allí Mi telegrama esperándolo: “SÉ FELIZ - ESTOY
CONTIGO - NO TE PREOCUPES ACERCA DEL ACCIDENTE - BABA”. Cuando leyó
el telegrama quedó tan conmovido que voló inmediatamente a la India. Mi
aspecto y Mis sentimientos nacen del corazón y no se relacionan con las
apariencias externas. Sin embargo, esos objetos materializados en el exte-
rior permiten que se establezca una conexión de corazón a corazón y en el
momento necesario. Esas conexiones funcionan no de una en una o de dos
en dos, sino en números tan grandes como pelos hay en Mi cabeza”.
Una vez, Baba relató la historia de un tal doctor Pillai que, en Shirdi,
había solicitado Su ayuda a Su cuerpo anterior. Baba dijo: “El Señor es to-
do prema. No siente ira (dvesha). En cierta oportunidad, un tal doctor Pi-
llai llegó con mucho sufrimiento y oró para que se le diera la posibilidad
de tener diez nacimientos y así dividir el dolor en diez partes, para sufrir
un poco cada vez y pagar su deuda kármica sin tener que padecer tanto pa-
ra pagarla en una sola vida. Kaka Saheb le informó que debía postrarse a
los pies de Baba, y cuando lo hizo, Este transfirió el dolor a Sí mismo. Du-
37
rante diez minutos Baba sufrió a razón de un minuto por cada nacimiento
y así liberó al doctor Pillai de su obligación. Baba quedó en perfectas con-
diciones cuando pasaron aquellos diez minutos”.
El autor ha relatado en las propias palabras de Baba todos los sucesos
anteriores y el significado interno de ellos. Sólo un avatar puede exponer
y explicar Sus propias acciones. Nadie más tiene tal posibilidad. Nosotros
únicamente podemos experimentarlas. Baba ha expresado que El protege-
ría a Sus devotos en todas las circunstancias y condiciones. Es simple-
mente una manifestación de Su amor omnipenetrante, capaz de modificar
el destino de un devoto.
Cuando un padre es motivado por el amor que siente por su hijo, ha-
rá por el niño cuanto le sea posible dentro de sus medios y usará todas las
cualidades de que está dotado, para cumplir ese fin. De manera similar, la
totalidad de los actos de Baba (aun los desagradables) tienen el amor co-
mo base, porque todos los devotos de Dios son Sus hijos. Al igual que un
padre, El usará todos Sus Shaktis para beneficio de Sus vástagos. Enton-
ces, ¿qué hay de extraño cuando El realiza ciertos actos que a nosotros nos
parecen milagrosos, para el bien de Sus hijos? Los 16 kalas son parte de
Su naturaleza y está obligado a manifestar esos atributos mediante la ex-
presión de ese amor infinito contenido en El. Los modos en que El se ma-
nifiesta son a su vez tan infinitos y variados como lo es Su naturaleza. Así,
por supuesto, nadie puede predecir o esperar que se comporte o actúe de
una manera particular, tal como es factible predecir las pautas de compor-
tamiento de los seres humanos ordinarios. Sólo Baba sabe lo que El hará
y lo que no hará, como un padre divino respecto de Sus devotos hijos. Por
esto es fútil fomentar preguntas tales como: ¿por qué cura las enfermeda-
des de algunas personas y no las de otras?, o ¿por qué llamó a mi herma-
no para una entrevista y no a mí? La respuesta debería ser obvia para el
lector. Su conocimiento de los individuos viene desde el pasado infinito,
debido a Su omnisciencia, mientras que nuestro conocimiento de otro in-
dividuo está limitado a esta vida o a unos cuantos años, cuando mucho.
Por lo tanto, la evaluación es diferente y El da a cada quien lo que a la lar-
ga es mejor para su progreso espiritual. Cuando el devoto comprende que
la base de lo que Baba da o no da es amor o prema puro e incondicional,
el terreno está abonado para que se produzca una cantidad igual de amor
en el corazón del devoto. La transformación comienza entonces y se ne-
cesitan sólo unos pocos minutos de confrontación con Baba para iniciar
ese proceso. El autor ha presenciado eso, muchas y repetidas veces. Pri-
mero, ese amor es reservado para Baba solo; luego se extiende a Sus de-
votos y finalmente abarca a toda la humanidad. “Ese es el camino real pa-
ra alcanzar a Dios”, dice Baba.
Así, el aspecto milagroso de un avatar no debe verse como algo sepa-
rado de El y externo a Su naturaleza, que El utiliza de vez en cuando pa-
ra dar pruebas de Sí mismo. Eso no es correcto. Es un error que comete

38
Medallón creado por Baba (aumentado dos veces y medio). Baba es el resi-
dente interno del Lingam, el símbolo del principio divino sin forma, latente
en el hombre; el verdadero ser y la meta final en la cual todos los nombres y
formas logran su plenitud. La base (pitha) de tres ringleras del Lingam re-
presenta los tres gunas: satva, rajas y tamas, o sea: lo puro, lo activo y lo ob-
tuso, que deben ser mantenidos en perfecto equilibrio y finalmente trascendi-
dos para llegar a la meta simbolizada por el Lingam. La serpiente significa
las nocivas tendencias de los sentidos sin control, los cuales tienen que ser
gobernados y encauzados por los canales apropiados. Por lo general, se ofre-
cen una hoja, una flor, una fruta y un poco de agua, a los pies de loto del Se-
ñor, en señal de adoración. Baba dice que la hoja que se ofrece a Dios es el
símbolo del cuerpo humano purificado por la ingestión de alimento sátvico a
través de los cinco sentidos. La flor que se ofrece es la de un corazón puro y
sin traza de deseo, ira, codicia, apego, orgullo ni odio. La fruta simboliza la
mente inocente, que no tiene ningún deseo por el producto de las acciones.
Las lágrimas de alegría que surgen de la bienaventuranza del corazón son re-
presentadas por el agua usada para el baño ceremonial (Abhisheka). A veces,
un talismán como éste se vuelve oscuro después que ha sido llevado algún
tiempo por el devoto. Baba afirma que tales objetos imparten su luz divina a
quienes los portan y, a cambio, extraen el tamas u oscuridad. Por esto se po-
nen negros.

39
quien no está consciente de Su infinita capacidad de amor y trata de con-
finarlo en los estrechos límites de su propia mente. Por ejemplo, cuando
Baba manifiesta Su control sobre cualquier aspecto de la naturaleza —a
través de uno o más de Sus kalas— la gente con visión reducida no ob-
serva el amor hacia la humanidad y hacia los animales, que forman la ba-
se de tales actos. Las dos experiencias que voy a narrar ilustran ese amor
y esa compasión de Baba.
Hace como cuatro años, algunos aldeanos llegaron ante Baba en bus-
ca de alguna solución al problema de la sequía que afectaba sus tierras. Ba-
ba les dijo muchas cosas, entre ellas que tuvieran fe en el Paramatma y que,
dirigiéndose a El, oraran desde el fondo de sus corazones. Los aldeanos no
tardaron en poner en práctica el consejo de Baba. Las nubes comenzaron a
reunirse en los cielos azules y antes de que los aldeanos terminaran sus ora-
ciones, las lluvias vinieron. Llovió y llovió continuamente hasta que todos
los estanques estuvieron llenos.
Unas lluvias sin precedente durante el 25, el 26 y el 27 de agosto de
1975 en las dos áreas adyacentes a los distritos de Dharmavaram y Anan-
tapur habían causado ya desbordamientos en catorce represas. Las inun-
daciones resultantes habían barrido con las líneas de ferrocarril y destrui-
do puentes y carreteras; todas las comunicaciones en esa área quedaron in-
terrumpidas. El Valle Divino también estaba inundado. Los residentes de
Puttaparti rogaron a Baba que los salvara del amenazante diluvio que ya
había invadido la escuela del pueblo. Baba subió a una de las azoteas de
las casas, al este de Prashanti y examinó con calma la situación. Un solo
ademán de Su pequeña mano bastó para que las aguas empezaran a retro-
ceder. El agua comenzó a bajar y los aldeanos fueron así librados de mu-
chos problemas y sufrimientos. Estos dos relatos son breves, pero bastan
para ilustrar el amor y la compasión de Baba por la gente de los pueblos.
En este punto de nuestra historia sería interesante mencionar ciertos
poderes que se adquieren por la práctica de un tipo de yoga. Se llaman
siddhis. Después de observar una disciplina rigurosa que se extiende por
muchos años en el sendero yóguico, el aspirante obtiene esos siddhis co-
mo un subproducto de su búsqueda principal. Por ejemplo, un yogui pue-
de adquirir clarividencia o puede tener la facultad de teletransportar un ob-
jeto. Tales poderes son muy limitados en sus alcances y no son perma-
nentes. El lector quizás haya oído hablar de esos poderes y no debe con-
fundirlos con el aspecto de los poderes del Señor, que son infinitos, van
más allá de toda medida y nunca se acaban. Además, los Shaktis del Se-
ñor nacen con El en el avatar. El empleo de siddhis yóguicos por un aspi-
rante en su camino hacia Dios es tan inútil como dejar una carretera recta
para tomar un camino vecinal sin salida. Por lo tanto, Sri Ramakrishna so-
lía advertir a los aspirantes en el camino yóguico que fueran en contra del
uso de siddhis y les aconsejaba no poner atención en los poderes que pu-
dieran adquirir temporalmente como resultado de su sadhana.

40
En diferentes ocasiones se le han formulado al autor varias preguntas
en relación con Baba. Baba ha respondido a dudas similares, en una etapa
o en otra del pasado, y el autor ha reunido esas respuestas de Baba en el
parágrafo siguiente. Cada sentencia necesita ser estudiada y examinada en
particular para descubrir su significado más profundo.
“No traten de delimitarme, porque fracasarán en su intento; más bien
traten de descubrir sus propios límites; entonces tendrán más éxito en su
afán de descubrir Mi infinitud. Yo no practico el ascetismo, no medito so-
bre nada y no estudio. Tampoco soy un aspirante; no soy ni hombre ni mu-
jer, ni viejo ni joven; sin embargo, al mismo tiempo soy todos ellos. Soy
niño entre niños, estudiante entre estudiantes, mujer entre mujeres, hom-
bre entre hombres, y cuando estoy solo, soy Dios. Quiero que se acerquen
a Mí sin temor, es su derecho, así como piden algo a su padre por derecho,
¿no es así? Ustedes me ven hoy por primera vez, pero para Mí todos son
ya viejos conocidos; los conozco de cabo a rabo. No estoy atado por las
leyes de causa y efecto; por tanto, la ilusión no puede afectarme. He veni-
do para mostrarles cómo vivir de modo provechoso y cómo morir de ma-
nera útil. Si dan un paso hacia Mí, Yo daré tres pasos hacia ustedes. Soy
más feliz cuando una persona abrumada por la desdicha viene a Mí, pues
necesita más de lo que Yo tengo. Aquéllos que me adoran no están más
cerca de Mí que quienes no lo hacen. Todos son Míos.”
Cuando el Señor desciende a esta tierra como Purna Avatar viene con
un fin específico. ¿Cuál es tal fin? A la edad de catorce años, Baba tiró los
textos escolares y expresó a Su cuñada: “Me voy porque no les pertenez-
co, tengo una tarea que desempeñar, Mis devotos me esperan”. Ahora
bien, ¿cuál es la tarea a la que Baba hizo referencia entonces? El dijo cla-
ramente: “Mi tarea es no sólo curar, consolar y terminar con las desdichas
de la gente, sino algo mucho más importante. La eliminación de la mise-
ria y de la congoja es incidental a Mi misión. Mi tarea principal es el res-
tablecimiento de los Vedas y de los Shastras, tanto como la revelación de
los mismos a todos los pueblos. El restablecimiento del dharma es Mi me-
ta. La propagación de él por medio de la enseñanza es Mi objetivo. Los
Vedas son la raíz del dharma. La misión que he de cumplir es la de abrir
los ojos de ustedes a la gloria de los Vedas y convencerlos de que cuando
se ponen en práctica los mandatos védicos se producen los resultados pro-
metidos. Mi amor por los Vedas es igualado sólo por Mi amor hacia la hu-
manidad. Mi misión es cuádruple: vedaposhana (difundir los Vedas), vid-
vathposhana (fomentar la sabiduría), bhaktarakshana (alentar la devoción)
y dharmarakshana (restablecer el dharma). El avatar se comporta de ma-
nera humana con el propósito de que la humanidad se sienta emparentada
con El, pero el avatar se eleva a alturas sobrehumanas, a fin de que la hu-
manidad pueda aspirar también a alcanzarlas y a través de esa aspiración
llegar a El. El realizar al Señor dentro de ustedes como motivador es la ta-
41
rea para la cual El ha venido en forma humana. He venido para darles la
llave del manantial de la bienaventuranza (ananda) y decirles cómo beber
de esa fuente; porque han olvidado el camino hacia la beatitud. Yo no cau-
so ni alegría ni dolor; ustedes son los forjadores de esas dos cadenas que
los atan. Yo soy la personificación de la bienaventuranza (anandasvarupa).
Vengan a tomar ananda de Mí, moren en esa ananda y llénense de paz. Yo
no tomo nada de nadie, salvo su amor o su devoción. Esta ha sido Mi prác-
tica constante durante estos años, y la gente que viene aquí me da la ri-
queza de su fe, de su devoción y de su amor. En realidad, los problemas y
preocupaciones deben ser aceptados, ya que les enseñan la lección de la
humildad y la reverencia. No son sino carnadas mediante las cuales han
sido atraídos hacia acá. Yo los llamo a Mí y hasta les otorgo dádivas para
que ustedes puedan ir hacia Dios. Ningún avatar ha hecho esto antes: ir en-
tre la multitud y aconsejarla, guiarla, consolarla, elevarla y dirigirla por el
sendero de la verdad, del dharma, de la paz y del amor. Si ustedes se rin-
den y se entregan al Señor, El los guiará y cuidará. El Señor ha venido só-
lo para realizar esa tarea y afirma que lo hará, puesto que es la tarea real
que lo ha traído aquí”.
“Yo no los aliento a que practiquen la adoración de un solo nombre y
una sola forma, y en particular Mi nombre y forma actuales. No tengo de-
seo alguno de atraer gente hacia Mí mediante su alejamiento de la adora-
ción de Mis otros nombres y formas. De lo que ustedes llaman Mis mila-
gros, tal vez infieran que Yo atraigo a la gente y provoco el apego hacia
Mí y sólo hacia Mí. Pero no es así. Esos llamados milagros son simple-
mente pruebas espontáneas de majestad divina. No tienen necesidad algu-
na de cambiar su Dios o de adoptar uno nuevo, una vez que me han visto
o escuchado. Continúen con la adoración de su Dios conforme al modo
que les es familiar y comprobarán que se están acercando más y más a Mí,
pues todos los nombres y todas las formas son Míos”.
“De nada sirve que reconozcan tan sólo que el Señor ha venido, si no
anhelan el beneficio de Su advenimiento. En épocas anteriores, las encar-
naciones del Señor no fueron aceptadas por mucha gente. Aun sus parien-
tes, familiares y compañeros vacilaron en adorarlos. Sólo unos pocos sa-
bios que habían cultivado la visión interior a través del estudio y del sad-
hana conocían Su realidad interna. Pero hoy en día, cuando la fe y la ado-
ración están siendo menoscabadas, la buena fortuna que los ha traído ca-
ra a cara conmigo es algo que deben agradecer como resultado de los mé-
ritos que han hecho a lo largo de muchas vidas. No es frecuente tener tan
buena fortuna. Mi encarnación actual se está moviendo entre ustedes y
nuestra relación es algo único que debe mantenerse sin interrupción hasta
que lleguen a la meta. Si acercan a Mí su corazón, serán recompensados y
adquirirán una fracción del amor supremo. Esta es una gran oportunidad.
Tengan confianza en que todos serán liberados. Sepan que están salvados.
42
Muchos dudan de que las cosas mejorarán, de que la vida será feliz, ple-
na de alegría para todos y de que la edad de oro volverá. Yo les aseguro
que esta personificación del dharma, este cuerpo divino no ha venido en
vano. Tendrá buen éxito en superar la crisis que se ha presentado en la hu-
manidad.”
Era el 24 de noviembre de 1972. Había un grupo de devotos de As-
sam, casi 90, y Baba estaba distribuyendo entre ellos paquetitos de vibhu-
ti. A una mujer le dio varios, después caminó ante la fila y se volteó para
tirarle dos paquetitos más con la orden: “Ye billy ke liye” (“Estos son pa-
ra el gato”). ¿Quién era ese feliz gato que había atraído la gracia de Baba?
Todo había sucedido hacía unos ocho meses en el hogar de aquella seño-
ra de Gauhati, Assam. Se estaban preparando alimentos para algunos
huéspedes que ella había invitado a cenar, y su gato preferido miraba to-
do con interés. La tentación de un plato lleno de pescado fue demasiado pa-
ra el gato y decidió servirse tranquilamente. Agarró un trozo y se escurrió.
La mujer se enojó y con un palo corrió detrás del felino. En el momento en
que ella le pegaba, las imágenes de Baba en el santuario y en toda la casa
empezaron a moverse misteriosamente y dos de ellas cayeron de la pared
sobre una mesa. Sospechando un terremoto, todo el mundo corrió afuera de
la casa. Gradualmente, la mujer se dio cuenta de que quizás ésa era la ma-
nera en que Baba le estaba enseñando que debía tener bondad con los ani-
males. Puso al gatito en su regazo, y al acariciar su lomo descubrió que su
piel estaba cubierta de fragante vibhuti y amritha (néctar). Los ojos de la
mujer se llenaron de lágrimas de arrepentimiento, pero al pensar en la pre-
sencia de Baba en su casa se sintió rebosante de alegría.
En Su cuerpo anterior en Shirdi, Baba había protegido similarmente a
un gato atrapado de noche cuando robaba cuajada de una vasija. Aquella
vez, El había transferido la paliza a Su propio cuerpo a fin de que el gato
no sufriera. El secreto se descubrió a la mañana siguiente, cuando Baba
hizo una observación acerca de la gente que no le hacía caso cuando le
aconsejaba no comer cuajada y, encima de eso, le había pegado cuando
trató de quitársela. Ahí Sus palabras indicaban una completa unidad con
el gato, porque El era el motivador del animal. Hay muchos incidentes de
Su vida en Shirdi, anotados por Hemadpant, que indican unidad similar
con otros animales. Sri Kasturi ha registrado muchos episodios parecidos
de la vida de Baba en Puttaparti y en otros lugares, cuando derramó Su
gracia sobre muchos animales. Baba tiene varios animales. El autor ha vis-
to, por ejemplo, una docena de periquitos dentro de una enorme jaula ins-
talada en Su residencia en Bangalore. También había loros, pavos reales,
conejos, perros, camellos y una elefanta llamada Sai Gita, de la que pue-
de decirse que ha tenido el privilegio de poner a Baba una cantidad de
guirnaldas mayor que la de cualquier otro de Sus devotos.

43
En mayo de 1973, el autor pasó cinco semanas con Baba durante el
curso de verano dictado a estudiantes universitarios en Whitefield, Ban-
galore, por la Fundación Sri Sathya Sai. Fue una experiencia maravillosa
para el narrador, que se benefició en más de una manera. No sólo llenó la-
gunas que había en su educación con referencia a la cultura y la espiritua-
lidad de la India, sino que presenció una transformación asombrosa en los
estudiantes que participaron en el curso. Sin exageración se puede decir
que cada estudiante matriculado era una persona diferente al salir del cur-
so, al final del mes. Normalmente, unos pocos minutos de contacto con
Baba son suficientes para efectuar cambios en los valores que se tienen so-
bre la vida. ¿Puede el lector imaginar lo que les sucede a los participantes
en el curso, que tienen la buena fortuna de disfrutar continuamente de la
presencia de Baba durante cuatro semanas? ¿Cuál es el objeto de estos
cursos de verano y qué es lo que uno espera lograr? Estas preguntas en-
cuentran una respuesta mejor en el mensaje de Baba incluido en el volu-
men sobre el curso de verano, A Value Orientation to Our System of Edu-
cation (Una orientación valorativa de nuestro sistema de educación), edi-
tado por el profesor V. K. Gokak. Baba menciona primero el mal que afec-
ta a nuestras instituciones educativas y posteriormente alude a los ideales
que deberían motivar el sistema educativo de un país. He aquí algunas
muestras de lo que Baba dice:
“Las instituciones educativas deben ser humildes pero felices mora-
das de Sarasvati, la diosa de la sabiduría. Sin embargo, han degenerado en
pomposos palacios pertenecientes a Lakshmi, la diosa de la riqueza. Sa-
rasvati, a quien debe buscarse y alcanzarse a través de la virtud y la disci-
plina, es ahora comprada descaradamente con dinero. Esta distorsión de
los valores está llena de graves peligros para el país. La disciplina que de-
bería iluminar nuestro camino hacia la sabiduría es ahora como una vieja
lámpara ya cubierta de polvo. Virtudes tales como la renunciación, la in-
tegridad, la justicia y la veracidad deben ser los atributos naturales del
hombre. Pero éstas no se encuentran por ninguna parte ni siquiera en pe-
queña medida.”
“…Un ciudadano tiene, ante todo, que aprehender el dharma de la
ciudadanía, de sus responsabilidades, así como de sus deberes de ciuda-
dano. Sólo entonces tendrá derecho a disfrutar de sus privilegios como tal.
Ningún ciudadano tiene el derecho de presionar a otros para lograr sus fi-
nes egoístas.”
“…La educación aspira, entre otras cosas, a dar instrucción sobre las
leyes y propiedades de la materia. Debe también adiestrar al estudiante, en
una comprensión a fondo de las leyes y componentes de la personalidad
humana y fomentar su capacidad de discernimiento. La educación no se
puede considerar como tal, a menos que extraiga la leche de la bondad, la
afinidad y la hermandad humanas y logre una difusión universal de este
44
sentimiento; al mismo tiempo, debe proporcionar un conocimiento inten-
sivo y extensivo de la naturaleza verdadera del hombre y de la sociedad.
La educación debe también ser útil a los hombres en su vida diaria. Sólo
una existencia bien disciplinada y bien integrada, por parte de los estu-
diantes, podrá salvar de la ruina completa a ellos y al país. No hay otro re-
medio.”
“El sistema de educación vigente en la actualidad no tiene ninguna
provisión para el desarrollo del ‘poder del alma’. Nuestros estudiantes se
han olvidado de este poder interno. Eso explica las frecuentes exhibicio-
nes de su explosivo carácter y descontento. Están en las garras de estas
malvadas fuerzas. El poder del alma es muchísimo más potente que la
fuerza bruta. Todas las agitaciones mal dirigidas cesarán tan pronto como
los estudiantes se den cuenta de esta verdad. Nada puede igualar el perca-
tarse de ella; prepararse para tal fin puede constituirse en arma única y po-
tente en manos de los estudiantes. El poder del alma promueve una per-
sonalidad integrada, armoniosa y equilibrada.”
“…Ahora es posible comprender por qué este curso de verano ha si-
do planeado con todo detalle. Ha sido orientado para dar a las mentes jó-
venes y sensitivas una visión del mundo y un punto de vista comprensivo
de la gloriosa herencia de la India y de su esencial universalidad, así co-
mo de un sentido de sacrificio, integridad y resistencia. Por encima de to-
do, el curso intenta infundir en estas jóvenes mentes la eterna sabiduría del
pasado y su validez para inspirar a los individuos a llevar vidas nobles aun
en la hora presente. Sólo cuando este mensaje de la cultura india haya si-
do asimilado, el país tendrá la seguridad de paz y prosperidad duraderas.”
Un programa masivo que tiene como fin el renacimiento de la educa-
ción en la India ha sido iniciado por Baba, bajo los auspicios de la Fun-
dación Central Sri Sathya Sai. La espina dorsal de este programa es el
Centro de Bal Vikas (Centro para el Florecimiento de los Niños). Hay cen-
tenares de centros Sathya Sai Bal Vikas, dispersos por toda la India, en los
que se instruye a los niños con el propósito de que adopten un comporta-
miento ético y una conciencia espiritual. Miles de niños —desde la edad
de seis hasta la de 18— años reciben esa instrucción en clases que se rea-
lizan los fines de semana, bajo la guía de maestros especialmente prepa-
rados. Ha sido establecido el Instituto de Investigación Sathya Sai para
evaluar el efecto de estos cursos en los niños y tener de vez en vez infor-
mación de los resultados, con el fin de mejorar los programas de estudio.
El Departamento de Psicología Aplicada de la Universidad de Bombay
también está asociado y trabaja activamente junto con el Instituto de In-
vestigación, en la evaluación psicológica de esos centros de Bal Vikas.
Para atender a la educación superior de estos niños, Baba ha institui-
do colegios universitarios destinados a jóvenes varones y mujeres, de
acuerdo con los ideales que El ha establecido. El prometió que cada esta-
do de la India tendrá por lo menos un colegio Sri Sathya Sai, especializa-

45
do en las diferentes ramas de enseñanza. Los colegios Sri Sathya Sai de
Artes y Ciencias, en Anantapur y Whitefield, Bangalore, son brillantes
ejemplos de la cristalización de Sus ideales de educación. Instituciones si-
milares están siendo fundadas en Bombay, Jaipur, Dharwar y Rajasthan.
Lo que estamos presenciando hoy es sólo la parte visible del iceberg. La
humanidad sentirá de lleno su impacto, en años venideros.
En Puttaparti, un día a finales de 1972, el autor hablaba con Baba
acerca del Gayatri mantra y de su lugar en la práctica. Esto ha sido rela-
tado en otra parte de este libro. Baba pidió luego al autor que llamara a un
señor X, que permanecerá incógnito en esta historia. Tardó alrededor de
20 minutos en localizar a ese devoto y cuando se le dijo que Baba quería
verle, corrió al grifo de agua más cercano, se lavó la cara y se enjuagó la
boca. El autor se preguntaba acerca de este repentino deseo de lavarse, pe-
ro contuvo su curiosidad. Baba interrogó al devoto: “¿Dónde has estado,
bangaru?” (Baba usa a menudo el término bangaru, que significa “oro”,
para nombrar a Sus devotos). “En ninguna parte, Swamiji; estaba aquí
adentro del Nilayam”, respondió. Baba inquirió: “¿No estabas detrás del
comedor?”. Luego Baba imitó con gran fidelidad el ademán de fumar un
cigarrillo, sugiriendo que el devoto había estado fumando secretamente,
detrás del comedor. El devoto miró con timidez hacia abajo y le pidió ayu-
da a Baba para dejar de fumar. Baba, bromeando, observó: “Sí, sí, Yo sé
todos tus esfuerzos por dejar de fumar. Son como este interruptor: se en-
cienden y se apagan. ¿Cómo puedo ayudarte ahora? ¿Acaso me pediste
ayuda para empezar a hacerlo? Ten mente fuerte, no blanda como un he-
lado. Al comienzo quizá sufras por no fumar, pero si perseveras y aguan-
tas, todo pasará. Swami está contigo”. Materializó rápidamente un anillo
con Su retrato y lo puso en el dedo de ese devoto. Luego materializó tam-
bién un poco de vibhuti y lo ofreció a todos los presentes. Y dijo: “La ma-
no que ahora toma este sagrado vibhuti y lleva Mi anillo, no debe soste-
ner ningún cigarrillo, ni ponerlo en los labios que están pronunciando el
nombre de Sai”. Cuando expresó esto, bendijo con gran afecto al devoto;
le dio palmaditas en el hombro y mientras éste se arrodillaba, El pronun-
ció durante buen rato algunos mantras sagrados, sobre su cabeza. Ese de-
voto renunció por siempre al cigarrillo.
La historia anterior ejemplifica el inmenso amor de Baba por Sus de-
votos y la manera dulce con la cual los empuja a dejar hábitos indeseables.
La historia también ilustra cómo Baba está consciente de la más mínima
acción de Sus devotos. ¿Es posible esconder algo a un TPS omnipresen-
te? Su conciencia lo penetra todo, pero sólo Sus devotos afortunados reci-
ben una reprimenda y la prueba de Su omnipresencia. Quizás algunos de-
votos se pregunten a menudo por qué Baba no está a favor del fumar,
cuando El mismo solía fumar la pipa de arcilla (chillum) en Su vida ante-
rior en Shirdi. Será de interés para el lector saber lo que Baba dice acerca
46
Pathri Sai y Parthi Sai
del tema. En el curso de una conversación relativa a Su cuerpo anterior en
Shirdi, El hizo referencia a la pipa y observó: “Yo apenas fumaba, en rea-
lidad era Mahalaspati y los demás que querían fumar y así solían encender
la chillum y pasársela los unos a los otros”. Permitió fumar y aparente-
mente El también fumó sólo para fomentar la camaradería entre Sus más
cercanos devotos. Luego, en otra ocasión en que hablaba de Su cuerpo en
Shirdi, dijo al autor: “Los dos cuerpos son diferentes. Este está separado
y Aquél estaba separado. Las acciones del uno en Shirdi eran adecuadas
al momento, al lugar y al trabajo emprendido en ese entonces. Las accio-
nes del cuerpo actual son adecuadas al tiempo actual y al trabajo presen-
te. No pueden ser comparados en tales respectos”. Por eso no se puede de-
cir que Baba hacía tal o cual cosa en Shirdi y no lo hace ahora o vicever-
sa. Los devotos cometen el error de comparar a Baba con Su cuerpo, lo
cual, a su vez, da pábulo a esas dudas, que se disipan cuando se observan
a la luz de Su marca de fábrica divina. Es la misma Estrella del Cielo en
cuerpos diferentes, los cuales adecua a Sus propósitos en tiempos distin-
tos. La imagen de Baba sentado con la estatua de Shirdi en Su mano es
símbolo de esta verdad. Ha sido considerada especialmente por el autor
con el mismo propósito de ejemplificar esa verdad. Tara Pathri Sai y Tara
Parthi Sai. Las palabras Tara y Sai son comunes en ambos, sólo los luga-
res en que se ha ubicado cada uno de los cuerpos son diferentes.
En octubre de 1973, Baba habló a los voluntarios en Puttaparti, sobre
el tema de la autoridad y de cómo la gente que la ostenta o que asume res-
ponsabilidades debe dar un buen ejemplo a los demás. Para dar un ejem-
plo de Su punto de vista y causar un efecto dramático, Baba relató la his-
toria de Bhojraj y Kalidasa. Aquél era rey y buen gobernante, pero tenía
gran debilidad por el juego. Kalidasa era buen amigo de Bhojraj y lo co-
nocía suficientemente bien como para estructurar un plan que corrigiera
su hábito del juego.
Después que se terminaba la reunión de la corte, Bhojraj solía seguir
cierta ruta hasta la casa de juego, en su palanquín. Kalidasa, que sabía es-
to, se despeinó, se puso un traje ocre, se disfrazó de sannyasin y se paró
delante de la tienda de un carnicero situada en la ruta seguida por Bhojraj.
Entonces fingió estar vendiendo carne y mostrar mucho interés en las ac-
tividades generales de la tienda. Al ver este extraño espectáculo, Bhojraj
se detuvo y envió un mensajero para inquirir lo que hacía delante de una
carnicería un hombre con traje naranja. Kalidasa manifestó al enviado que
tenía por costumbre comer carne y que él sencillamente ayudaba a las ven-
tas. Bhojraj hizo que el mensajero volviera con instrucciones de indicar a
Kalidasa que, como sannyasin, estaba dando un mal ejemplo a la gente de
su entorno, puesto que el comer carne era incompatible con la túnica ana-
ranjada que llevaba. Kalidasa mandó a su vez otro mensaje, en el que res-
pondía que no sólo estaba acostumbrado a comer carne sino que también
48
era aficionado a tomar vino y que no había mucho que él pudiera reme-
diar. Bhojraj entonces inquirió de dónde obtenía dinero el sannyasin para
comprar carne y vino. Kalidasa contestó que el dinero que necesitaba lo
ganaba en el juego. Entonces Bhojraj se dio cuenta enseguida de que ese
hombre del traje no era un sannyasin común y ordenó a los portadores del
palanquín que regresaran a su palacio.
A su regreso, Bhojraj envió por Kalidasa a quien, por ser su íntimo
amigo, deseaba relatar su ocurrencia. Pero cuando Bhojraj miró a Kalida-
sa con el disfraz del mismo sannyasin que antes había visto, le exigió una
explicación por ese peculiar comportamiento. Kalidasa le explicó que ha-
bía arreglado esa representación simplemente para beneficiarlo y dijo ade-
más que si un sannyasin jugaba no tenía nada que perder, pero que si un
rey jugaba tenía mucho que perder y le dio el ejemplo de Dharmaja, que
había perdido su reino, su esposa y todo lo que poseía. Añadió que si co-
mer carne, beber vino y jugar eran incompatibles con un traje anaranjado,
ser jugador tampoco era una cualidad deseable para un gobernante virtuo-
so que tenía que dar el buen ejemplo al resto del pueblo. Baba dijo: “Swa-
mi ha dado a todos ustedes un pañuelo anaranjado para que lo lleven con-
sigo, y comer carne, beber vino y jugar son actos incompatibles con la po-
sesión de ese pañuelo. Así también, ustedes los jóvenes deben comportar-
se y actuar de manera que no mancillen esta ‘Insignia del Servicio Divi-
no’ (Seva Dal) que es como un uniforme, sino que sean un buen ejemplo
para todos los que están a su alrededor”.
Baba dijo además: “Cuando el cuerpo actual (refiriéndose al Suyo) te-
nía ocho años, Swami preparó también un plan similar para corregir algu-
nos defectos en el comportamiento moral de los mayores de Su pueblo,
particularmente el del jefe. Todo el mundo solía mostrar gran respeto a
aquel hombre y él acostumbraba reunir a todos sus amigos a su alrededor
y charlar con ellos. Un día, Swami reunió a algunos niños y les enseñó una
canción, exhortándolos a que la cantaran en la calle del pueblo, en parti-
cular cuando el jefe estuviera charlando con todos sus amigos. (Aquí Ba-
ba cantó la canción en telugu. Decía: ‘Oh, ustedes que son inmorales y no
observan las reglas de la buena conducta, todos sus amigos los desprecia-
rán y dejarán, los vecinos les pegarán con sus zapatos’). Al oír la canción,
el jefe del pueblo se molestó bastante y les preguntó el nombre de la per-
sona que se las había enseñado. Como los niños eran inocentes y no co-
nocían el verdadero propósito para el cual estaban cantando, contestaron
que era Sathya, el de Raju, quien les había enseñado esa canción. El jefe
del pueblo mandó llamar a Raju, el padre de este cuerpo, y le pidió que
averiguara la fuente de donde Sathya había aprendido esa canción. Suce-
de que algunas de las cosas mencionadas en la canción eran también apli-
cables al padre de este cuerpo y así Raju exigió conocer la fuente de don-
de Sathya había tomado la canción. Swami le respondió que la canción se
49
había originado sólo en El y que no la había aprendido de nadie más. En-
tonces Raju dijo: ‘Cómo es posible que un niño como tú componga tales
canciones’. Además, prohibió a los otros muchachos que cantaran en la
calle tales canciones que ridiculizaban a los mayores del pueblo”.
“Sathya dijo entonces a los otros muchachos que ya no cantaran en las
calles, pero en cambio decidió hacerlo El mismo. Raju llamó entonces a
Sathya y con muestras de cólera, exigió que le explicara por qué no había
seguido sus órdenes y cantaba esa mala canción por las calles del pueblo.
Sathya contestó que él (Raju) sólo había impuesto tal prohibición a los
muchachos y no a El, y que además si la canción era tan mala, de seguro
el comportamiento de los adultos era aún peor. Las lágrimas salieron de
los ojos de Raju y poniendo su mano en la de Sathya le prometió que en
adelante no tendría que decirle nada más. Raju fue a ver al jefe del pueblo
y a sus amigos; después de la visita, corrigieron su comportamiento.” En
este punto, Baba corrigió al doctor Bhagavantham, que traducía Su dis-
curso del telugu al inglés, y le pidió que usara la palabra gang (pandilla)
en vez de “amigos”. Baba explicó que la palabra “amigo” era aplicable só-
lo a quienes se dedicaban a las buenas acciones, mientras que la palabra
pandilla era usada para denominar a los que obraban mal, por ejemplo,
una pandilla de ladrones.
Entonando canciones similares y usando otros métodos de acción en la
escenificación de dramas pueblerinos, el joven Sathya ya había comenza-
do Su trabajo de restablecimiento del dharma (dharmastapana) en Su pue-
blo, bastante antes de lo que anunció y declaró a la edad de catorce años.
El solía escribir, dirigir y actuar en esos dramas, con tal habilidad y finura
que aunque el mensaje que llevaban fuera la amarga verdad para los ma-
yores, la aceptaban con alegría. Aun hoy, Baba escribe dramas para los es-
tudiantes de Sus colegios y El mismo los pone en escena con minucioso
cuidado, vigilando el más mínimo detalle. Muchas veces el autor ha esta-
do con El en el salón verde, alistando a los muchachos para la representa-
ción final y Baba no sólo supervisa maquillaje y trajes, sino que El mismo
los instruye y demuestra los gestos pertinentes de acuerdo con el traje de
cada cual. Baba dice: “Hoy no es posible corregir a la gente con sólo can-
tar canciones, por tanto, Swami tiene que usar otros métodos para enmen-
dar su comportamiento. Los dramas escenificados aquí por los estudiantes
y otras personas durante los varios festivales tienen el mismo fin: impartir
sabiduría”. Podríamos decir que Baba usa tal diversidad de métodos para
la corrección y guía de los hombres como individuos hay. Conociendo su
pasado, su presente y su futuro, sólo El sabe cuál es el mejor sistema que
hay que adoptar para un individuo en particular, y el receptor de tal gracia
correctiva debe estar siempre seguro de Su incomparable amor divino.
Las celebraciones de Dassera y del Saptah Yajna tienen lugar cada
año, en Prashanti Nilayam. El yajna se realiza para beneficio de toda la
humanidad y confiere varios dones espirituales a los participantes. Alre-
50
dedor de cuarenta mil personas vienen de todas las partes de la India y de
países extranjeros para aprovechar la rara oportunidad de participar en un
yajna conducido en presencia de un Purna Avatar. Un joven de alrededor
de diecinueve años había venido del estado de Uttar Pradesh, con su an-
ciano padre, para tomar parte en la celebración. El padre se enfermó de re-
pente después del festival y, a pesar de los buenos cuidados médicos, mu-
rió el 28 de octubre de 1974. El joven hijo quedó desconsolado. En la ma-
ñana del día 29, el autor lo encontró sentado con otros devotos, debajo del
porche del mandir, esperando el darshan de Baba. Baba salió de Su habi-
tación y al pasar delante del muchacho, le dijo que controlara su dolor y
que dejara de llorar. Luego caminó entre las personas que lo esperaban pa-
cientemente sentadas en ordenadas filas, para seleccionar a las personas
que entrevistaría. El afligido muchacho fue llamado al cuarto de entrevis-
tas, junto con dos hombres más; se quedó adentro unos siete minutos y,
cuando salió del cuarto, el autor notó un cambio notable en él. Su cara ya
no estaba afligida y al hablar con el autor, el esbozo de una sonrisa se di-
bujaba en sus labios. Su frente estaba cubierta de vibhuti y sus manos lle-
nas de paquetitos de vibhuti. Estaba tranquilo e irradiaba confianza en sí.
Las pocas lágrimas que todavía corrían por sus mejillas ya no eran de do-
lor sino de la felicidad que había experimentado hacía pocos momentos.
En ese lapso, le había sido mostrada la verdad acerca de las relaciones cor-
porales, y las semillas del desprendimiento habían germinado ya como re-
sultado del conocimiento de la verdad. El autor fue una vez más, testigo
de la alquimia del amor de Baba, que había logrado esa transformación en
el espacio de unos pocos minutos. Tales milagros son también parte inte-
gral de Su divina gracia, aun cuando en las mentes de la gente sean eclip-
sados por aquéllos que tienen un aspecto físico concreto. Millones de de-
votos de Baba han experimentado tales transformaciones: verdaderos mi-
lagros se han producido en sus corazones por medio de un toque divino,
de una palabra divina o una simple mirada de la divinidad. A través de ese
amor, la divinidad había hablado al muchacho, permitiéndole tocar “Sus
pies de loto” y dándole una prueba de amor divino. Un amor tan potente
e iluminador que, aunque había perdido a un padre físico hacía unas po-
cas horas, hizo que el muchacho sintiera dentro de sí que había ganado un
padre espiritual a cambio.
El amor divino es en verdad una cosa muy sagrada y aun cuando Ba-
ba no poseyera ninguno de los otros 16 kalas, esta cualidad sola lo distin-
guiría del resto de la humanidad como un ideal. Y sin embargo, la para-
doja es que se acerque gente de todas las clases, matices y temperamen-
tos. Esa es la experiencia del autor. Aun criminales endurecidos, bajo sen-
tencias de encarcelamiento, han sucumbido a esa arma del amor que les
llegó en forma de una carta divina, modificando su destino.

51
“Yo soy Anandasvarupa, la personificación de la bienaventuranza. La
ananda que de Mí reciben y experimentan es Mi alimento; la bienaventu-
ranza es Mi alimento y Mi sostén.” Esta frase de Baba contiene una rique-
za de significados espirituales muy profundos. El amor divino produce
ananda, tanto en El como en nosotros, y puesto que El es Premasvarupa o
la personificación del amor divino, está perpetuamente en ananda y es, en
efecto, una personificación de la ananda, de la que nunca puede separarse.
Sólo cuando pongamos en práctica —(o por lo menos tratemos de hacerlo)
durante nuestra vida—, así sea sólo una fracción de ese estado de concien-
cia de amor incondicional hacia todos los seres y no obstruyamos o cause-
mos daño o mal alguno a nadie por motivos egoístas, nosotros recibiremos
ananda. Es esa ananda, que El experimenta como nuestro residente inter-
no, que se vuelve Su alimento y Su sostén. La imagen de Baba sentado en
el columpio (jhula) y vestido con una túnica blanca transmite en pequeña
medida la personificación de la bienaventuranza que El es y la misma que
el autor experimentó en el momento de tomarle una fotografía. Cuando Ba-
ba vio el retrato observó: “¡Ah! ¡Qué bienaventuranza tan grande… repro-
dúcela… dará gran felicidad a muchísimos devotos!”
Antes de mayo de 1974, el autor era soltero y sus amigos a menudo
solían hacerle bromas acerca de si se casaba o no. Desde luego, cuando se
trata de hacer bromas, Baba no es ajeno a ellas y con Su excelente senti-
do del humor, extrae el máximo de diversión de cualquier oportunidad. El
es verdaderamente un experto en lo que atañe al manejo de las circuns-
tancias para crear tales situaciones. Algunas no tienen ninguna importan-
cia espiritual y El declara, al final de todo, que era sólo una broma (ta-
masha). Pero otras, son oportunidades que da a Sus devotos, de probarse
a sí mismos y controlar sus reacciones. Por ejemplo, en el espacio de vein-
ticuatro horas, puso una vez al autor en situaciones radicalmente opuestas
una de otra. En una de ellas era la parte agraviada y en la otra, el acusado.
A veces, Baba mostrará Su divinidad a una de las partes de una pareja, de-
jando a la otra en la oscuridad acerca de Su naturaleza. Desde luego, en la
pareja, habrá argumentos y diferencias de opinión sobre Baba.

Sabiendo que el autor era soltero, Baba le dijo una vez que llamara a
su esposa y a su suegra, en presencia de unos amigos. El autor solía ser
objeto de las bromas de Baba hasta que un día, mientras viajábamos con
El en un avión para Belgaum, a comienzos de 1974, Baba preguntó al au-
tor si quería casarse. Luego se sentó a su lado y habló veinte minutos so-
bre el matrimonio desde el punto de vista del autor. Le aseguró que una
firme conexión se había establecido entre el autor y el Atma —indicándo-
se a Sí mismo— y que podía embarcarse en la vida matrimonial sin vaci-
lación de ninguna clase. En efecto, le aseguró al autor que un paso de esa
clase ahora, sería de mayor ayuda aun para su progreso espiritual. Baba
52
escogió después a la muchacha y le informó que El mismo realizaría la ce-
remonia del matrimonio en Brindavan en Whitefield, Bangalore, durante
el mes de mayo. Las palabras de Baba fueron como néctar para el autor.
La celebración por Baba fue sencilla y corta, en Su residencia de Ban-
galore. Después, el autor y su esposa tuvieron una segunda ceremonia en
Bombay de acuerdo con las tradiciones y costumbres zoroastrianas. Baba
materializó dos anillos al final de la ceremonia, en forma simultánea, con
un solo movimiento de Su mano y nos los entregó. La Estrella del Cielo
había arreglado, llevado a cabo y bendecido nuestra unión.
Al fin, Baba dio una charla sobre el dharma correspondiente al dueño
de casa o jefe de familia (Grihasta dharma) según está establecido en
nuestras sagradas escrituras. Se reproducen a continuación algunos puntos
importantes:
“El matrimonio es una unión de cuerpo, mente y alma. Antes del ma-
trimonio tienen completo derecho sobre sus cuerpos, pero después sólo la
mitad les pertenece. El lado derecho de la esposa es el esposo y el lado iz-
quierdo del esposo es la esposa.”
“El esposo y la esposa son como la locomotora y el vagón. Para fun-
cionar de una manera útil en la vida deben estar unidos. Uno es inútil sin el
otro. El esposo y la esposa deben comer acompañados uno del otro. Todos
los actos de naturaleza social y religiosa deben realizarlos al mismo tiempo
en compañía del otro. Por ejemplo, la caridad deben hacerla juntos.”
“En el Grihasta dharma, los deberes son como sigue: primero el es-
poso, después el mundo y luego Dios. En el sannyasa, el primer deber es
hacia Dios, luego el mundo y después el ‘yo’ o el ser”.
“El trabajo es adoración y el deber mismo es Dios. El deber sin amor
es deplorable; el deber con amor es deseable; el amor sin deber es divino.”
“La esposa, como Diosa Lakshmi de la casa, debe estar siempre son-
riente e irradiar amor. Esa es la verdadera belleza. El apilar un pelo enci-
ma de otro y hacerse peinados extravagantes no es belleza”.
“Antes del matrimonio el deber era: ‘Adora siempre a tu madre como
a Dios’ y ‘adora siempre a tu padre como a Dios’. Después del matrimo-
nio, los padres de la muchacha ya no tienen ningún derecho sobre ella, y
ella debe considerar en adelante a sus suegros como sus padres. El servir
a los suegros es su deber, pero aunque la esposa tiene que obedecer a su
esposo, debe ejercer la autoridad conjuntamente con él. La esposa debe
adquirir confianza en sí misma, porque la autoconfianza es la base y la au-
torrealización es la meta de la vida”.
Cuando se mueve uno en compañía de la divinidad, se encuentra a
menudo con gente que por medio de la gracia de Baba ha experimentado
curas espontáneas de enfermedades llamadas incurables. Cuando el pa-
ciente ha sido declarado desahuciado o cuando algún órgano principal del
cuerpo, como el hígado o ambos riñones, han sido dañados más allá de to-
53
da posible recuperación, Baba ha curado espontáneamente a esos pacien-
tes. No es el propósito enumerar aquí todas las curas que el autor ha visto
personalmente, sino mencionar una espontánea que él mismo experimen-
tó durante su estancia en Prashanti Nilayam en octubre de 1974. Debido
al uso equivocado de gotas nasales vasoconstrictoras, en su adolescencia
y durante un largo período de tiempo, el autor se había provocado una ri-
nitis atrófica. A pesar de ser una dolencia relativamente menor, es incura-
ble y presenta síntomas bastante indeseables que son más una molestia
que otra cosa. Cierto día, en el curso de una conversación con Baba, el au-
tor hizo mención, casualmente, de estos síntomas. Baba dijo: “Swami sa-
be todo al respecto y también acerca de las operaciones recomendadas por
varios médicos, pero ya no debes preocuparte. Swami te va a curar”. Di-
ciendo esto, Baba pasó Su dedo índice encima del puente de la nariz del
autor. Algunas horas más tarde, éste se dio cuenta de que ya no tenía los
síntomas y no los ha vuelto a tener desde entonces. Los había sufrido du-
rante cerca de veinte años o más, había consultado a varios especialistas
entre sus colegas en el Reino Unido y en la India y le habían asegurado
que tendría que acostumbrarse a vivir con ese padecimiento. Algunos lle-
garon a recomendarle operaciones en el seno maxilar para corregir el ta-
bique nasal, entre otras cosas. Sin embargo, el autor sabía lo suficiente
acerca de la enfermedad como para no permitir a ninguno de esos señores
hurgar en su nariz, y estaba resignado a soportar la presencia de tales sín-
tomas, hasta que Baba los eliminó. Verdaderamente, Su amor no conoce
límites y no hay límite para lo que El hará en favor de Sus devotos.
Baba ha dicho: “Por cada acto de Mi gracia que tú conoces hay mi-
les que desconoces”. Hay muchos ejemplos consignados por escrito, en
que Baba ha transferido la enfermedad de un devoto a Su propio cuerpo.
Lo ha estado haciendo tanto en este cuerpo como en el anterior en Shirdi.
El permite que Su cuerpo sufra la enfermedad durante cierto tiempo, co-
mo cualquier otro cuerpo humano, y luego se cura a sí mismo en un mi-
nuto. Detiene la enfermedad en el momento en que decide que el tiempo
para que sea eliminada ha madurado. Durante el curso de verano en Whi-
tefield —en el año 1973— el autor vio a Baba pronunciar Sus discursos
dirigidos a los estudiantes espirituales, diariamente, durante hora y media,
aunque estuvo soportando una temperatura de 41 grados, en muchos de
esos días. En determinado momento, El dijo al autor: “Si Yo consiento es-
ta fiebre entonces desembocará en coma. La fiebre no me afecta”. El úni-
co tratamiento, por así llamarlo, que El tomaba para bajar la fiebre, eran
baños fríos durante el día.
El ejemplo más notable de Baba asumiendo una enfermedad ocurrió
en presencia del autor, durante las celebraciones de Navaratri, hecho que
continuó hasta diciembre de 1974. Tuvo presión arterial alta en Su cuerpo
54
y mostraba señales y síntomas representativos de tal anormalidad. El doc-
tor C.G. Patel, un médico de Baroda, tuvo el privilegio —otorgado por el
mismo Baba— de atenderlo. No era que El requiriera de un médico, pero
como ya se explicó antes, Baba tiene que representar el papel de un ser hu-
mano ordinario y permitir que Su cuerpo sufra, hasta que El mismo de-
tenga la enfermedad. En ese Su juego o lila, la presencia de un médico era
necesaria para completar el cuadro. El doctor Patel llevó notas minuciosas
del diario progreso de Baba, como también de los datos obtenidos en una
serie de exámenes y pruebas patológicas. No es el propósito de nuestro re-
lato detallar toda la historia clínica de esa enfermedad que Baba asumió
voluntariamente, sino narrar lo que el autor mismo vio y lo que Baba le
dijo en relación con ese mal.
Durante Su enfermedad, Baba siguió realizando todas Sus actividades
normales en los festivales de Navaratri y Dassera, dio entrevistas, mantu-
vo reuniones con varios funcionarios de las Organizaciones Sai, pronun-
ció muchos discursos durante el yajna y también durante los festivales de
Dipavali y de Su aniversario, inclusive uno maratónico en Bukkapatnam.
Sin entrar en detalles, bastará mencionar aquí que el autor, durante todo
ese tiempo, había detectado varios signos y síntomas de hipertensión arte-
rial que afectaban gravemente el cuerpo de Baba. Los acontecimientos fi-
nales que conducen al clímax de nuestra historia comenzaron el 27 de no-
viembre, cuando Baba decidió ir a Bangalore desde Prashanti Nilayam.
Aquella mañana, el autor había estado sentado durante los bhajans,
debajo del porche, es decir, fuera del templo de oración. El arathi había
terminado y Baba entró en Su habitación. Normalmente el autor, se habría
retirado, pero un sentimiento instintivo lo impulsó a acercarse a la puerta
de la habitación de Baba. Inmediatamente la puerta se abrió y Baba salió
con una cesta llena de paquetitos de vibhuti. Dio un puñado de paquetitos
al autor, con instrucciones de seguir Su auto de cerca en el camino hacia
Whitefield, Bangalore. Luego, El distribuyó más paquetes de vibhuti en-
tre algunas otras personas y se retiró a Su habitación.
En la tarde, alrededor de las 4.15 horas, partimos para ese viaje me-
morable. El asiento delantero estaba ocupado por Karuniananda, Shrini-
vasan, un estudiante y D.V. Rama Rao, que iba manejando. Baba, el doc-
tor Patel y el doctor Bhagavantham estaban en el asiento de atrás. El au-
tor iba acompañado por su esposa y otras dos damas, además del chofer.
Siguió al auto de Baba y una docena más de coches se unió a la procesión.
En las primeras etapas del viaje, el auto de Baba se detenía de vez en cuan-
do para distribuir dulces a los pobres aldeanos y a sus niños. El autor po-
día ver a Baba sonriendo, al tiempo que sacaba y entraba por la ventani-
lla, parcialmente abierta, su mano, desde la cual caían alimentos en las an-
siosas manos de ancianos y ancianos que estiraban el cuello para tener si-
quiera una breve visión de El sentado dentro del auto. A veces había sólo
55
una pareja de niños muy pequeños aguardando ver a su Baba y eran re-
compensados no sólo con Su darshan sino también con dulces que no es-
peraban. Sus caras brillaban de alegría. El auto se detenía y Baba, con una
sonrisa, dejaba caer los dulces y luego seguía adelante. La emoción y la
alegría sentidas por esos pobres niños es algo que no puede ser descripto
con palabras. Observar aquello en compañía de Baba es como experimen-
tarlo en el propio ser. Cuando la ruta escogida atravesaba pueblos donde
ya se había corrido la voz de la llegada de Baba, la caravana de coches se
tenía que abrir paso entre filas y filas de gente que, en el borde de la ca-
rretera, gritaban: Bhagavan Sri Sathya Sai Babaji Ki Jai.
Una hora y media después de iniciado el viaje, el autor notó que Ba-
ba había estado apoyando Su cabeza en el respaldo del asiento, lo cual era
algo insólito en El. Las damas también lo notaron y creyeron que el pobre
Swami debía estar sintiéndose muy cansado. Luego Baba inclinó Su ca-
beza en el hombro del doctor Patel y las damas empezaron a sospechar
que había algo más que cansancio. El autor se dio cuenta de sus senti-
mientos, por los diversos comentarios que provenían del asiento trasero.
El coche de Baba se detuvo. El doctor Bhagavantham se cambió al asien-
to delantero junto con Shrinivasan, quien tomó el volante. Karuniananda
y Rama Rao pasaron a otro coche. Baba se reclinó en el asiento trasero,
con el doctor Patel a Su lado. Los coches continuaron el viaje a los pocos
minutos y sólo algunos de los ocupantes de los demás automóviles se en-
teraron de lo que había sucedido en el de Baba. El autor dijo a las damas
acompañantes que la presión arterial de Baba debía haber subido y que por
eso estaba descansando. Pero las damas sospecharon lo peor y tenían mie-
do de que algo terrible le hubiera sucedido a Swami. Una de ellas estaba
casi llorando. La otra dijo que Swami debía estar sintiéndose mal debido
al mareo, lo mismo que ella solía sentir durante un largo viaje en coche.
El autor explicó que era un lila de Baba lo que estaban presenciando y que
todo estaría bien en poco tiempo. Como devotos, era nuestro deber preo-
cuparnos, pero al mismo tiempo debíamos estar conscientes dentro de no-
sotros mismos, de que Baba es la divinidad, y de ello sacar fuerza y con-
fianza para permanecer tranquilos. Después de todo, ¿qué puede suceder-
le a la divinidad? Nada, nada en absoluto.
El Sol se había puesto y una leve penumbra dibujaba las montañas de
Nandi a lo lejos, como fantasmales siluetas contra un cielo naranja oscu-
ro. Chikbalapur estaba a pocos kilómetros. De repente, Baba se sentó y vi-
mos cómo hablaba con el doctor Patel. Después de unos pocos momentos,
la caravana se detuvo. Baba salió de Su coche y caminó derecho hacia el
del autor. Un camión se estaba acercando con las luces encendidas y Ba-
ba metió rápidamente la cabeza en la ventanilla y explicó que no quería
ser visto por los ocupantes del camión. Luego empezó a reprender a las
damas del asiento de atrás, por haber temido por la seguridad de Swami.
56
El declaró: “Yo soy Ghosha” y lo repitió varias veces: “Yo soy Ghosha,
¿cómo podría entonces haber algo que me afectara? Ninguna enfermedad
puede tocarme. Durante estos últimos días he tenido la presión entre 110
la diastólica y 280 la sistólica. ¿Por qué se preocuparon? Nada puede su-
cederle a este cuerpo. Tiene que durarme hasta que se cumplan los próxi-
mos cuarenta y siete años, que será cuando Yo lo deseche. Yo soy Ghos-
ha”. Luego Baba miró a la dama (que antes había supuesto que Swami se
sentía mareado) y con brillo en Sus ojos le dijo: “A veces los médicos y
algunas otras personas dicen que Swami se siente mareado y débil, pero
no es así; Swami nunca se siente débil. No teman. En este momento sien-
to cierto entumecimiento en este brazo, pero Yo no me preocupo dema-
siado por este cuerpo, ya que nada puede afectarme. Yo soy Ghosha”. Con
esta frase contundente nos dejó y volvió a Su coche. El anterior monólo-
go había sido expresado en inglés.
Rama Rao sacó del auto de Baba una cesta para merienda, de propor-
ciones gigantescas. Estaba llena de dulces y de toda clase de cosas sabro-
sas que fueron distribuidas entre los ocupantes de los demás vehículos.
Baba llegó a Brindavan, Whitefield, ya tarde. Al día siguiente des-
cansó y, por la noche, Su presión arterial subió a 260 la sistólica y Su cuer-
po presentó los síntomas de un ataque. Claro está que el autor no se sor-
prendió, ya que Baba mismo había dado una indicación del futuro curso
de los acontecimientos el día anterior, cuando mencionó el entumeci-
miento de Su brazo. Sin embargo, pocas horas después estaba bien y Su
presión era ya normal a finales de diciembre. Ese día, el doctor Patel refi-
rió al autor lo que Baba había dicho cuando se incorporó en el coche des-
pués de recostarse un rato durante el viaje; fue lo siguiente: “Las damas
que van en el coche de atrás están asustadas y derraman lágrimas pensan-
do que algo terrible le ha sucedido a Swami”. Esa observación de Baba y
la otra acerca de que Swami nunca se sintió mareado, son pequeños ejem-
plos de Su omnisciencia y omnipresencia.
Ghosha significa sonido, movimiento o vibración. También significa el
Pranava u Om — — que es la palabra o sonido primigenio de la crea-
ción. Toda la creación, en su forma última, consiste en movimiento o sea,
en una masa vibratoria de energía. Cuando Baba dijo: “Yo soy Ghosha”,
significaba que El mismo era la energía primaria que asumía varias for-
mas y constituía aquello que se conoce como la materia. Ese es Su aspec-
to de Shakti o Mazda. Con referencia a Su cuerpo, la declaración signifi-
caba que El mismo era la vibración inicial a través de la cual Su cuerpo
había sido creado; y siendo así, ¿cómo podía esa vibración original ser
afectada por una enfermedad? Aun la enfermedad, en cualquier forma que
se manifieste, se origina forzosamente en esa misma energía primaria y
por lo tanto, la enfermedad es sólo una apariencia que encubre, temporal-

57
mente, lo fundamental que es Ghosha. Al declarar: “Yo soy Ghosha”, Ba-
ba también proclamaba Su aspecto de Shakti, que es el mismo Universo
manifiesto.
Contemplar esta verdad es conocer la relación de hombre a hombre y
el misterio del universo. Eko hum Bahusium. El Uno se ha multiplicado.
Comprender y captar esta verdad, es comprender el propio ser y co-
nocer en pequeña medida la divinidad que es Baba.
Practicar esta verdad y vivir de acuerdo con ella es pisar el camino del
amor que lo lleva a uno a conocer y a sentir la divinidad dentro del propio
ser. En verdad, ése es el Reino del Cielo. Es Su reino sin nombre, incon-
mensurable para el hombre y eterno, más allá del tiempo.
La Estrella del Cielo, que es el propio ser de uno mismo, mora allí por
siempre jamás.
Estos son los secretos y misterios de TPS.

58
Un Mensaje Divino

H ABÍAN PASADO dos días después de Vijayadasami, en 1974. El autor y


su esposa se estaban despidiendo de Baba, antes de irse de Prashan-
ti Nilayam.
El autor: Swamiji, ¿qué título debo ponerle al libro que estoy escribien-
do? ¿Se puede usar la marca de fábrica TPS?
Baba: Sí, sí, puedes llamarlo así. Muy bien, bangaru, muy bien. Swami te
va a dar un mensaje divino para el libro.
Diez meses después, en la época de Janmashtami —en agosto de
1975— el autor pidió a Baba el mensaje divino. Baba dijo que El lo es-
cribiría y Kasturi lo traduciría y lo entregaría al autor. El autor protestó y
dijo que él quería el original en inglés, de puño y letra de Swami. Ante tal
petición, Baba empezó a dar excusas, argumentando que Su letra era tan
ilegible que la gente no sería capaz de leer el mensaje; sin considerar, por
otra parte, Su poco dominio del idioma inglés. Pero el autor no se iba a de-
jar convencer con tales excusas, pues él estaba enterado del dominio que
Baba tenía de ese idioma como podría tenerlo cualquier erudito inglés. Así
que protestó de nuevo y refutó lo que Swami decía, asegurando que no era
del todo cierto lo que replicaba, ya que él sabía lo contrario. Finalmente,
después de buscar alguna manera de persuadirlo, Baba se ablandó y con-
vino en darle el mensaje en inglés.
Normalmente, Baba habla al público en telugu y Sus discursos son
traducidos simultáneamente al inglés por el doctor Bhagavantham o por
Sri Kasturi. Por eso surge a veces alguna duda en las mentes de la mayo-
ría de la gente acerca de si Baba puede hablar cualquier otra lengua ade-
más del telugu. Bien, para comprobarlo esperen a que el traductor se equi-
voque y Baba no sólo lo corregirá, sino que también le sugerirá la palabra
inglesa más apropiada, o sea, la que el traductor debió haber usado en su
oportunidad. Una vez, durante Su visita al Africa Oriental, Baba dio lar-
gas entrevistas a personas que no hablaban otro idioma que el swahili. La
educación formal de Baba no pasó de la que se imparte en una escuela se-
cundaria de pueblo. Nada de qué enorgullecerse. Después que dejó Sus li-
bros escolares, a la edad de 14 años, nunca se lo ha visto leyendo o estu-
diando en libro alguno; en verdad, Sus devotos apenas le dejan tiempo su-
ficiente para tomar Su alimento. En estas circunstancias, los idiomas que
El habla hoy en día, los eruditos discursos que ofrece al público y este
59
Después de largas búsquedas aquí y allá, en templos e iglesias, en las tierras
y en los cielos, finalmente han regresado completando el círculo, desde donde
salieron, hasta llegar a su propia alma y encuentran que aquél a quien han
estado buscando por todo el mundo, por quien han estado llorando y orando
en iglesias y templos, a quien miraban como el misterio de todos los miste-
rios velado por las nubes, en lo más íntimo de lo más íntimo es su propio ser,
la realidad de su vida, de su cuerpo y de su alma; que es su propia naturaleza.
Afírmenla; manifiéstenla. La verdad y sólo la verdad es el verdadero amigo,
el pariente. Aténganse a la verdad, anden por el camino de la rectitud y jamás
será lesionado ni un solo cabello de su cuerpo.
La meditación no es otra cosa que la acción de elevarse por encima de los de-
seos. La renunciación da el poder para luchar contra las fuerzas del mal y
controlar la mente.
Con amor y bendiciones
Sri Sathya Sai Baba
“¿Cuánto tiempo van a estar en este mundo? Nada es permanente.
Todo desaparecerá pronto como el humo.”
BABA
“Soy la personificación del Ananda o Bienaventuranza. Vengan y tomen Ananda de Mí.”
BABA
Abhayahasta, “¿Por qué temer si Yo estoy aquí?”
BABA
“Yo no tomo de nadie nada que no sea su amor y su devoción.”
BABA
“Dasaratha es la carreta o ratha de los Diez Sentidos o Das Indriyas.
Mezclen los Diez Indriyas, y eso es Bhajan.”
BABA
mensaje divino que escribió en cuestión de minutos, no son sino una pe-
queña manifestación de Su omnisciencia. Muchas veces Baba finge no
comprender lo que uno le dice, y se dirige a alguna otra persona para pre-
guntarle lo que se ha dicho, como si el lenguaje usado estuviera fuera de Su
comprensión. Como explicamos antes, todo esto es parte del juego en el que
Sus atributos divinos están escondidos y El actúa como un ser humano or-
dinario para que los demás podamos sentir algún parentesco con El. A ve-
ces, sólo por hablar con el devoto, sostiene conversaciones superficiales:
“¿Cuándo llegaste? ¡Ayer! ¿Cómo es que Swami no te había visto?”
Una vez, el autor llevó a Baba un retrato Suyo grande y le pidió lo
bendijera, pero mientras Baba lo sostenía y habiendo pensado mejor, aña-
dió: “Swamiji, por favor, cárguelo de poder, ya que va a estar colgado en
el consultorio que es también el salón de oración”. El inclinó la cabeza en
señal de aprobación, y dijo: “Sí”, y literalmente lo cargó frotando vigoro-
samente Su mano con un movimiento circular sobre toda la superficie de
la fotografía. Algunos meses después, cuando el autor viajaba con Baba en
un coche, empezó a preguntarle la dirección y el lugar exacto de su con-
sultorio en Bombay. Después de haberle indicado el lugar preciso, el au-
tor se aventuró a decir que el retrato que El había cargado estaba debida-
mente instalado en el consultorio. Pronto vino la respuesta: “Sí, Swami es-
tá enterado de todo esto”. Poniéndolo repetidamente en tales situaciones
durante los últimos años, Baba ha enseñado al autor una lección muy im-
portante. Y es que aun cuando Baba decide actuar como una persona or-
dinaria, uno no debe nunca olvidar, ni por un solo momento, que El es la
divinidad. El lector no debe engañarse pensando que Baba puede hablar
solamente este o aquel idioma, observándolo desde un punto de vista li-
mitado. Baba puede hablar cualquier idioma que El desee.
Baba pidió una vez a uno de los estudiantes del colegio su libreta de
notas y su pluma y ordenó al autor que se sentara mientras El escribía el
mensaje. Baba empezó a escribir y lo hizo sin detenerse, sin hacer tampo-
co una sola pausa hasta que puso Su firma. Uno de los estudiantes fue co-
misionado para leerlo en voz alta para beneficio de todos los presentes en
aquel momento. Una fotocopia se reproduce a fin de que el lector pueda
conocer la letra manuscrita de Baba. Dicho mensaje es la deliciosa conti-
nuación de lo que Baba ha ido enseñando al autor. En unas sencillas fra-
ses le ha revelado el secreto de la salvación humana, la quintaesencia de
las sentencias védicas y de la verdad incuestionable que está contenida en
todas las religiones.
Un día, mientras un artista estaba diseñando la portada de este libro
en una imprenta de Bombay, Baba envió al autor un telegrama por medio
de Sri Kasturi. “Cambia el título del libro por Vision of the Divine (Visión
de lo Divino)”, decía. El autor se sintió muy feliz de que Baba mismo hu-
biera escogido el título de este libro y se lo hubiera comunicado en el mo-
66
mento oportuno como una bendición. El título es muy apropiado, ya que
ha sido una continua Visión de lo Divino para el autor, la presencia de Ba-
ba, desde que lo conoció. En verdad, es raro el momento en que el autor
no esté consciente de Baba.
Los lectores que están familiarizados con las enseñanzas de Swami
Vivekananda podrán hacer la observación de que una parte del mensaje di-
vino enviado por Baba ha sido extraída de los escritos de Swami Viveka-
nanda y no escrita originalmente por Baba. Es justificable que quienes no
han tenido ninguna experiencia sobre la omnisciencia y omnipresencia de
Baba digan esto y es también comprensible. Sin embargo, el autor, al es-
tar consciente de Su todopenetrante omnisciencia y de Sus kalas antes
mencionados, sabe que aquél que impulsó a Vivekananda a escribir esas
palabras de divina sabiduría no es otro que la Estrella del Cielo misma en
la forma de Sri Sathya Sai. El mensaje divino es la prueba misma. Son Sus
palabras, escritas por Vivekananda, que es el instrumento. El autor sabe
esto por su propia experiencia. A todos pudiera parecerles que el autor ha
escrito este libro de su inspiración y ha puesto su nombre y títulos en la
portada. Pero antes se debe uno preguntar, ¿cuál es la verdad que hay de-
trás de esta apariencia externa? ¿Es el autor un instrumento en las manos
de Baba o es alguien totalmente desconectado de El, tanto interna como
externamente? ¿Quién es el que impulsa al autor a escribir? ¿Quién es el
que da al autor las palabras necesarias de sabiduría, las ideas divinas y las
oportunidades? ¿Quién es el que está motivando, guiando y ayudando al
autor en un sinnúmero de maneras diferentes? ¿Quién es el que de vez en
vez controla, reprueba, corrige y anima al autor, a veces a través de un
agente externo? Sí, amado lector, es El, TPS. Así que detrás de este apa-
rente autor está, en verdad, Baba, el verdadero autor.
Baba ha dicho a menudo: “El error que comete el género humano ra-
dica en la creencia de que las cosas suceden como resultado del esfuerzo
y de la planificación humanos, de la inteligencia humana y de sus cuida-
dos; pero nadie puede tener éxito en ninguna empresa, sin la gracia divi-
na. Es el plan de Dios el que se está realizando a través del hombre; sin
embargo, el hombre se enorgullece como si fuera él solo quien está tra-
bajando en dicho plan. El hombre realizará su misión en la Tierra cuan-
do él se reconozca a sí mismo como la divinidad y reverencie a los demás
como la divinidad. El hombre debe adorar a Dios en el hombre mismo.
Dios se puede aparecer ante él como un decrépito anciano, un criminal o
un enajenado. Deben ver aun detrás de esos velos materiales al Sai divi-
no y adorarlo mediante el servicio. Todos los nombres son Suyos y todas
las formas son Suyas, incluidas las de ustedes. Aparecen como cuerpos in-
dividuales separados porque el ojo que los ve busca sólo los cuerpos físi-
cos. Cuando ustedes clarifiquen su visión y los miren a través del ojo át-
mico (o sea, el ojo que penetra detrás de lo físico con sus atributos y per-
67
tenencias) entonces verán a los demás como olas en el océano de lo ab-
soluto, como los miles de cabezas, los miles de ojos y los miles de pies del
Purusha cantados en el Rig Veda. La visión de Virata o forma cósmica es
otorgada a quienes entregan su ego y se refugian en el Señor. Dios es om-
nipresente. El es el motivador interno de cada partícula que existe en el
Universo. Quienes declaren que El es receptivo sólo a su propio estilo de
adoración y que va a responder solamente al nombre que han aprendido
a invocar, ponen en duda Su omnisciencia y Su gloria. Véanlo, sírvanle y
reveréncienlo en todos. Oren así: ‘Haz que el mundo entero prospere y
haz que toda la humanidad sea feliz’. Este es Mi mensaje especial”.

68
Armonía entre Ciencia y Religión

L A DIVINIDAD es infinita y no puede ser conocida ni siquiera a través de


sus múltiples aspectos, y mucho menos contenida entre las tapas de
un libro. Sin embargo, cuando un avatar encarna, El como nuestro gurú in-
terno, disipa la oscuridad de la ignorancia dentro de nosotros y nos da una
visión de la realidad divina en El. Aun cuando haya nacido en el mundo,
no forma parte de él, pero siempre usa las cosas del mundo para llevar a
la humanidad de regreso a la fuente de donde ha venido. La ciencia se ocu-
pa de las cosas del mundo, y la religión muestra el camino hacia aquella
fuente original. Así, Baba pone en armonía ciencia y religión, en Su for-
ma de vivir, y este capítulo revela una faceta más en nuestra Visión de lo
Divino TPS.
Una de las primeras preguntas que el autor le hizo a Baba fue: “Swa-
mi, ¿qué lugar deben tener la ciencia y la investigación en el esquema de
nuestro sadhana (práctica espiritual)? ¿Son necesarias o absolutamente
inútiles?”. Baba contestó: “La ciencia y la investigación son necesarias y
útiles, al principio”. De manera que un estudio inicial y la adquisición de
conocimiento acerca de las cosas de este mundo, en cierta medida son ne-
cesarios para que uno pueda usar tales cosas inteligentemente, con objeto
de llegar al destino final, a la meta que es la divinidad; pero la humanidad
pierde de vista estas perspectivas y se dedica exclusivamente a la prose-
cución de conocimientos acerca de las cosas de este mundo y entonces la
arrogancia, el egoísmo y el orgullo le hacen levantar la cabeza, constitu-
yendo una amenaza para la supervivencia misma de la humanidad. El
científico en su laboratorio habla de la religión en términos despectivos y
el sacerdote desde su púlpito condena al científico y a su ciencia. Ambos
han perdido sus perspectivas. El hombre corriente, engañado por los des-
lumbrantes logros de la ciencia, pierde la fe en Dios, olvida la religión y
el miedo al pecado y sigue el camino contrario al dharma. Hoy, la huma-
nidad está en las garras de una crisis tal, debido a la ignorancia de su ver-
dadera naturaleza y del lugar de la ciencia en el esquema de la vida.
La ciencia trata de los objetos materiales y puede ser definida como
un conocimiento sistemático del Universo, adquirido por la experiencia
humana a través de los cinco sentidos. La palabra religión se deriva de la
voz latina religare que significa volver a atar. De modo que la palabra re-
ligión significa volver a atar al hombre con Dios. Es un lazo que guía al
69
hombre de vuelta a Dios. Baba ha dicho que la gente habla con facundia,
de eliminar o prescindir de ella, porque la confunden con las costumbres
sociales y con las ceremonias y supersticiones vinculadas con ella. El di-
ce además que en nuestra cultura, la religión es comparada a una madre,
a la fuente del nacimiento de nuestro cuerpo, que nunca puede ser nega-
da. Es posible divorciarse y volverse a casar, pero es imposible negar a la
madre y declarar a otra mujer como la persona que engendró nuestro cuer-
po. De modo que la religión no está constituida por fantasías humanas; es
un lazo entre nosotros y la fuente de donde provenimos. El autor se pro-
pone viajar con el lector, siguiendo este hilo e investigar todo lo relativo
a él, inicialmente con el conocimiento dado por la ciencia y después por
otros métodos que están más allá del alcance de la ciencia. Todos estos
métodos le han sido enseñados al autor por Baba.
Antes de que prosigamos a lo largo de este viaje es necesario evaluar
las percepciones de nuestros cinco sentidos. Normalmente, si podemos
ver y sentir un objeto, lo llamamos real. Sin embargo, es también común-
mente conocido que los sentidos son falibles y que lo que vemos y senti-
mos puede a veces no aparentar lo que en realidad es. Por ejemplo, los
sentidos nos dicen que la superficie de este papel es suave y limpia, pero
si se observa a través de un potente microscopio, se encontrará que está
cubierta de fino polvo y de otras partículas. Sin embargo, todavía no se sa-
brá toda la verdad acerca de ella porque, si se enfocara un microscopio
electrónico sobre la misma superficie aparentemente limpia, obtendríamos
todavía más información de la que proporcionó el microscopio ordinario;
el proceso sería interminable. Con cada adelanto tecnológico, de los hoy
llamados descubrimientos, abrimos una puerta y encontramos otras diez
todavía por abrir. De esto podemos inferir que la información suministra-
da a nuestra mente por los sentidos está relacionada tanto con su capaci-
dad como con la capacidad de los instrumentos utilizados para recoger la
información por cuenta de los sentidos. De tal manera que no importando
en qué etapa de la investigación evaluemos dicha información, estará
siempre incompleta y será relativa, y nunca será la verdad absoluta. Por lo
tanto, el universo físico y los objetos contenidos en él tal como los cono-
cemos por medio de nuestros sentidos son reales sólo relativamente, lo
cual, por supuesto, incluye nuestros cuerpos.
Para llevar la investigación más allá, es necesario evaluar el concep-
to de la estabilidad del Universo tal como nos lo suministran nuestros sen-
tidos. Tomen este libro como ejemplo. Parece sólido y estable, pero si se
analizara su materia, encontraríamos, finalmente, que está formado de
moléculas. Si estas moléculas se siguen descomponiendo, entonces se en-
contrará que se forman de átomos, y si estos átomos se descomponen aún
más, descubrimos una cosa nueva, un cosmos microscópico. Este micro-
cosmos consiste en muchas partículas vivas, llamadas respectivamente
70
electrones, protones, neutrones, etc., que se hallan en un estado de movi-
miento constante, también denominado flujo. Hoy en día, los físicos están
descubriendo partículas más sutiles que las ya conocidas y hay alguna evi-
dencia que sugiere que esas partículas se mueven más rápido que la luz,
lo cual significa que existen sólo en forma de energía sutil en un estado de
flujo. De ahí que de la evidencia que nos suministran las ciencias físicas
modernas podemos concluir que la naturaleza última de toda materia, así
sea sólida, líquida o gaseosa, es energía primordial en un estado de movi-
miento. En otras palabras, este universo físico está cambiando constante-
mente y no hay nada estable. La apariencia de esta realidad y de esta es-
tabilidad es un engaño, un fraude perpetrado en nuestras mentes por los
sentidos. Aun cuando el Universo es en realidad una masa de energía, des-
de nuestro punto de vista aparece sólido, líquido o gaseoso, y sufrimos el
engaño de eso que se llama materia.
Este conocimiento también ha sido expresado virtualmente en el Ra-
mayana. Baba ha dicho que el día en que Rama fue coronado emperador
en Ayodhya, cada persona recibió algún presente antes de salir de la ciu-
dad. Sólo Hanuman rehusó cualquier regalo material. El pidió a Rama, en
cambio, que le explicara el misterio de Su vida porque no había podido
captarlo, a pesar de su prolongado y leal servicio a Rama. Rama entonces
pidió a Sita que le revelara el secreto de Sus vidas. Sita declaró que ella
era la naturaleza primordial o Mula Prakriti y la energía Maya (Maya
Shakti) que se agita en toda materia y que es la materia misma. Ella trans-
forma y transmuta la materia en toda esa variedad que ciega y ata. El Ra-
mayana es un drama que Ella compuso. Rama es el eterno e inmutable Ser
Supremo, que es también ananda o bienaventuranza.
Mula Prakriti significa la naturaleza primordial y Maya Shakti signi-
fica la energía que crea la ilusión o engaño. De ahí que la declaración he-
cha por Sita significa que la energía que se mueve o vibra en la naturale-
za primordial es materia que se ha descompuesto hasta llegar a su forma
última como lo entendemos de acuerdo con nuestro conocimiento de la fí-
sica moderna en relación con las partículas. Luego, esa energía se modifi-
ca y transmuta en varias formas de materia que son las que atan y enga-
ñan. La diferencia es que ese fenómeno crea engaños acerca de su reali-
dad verdadera y así ata al individuo, provocando su apego a las cosas ma-
teriales. En diciembre de 1973, Baba, durante una breve charla sobre la
ciencia, le dijo al autor: “La energía con la cual las más elementales y su-
tiles partículas de materia están atadas es la divinidad. La separación in-
dividual de estas partículas de energía es absolutamente precisa y no pue-
de ser alterada por nadie. Cualquier separación o fusión ajena a tal preci-
sión significaría la inexistencia de la creación. Esta energía divina es
Dios”. Las escrituras de todas las religiones del mundo declaran que Dios
es omnipresente, y ahora estamos en posición de comprender esta omni-
71
presencia también en la materia. Aquéllos que están acostumbrados a creer
en Dios como si tuviera una forma determinada, lo comprenderán mejor me-
diante la siguiente analogía: Tenemos al Sol que manifiesta su esplendor a
través de sus rayos. Los rayos no están separados del Sol, pero sin ellos no
veríamos su luz ni experimentaríamos su calor. Así, consideremos a Rama
como el Sol, y a Sita como los rayos; Shiva y Shakti; Ahura y Mazda; Alá y
Su voluntad; o como se lee en el Evangelio según San Juan: “En el comien-
zo era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. La creación
de la materia se hizo a través de este Verbo, lo que implica la vibración o
energía primordial. El Padre es el Sol y Su verbo (que era Dios) es la crea-
ción o los rayos.
Los experimentos con cultivos de tejidos proporcionan mayor evi-
dencia de la omnipresencia de esta divina energía. Casi todo el mundo
puede distinguir un cuerpo muerto de uno vivo, porque el ser o el alma (el
Sol) que activaba el cuerpo está ausente. Sin embargo, hoy en día pode-
mos tomar la mayoría de los tejidos de un cuerpo muerto y revivir sus cé-
lulas en un cultivo de tejido en un laboratorio, durante años, aun cuando
la persona esté muerta y enterrada. Es la energía divina primordial la que
hace que aquéllas crezcan y se multipliquen en el laboratorio. Cuando los
bioquímicos ponen varios elementos minerales en una probeta y tratan de
crear a partir de ellos seres vivos, todo lo que están haciendo es jugar con
esa energía divina que ya está presente allí. ¿Cómo puede alguien crear al-
go que es omnipresente y que es la base misma de toda materia?
En un microscopio luminoso, el poder de resolución o la capacidad de
éste para distinguir la distancia entre dos puntos separados, depende entre
otras cosas, de la longitud de onda de la luz con la cual se mire el objeto.
En otras palabras y en caso de que todos los factores fueran favorables, la
longitud de onda de la luz determina la longitud entre los dos puntos que
pueden ser distinguidos separadamente. Cuanto más corta sea la longitud
de onda usada, más corta será la distancia entre ambos puntos. Sin embar-
go, esto no puede lograrse ad infinitum, porque la longitud de onda de la
luz que puede ser vista es limitada al espectro visible. Así, el científico tie-
ne que dejar a un lado el microscopio luminoso y seguir adelante con otro
instrumento, si es que quiere hacer observaciones con un mayor poder de
resolución. Baba dijo al autor que, de manera semejante, el científico que
está tratando de resolver el misterio de Dios y está buscando la fuerza vi-
tal, usa la energía divina misma para activar sus sentidos así como los va-
rios instrumentos físicos que utiliza en esa búsqueda. Del mismo modo que
tuvo que usar un instrumento más potente que el microscopio luminoso, él
tendrá que trascender sus sentidos, su mente y su cuerpo para conocer a
Dios. Tiene que fundirse en Dios, para conocerlo. El científico que eso hi-
ciere habrá llegado entonces a una etapa en la cual tiene que mirar al cien-
tífico mismo. El observador debe volver a lo observado.
72
Baba ha dicho que la religión es el producto del estado de conciencia.
¿Qué es ese estado de conciencia? Todos estamos conscientes de nuestra
propia existencia; yo existo. Es una noción que es espontánea, directa e
indisputable. Yo soy. ¿Cuál es la verdadera naturaleza de esa conciencia,
de ese “yo soy”? ¿Qué soy? La respuesta usual es yo soy el señor Zutano
o Mengano, es un “yo” diferente durante los distintos períodos del día.
Cuando está hablando con su hijo, el “yo” se vuelve padre; cuando su es-
posa lo está despidiendo, el “yo” se vuelve marido y cuando él va a la ofi-
cina y dicta una carta a su secretaria, ese “yo” se vuelve hombre de nego-
cios, médico o abogado o alguna otra personalidad. Así, obviamente ese
“yo soy” es algo separado de todas esas personalidades, y la conciencia,
al decir “yo soy”, no parece estar afectada por todos esos cambios de per-
sonalidad.
Hay todavía otra manera de mirar este asunto. Un niño establece re-
laciones con otros niños, con el maestro en la escuela y con sus padres en
la casa. Su ego, desde entonces, posa como un “yo” diferente en cada una
de las distintas ocasiones. A medida que él crece y se vuelve un joven de
treinta años o un hombre aun mayor, de setenta años, por ejemplo, su “yo”
pasa por muchas transformaciones junto con los cambios de edad de su
cuerpo. El tiempo transcurre y el cuerpo envejece. Pero a través de todos
esos cambios, su conciencia permanece espontánea, directa e inalterada.
No es menor o mayor a los sesenta años que a los seis. Esa conciencia o
noción de “yo soy” también permanece inmutable a través del tiempo. Y
en esta forma que presenta podemos definirla como Tat, o aquello que es-
tá en la raíz de todas las personalidades, un testigo constante, permanen-
te, amorfo e inalterado a través del tiempo.
Todos nos identificamos con nuestro cuerpo físico. Esto, desde luego,
es muy natural ya que todos nuestros pensamientos y actividades durante
la vigilia están basados en la noción de que “somos” el cuerpo. Pero exa-
minemos si esto es o no verdadero. ¿Es la “conciencia” el cuerpo mismo?
¿Qué sucede en la fase de sueño profundo? El cuerpo está inconsciente, o
sea, no tiene conciencia de sí mismo. Alguien puede hablarle y no obten-
drá respuesta. Ahora bien, si la conciencia fuera el cuerpo, entonces nun-
ca podría uno llegar a estar inconsciente de sí mismo y dormirse. El hecho
de que el cuerpo duerma prueba que éste no puede ser la conciencia; de
otro modo, nunca podría dormirse. Sería imposible estar en un estado de
sueño profundo y retener a la vez la conciencia del cuerpo. Se obtiene otra
prueba de esto después de la inducción de anestesia con drogas y la in-
ducción experimental de trance bajo hipnosis. El autor ha probado ambos
métodos y ha observado que la conciencia del cuerpo en esas circunstan-
cias está ausente y que el paciente no experimenta dolor durante una ope-
ración quirúrgica. Esto no sería posible si la conciencia no fuera algo dis-
tinto del cuerpo.
73
Así, amado lector, la conciencia de “yo soy” (el ser), es algo que re-
side en el cuerpo, pero que está separado del mismo y sólo lo usa como un
instrumento para actuar en el mundo físico.
Ahora bien, ¿quién es ese ser? ¿Es el conjunto de emociones de los
sentidos? ¿Es la ira, el temor, la pasión, el odio o los deseos? Las emo-
ciones cambian frecuentemente; a veces, en cuestión de minutos una per-
sona se enoja y una hora más tarde puede estar experimentando una emo-
ción diferente. Así, el ser no puede considerarse esta o aquella emoción,
sino que debe ser el testigo de esas emociones. Los humores y sentimien-
tos pueden venir e irse, pero la conciencia permanece constante. El ser es,
por lo tanto, algo diferente de las emociones.
La siguiente pregunta es: ¿puede este ser identificarse con la mente?
Baba dice que la mente no es otra cosa que una corriente continua de pen-
samientos. A menudo la compara con un trozo de tela, donde cada hilo del
tejido representa un pensamiento individual. Estos pensamientos cambian
con una rapidez todavía mayor que las emociones, así que el ser no pue-
de ser identificado con este o con aquel pensamiento. Es, como se dijo, só-
lo el testigo de esos pensamientos. Además, debe haber un pensador pre-
sente para que haya pensamientos. El ser emplea la mente, junto con el in-
telecto y la razón, para ponerse en contacto con el cuerpo y controlarlo.
Este cuerpo es usado con sus cinco sentidos para ponerse en relación con
el mundo físico. La mente ocupa una posición muy importante entre el ser
y el cuerpo y, por ende, lograr su control tiene gran valor.
La verdadera naturaleza del hombre es divina. Su ser es la divinidad
latente en el hombre, pero éste, en vez de afirmarla, se identifica con su
cuerpo. El resultado final es que provoca una crisis tras otra dentro de la
sociedad, con su arrogante y egoísta comportamiento, que es peor que el
de un animal. Hace algunos años, Baba contó esta historia: “Hubo una vez
un pandit que enseñaba gramática y composición a un grupo de alumnos.
Después de terminar una serie de lecciones, les dio la tarea de componer
cuatro líneas de poesía. Un joven estaba luchando por encontrar una rima
apropiada para las dos primeras líneas que escribió:

La Luna llena fulgura,


el árbol tiene frutos a cierta altura,

Pero se desesperó y dio fin al poema con dos líneas más absurdas que
las primeras:

la comida no está bien cocida,


la cara de Ganganna es visión repulsiva.

La tarea del curso estaba cumplida, pero cuán fútil, cuán patético e
inútil fue el resultado. Así también, al hombre le ha sido asignada una ta-
74
rea: realizar su verdadera identidad en esta vida durante los años que pa-
sa entre el nacimiento y la muerte. La vida es como una pompa de jabón;
puede desbaratarse en cualquier momento. Inconsciente de su precaria
burbuja de vida, la gente llamada educada persigue felizmente cualquier
capricho y anhelo de su ego. Algunos “egos” cumplen con sus tareas dur-
miendo la mayor parte del día o jugando a las cartas. Otros ven la televi-
sión, van al cine o leen novelas inútiles, o pasan el tiempo corriendo tras
una pequeña pelota de un extremo a otro de la cancha, y luego se quejan
de que no tienen tiempo para cosas como la indagación espiritual de la na-
turaleza de su propio ser. ¡Cuán fútiles resultarán aquellos pasatiempos
ante la muerte que se acerca rápidamente! El logro más grande del hom-
bre no será el de viajar por el espacio, sino el de conocerse a sí mismo.
Hoy en día, las naciones compiten unas con otras para construir radiote-
lescopios más grandes y mejores con los cuales explorar la inmensidad
misma del espacio. Hay una gran excitación cuando se recibe cualquier
señal, por débil que sea, desde una distante galaxia. Pero el hombre no ha
aprendido todavía a medir las profundidades de su propio espacio interno
ni a escuchar las débiles pero persistentes señales que le da su propio ser;
si da oídos a esas señales, mas si ignora su ser, se vuelve esclavo de su
destino. Cuando a Mahoma le preguntó su pariente Alí: “¿Qué he de ha-
cer para no perder mi tiempo?”, el Profeta le respondió: “Aprende a co-
nocer tu propio ser” y dice en el Corán: “Aquél que ha comprendido su
propio ser ha comprendido a Dios”.
Si el lector ha interpretado fielmente la historia de TPS y ha com-
prendido Su mensaje, entonces habrá dado los primeros pasos hacia la in-
vestigación sobre el lazo que ata al hombre con la fuente de la cual pro-
cede. La indagación intelectual de este capítulo es como el alfabeto espi-
ritual. Es la llave que abrirá todas las puertas de la residencia interna, del
templo de la suprema paz del corazón. Sin embargo, parece que las ce-
rraduras están oxidadas y necesitan aceitarse para que la llave gire suave
y rápidamente. El aceite del sadhana quitará toda la herrumbre acumula-
da durante años y dejará limpias las cerraduras. Sadhana significa llevar
a cabo prácticas espirituales disciplinadas; las cerraduras simbolizan el
cuerpo, la mente y el corazón. Los tres tienen que ser purificados por me-
dio de un sadhana constante, practicado con sinceridad, fe y devoción y
dedicado al Dios escogido o el Ser interno. El sadhana debe ser de tal in-
tensidad y tan completo que no sólo debe practicarse durante cada mo-
mento del estado de vigilia, sino que también ha de volverse parte del es-
tado de sueño.
Cada individuo debe trazar su sendero, su propio sadhana según va
avanzando, y a cada paso tratar de ganar la gracia del Señor y mantenerla
fluyendo continuamente hacia El en todo momento. Esa es la prueba del
propio sadhana y del progreso del camino espiritual.
75
LLUVIAS DE TIRTHA:

“Hay tres tipos de individuos, hoy en día. Algunos ya se han realizado a través del
sacrificio y de la adquisición del amor y la gracia divinos. Otros se mueven dentro
de los límites establecidos por los antiguos sabios y siguen las normas de la so-
ciedad. Estos adquieren moralidad, bondad y felicidad. Hay otros más, que se de-
jan llevar por las corrientes de los acontecimientos cotidianos y son incapaces de
salvarse de la última calamidad.” Baba
El lector debe distinguir a qué categoría pertenece y luego tomar las medidas
apropiadas para recibir las “Lluvias de Tirtha” que transmiten el divino amor y la
gracia de Baba y que le darán satisfacción, paz y bienaventuranza. Miles de per-
sonas reciben estas tres cosas excepcionales de El y las llevan consigo cuando re-
gresan a sus hogares. La fotografía muestra una mínima parte de la gente que asiste
al auditorio que, en ocasiones festivas, se llena a veces más allá de su capacidad,
semejando una continua masa humana que se derrama dentro de los predios del Ni-
layam. En aquella ocasión, en 1972, Baba habló de la sincera devoción del difun-
to Sri Poonamchand Kamani y de su interés en la construcción de ese enorme au-
ditorio. Poonamchand tenía una mentalidad humilde y llena de amor hacia todos,
y por eso Baba le puso al auditorio el nombre de “Poornachandra” (Purnachan-
dra), que significa Luna llena; es un llamado para que todos los que se reúnen en
él traten de que sus mentes sean puras, compasivas y tolerantes. La Luna llena, al
reflejar la gloria del Sol, es un recordatorio simbólico de la mente pura en plenitud
que refleja la gloria del Ser Divino o Atma.

76
El Sanathana Dharma
y la religión de Zaratustra

S ANATHANA significa lo que siendo antiguo va más allá de toda medida,


algo tan antiguo que se pierde en el alba mortecina de la civilización.
Dharma es el código que norma pensamientos, palabras y acciones con ba-
se en la verdad. No hay palabra española para describir el dharma. El Sa-
nathana Dharma es la raíz de todas las religiones y todas las religiones es-
tán contenidas en el Sanathana Dharma, porque enseña la esencia de to-
das ellas, con excepción de sus ceremonias y formas externas. Está basado
en el conocimiento del Ser universal o el Atma que penetra todos los de-
más seres. El tratar de compararlo con cualquier religión conocida equi-
valdría a limitarlo a un nombre y una forma, a encerrarlo entre los restrin-
gidos conceptos de tal religión. Baba dice: “Mi objeto es predicar la unión
de la humanidad y hacer que ustedes se den cuenta de la conexión que exis-
te entre los hombres. Dios está más allá de los gunas, así que no es posible
que alguien diga que Dios es esto o aquello, o de que tiene tales y cuales
atributos, porque cualquier persona está, ella misma, subordinada a los gu-
nas o cualidades. Los conceptos expresados en las distintas religiones li-
mitan las ideas que puedan tenerse sobre Dios, y lo que se logra captar den-
tro de esas limitaciones lo aceptan como el conocimiento infinito en la re-
lación con la divinidad. ¿Cómo puede un Dios infinito estar contenido den-
tro de esas limitaciones? Una religión universal es aquélla de la cual fluye
el amor, que debe ser la esencia de todas las religiones. Al poner demasia-
da atención a la liturgia y ceremonias externas, se pierde de vista esa esen-
cia y eso es la causa de las distintas querellas y facciones entre un hombre
y otro”. Baba enseña esta religión universal o Sanathana Dharma en pen-
samiento, palabra y acción. El dice: “Sólo hay una casta: la casta de la hu-
manidad; sólo hay un lenguaje: el lenguaje del corazón; sólo hay una reli-
gión: la religión del amor; sólo hay un Dios, y El es omnipresente”.
Enfrente del templo o mandir en Prashanti, situado dentro de una se-
rie de círculos concéntricos, está un pilar que representa el yoga o unión
con Dios. Tiene cierto número de anillos que indican las etapas de la dis-
ciplina yóguica requerida para el florecimiento del “loto del corazón”, cu-
yos pétalos nacen en el tope del pilar. Es un antiguo símbolo ario de la as-
piración interna del hombre de llegar a la iluminación. Esta llama de ilu-
77
minación interna está en el centro del loto y simboliza la refulgencia del
conocimiento supremo. El pilar con el loto está rodeado de círculos con-
céntricos que tienen un significado más profundo. El círculo externo, cu-
bierto de arena, es el desierto del deseo y representa el eterno esfuerzo que
se hace por obtener cosas evanescentes. Luego hay dos círculos en forma
de escalones, uno más alto que el otro; son representativos de las dos cla-
ses de odios que el hombre tiene que superar. Un tipo de odio es el causa-
do por algún agravio y el otro, por la frustración de los propios deseos.
Así, cuando el deseo, la ira y el odio han sido desarraigados de la mente,
entonces se entra en el espacio abierto sembrado de verde grama, refres-
cante para el ojo y que representa el contentamiento y la ecuanimidad ha-
cia todos. El aspirante entra después en el espacio abierto de la paz divina
que rodea el pilar, y cuando la práctica de su yoga fructifica, el loto de su
corazón brilla con el fulgor de la iluminación interna.
La planta de loto tiene sus raíces en el lodo, el tallo está rodeado de
agua, las hojas flotan en la superficie del agua y la flor se eleva un poco
por encima de la superficie; florece en la atmósfera y capta los rayos del
Sol. El aspirante espiritual también nace de esta tierra y vive rodeado de
las aguas de la vida. El también tiene que esforzarse por emerger del
“agua” e ir más allá para captar los luminosos rayos del Sol que está si-
tuado dentro de su propio corazón. Aun cuando el loto vive en el agua, si
se lo saca de ella se notará que es impermeable y está seco. Similarmen-
te, el aspirante tiene que vivir en la vida sin que ésta lo toque. Tiene que
ser desapegado y debe practicar el renunciamiento. Este es el paso con que
se inicia el sadhana. El loto nunca es contaminado por el agua en la cual
vive, no importa cuán lodosos estén los alrededores. Esa es la razón por la
cual al referirse a los pies, las manos, los ojos, etc. del avatar se escriben
seguidos de la palabra loto para atribuirles pureza, al igual que al mencio-
nar cualquier trabajo que haga, a dondequiera que camine o a cualquier di-
rección hacia donde mire. La visión que de los demás tiene la divinidad
es, naturalmente, divina. El aspirante espiritual también debe tratar de cul-
tivar las cualidades que el avatar presenta como valiosos ejemplos que de-
berían ser emulados.
Baba ha diseñado un nuevo altar para el salón de oración del templo
de Prashanti. La pieza central es un loto flanqueado por dos grandes pin-
turas en madera y toda el área tiene la configuración de un nicho, bordea-
do a cada lado por los símbolos de las diversas religiones. El nicho sim-
boliza el sancta sanctórum interno, que guarda dentro de sí al loto del co-
razón espiritual, debe ser alcanzado siguiendo los distintos caminos indi-
cados por las diferentes religiones y descriptos a lo largo de las columnas.
El trono bellamente tallado que soporta el loto tiene también los símbolos
representativos de las distintas religiones, igualmente tallados a lo largo
de la periferia de su borde superior. El loto mismo soporta una estatua de
78
Pathri Sai (Sai Baba de Shirdi), que representa la Estrella del Cielo resi-
dente en el corazón de cada individuo. Dios es ambrosía. Para beber la
ambrosía, uno necesita una copa o un recipiente. Baba dice: “La copa pue-
de ser de cualquier forma o diseño; la felicidad consiste en brindar el néc-
tar que dicho recipiente contiene, a la persona que está sedienta y angus-
tiada. Lo pueden recibir mediante una copa en forma de Nataraja, Durga,
Krishna, Linga, Ganesha, Cristo o de cualquier otra forma que despierte
el ardor y conduce la agonía”. La forma de Sai instalada en el loto estuvo
sentada y enseñó en la Dvarakamayi en Shirdi. Hay una sesha (cobra) con
cinco cabezas enrolladas detrás de ella, que corresponden a los cinco sen-
tidos que tienen siniestras potencialidades venenosas. Baba dice: “Los ojos
los llevan lejos, hacia el reino del encanto corporal y de la belleza sensual;
los oídos ansían oír cantos lujuriosos; la lengua sobrecarga su sistema di-
gestivo; la nariz los conduce a las selvas y a los laboratorios, en busca de
fragancias y perfumes; el sentido del tacto busca la suavidad en la seda y
en el terciopelo, y hunde al hombre en el cieno. Cuando el hombre sea ca-
paz de dominar los sentidos y guiarlos por caminos mejores: los ojos vien-
do las huellas de los pies de Dios en las estrellas y en los pétalos de la ro-
sa, los oídos oyendo la voz de Dios en los trinos de los pájaros y en el es-
trépito del trueno, la lengua probando la dulzura de Dios en todo lo que sa-
boree, la nariz descubriendo fragancias en todo lo que le recuerde la gloria
de Dios, el sentido del tacto contento con tocar la mano de los desvalidos
y de los afligidos, como amados hijos de Dios; entonces será cuando pue-
da visualizar al Dios instalado en la cavidad del corazón. Esa es la lección
que imparte el sesha de los cinco capuchones”.
Baba ha dicho que la cruz lleva el mensaje de la eliminación del “yo”
(en inglés ‘I’), el ego. “Corten de tajo el sentimiento del ‘yo’ y dejen que
su ego muera en la cruz, para alcanzar así la eternidad.” Del símbolo del
fuego de los parsis, El dice que es una invitación a tirar en él los instintos
y los bajos impulsos. “Arrojen toda la amargura en el fuego sagrado y sal-
gan de ella grandiosos, magníficos y divinos.” “La rueda de la fe budista
es un recordatorio de la rueda de causa y efecto, de la acción y el destino,
y también de la rueda del dharma, que es la que gobierna a todas.” Sobre
la estrella y la media Luna, dice: “Sean como la estrella que nunca se apar-
ta de la media Luna y que está siempre fija en la fe firme”. Del símbolo
Om, Baba ha dicho que resume todos los procesos del ser y del devenir y
debe ser aceptado como la fórmula última del éxito espiritual. “Escuchen
el sonido primordial, el Pranava, que resuena en su corazón así como en
el corazón del universo.”
Baba dice: “Mientras esté uno dedicado al sadhana adhyátmico, uno
debe morar más en la unidad que en la dualidad de las preferencias y aver-
siones, o sea, la diversidad y multiplicidad que es tan evidente aún al ojo
no adiestrado. Con cada ocaso, el lapso de la vida se reduce implacable-
79
mente; pero el hombre debe dirigirse a la meta de la realización de su di-
vinidad innata. Es tan malo perder el tiempo como podría serlo perder la
vida misma. Uno debe comenzar temprano, para poder ir despacio y lle-
gar con seguridad”.
“La separación entre aquello que ustedes prefieren y lo que no prefie-
ren es puramente cuestión de gusto individual; la mente está constituida
de tal manera que divide a los demás en categorías de amigos y de ene-
migos, de buenos y malos, de deseables e indeseables. Este rasgo es pa-
tente cuando se mueve uno en el mundo y está involucrado en sus activi-
dades. Si practican la actitud de ‘amistad’ con todos, no puede haber dos
grupos: los que aman y los que no aman, sólo puede haber uno. Deben nu-
trir las tres cualidades: el amor, la compasión y el compañerismo, para cul-
tivar esta actitud. Cuando su corazón se vuelve un vivero de virtudes, se
asemeja a un Nandanavana, o sea un Jardín del Paraíso, donde las malas
hierbas de la ira, la envidia y la codicia no pueden arraigarse.”
Baba ha exaltado la Verdad, el Dharma, la Paz y el Amor como los
cuatro pilares del Sanathana Dharma. La Verdad o Sathya es aquello que
no cambia, la realidad que subyace en todo lo que existe. La expresión del
sonido o sabda que emana del corazón, es llamada rutha, y cuando se ma-
nifiesta a través de la palabra, se llama verdad o sathya. Conocer esta ver-
dad es adquirir la sabiduría perteneciente al propio ser de uno y la relación
de este ser con el Universo, así como la relación de un ser con otro ser. Po-
ner en práctica la verdad en la acción es dharma y hay un dicho de que
no hay dharma más elevado que la verdad. La verdad es la base de todo
dharma y la verdad depende de rutha o del Sankalpa o Voluntad Divina.
Así, estos tres: rutha, sathya y dharma están conectados entre sí de mane-
ra indisoluble.
En este punto de nuestra investigación es muy importante conocer la
verdadera naturaleza del dharma, tal como lo expone Baba. Desgraciada-
mente, se ha dado una variedad infinita de significados a la palabra dhar-
ma y hoy en día está erróneamente representada por la palabra deber. Ba-
ba dice que el deber está conectado con un individuo o con un momento
o país en particular, mientras que el dharma es eterno; es el mismo para
cada uno en cualquier parte y expresa el significado del Atma interno. El
lugar donde nace el dharma es el corazón; aquello que emana del corazón,
como una idea pura (rutha), cuando se traduce a la acción se llama dhar-
ma. El jñana o sabiduría y el dharma son las dos cualidades que diferen-
cian a un ser humano de un animal.
Baba dice: “El dharma ordena al hombre observar ciertas reglas de
comportamiento para el progreso social y espiritual. La aplicación de ta-
les restricciones y disciplinas puede llamarse dhármica. El dharma es tam-
bién capaz de causar daño a las personas que intenten ocasionar la de-
clinación del dharma y similarmente, el dharma protegerá a quienes tra-
80
ten de protegerlo. Luego, donde haya dharma, también hay victoria. Se
puede decir: haz a los demás lo que tú quieres que ellos te hagan; esto es
dharma, y eso consiste en evitar acciones que hieran a los otros. Si reco-
nocemos que aquello que los demás están haciendo causará dificultades y
nosotros hacemos lo mismo, entonces eso sería adharma o no dharma. Si
hacen algo relacionado con la falsedad, se llama adharma, pero cualquier
acción que realicen con amor no puede ser llamada adharma. La ley es el
amor y el sistema entero de la ley está basado en el amor. Por ejemplo, si
un niño comete un error y si la madre le pega, ¿lo llamarían crueldad o ad-
harma? Si el doctor usa un escalpelo para hacer alguna operación, ¿lo lla-
man crueldad o un acto que ayuda al paciente?”
“De esta manera, el dharma ha adquirido innumerables significados
en relación con el tiempo, con el mundo, con el corazón, con una secta y
así sucesivamente, significados que están en uso en la actualidad. Las for-
mas y esencias combinadas de todos estos dharmas son el Sanathana
Dharma y por lo tanto, podemos decir que todas las religiones son suyas
y todas las formas son suyas. Sea el dharma lo que fuere, nunca les ense-
ñará a ser irrespetuosos con sus padres ni con sus maestros, y nunca les di-
rá, tampoco, que deben mentir. Todas las religiones tienen mucho en co-
mún, que es bueno, y no es que hayamos descuidado sus enseñanzas sino
que estamos poniendo atención en cosas no propuestas por ninguna de las
religiones. Esto es adharma.”
“Si cada uno desarrollara la fe en su propia religión y pusiera en prác-
tica todo lo que ella enseña, entonces no habría lugar para las diferencias
de opinión que se están suscitando ahora, ocasionadas por la manera irre-
verente con que a menudo nos expresamos. Si afirman que profesan la fe
en una religión, pero actúan de un modo contrario en la vida diaria, en-
tonces, es obvio que tienen poca fe en esa religión; pero si tienen verda-
dera fe en la religión que profesan, no habrá motivo que los lleve a com-
portarse de una manera contraria a los preceptos de esa religión. Cuando
la profesión está divorciada de la práctica, presenta el aspecto de un ropa-
je externo. Esto es adharma.”
“Pueden tener dudas de la omnipresencia de Dios, mas si se dan
cuenta de que su propio cuerpo es el templo de Dios, de que su propio co-
razón es la sede de Dios y de que el alma individual (jiva) que hay en ca-
da uno de ustedes es simplemente un reflejo de Dios, entonces su cuarto
de meditación será su propio cuerpo y así Dios estará presente donde-
quiera que se encuentren. Por lo tanto, deben ver a la divinidad en todos
los pensamientos que tengan, en todos los individuos con quienes se en-
cuentren y en todas las acciones que lleven a cabo, y comportarse en con-
secuencia. Para tener las cualidades que favorezcan esa actitud, deben de-
sarrollar su fe y seguir los caminos indicados por los textos sagrados co-
mo el Bhagavad Gita, el Mahabharatha, el Ramayana, la Biblia, el Co-
rán y otros.”
81
Cuando una persona está casada con el dharma, tiene un hijo llamado
paz o shanthi, lo que significa paz imperturbable. Esa paz no tiene altiba-
jos; no es completa en la prosperidad y ausente en la adversidad, y una co-
sa hoy y otra mañana. Sin paz no hay felicidad, y todos los hombres la ne-
cesitan porque cada uno está buscando la paz en su vida. La paz es la na-
turaleza innata del ser, y puede encontrarse solamente en un corazón puro
y altruista, desprovisto de codicia y deseos. La ecuanimidad o la paz libre
de trabas puede adquirirse solamente si se han seguido las varias discipli-
nas establecidas en la propia religión y se ha purificado el corazón. Cam-
biar de trabajo, cambiar de residencia de un país a otro, el divorciarse de
la pareja que se ha aceptado en matrimonio y tomar otra o adoptar un tipo
de profesión totalmente diferente de aquélla en la cual uno se ha especia-
lizado durante muchos años, son síntomas de intranquilidad o ashanti. La
raíz de todos esos problemas son los deseos cada vez mayores e incontro-
lados y los esfuerzos que se hacen para satisfacerlos. Baba dice: “La con-
ducta correcta y la verdad están opacadas por las necesidades impuestas
por los modales, las modas, las convenciones, las costumbres, etc., porque
el individuo se encuentra así confundido en medio de una multitud. Su
privacía es invadida. Para evitarlo, el aspirante debe hacer ahora lo si-
guiente: Primero, desarrollar su discernimiento, es decir, su capacidad de
distinguir lo eterno de lo transitorio y escoger lo que vale la pena. Segun-
do, hacer un sincero intento de practicar lo que ha escogido, como algo va-
lioso y verdadero. Tercero, ese intento no debe ser abandonado, a pesar de
las dificultades que pueden presentarse en el camino”.
“Deben investigar cuál es la dirección exacta que tienen que seguir,
esto es, saber:

¿Quiénes son? El Atma.


¿De dónde vinieron? Del Atma.
¿Adónde van? Al Atma mismo.
¿Cuánto tiempo estarán aquí? El necesario hasta que se fundan en el
Atma.
¿Dónde están ahora? Situados en algo que es siempre cambiante e
irreal.
¿En qué forma? En forma de Anatma, lo que es no Atma.
¿A qué están dedicados? A tareas que implican disipación.
Por ende, ¿qué deberán hacer de ahora en adelante? Abandonar to-
do lo anterior y entrar en lo eterno; dedicarse a tareas estables y disfrutar
de la bienaventuranza del Atma. Este debe ser el esfuerzo principal del in-
dividuo o jiva, su meta perpetua, la mayor de las aventuras de este mun-
do. Todas las demás tareas no son sino monótonas y tontas; brillan por un
momento y desaparecen. Conocerán esta verdad sólo si les dan la espalda
y se ponen a observar con sabiduría. El hombre es un haz de impulsos e
82
intenciones. El reduce su divinidad innata y su paz interna dándole libre
salida a estos últimos. Los impulsos son el combustible, las intenciones
son el fuego. El fuego sólo puede ser apagado poniendo a un lado el com-
bustible de los impulsos. La extinción del fuego es el logro de la paz.
Baba dice además: “Desde luego, la paz no significa la inactividad, la
mera vida inerte de comer y sentarse. No deben pasar su tiempo comien-
do, durmiendo y diciéndose: ‘El Señor va a venir en mi ayuda cuando sur-
ja la necesidad’. Deben levantarse y trabajar. Dios ayuda a quienes se ayu-
dan a sí mismos y a nadie más. Hagan sencilla y eficientemente el traba-
jo que han tenido la suerte de obtener. Abandonen todo lo que no sea el
servicio del Señor. Pueden así ganar, por medio de la gracia del Señor, la
alegría de la paz, la emoción de la plenitud y la bienaventuranza de la in-
mortalidad. El trabajo es la misión del hombre. Sin él, el hombre se per-
derá en la oscuridad de la ignorancia y de la pereza (tamas). La intranqui-
lidad viene cuando se desea obtener el fruto de la acción. Si el fruto se de-
ja a un lado y se busca alegría en el acto (karma) mismo, entonces se ob-
tiene la verdadera paz. Muchas ideas empiezan a formarse en el corazón
humano. Algunas se respaldan recíprocamente, otras se destruyen recí-
procamente. Pero no hay que dejarlas libres, todas deben ser canalizadas
y controladas a fin de promover algún propósito elevado. Mientras no se-
ñalen inteligentemente una cierta dirección para todos sus pensamientos y
actividades, no estarán haciendo otra cosa que construir castillos intangi-
bles en el aire y moverse entre ellos. Deben tener la habilidad de contro-
lar y someter las facultades mentales requeridas para esta canalización de
las ideas. Sólo entonces podrán establecerse en la paz.”
Prema o Amor es el cuarto pilar del Sanathana Dharma, que puede
ser experimentado por todos los aspirantes en el camino hacia Dios,
siempre que abandonen todo egoísmo. Sin embargo, hay que entender
primero la naturaleza de este prema y distinguirlo de las diferentes varie-
dades de emociones y sentimientos que se disfrazan de prema. Por ejem-
plo, en una familia tenemos el amor entre esposo y esposa, entre padres
e hijos o entre hermanos y hermanas. Ese amor está condicionado por el
comportamiento recíproco de las partes en cuestión. Si tal conducta no es
respetuosa cuando hay desacuerdo o diferencia de opinión sobre algún
asunto, surgen las contiendas. Esa clase de amor sería, al menos tempo-
ralmente, reemplazada por la emoción de la ira, que no es lo mismo que
eso que llamamos “conciencia de amor incondicional”. Por incondicio-
nal queremos decir el amor que no demanda nada a cambio. Es puro e in-
maculado y no persigue ningún fin; siempre da, da y da, sin exigir nunca
nada como recompensa; no hay ninguna condición o estipulación que lo
caracterice. Eso es el verdadero Amor o Prema. No sólo es tan noble que
no pide nada a cambio, sino que continúa fluyendo a pesar de la ingrati-
tud o del abuso. Ese es el verdadero amor, que no se altera nunca bajo
ninguna circunstancia.

83
Sólo Dios puede derramar tal amor o, quizás, una persona que haya
trascendido los gunas o cualidades. Baba es la personificación de ese amor,
amor del que se pueden recibir pruebas que resultan experiencias inolvida-
bles —más bien diremos sagradas y divinas— es decir, la unión con la di-
vinidad misma. Sería imposible que el autor tratara de describir esta expe-
riencia, porque no se puede expresar en palabras. Es algo semejante a estar
en comunión con el propio ser. Después de la experiencia, se puede decir
que quien la vivió toma conciencia de ser uno con aquello que está conte-
nido en Baba. Es una fugaz Visión de lo Divino. Todo el mundo tiene de-
recho a esa experiencia y a mucho más; es su mismísimo derecho de pri-
mogenitura. Sométanse a su disciplina y acérquense a El con valor y con-
fianza. ¿Por qué dudar y perder tiempo? La burbuja de la vida puede esta-
llar en cualquier momento y sería el colmo de la locura, por parte de uno,
dejar este cuerpo sin haber tenido conocimiento de su propio ser.
Cuando se conoce la verdad acerca de la naturaleza del Universo y del
propio ser, la acción basada en ese conocimiento es dharma. Cuando se vi-
ve en el dharma, uno se hace heredero de las sublimes experiencias de la
paz que sobrepasa la comprensión. Por esa paz fluye el amor, el divino
amor.
¿Cómo puede uno cultivar ese amor? Baba mismo nos ha dado estos
dos métodos:

1. Primero consideren siempre las faltas de los demás —no importa lo


graves que sean— como algo insignificante o como un simple descui-
do y, segundo, califiquen las propias, sin que importe si son insignifi-
cantes o simples descuidos, como si fueran reprobables, y sientan tris-
teza y arrepentimiento por haberlas cometido.
2. Cualquier cosa que se hagan a sí mismos o hagan a los demás, llé-
venla a cabo recordando que Dios es omnipresente. Esfuércense en
cada momento por estar conscientes de la omnipotencia de Dios.

Baba dice: “Si las cuatro cualidades antes mencionadas son cultiva-
das y practicadas por cada uno, no habrá envidia entre los hombres; el
egoísta dejará de arrebatar; los intereses de los demás serán respetados y
la paz del mundo podrá estabilizarse. Si por el contrario, ustedes mismos
carecen de paz, ¿cómo pueden asegurar la paz mundial? Aquéllos que son
entusiastas defensores de la paz mundial deberían aprender primero cómo
obtenerla y disfrutarla ellos mismos y luego podrán derramar esa paz fue-
ra, a todo el mundo y ayudar a promoverla, mostrando a los demás el ca-
mino para llegar a ella.
Para obtener una información más completa del Sanathana Dharma,
el lector puede remitirse a la serie de libros Vahini y los volúmenes de
84
Mensajes de Sathya Sai.1 El objeto de este capítulo es introducir al lector
no sólo al Sanathana Dharma como lo expone Baba, sino también presen-
tarle las enseñanzas de Zaratustra (Zoroastro), el Profeta del antiguo Irán,
y señalar la unidad tan completa que hay en las interpretaciones del dhar-
ma. Muchos zoroastrianos vacilan en venir a Baba porque no pueden iden-
tificar su fe con las enseñanzas de Baba. Algunos tienen dudas y un ocul-
to sentimiento en el fondo de sus mentes, de que Baba es un hindú y sólo
enseña hinduismo. Eso no es correcto, porque si fuera cierto, el templo de
Prashanti sería un templo hindú y el autor quisiera saber entonces por qué
los signos y símbolos de todas las principales religiones que se practican
en el mundo están tallados en la fachada, a cada lado del altar del salón de
oración. Antes del advenimiento de los avatares, los rishis más antiguos
describían a Dios como la forma de la bienaventuranza. Lo que existía en-
tonces como disciplina espiritual era el Sanathana Dharma, considerado la
esencia de todas las religiones. ¿Cómo podría uno limitar al Dios omni-
presente, a una religión particular? ¡Qué pecado! La naturaleza universal
de las enseñanzas de Baba y su concordancia con las principales religio-
nes del mundo son proclamadas bien alto y claro al plasmarlas en los di-
ferentes signos y símbolos del dharma eterno que están tallados en varios
lugares en Prashanti Nilayam. Ha sido para corregir las ideas erróneas y
señalar la semejanza del zoroastrismo con el Sanathana Dharma, que el
autor ha decidido escribir sobre este tema.
Las Gathas son los fundamentos de las enseñanzas de Zoroastro (Za-
ratustra) y fueron reveladas por Ahura Mazda. Las Gathas son los escritos
más antiguos de toda la literatura avesta; su sintaxis y formas gramatica-
les demuestran que hay una estrecha relación entre éstas y las partes más
antiguas del Rig Veda. La evidencia lingüística indica que el avesta y el
sánscrito védico eran idiomas hermanos con un origen ancestral común.
El texto más importante escrito en avesta es el Yashna, que tiene setenta y
dos capítulos, de los cuales 17 corresponden a las Gathas.
Hace varios miles de años vivía en los valles del norte de Asia una ra-
za llamada aria. La palabra ario significa noble de carácter. Después, emi-
graron de esa región hacia el Sur y llegaron al territorio que hoy conoce-
mos como Irán. En avesta, el país era llamado Aryanam Vaejo, que signi-
fica la entrada de los arios. Su religión era el Mazdayasni Din. Din signi-
fica fe y Mazdayasni significa la adoración al creador único de la materia.
Los gobernantes arios, en esa época, pertenecían a las dinastías Pesch-
dadyan y Kyanian. Tuvieron muchos encuentros con las tribus aborígenes
que ya habitaban en esa región, a causa de que los arios creían en un Dios

1 La serie Vahini y los volúmenes de Mensajes de Sathya Sai están publicados en


castellano por Ed. Errepar, Buenos Aires, Argentina.

85
único, mientras los aborígenes eran idólatras. Durante el reino de Vistasp,
sus conflictos se volvieron serios y el Alma de la Tierra, Geush Urva, in-
vocó al Señor para pedirle protección.

Gatha Ahunavaiti; Yashna 29:1

A ustedes el Alma de la Madre Tierra se queja:


“¿Para qué me diste nacimiento? ¿Quién me creó?
“La pasión y la rapiña, el ultraje en todas partes
“Y la violencia me rodean por doquier;
“No veo otra ayuda que la Vuestra, oh Señores;
“Reveladme el nombre de uno fuerte que me pueda salvar.”

Luego, el Creador preguntó a Asha (el aspecto de la verdad), ¿quién


en Su opinión era idóneo para ser el Salvador?, pero no conforme con la
respuesta de Asha, Ahura Mazda dice (Yashna 29:8):

“Uno tal, aquí presente bien conozco Yo,


“El único que guardó todos nuestros mandamientos,
“El Santo Zaratustra Spitama;
“Ansioso está y dispuesto a proclamar
“A través de cantos e himnos la ley eterna de Mazda;
“Dulzura de habla, por lo tanto, a él otorgamos.”

Zoroastro nació en respuesta a esta oración y a instancias de Ahura


Mazda. Dijo: “Emprendo la gran tarea que se me asigna, como mi amo-
roso sacrificio a Ti, ¡oh, Señor!”. Baba dice que hoy en día, el adharma
impera y El ha venido en respuesta a las oraciones de los sabios, santos y
sadhus, para ahuyentarlo y traer nuevamente el dharma a la vida de la gen-
te. Así, Baba cumple con los preceptos no sólo del Gita sino también de
las Gathas.
Es difícil determinar la fecha de nacimiento de Zoroastro, pero Plinio,
Herodoto y Platón, el filósofo griego que vivió en el 350 a.C., la situaron
alrededor del 6400 a.C. La certeza de que hablara el idioma avesta lo ha-
ce contemporáneo del Rig-Veda y también señala el hecho de que es im-
posible que haya existido después del año 2000 a.C., porque el idioma de
las Gathas era, para entonces, una lengua muerta. Los métodos modernos
para determinar la antigüedad de un objeto por medio de la técnica del car-
bono han demostrado que hace aproximadamente 9000 a.C., la Tierra te-
nía un clima bien templado, sin llegar a extremos de calor o de frío; a ese
clima le siguió, con su regular periodicidad, un ciclo glacial. En el texto
del Vendidad, en lengua avesta —una obra que fue escrita en fecha poste-
rior a las Gathas— se hace un relato del reinado del rey Jamshed en el cual
86
se describe a su país como un territorio regulado por dos estaciones sola-
mente, pues lo califican con el término Hom Yasht, que quiere decir: “sin
verano y sin invierno”. Además, se dice que Ahura Mazda advirtió a Jams-
hed que la tierra de Aryanam Vaejo iba a quedar sumergida bajo un espe-
so bloque de hielo. El reinado del rey Vistasp comenzó cerca de 2700 años
después del reinado del rey Jamshed. Así, esta evidencia sugiere que Zo-
roastro nació alrededor del 6300 a.C., una fecha muy próxima a la de los
escritores griegos, quienes estaban más cercanos a la edad de Su naci-
miento. La confusión ha sido creada por gente que ha identificado al rey
Vistasp con los Hystasps del período aqueménido muy posterior a aquél y
más cercano a la época del Buda. Para aumentar esa confusión, Zoroastro
fue sucedido por trece supremos pontífices, cuyo título oficial era Zara-
tustratema, vocablo que luego fue acortado y confundido con el nombre
del fundador de la fe. Todos los argumentos anteriores se presentan aquí
para que el lector pueda considerar las Gathas en su verdadera perspecti-
va. Al autor le es indiferente que el Profeta de Irán haya nacido hace 2 u
8 mil años; lo que le importa son Sus sublimes enseñanzas. En el Vendi-
dad se dice que Zoroastro nació en la ciudad de Rai, en la casa de Pou-
rushasp del Clan Spitaman, en la provincia de Bactria. El día era Khordad,
en el mes de Fravardin. Antes de Su nacimiento, Su madre Dogdo tuvo
unos sueños en los cuales la misión de su hijo le fue anunciada. Zoroastro
nació con una sonrisa y se dice que Su aura derramaba luz por toda la ciu-
dad de Rai. Esto se debe interpretar de acuerdo con lo que Baba ha expli-
cado en Su mensaje de Navidad que narramos más adelante.
El Fravardin Yasht describe cómo la naturaleza entera estaba jubilosa
por el nacimiento de su Salvador, para gran desconcierto del maligno Du-
rasarun y de su perversa pandilla. Trataron de matar al niño por varios me-
dios, pero a cada intento sus planes fueron desbaratados por intervención
divina.
A la edad de siete años, Zoroastro fue iniciado en los misterios ocultos
de la fe mazdeísta, por Su maestro Kurush y a los 15 años fue investido con
la faja sagrada de esa fe, llamada Kusti y en idioma avesta Aiwyaonghana.
Diez años más tarde, El se retiró a un sitio apartado, para dedicarse a una
profunda meditación y comunión con Mazda y Su plan. Estuvo en reclu-
sión durante otros diez años y en ese período, las Gathas le fueron revela-
das por Dios, en Su conciencia.
Cuando Zoroastro se hubo asegurado de que la revelación que le hizo
Ahura Mazda era bien clara, comenzó Su misión de reformar la fe mazdeís-
ta ya existente en el país de Aryanam Vaejo. Cuando el rey Vistasp abrazó
las enseñanzas de Zoroastro, la Zaratustri Mazdayasnin —el zoroastrismo
mazdeísta— quedó como religión nacional del Irán. Durante muchos años se
practicó en la mayor parte del mundo civilizado e influyó en las enseñanzas
de todas las subsiguientes religiones del mundo. Las enseñanzas de Zoroas-
87
tro fueron inscriptas, por mandato real, en veintiún volúmenes o Nasks y
depositadas en varios lugares. Desgraciadamente, debido a las vicisitudes
del tiempo y a los estragos de la guerra, la mayoría de estos volúmenes fue
destruida. Se salvó apenas una sexta parte de las escrituras, aproximada-
mente, y hoy el zoroastrismo está basado tan sólo en ellas. De todos mo-
dos, uno no debe desilusionarse, pues lo poco que se ha preservado alcan-
za a ser, por lo menos, como un Corán y medio. Asimismo, las propias en-
señanzas de los profetas en las Gathas han sido excepcionalmente bien pre-
servadas (salvo unos pocos capítulos finales) y contienen las palabras pu-
ras e inspiradoras del fundador de esa fe. Aun una mirada superficial a esas
escrituras revela la similitud de sus enseñanzas con las del Sanathana Dhar-
ma. Los textos restantes escritos en lengua avesta son: El Visparad, el Ven-
didad y el Khordeh-Avesta. Los textos escritos en lengua pelvi fueron com-
puestos mucho más tarde o sea, durante los siglos del tercero al décimo
después de Cristo, y consisten, principalmente, en traducciones de los tex-
tos en avesta y de sus comentarios, que dan una imagen levemente distor-
sionada de las enseñanzas originales. Desgraciadamente, los escritores oc-
cidentales han dependido mayormente de los textos escritos en pelvi para
sus interpretaciones del zoroastrismo, y muchos de ellos han sido respon-
sables de las malas interpretaciones que se han hecho de las enseñanzas de
Zoroastro en Occidente. Es mejor estudiar los textos védicos y las Upanis-
hads, que están más cercanos a las Gathas en sus formas de pensamiento y
de lenguaje, que los textos en pelvi.

TEOLOGIA
Los arios que practicaban el mazdeísmo reconocían a un Ser Supremo
al que se hace referencia en el Rig-Veda (i, 164:46) como “la única reali-
dad que los sabios llaman por muchos nombres”. Zoroastro nombró a esa
única realidad, Ahura Mazda.
La primera enseñanza del Profeta, considerada esencial, es que Ahu-
ra Mazda es el único Ser Supremo, el cual se ha manifestado como la ver-
dad. Ahura (asura, en sánscrito antiguo) significa el creador de la vida.
Maz (sánscrito: mah) y la raíz da (sánscrito: dha) significa el creador de la
materia. Así, Ahura Mazda es a la vez el señor de la vida y el creador de
la materia y es idéntico a Shiva, el Purusha no manifiesto y a Shakti, que
es la prakriti o naturaleza manifestada. Zoroastro lo describe como el pen-
sador primordial, manifiesto en la verdad y en la luz (la sabiduría), y tam-
bién como “apaoirim” Mazdam, que significa el primero siempre uno
Mazdam, que es único. Este Ser Supremo no tiene forma y sólo puede ser
visto por medio de la visión interna (Yashna 45:8) y así se concluye que
no puede ser percibido por los sentidos; para experimentarlo dentro del
propio ser, Zoroastro ha mostrado un camino que se sigue a través de los
88
Siete Amesha-Spenta, o sea, los “Santos Inmortales”, que en realidad son
seis y representan los diferentes aspectos del supremo Ahura Mazda, que
junto con El constituyen los llamados Siete Amesha-Spenta y cada uno se
considera un paso en el propio sadhana.
El primer Amesha-Spenta es Ahura Mazda mismo. “Ahu” significa
ser. Es lo mismo que “Yo soy el que soy”, que es la fuente y la meta de to-
da manifestación de vida. El es el verdadero residente del corazón del hom-
bre. Baba ha dicho que un individuo está representado por tres distintas
personalidades: “Lo que otros piensan que es, lo que él mismo piensa que
es y lo que realmente es”. Lo que otros piensan que uno es está en relación
con su apariencia física; lo que él mismo piensa de sí, lo infiere de la per-
sonalidad asociada con su cuerpo, y lo que realmente es, está completa-
mente divorciado de estos dos aspectos evanescentes: El es el “ahu” en us-
tedes, la verdad de todas las verdades, la divinidad en el hombre, que ha de
ser afirmada en todos los momentos. Aham Brahma Asmi (Yo soy Brah-
man) declara la gran sentencia (Mahavakya) védica. En una reunión públi-
ca, Baba se dirige a la asamblea como a Divya-Atma-Svarupalara, que sig-
nifica encarnaciones del divino Atma, y dice además: “No hay ninguna di-
ferencia entre ustedes y Yo; sólo que Yo sé que soy Dios y ustedes lo han
olvidado”. De modo que la palabra “Ahura” indica la fuente de la cual he-
mos venido, la meta a la que debemos apuntar para realizar la verdadera
naturaleza de nuestro propio ser interno, el “ahu” que está separado del
cuerpo. Por otro lado, la palabra “Mazda” apunta al Ser Supremo como al-
go a través del cual el Universo ha sido creado o se manifiesta. Es el naci-
miento de la vida en la materia o, como se explicó en el último capítulo, la
omnipresencia de la divinidad en el Universo manifestado. Así la palabra
“Mazda” indica al Ser Supremo a través de cuyo poder o shakti, el Uni-
verso ha sido creado, mantenido y finalmente será fundido en “Mazda”.
Baba dice: “El hombre tiene que tomar conciencia no solamente de
que es un ser humano, sino también de que no es una bestia”. Esta senci-
lla frase comunica un enorme significado cuando se examina a la luz del
primer Amesha-Spenta. El “ahu” o aspecto divino está implícito en la pri-
mera fase donde se usan las palabras “seres humanos”, y similarmente,
las tendencias bajas del animal están implícitas en la palabra “bestia”, que
son parte integral del complejo de ego-cuerpo. Zoroastro ha enseñado que
Mazda creó el Universo a través de la evolución. En el Avesta se habla de
ello como Fradaiti-Veredaiti, lo que significa progreso tanto en calidad co-
mo en cantidad. El cielo, las estrellas y los astros fueron creados primero
y seguidos por el agua y la tierra. La vegetación creció en la tierra y fue
seguida rápidamente por las formas más simples de animales. El cuerpo
del hombre ha evolucionado a través de las varias etapas animales; por lo
tanto, él es también heredero de los bajos instintos de las bestias de la jun-
gla. Así, el ser humano tiene dentro de sí el latente “ahu” que es divino,
89
pero está separado del cuerpo, y asimismo, tiene a la bestia heredada en el
proceso evolutivo, la cual se encuentra sólo en el cuerpo. Baba ha ense-
ñado que uno no sólo debe afirmar la propia y real naturaleza divina, sino
también recordar y vencer las tendencias bestiales. Este simple ejemplo
ilustra la manera en que el autor ve a las Gathas en Baba y a Baba en las
Gathas.
Habiendo entendido la naturaleza real del hombre y la relación del
hombre con el hombre mismo y el Universo a través de Ahura Mazda, el
aspirante debe pasar al segundo Amesha-Spenta llamado Vohu-Mano, o
sea, el inocente y amante espíritu que es la mente. El control y la purifi-
cación de la mente es un paso muy importante en el propio sadhana, por-
que la mente es usada por el Ser (Ahu) para operar sobre el cuerpo. Baba
dice que Dios es amor, de modo que cultivar una mente amante equivale
a cultivar a Dios. En esta etapa, el aspirante tiene que hacer una distinción
entre amor y lujuria; Baba compara estos sentimientos con una rosa que
tiene espinas en su tallo. La rosa es el amor, las espinas son las tendencias
lujuriosas y ambas se encuentran juntas. Su consejo es que se debe cortar
la rosa sin pincharse con las espinas. Habiendo cortado la rosa del amor,
ésta debe ser ofrecida incondicionalmente a todos los seres inocentes. En-
tonces este atributo se llama Vohu-Mano. Si en cambio, es ofrecida con
miras puestas en ulteriores intereses o imponiendo condiciones, entonces
ya no es Vohu-Mano, sino Ako-Mano o mente inferior. En el oscuro cielo
del corazón, las prácticas como la meditación, el canto de bhajans, el re-
citar el japa (la repetición de uno de los nombres de Dios), el realizar ac-
tos de servicio y de caridad —como dar de comer a los pobres— o llevar
a cabo cultos, sacrificios y oraciones, se asemejan a puntitos de luz, simi-
lares a las centelleantes estrellas en el cielo. Baba dice que la oscuridad de
la ignorancia persistirá hasta que la lámpara del amor sea encendida por el
aspirante. Será como la Luna que derrama la fresca y confortante luz de la
sabiduría e ilumina el cielo del corazón. Como la Luna llena, la mente de-
be estar llena de vohu (amor) y entonces sus rayos serán frescos e ilumi-
nadores a semejanza de los de la Luna. En el Yashna 50:11 se dice:

“Data angheush aredat Vohu Manangha”.

Lo que significa: “Las leyes de la vida se cumplen por medio de


Vohu-Mano”. Ahora bien, ¿cuáles son esas leyes de la vida? Las que nos
revela el siguiente Amesha-Spenta, Asha Vahishta.
Es difícil traducir el término Asha, porque tiene varias connotaciones.
La palabra más cercana que se le ocurre al autor es el dharma. Este Asha
es el cimiento de las enseñanzas de Zoroastro. Vahishta significa más alto.
Quiere decir el más alto dharma, o sea, la ley eterna de Dios, la cual abar-
ca todas las virtudes que se basan en la verdad y se manifiestan en pensa-
miento, palabra y acción. Cuando una idea pura emana del corazón es san-
90
kalpa o ritha o voluntad divina; cuando se manifiesta por medio de la pa-
labra es la verdad y cuando se lleva a la práctica es el dharma. Este es el
camino real de Asha, seguido a través del Vohu-Mano. En el Yashna
60:12, el aspirante que va por este camino dice: “Por medio del Asha
Vahishta, haz que obtenga una vislumbre de Ti, que pueda ser llevado a
Ti y que yo pueda estar en unión contigo”. El libro de Yashna termina con
la sentencia: “Solamente hay un camino, el camino de Asha; todos los de-
más son falsos”.
Baba ha explicado que, antes de que un aspirante emprenda el cami-
no espiritual, todo su karma consiste en una maraña de deseos materiales
que son como ataduras en su naturaleza. Este tipo de karma se llama mo-
hakarma. Sin embargo, cuando surge el amor en el corazón del devoto, to-
das sus acciones se transforman en actos de dedicación al Ser Supremo, y
su karma es calificado como dharmakarma. Cuando esa actividad es con-
firmada y consolidada se conoce como brahmakarma; entonces, la indivi-
dualidad del ego se pierde y el devoto se dedica sólo a realizar aquellos
actos que el Atma anhela y disfruta. El amor requerido para transformar
los actos egoístas en actos altruistas no puede surgir, a menos que el hom-
bre aprenda a practicar el desapego y el renunciamiento. A este respecto,
Baba relata la historia de Zoroastro: “Un día, Zoroastro le dijo al príncipe
de Irán: ‘Ve, enciende la llama de esa lámpara que se encuentra allá’. La
lámpara no pudo ser encendida porque la mecha estaba mojada. Entonces
Zoroastro explicó: ‘Tu mente está tan empapada de deseos que no puede
recibir la sabiduría que necesita; sécala al sol del desapego. Deja de satis-
facer los sentidos y de alimentar los deseos que te persiguen’. Apartar los
sentidos de los objetos externos y renunciar al deseo de recibir los frutos
de las propias acciones es el paso más elemental que se debe dar en cual-
quiera forma de práctica espiritual. Esto se confunde a menudo con la re-
nuncia a toda acción, y es un error. Lo que se requiere es sólo renunciar a
los frutos, no a la acción misma. Los deberes, el trabajo y las responsa-
bilidades de uno deben ser ejecutados sin compromiso. Ese es el camino
de Asha”. Ni Zoroastro ni Baba aconsejan dejar el hogar y refugiarse en
una selva apartada o en la fortaleza de un retiro en la montaña. Puede uno
retirarse ocasionalmente por corto tiempo para “recargar las baterías espi-
rituales”, pero regresar al “salón de examen” es absolutamente necesario.
La vida diaria de uno es el salón de examen mismo, y el período de exa-
men se extiende desde el nacimiento hasta la muerte. El Ser que reside en
el corazón es el Examinador, el “Ahu”. Los exámenes se verificarán mien-
tras el aspirante siga, por su ignorancia, haciendo la distinción entre sí
mismo y el Ser. El día que trabe conocimiento con el Examinador, ya no
habrá nadie que deba examinarlo y todos sus trabajos cesarán. El exami-
nado y el Examinador son uno. Tal es la sabiduría que nace del camino
de Asha. Baba entona un bellísimo canto lleno de sabiduría divina que in-
dica ese mismísimo sendero. Está formado por cuatro palabras: “sathya
91
jñanum anantham Brahma”. Quiere decir que el fin de la sabiduría a través
de la verdad es la realización del Supremo. Si la indagación en la naturale-
za del ser —explicada en el capítulo anterior— era el alfabeto espiritual,
entonces la primerísima letra, o sea, la “A” de ese alfabeto sería la prácti-
ca del desapego como primer paso. La última letra, “Z”, significa Zravane
akarena, un estado descripto en el Avesta como la situación existente antes
de que Dios se manifestara como el Universo, o sea, el estado del “Supre-
mo Inmanifestado Brahman”. Literalmente, significa la tranquilidad amor-
fa de la eternidad, sin principio ni fin. Así, la última letra “Z” indica la me-
ta y consumación final de todos los esfuerzos: Aham Brahma Asmi.
El cuarto Amesha-Spenta se describe en la primera línea del Yashna
51:1 como Vohu-Kshathrem-Vairim. Significa el poder amante, precioso
y divino. Es una bendición transmitida por Mazda a todos aquéllos que
tengan un impulso dedicado a reunir Asha. En virtud de ese poder (la gra-
cia), el aspirante adquiere la capacidad de gobernar como soberano en to-
do su reino interno. Lenta pero seguramente, el mezquino ego es elimina-
do en virtud de su gracia. Así, cualquier trabajo que el aspirante haga es
como una ofrenda de su amante servicio al Señor residente no sólo en los
seres humanos sino también en los animales. Sólo una persona con una
mente verdaderamente amorosa se abstendrá de hacer daño a los anima-
les. En la teología avesta posterior, Vohu-Mano es llamado el ángel guar-
dián del reino animal.
Los tres aspectos restantes o Amesha-Spenta no son muy claros y la
mención que se hace acerca de ellos en las Gathas es muy breve en com-
paración con los otros cuatro. Se describen más o menos como dones de
gracia que acumula el aspirante al andar por el sendero de Asha Vahistha.
Sus nombres son Spenta-Armaiti, Haurvatat y Ameretat.
En el Yashna 32:2 se dice que la gloria Spenta-Armaiti es una virtud
estrechamente asociada al Asha, y en el Yashna 45:4, se hace referencia a
ella como la hija de Mazda y es comparada con la sabiduría de Asha. Es
considerada como algo residente en el corazón del hombre (Yashna 28:3),
y se dice que el ser progresará gracias a la bondad de Armaiti (Yashna
30:7). Después de penetrar en el espíritu de las Gathas, el autor la define
como el don de Generosa sabiduría nacida de la piedad y de la devoción
que otorga Ahura Mazda al seguidor del sendero de Asha. El aspirante ad-
quiere, como resultado de ese don, paz completa y ecuanimidad (shanti).
Su sabiduría y piedad innatas le permiten evitar los efectos que causan los
altibajos de la vida porque los ve como realmente son: algo como una obra
teatral en un acto; un espectáculo pasajero. Con su mente llena de paz, el
aspirante está maduro para recibir la gracia de Khurdad-Haurvatat. Eso sig-
nifica la dulzura de la perfección. En ese estado, su visión contempla sola-
mente al Uno y como consecuencia de esa visión divina, irradia amor. La
dualidad (dvaita) ha cesado de existir en él y así ha logrado la perfección.
92
Aquí, el autor recuerda una historia de la vida de Sri Ramakrishna.
Una vez en Dakshineshvar, un santón se paró fuera de los recintos del ash-
ram y cantó un bello himno a Kali. Ramakrishna quedó muy complacido
y le comentó a uno de los devotos que estaba sentado junto a él, que ese
sadhu que cantaba era muy piadoso y tenía un alma avanzada. El devoto
corrió a pedir enseñanzas a ese sadhu. Sin embargo, quedó muy asombra-
do cuando vio que el sadhu, esa alma tan avanzada, tenía un brazo alrede-
dor del cuello de un perro callejero y ambos estaban comiendo del mismo
plato. El devoto se acercó a él con la debida reverencia y le pidió una en-
señanza. El sadhu apuntó hacia un charco de agua sucia que había en el
borde de la carretera y también al río Ganges que fluía cerca y le dijo: “El
día en que tomes conciencia de que no hay ninguna diferencia entre el
agua del charco y el agua del Ganges, estarás liberado”.
El estado de inmortalidad o Ameretat es el don final de Su gracia. El
aspirante es un alma liberada que ya no tiene necesidad de un cuerpo físi-
co, pero sigue alentando en uno para cumplir con Su voluntad. Es un es-
tado de bienaventuranza o ananda completo y, de acuerdo con Baba, pue-
de ser disfrutado sólo durante veintiún días. Después de ese lapso, el cuer-
po muere y el alma se libera o bien la persona que disfruta de ese estado
de samadhi tiene que descender a un nivel más bajo de existencia, si es
que desea continuar su vida en un cuerpo físico.
Así encontramos que los cuatro pilares del Sanathana Dharma: Sathya,
Dharma, Shanti y Prema están contenidos en las enseñanzas poéticas de los
Amesha-Spenta. Cualquier persona zoroastriana o no que desee ver a un
ser viviente con alguna de las Amesha-Spenta, puede lograrlo observando
a Baba, pues El las ostenta todas. El autor ha visto todas las Amesha-Spen-
ta en el Ser de Baba.
Baba ha declarado que se puede alcanzar a Dios practicando diaria-
mente cualquiera de los pilares del Sanathana Dharma. “Tan pronto como
pongan en práctica alguno, los otros tres les serán conferidos automática-
mente y entonces me alcanzarán”.
Se ha mencionado antes, que las enseñanzas de Zoroastro fueron
compiladas en veintiún Nasks. Esos Nasks fueron denominados de acuer-
do con las veintiuna palabras de la sagrada oración Ahuna-Vairya. Esos
Nasks fueron divididos en tres clases, de siete volúmenes cada una. La pri-
mera contenía las Gathas con sus enseñanzas espirituales superiores. La
segunda estaba relacionada con la filosofía, con las ciencias y también con
alguna materia ritual. La tercera trataba del código de ética y de las leyes
de vida. La primera línea de la oración Ahuna-Vairya se dice que corres-
ponde a un aspecto teológico de las Gathas; la segunda línea a la filosofía
y a la ciencia, y la tercera a la ley. Sin embargo, leyendo las tradicionales
versiones en inglés de esta oración, el autor ha encontrado que no es así.
La Ahuna-Vairya es considerada como la palabra de sacrificio que surgió
de Ahura-Uno con la ley eterna (Yashna 29:7). La PALABRA de Ahura co-
93
mo Om debe abarcarlo todo. Las versiones en inglés que encontró el autor
son más bien insípidas: declaran unas pocas verdaderas a medias que no es-
tán en consonancia con la dignidad o el grado de importancia dado a la PA-
LABRA de Ahura Mazda por Zoroastro en el Yashna 29:7. Por lo tanto, de-
cidió profundizar en el significado más recóndito de la oración y a la luz de
las enseñanzas de Baba ha descubierto una versión que no solamente está
en consonancia con una dignidad que abarca todo y es aplicable a la PALA-
BRA de Ahura Mazda, sino que las líneas están también de acuerdo con el
contenido interno de las tres clases originales de los veintiún Nasks, tal co-
mo habían sido clasificados originalmente. La versión del autor se incluye
al final, después de la versión tradicional en inglés. Aun la versión tradi-
cional varía de un autor a otro, ya que cada cual incorporaba su propio pen-
samiento, con poco respeto por las palabras avestas originales. El texto en
castellano*, más cercano a las palabras avestas, es transcripto después de
la oración para que el lector pueda interpretar, él mismo, el significado sin
ser influido por partes interpoladas.

AHUNA-VAIRYA o EL AHUNVAR
1. “Yatha Ahu vairyo
“atha Ratush Ashat-chit hacha;
2. “Vangheush dazda manangho
“shyaothnanam angheush Mazdai;
3. “Khshathrem-cha Ahurai a
“yim dreghubyo dadat vastarem”.

YATHA, como; AHU, Ahura, Señor, Ahu interno; VAIRYO, omnipotente,


poderoso;
ATHA, así; RATUSH, gurú, maestro espiritual; ASHAT, Asha;
CHIT, reserva;
HACHA, en virtud de, por medio, en razón de;
VANGHEUSH, Creación amable o divina perteneciente a la vida; DAZ-
DA, don;
MANANGHO, mente;
SHY AOTHNANAM, acción, acto, manifestación; ANGHEUSH, de la vi-
da, creación;
MAZDAI, Creador de la materia, Creador del Universo, aspecto de Shak-
ti o potencia;
KHSHATHREM, Fuerza divina, poder divino, autoridad divina; CHA, y;
AHURAI, Ahora, Señor; a, en, hasta, cerca de, contra;

* En inglés en el original.

94
YIM, quien; DREGHUBYO, humilde, manso,
DADAT, se vuelve, hace; VASTAREM, protector, salvador.

Versión tradicional:

1. Como el Soberano del Universo es absoluto en Su voluntad, así lo es


el Supremo Maestro en Su pureza.
2. Quienquiera que haga buenas acciones y las ofrende al Señor, merece
el don de una mente benévola;
3. Quienquiera que abrigue a los necesitados, recibirá autoridad del Se-
ñor de la existencia.

Traducción literal:

1. Como Ahura (es) omnipotente.


Así (lo es) el gurú por su reserva (de) Asha;
2. La amante creación (es un) don (de) la mente. El acto (de) creación
(es) Mazda;
3. Y la fuerza divina (de) Ahura le será dada a quien humildemente se
vuelva (un) protector.

El autor ha hecho una traducción sencilla y sin adornos, que despeja


el camino para el significado interno del Ahunvar.
Como la PALABRA o el Ahunvar vino originalmente de Ahura Mazda,
es obvio que ya existía en el momento de la creación; la palabra Ratush
no significa ningún maestro o gurú particular. Sin embargo, si uno acepta
el término “gurú” en su significado de “despejador de la oscuridad”, en-
tonces como Baba ha dicho, el verdadero gurú está dentro del corazón del
aspirante. Cuando se acumula una cantidad considerable de Asha o, por
así decirlo, un saldo bancario espiritual positivo al andar por ese sendero,
entonces la oscuridad de la ignorancia se ahuyenta y la realización surge
porque el Ser (el gurú) es el mismo omnipotente Ahura. Baba enseña esta
sublime verdad como “Tat Tvam Asi”, que significa “tú eres aquello”. La
primera línea del Ahunvar revela la más alta verdad divina contenida en
las Gathas y en los Vedas. Esa misma verdad está contenida en el Mensa-
je Divino que Baba envía en este libro. La segunda línea trata sobre filo-
sofía y ciencia. Se da a entender que la creación es proyectada por la men-
te. Ahí se revela el secreto de la creación total y Baba nos lo prueba ma-
nifestando Su kala de srishti o creación. El puede crear cualquier objeto
material, a voluntad. No es de extrañarse, entonces, cuando Baba dice: “El
Universo está en la palma de Mis manos”. Se dice además que el acto o
hecho de la creación es Mazda. Con Mazda se quiere decir el aspecto de
shakti del Señor, la energía divina que es la base de toda materia. Esto fue
95
explicado en el capítulo anterior. La segunda línea revela que la creación
ha venido de Dios y Dios se manifiesta en Su creación. En verdad, éste es
el secreto de la creación. La tercera línea declara que la fuerza divina de
Ahura irá en ayuda de aquél que se vuelve un humilde protector. Ahora
bien, ¿qué es lo que Dios quiere que protejamos? La respuesta es Asha, la
ley eterna. Asha Vahishta, el más alto dharma. Y aquél que protege el Asha
es protegido por la fuerza divina de Ahura. Se encuentra un eco de esto en
el lema de los colegios de Baba. Dice: “Dharmo rakshathi rakshitha; Sath-
yanaasti paro Dharmah”. El dharma protege a quienes protegen (se adhie-
ren) al dharma. No hay dharma más alto que la verdad.
Mientras la primera línea del Ahunvar revela la más alta verdad con-
tenida en todas las religiones, la segunda descubre el secreto de la crea-
ción. La tercera señala a la humanidad el camino que ha de seguir para lo-
grar su salvación: el sendero de Asha. Así, por la gracia de Baba, el autor
aprendió el secreto del Ahunvar.

FILOSOFIA
Zoroastro expuso la filosofía de Su religión en el Yashna 30:1-5. El
habla en el primer verso de los “Dos” que han sido creados por Ahura Maz-
da. En el segundo, le pide al hombre que ponga atención a la más alta ver-
dad y usando su mente iluminada haga una elección entre los dos senderos.
En los tres versos restantes se describe la naturaleza dual del Universo.
Los dos espíritus creados inicialmente están descriptos como geme-
los, que son lo opuesto uno de otro en pensamiento, palabra y acción. Se
llaman comúnmente Spena-Mainyu (espíritu creciente) y Angra-Mainyu
(espíritu decreciente). Uno es bueno, el otro es malo y sólo el sabio es ca-
paz de elegir. El acto mismo de creación ha dado nacimiento a dichos ge-
melos y siempre se revelan como trabajadores en colaboración recíproca
para cumplir el objeto mismo de la creación. Pueden ser comparados con
las dos caras de una moneda que comenzaron a existir simultáneamente en
el momento en que ésta se acuñó. Una moneda no lo sería si faltara una
de sus caras. Similarmente, la dualidad de los opuestos es la mismísima
naturaleza del Universo manifestado, y como el cuerpo humano es parte
de este Universo, tiene que participar también de estos gemelos opuestos.
Baba dice: “El placer es una pausa entre dos aflicciones”. Tener placer es
recibir también la herencia de aflicciones y si uno desea rechazar ese le-
gado de aflicciones entonces tiene que controlar sus deseos por el placer.
Los gemelos se experimentan mientras uno esté dedicado al egoísmo y
cuidado de su cuerpo, pero al comprender la verdad contenida en la pri-
mera línea del Ahunvar, estos dos gemelos pueden ser superados por el
hombre que de esta manera puede escapar al nacimiento y a la muerte. Por
lo tanto, la reencarnación es una consecuencia natural de la ignorancia del
96
propio ser y el resultado de consentir deseos realizados o no, que se rela-
cionan con los espíritus gemelos. En el Yashna 43:5, se declara que todos
los actos y palabras darán frutos: malos por malos y buenos por buenos.
Los frutos deben ser saboreados sólo cuando las acciones que los generan
se hayan realizado con un espíritu de desapego y de renuncia. La mente
puede forjar estas cadenas gemelas de esclavitud o disolverlas, según el
sendero que siga.
Zoroastro declaró en el Yashna 51:12, que es posible para el hombre
lograr su salvación en una sola vida si sigue el sendero de Asha y cultiva
el Vohu-Mano. El dice:

“En el lapso de una sola vida en la Tierra


“pueden alcanzar la perfección las almas fervientes,
“ardientes en su celo y sinceras en su trabajo.”

Sin embargo, Zoroastro declara también en el Yashna 49:11, que la re-


encarnación en la “morada de la falsedad” es necesaria para las almas cuya
luz interna continúa siendo baja y que todavía no han contemplado la luz de
la verdad. La morada de la falsedad es nuestra Tierra. En verdad, Zoroastro
alaba al Señor y dice: “El, en Su plan, ha creado para nosotros tanto lo bue-
no como lo malo” (Yashna 45:9). Baba nos enseña que las pruebas, los pro-
blemas y tribulaciones deben ser acogidos y utilizados para acercarnos más
y más a Dios. No es posible para la humanidad escapar de ellos.
Mientras la teología zoroastriana es estrictamente monoteísta, su filo-
sofía es dualista y su ética está basada en la trilogía de los buenos pensa-
mientos, buenas palabras y buenas acciones en la conducta diaria. Ahim-
sa o No violencia es mencionada en el Yashna 48:7:

“Mantén alejado de ti el odio, no dejes que nadie


tiente tu mente para que actúe con violencia;
apégate al amor.”

Sin abandonar la violencia, es imposible establecer la hermandad del


hombre y la paternidad de Dios, basada en la sabiduría, el amor y el servicio.

El Fuego Sagrado:

En el Atarsh Niyaesh, el símbolo del fuego está representado como la


personificación del hijo de Ahura Mazda, y en el Yashna Haptanghaiti
36:6, como el bello cuerpo de Dios. Estas referencias no se hacen en rela-
ción con el fuego físico real, sino con la chispa divina o fuego interno del
hombre y por lo tanto, el fuego es considerado nuestro maestro o gurú in-
terno. “Gu” significa oscuridad y “Ru” significa eliminador o destructor.
97
La palabra quiere decir, entonces, aquél que destruye la oscuridad de la ig-
norancia. El fuego o agni destruye y quema la ignorancia (ajñana) por me-
dio de su propio fulgor que ilumina dentro del corazón.
El fuego en su aspecto latente está contenido dentro de todas las for-
mas presentes en el Universo. Es la energía divina, el aspecto de Shakti
que está en la raíz de toda la Creación, y se deriva de Mazda. Por lo tan-
to, en el Yashna 62, el fuego es llamado “Atar, el hijo de Ahura Mazda”,
y en todos los textos avestas está siempre concebido como la chispa in-
terna. El fuego vital del Sol y aquél que penetra toda la Creación se llama
Ushatana. Cuando la forma creada se destruye y vuelve a sus elementos,
el Ushatana regresa al Sol. Baba, una vez, explicó al autor cómo se efec-
túa un intercambio constante de emanaciones entre nuestros cuerpos, el
Sol y la Tierra, del cual los científicos no saben nada. El fuego presente en
el reino vegetal está descripto como Urvazishta; el que se encuentra en el
reino animal, como Atar Spenishta. Aquí, son equiparados la fuerza vital
contenida en la semilla y en el esperma.
En el Yashna 34:4, Zoroastro dice:

“Tu fuego interno, Ahura, ver


“Anhelamos —El arde poderosamente a través de la verdad;
“El tiene Tu fuerza; nuestra esperanza y meta El es,
“El alumbra a los fieles claramente, durante toda la vida;
“Pero, oh Mazda, en los corazones de los infieles,
“El ve el mal con una sola mirada.”

El fuego físico no es sino un símbolo externo de ese fuego interno.


Dios es en esencia amorfo y así lo es también el fuego. Cuando un zoroas-
triano adora al fuego, está adorando a ese fuego interno contenido dentro
del simbólico fuego físico externo.
En los templos zoroastrianos, el fuego se mantiene ardiendo constan-
temente. El más alto de esos templos es el llamado Atash-Behram, en el
cual el fuego es atendido por un sacerdote ordenado en la fe zoroastriana,
que ha seguido ciertas disciplinas y ha logrado tal capacidad para realizar
su trabajo que puede llevar a cabo todas las ceremonias religiosas, por ele-
vadas que sean. Sólo él puede entrar al sancta sanctórum interno en el cual
el fuego está instalado. La consagración de un nuevo Atash-Behram es un
proceso que tarda casi un año en realizarse. Se requieren alrededor de
treinta y dos sacerdotes para la ceremonia y se reúnen fuegos de dieciséis
fuentes diferentes que se filtran por medio de varios rituales de purifica-
ción. Las fuentes de las cuales se obtienen las diferentes clases de fuego
varían. Hay fuego producido por un relámpago, para la consagración de
una forma de fuego. Los otros dos grados de fuego son el Atash Adaran y
el Dadgha, que se denomina regularmente Agiari. La consagración de esos

98
tipos de fuego no es tan complicada como la que se hace en el Atash-Beh-
ram. Sin embargo, las más altas ceremonias y rituales se realizan sólo en
el Dadgha; usualmente, uno o más de ellos está anexado a un Atash-Beh-
ram o un Adaran.
La Letanía del Fuego, Atarsh-Niyaesh, dice en el parágrafo 16 que el
fuego mira a las manos de todos aquéllos que se acercan a él y pregunta:
“¿Qué ha traído el amigo caminante como dádiva al amigo que está aquí
sentado?”. El amigo sentado es el fuego interno, y el amigo caminante es
el cuerpo que sale al mundo externo. Todas las acciones que realiza el
cuerpo deben ser dedicadas al amigo interno, y los frutos de esas acciones
no deben ser deseados por el individuo. Al ofrecer todo a ese amigo inter-
no, uno emerge grandioso y divino. Esto es lo que enseña Baba.
El fuego físico externo del templo es alimentado con madera de sán-
dalo. El reino vegetal es considerado puro y sátvico; por lo tanto, la ma-
dera se estima como una ofrenda digna para el fuego consagrado. Simi-
larmente, como el cuerpo es el templo del amigo sentado, debe también
ser nutrido con alimentos sátvicos y no con materia animal. Si es impera-
tivo que el fuego consagrado sea alimentado con ofrendas sátvicas, en-
tonces es lógico que igualmente importante será que el cuerpo consuma
sólo productos sátvicos puros. El alimento animal está coloreado por el ra-
jas y despierta cualidades apasionadas y rajásicas en la mente, que no son
muy conducentes al progreso espiritual o a la adquisición de la paz. El al-
cohol produce tamas —una cualidad como la pureza y que es mucho peor
que la actividad rajásica— y por eso es absolutamente esencial para todos
los aspirantes espirituales, abstenerse de “darle a la botella”. Nadie en su
sano juicio pensaría o siquiera soñaría con profanar el fuego sagrado de
un templo ofreciendo cadáveres de animales para ser quemados en lugar
de madera de sándalo; y, sin embargo, la mayoría de los zoroastrianos de
hoy no tienen ningún reparo en profanar su propio “templo”, consumien-
do grandes cantidades de despojos animales acompañados de licor. Si uno
deja de atender su fuego interno con el cuidado que requiere y con una ac-
titud mental pura y amorosa (Vohu-Mano), entonces, toda la devoción y
cualquier homenaje que sea dedicado a Atar simbólicamente será sólo de
la boca para afuera y los resultados se puede saber de antemano que serán
nulos. Sin alcanzar el grado necesario de pureza, ¿cómo puede alguien
practicar Asha Vahishta? La mente es afectada por todo lo que los senti-
dos le transmiten a través de los cinco puntos de entrada. Baba ha dicho
que por alimento sátvico se entiende no sólo lo que uno come, sino tam-
bién una visión sátvica, un lenguaje sátvico, un oído sátvico, acciones
(tacto) sátvicas y fragancia sátvica. No es nada fácil lograr el completo
control sobre la mente y los sentidos, sin seguir una disciplina estricta. El
“yo” que impulsa a uno a pensar, hablar y actuar no es sino un reflejo de
la divinidad misma, como el Sol que se refleja en cualquier parte donde
99
haya agua. Baba dice: “El reflejo depende de la condición del agua. Cuan-
do el reflejo proviene de agua lodosa, decimos que la persona es tamási-
ca, lerda y perezosa, que ama la oscuridad y se regodea en su ignorancia.
Cuando el Sol se refleja en aguas oscilantes o agitadas, la persona es rajá-
sica, apasionada, aventurera, emocional. Cuando el Sol se refleja en agua
clara, calma y límpida, la persona es sátvica: tranquila, imperturbable, lle-
na de paz y de felicidad internas, y sus acciones serán impecables y pu-
ras”. El fuego sagrado debe utilizarse para purificar el cuerpo, la mente y
el alma, a través de varios rituales y prácticas, de manera que el Hijo de
Dios —Atar— pueda ser entronizado en un corazón puro.

La Ceremonia de Navazote:
Navazote significa la iniciación de un niño parsi, varón o hembra, en la
religión de Zoroastro. Este ritual se lleva a cabo usualmente, de los siete a
los quince años de edad. Nava quiere decir nuevo, y Zaotar (avesta) igual a
Hotr (sánscrito) significa un sacrificador, es decir, un adorador; uno que
ofrece oraciones. Así, el nuevo iniciado pasa por la ceremonia de investi-
dura con la sagrada camisa blanca, Sudrah (Vohu-Man-Avestravat, que en
avesta significa la mente amante) y con el hilo sagrado, Kusti (Aiwyaong-
hana en avesta, que significa amarrar). El niño o la niña se hace entonces
responsable de la tarea de ofrecer oraciones y de observar otros ritos y cos-
tumbres religiosos. Es un antiguo ritual ario que también persiste entre los
hindúes, conocido como la ceremonia de Upanayanam que se practica en la
India y consiste en investir al niño del “Cordón Sagrado” o Yagnopavitam.
El Sudrah es hecho de blanquísima tela de algodón. En el Meher
Yasht se declara que el blanco es el emblema de la fe zoroastriana y, por
lo tanto, todos los parsis llevan traje blanco durante los actos ceremonia-
les. El Sudrah está compuesto de dos partes separadas que se juntan co-
siéndolas a los lados. Simbolizan el pasado y el futuro. El presente está re-
presentado por el gran cuello en forma de “V” que se coloca en el centro,
con el Girdo y el Giriban. El Girdo es un recordatorio constante de los de-
beres y responsabilidades que debe asumir el que lo lleva, como zoroas-
triano, y el Giriban que está situado en la cúspide de la “V” y que también
es conocido como el “bolsillo de las buenas acciones” significa, como su
nombre lo indica, que deben acumularse las buenas acciones que se reali-
cen cada día para que uno pueda volverse tan puro y blanco como la ca-
misa misma. El Sudrah se debe llevar pegado al cuerpo.
El Kusti es de blanca lana de oveja, lo cual significa inocencia y gen-
tileza. Está tejido con setenta y dos hilos de lana, como una estrecha me-
dia que termina en tres borlas de veinticuatro hilos cada una. El número
de hilos está asociado con el número de capítulos que forman el Yashna.
La primera parte de la ceremonia consiste en oraciones preparatorias,
100
Baba confiriendo a un iniciado zoroastriano “dos veces nacido” el Yag-
nopavitam o cordón sagrado de los brahmines, después de la Ceremonia de
Navazote. “La confianza en el propio Ser es lo mismo que la fe en Dios. Por
lo tanto, no hay ateos o incrédulos. No aprecio ni en forma mínima la distin-
ción entre los diferentes aspectos de Dios. No hay ninguna necesidad de cam-
biar de Dios —el que ya habían elegido— porque me hayan visto y oído a Mí.”
BABA
baño sagrado y bebida sagrada, para que el neófito esté bien dispuesto a
recibir las bendiciones celestiales. La ceremonia en sí comienza cuando
el sacerdote oficiante recita las oraciones prescriptas para ese momento,
mientras el niño sostiene el Sudrah y recita también las oraciones junto
con el sacerdote o bien, simplemente repite el Ahuna-Vairyo. El iniciado
es entonces ofrendado con el Sudrah y con el Kusti, después de que ha
repetido la confesión de fe con que acepta la religión zoroastriana por li-
bre elección. El Kusti se ata alrededor de la cintura, en tres vueltas, dos
nudos al frente y dos al dorso. Los artículos de fe son pronunciados a
continuación por el sacerdote y el iniciado. La ceremonia concluye cuan-
do el sacerdote iniciador derrama las mayores bendiciones augurando sa-
lud, riqueza y prosperidad para el niño, esparciendo arroz y pétalos de ro-
sa sobre su cabeza.

Significado interno del sagrado Kusti:


1. El Kusti es como un lazo entre el portador y Ahura Mazda, que es la
fuente de donde proviene y que lo vuelve a atar a Dios. Religión signi-
fica volver a atar (re-ligare) y el Kusti es la religión misma. En el Hom
Yasht, Zoroastro dice: “Oh, Ahura Mazda, el Kusti estrellado hecho
con el sagrado Mainyush es la religión Mazdayasnin”. Este lazo guía al
que lo lleva, por el camino real de Asha, y aquél que se adhiere a Asha
está protegido por él, hasta que alcance la meta como aspirante.
2. El Kusti se enrolla tres veces alrededor de la cintura. La esencia de la
ética zoroastriana está comprendida en esas tres vueltas: Humata,
Hukhta y Havrashta que quieren decir buenos pensamientos, buenas
palabras y buenas acciones.
3. Los dos nudos frontales recuerdan al portador que ha aceptado las en-
señanzas de Zoroastro y que deberá sacrificar su vida diaria en el
cumplimiento de las enseñanzas y leyes establecidas por El. El tercer
nudo simboliza la lucha entre los “espíritus gemelos”, Angra-Mainyu
y Spena-Mainyu, el alma individualizada que constantemente es con-
frontada por estos dos espíritus dentro del propio ser. Baba ha dicho
que la batalla de Kurukshetra debe ser librada dentro del propio ser.
Spena-Mainyu, el alma individualizada que constantemente es con-
frontada por estos dos espíritus dentro del propio ser. Spena-Mainyu
representa a los Pandavas y Angra-Mainyu a los Kauravas, el bien y el
mal. Cada individuo libra esta batalla día tras día, durante toda su vi-
da; y el resultado es muy importante para el sujeto en cuestión, porque
si la gana, habrá logrado el propósito de su vida. El Sudrah y el Kusti
proporcionan los medios para obtener esa victoria. El cuarto y último
nudo indica al portador, quien debe tener plena confianza y fe en Dios.
102
En otras palabras, significa entrega total. Eso no incluye la entrega de
los bienes mundanos, puesto que no es posible dar a Dios cosas que ya
le pertenecen. Baba ha dicho que el Universo ha sido creado por Su
mandato y para Su placer. “¿Qué pueden ustedes darme que Yo no po-
sea ya?”. Por eso la palabra entrega significa realmente la entrega del
“yo” al Ser Supremo, por medio de la práctica del sadhana.
4. Cada uno de los extremos de un Kusti representa, respectivamente, el
alma individualizada del iniciado y el Alma Suprema Universal, o sea
Dios: el Jivatma y el Paramatma. Las seis borlas representan los seis
Amesha-Spenta. Cuando se ata el Kusti alrededor de la cintura, se re-
presenta con eso la fusión del iniciado en el Ser Supremo por medio
de los seis Amesha-Spenta, que son la esencia final de los hilos (capí-
tulos) del Yashna.

Hoy en día, ese bellísimo y sublime símbolo ario de religión se ha de-


jado de usar por la mayoría de los llamados zoroastrianos, particularmen-
te por las mujeres que a causa de la ignorancia de los verdaderos valores
de la vida lo han sacrificado para conciliar a los dioses de la “moda”. No
se consideraría deshonroso renunciar a la propia religión, pero sí se con-
sidera muy vergonzoso que una porción del Sudrah o Kusti se vea por de-
bajo del traje. El autor ha visto a los hijos de tales padres, crecer sin bases
sólidas que los sostengan en la vida. Habiendo abandonado la religión,
han perdido el camino que los habría llevado a salvo de la selva del ad-
harma que anda desenfrenado ahora por todas partes. Por lo tanto, es im-
perativo que las jóvenes parejas zoroastrianas reconozcan esta verdad y la
pongan en práctica en sus vidas diarias antes de que sea demasiado tarde,
cuando enfrentan a la muerte cercana.
En enero de 1975, Baba le pidió al autor que lo acompañara a la casa
de un devoto parsi cuyo hijo iba a participar en la ceremonia de Navazo-
te ese día. Cuando Baba llegó, la ceremonia ya había terminado y todos
estaban esperando ansiosamente su presencia. Después de los saludos pre-
liminares acostumbrados, Baba sostuvo una pequeña charla sobre temas
adhátmicos, con el sacerdote oficiante Dastur Mino cher Homji. Las cere-
monias del Upanayanam, del Gayatri Mantra y del Gayatri zoroastriano
fueron todas objeto de discusión. Finalmente, Baba le preguntó a Sri Mi-
nocher Homji, si él pondría alguna objeción a que Baba invistiera también
al nuevo iniciado zoroastriano con el sagrado Yagnopavitam. Al recibir la
seguridad de que no habría ninguna objeción que hacer, Baba materializó
el cordón sagrado y El mismo lo amarró alrededor de la cintura del niño
junto con el nuevo Kusti. El autor se acordó de la juventud de Baba en Su
anterior cuerpo, cuando solía adorar el Lingam en una mezquita y recitar
el Corán en los templos hindúes. Con ese acto de investidura de un niño
zoroastriano con un cordón sagrado (Yagnopavitam), Baba había derrum-
103
bado todas las barreras artificiales de casta, creencia y religión entre un
pueblo y otro. ¿No dice El “todas las religiones son mías?”, ¿y acaso no
insiste en que en Sus clases de Bal Vikas a los niños se les enseñen todas
las religiones en igual medida? El autor ha observado que Baba siempre
practica lo que enseña y espera que Sus devotos hagan lo mismo. En ver-
dad, Su forma de vida es Su mensaje.
La celebración de Mahashivaratri, en marzo de 1973, fue tranquila y
apacible en el refugio de animales de Bandipur. A la hora del crepúsculo,
Baba descendió por una carretera selvática hasta un lugar arenoso en el le-
cho de un río que había sido escogido previamente, durante el día, como
el sitio apropiado para la ceremonia del Mahashivaratri. Al pasar por un
arbusto cortó dos ramitas, colocó una sobre la otra y preguntó a un devo-
to norteamericano: “¿Qué es esto, Hislop?”. Hislop respondió que era una
cruz. Baba entonces cubrió con Su mano las ramitas, sopló sobre Su ma-
no durante un momento, y cuando la abrió apareció en ella una figura de
Cristo crucificado. Baba se la dio a Hislop y dijo: “Esta cruz muestra a
Cristo como realmente estaba en el momento de dejar Su cuerpo, y no co-
mo los escritores y artistas lo han imaginado. También la madera es de la
verdadera cruz sobre la cual Cristo fue crucificado. Encontrar un pedazo
de esta madera después de dos mil años exigió algo de trabajo”. Hislop le
preguntó a Baba: “Swami, ¿qué es ese hueco en el extremo de la cruz?”
Baba contestó que la cruz había sido colgada originalmente de un poste.
Casi un año y medio después, Hislop relató al autor una asombrosa se-
cuencia de eventos en conexión con esa cruz que acaecieron en su casa de
Ensenada, México, y que después le fueron confirmados por Baba. Hislop
escribió: “Un devoto llegó a casa de los Hislop en Ensenada, para foto-
grafiar la cruz. Como a las dos semanas, él y su esposa volvieron con am-
pliaciones en color, y junto con la cruz verdadera, fueron extendidas sobre
una mesa para decidir cuáles eran las mejores fotografías. Eran alrededor
de las 5 de la tarde. Los detalles revelados por las amplificaciones foto-
gráficas resultaron tan extraordinarios que todas las personas allí presen-
tes estaban concentradas en esa asombrosa visión de Cristo y en la mara-
villa y misterio de Bhagavan Baba”.
“Esa tarde en particular, el cielo a lo largo de la costa mexicana era cla-
ro y apacible. Pero de repente y sin ninguna advertencia, se produjo un fuer-
te trueno y al volver nuestros ojos a las ventanas, estaba relampagueando y
una oscura nube apareció donde un momento antes sólo se veía el cielo azul.
Un fuerte viento pasó por la casa, haciendo que puertas y ventanas se
abrieran y cerraran con tal fuerza que los vidrios estuvieron a punto de
romperse.”
“Las personas alrededor de la mesa se sorprendieron bastante por el
giro de los sucesos. Pero la señora Hislop dijo enseguida: ‘Son las 5:00 de
la tarde, la hora en que Cristo murió en la cruz. Lo que está sucediendo
104
Baba con el alto sacerdote oficiante, doctor Minocher Homji, después de la
Ceremonia de Navazote.“El baño espiritual consiste en tener fe en la unidad
de la humanidad. En el camino espiritual no es necesario reconocer ninguna
diferencia de hábitos y actitudes entre gente distinta. Hay tres aspectos en es-
te contexto que deben considerarse: ‘yo’ el Dios, luego el ‘espejo’ de Prakri-
ti o sea la naturaleza y finalmente, la ‘imagen’ reflejada en el ‘espejo’. Eli-
minen el ‘espejo’ de Prakriti y sólo quedará Dios. En este caso, tres menos
uno es igual a UNO.”
BABA
ahora está descripto en la Biblia’. Se buscó una Biblia y se abrió en el pa-
rágrafo pertinente, donde decía que en el momento de entregar Cristo Su
vida, surgió una violenta tempestad con relámpagos y truenos y que los
vientos partieron las cortinas del templo.”
“Al día siguiente, los periódicos de San Diego, ciudad del lado nortea-
mericano de la frontera, publicaron una breve historia comentando la re-
pentina y misteriosa tempestad que azotó súbitamente la costa mexicana
cerca de Ensenada. Debemos entonces inferir que esta recapitulación de un
acontecimiento que tuvo lugar hace algo así como dos mil años —la cruci-
fixión de Cristo— implica que hay un gran poder conectado de alguna ma-
nera con la pequeña cruz materializada por Baba.”
Durante Su discurso en la Navidad de 1972, Baba dijo: “Las existen-
cias de las grandes personalidades son vividas con el fin de establecer el
bienestar de la humanidad, la prosperidad y la paz del mundo y la libera-
ción individual de la esclavitud por los deseos y pasiones sensuales. Esto
se comprueba en los extraños fenómenos que ocurren en el momento de
Su advenimiento. Se cree que cuando Cristo nació, hubo tales manifesta-
ciones. El rey había ordenado un censo y cada uno tenía que registrarse en
su propio pueblo. María y su esposo iban por el camino que los llevaba a
su poblado natal. María estaba encinta y los dolores empezaron a mitad
del camino; como no conocían a nadie en la aldea por donde pasaban, se
refugiaron en un establo. José la acomodó en el espacio que había entre
dos vacas y salió a medianoche en busca de alguna mujer que pudiera ayu-
darla. Pero de pronto, oyó el grito del niño”.
“Había una enorme aura de esplendor que iluminaba el cielo por en-
cima de la aldea donde nació Cristo. (Un aura y signos similares estuvie-
ron presentes durante el nacimiento de Zoroastro, como se mencionó an-
tes, y deben interpretarse de acuerdo con las explicaciones dadas por Ba-
ba aquí.) Eso significaba que Aquél que iba a vencer la oscuridad del mal
y la ignorancia iba a difundir la luz del amor en el corazón del hombre y
en los grupos dirigentes de la humanidad, había nacido. La aparición de
resplandor y de otros signos en la Era que había empezado son naturales
cuando se presentan las encarnaciones en la Tierra.”
“Hoy día, en que ustedes celebran el Nacimiento de Cristo, resuél-
vanse a llevar vidas de amoroso servicio a los débiles, a los indefensos y
a los desconsolados. Cultiven la tolerancia y la paciencia, la caridad y la
magnanimidad. Atesoren los ideales que El estableció y llévenlos a la
práctica en sus vidas diarias. Las maneras como se celebra la Navidad
ahora muestran cuán alejados están los hombres de aquellos ideales y
cuánta ignominia se está apilando en Su nombre. Se reverencia la hora de
la medianoche; hacen los arreglos para la iluminación; adornan el árbol de
Navidad, y al final pasan la noche bailando y bebiendo. Es un día de sa-
grada bienaventuranza, pero esa bienaventuranza se ve reducida al bajo
nivel de la envenenadora excitación de la bebida. Uno debe bailar en di-
106
vina bienaventuranza; pero en vez de eso, muchos se dedican a bailes sen-
suales como un pernicioso sustituto. Purifiquen sus corazones, realicen
actividades santas y que sus sentimientos beneficien a todos. Esa es la me-
jor manera de celebrar el Nacimiento de Cristo.”
“Hay un punto que no puedo dejar de presentar a su atención, hoy. En
el momento en que Jesús se estaba fundiendo con el Principio Supremo de
la Divinidad, comunicó algunas nuevas a Sus seguidores. Esto ha sido in-
terpretado de diferentes maneras por los comentaristas y por quienes dis-
frutan acumulando escritos sobre escritos y significados sobre significa-
dos, hasta que todo está inflado y hay una enorme confusión. La declara-
ción misma ha sido manipulada y enredada hasta formar un acertijo, a pe-
sar de ser tan sencilla: ‘Aquél que me envió entre ustedes, volverá’, y
apuntó a un cordero. El cordero es simplemente un símbolo, un signo de
amor y representa la voz de Ba-Ba. El anuncio era sobre el advenimiento
de Baba. Su nombre será verdad, declaró Cristo. Sathya significa Verdad.
El llevará una túnica roja, roja color sangre. (Baba señaló la túnica que lle-
vaba). El estará bajo una corona (de pelo). Cristo no declaró que el mis-
mo volvería, sino que dijo: Aquél que me envió volverá. Y Sai, el peque-
ño Baba con la corona de pelo ensortijado y la túnica roja, ha vuelto. No
sólo en Su forma física, sino que El está en cada uno de ustedes, como mo-
rador en su corazón. Está allí con el traje del color de la sangre que lo lle-
na. La divinidad debe ser interpretada de esta manera. Ese es el misterio
interno de la encarnación. Dios encarnado en todos: Todos son Uno y el
Uno lo es todo.”
Baba se había revelado al autor a través de Su marca de fábrica divi-
na TPS: Tara Puttaparti Sathya: “La estrella del Cielo” ha descendido a
Puttaparti en la forma de Sathya. Se dice en el Yashna 31:8 que Ahura
Mazda es concebido como el primer actor en el Universo de Zoroastro, y
el autor no puede dejar de citar este verso del libro: The Religion of the
Good Life (La Religión de la Vida Buena) por Sir Rustom Masani:

“Cuando primero te concebí, Oh Mazda, en mi mente.


“Te miraba sinceramente como el Primer Actor en el Universo.
“Como el padre de la razón (mente buena),
“Como el verdadero originador de la ley correcta (Rectitud),
“Como el gobernador de las acciones de la humanidad.”

Es por Su gracia que el autor ha captado el verdadero significado del


Sanathana Dharma y que ha comprendido la armonía de todas las reli-
giones.

107
Cruz y figura de Jesucristo creadas por Baba. La ampliación a la derecha mues-
tra a Jesús tal como lucía realmente en el momento de dejar Su cuerpo. Baba ha
dicho que los grandes maestros pertenecen a la humanidad. Es erróneo creer que
Jesús pertenece sólo a los cristianos y que la Navidad debe celebrarse única-
mente en Occidente. Aceptar sólo a un maestro como propio e ignorar a los de-
más por considerarlos pertenecientes a otros, es señal de mezquindad. Cristo, Ra-
ma, Krishna, etc., son maestros para todos los hombres, en cualquier parte. Los
maestros vienen en respuesta a la petición del hombre que dice: “Thamaso maa
jyotir gamaya” (De la oscuridad llévanos a la luz).
“Jesús dio sencillas lecciones prácticas de adelanto espiritual para el bien de la
humanidad. El manifestó poderes divinos para infundir fe y dar validez a Sus en-
señanzas y trazó un camino que conduciría a los hombres a probar el dulce néc-
tar de la bienaventuranza. Exhortaba a la gente con el precepto, pero también con
el ejemplo, a cultivar las virtudes de la caridad, la compasión, la paciencia, el
amor y la fe. Pongamos atención en el sacrificio que Jesús consumó libremente,
de Su propia voluntad. Sacrificó Su comodidad, Su seguridad y Su posición. Se
enfrentó a la enemistad de los poderes y rehusó ceder o transigir. Renunció al
‘ego’, que es la cosa más difícil de eliminar y, por todas estas cosas, lo honramos.
Sacrificó voluntariamente el deseo con el cual el cuerpo atormenta al hombre y
ese sacrificio es mayor que el sacrificio del propio cuerpo por coacción. Ustedes
deben celebrar Su nacimiento sacrificando por lo menos un deseo o dos y tratan-
do de conquistar los desastrosos impulsos del yo. Sus seguidores se han dividido
en varias sectas, pero la vida de Cristo es una lección de unificación. Mientras
Cristo se encontraba en la cruz, le perturbaron sentimientos de odio hacia los
hombres que lo torturaban; pero de repente oyó una voz que le advertía: ‘Toda
vida es una, amado Hijo, trata a todos por igual’. Esas palabras fueron seguidas
de otra voz: ‘La muerte es el traje de la vida’. Al igual que uno descarta las ro-
pas usadas y se pone otras, así el alma se pone y se quita varios ‘cuerpos’”.
BABA
La Producción del Lingam
o Lingodbhava
EL SIMBOLICO NACIMIENTO DE DIOS EN EL TIEMPO
Y EN EL ESPACIO

P ARA EL HOMBRE del siglo veinte, la palabra de Dios es un inexplicable


misterio. Hay quizás en su mente una idea vaga y nebulosa asociada
con las escrituras, condicionada por los conceptos que le han sido incul-
cados en su infancia y se han modificado a la luz de las experiencias vivi-
das durante años posteriores, pero en verdad, no sabe nada acerca de la di-
vinidad que está engarzada en su cuerpo. El estudio de las escrituras no le
revelará a Dios ni le dará ninguna prueba de El ni siquiera en pequeña me-
dida. Las escrituras son como los postes de señales en una carretera, que
indican el destino final. Muestran sólo los medios para alcanzar la meta.
El mirar simplemente un mapa no nos hace llegar a destino. De igual mo-
do, no se puede conocer a Dios leyendo o exponiendo sagradas escrituras,
sino viviéndolas. Un niño que ha recibido la enseñanza de las escrituras
de adultos que no practican el recto camino indicado por ellas, pronto des-
cubrirá la hipocresía de los mayores, no les tendrá respeto y menos aún
respetará las escrituras. Ese niño de ayer es el hombre de hoy, envuelto en
el brillo superficial de la ciencia y la tecnología, de la posesión de rique-
zas transitorias y la adquisición de la fama incierta. Saturado de arrogan-
cia y orgullo, provoca una crisis tras otra en el acontecer de la humanidad
y lleva la miseria a millones de personas. El hombre oye ocasionalmente
hablar de Dios, pero como nunca lo ha visto, no se preocupa mucho por
ese Dios que no quiere colaborar con él eliminando la miseria y el sufri-
miento infligidos a otros por su propio comportamiento egoísta. La hu-
manidad está presa en la poderosa garra de la ignorancia, que se sucede en
un interminable círculo vicioso de una generación a la otra.
¿Quién puede vencer esa terrible ignorancia y rescatar a la humani-
dad? Difícilmente, el hombre solo, por sí mismo, pueda jamás salir victo-
rioso y sentir paz profunda y ecuanimidad permanente en su corazón. Só-
lo Dios puede romper ese círculo vicioso revelándose El mismo a la hu-
manidad y dispersando la oscuridad de la ignorancia que la envuelve. Pa-
ra cumplir esta hercúlea tarea, Dios tiene que entrar por fuerza dentro del
109
marco de Su creación a fin de revelarse a Sí mismo como avatar por me-
dio de un cuerpo humano. Dios, como tal, es incomprensible para el hom-
bre. La brecha entre el hombre y Dios es demasiado grande. Por eso, en el
cuerpo de un avatar, Dios se comporta como un hombre ideal y realiza el
milagro de romper ese círculo vicioso, iluminando desde adentro el cora-
zón del hombre. De todas las criaturas vivientes sólo el hombre tiene la fa-
cultad de discernir y la capacidad de ejercer una libertad de elección. En
consonancia con esa libertad, el avatar causa una transformación inter-
na a través de Su amor divino, sin ninguna forma de presión o compulsión
externa. Ese es el secreto de la intervención divina en los asuntos de los
hombres. Luego, por una manifestación de sabiduría divina y de omnipo-
tencia, El da pruebas irrefutables de que no es simplemente un personaje
santo sino Dios mismo. El más erudito sabio es incapaz de explicar esas
pruebas ni de comprenderlas; pero con toda seguridad podrá interpretar-
las. Por medio de la experiencia, él puede también aprender las lecciones
de humildad y reverencia y maravillarse ante la gloria de Dios que, en for-
ma humana, camina hoy por esta tierra como Sri Sathya Sai Baba. El te-
ma de este capítulo es una de las mencionadas pruebas ofrecidas por Ba-
ba a la humanidad de todas las latitudes y de todas las religiones.
Como lo mencionamos ya en otra parte, las diferentes religiones del
mundo contienen la enseñanza sólo de algunos aspectos del Dios único y
ninguna de ellas puede tampoco pretender que ha logrado el conocimiento
de Dios en su totalidad. Un poco de reflexión convencerá al lector de la su-
til verdad que hay en el hecho de afirmar que todas las religiones están con-
tenidas dentro de Dios y, por lo tanto, ninguna puede, en cambio, contener
al Dios infinito. Todas las escrituras y religiones están atadas a la tierra y
al tiempo, de modo que pueden presentar a la gente sólo aquellos aspectos
de lo infinito que fueron revelados a esa religión particular, y eso con cier-
tas limitaciones. Tan pronto como esas limitaciones se reconocen, todos los
obstáculos son superados y hay entonces una más amplia comprensión del
Supremo Infinito. El objeto de todas las religiones es, sin lugar a dudas, eli-
minar las barreras que hay entre los hombres, en vez de erigirlas.
Quien interpone tales barreras debido a su miope visión, comete un
serio disparate contra la mismísima religión que profesa y crea conflictos
entre sus semejantes. Algunos devotos de Baba también incurren en el
error de limitarlo a su propio y estrecho punto de vista y de pretender con-
finarlo a una religión particular. Baba, como manifestación del Supremo
Infinito, puede llevar a cabo actos que no están necesariamente conteni-
dos en todas las religiones, y si sucede que tales actos o manifestaciones
no se hallan en la religión de uno, entonces debe hacerse un esfuerzo por
comprender el verdadero significado interno. A través de tal comprensión
desaparece cualquier diferencia y todas las religiones se vuelven una. La
creación del Lingam debe verse y comprenderse a la luz de tales pers-
pectivas.

110
Ling significa “un símbolo”, y Udbhava significa “nacimiento o
creación”. Así, la palabra Lingodbhava significa, en realidad, símbolo de
la creación. Al manifestarse el Lingam en Baba a través de su divino ka-
la o shakti de srishti (poder de creación) se puede decir que el Lingam
es un símbolo divino de la creación; y es sólo cuando se ha entendido el
significado interno del Lingam que se puede captar la plena significa-
ción del acto de Lingodbhava, que es un nacimiento simbólico de Dios
en el tiempo y en el espacio.
Yasoda vio la forma cósmica del Señor —o sea la persona cósmica—
en boca de Krishna y TPS presentó la misma visión divina a la esposa de
un shaukar cuando encarnaba en Su cuerpo anterior como Babu, el futuro
Sai Baba de Shirdi. Hoy en día, TPS en Su cuerpo actual como Sri Sath-
ya Sai Baba, otorga una similar visión de la divinidad a millones de de-
votos a través del acto de Lingodbhava. Un embrión se desarrolla dentro
del útero de su madre y viene a este mundo como bebé, con otros atribu-
tos. Simbólicamente, la persona cósmica se desarrolla dentro de Su madre
Sai (Madre Divina) y nace en este mundo como el Lingam a través de la
boca de Sai.
El segundo verso del Ahuna-Vairya, o sea, la Palabra de Ahura Maz-
da, dice que la creación es proyectada desde la mente del Señor y que
Mazda o aspecto de shakti es en sí mismo la creación. El Lingam, un sím-
bolo de Su creación, se manifiesta en el momento del Lingodbhava. El
Ahunvar y el Lingodbhava juntos, descubren el secreto total de la crea-
ción. Experimentar este fenómeno es tomar conocimiento de que el Uni-
verso descansa en la palma de SAI.
Todas las escrituras de las principales religiones del mundo afirman
que Dios es omnipresente, o sea, que está presente en todas partes en to-
do momento. Por tanto, Dios no puede estar limitado a una forma particu-
lar y es en este contexto que Baba dice: “Todas las formas son Mías y to-
dos los nombres son Míos”. De esto podemos sacar en conclusión que la
esencia manifestada en todas esas formas es ella misma carente de forma.
Esa esencia de Dios se simboliza con el Lingam.
Baba ha revelado otro significado espiritual más profundo todavía en
el contexto con el Lingodbhava. En el yajna o sacrificio llamado Purusha
Medha, hay un momento en el cual tiene lugar el Lingodbhava. Se ha di-
cho que antes de que la divinidad tome forma para ese Lingodbhava, emi-
te un fuerte grito. Ese grito está dirigido a los Devas (seres divinos) y se
conoce como Deva-Huti. La palabra deva significa divino y huti significa
un llamado o reto. La Manifestación hace esta pregunta a los Devas: “¿Sa-
ben quién soy Yo? ¿Quién soy? ¿Ko Ham?”. Un niño recién nacido tam-
bién grita Ko Ham, Ko Ham, Ko Ham. Baba dice: “Será sólo cuando com-
prendan el significado de este grito divino —el Deva Huti, que es cuando
El nace en el tiempo y el espacio— que podrán comprender la divina ino-
cencia y sencillez de un niño recién nacido”.

111
Parece que el Deva-Huti es la clave del misterio del Lingam. El hom-
bre emerge de la divinidad informe e inquiere: “¿Ko Ham?”. Si practica el
sadhana, o sea, las disciplinas espirituales, se da cuenta del So Ham (Yo
soy Aquello) y se vuelve a fundir en la divinidad informe. Por lo tanto, se
dice que todas las cosas emergen del Lingam y finalmente se funden en
El. El angam o cuerpo físico contiene al sutil Lingasarira o “envoltura del
Lingam” que aloja al Lingam mismo o Atma. Del Lingam surge el movi-
miento y el flujo de la vida, que es jagan o universo. El angam es como el
samgam o lugar de reunión del espíritu con la materia y con la mente aso-
ciativa, el apego y la actividad. A consecuencia de ese samgam, que es co-
mo un análisis y una indagación, uno conoce al Lingam, y así se comple-
ta el círculo. Esta es la lección que enseña la creación del Lingam o Lin-
godbhava.
El Lingam que emana de la boca de Baba puede estar hecho de metal
o de alguna piedra semipreciosa, como el ágata, por ejemplo. En otras
ocasiones, aunque raras, está hecho de una sustancia parecida al cristal pu-
ro y transparente. Baba ha dicho que las cuatro grandes sentencias védi-
cas (mahavakyas) tienen sus aspectos representados también en el Lin-
gam. Se dice que las cuatro grandes sentencias védicas representan la
esencia de los cuatro Vedas y deben ser entendidas como sigue:

1. Prajñanam Brahma.
2. Tat Tvam Asi.
3. Ayam Atma Brahma.
4. Aham Brahma Asmi.

La palabra prañam significa eterna e ilimitada sabiduría. Así la pri-


mera sentencia declara que la sabiduría divina es el mismo Brahman.
Aquí, el Atma es igualado con la sabiduría divina, porque la sabiduría na-
ce del Atma. No es algo tomado de afuera del propio ser. Este aspecto es-
tá simbolizado por el Sadashivam Lingam. Sada significa eterno y Shivam
es sinónimo de protección, pureza y bienaventuranza. Así el eterno Brah-
man, que es buen augurio y pura bienaventuranza, se revela a través de la
sabiduría divina.
La segunda sentencia, Tat Tvam Asi, significa tú eres Aquello y afir-
ma que la diferenciación es engaño; el Atma individual y el Atma Supre-
mo son uno. El Jñana Lingam representa simbólicamente esta conciencia
de que ambos son uno.
La tercera sentencia, Ayam Atma Brahma, significa ese Atma es Brah-
man y está simbolizado por el Anda-Pinda-Lingam. Anda es la envoltura
y Pinda es el centro. El hombre es también básicamente un Anda-Pinda:
está formado por una envoltura externa de materialismo y un centro inter-
no del divino Atma. Entonces, señala que el ser interno es en sí mismo
Brahma.

112
La cuarta sentencia, Aham Brahma Asmi, significa Yo soy Brahman.
El Atma Lingam o el Jyoti Lingam es el símbolo de la luz suprema del At-
ma y demuestra a todos que Shiva está en cada quien. Cuando esa visión
ilumina la conciencia interna del aspirante, él se vuelve uno con Brahman.
Aham Brahma Asmi.
Baba dice: “La divinidad informe, el Lingam, está en el centro mismo
del corazón del hombre, como el único proveedor de bienaventuranza, po-
der e iluminación. Dirijan su mirada hacia adentro, para que el Lingam
pueda otorgarles estos tres beneficios. La mente estará entonces ilumina-
da por los frescos y reconfortantes rayos del amor, que son como los fres-
cos y reconfortantes rayos de la Luna. La Luna nace de la mente (Chan-
drama Manaso Jathah). Si no purifican la mente con amor, la Luna llena
de la sabiduría espiritual no brillará en ella. La repetición del nombre, la
meditación y la observancia de ayunos y vigilias brillarán igual que estre-
llas engastadas en el cielo, en el cielo interno de nuestra mente. Pero la os-
curidad (de la ignorancia) no desaparecerá hasta que la lámpara del amor
alumbre”. Shivaratri o la noche de Shiva es observada en la decimocuar-
ta noche de la mitad oscura de cada mes. Un hecho bien establecido en la
disciplina yóguica demuestra que es más fácil controlar la mente durante
la mitad oscura del mes, o sea cuando la Luna está decreciendo. La deci-
mocuarta noche es particularmente adecuada para un sadhana intenso que
ayude a sublimar completamente la última y restante decimoquinta frac-
ción de la mente, correspondiente a la última fracción de la Luna. Es po-
sible lograr una victoria completa sobre la mente durante esta noche.
Cuando la mente está bajo absoluto control, uno se vuelve heredero de los
dones de bienaventuranza, poder e iluminación.
“¿Cómo es posible que la Luna influya en la mente?”. Esta pregunta
le ha sido hecha a menudo al autor por distintas personas y aunque no co-
noce el mecanismo exacto, quiere llamar la atención del lector sobre el he-
cho de que las fuerzas que emanan de la Luna son responsables del movi-
miento de las gigantescas masas de agua en la superficie de la Tierra oca-
sionando las mareas. Entonces, ¿por qué sería difícil comprender la in-
fluencia de la Luna sobre un cuerpo humano que está compuesto de casi
un ochenta por ciento de agua? Los “lunáticos” se llaman así porque su
comportamiento puede a veces ser previsto, en cierta medida, por el cre-
cimiento y disminución de la Luna. Los antiguos videntes y rishis estaban
plenamente conscientes de la influencia ejercida por los planetas sobre el
cuerpo humano y aprovechaban esas influencias para su beneficio espiri-
tual. Así, la práctica intensa del sadhana en la decimocuarta noche de la
Luna decreciente, no es un simple cuento de viejas ni una superstición, si-
no que tiene su raíz en la experiencia personal de los antiguos sabios de
esta tierra.

113
En el mes de Maagh (febrero-marzo), la decimocuarta noche es co-
nocida como Maha-Shivaratri. Maha significa grande. Shiva significa aus-
picioso y Ratri noche: la gran noche venturosa. ¿Venturosa para qué? No
solamente es favorable para la obtención del completo control sobre la
propia mente, sino que Shiva, la divinidad informe, nace en el Lingam du-
rante esa noche. Shiva en la forma del Lingam es adorado y reverenciado
para lograr la adquisición de la divina sabiduría.
En los templos dedicados a Shiva se dice que nadie debe pasar entre
Nandi, el toro, y el Lingam. Baba ha explicado que el toro o pasu (animal)
representa el alma individual y que el Lingam es el símbolo de Shiva. Ya
que ambos tienen que fundirse en uno, nadie debe pasar entre el toro y el
Lingam. Además, el Lingam instalado en el templo debe ser visto a través
de los dos cuernos del toro; lo que significa que hay que ver a Shiva en ca-
da uno de los distintos Jivas o almas individuales. Pasu o Jiva, y Pasupati
o Shiva son uno; Nandi o Jiva e Ishvara o Shiva se vuelven Nandishvara o
Señor de Nandi. Baba dice: “Mientras está en la esclavitud se llama Nandi
y cuando está libre es Ishvara. Cuando el animal o pasu es ofrendado ple-
namente al Pasupati o Señor de los animales y su identidad separada es de-
sechada, entonces es un verdadero sacrificio (yajna). Este significado ha si-
do olvidado por los adoradores de hoy”. En este contexto de adoración de
Shiva, Baba ha explicado también el significado interno de la ofrenda de
las hojas trifoliadas de bilva. Son simbólicas de los tres gunas y de las tres
distintas formas de adoración. Los tres gunas o cualidades que deben ser
entregadas al Señor son: el tamas que es la inercia, el rajas, la actividad y
el satva, las buenas acciones realizadas con devoción, desapego y discerni-
miento; estas tres formas de adoración son amadas por Shiva.
Hay ciertos días en la vida de un individuo que, por su importancia,
destacan y vale la pena atesorarlos en la memoria porque están relaciona-
dos con algún hecho sagrado o santo que ha sido favorable para la inicia-
ción del individuo en los más altos misterios espirituales del ser. Ha habi-
do cuatro de esos días en la vida del autor. El primero, cuando hace mu-
chos años, siendo niño fue investido por sus padres con el sagrado kusti
(cordón sagrado) y aprendió a recitar el Ahunvar, que es la Palabra de
Ahura Mazda. Desde entonces se ha atenido a la Palabra y en recompen-
sa, ésta le ha ayudado en incontables oportunidades. Es posible que algu-
nas fuerzas misteriosas evocadas por la Palabra fueran el instrumento que
lo llevó a la presencia de Baba. Como segundo día importante, cronológi-
camente, cuando el autor conoció a Baba en la residencia de Sri Munshi
en Juhu y recibió Su “tarjeta de visita”: el vibhuti que contiene Su divino
secreto. Ese vibhuti inició el proceso de limpieza en la mente del autor, de
las dudas e ignorancias acumuladas a través de las enseñanzas y logros,
exclusivamente académicos, en un período de cuarenta años o quizá más.
Ese proceso aún continúa. Maha-Shivaratri en febrero de 1974 es el ter-
114
cero de esos días, cuando el autor presenció el nacimiento del Atma Lin-
gam y vio la “Divina Llama” (Jyoti) cambiando de colores dentro del Lin-
gam. Verdaderamente, ésa fue una ocasión por demás auspiciosa porque
es considerada como la fecha en que obtuvieron el triunfo sobre el naci-
miento y la muerte (gemelos inseparables), no sólo el autor sino todos los
que presenciaron esa sagrada llama, ese Atar Ushtana, que es el fuego di-
vino del Sin forma TPS o Ahura Mazda, que arde misteriosamente dentro
de ese Atma Lingam. En la Gatha Ahunavaiti o sea la Gatha de la Palabra
sagrada (Yashna 34:3), Zoroastro declara:

“Tu fuego interno, Ahura, anhelamos ver;


“Aquél que arde poderosamente por medio de la verdad;
“Tiene Tu fuerza, nuestra esperanza y meta El es,
“El alumbra claramente a los fieles, por la vida.”

Esa noche, las cuatro líneas anteriores de las Gathas se hicieron una
realidad viviente para el autor. La oración contenida en la primera línea de
la estrofa se ha manifestado en la visión de la “Divina Llama”, y las tres
restantes describen de manera muy fiel a Baba tal como apareció esa no-
che con el Lingam de la “Divina Llama” en Su mano. El día en que Baba
llevó a cabo la ceremonia matrimonial del autor y su esposa, lo colocamos
como el cuarto. Si el lector vuelve hacia atrás las páginas de su vida, sin
duda encontrará jornadas semejantes en su propia existencia que pueda re-
lacionar con una Visión de lo Divino y que al recordarlas, constituyen pe-
renne fuente de alegría e infunden tranquila y límpida paz en el propio ser.
Esa memorable noche de Maha-Shivaratri, Baba inició la ceremonia
con Su acostumbrado discurso. El autor se estaba preguntando si habría un
Lingodbhava, ya que no se había hecho ninguna celebración oficial en los
dos años anteriores y tampoco la habían anunciado para esa ocasión. El
autor no había presenciado nunca antes un Lingodbhava y no sabía qué iba
a pasar. Sin embargo, al final de Sus explicaciones sobre el significado del
baño ceremonial con vibhuti que había llevado a cabo a temprana hora de
ese mismo día, El concluyó Su disertación en forma abrupta. Antes de eso,
dos accesos de tos habían indicado que se estaba elevando el Lingam den-
tro de El y entonces terminó el discurso y empezó con los bhajans. La gen-
te reunida se unió a El en un vivo homenaje a Su popular bhajan:

“Prema mudhita manase kaho


“Raam, Raam, Raam…”

Luego, durante los cantos volvió a toser algunas veces, bebió algo de
agua y se sentó en la mesa del estrado. Los cantores de bhajans continua-
ron con mayor vigor y el autor notó que los guías entonaban en aquel mo-
115
mento exclusivamente bhajans dedicados a la exaltación de Shiva. Baba
extendió un gran pañuelo delante de Sí y sostuvo otro en Sus manos. La
frecuencia de las arcadas había aumentado y los cantantes de bhajans, sin-
tiendo la inminencia del alumbramiento, elevaron el tempo de sus cantos.
Toda la atmósfera estaba cargada de vibraciones divinas. Después de re-
petidos intentos de expulsión por parte de Baba, el Lingam fue finalmen-
te expelido de Su boca sobre Sus expectantes manos. Inmediatamente, El
lo sostuvo para que todos pudieran ver esa manifestación de la Gloria Di-
vina. Después, caminó por el estrado y entre los miles de personas que es-
taban sentadas en el fondo del auditorio.
El autor presenció este memorable hecho y tomó fotografías de ese ra-
ro y excepcional Lingam de cristal que contenía dentro una llama anaran-
jada en forma de copa con la figura de un tridente en su interior (Trishul,
el arma de Shiva). El color de ese tridente cambiaba cada diez minutos, del
anaranjado al amarillo y al azul hasta volverse, a veces, casi incoloro. El
éxtasis se reflejaba en las caras de todos los que habían presenciado ese di-
vino nacimiento. El autor se sentía muy feliz, pues había visto con sus pro-
pios ojos un pequeño aspecto del fuego interno de Ahura Mazda.
Baba colocó el Lingam sobre un cúmulo de flores dentro de una ban-
deja circular y se retiró del lugar, por el resto de la noche. Los cantantes
de bhajans continuaron sus entonaciones durante toda la noche hasta las
tempranas horas de la mañana.
Después del amanecer, Baba volvió al auditorio y habló brevemente
sobre el significado interno del Lingam. Durante ese discurso, hizo una
histórica declaración acompañada de una incomparable lluvia de gracia
divina que no tiene parangón en toda la historia de la existencia humana.
Baba dijo así: “Ustedes han tenido la buena fortuna de percibir una Visión
de lo Divino. También han conocido el significado divino del Lingam que
les otorgará la salvación total. En lo que a ustedes respecta, como ya han
logrado la salvación total, no volverán a nacer. ¿Por qué sucede que en-
tre los millones de personas que hay en el mundo sólo ustedes han visto
esta manifestación de la divinidad? Algunos la han captado como una for-
ma específica, otros como una luz y los demás sólo como un destello o ra-
yo, pero no importa en qué forma hayan ustedes percibido la generación
de este Lingam y su manifestación porque lo que realmente han conocido
es el secreto de la creación”.
“Hay dos clases de mantras, el Shiva mantra y el Madhava mantra. El
Shiva mantra contiene la importante sílaba ma y el Madhava mantra el va-
lor de la sílaba ra; juntas dicen Rama. Rama es la manifestación de Ishva-
ra o el Atma. Rama e Ishvara son intercambiables y ambos están repre-
sentados en el símbolo de la creación, que es el Lingam. Habiendo ya pre-
senciado este secreto de la creación, no gasten su tiempo, de hoy en ade-
lante, de manera profana; ni propaguen ideas ni miren cosas que puedan
116
considerarse como tales. Recuerden: lo que han presenciado hoy es un se-
creto sin precedente, de la creación y deben aprovecharlo para promover
los mejores pensamientos, palabras y acciones en su vida. Todas las bue-
nas acciones que se pueden llevar a cabo después de muchos años de aus-
teridades o de entrega a la meditación durante muchos siglos, o bien ha-
biendo realizado distintos yajnas y yagas (sacrificios y ofrendas), todo lo
bueno que por tales prácticas pudiera adquirirse, no puede ser comparado
con lo que adquirieron hoy al presenciar el Lingodbhava. Esto es algo que
no tiene precedente. Sólo ustedes han tenido el privilegio de recibir esta
visión del Señor en forma de Lingam con las dimensiones de dashangula
(diez pulgadas).”
“Todo lo contenido en el tiempo, o sea, en el pasado, el presente y el
futuro, en los tres gunas y en los tres mundos, se haya en este Lingam que
contiene también el símbolo del tridente que cambia de color cada diez
minutos. El tridente significa la responsabilidad aceptada por la Divinidad
en el pasado, el presente y el futuro de la creación. La circunferencia de
este Lingam es de diez pulgadas (dashangula). De hecho, solamente de un
Lingam como éste puede decirse que contiene el importante número diez
y todas las manifestaciones de la Divinidad.”
“Si en nuestro corazón hay verdad y nuestra conducta es regida por el
amor, entonces podremos disfrutar de la paz en nuestro interior. Si todas
esas cosas están ya dentro de nosotros, ¿cómo es que no las cultivamos? La
paz reside en las profundidades de nuestro corazón, lo mismo que el agua
yace bajo la tierra. Para llegar al agua, es preciso quitar la tierra que la cu-
bre. Similarmente, hay que eliminar los deseos sensoriales para llegar a la
paz del propio corazón. Deben hacer el intento de seguir las ideas y el pen-
samiento del Señor. Tal sadhana les permitirá llegar a buen destino. Reci-
tar el nombre de Dios y dedicarse a la contemplación son los métodos más
fáciles para alcanzar la meta ideal en esta “Era de Kali”. Han estado can-
tando bhajans durante algunas horas, a los que ustedes llaman Akhanda
Bhajan o bhajans continuos, pero eso no es correcto. Akhanda Bhajan es
algo que debe ser llevado a cabo permanentemente durante toda la vida.
Akhanda significa sin interrupción. Si realizan el Akhanda Bhajan del
Hamsa Gayatri, no habrá altibajos en sus vidas.”

117
¿Por qué genera Baba el Lingam dentro de Sí, en la noche de Mahashivara-
tri?
“Como es imposible para ustedes comprender la Divinidad, medir Sus po-
tencias y conocer el significado de Su manifestación, a fin de atestiguar
el hecho de que la Divinidad está entre ustedes se hace necesario que Yo
haga evidente este atributo Mío. De otro modo, la atmósfera de odio, cod-
icia, envidia, violencia e irreverencia abrumará a los buenos, a los hu-
mildes y a los píos. El Lingam es un símbolo de ‘Lo Sin Comienzo y de Lo
Sin Fin’, o sea, del Infinito. Es como algo amorfo o Nirakara. ‘Li’ viene
de Liyathe que significa ‘Aquello en lo cual todos los nombres y todas las
formas se funden’, y ‘Gam’ de Gamayathe, que quiere decir ‘Aquello ha-
cia lo cual todas las formas se dirigen’. Es el símbolo más apropiado para
representar al Señor omnipotente, omnisciente y omnipresente. Todo co-
mienza a partir de El y todo termina en El.”
BABA
En Su cuerpo anterior como Pathri Sai, el joven Babu solía adorar al
Lingam en una mezquita musulmana, como también recitar el Corán en
voz alta y clara, dentro de los templos hindúes. El había atraído a ambas
comunidades a Su puerta, la Masjid Dwarakamayi en Shirdi, y cuando de-
jó Su cuerpo, hindúes y musulmanes lo reclamaron como suyo. Como
Parthi Sai, creó un Lingam con las marcas de una Estrella y una Luna cre-
ciente, símbolos del Islam y después invistió a un niño zoroastriano con el
cordón sagrado (Yagnopavitam) de los hindúes, que es el cordón sagrado
de los Brahmines; tradicionalmente, se les niega a veces aun a los mismos
hindúes. El también hace que los panditas brahmines védicos enseñen el
Purusha Sukta a los estudiantes de Sus colegios —tanto hombres como mu-
jeres— a pesar de que según la tradición sólo era recitado por brahmines
varones. ¿Tiene alguien la capacidad o la autoridad para cuestionar los
mandatos del Vedapurusha, la personificación de los Vedas, que se manifi-
esta en el Lingodbhava o creación del Lingam? Con tales actos, Baba tra-
sciende las barreras de casta, creencia, raza, religión y va aún más allá de
los límites del dharma ordinario de la naturaleza o prakriti para demostrar
la unión de toda la humanidad viviente en una sociedad armoniosamente
establecida en un estado de vida adhyátmico. Este es el verdadero signifi-
cado del Dharmastapana o restablecimiento del dharma.
El recuadro muestra un Jyoti Lingam (en la esquina superior izquierda y
abajo a la derecha) con una llama en forma de copa y un tridente (trishul)
dentro. La llama cambiaba de colores cada diez minutos. Baba se ve soste-
niendo un Lingam con la estrella y la Luna creciente, lo que señala la unidad
esencial de la fe islámica y del Sanathana Dharma.
“Al comprender el significado interno del Lingam que ha sido mani-
festado, sus vidas se han liberado y han alcanzado así la salvación orde-
nada. Desarrollen este pensamiento y manténganlo en su mente todo el
tiempo durante toda su vida. De esa manera, habrán hecho buena utiliza-
ción de la excepcional oportunidad que se les ha presentado ayer.”

Estatua que representa la destrucción del Asura Mahisha


por Durga (Mahishasura Mardini Vigraha),
creada por Baba durante la inauguración del Yajna en 1972.
El Vedapurusha Saptaha
Jñana Yajna

P RAJÑANA, la inteligencia suprema, infinita, del hombre, motivada por


el divino Atma, controla al cuerpo humano con sus cinco sentidos ex-
ternos. Los sentidos son las ventanas del alma para establecer comunica-
ción con el ambiente a través de la acción de la mente. La mente ocupa
una posición clave en la administración interna del hombre. La divinidad
interna ha establecido ciertos principios que deben ser seguidos para que
esa organización funcione suave y eficientemente, controlando el cuerpo
y sus sentidos y guiándolos por medio de la más alta inteligencia. Cuando
esos principios son ignorados, cuando Prajñana el Brahman es pasado por
alto, hay un caos interno; la mente, al identificarse con los sentidos, se
convierte en el amo; el hombre, en el sirviente. Ese caos interno está re-
flejado en el comportamiento del hombre dentro de la sociedad. Esa men-
te que fluye por sí sola a través de los sentidos, acopia información irrele-
vante e inútil y recibe experiencias perjudiciales que, por último, son al-
macenadas en el subconsciente. A su debido tiempo, esas experiencias se
convierten en vasanas, es decir, tendencias inherentes que caracterizan la
vida de un individuo. Así, la mente forja las cadenas que atan y controlan
al individuo. Para romper esas cadenas, él tiene a su vez que controlar las
divagaciones de esa mente, poner orden en su administración interna y
arrancar las tendencias dañinas.
¿Cuáles son esos principios establecidos por la divinidad? Son los
principios del dharma o del Asha Vahishta, ya mencionados en un capítu-
lo anterior, y cuando se siguen en pensamiento, palabra y acción, se res-
taura la armonía interna y entonces el aspirante puede proseguir alegre-
mente, con la eliminación de los rasgos indeseables de su carácter. Como
primer paso, tiene que establecer un mecanismo de censura efectivo que
controle las impresiones e impulsos que entran en su mente por medio de
los cinco sentidos. Por ejemplo, mirar televisión o ir al cine, sin hacer una
selección, se reflejará en la entrada de una gran cantidad de material inú-
til y dañino al subconsciente. De manera similar, la lectura de historias
fantasiosas o de novelas puede por sí misma despertar tendencias indese-
ables en vez de eliminarlas de la mente subconsciente. Otro tanto es apli-
cable al alimento y a la bebida, porque las vibraciones e impresiones que
121
traen al cuerpo también afectan la mente. Beber alcohol y fumar o masti-
car tabaco promueven actitudes desidiosas o tamásicas. Ingerir alimentos
agrios o picantes o despojos animales provocará el despertar de incontro-
lables sentimientos pasionales o rajásicos. Por eso, Baba ha dicho que to-
dos los sentidos deben ser nutridos únicamente con alimento puro y sátvi-
co. Pongan a prueba todos los insumos en la piedra de toque del Prajñana,
antes de permitir que entren en su reino interior. El mecanismo de censu-
ra ayuda a la mente de dos maneras; inicialmente, cesa de alentar tenden-
cias indeseadas y da al individuo una oportunidad, durante períodos de
tranquila introspección, para que esas tendencias se presenten en la men-
te consciente, donde pueden ser debidamente controladas; después, puri-
fica de hecho la mente, permitiendo que acumule tan sólo experiencias
sátvicas. Por ejemplo, si tenemos un balde de agua sucia y le echamos un
chorro de agua limpia hasta que el líquido se derrame, después de algún
tiempo el balde contendrá nada más que agua limpia, sin que quede nin-
gún rastro del agua sucia original. Similarmente, las varias disciplinas:
kirtan, bhajans, japa, satsanga, seva, los círculos de estudio y muchos
otros, sirven para purificar la mente.
Baba dice: “De la misma manera que cada día hacen ejercicios, con-
sumen tónicos, calculan la cantidad de calorías y vitaminas que ingieren y
ponen minuciosa atención al valor nutritivo de los alimentos, deben tam-
bién prestar atención a las impresiones que recibe la mente. Indaguen si la
debilitan o la fortalecen, si añaden algo a su poder de resistencia contra los
virus del deseo, la ira, la codicia, el apego, el orgullo y la malicia. Ali-
méntense de buenos actos, del efecto de las buenas obras y de pensa-
mientos divinos y beban esencia de amor, para que puedan tragarlos y di-
gerirlos bien. Entonces, brillarán en ustedes la salud mental, la felicidad y
la belleza”.
En este contexto, los cantos védicos y de las Gathas, consistentes en
mantras, ejercen una influencia muy sutil y purificadora sobre la mente y
sobre el cuerpo. Las vibraciones de los mantras no sólo entran en la men-
te por los oídos, sino que penetran por todo el cuerpo a través del proceso
natural de la respiración. Mantra significa aquello que salva cuando se
medita sobre ello; de modo que es una potente fórmula mística de per-
cepciones espirituales y sinónimo de la divinidad. Baba dice: “El sonido
y las vibraciones generadas por los mantras tienen una manera efectiva de
modificar las emociones e impulsos del individuo. Los limpian, aceleran,
fermentan, agitan y eliminan de maneras sutiles conocidas solamente por
el adepto. Se puede pronunciar la palabra ‘ven’ en un gran número de ma-
neras distintas que producirán diversas reacciones sobre aquellos a quie-
nes se dirija. Los sonidos salen de la garganta, de la lengua, de la cavidad
del pecho, del ombligo y del corazón, y se siente la experiencia silencio-
sa de la fuerza yóguica que se ha despertado. La palabra y la voz son alien-
122
to y por lo tanto, los Vedas se dice que son el aliento de Dios. La Palabra o
Verbo es válido en todos los tiempos y se ha vuelto también letra o aksha-
ra, que es un símbolo visual. Los Vedas son akshara, el símbolo indestruc-
tible de la vibración que se expande e influye en el Universo, por siempre.
El nombre de Dios, cualquiera de Sus incontables nombres, puede servir al
propósito de un mantra”.
“La civilización moderna está basada en los adelantos tecnológicos,
pero hay una tecnología más alta, la tecnología de la comprensión, de la
conciencia y de su transformación en una fuente de poder a través de esa
comprensión. Eso se llama Sujñana, a diferencia de Vijñana, que es cien-
cia. Prajñana trasciende aun la conciencia y lleva al hombre al reino del
‘Principio Unico’ que todo lo penetra y que es Dios. Este es el conoci-
miento de la ‘No Dualidad’, donde culmina el viaje del espíritu. El acto de
verse a sí mismo como se es —es decir, el ser— sin relación con los demás
o con el mundo objetivo. Cuando conocen su ser, están liberados; eso es
Moksha. Moksha no es un hotel clasificado con cinco estrellas ni una casa
de lujo para turistas. Es la conciencia de su realidad y el rechazo de todos
los conceptos que le sean contrarios. Pueden reconocerse rápida y clara-
mente, si purifican su corazón por medio de la repetición de un mantra o
cantando la gloria de Dios. Ambas prácticas les otorgarán la dádiva de la
liberación.”
Fue el 6 de octubre de 1961 cuando Baba estableció la celebración del
Vedapurusha Saptaha Jñana Yajna, en Prashanti Nilayam. Su único fin es
hacer brillar el dharma, purificar a los individuos y lograr el bienestar de
toda la humanidad. Esto se logra durante el yajna con el canto de mantras
védicos, la lectura de distintas escrituras sagradas, la ofrenda como obla-
ción en el “Fuego sacrificial”, de mantequilla clarificada o ghii permeada
de vibraciones mántricas, los discursos adhyátmicos y los dramas que lle-
van un mensaje espiritual. Este yajna forma parte de las celebraciones de
Navaratri que culminan con el Purnahuti final, el día de Vijayadasami. To-
das las celebraciones relacionadas con Navaratri y Dassera en Prashanti
Nilayam deben verse en el contexto del restablecimiento del dharma
(Dharmastapana) y son una bendición divina y purificadora conferida por
el avatar a través de Su gracia derramada sobre la humanidad doliente. Es-
te es un aspecto más de nuestra Visión de lo Divino que revelamos a uste-
des en este capítulo.
Celebrar Navaratri o las nueve noches —nava significa “nueve” y
también “nuevo”— en Prashanti Nilayam es, en verdad, una rara oportu-
nidad para disfrutar de reverencia y felicidad. “La gratitud es divina, la in-
gratitud es diabólica”, dice Baba y esto es un festival de acción de gracias
y gratitud ofrecido para la destrucción de los seis enemigos de la humani-
dad, que se logra de una manera notablemente única. La ofrenda de grati-
tud es también el medio para la purificación, y ambos prosiguen simultá-
123
neamente durante el desarrollo del festival. ¿Cuáles son los seis enemigos
de la humanidad? Son los siguientes, están incrustados en el hombre y se
manifiestan como:

1. Kama o deseo (lujuria).


2. Krodha o ira.
3. Lobha o codicia.
4. Moha o apego.
5. Mada u orgullo.
6. Matsarya o malicia.

Baba dice: “Estos demonios deben ser vencidos y transmutados por


medio del impulso divino. Entonces, las nueve noches de lucha conclui-
rán con un nuevo tipo de noche dedicada a la purificación de la mente y
la iluminación del alma. En el Gita, esto se describe como el ‘Día de los
Mundanos’ y significa que lo que es claro y atractivo para el hombre or-
dinario, no presenta interés para el yogui o le es desconocido y viceversa.
Esa es la naturaleza de este mundo enrevesado”.
El festival de Navaratri conmemora la victoria del bien sobre el mal,
y después del discurso inaugural de la mañana, Baba iza la bandera de
Prashanti en el asta del mandir, como símbolo de la victoria. La ceremo-
nia de elevación de la bandera tiene también un significado espiritual más
profundo, y hace algunos años Baba lo explicó de la manera siguiente. El
dijo: “La bandera de Prashanti que ahora será izada es un símbolo de la
conquista lograda por el hombre sobre los seis enemigos y de la victoria
alcanzada a través de la iluminación que se realiza en el loto del corazón.
Es la bandera de Sva-raj, que proclama su verdadera independencia y es
entonces cuando pueden pretender ser verdaderamente amos del reino que
está más íntimamente relacionado con ustedes. Es la bandera que ondea
en medio de la brisa de la bienaventuranza y anuncia la llegada del es-
plendor interno. Es también la bandera que presagia el amanecer de la más
alta sabiduría y de la más profunda paz. El hombre está orgulloso de po-
der ir muy lejos volando por el cielo y aún más, de posarse en la Luna; sin
embargo, es incapaz de vivir en paz consigo mismo y con sus vecinos. Su
vida en la Tierra está llena de temor y de ansiedad y, a pesar de ello, des-
vergonzadamente proclama que es el cenit de la creación. No sabe cómo
apagar el fuego que arde dentro de sí; pero en cambio destruye ciudades
enteras con el fuego de las bombas”.
“Sva-raj significa dominio total sobre los sentidos, la mente y la inte-
ligencia, a través del reconocimiento del Atma. No deben depender de
otros para que les presten servicios que ustedes mismos pueden muy bien
hacer. ¿De qué sirve cansar a un sirviente que atienda los deseos de uste-
des mientras ustedes están sentados, meditando perezosamente? Dedí-
124
quense a una actividad, dedíquense a consumar actos plenos de adoración
y hagan todo lo que alabe la gloria de Dios. Esto es mucho más fructífero
que la ‘meditación’ en la cual se apoyan. La posesión de objetos materia-
les y los deseos subjetivos son una desventaja en la carrera para llegar a la
realización. Una casa atiborrada de cachivaches será oscura, polvorienta y
sofocante, donde no hay libre movimiento de aire fresco. El cuerpo hu-
mano es también como una casa; por lo tanto, no permitan que esté llena
de curiosidades, chucherías, desperdicios y cosas superfluas. Dejen que la
brisa de la santidad sople a su antojo por ella; impidan que la ceguera de
la oscuridad y de la ignorancia la profane. La vida es un puente sobre el
mar de los cambios; pasen por encima de él, pero no construyan allí su ca-
sa. Este es el primer día del festival de Dassera. Decidan hoy limpiar su
mente de impurezas para que pueda embeberse de la inspiración que es su
propósito transmitir. Icen la bandera de Prashanti en el templo de su cora-
zón. Sigan la prescripción que enseña a domar los seis enemigos que so-
cavan la bienaventuranza natural en el hombre. Cuando las agitaciones ce-
sen, asciendan a la etapa del yoga y permitan que el esplendor de la divi-
nidad dentro de ustedes brille, abrazándolos a todos para siempre.”
Como mencionamos antes, el cuerpo es el templo del residente inter-
no y debe ser mantenido en buenas condiciones para lograr los cuatro ob-
jetivos principales de la vida humana, o cuatro Purusharthas que son:
dharma (verdad), artha (riqueza), kama (deseos legítimos) y moksha (li-
beración). Baba ha dicho que artha ha de ser ganada y usada para el bien
del dharma y que kama debe ser dirigido hacia el logro de moksha. Así,
el dharma es la base y moksha es la meta. A través del dharma y de moks-
ha, tanto artha como kama son santificados y reciben el lugar apropiado.
Sin un cuerpo sano no será posible lograr los objetivos principales de la
vida humana. Si se abusa del cuerpo y no se lo cuida bien, la meta de la
vida quedará tan distante en el momento de la muerte como lo era al na-
cer. Por lo tanto, no es sólo un imperativo sino una obligación de natura-
leza divina para el propio ser, cuidar bien el cuerpo. El buen cuidado del
cuerpo se logra siguiendo las reglas elementales para una vida sana, sin su-
cumbir a los dictados de los cinco sentidos o a la propia vanidad. Las mo-
das, por ejemplo, alientan la falsa identificación del ser con el cuerpo. Ba-
ba ha comparado a menudo el cuerpo a un barco que debe utilizarse para
cruzar el río de la vida; y es nuestro deber velar para que no tenga ninguna
avería a la mitad del viaje, pues sería una locura tan sólo pintar el bote, de-
corarlo y exhibirlo de acuerdo con los dictados prevalecientes de la moda.
La gente que viene a Prashanti Nilayam requiere, a veces, atención
médica en accidentes menores o enfermedades tales como tos, resfriados,
diarrea, etc., particularmente durante los grandes festivales; por eso, Baba
nombra un grupo de médicos voluntarios para atenderlos y satisfacer sus
necesidades especiales. Además, para cuidar los casos serios, Baba ha fun-
125
dado un hospital en Nilayam. La primera piedra de ese hospital fue colo-
cada por Baba el 24 de noviembre de 1954, en una terraza asentada sobre
la cima de una colina con vista hacia Nilayam. El supervisó la construcción
del edificio y observó a los devotos que, formando largas colas por la pen-
diente de la colina, se pasaban de mano en mano fierro, piedras, ladrillos,
agua, mortero y todo lo necesario para la construcción. Baba dijo que las
milagrosas curaciones que tienen lugar en ese hospital se deben al espíritu
de amor y servicio que saturó cada piedra y cada ladrillo del edificio.
La gente, a menudo se pregunta por qué se da preeminencia a la salud
corporal en un lugar dedicado a la salud del espíritu. Baba ha explicado:
“Cada uno, rico o pobre, educado o no instruido, piadoso o impío, está ex-
puesto a sufrir alguna enfermedad. No hay ningún hospital bien equipado
en varias millas a la redonda y éste servirá como un ejemplo del servicio
que el Señor mismo realiza, a fin de que el hombre haga lo propio y así
gane Su gracia. Algunas personas desean recibir tratamiento médico en un
hospital y otras se sienten descuidadas si un médico no les aplica una in-
yección; por eso, Yo pido al médico que él mismo les aplique la inyección
o hasta una serie de ellas. Hay muchos que sólo tienen fe en las pastillas
y en las jeringas. Pero mientras se encuentran en el hospital, escuchan el
silencio de Prashanti Nilayam y sienten la bienaventuranza que perfuma
la atmósfera. Responden a los bhajans y ven cómo son felices las perso-
nas que participan en ellos. Durante su estancia en esa casa de salud, que
es el hospital (Arogya Nilayam), son atraídos a la casa de la bienaventu-
ranza (Ananda Nilayam), el mandir de Prashanti, y gradualmente se equi-
pan con la armadura de la fe que, en el futuro, los protegerá de cualquier
enfermedad. Cuando la gente pregunta por qué debe haber un hospital en
este sitio, quiere decir realmente que todo aquí tendría que solucionarse de
manera milagrosa y que ninguno de los que vienen debe enfermarse o mo-
rir, pero deben pensar que son ustedes los que deciden su condición. To-
dos tienen que morir tarde o temprano. Nadie deseará tener las mismas ro-
pas año tras año. Si aun los avatares dejan el cuerpo cuando han termina-
do Su misión, ¿cómo podría el hombre salvarse de la inevitable disolu-
ción? Muchos pacientes llegan gravemente enfermos y no deben ser aco-
modados junto a otros en las salas o habitaciones. Requieren atención es-
merada y cuidado amoroso, una dieta especial y facilidades que sólo un
hospital puede proporcionar y por eso son admitidos en el hospital, en es-
pera de Mi darshan y de Mi socorro. Aquí pueden ser mejor cuidados que
en medio de una vasta reunión de devotos”.
Cada uno de quienes han llegado al ámbito de la protección de Baba
se da cuenta, tarde o temprano, de que Su gracia y Su vibhuti son muchí-
simo más potentes que cualquiera de las drogas disponibles en la actuali-
dad. La atmósfera de Prashanti Nilayam, cargada con las vibraciones es-
pirituales del Pranava, del Sankirtan, de los bhajans y de las oraciones
126
ejerce una acción curativa dentro de la conciencia de los pacientes del hos-
pital como también en sus cuerpos físicos. Es un principio bien conocido
en la moderna neuropsicología, que los cambios en el estado mental de un
individuo producen efectos neurofisiológicos en el cuerpo físico. El autor
también empleó este principio, en el pasado, para provocar tales cambios
bajo estados de hipnosis. Hoy en día, estos cambios pueden ser medidos
por delicados instrumentos eléctricos y valorados tanto cualitativa como
cuantitativamente. Entre los innumerables hospitales modernos que hay
en la Tierra, el hospital de Baba es único, porque proporciona medidas co-
rrectivas no sólo para el marco físico del cuerpo, sino también para la ad-
ministración interna del individuo. Esta forma combinada de tratamiento
se podría llamar “Saicoterapia”.
El hospital fue inaugurado en octubre de 1956, y su edificio, aunque
carezca de pretensiones y sea sencillo, es un monumento de valor y un
ejemplo de cómo se brinda un servicio desinteresado. En numerosas oca-
siones, el autor ha servido en ese hospital y también ha observado las inex-
plicables curaciones que tienen lugar allí. El doctor B. Sitharamiah, que
ha sido el encargado durante casi veinte años, dice: “Las piedras en la ve-
sícula desaparecen cuando El habla despectivamente de ellas; los ataques
al corazón son evitados misteriosamente; el asma no vuelve a atormentar
a sus víctimas y los tumores que causan ansiedad, tanto a los pacientes co-
mo a los médicos, se disuelven por Su mandato”. No es de extrañar que
los pacientes desahuciados en famosas instituciones de este país y del ex-
tranjero, busquen refugio en el hospital de Baba.
El autor vivió una experiencia notable de la gracia de Baba durante las
celebraciones de Navaratri en Prashanti Nilayam, en octubre de 1973. Un
día antes del inicio de las festividades, se enfermó y tuvo una leve altera-
ción de la temperatura durante las tempranas horas de la mañana. Más tar-
de, esa misma mañana, debía tratar a algunos pacientes de odontología en
el hospital, así que tomó dos tabletas de aspirina y siguió con su trabajo.
Cuando hubo terminado con los pacientes, la fiebre había subido bastante
alto, 40 grados, y el autor pidió a uno de los médicos que lo examinara y
le diera alguna medicina. El mal fue diagnosticado como “gripe” con sus
síntomas concomitantes de resfrío, dolor de espalda, dolor de garganta,
etc., y se le recetó una mezcla para tomar. También se le dieron algunos
paquetitos de polvos para que los ingiriera a intervalos regulares. Una ho-
ra más tarde, la fiebre seguía subiendo y el autor tomó el contenido de uno
de los paquetes de polvos, esperando que le ayudara a controlarla. Se
acostó para descansar y así pasó otra hora. Ni las tabletas de aspirina ni la
mezcla ni los polvos tuvieron ningún efecto sobre la fiebre que siguió su-
biendo más y más. El autor pidió a sus amigos de la misma habitación que
le aplicaran compresas frías en la frente mientras se dormía. Debe haber
sido ya muy entrada la tarde cuando el autor tuvo un sueño. En él, Baba
127
se le apareció y le dijo que descartara todas las medicinas e ingiriera sola-
mente vibhuti con agua. Fue un sueño muy real, con un claro mandato. El
autor se despertó y tomó algo de vibhuti y agua, pero no les informó nada a
sus amigos acerca del sueño. Mas tarde, por la noche, uno de los médicos
trajo algunas tabletas para el autor, pero éste las rehusó, ante el asombro de
todos los presentes. El extraño comportamiento se atribuyó a la elevada fie-
bre. De modo que otro de los doctores, perplejo por tal actitud, dejó sus me-
dicinas en el cuarto, donde otras personas estaban presentes. La fiebre no
daba señales de disminuir y las compresas frías se le siguieron aplicando
más o menos durante toda la noche. Cada vez que el autor tomaba vibhuti
con agua, sus amigos le hacían bromas porque no ingería ninguna medici-
na ni acataba las órdenes del médico. El autor se mantuvo en discreto si-
lencio y disfrutó secretamente de la situación, a pesar de la fiebre.
A la mañana siguiente, el autor —que se sentía peor que nunca— se
enteró de una grata noticia. Algunos devotos iban a ser instalados por el
mismo Baba en unas habitaciones del piso donde estaba su cuarto. Espe-
ró y rezó para que Baba lo fuera a ver a su paso hacia las otras habitacio-
nes. Al pasar Baba delante de su puerta, pocas horas después, se detuvo y
se asomó al cuarto durante unos segundos. Minutos más tarde, la fiebre
excesivamente alta que lo había estado atormentando en las últimas trein-
ta horas, comenzó a bajar y a la mañana siguiente su temperatura era com-
pletamente normal. Sin embargo, la fiebre había cobrado su precio y el au-
tor no podía permanecer de pie por más de cinco minutos sin sentirse ma-
reado. En el pasado, “gripes” menores y fiebres lo habían dejado en gran
medida incapacitado por casi una semana, para poder soportar cualquier
esfuerzo físico, de modo que el autor se preguntaba si iba a poder cargar
la pesada cámara de cine (8 kilos) y moverse de un lugar a otro para fil-
mar las ceremonias de celebración del yajna que se iniciarían dos días des-
pués. Sin embargo, cuando se inauguró el yajna, el autor tuvo la suficiente
fortaleza como para filmar y registrar todos los detalles de este antiguo sa-
crificio védico, sin sufrir el más mínimo cansancio u otros efectos destruc-
tores de la fiebre. Fue la gracia de Baba la que detuvo la fiebre y le permi-
tió una recuperación muy rápida. El secreto divino contenido en el vibhuti
había hecho su trabajo y no se necesitaron otros tónicos para que se recu-
perara después de esa enfermedad. Similarmente, innumerables personas
reciben la gracia de Baba, en el Hospital Sathya Sai, por medios inexplica-
bles. El lector encontrará en el siguiente capítulo, algunos detalles adicio-
nales relativos a las revelaciones recibidas durante los sueños en los cuales
el mismo Baba se manifiesta para un fin específico. Todo esto no es sino
un juego de Su divino amor, de Su infinito e incondicional prema.
Baba ha dicho: “Mi marca distintiva es este prema y no la creación de
objetos materiales… el prema o amor que les da la bienvenida y los ben-
dice, el prema que me hace acudir a la presencia de los buscadores, de los
128
dolientes y de los afligidos en distintos países o en cualquier lugar que se
encuentren, ésa es la verdadera señal. Eso es lo que declara que Yo soy Sai
Baba”. Verdaderamente, es eso lo que le otorga la autoridad y la respon-
sabilidad de ser la Divina Madre de toda la humanidad y lo que le confie-
re a uno la verdadera Visión de lo Divino; y si eso se pone en práctica, ha-
ce surgir la divinidad dentro de uno.
Una enfermedad que Baba asume o toma para proteger a alguien de-
be ser vista también en el contexto de este prema. Por ejemplo, el episo-
dio de la presión sanguínea alta —narrado en el primer capítulo— o el in-
cidente del apéndice perforado que tuvo lugar en diciembre de 1970 en
Cabo Raj Nivas, Goa. En aquella oportunidad, Baba mencionó el signifi-
cado de tal enfermedad asumida y su lugar en el esquema de las activida-
des del avatar. El dijo: “Muchos hay que dudan de la existencia de Dios,
lo niegan o desdeñan la idea de Dios como si se tratara de una tonta y añe-
ja superstición. Para quitarles ese engreimiento, la divinidad, por Su gra-
cia innata, revela Su gloria sobrehumana. Los escépticos reciben la res-
puesta sin preguntar, la puerta se abre sin que la toquen, pues aquéllos que
niegan nunca llamarán. La respuesta es proclamada para que todos la oi-
gan. Tomen por ejemplo la enfermedad que vino a este cuerpo. Es natural
que el cuerpo humano genere enfermedades, debido a la ingestión de ali-
mentos en mal estado o de hábitos perniciosos. Eso explica las enferme-
dades de los hombres comunes, pero no la enfermedad que ustedes pre-
senciaron durante los últimos dos días. Esa fue una enfermedad asumida
por Mí, voluntariamente, a fin de salvar a una víctima que no la habría so-
portado. Que su existencia transcurra en buena salud es deseable para la
tarea que me es grata. Derramar gracia sobre el devoto es una de las fun-
ciones del avatar. En aquella ocasión, los doctores tenían opiniones uná-
nimes en el sentido de que era preciso efectuar de inmediato una inter-
vención quirúrgica porque, en caso contrario, ellos no se hacían responsa-
bles de lo que sucediera. Decían que el apéndice inflamado ya se había re-
ventado y que la infección había entrado en la corriente sanguínea. A una
situación que es fatal para todos los mortales… no habría sobrevivido el
afectado y tampoco hubiera podido soportar el terrible dolor que eso cau-
sa. Yo, que lo sabía, he venido a fin de salvar con este cuerpo a los ‘otros
cuerpos’, del dolor y del sufrimiento. Este cuerpo es invulnerable al dolor
y ninguna enfermedad puede afectarlo. Esa es la verdad”.
“Deben entregar su juicio al Señor. Entonces, el Señor asumirá plena
responsabilidad y será su guardián, su guía y su motivador. Aquel devoto
me había entregado todo, inclusive su juicio, y Yo tenía que salvarlo asu-
miendo su enfermedad. Los síntomas de esa enfermedad han desapareci-
do y no volverán a presentársele nunca. Ustedes hacen referencia a este in-
cidente como si fuera milagroso, pero recuerden: cada uno de ustedes es
un milagro sostenido por Dios. Cada respiración es una prueba de su pro-
129
videncia y cada suceso es una consecuencia de Su divina presencia y de
Su poder. Dondequiera que encuentren verdad, belleza, bondad, sabiduría
y compasión, ahí está Dios presente y activo. El hombre niega a Dios con
el mismísimo aliento que Dios le ha dado y cierra los ojos que Dios ha
abierto en él, declarando que no hay ningún Dios que ver. Por lo tanto,
esos acontecimientos asombrosos deben ser registrados y difundidos entre
los hombres para que la fe en Dios y el poder de reconocer la divinidad se
incorporen a las facultades humanas. Sólo entonces la mente del hombre
podrá ser encauzada hacia el ‘Amo de los Mundos’. Ustedes están prepa-
rados para creer en estas cosas cuando las asocian con Rama, Krishna u
otras encarnaciones, porque sienten que una creencia tal no les impone
ninguna obligación, pero temen que si la divinidad es reconocida como en
el caso de la encarnación que tienen delante de ustedes, ciertas conse-
cuencias pueden sucederles y tratan de evitarlas. Sin embargo, Yo sigo Mi
tarea de proteger a todos los sinceros devotos de Dios y salvarlos (bhak-
tarakshana) sin que me importe lo que el mundo pueda decir o pensar al
respecto”.
El primer día de Dassera es celebrado como el Día del Hospital. La
razón de esa conmemoración la da Baba del siguiente modo: “Cuando los
doctores vinieron a pedirme permiso para la festividad del Día del Hospi-
tal, Yo dije que sí porque eso les da a ustedes una oportunidad de conocer
las disciplinas requeridas por Mí para mantener este instrumento físico sa-
no y activo”. Ese día, Baba pronuncia un discurso público y cada año da
muchos consejos valiosos para conservar sano el cuerpo, ya que después
de todo, el hombre puede experimentar a Dios sólo cuando está en un
cuerpo humano. Baba ha dicho que el cuerpo es un don muy precioso y
que debe ser cuidado tiernamente porque es una máquina muy compleja y
de equilibrio delicado, hecha para cumplir con una tarea loable. El autor
reproduce aquí algunas partes de los discursos de Baba.
La mayoría de las enfermedades de hoy son producidas por hábitos
alimentarios erróneos y formas equivocadas de pasar el tiempo en el ocio.
Baba dice: “Los doctores no parecen comprender que la palabra ‘alimen-
to’ connota una amplia variedad de ‘consumos’. Cada experiencia que se
tiene a través de cualquiera de los sentidos debe ser considerada como
‘alimento’, porque causa un efecto en la salud. Cualquier cosa que vea-
mos, oigamos, olamos o toquemos tiene efecto sobre el cuerpo, para bien
o para mal. Por ejemplo, cuando algunas personas ven la sangre o reciben
alguna mala noticia puede presentarse en ellas un estado de ‘shock’; o
cuando algo intrínsecamente desagradable es percibido por un ser sensiti-
vo, se produce una reacción alérgica. Una mente sana asegura un cuerpo
sano y un cuerpo sano asegura una mente sana. Son interdependientes. Si-
milarmente, la salud es esencial para la felicidad, y la felicidad —o una
capacidad de ser feliz a pesar de lo que ocurra— es esencial también para
130
la salud física. El alimento que comemos debe ser sabroso, fortalecedor y
agradable. No ha de ser ni muy picante ni demasiado agrio ni salado. El
alimento rajásico exaspera las emociones; los alimentos tamásicos indu-
cen a la pereza y al sueño, mientras que los alimentos sátvicos satisfacen
sin inflamar las pasiones o las emociones. La gente puede ser sana y vivir
más tiempo solamente si se alimenta con el mínimo requerido, en vez de
comer con exageración. La escasez de granos alimenticios es debida prin-
cipalmente a malos hábitos alimentarios y al desperdicio. Ayunar un día a
la semana es bueno para el cuerpo así como para el país. No se sienten a
comer sino hasta que tengan mucha hambre y esperen el aviso nueva-
mente, antes de volver a cargar el estómago”.
“El cuerpo, ya sea fuerte, ya débil, es un instrumento eficiente o ine-
ficiente según el alimento y los hábitos recreativos que hayan tenido nues-
tros padres. Puesto que los padres no ponen atención a esto, la salud de los
niños se resiente. Hoy en día, tenemos hospitales, dispensarios y clínicas
por doquier, porque la enfermedad azota cada familia y cada hogar. La ra-
zón de eso es que la atmósfera de un hogar moderno está llena de artifi-
cialidad, de ansiedad, de envidia, de descontento, de alardes vacíos, de va-
na pompa, de extravagancia, de falsedad y de hipocresía. ¿Cómo puede al-
guien que crece en una atmósfera totalmente corrosiva estar libre de en-
fermedad?; la gente se vuelve ansiosa y temerosa de cosas que no com-
prende. La radio, el periódico y el cine asustan a la gente hasta llevarla al
pánico cuando le hablan acerca de su salud, los niveles de vida, la seguri-
dad social y la seguridad nacional. Cada hora que se pasa escuchando o
leyendo estas cosas se recibe una dosis extra de ansiedad. El temor es la
causa más frecuente de enfermedad. Si el hogar está lleno de la limpia fra-
gancia de la dicha y de la paz, todos sus ocupantes serán felices y sanos.
Por lo tanto, los mayores tienen una gran responsabilidad hacia la genera-
ción más joven. La ira es también una de las causas principales de la ma-
la salud, además de ser peligrosa por otras razones. Trae consigo una lar-
ga lista de secuelas, cada una de las cuales añade su parte a la ruina final.”
“El cuerpo brillará si el carácter es bueno; el servicio al prójimo y la
adoración a Dios mantendrán su encanto. El Señor estará vigilando con
sus miles de ojos hasta la más mínima actividad del hombre para descu-
brir en ella la más leve traza de amor altruista que la endulce. En el pasa-
do, las enfermedades se curaban con sencillos remedios proporcionados
por la naturaleza, como el descanso y la regulación de la dieta, así como
las prácticas espirituales. Pero ahora, el hombre vive en una etapa de ta-
bletas e inyecciones. No crean que la salud se obtiene y se conserva con
los cuidados de los médicos ni que los medicamentos puedan garantizar-
la. Si ése fuera el caso, entonces todos los muertos deberían estar vivos.
Examinen ustedes mismos si los doctores practican lo que aconsejan a los
demás. Califican el fumar y el beber como intoxicantes y peligrosos para
131
la salud, pero ellos se entregan a ambos vicios y así, alientan los mismísi-
mos males que condenan. Este es el tipo de consejeros sanitarios que te-
nemos hoy. En cada campo, así sea espiritual, moral, económico, político
o literario, la ausencia de líderes auténticos es la causa original de toda la
aflicción, el temor y la ansiedad que atormentan al mundo.”
En este contexto, vale la pena mencionar que las autoridades de los
países occidentales apenas están empezando a despertar y así a compren-
der la verdad contenida en las declaraciones de Baba. Un miembro im-
portante del Centro de Estudios de Política Social en Londres escribió re-
cientemente —a propósito de la crítica de un libro— en el British Medi-
cal Journal (1975), 4:634: que el mayor campo de acción para mejorar la
salud reside quizás, en las medidas que se tomen para cambiar el com-
portamiento social más que en el aumento de los servicios médicos. El di-
rector general de la Organización Mundial de la Salud hizo una observa-
ción similar con referencia al aumento en la magnitud de las caries denta-
les en los habitantes de los países desarrollados. Documento WHO A
28/10, WHA, Ginebra (1975). El dijo: La respuesta usual a un rápido au-
mento en la prevalencia de las caries dentales en cualquier país ha sido el
dar prioridad al desarrollo de una clase adiestrada de profesionales y au-
xiliares para restaurar y reemplazar los dientes careados y rehabilitar las
bocas dañadas. Como principal medida, antes que el apoyo para un servi-
cio que debe ser esencialmente preventivo, ese tipo de respuesta es extre-
madamente costoso, excesivamente ineficiente y, a la luz del conocimien-
to científico de hoy, socialmente indeseable…”
Las personas que tienen autoridad y son responsables de la planifica-
ción de los servicios de salud médica y dental en este país, deberían tomar
nota de esas palabras. En varias convenciones, conferencias y reuniones
médicas, uno escucha a menudo las quejas de doctores y de otras personas
relacionadas con el medio: “Tenemos solamente un médico para tantos mi-
les de personas”. ¿Significa esto que todos esos miles están enfermos y re-
quieren tratamiento? ¿Somos una nación compuesta sólo de personas en-
fermas, como para requerir cada vez más y más doctores, dentistas, clíni-
cas y hospitales? ¿Está la profesión médica y dental en este país orientada
hacia la salud o hacia la enfermedad? ¿Puede algo ser más enrevesado que
el hecho de dar prioridad al tratamiento de las enfermedades en vez de dár-
selo a su prevención? El tratamiento de las enfermedades no eliminará ni
reducirá el problema general de la mala salud y la enfermedad. Para citar
un pequeño ejemplo diré que se ha observado recientemente, en Inglaterra
y Gales, que el cuidado regular de la dentadura sólo permitía conservar las
piezas dentales unos cinco años más, aproximadamente, respecto del pro-
medio de edad en que solía producirse la edentación (pérdida de todos los
dientes). Int. Dent. J. (1975), 25:26). En otras palabras, después de gastar
millones de libras en tratamientos dentales regulares, todo lo que habían lo-
132
grado las autoridades había sido prolongar la vida de los dientes de algu-
nas personas por cinco años más. Sin duda, hay una lección que debe
aprenderse en tales ejemplos. La OMS (1946) define la salud como un es-
tado de completo bienestar físico, mental y social que, cuando se promue-
ve, causa una recesión de la enfermedad, la cual pasa a segundo término.

1. Nuestro primer objetivo debería ser promover la salud; el segundo,


prevenir las enfermedades y, por último, proporcionar el tratamiento
requerido para los distintos padecimientos.
2. Nuestra educación (médica y dental) debe ser revisada a la luz de es-
tas prioridades, de manera que podamos generar médicos sanos con
sanas perspectivas ancladas firmemente en el dharma.

Quienes se adhieren al dharma están protegidos también por el dhar-


ma, tanto en su salud como en todo su bienestar físico. La prueba de esta
muy antigua verdad puede ser experimentada o comprobada por cual-
quiera que se tome la molestia de investigar las acciones de un avatar.
Aquél que ha venido como la encarnación del dharma, para reavivarlo y
restablecerlo, protege a todos aquéllos que se entregan a él. Si bien el gra-
do de protección y gracia depende estrictamente del grado de adhesión al
dharma.
La mejor medida preventiva de la mala salud —dice Baba— es la bie-
naventuranza que viene del desapego. El dice: “Mírenme. He venido con
este cuerpo que no se diferencia en nada de cualquier otro ser humano, co-
mo pueden ver; sin embargo, la enfermedad nunca lo ha afectado ni podrá
afectarlo en ningún momento. (Hay que distinguir entre las enfermedades
que Baba ‘asume’ para la protección de los devotos y no confundirlas con
aquéllas a que hace referencia). Tampoco tomo ninguna precaución con-
tra ellas. Como toda clase de alimentos en distintas clases de hogares y si-
tios diversos. Hay en Mi mesa una variada selección de platos que los de-
votos traen de todos los rincones del mundo a Nilayam. No tengo menú
fijo y no me preocupo por tenerlo. Me muevo en toda variedad de climas
y no me afecta en lo más mínimo si llueve o hay Sol, si es verano o in-
vierno, o si estoy en un valle o en la cima de una meseta. Bebo el agua de
un pozo hoy y de otro mañana. Pero Yo nunca estoy enfermo porque soy
la personificación de la bienaventuranza en todo momento. Si la gente me
alaba o me maldice, no me perturbo para nada. Así hablen de Mí con irre-
verencia o adoración, Mi bienaventuranza es la misma”.
“La naturaleza tiene muchos misterios en sí, pero el hombre es capaz
de desentrañar sólo los que puede captar a través de sus cinco sentidos. El
no se da cuenta de que hay un vasto ámbito desconocido más allá de su
campo de visión y de sus cinco falibles instrumentos de percepción. Por
ejemplo, millones de diminutas partículas y vibraciones emanan constan-
133
temente de cada ser y de cada cosa, sin interrupción. Los cuerpos de otros
nos afectan a causa de esas emanaciones y nosotros también los afectamos
de la misma manera. Para bien o para mal, esta interacción es ineludible
y, naturalmente, el crecimiento, la salud y la fuerza del cuerpo son modi-
ficados por el contacto o la compañía que elige. Estas emanaciones se in-
tensifican cuando se acumula la suciedad o los drenajes están atascados o
se han mezclado las aguas negras. Las reglas sanitarias se establecen para
reducir la posibilidad de la difusión de las enfermedades de tales áreas”.
Baba ha descripto cinco tipos de baños que se mencionan en las es-
crituras para proteger al cuerpo físico de las emanaciones dañinas. El ba-
ño de lodo, el baño de Sol, el baño de agua, el baño de aceite y el baño de
ceniza. Los cuatro primeros tienen un efecto limpiador, pero el baño de
Sol en particular, tiene propiedades desinfectantes poderosas. El baño de
ceniza, en el cual el cuerpo recibe una fina capa de vibhuti, es de natura-
leza protectora. La ceniza no sólo protege al que se la aplica, de los efec-
tos destructores de las vibraciones que procedan de otros, sino que purifi-
ca las suyas propias. Las demás propiedades del vibhuti han sido enume-
radas en un capítulo anterior.
Baba exige que se practique una limpieza personal así como las me-
didas higiénicas convenientes, antes de emprender cualquier práctica es-
piritual. El dice: “Las reglas elementales de limpieza personal son descui-
dadas en nombre de la novelería y del ‘neoespiritualismo’. El baño es
omitido, así como la higiene bucal. Se fomentan y toleran hábitos perju-
diciales. La boca es la puerta de entrada a la mansión física y si la puerta
de entrada es fétida, ¡qué podemos decir de la residencia y de los habitan-
tes! El desaseo se ha vuelto un culto popular y es necesario mantenerse
alejados de sus partidarios, pues la limpieza es vecina muy próxima de la
santidad. Unas cabezas y unos cuerpos desgreñados, desaliñados y sucios
denotan mentes e intelectos desgreñados y desaliñados. A veces, algunas
personas citan el ejemplo de los rishis, que no se ocupaban de sus cuer-
pos. Los rishis tenían pleno control sobre sus órganos sensorios y estaban
siempre en el plano más alto, cerca de la Realidad. Querer imitarlos sin
antes poseer la misma fuerza, control y convicción interna de que uno no
es el cuerpo, sólo puede llamarse hipocresía y exhibicionismo”. En este
contexto, Baba una vez relató el ejemplo de Ramanuja, quien bebió un vi-
no que le ofreció un discípulo. Algunos de los discípulos allí presentes
gustaban del vino y pensaron para sí que el haberlo aceptado Ramanuja
significaba que ellos también podían tomar un poco. Pero sucedió que ca-
da uno bebió algo así como nueve veces la cantidad que tomó Ramanuja.
Dándose cuenta de lo que había en sus mentes y con el propósito de im-
partirles una lección, Ramanuja obtuvo una pequeña cantidad de metal
fundido, lo derramó en la palma de su mano y lo bebió. Los discípulos lo
observaron atentamente. Ramanuja les preguntó entonces la razón de por
134
qué no se disponían a beber con El un poco del metal fundido. Baba dice:
“Sean ecuánimes, instalen en su mente la necesaria fe en la divinidad y
entonces obtendrán la autoridad necesaria para descuidar las exigencias
del cuerpo. Sin tener la pureza, fe y control necesarios, no pueden cues-
tionar la sabiduría de los sabios ni preguntar qué mal puede haber si us-
tedes se comportan como ellos. Con seguridad, se producirán grandes da-
ños si se aventuran por estos reinos del espíritu con un ego exagerada-
mente inflado”.
“Ustedes son la personificación del Atma divino. No anhelen obtener
reconocimiento y respeto de otros; anhelen más bien ganarse la gracia del
Señor. Recuerden que las personas a quienes sirvan son templos donde
Dios está instalado. Adórenlos con las flores de las buenas palabras, la
ayuda oportuna y el cuidado vigilante”.
Después de la celebración del Día del Hospital, Baba tiene reservado
un día para alimentar a los pobres de los pueblos que hay en los alrededo-
res de Puttaparti. Se distribuyen alimentos exquisitos entre miles de per-
sonas, cada año y Baba regala muchas prendas de vestir, a los necesitados.
El rehúsa llamar a esa gente “pobres”, pues muchos de ellos, dice, son ri-
cos de espíritu.
Se hacen anuncios previos a la fecha escogida, en los pueblos de los
alrededores y la gente comienza a reunirse ese día, a partir de las 11 de la
mañana. Vienen caminando y recorren largas distancias, algunas de mu-
chos kilómetros; los baldados vienen cojeando con la ayuda de un bastón
o dos, mientras que los ancianos y los débiles se apoyan en amigos o fa-
miliares igualmente ancianos; los niños también siguen a los mayores a
pie y los muy pequeños van sobre los hombros de los más jóvenes de la
familia. Los voluntarios los tratan con compasión y respeto, porque des-
pués de todo son los huéspedes del Señor, invitados a Su divino banque-
te. Sí, es su gran día, pues el Señor mismo les va a servir. Los hombres se
sientan en filas separadas de las de las mujeres y los niños pequeños se
sientan con sus madres. Es algo digno de verse, esas filas de personas, una
tras otra, miles de ellas esperando silenciosa y pacientemente a que llegue
Baba. La comida recién preparada se coloca debajo de un pequeño toldo,
junto con todos los miles de recipientes, cucharas y jarrones de agua. Una
brigada de entusiastas voluntarios han trabajado durante veinticuatro ho-
ras para cocinar la comida y tener todo listo, a tiempo para la función. En
el momento apropiado, Baba llega al toldo y bendice la comida, espar-
ciendo agua de cocos recién abiertos. Los voluntarios llenan entonces los
numerosos recipientes y toman sus posiciones a lo largo de las filas para
servir tan pronto como Baba dé la señal. Cada persona ha recibido ya un
plato circular hecho de hojas secas pequeñas hábilmente colocadas y uni-
das con palitos de madera. Baba inicia el obsequio sirviendo El mismo a
los concurrentes, grandes cantidades de arroz, pyasum y sambhar (caldos
135
de vegetales), con Sus propias manos. También un buen número de jóve-
nes muchachos y muchachas de los colegios de Baba actúan como volun-
tarios para servir los alimentos y están felices de que Baba les dé esa opor-
tunidad de rendir servicio al hombre (Narayana Seva) en Su divina pre-
sencia. Algunos están ocupados poniendo en los platos hojas nuevas para
los recién llegados, otros sirven el agua y los alimentos, mientras que los
más fuertes hacen de cargadores a lo largo de las filas para rellenar los re-
cipientes vacíos con alimento y agua. Durante todo este acontecimiento,
Baba supervisa todos los arreglos, guía a los voluntarios y El mismo da
una mano cuando se requiere.
Para un observador casual, se trataría de una función simbólica de la
caridad a fin de cultivar el desprendimiento y ganarse méritos espirituales
(punya). Sin embargo, cuando un Purna Avatar emprende la realización de
tales actos, hay un significado espiritual más profundo y lleva un mensa-
je para toda la humanidad. Es necesario conocer ese significado interno
para poder aplicar correctamente el mensaje y así obtener el máximo be-
neficio y recibir felicidad de las propias prácticas espirituales. ¿Cuál es el
significado y el mensaje internos?
Hay tres aspectos divinos asociados con esta función: Divina Pureza,
Divino Servicio y Divina Bienaventuranza. Todo lo que emana de Baba es
puro, y esto incluye Sus pensamientos, Sus palabras, Su presencia y Sus
acciones. Cuando El bendice y consagra el alimento rociando agua de co-
co, éste se vuelve puro y cuando lo sirve a los pobres, está efectivamente
alimentándolos con pureza. Así, por Su amante gracia, todas esas perso-
nas están recibiendo una gran dosis de pureza de Sus divinas manos. Es-
te es el primer aspecto. El servicio se vuelve divino cuando lo acompañan
la humildad y el amor. Aquél que es el Amo del Universo se pone el man-
to de suprema humildad y ofrece amante servicio a los hombres más po-
bres de la Tierra. Baba no tiene nada que ganar en este mundo, ni siquie-
ra méritos (punya); por tanto, cualesquiera que sean los actos que El rea-
lice, éstos nacen de un amor puro y sin la mancha de intenciones egoístas.
Es como el amor de una madre por su hijo. Sai, la Divina Madre, mani-
fiesta esto como Su amoroso servicio divino para Sus hijos. Ese día, mien-
tras observaba a Baba, el autor comprendió el verdadero significado del
amoroso servicio divino. Si el Señor mismo toma conocimiento y se sa-
crifica para servir a los hombres, cuánto más feliz sería el Señor si el hom-
bre se sacrificara para servir a sus semejantes. Toda la vida de Baba es un
ejemplo viviente de este mensaje. Ese es el segundo aspecto. Finalmente,
al distribuir alimento y ropa, Baba hace felices a los pobres y menestero-
sos. Así, El comparte Su divina bienaventuranza con Sus invitados, des-
pués del banquete, en esta auspiciosa ocasión del festival de Dassera.
Habiendo comprendido los tres aspectos divinos de esta función, aho-
ra ya podemos comportarnos como el avatar y poner en práctica Su men-
136
saje. Por ejemplo, durante las ceremonias matrimoniales o en algunas oca-
siones festivas, cuánto mejor sería que en vez de alquilar un salón de bai-
le en un hotel clasificado con cinco estrellas e invitar a nuestros sobreali-
mentados amigos y familiares a una cena, diéramos de comer a los pobres.
Cierto que entonces no nos quedarían muchos amigos y familiares y que
nuestro único y verdadero amigo y pariente sería Dios. Sólo El nos acom-
pañará después de la muerte. Por cierto, no hay que esperar ocasiones fes-
tivas para alimentar a los pobres. Puede hacerse en cualquier momento y
a intervalos regulares, como parte de la práctica espiritual de uno. Para es-
te propósito, la totalidad o por lo menos algo del alimento debe ser con-
sagrada y Baba ha aconsejado el siguiente procedimiento. Separen diaria-
mente un puñado o más de arroz y ofrézcanlo al Señor en el momento de
la adoración. Cuando se haya acumulado una cantidad suficiente, cocí-
nenla con otros alimentos y distribúyanla entre los necesitados. No sólo
estará feliz el que recibe, sino que el dador obtendrá también satisfacción
y felicidad. De esta manera, la obligación de observar los tres aspectos di-
vinos, a saber: pureza en el alimento, amoroso servicio y comportamien-
to de la bienaventuranza, habrá sido cumplida.
Baba dice también que el alimento que uno ofrece a otros o el que es
consumido por uno mismo, tiene que ser adquirido por medios correctos.
El da un ejemplo muy simple: “La rama de un árbol cargada de frutos en
el jardín de un vecino puede estar proyectándose hacia el jardín de uno;
comer de esos frutos sin el permiso del dueño equivale a robarle”. Así, no
importa cuán pura y sátvica sea la fruta, esta clase de alimento con segu-
ridad tendrá malos efectos en la salud de uno y resultará un obstáculo pa-
ra el progreso espiritual. Similarmente, los efectos destructores de la ri-
queza acumulada por medios injustos, también se convierten en barrera
para el progreso espiritual. Con el fin de cumplir el propósito del naci-
miento humano es necesario que el hombre viva en un estado de vida adh-
yátmico en la sociedad. Por supuesto, un estado de vida adhyátmico en la
sociedad es incompatible con un modo de vida antisocial y dañino. Un as-
pirante no puede esconderse del mundo con el propósito de buscar la sal-
vación y eludir sus responsabilidades para con la sociedad, ni puede ad-
quirir paz permanente y duradera si él hiere con acciones dictadas por el
egoísmo, a la sociedad en la cual vive. Este punto requiere ser analizado
en detalle y es sabio confiar en la autoridad de aquellas escrituras en las
cuales el Señor mismo ha hecho aclaraciones pertinentes.
El autor tomó conciencia por primera vez del estado adhyátmico de la
vida en sociedad, por medio del “código de ética” engastado en las Gathas
y, subsiguientemente, por un estudio de los textos de otras religiones. Sin
embargo, la mejor exposición de este tema se halla en el Gita, en el capí-
tulo donde se aborda el Atma-Samyama-Yoga. Hace muchos siglos, la Es-
trella del Cielo, como maestro del Gita en la forma de Krishna, pronunció
137
estas inmortales palabras para beneficio de Arjuna, el Atma individualiza-
do, viviente en la sociedad. Un día de marzo de 1973, en Whitefield, la Es-
trella del Cielo explicó una vez más el significado interno de estas mis-
mísimas palabras, en la forma de un mensaje lúcido acerca de la relación
entre el individuo, la sociedad y Dios (Ishvara). En verdad, es la esencia
del Gita.
Baba explicó: “La vida adhyátmica tiene un papel importante que de-
sempeñar en el acontecer de la sociedad. Algunos pueden sentir que la vi-
da adhyátmica y la vida de una sociedad son polos opuestos y no tienen
nada en común entre sí. Este punto de vista es incorrecto. La vida adhyát-
mica con sus doctrinas es esencial no solamente para la elevación de la so-
ciedad y un sano desarrollo de la casta o nacionalidad, sino que lo es tam-
bién para la vida misma de un individuo. Cuando toda la sociedad vive
junta, en perfecta armonía como una sola familia, es entonces cuando se
presenta el verdadero estado adhyátmico contemplado en el Gita. Del mis-
mo modo que el individuo es la manifestación del Señor, lo es también la
sociedad o comunidad. Las cualidades divinas deben ser manifestadas o
reveladas por los individuos que viven en una sociedad o una comunidad.
Es la esencia del Gita. El individuo es un objeto concreto visible a nues-
tros ojos, pero la comunidad como un todo, es invisible. Similarmente, el
mundo es un objeto visible y el Señor o Ishvara es invisible. La comuni-
dad no es un objeto visible separado sino que está constituida por las cua-
lidades divinas que la compenetran. Gracias a esas cualidades divinas que
compenetran a la comunidad, el maestro del Gita probó que el individuo
no necesita dejar la comunidad y recluirse en soledad, a fin de realizar la
práctica adhyátmica”.
Para llevar a cabo la práctica adhyátmica es esencial que el aspirante
capte los sutiles matices connotados en la palabra dharma y aprenda a dis-
criminar entre el verdadero dharma y el dharma ordinario. Con ese pro-
pósito, Baba explicó además, que la palabra dharma puede tener varios
significados, siendo uno de ellos nithi, que significa conducta recta y mo-
ral. La decisión del Señor Krishna fue que la fuerza que desvía a la con-
ciencia (chaitanya) del individuo hacia la verdad (la divinidad o Ishvara)
y la mantiene allí firmemente se llama dharma. El señor Krishna también
predicaba que cuando prakriti (la naturaleza o creación) se une con el
ahamkara (el ego), se vuelve vikriti o sea, aquello que es dañino para la
creación. En cambio, cuando la misma prakriti se une con Ishvara (la na-
turaleza divina que hay en el hombre), se vuelve sukriti: lo que es útil a la
creación, y cuando las innumerables corrientes de pensamiento (chaitan-
ya o conciencia) se unen con el ahamkara, se llama prakriti-dharma ordi-
nario o simplemente dharma ordinario de la naturaleza, y aquello que
mantiene toda conciencia hacia Ishvara se llama el verdadero dharma o
138
divya-prakriti. El Gita ha señalado que el prakriti-dharma ordinario no es
el verdadero dharma y que el divya-prakriti o la conciencia total atado a
la verdad es el único dharma verdadero.
Baba explicó además, que prakriti no es una clase de fuerza específi-
ca sino una tendencia natural del individuo o svabhava y añadió: “Cuan-
do el Señor encarna para restablecer el dharma, hay que reconocer que no
lo hace con el fin de mejorar el prakriti-dharma ordinario, sino para resta-
blecer el divya-prakriti, verdadero dharma que se ha deteriorado en la so-
ciedad”.
En el Mensaje Divino para este libro, Baba dice: “…su propio ser, la
realidad de su vida, su cuerpo y su alma. Eso es su propia naturaleza. Afír-
menla, manifiéstenla…” El mandato y su objeto se vuelven claros como
el cristal, cuando se leen en el contexto de la explicación ofrecida antes.
La svabhava o propia naturaleza de cada uno, que es divina, debe ser afir-
mada y manifestada en la sociedad para que la naturaleza divina o divya-
prakriti pueda florecer y brillar en la comunidad y en todos los países del
mundo. Sólo entonces descenderán la paz y el éxito al regazo de la huma-
nidad. El mensaje declara además: “…Aténganse a la verdad… y ni un
pelo de su cuerpo será dañado”. La palabra “verdad” implica divya-pra-
kriti y el verdadero dharma. Cuando se ve en este contexto, la interpreta-
ción correcta de la tercera línea del Ahunvar y la del mandato védico,

Dharmo-rakshathi-rakshitha;
Sathya-nasthi-paro-Dharma,

se vuelven claras como el cristal. También se puede decir que sólo cuan-
do se comprende plenamente divya-prakriti es cuando se puede captar y
practicar el concepto total del Asha Vahishta, tal como se expone en las
Gathas.
Baba dice además: “No es suficiente que el individuo únicamente
piense que él es parte de Ishvara sino que debe darse cuenta, tomar con-
ciencia de que Ishvara es su alma (Ser) interna o Atma, y también que su
naturaleza es la misma que la prakriti de Ishvara. Cuando mencionamos a
la prakriti de Ishvara, queremos decir la naturaleza de Ishvara. Esta es la
naturaleza de Sat-Chit-Ananda, que se expresa como las diversas e incon-
tables manifestaciones en la creación. Para establecer una sociedad de cla-
se superior es esencial que la misma sobrepase los límites de nithika, o
sea, de conducta correcta y moral, y lleve un tipo de vida adhyátmico. El
Gita expone y declara —en el capítulo donde se habla de Atma-Samyama-
Yoga— que es Ishvara mismo quien reside en la prakriti-chaitanya o con-
ciencia de una sociedad. Se deducirá de esto que, así como Dios encarna
en la Tierra para el establecimiento del dharma, la propia naturaleza Sat-
Chit-Ananda de Dios también encarna entre los seres humanos durante la
139
creación. Una vez que se ha comprendido esta manifestación de Dios y
de Su naturaleza en la creación, todo temor y toda ansiedad ocasionados
por la naturaleza malvada de la sociedad, desaparecerán de la mente. Las
tendencias humanas son superiores a las tendencias animales y cuando las
primeras se superan, se transmutan en superhumanas o de naturaleza divi-
na. No es posible desarrollar tendencias humanas a partir de tendencias
animales, pero sí es posible lograr la naturaleza divina a partir de las ten-
dencias humanas. Fue una agradable tarea para el maestro del Gita, elimi-
nar las tendencias animales en el hombre y reemplazarlas con otras de na-
turaleza divina. Por lo tanto, nos será posible comprender ahora que el
verdadero propósito de la creación de Dios es el mantenimiento de su na-
turaleza Sat-Chit-Ananda en la conciencia de la naturaleza (prakriti-
chaitanya) de la sociedad para protegerla. Lo mismo que el Sol en el cie-
lo siente los rayos que esparce sobre la Tierra, y aun los rayos del Sol per-
ciben el mundo sobre el cual se extienden, así también Ishvara advierte Su
propio Ishvara-prakriti-loka o mundo de la naturaleza de Ishvara. Del mis-
mo modo que es un error creer que durante las horas oscuras uno puede
usar una lámpara para moverse exclusivamente dentro de la casa y no en
el exterior, así, es incorrecto pensar que este tipo de tratado adhyátmico
pertenece sólo al individuo y no a la sociedad o a la comunidad”.
“Si el hombre permite libre juego a sus preferencias, raga y dwesha
(apego y odio), mientras se mueve entre la gente y en cambio exhibe gran
devoción cuando ve a Dios, no está llevando un modo de vida adhyátmi-
co. El debe ver en todos los momentos y en todas las etapas, tanto al mun-
do como a la gente que hay a su alrededor, en el ‘espejo de la verdad’, que
se llama Sat-Chit-Ananda. Este es el significado interno de la forma cós-
mica (Virat-svarupa) del Señor. En el modo adhyátmico de vida no se de-
ben hacer diferenciaciones entre el individuo y la sociedad, entre los ob-
jetos materiales y los espirituales, o pensar que una obra es suya y otra
pertenece a Dios y así sucesivamente. La corriente de Sat-Chit-Ananda
fluye a través del individuo y llena el tanque llamado sociedad. De allí si-
gue adelante y se une al océano de eternidad, que es el Señor. La esencia
del Gita es hacer que este néctar fluya como la corriente interna del indi-
viduo, de la sociedad y de Ishvara.”
De esta manera, Baba enseñó que todos los millares de nombres de los
millares de caras que hay en una sociedad, connotan solamente al Dios
único, que actúa en esos miles de papeles. El Uno aparece como si estu-
viera encerrado en miles de cuerpos. Uno tiene que entender esta verdad
y atesorarla como la más preciosa dádiva de la vida. Finalmente, Baba ha
dicho: “Mientras los hombres permanezcan apegados a sus relaciones
mundanas, o sea, mientras el ahamkara y mamakara (el egoísmo de lo mío
y lo tuyo) prevalezcan, no podrán librarse de las aflicciones y miserias de
la vida. Tan sólo cuando formen nuevas relaciones a través de la naturale-
140
za divina o divya-prakriti, pasando por el desaliento nacido de los apegos
mundanos (vishada-yoga) será cuando encuentren al Uno y Unico, a la na-
turaleza Sat-Chit-Ananda del Señor manifestándose a sí misma en las in-
numerables entidades de todo el mundo. La divya-prakriti es el resorte vi-
tal del mundo, del individuo, del ambiente mental del hombre y de la co-
munidad. Si uno quiere ver al hombre verdadero (el Ser) y su naturaleza,
en el espejo del Gita, debe desarrollar su percepción para entender que
Dios y Su creación son uno y lo mismo. Cuando se alcanza tal estado en
la mente, entonces Dios se manifiesta en el corazón del individuo”.
Vemos así, que un avatar elimina las cualidades bestiales en el hom-
bre, ahuyenta el adharma de la sociedad y establece un estado superior
adhyátmico de vida en la sociedad. Cualquier persona que desee descubrir
la verdadera naturaleza de Sat-Chit-Ananda, tiene que esforzarse por al-
canzar ese estado adhyátmico de vida en la sociedad y experimentar su
unidad con la humanidad. Esta es la vía práctica más fácil y rápida para
que el hombre del siglo veinte llegue a Dios. El avatar no solamente mues-
tra el camino sino que es El también la meta y está siempre dispuesto a ser
usado para este fin por cualquiera que desee hacerlo.
¿Cómo puede uno comportarse para lograr el estado de vida adhyát-
mico dentro de la sociedad? Las disciplinas y prácticas requeridas para es-
te fin han sido explicadas en otras partes de este libro y en los demás li-
bros acerca de Baba enumerados en la bibliografía. Sin embargo, para be-
neficio del lector examinaremos de nuevo algunas de esas enseñanzas, es-
pecialmente en el contexto de un estado de vida adhyátmico, en algunos
ejemplos que pueden ser agrupados bajo tres aspectos diferentes de la vi-
da en sociedad:

1. Dharma-Artha y Kama-Moksha
2. Servicio en la sociedad.
3. Entrega y Tapas.

1. Dharma-Artha y Kama-Moksha:
Artha significa los medios para vivir en sociedad, o sea, la riqueza y
los bienes. Estos deben ser ganados y gastados dentro de los límites esta-
blecidos por el dharma, de una manera que no cause daño a la sociedad.
La adquisición de riqueza y la práctica del dharma son dos facetas de la
vida en sociedad que no están aisladas una de otra. Ambas están inexpli-
cablemente conectadas y cualquier intento de separarlas provocará desas-
tre y ruina para la misma sociedad y para el individuo. El dharma debe
guiar y sostener el acopio de la riqueza y a su vez, la riqueza debe ser usa-
da para sostener y promover el dharma. La riqueza ganada por medios
dhármicos ha de considerarse como un fideicomiso confiado al individuo,
141
en nombre de un residente interno. Al tenerse el capital en fideicomiso, no
hay posibilidad de que sea mal usado, desperdiciado o malgastado en pla-
ceres egoístas y actividades fútiles. Algunos pueden protestar: “Oh, pero
si yo he ganado el dinero con mi duro trabajo ¿por qué no lo puedo gastar
como me dé la gana? ¿Qué tiene que ver el dharma con la manera como
yo gaste mi dinero?”. Estas actitudes intentan divorciar a artha y dharma.
Sus resultados son ampliamente reflejados en la sociedad de hoy, particu-
larmente en las naciones llamadas desarrolladas o adelantadas. A la larga,
tal divorcio es perjudicial no sólo para el individuo sino también para su
familia, y si el individuo como una unidad de la sociedad es lesionado, en-
tonces la sociedad también sufre. Por lo tanto, tales actitudes son definiti-
vamente incompatibles con un estado adhyátmico de vida dentro de la so-
ciedad.
Es deber primordial de cada individuo buscar su divina herencia;
cuando así lo haga, ayudará automáticamente a fomentar a divya-prakriti
(la naturaleza divina) en la sociedad, a través de su disciplina. Con ello, el
hombre, adquiere un mayor estado y valor en la sociedad. Pero si el hom-
bre se devalúa a sí mismo divorciando al artha del dharma, entonces él
mismo contribuye a que la sociedad sea enrevesada, porque pone más va-
lor en las cosas de este mundo que en el hombre mismo. ¿Cuál es el re-
sultado final? Inflación, luchas, explotación exagerada de los recursos de
la tierra, despiadado diezmar de la flora y de la fauna, inundaciones, con-
taminación del ambiente, precios en espiral ascendente, huelgas y otros
síntomas semejantes se manifiestan en un círculo vicioso. Finalmente, el
sistema monetario mismo se debilita y la gente comienza a perder la fe en
su propio país. Baba ha dicho: “Con base en los sistemas monetarios,
nuestros deseos son muchos y la oferta es limitada. Hoy en día, ¿cómo po-
demos igualar estos dos factores? ¿Debemos reducir los deseos o debemos
aumentar el suministro? Como no es posible aumentar el suministro, de-
bemos reducir nuestros deseos. En terminología vedántica, reducir los de-
seos se dice vairagya y, en términos modernos, podríamos decir: ‘menos
equipaje y más comodidad hacen del viaje un placer’. Podemos reducir
nuestro equipaje sólo si aceptamos como una verdad el concepto de que
lograremos la inmortalidad a través del sacrificio. Hemos de reunirnos con
personas que necesitan nuestra ayuda, con quienes viven en cabañas, y ser
capaces de sacrificar todo aquello que nos sea posible, para su beneficio”.
Los deseos (kama), más allá de ser reducidos y controlados, también
deben ser canalizados de manera que puedan servir al propósito único de
lograr la inmortalidad (moksha). No es suficiente tener el deseo de alcan-
zar la liberación o inmortalidad; hay que imponerse el deber de cumplir-
lo. Los deseos pueden venir e irse, pero el deber de lograr la meta queda
por cumplirse. No es algo que está aquí hoy y lejos mañana. El hombre
adquiere, al nacer, el derecho de reclamar su divina herencia. ¿Podría en-
142
tonces este derecho de nacimiento llamarse mero deseo? Cuando un indi-
viduo practica el dharma en la administración de la riqueza y somete sus
deseos al deber de alcanzar la meta de la liberación, tiene una oportunidad
de destinar su riqueza al bienestar de la sociedad humana y contribuir así
a la felicidad de miles de seres. Cuando un individuo une la riqueza al
dharma y el deseo a la liberación, se convierte en un instrumento que ayu-
da a las Encarnaciones Divinas que vienen a la Tierra en cumplimiento de
su misión. Si el lector pone en práctica estas ideas, se volverá, automáti-
camente, un instrumento en las manos de la divinidad, sin que importe si
la identifica con Baba, Cristo, Krishna, Buda, Ahura Mazda, Alá o con
cualquiera de Sus infinitos nombres.

2. El servicio en la sociedad:
Antes de que uno pueda emprender inteligentemente cualquier servi-
cio en favor de la sociedad, es necesario que comprenda claramente la di-
ferencia entre la experiencia que tiene en dicha sociedad y la verdad real
que hay detrás de esa experiencia. ¿En qué debe uno creer: en la expe-
riencia obtenida a través de los cinco sentidos o en la verdad? Vamos a
considerar algunos ejemplos. Nuestra capacidad de percepción nos dice
que una mesa de madera o una pared de concreto es sólida y estable; la
ciencia, en cambio, ha descubierto que está compuesta de diminutas par-
tículas de energía en un estado de constante flujo y que la Tierra está gi-
rando a una tremenda velocidad en el espacio, pero nosotros no somos ca-
paces de sentir ese movimiento. Tenemos la impresión de que el Sol se le-
vanta en el Este y se pone en el Oeste, aunque todos sabemos que el Sol
está fijo y que es la rotación de la Tierra lo que produce esa ilusión. En la
noche contemplamos la Luna en lo alto y murmuramos suavemente:
“¡Qué deliciosa luz de Luna!”, mas en verdad es la luz del Sol; empero na-
die dice nunca después de mirar la Luna llena: “¡Oh, qué luz del Sol tan
bella!” Un hombre considera que su esposa es el cuerpo al que ha llama-
do así toda su vida; cuando ese cuerpo muere, se lamenta: “¡Oh, mi espo-
sa se ha ido, mi esposa se ha ido!”, aunque dicho cuerpo esté todavía ex-
tendido allí delante de él. ¿Cuáles afirmaciones debemos creer? ¿Cuál es
la verdad? El lector puede encontrar ejemplos semejantes ad infinitum, si
se pone a inquirir y analizar la verdad que hay detrás de sus simples ob-
servaciones. Sin embargo, la cuestión es la siguiente: ¿qué ha de creer
uno? ¿La experiencia dada por los cinco limitados sentidos o la verdad
subyacente? Cuando el hombre se mueve y vive en la sociedad, sólo es ca-
paz de captarla a través de sus defectuosos cinco sentidos. Del mismo mo-
do que la ciencia ha descubierto las verdaderas cualidades de la materia,
debemos encontrar la verdad subyacente en las apariencias que nos pre-
sentan los sucesos de la sociedad donde vivimos e inquirir sobre las cau-
sas reales que los motivan.
143
Brevemente, podríamos decir que el mundo tal como se lo conoce a
través de los cinco sentidos consiste primordialmente en una serie de con-
ceptos opuestos: como el bien y el mal, la salud y la enfermedad, la vida
y la muerte, la riqueza y la pobreza, la felicidad y la miseria, la pureza y
la impureza y así sucesivamente. La cuestión es ¿deben estas experiencias
nuestras ser creídas o hay alguna verdad mayor detrás de ellas? La verdad
real que hay detrás de esas experiencias ha sido revelada por Krishna en
el capítulo decimoquinto del Gita. Es imperativo que esa verdad sea com-
prendida, antes de que se emprenda cualquier servicio en la sociedad, si se
quiere obrar con inteligencia.
Krishna: “…Hay un razonamiento que ata y un razonamiento que li-
bera. Aquél que ve el mundo como mundo, ve erróneamente. Aquél que
ve el mundo como Paramatma (Dios) ve correctamente. El mundo es un
efecto que tiene una causa; no puede ser diferenciado o separado de la
causa (Dios). Es sólo una mutación de Brahman (Dios). Los millones de
seres son las ramas, ramitas y hojas de un árbol; la semilla es Brahman, en
el cual todo el árbol está presente. El que esto sabe, sabe los Vedas.”
Arjuna: “¡Krishna! Tú dices que el mundo es un efecto y por tanto no
puede ser independiente de la causa, pero el mundo que nosotros vemos
está sujeto a crecimiento y descomposición, mientras que por otro lado,
Dios es eterno e invulnerable al cambio. ¿Cómo pueden estos dos opues-
tos ser uno? ¿Cómo es posible?”

Krishna: “Bien, Arjuna, en el mundo cognoscible cada uno revela su gu-


na o característica y ese guna depende del dueño o poseedor. Hay una
base para sentar las características de cada objeto y de cada ser en el
mundo. Esa base es el Atma (Dios)… Del mismo modo que la semilla
es la base del tronco, las ramas, las ramitas, las hojas y las flores de un
árbol, el mundo (prakriti o prapancha) es el árbol que brota de la semi-
lla llamada Atma… Considera al Atma como la base esencial de las
múltiples manifestaciones del mundo. Aquél que ha captado esta ver-
dad a través de una firme disciplina, merece el nombre de Vedavid (que
ha dominado los Vedas). Pero sin una profunda indagación y sin saber
discriminar entre lo real y lo irreal y considerando erróneamente al
mundo que se ve como si fuera el único duradero y real, ¿cómo puede
alcanzar la meta? ¿Cómo puede captar la realidad? El anhelo de cono-
cer esa realidad viene de los atributos que están dirigidos hacia Dios
(Daivi-sampathy). A su vez, la tendencia opuesta que hace a uno argüir
que sabe lo que no sabe y que trata de imponer la falsedad como ver-
dad, viene de los atributos demoníacos o Asuri-sampathy”.
Arjuna: (Levantando la cabeza en estado de asombro) “¡Gopala! Tú habías
declarado que el Atma es la esencia de todos los seres y de todas las ca-
racterísticas. Pero ahora, Tú estás hablando de dos naturalezas distintas,
llamándolas ¡Daivi-sampathy y Asuri-sampathy! Me siento confundido.”

144
Krishna: “…Mi amado cuñado, los Devas y los Asuras no son dos grupos
separados y distintos. Están simplemente divididos con base en la dife-
renciación de sus características (gunas). Estos nombres y formas (olla,
cacerola, plato) son las características artificiales o gunas. La base y la
esencia de todas ellas es la arcilla manifestada como ollas, cacerolas y
platos, que son artificiales. Toma la base o arcilla como Mi forma, Mi
realidad. Yo no soy las ollas, las cacerolas ni los platos, pero estoy en
ellos. Yo no tengo gunas, pero estoy en los gunas. Toma nota de esto.
Por lo tanto, no trates de mantener la arcilla en sus expresiones —ollas,
cacerolas, platos— aparte, como si fueran entidades distintas, porque
no pueden separarse… La tierra, el agua, el fuego y el aire son eviden-
tes y perceptibles, pero el espacio que los penetra a todos no es tan per-
ceptible. Similarmente, la mente, el intelecto, la conciencia y la indivi-
dualidad son por todos conocidos y experimentados, pero el Atma que
es su base, sólo puede ser inferida. Esta base invisible de la cual tú no
tienes conciencia soy Yo mismo, el Atma. Todo está basado en Mí… Se
puede demostrar que hay tres cualidades básicas en todas las naturale-
zas demoníacas; son el deseo, la ira y la codicia, que despiertan al de-
monio en el hombre y que deben ser destruidas y sustituidas por las
cualidades divinas del desapego, la ecuanimidad y el renunciamiento”.

De esta manera, vemos que las ideas del bien y del mal se relacionan
con los gunas. En este contexto, Baba ha dado otro ejemplo para ayudar-
nos a ponerlas en su perspectiva apropiada. “Las ideas y experiencias so-
bre el bien y el mal en la sociedad son transitorias e impermanentes. Lo
que sí es permanente es el Atma que está en sus corazones. Así que llenen
sus corazones de santidad y todo lo externo les parecerá después igual-
mente bueno. Supongamos que hay agua en cinco vasijas diferentes he-
chas de oro, plata, cobre, madera y arcilla, respectivamente. La imagen del
Sol se refleja en todas las vasijas y posee las mismas cualidades, sin im-
portar el valor de los recipientes. Los recipientes pueden tener distintos
valores, pero la imagen reflejada tiene uno solo. De manera similar, las
buenas y las malas experiencias pueden ser comparadas con los diferentes
recipientes y su evaluación no debe basarse en su naturaleza, que sería
considerada como los recipientes. El Atma contenido en los diversos reci-
pientes, tiene el mismo valor y es la verdad permanente que hay detrás de
esas experiencias. El Atma no debe ser desvalorizado porque esté en un
recipiente malo o no tan bueno. Lo que hoy llamamos sociedad debiera
ser una organización tal que tuviera un solo corazón. Es decir, como una
guirnalda de diferentes flores en un solo hilo. Todos los cuerpos humanos
pueden ser comparados a las distintas variedades de flores ensartadas en
el hilo divino. Las flores de nuestros cuerpos se marchitarán y caerán, qui-
zás hoy o mañana, pero el hilo que las traspasa permanecerá inalterado e
145
inmutable.” Ese hilo divino es la divya-prakriti (naturaleza divina) ense-
ñada en el Gita, o la Asha Vahishta encerrada en las Gathas, o la naturale-
za de Sat-Chit-Ananda de Dios en la sociedad.
“El verdadero sadhana es un intento de fundirse en la divinidad”, di-
ce Baba. No es posible volverse uno con la divinidad a menos que la di-
vinidad sea reconocida antes en la sociedad. Verdaderamente, uno debe
seguir el “camino de Asha”. ¿No termina el libro de Yashna con esa ex-
hortación?

“No hay sino un camino, el camino de Asha;


“Todos los demás son caminos falsos.”

¿Cuáles son esos caminos falsos? Son los caminos basados solamen-
te en las experiencias externas, que ignoran a la divya-prakriti o Asha, la
base de todos los recipientes: ollas, cacerolas y platos, que está manifies-
ta en la sociedad.
Hay todavía otra manera de comprender la existencia de Dios en la
sociedad. Sri Sankaracharya ha dicho: “Brahma Sathyam Jagath Mith-
yam”. Y también se dice: “Sarvam Vishnu Mayam Jagath”. Estas frases
significan: “Brahman es la verdad, mithyam es el mundo” y “Todo el
mundo está envuelto por Vishnú”. La palabra “mithyam” se explica como
“Sat-Asat” que significa una combinación de “verdad y no verdad”. Vish-
nú y Brahman significan Dios. El lector podría preguntar: “Si el mundo
entero está envuelto por Dios y si Dios es la verdad, entonces, ¿cómo pue-
de el mundo ser considerado como una mezcla de verdad y no verdad?”.
Las dos declaraciones parecen contradecirse. Sin embargo, un día de
1973, durante una exhibición de cine para los estudiantes del colegio en
Whitefield, Baba le resolvió al autor esta paradoja. Comenzó la explica-
ción diciendo que las imágenes de la película vienen y se van repetida-
mente en la pantalla. Esa rápida sucesión de imágenes en la pantalla crea
dentro de nosotros una idea de movimiento y la impresión de cierta clase
de manifestación. El señaló que el mundo consiste no sólo en objetos ina-
nimados sino también en seres vivientes; que en cualquier instante del
tiempo, una gran cantidad de personas están llegando al mundo —al na-
cer— y desapareciendo de él —al morir—; comparó ese ir y venir con las
imágenes en la pantalla. De igual modo, las imágenes están allí y no están
allí; eso es cierto y no cierto, por lo tanto, es mithyam. Ahora bien, si la
pantalla no estuviera, sería imposible que alguien pudiese ver el ir y venir
de las imágenes; en cambio, mientras las imágenes están allí, no se ve la
pantalla como una entidad separada de ellas. La pantalla queda mezclada
y combinada con las imágenes transitorias. Baba dijo entonces, que la
pantalla es como la base permanente y puede ser comparada con Brah-
man. Esta base permanente o Brahman se mezcla y se combina con las
146
personas transitorias que vienen y se van; eso es el mundo. El proceso me-
diante el cual las falsas y transitorias imágenes se combinan con la verda-
dera base que es la pantalla, para producir juntas una impresión de perma-
nencia, puede ser denominado Vishnú Maya o “la ilusión de Vishnú” que
tiene el mundo. La palabra Vishnú se refiere aquí al omnipresente Señor, en
tanto la palabra maya significa aquello que produce una ilusión. Volviendo
al ejemplo anterior dado por Baba, uno puede comparar la guirnalda de flo-
res con las imágenes en la pantalla. El hilo divino que ensarta la guirnalda
es también el hilo que forma el tejido de la pantalla; las diferentes varieda-
des de flores son como imágenes que vienen y se van. Habiendo penetrado
este conocimiento de Vishnú Maya, estamos ahora en condición de percibir
la verdad escondida detrás de nuestros conocimientos sobre los opuestos en
la sociedad. Esto puede enunciarse de la manera siguiente:
Aun cuando la sociedad, el individuo y el mundo objetivo sean expe-
rimentados como entidades múltiples y separadas, la verdad que hay de-
trás de todas esas experiencias es la “única base” de todo, el Paramatma
o Dios.
Esta verdad tiene que ser grabada muy profundamente en el corazón
de cada uno, como un preludio al servicio que debe prestar a la sociedad.
Habiendo establecido la base para el servicio, vamos a examinar al-
gunas disciplinas fundadas en esa verdad.
Puesto que el Dios único es la base de todo, entonces el servicio al
prójimo es no solamente servicio a Dios, sino también servicio al propio
ser. Por cuanto el servicio se está rindiendo al Señor omnipresente, no
hay ninguna necesidad de pomposa exhibición ni de publicidad. El Señor
lo sabe y nadie más tiene que saberlo. Este servicio es algo que fluye de
un corazón a otro, de un Atma a otro y es muy sagrado. ¿Podría enton-
ces ser utilizado para hacerse propaganda o publicidad en los múltiples y
comunes medios de noticias? Desgraciadamente, hoy en día, ni los indi-
viduos ni las organizaciones sociales y religiosas logran captar la santi-
dad de tal servicio que se presta a la sociedad y sucumben a las atrac-
ciones de la publicidad. Si el servicio está manchado con una pizca de
publicidad —por más sutil que pueda ser— entonces ya no es sátvico
porque está mezclado con motivos ocultos que prevén ulteriores fines.
El servicio que es sátvico tiene incorporada su propia bienaventuranza y
beneficia tanto al servidor como al receptor de dicho servicio. No puede
ser descripto. Es una de las alegrías que constituyen un modo de vida
adhyátmico en la sociedad.
Cada acto de servicio, no importa cuán trivial sea, debe ser hecho sin-
ceramente, con amor y sin el deseo de obtener sus frutos. Cuando los de-
beres de uno, pertenecientes a la propia condición en la vida, se llevan a
cabo con espíritu de humildad, desprendimiento y devoción al Señor, son
santificados y forman parte integral de un modo adhyátmico de vida en la
sociedad.
147
Baba ha dicho que si uno no puede ayudar positivamente a un indivi-
duo, por lo menos debe abstenerse de causarle daño. Este es el menor ser-
vicio que se puede hacer a la sociedad. Al refrenarse para no herir a su pró-
jimo, a los animales y a la naturaleza, uno promueve y rinde homenaje a la
Divya-Prakriti en la sociedad. A veces, los individuos crean una división
artificial entre ellos y la sociedad. Por ejemplo, algunas personas creen fir-
memente que el pago de los impuestos al gobierno debe evitarse en lo po-
sible. ¿Significa esto que Dios reside sólo en los contribuyentes y no en el
gobierno? La gente considera también que un espíritu competitivo es sano.
Esto puede ser en una sociedad basada en las apariencias externas de las di-
ferentes ollas, cacerolas y platos. Pero cuando se ha conocido el Atma de
cada uno, ¿dónde está la necesidad de la competencia? Por ejemplo, si hay
dos hermanos en el mismo negocio, ¿no se ocuparán de los intereses de ca-
da uno? ¿Se dedicarán a esa llamada sana competencia y se dañarán el uno
al otro? Similarmente, “la sociedad es como una sola guirnalda con un so-
lo corazón” y sin ningún lugar para una actividad competitiva entre sus
miembros. Baba dice: “Hoy debemos tomar la determinación de iniciar y
seguir el sendero de la verdad y la honestidad. Si de los dos ojos que te-
nemos, uno lo destinamos a la honestidad y el otro a la verdad, no hay que
temer nada, cualquiera que sea el lugar donde vayamos. Pero parece que
en estos dos ojos hemos desarrollado unas cataratas que nos están causan-
do problemas. Debemos hacer el intento de operarnos y remover esta cata-
rata. Habiendo nacido en una sociedad humana, habiendo sido alimentados
y sostenidos por ella, si no están dispuestos a reconocer la relación que de-
be existir entre un hombre y otro, es un despropósito llamarse ser humano
y miembro de la sociedad. La gente egoísta no tiene ningún derecho de ser-
vir a la sociedad. Sólo cuando el hombre sea capaz de ser abnegado y de
rendir un servicio desinteresado, adquirirá el derecho de servir al hombre
común. En el egoísmo no puede haber nunca amor; el egoísmo significa
carencia de amor, y el amor significa carencia de egoísmo. El amor se nu-
tre al dar y perdonar; el egoísmo se nutre al obtener y despreocuparse.
El despilfarro en cualquier forma que sea, causa daño a la sociedad.
Evitar el despilfarro y consumir el mínimo de los recursos naturales de la
tierra es un servicio que le hacemos. Así sea el alimento, el vestido, el
agua, la electricidad o la gasolina, en esencia todo es Paramatma y debe
ser usado con mesura. Baba le dijo una vez al autor que uno tiene que vi-
gilar no solamente las cosas que no usa sino también el volumen de esas
cosas, el cual no debe ser mayor de lo necesario para la ocasión, pues eso
también es Paramatma. En la sociedad, cualquier cosa que se malgaste
equivale a malgastar a Dios.
Hacer la caridad en una forma u otra es también servicio a la socie-
dad. Sin embargo, debe ser controlada y guiada por ciertas disciplinas es-
tablecidas en el Gita:

148
Krishna: “Cuando se hace caridad, antes se debe reflexionar sobre el lu-
gar, la oportunidad y la naturaleza del receptor. Por ejemplo, los dona-
tivos para escuelas se deben dar en los lugares donde no hay escuelas;
tienen que establecerse hospitales en las áreas donde hay más enferme-
dades y en cuanto al hambre de la gente, debe ser aplacada cuando las
condiciones de la hambruna han sido causadas por inundaciones o se-
quías. El acto caritativo que elimina de una persona la deficiencia que
le es más dañina para el progreso, se considera acto sátvico”.
Arjuna: “Krishna, ¿puedo hacerte una pregunta ahora? La caridad, no im-
porta cómo sea hecha, es caridad, ¿no es así? ¿Por qué hablas de cari-
dades sátvicas, rajásicas y tamásicas? ¿Existen tales diferencias?”
Krishna: “Claro que existen. Entre quienes hacen donaciones caritativas,
la mayoría está ansiosa por tener nombre y fama. Ese es el móvil que
motiva su acto. Están detrás de algo, en recompensa por lo que ofrecen.
Muy pocos ansían tan sólo la gracia del Señor. Las donaciones hechas
con el fin de recibir la gracia del Señor son sátvicas. Las donaciones
que se hacen a cambio de publicidad, fama pública y poder, o que son
hechas de mala gana o a regañadientes y bajo presión, se las clasifica
como rajásicas. La caridad debe ser hecha con reverencia y fe. No de-
be tirarse a la cara del beneficiario, ni ser entregada a una persona que
no la merezca ni ser dada en un momento inoportuno. El alimento ofre-
cido al sobrealimentado es una carga, no un favor. Los hospitales ins-
talados en lugares inaccesibles resultan una caridad arrojada al azar, así
como la caridad que no ofrece beneficio y constituye un derroche es ta-
másica. Mientras se dediquen a hacer caridad, deben ser muy vigilan-
tes. No deben repartirla a todo el que la pida ni pueden derramarla en
todos los lugares. Tengan cuidado de recordar los tres tipos menciona-
dos por Mí y entonces hagan lo que parezca más apropiado. El favor
que otorguen no debe ser para recibir por él nombre o fama ni para te-
ner ningún motivo de pompa o publicidad; ha de tener un fin determi-
nado y beneficioso. En todos los actos, la intención sátvica es la mejor.
Esta actitud ha de penetrar todo lo que se vea, escuche o hable”.

3. Entrega y tapas (prácticas de austeridad):


En marzo de 1973, encontrándose el autor en Whitefield, Baba pro-
nunció un discurso, una tarde en la cual explicó el correcto significado de
la entrega (rendición) o saranagati. El dijo: “Hay muchas personas que re-
gatean con Dios ofreciéndole donaciones de dinero o artículos, siempre
que El corresponda confiriéndoles Su gracia. Si creen que Dios puede ser
satisfecho con la dádiva de un coco o de un monedero lleno de rupias, Yo
me pregunto ¿qué clase de Dios tienen en mente? ¿Es su concepción de
Dios tan mala y despreciable? Quien cree poder ver colmados sus deseos
149
por medio de riquezas, no merece ser llamado devoto de Dios. Y aquél que
alienta el pago de dinero para favores divinos o ganancias espirituales
también debe ser condenado. Por esta razón, el Gita establece que Dios
quedará complacido si le ofrecemos una hoja o una flor o una fruta o aun
una gota de agua”.
Luego, Baba prosiguió explicando el significado interno de estos cua-
tro artículos y dijo: “La hoja es vuestro propio cuerpo que, como una hoja
verde, brota, se descompone y finalmente cae de la rama. La flor es un co-
razón puro liberado de los seis enemigos que son la lujuria, la ira, la codi-
cia, el apego, el orgullo y el odio. El fruto es la mente, que debe ser dedi-
cada a Dios. El agua es la corriente de lágrimas que surge y fluye de los
ojos, cuando uno contempla la gloria de Dios. El verdadero acto de entre-
ga significa dar estas cuatro cosas al Señor. Los hay que, sin reflexión, de-
claran: ‘Oh, he entregado a Dios mi cuerpo, mi mente, mi intelecto y todo
lo que me pertenece’; ¿cómo pueden darle a Dios lo que no les pertenece
y sobre lo cual no tienen ningún control? ¿Con qué derecho? Además, ¿có-
mo podría alguien aceptar un don que no es propiedad del donante?”
Más tarde, encontrándose el autor solo con Baba le preguntó: “Swami,
la gente se hace leer sus vidas pasadas y presentes en un libro escrito por
el rishi Bhrigu y parece que las predicciones hechas hace miles de siglos
son verdaderas y correctas. De eso se deduciría que el hombre no tiene mu-
cho control sobre los sucesos de su vida. ¿Significa esto que no tiene libre
albedrío?”. Baba levantó Su dedo índice de la mano derecha (indicando el
Uno) y respondió suavemente: “Hay una sola voluntad divina y es la vo-
luntad de Dios”. En otra oportunidad, cuando el autor trató el mismo asun-
to en el contexto de la vida del hombre de familia, El dijo: “Sí, el hombre
también posee el poder de creación, pero no pleno y completo. Por ejem-
plo, él puede procrear niños, pero no puede decidir o controlar su sexo. Eso
sólo Swami puede hacerlo. Swami decide si habrá de ser niño o niña”.
Las dos declaraciones de Baba parecen contradecirse. Sin embargo, se
puede resolver la paradoja si se comprende que la mente humana pone una
división artificial entre la creación y el Creador e imagina que el hombre
es el Hacedor. La mente vive en un estado de dualismo, divorciada de
Dios, pero en el momento en que alcanza y acepta el estado unitario o es-
tado adhyátmico de vida en la sociedad, entonces no hay lugar para nin-
guna contradicción. Todo es uno y ese uno es Dios. La llamada “voluntad
divina” parece estar confinada al uso de los poderes de discernimiento,
ejercidos para la correcta selección de pensamientos, palabras y acciones
de uno. Aun el grado de discriminación y el poder de llevar a cabo la se-
lección sigue sujeto a Su gracia. Es Su voluntad la que está siendo utili-
zada por el hombre y la naturaleza. Baba explicó esto diciendo: “Swami
lo es todo. Swami es omnipresente. Todas las cosas pertenecen a Swami,
y el reconocimiento de esta verdad es la entrega, la rendición. Solamente
150
cuando hay dos existe una posibilidad de que uno dé algo al otro. Pero
cuando sólo hay Uno en lugar de dos y se es idéntico con Swami, enton-
ces la cuestión de que tú le des algo a Swami y Swami lo tome de ti no
surge. Esta referencia a dar y tomar suena a dualismo. Un hombre con una
mente dual es medio ciego. De hecho, no tienes que entregar nada en ab-
soluto. Ama a todos los seres, sin ninguna esperanza de recompensa; ama
por el amor, ama porque tu propia naturaleza es amor, ama porque ésa es
la forma de adoración que tú conoces y prefieres. Esto es suficiente”.
Se ha dicho:“Brahmavid Brahmaiva Bhavathi, Sarva Brahmamayam,
aquél que conoce a Brahman se volverá idéntico a Brahman y todo está
envuelto en la maya de Brahman. Baba ha dado un preciso ejemplo para
ilustrar esta verdad sobre ese estado singular. Supongamos que hay un
fuego y un trozo de carbón a cierta distancia del fuego. Mientras el carbón
estaba separado del fuego se encontraba en un estado de dualismo, aun
cuando el fuego estaba presente en una forma latente dentro de ese carbón.
En el momento en que ese trozo de carbón llega a conocer a Brahman, que
es el fuego, por medio del abanico del sadhana, se vuelve Brahman —o
sea el fuego— y se da cuenta del estado unitario, Baba ha dicho que: “Pa-
ra que ese Uno le sea revelado, uno debe desarrollar fe y disciplina en la
mente. La mente debe abandonar sus caprichos y debilidades, y aprender
a conocer la verdad por medio de la experiencia. El aprender slokas o ver-
sículos de memoria sólo puede ayudarles a no hacer algo malo durante ese
tiempo. No los puede acercar ni una pulgada más a la meta. ¿Cómo po-
dría el conocimiento del mapa igualar la alegría del viaje? El mundo es una
vasta sociedad. Cada individuo es parte de esta sociedad, atado a ella por
el amor que atrae al hombre hacia sus semejantes para que sean sus pa-
rientes y amigos. Este amor está allí, en lo profundo del corazón del hom-
bre. Sólo que no lo ha reconocido, lo ignora, lo ha puesto en duda, negado
y desechado. Es la fuente secreta de toda simpatía y servicio. Crea el im-
pulso de vivir en y para la sociedad. Es el Visva-prema, amor que todo lo
penetra; que fluye de una chispa de la divinidad hacia todas las demás chis-
pas”.
Durante la Segunda Conferencia Mundial de Organizaciones Sri Sath-
ya Sai de Servicio a la Humanidad (Sri Sathya Sai Seva Organizations) ce-
lebrada en Puttaparti en noviembre de 1975, Baba declaró: “El objeto de
la educación espiritual y Brahma Vidya es el de capacitar al hombre para
que tenga una Visión de lo Divino en la sociedad. Cuando el hombre com-
bina esta visión con prácticas de austeridad, se funde en Dios. La Visión
de lo Divino y el hecho de fundirse en lo Divino son como dos polos; uno
positivo y otro negativo. Ambos se unirán y los llevarán a una posición
donde se volverán divinos”. La palabra “tapas” es usualmente asociada
con algún acto de mortificación del cuerpo físico, emprendido ostensible-
mente para alcanzar a Dios. Eso es lo que constituye tapas. Además, el
151
cuerpo es un instrumento que permite llegar a la meta y está claro que no
servirá a ningún objeto útil el dañar voluntariamente ese instrumento. Ba-
ba ha dicho que tapas no debe confundirse con cosas como pararse de ca-
beza o sufrir severas penalidades y dificultades como, por ejemplo, aban-
donarlo todo e irse a una selva para vivir de hierbas, raíces y hojas; esto
no puede llamarse tapas.
¿Qué constituye tapas, entonces? En el Gita ha sido descripto por
Krishna como: “Pureza de mente, pureza de palabra y pureza de cuerpo”.
Con respecto a tapas para la mente, Krishna dice: “La mente debe estar li-
bre de ansiedad y preocupación, de odio y de temor, de codicia y de orgu-
llo. Debe estar saturada de amor por todos los seres y no ha de permitirse
que ningún bajo pensamiento penetre en ella; todos deben ser puros y tener
como finalidad la elevación del individuo hacia los planos más altos. No de-
be correr tras los placeres que proporcionan los objetos materiales y su úni-
ca aspiración tiene que ser morar en Dios. Eso es el tapas de la mente”.
En relación con el tapas del habla, Krishna dice: “Evita hablar dema-
siado, desiste de dar falsos testimonios, no disfrutes fomentando escánda-
los, nunca hables con dureza en vez de hacerlo dulce y suavemente, habla
teniendo siempre en el fondo de tu memoria a Madhava (Dios). Esto sería
tapas del habla”.
Usar el cuerpo de uno para prestar servicio al género humano es la
práctica considerada como tapas corporal. Krishna dice: “Usa el cuerpo
para servir a los demás, para adorar al Señor, para cantar Su gloria, para
visitar lugares consagrados por Su nombre, para ejercicios reguladores del
control de la respiración, para mantener los sentidos alejados de caminos
destructores y para seguir el sendero que va hacia Dios. Observando có-
digos morales, sirviendo a los enfermos y a los afligidos, y realizando
otros actos beneficiosos de similar naturaleza, el cuerpo puede volverse
sacrosanto. Eso es tapas físico o corporal”.
Los tres aspectos de tapas descriptos por Krishna en el Gita están tam-
bién contenidos en las palabras avestas Humata, Hukhta, Havrashta. O
sea, fomentar buenos pensamientos asociados con la mente, buenas pala-
bras asociadas con el habla y buenas acciones asociadas con el cuerpo.
Respecto del pensamiento, la palabra y la acción, Baba dice: “Es en este
contexto que se nos ha dicho que si un pensamiento particular concuerda
con las palabras y con las acciones habrá entonces, naturalmente, armonía
entre pensamiento, palabra y acción. Cuando esa clase de armonía se ma-
nifieste en tus pensamientos, palabras y acciones, te volverás un gran
hombre o mahatma. Esto es verdadero tapas. Si uno de esos atributos no
se manifiesta, entonces la refulgencia átmica no puede brillar. La lámpa-
ra (el cuerpo), la mecha (la lengua) y el aceite (la mente) son esenciales
para que haya luz. Los tres deben hallarse en buen estado”.

152
En este punto de nuestra historia, el lector podrá preguntar: “¿Qué tie-
ne que ver el modo adhyátmico de vida y los tapas con el Veda Purusha
Saptaha Jñana Yajna? ¿Por qué ha sido incluido en este capítulo?”. Bien,
la sabiduría espiritual (Brahma Vidya) es esencial para que la sociedad
tenga una clara Visión de lo Divino y este Jñana Yajna confiere la sabidu-
ría a través de las distintas conferencias que dictan los sabios panditas y
los discursos que Baba pronuncia durante los siete saptaha (días de festi-
vidades). Cuando los tres aspectos de tapas se cumplen con trabajo, ado-
ración y sabiduría, se realiza el tapas físico, verbal y mental, que consti-
tuye un Yajna que ayuda a uno a cumplir con esos tres aspectos durante
los siete días de festividades, y también despierta y eleva, a través del can-
tar de mantras védicos, las fuerzas espirituales contenidas dentro de uno y
que están dormidas en estado latente. Una vez despiertas, producen el ím-
petu necesario, la toma de conciencia y un urgente deseo de lograr el es-
tado adhyátmico de vida en la sociedad. Esta es la misión para la cual Ba-
ba ha venido: la promoción y la protección de Su naturaleza de Sat-Chit-
Ananda o la Divya-Prakriti en la sociedad. El lector está ahora en una po-
sición de captar plenamente el significado interno de la realización de es-
te Yajna y de la declaración de Baba: “…el Yajna se lleva a cabo para ha-
cer brillar al dharma”. Sí, para hacer brillar Su Divya-Prakriti en la socie-
dad, éste es Su Dharmastapana, Su tarea de restablecer el dharma.
Sanathana significa eterno, sin comienzo y sin fin. Los Vedas son Sa-
nathana. Existen desde mucho antes que existieran las religiones actuales
y sus escrituras. El Veda Purusha Yajna es también muy antiguo y las pre-
paraciones para su realización se llevan a cabo minuciosamente, bajo la
supervisión directa de Baba: el Veda Purusha mismo o los Vedas en per-
sona. La posición de los vedis (altares para el fuego sacrificial), su tama-
ño, forma y número están precisamente determinados en el estrado del au-
ditorio Purnachandra. Todo se prepara y se arregla estrictamente de acuer-
do con las instrucciones contenidas en los Vedas. Los asientos de hierba
(kusa) para los participantes y los materiales destinados al sacrificio: la
mantequilla clarificada preparada con leche de vaca, la tierra de hormi-
gueros y de varios establos, las ramas de baniano y las cucharas hechas de
madera especial, al igual que otros numerosos elementos puestos alrededor
de los vedis para la celebración de los distintos rituales. El altar central del
fuego está flanqueado por otros más pequeños, lo cual hace un total de cin-
co, que simbolizan los cinco aspectos de Shiva. Ellos son: Mrtyunjaya (el
conquistador de la muerte), Dakshinamurthy (maestro, el que enseña sabi-
duría), Kamesvara (el señor del deseo), Nilalohita (el de color azul o el in-
finito) y Bhutesa (el señor de los elementos).
Las trompetas y tambores anuncian el comienzo de la procesión para
el yajna, desde el mandir de Prashanti hasta el auditorio. Sai Gita, la ele-
fanta, ricamente enjaezada encabeza la procesión, seguida de varios mú-
153
sicos y panditas que cantan himnos. Finalmente, Baba se une a la proce-
sión junto con el huésped principal invitado para esa oportunidad. Todo se
desarrolla entre filas y filas de felices devotos que disfrutan del darshan
del avatar y reciben Sus bendiciones.
El yajna en sí comienza con el encendido ceremonial del fuego sa-
grado, acompañado del canto de los Vedas. De acuerdo con antiguos ritos
y tradiciones, un pedazo de madera es friccionado sobre un bloque esta-
cionario también de madera, por dos panditas, mientras que un tercero
ejerce la necesaria presión a fin de generar el calor requerido para la igni-
ción del área que se fricciona. Las primeras señales de la emanación del
fuego latente que sale de los trozos de madera es una delicada voluta de
humo que emana del punto donde se unen los dos trozos. La pequeña chis-
pa es incrementada con cuidado por un experto y transformada en virutas
de madera ardientes, las cuales son recogidas en un platón de cerámica
sostenido en el aire para que todos presencien esa manifestación de la di-
vina energía. Finalmente, la llama brota y todo es trasladado con el debi-
do cuidado al vedi central. Muy pronto, el hoyo del vedi se transforma en
un fuego que arde alegremente. Baba observa estos procedimientos con un
aire de espectador no involucrado, el testigo, el Purusha.
Alrededor de cada altar de fuego se sientan tres panditas que recitan
himnos védicos a la vez que derraman libaciones (mantequilla clarificada)
en las llamas. Esos himnos invocan una forma particular de Dios, de
acuerdo con la recitación del nombre escogido y su descripción. Se repite
once veces. Ese es el Rudra-Yaga. Puede mencionarse aquí que el Nama-
ka y el Chamaka son dos himnos védicos de adoración que invocan el as-
pecto sin forma de Rudra-Shiva de Dios. Rudra destruye el mal, impide
las calamidades y detiene la aflicción. El beneficioso Shiva otorga varias
dádivas enumeradas en los himnos Chamaka.
A veces la gente pregunta: “¿Por qué malgasta Baba tal cantidad de
mantequilla quemándola?”, y Baba ha contestado que tal como aquéllos
que ignorando todo lo relativo a la agricultura y a sus prácticas creen que
un agricultor está malgastando los granos buenos cuando siembra un cos-
tal de ellos, no están conscientes de que el granjero va a cosechar docenas
de costales de granos, a cambio; al derramar tres latas de mantequilla con-
sagrada en el fuego del yajna, la humanidad obtendrá a cambio el equiva-
lente a trescientas latas de mantequilla, cuyo efecto purificador se expan-
de después con el viento a los cuatro rincones del mundo, para beneficio
de éste. El lector es advertido una vez más —en virtud de este otro ejem-
plo— que la experiencia obtenida a través de la observación es una cosa
y la verdad que hay detrás de esa experiencia es algo diferente. Los fali-
bles sentidos de percepción de los seres humanos, ayudados por una lógi-
ca limitada, con frecuencia ponen trampas al intelecto que no está alerta;
es tarea del buscador individual indagar pacientemente y averiguar la ver-
154
dad. Claro está, hay que aceptar los hechos tales como se presentan a los
sentidos, pero uno debe también aprender a dejarlos a un lado y esperar
que se revele la verdad oculta, a través de la indagación apropiada. Esta es
una lección que el autor aprendió cuando conoció a Baba, y también ha
encontrado útil aplicarla en la práctica de la investigación científica. “La
precipitación produce pérdida; ésta causa preocupación, por lo tanto, no se
precipiten”, dice Baba, y ese consejo es aplicable tanto a las búsquedas
materiales como a las espirituales.
El vedi del centro está flanqueado, de un lado, por un grupo de mu-
chachos de la Escuela Védica de Prashanti Nilayam, y del otro lado por un
grupo de distinguidos expertos que han obtenido la maestría en los Vedas.
Recitan aquella parte del Yajur Veda que trata de los Yagas y celebran otros
actos ceremoniales. Ambos grupos cantan simultáneamente los himnos con
voz tan alta y clara que la atmósfera de Prashanti Nilayam retumba con sus
vibraciones. En los Vedas se dice que cuando los cantos que ahí se enseñan
llenan el aire, caen rayos de divina gracia sobre toda la humanidad. Los
Vedas son su propia autoridad, son el mismísimo aliento de Dios y no hay
ninguna autoridad más alta que ellos para valorar o cuestionar su verdad.
El yajna promueve el bienestar y la prosperidad del mundo.
Cuando uno se ubica en el auditorio, de frente al vedi central, en el
extremo derecho, ve cómo se lleva a cabo la adoración a la Diosa Madre;
ese lugar está también reservado para el arathi diario (himno de adoración)
al terminar todas las ceremonias del día. El Devi Bhagavatha describe las
maneras y los medios para adorar a la Madre Divina (Shakti o el aspecto
creativo de Dios) y un sabio recibe la tarea de leer ese texto durante el
Saptaha. Es una forma de adoración verbal. Dicho texto contiene el Bhu-
vaneshvari Vidya (conocimiento relativo al cosmos) y allí se declara que
hay mundos superiores en el cosmos y que la Madre es la soberana de to-
da la creación. El capítulo doce del texto de los 1008 nombres del Gaya-
tri también contiene el Devi Gita (Canto Divino de la Madre) que se con-
sidera la parte más importante del Devi Bhagavatha. Describe cómo la
Madre Divina —en las formas de Durga, Lakshmi y Sarasvati— destruyó
los demonios de la pereza, el orgullo y la violencia. El lector comprende-
rá, desde luego, que esas narraciones simbolizan la eterna lucha contra los
seis enemigos que hay dentro de las facultades del hombre. En 1972, el
día de la inauguración del yajna, Baba creó una pequeña estatua de la Ma-
dre Divina (Mahishasura Mardini Vigraha), que muestra la muerte del de-
monio Mahishasura. Representa el tema de la eterna lucha contra el mal y
del triunfo final que el hombre tiene que lograr. El Devi Bhagavatha con-
tiene también muchos mantras potentes y fórmulas místicas que purifican
los recovecos internos de nuestra conciencia y por eso se recitan los
18.000 versos del texto, durante el yajna.

155
El Shri Chakra —también conocido como Meru Chakra— es adora-
do al estilo tradicional, en el extremo izquierdo del estrado. El Chakra
(rueda) es un dibujo místico de diseño geométrico, consistente en triángu-
los concéntricos dentro de otros triángulos con un pequeño bindu (punto)
en el centro del Chakra. Los recintos en la periferia que demarcan el Cha-
kra representan el cosmos entero y el bindu colocado en el lugar de la
“Madre Suprema” simboliza las fuerzas místicas que operan en el cuerpo
del hombre, culminando en el bindu situado en el cenit de la cabeza. Des-
cribe el estado supremo del yoga.
También realizan otras ceremonias y recitaciones como parte del yajna,
eruditos expertos en varias escrituras. Los 1008 nombres de Shri Lalitha, la
Madre de tierno corazón, se recitan comenzando con Shri Matha (Madre) y
terminando con los tres últimos: Shri Chakra Rah Nilaya (aquélla que está
instalada en el Shri Chakra Shrimath Tripura Sundari (la encantadora de los
tres cuerpos: el burdo, el sutil y el causal) y finalmente Shiva Shakti-Eka-
Svarupini (aquélla cuya forma es a la vez Shiva y Shakti). Esos 1008 nom-
bres son mantras potentes de sutil poder que iluminan y purifican las inme-
diaciones del lugar, con sus vibraciones. Reconociendo la potencia de los
nombres de Lalitha, Sri Sankaracharya estableció como regla obligatoria en
cada monasterio la instalación y adoración de Shri Chakra y la repetición de
los 1008 nombres de Lalitha. El número 1008 significa la infinitud divina,
o sea, que la Madre tiene nombres y formas infinitas.
Hay algunos panditas en el estrado, que llevan un paño de seda roja y
un punto de kum-kum (polvo rojo) en sus frentes. Cantan el Chandi, o sea
una loa al aspecto Shakti de las varias formas divinas y sus nombres. Ese
japa (repetición centrada) se hace mientras se concentran en la forma de
la divinidad que el nombre invoca. Dicho japa simboliza la continua re-
petición que hace el hombre del sonido So Ham, So Ham durante la ins-
piración y espiración naturales. So Ham significa Yo Soy Aquello. La pa-
labra “aquello” significa la Divinidad y de esa manera, el hombre está de-
clarando en cada aliento su herencia divina. Tiene uno que oír el “so” den-
tro de la propia conciencia durante la inhalación del aire, y “ham” duran-
te la exhalación. Eso constituye el Hamsa Gayatri Japa. Inicialmente, es
necesario practicarlo con la atención concentrada, durante los períodos de
tranquilidad y evitando las distracciones. Eso purifica la mente y confiere
la constante conciencia de la Divinidad que hay en cada uno de nosotros.
En tres ocasiones diferentes, el autor ha oído a Baba recomendar especí-
ficamente la práctica del Hamsa Gayatri, a varios grupos de personas.
Una vez en 1971, en Whitefield, a un grupo de devotos, en el cuarto de en-
trevistas; en una segunda ocasión en Bombay, a todos los trabajadores y
voluntarios de la Organización de Servicios Sri Sathya Sai, y finalmente
durante un discurso de Shivaratri en Puttaparti, a todos los miles de devo-
tos reunidos allí.
156
Los frutos del Chandi japa son ofrecidos durante la función final, al
Veda Purusha, con las palabras Om Tat Sat Brahma Arpanam. Todavía hay
otros sabios que leen el Saptaha-Sathi, que es una sección del Markanda-
ya Purana y que consta de 700 versos. Sirve al mismo fin que el Devi Bha-
gavatha.
Un pandita tiene la tarea de leer la sagrada epopeya del Ramayana,
particularmente el Sundara kanda, que trata en forma especial de las ha-
zañas de Hanuman. Se dice que cuando se pronuncia cada sloka o verso,
se elimina soka, o sea, el dolor. Aun cuando la epopeya se llame Ramaya-
na, el autor Valmiki también la llama la “Gran Historia de Sita”. Sita, na-
cida de la Madre Tierra, es el símbolo de la Madre Universal y por eso la
lectura de dicha historia es una obligación que hay que cumplir durante el
festival de la Madre.
El Surya Namaskar o adoración del Sol como un símbolo visible del
Supremo, es también llevado a cabo durante el yajna. Un pandita de com-
plexión atlética y bastante vigor es quien generalmente se encarga de rea-
lizar ese ritual, que es agobiante. Una pequeña lámpara de aceite y varias
ofrendas se ubican de manera apropiada para ese culto. El pandita, a la vez
que canta himnos védicos, lleva a cabo elaboradas postraciones, de acuer-
do con cierta técnica para absorber la energía solar. Deambula alrededor
de las ofrendas, cantando los himnos que glorifican los doce nombres del
Sol y se postra más de cien veces cada día. Una vez, el autor observó al
pandita dando vueltas alrededor de Baba que estaba de pie cerca de las
ofrendas. Finalmente, el pandita ofreció las postraciones a Sus pies de lo-
to y Baba las aceptó, ya que El mismo es la fuente del Sol y de la ener-
gía solar.
Aparte de los beneficios físicos derivados de exponer el cuerpo a la
radiación solar, hay también un significado espiritual más profundo en el
Surya Namaskar. El Sol debe ser instalado en el templo de nuestro cuerpo
para que disipe con su refulgencia y de una vez por todas la oscuridad de
la ignorancia. Ese es el significado de moksha o liberación.
Los procesos diarios de todos los ritos ceremoniales del yajna llegan
a un punto culminante cada día, a las doce en punto, con la realización del
arathi. Todos los participantes en el yajna se mueven a la derecha del es-
trado y se acomodan en dos grupos alrededor del altar de la Madre. Baba
llega allí y se para en medio. Una vez que le han puesto la guirnalda, co-
mienza el arathi con el canto del Pushpa Mantra. Aun cuando Baba es el
Veda Purusha, El es también Sai, la Divina Madre y así, en su calidad de
personificación de Shiva-Shakti-Eka-Svarupini, acepta la oración y el
arathi. Es un bellísimo y obsesionante canto, que atrae Sus bendiciones
para el bienestar y la prosperidad de todos los seres. Los panditas cantan:
“Loka Samastass Sukhino Bhavantu” (“Que el mundo entero tenga felici-
dad y paz”).
157
Los Vedas declaran: “La inmortalidad se logra no por acciones teme-
rarias, no por una brillante progenie, no por vastos tesoros sino por la
práctica del renunciamiento y del compartir”. Este yajna se prescribe en el
Karma Kanda de los Vedas, a fin de santificar el tiempo y cumplir la me-
ta del hombre. Baba ha dicho: “El yajna complace a Dios, quien preside
las fuerzas de la naturaleza y derrama la bendición de la lluvia, que au-
menta el alimento para el hombre y para el animal. La actividad divorcia-
da de las metas espirituales, de la humildad y de la reverencia, lleva a la
audacia y al autoritarismo. Hace al hombre arrogante y cruel. Por lo tan-
to, toda actividad tiene que ser hecha como un yajna, como una ofrenda
a Su gloria, con agradecimiento, reverencia y humildad”. Es en este con-
texto que Baba ha delineado los cinco tipos de yajnas que debe practicar
el hombre para alcanzar a Dios. El ha dicho que no hay ninguna necesi-
dad de tener sacerdotes intermediarios ni costosos materiales y elaboradas
ceremonias para esos sencillos yajnas que cada dueño de casa puede rea-
lizar a diario y derivar de ellos paz y alegría. El hombre vive en sociedad
porque no puede vivir solo y, sépalo o no, para su diario sustento depen-
de de la naturaleza. Para el mismo nacimiento de su cuerpo, él tiene que
depender de sus padres y, durante toda la vida de ese cuerpo, está usando
recursos que en realidad no le pertenecen. Descarga su obligación para
con la sociedad en la cual vive, pagando parcialmente sus impuestos de
varias maneras, pero ¿qué hay del don de su cuerpo? ¿del don del aire?,
¿del don del agua?, ¿de las miles de pequeñas necesidades que tiene que
satisfacer a diario y que son realmente dones de la creación? La creación
ya existía antes de que el hombre apareciera en ella y seguirá existiendo
cuando él deje su cuerpo. La creación es la mansión del Creador y en ver-
dad, el hombre es Su huésped privilegiado mientras a El le plazca. ¿No es
un acto de elemental cortesía agradecer al propio Anfitrión por la hospita-
lidad que nos ha brindado? Así, los yajnas que deben ser realizados por el
hombre tienen el fin de darle las gracias al Anfitrión y mostrarle gratitud,
así como también impedir que el hombre destruya y desaproveche Su man-
sión. Cuando el Creador está complacido con el comportamiento de Sus
huéspedes, el hombre disfruta bienaventuranza eterna; de otro modo, como
los otros anfitriones, El dice: “Vuelve de nuevo” y el hombre no tiene otra
alternativa sino la de aceptar Su invitación para otra ronda de nacimiento,
vida y muerte, con sus ineludibles intervalos de dolor, placer y miseria.

Los cinco Yajnas son:

1. Deva Yajna.
2. Pitru Yajna.
3. Brahma o Rishi Yajna.
4. Manushya o Atithi Yajna.
5. Bhutha Yajna.

158
Deva Yajna:

Deva significa divinidad. Por lo tanto, el pensar en Dios con o sin for-
ma, contemplar Sus múltiples aspectos en la creación y realizar todas las
acciones para Su placer, se llama Deva Yajna. El vivir en tapas o austeri-
dades es realizar este yajna.

Pitru Yajna:

Este es un sacrificio ofrecido a los propios antepasados, comenzando


con la madre y el padre de uno. Antes que nada, uno debe esforzarse por
ganar la buena voluntad de sus padres, cuidándolos y ocupándose de su
bienestar. Es una expresión de gratitud para ellos por habernos proporcio-
nado un “cuerpo” y haberse ocupado de él durante sus años formativos. El
realizar varios ritos y ceremonias para los antepasados de uno es también
una forma de Pitru Yajna.

Brahma o Rishi Yajna:

Este yajna consiste en adquirir la sabiduría que los rishis mostraron


con sus acciones y que ha sido preservada en las sagradas escrituras de va-
rias religiones. Uno debe estudiar esas escrituras recordando, reflexionan-
do y meditando profundamente su contenido (sravana, manana y nidhidh-
yasana), para saber escuchar (leer), contemplar y practicar aquello sobre
lo cual se ha meditado. Las disciplinas prescriptas por los rishis, como el
kirtan o recitación del nombre del Señor para obtener la purificación de la
mente, son también ejemplos de este yajna.

Manushya o Atithi Yajna:

Proporcionar hospitalidad a los invitados, servir a los enfermos y a los


pobres, dar alimento a los hambrientos y compartir los recursos propios
para satisfacer a otros seres humanos, es lo que se llama Atithi Yajna. Ser-
vir al hombre es servir a Dios. No hay servicio exclusivo para Dios. Pen-
sar en Dios como algo independiente de Su creación es un grave error. Es
esta manera errónea de pensar la que ocasiona que se observe una forma
de comportamiento en el templo o la iglesia y otra, opuesta, afuera. Dios
no está interesado en aceptar una ofrenda dedicada a El solamente en el
ámbito del culto si no se siguen dichas prácticas también fuera de él. Des-
pués de todo, El está presente en todas partes.
En relación con los anteriores yajnas, uno puede también recordar los
cuatro mandatos védicos:
159
Matru Devo Bhava.
Pitru Devo Bhava.
Acharya Devo Bhava.
Atithi Devo Bhava.

Honren a su madre como a Dios.


Veneren a su padre como a Dios.
Adoren a su maestro espiritual como a Dios.
Respeten a su huésped como a Dios.

Bhutha Yajna:
El Bhuta Yajna consiste en rendir servicio a todos los seres vivientes.
Eso implica tratar con bondad a todos los animales, especialmente a los
que dan leche y a aquéllos que trabajan para servir a la humanidad en los
campos y en los caminos. Alimentar o mantener pájaros, peces, gatos y
perros así como otros animales domésticos o ayudar a preservar a los ani-
males salvajes en su región natural (conservación de la naturaleza) es tam-
bién Bhutha Yajna. Hay que mostrar bondad aun con los animales que se
arrastran y reptan, incluyendo las hormigas. Proteger el reino vegetal y
promover su conservación forma parte también de este yajna. Sabiéndolo
o no, el hombre destruye la vida por necesidad y Baba ha dicho que los
pecados que se acumulan por la destrucción de las diversas formas de vi-
da, son expiados por medio de la correcta observancia de este yajna.
El Veda Purusha Saptaha Jñana Yajna, o sea, los siete días de adora-
ción de la Personalidad Divina glorificada en los Vedas, es la suma y sus-
tancia de los cinco tipos de yajnas. El Purusha mencionado en el Purusha
Suktha es el Purushottama, el Purusha Supremo o Aquello que se mani-
fiesta a través del cuerpo de Baba. Es por Su voluntad que el cosmos se
manifiesta como El. No hay nada que no sea El. Por lo tanto, respecto de
esas cosas, Baba dice: “Primero deben creer que son divinos y conducir-
se de acuerdo con ese estado supremo. Entonces serán bendecidos con la
experiencia, la visión, la conciencia, la realización y la bienaventuranza
que es eterna. Recuerden que no pueden recibir o tener la experiencia o la
bienaventuranza primero. Ni tampoco pueden posponer sus creencias in-
definidamente hasta que logren aquéllas, ni pueden ustedes regatear di-
ciendo: ‘Dame la bienaventuranza y entonces tendré fe’. Podrán recono-
cer este Purushottama, mediante una educación apropiada. Tomen el ejem-
plo del yajna realizado aquí. En este fuego, se hacen ofrendas con la reci-
tación de los diferentes nombres de Dios, exaltados en elaborados himnos.
Cada nombre describe a Dios como provisto de una forma especial; más
de 3560 ofrendas se hacen cada día, durante siete días. Pero este solo fue-
go consume todas las ofrendas y cada una de ellas alcanza al Dios único,
al Uno que El es”.
160
Cada vez que se recita la palabra sva-ha en el himno, se ofrece una
oblación de ghii en el fuego. Baba ha comparado esta ofrenda con el pro-
ceso de tomar alimento. El dice: “Cuando toman alimento, están ofre-
ciendo comestibles al fuego que Dios ha encendido en ustedes. De modo
que deben comerlo en actitud de oración y con profunda gratitud”. En es-
te contexto se ha dicho en el Gita, que el fuego con que se cocinó la co-
mida es Dios, la comida es Dios, el cuerpo que come es Dios, comer tie-
ne por objeto realizar el trabajo confiado por Dios o que es agradable a
Dios, y el fruto de ese trabajo conduce al progreso para llegar a Dios. Ba-
ba dice además: “Realicen cada día el yajna que consiste en quemar los
deseos y las emociones, pasiones, impulsos y actos egoístas en las llamas
de la dedicación y de la devoción. De hecho, ése es el verdadero yajna del
cual estos actos son reflejos e impulsores, guías y prototipos, que repre-
sentan simbólicamente la subyacente verdad”.
La palabra Purusha, en relación con el Vedapurusha Yajna, tiene un
profundo significado. Baba iguala al Jiva (Atma individual), al Atma y al
Paramatma, con los tres aspectos del Purusha. El Jiva es el Kshara Purus-
ha (Purusha visible) y el Atma, el Akshara Purusha (Purusha invisible). El
Kshara Purusha, atado a la vida material, está sujeto a cambios junto con
las cinco envolturas o koshas, los cinco alientos o pranas y los cinco senti-
dos o indriyas; ése el Jiva. El Akshara Purusha es el Eterno Testigo, el At-
ma. El Purusha general es el restante Purushottama, cuya gloria es eviden-
te en todas las cosas y en todos los seres y puede ser llamado Paramatma.
Baba dice: “Ustedes deben tratar de escapar de la falsa identificación con su
cuerpo y sentir que sólo son el residente en el mismo, el Kshara Purusha.
Luego, por medio del sadhana, pueden llegar a conocer el Akshara Purus-
ha, el testigo del Kshara Purusha, y dándose cuenta de la ininterrumpida
presencia del Purushottama que está resplandeciente en toda la creación,
pueden finalmente fundirse en El, logrando así la consumación final de to-
das las vidas que han pasado aquí en la tierra”.
El día final del yajna con su Purnahuti u ofrenda final, es también ce-
lebrado como Vijayadasami o décimo día de la victoria. Así se cierran las
celebraciones de Navaratri, en Prashanti Nilayam. El día comienza con
una extraordinaria manifestación de fervor espiritual entre los panditas y
los fieles que participan en el yajna. El espíritu de festividad está en el ai-
re. Se nota no solamente en la gente que lleva ropas nuevas de brillantes
colores, sino también en las decoraciones de flores frescas y banderines
que han aparecido de la noche a la mañana para adornar los edificios. Sí,
los voluntarios del Seva-Dal han estado trabajando toda la noche. Cada
uno, en el auditorio Purnachandra, está a la expectativa para ver a Baba
aceptar la ofrenda final del yajna en su calidad de Purushottama.
Una vez terminadas las ofrendas, la entonación de himnos y mantras así
como otros rituales establecidos para las celebraciones de los siete días, los
panditas, los sabios y los estudiantes de la Pathshala védica (escuela) se
161
sientan a cada lado del vedi central. Baba asciende al estrado en medio de
la armonía de los himnos védicos y se para detrás del vedi, de frente a los
devotos situados en el auditorio. El rítmico batir de los tambores, las no-
tas agudas de las flautas y el canto de los himnos dan un esplendor tal al
ambiente que despierta reverencia a la visión del Vedapurusha que está de
pie detrás del fuego, en medio de Su resplandeciente gloria. Pronto Su ma-
no hace un movimiento circular y las nava-ratna o nueve gemas aparecen
y caen en una bandeja. Cada gema tiene el tamaño de un guisante, apro-
ximadamente. El número de Brahma es el nueve y las nueve piedras sim-
bolizan los nueve pasos del peregrinaje hacia Dios, conocidos como Na-
vadha Bhakti. El Supremo puede ser alcanzado a través de estos nueve
pasos. Baba también ha explicado que Sama significa Brahman y apti
significa logro. Así, la función final (Samapti) se refiere a la conclusión
venturosa del sacrificio o fusión con el Infinito Brahman. Las nueve ge-
mas simbólicas y otras ofrendas se ponen sobre tela de seda en una ban-
deja y se ofrecen al fuego. Simultáneamente con el canto de los himnos
se derrama una corriente continua de ghii en el fuego, por medio de un
palo de bambú acanalado y preparado especialmente. El palo es sosteni-
do encima del fuego y la ofrenda corre por el canal hasta caer finalmen-
te en el vedi. Las lenguas del fuego saltan hambrientas desde el vedi, muy
alto en el aire, para recibir las oblaciones finales. Baba también derrama
en el vedi, a intervalos, unos pocos granos que ha creado en el momento.
Ese es el final del Purnahuti.
Presenciar ese sacrificio con Baba de pie detrás del altar y experimen-
tar la emoción de saber que es Dios en forma humana quien está allí, es al-
go muy sagrado. El lector debe experimentarlo por sí mismo. En aquel mo-
mento, el autor recordó las palabras de Baba: “Cuando se vierta la ofren-
da final en el fuego sacrificial, quiero que cada uno de ustedes decida, en
su mente, derramar en las llamas todo lo malo, todo el egoísmo, todos los
degradantes apegos y todos los hábitos que los arrastran hacia abajo. En
el momento de la ofrenda final recibirán el darshan del yajna Purusha, del
Señor del sacrificio, de la persona que acepta el yajna”. Amado lector, és-
ta es una rara Visión de lo Divino que se está presenciando ahora en la In-
dia, después de una interrupción de miles de siglos.
Posteriormente a la ofrenda final, los panditas y eruditos que han si-
do responsables de los muchos ritos y ceremonias en el yajna, deambulan
alrededor del vedi y de Baba. Después, van al río Chitravathi, donde se lle-
van a cabo otros ritos. Mientras los devotos se unen para cantar bhajans,
se hacen preparaciones en el estrado, a fin de que Baba realice el “baño
ceremonial” con vibhuti (Vibhuti Abhisheka) sobre la estatua de Shirdi Sai
Baba. Baba usa una vasija bellamente decorada, para producir la lluvia de
vibhuti. Normalmente, se mantiene cubierta con un trozo de tela que se
quita justamente antes del Abhisheka. Sin embargo, el autor tuvo una vez
162
PURNAHUTI:

“El corazón del hombre es el mismo altar del fuego sacrificial. Los do-
lores de los deseos son las lenguas de las llamas; el mal que está en el
hombre es la ofrenda que va al fuego, y el tesoro de la imperturbable bi-
enaventuranza es la meta final. Este es el verdadero yajna que debe lle-
var a cabo el hombre, cada día de su vida. Todas estas ceremonias no
son sino un recordatorio simbólico y un impulso dirigido a su ser, para
que actúe de acuerdo con los dictados del dharma en la vida diaria. El
Vedapurusha que recibe estas ofrendas externas está dentro de ustedes.
Dedíquenle todos sus pensamientos, palabras y acciones. Ese es el ver-
dadero yajna. El símbolo zoroastriano del fuego es una invitación para
que ustedes arrojen a ese fuego todos los instintos e impulsos bajos. De-
positen toda su amargura en el fuego sagrado y emerjan grandiosos,
majestuosos y divinos.”
BABA
NAVA-RATNA O NUEVE GEMAS

En el momento de la ofrenda final, Baba crea las nueve gemas preciosas (na-
va-ratna), símbolos de las nueve formas de devoción o Navavedh Bhakti.
“Son los nueve pasos en el peregrinaje del hombre hacia Dios, por el camino
de la dedicación y de la entrega.”
1. Sravanam: Es el empeño que se pone para desarrollar el deseo de escuchar
la gloria y el esplendor de la obra de Dios y de Sus manifestaciones inspi-
radoras de reverencia. Este es el punto de partida. Es escuchando algo acer-
ca del Señor, una y otra vez, como podemos transformarnos en la divinidad.
2. Kirtanam: Entonar cantos acerca del Señor, de Sus múltiples hazañas y de
Su magnificencia.
3. Smaranam: Morar en el Señor, con el pensamiento y disfrutar de la con-
templación de Su belleza, majestad y compasión.
4. Padasevanam: Iniciar la adoración al Señor y honrarlo concentrándose en
Sus pies o en las huellas de ellos.
5. Archanam: Esto se desarrolla dentro de un sacrificio propiciatorio total al
Señor y una sistemática adoración ritualística en la cual el aspirante obtiene
satisfacción e inspiración internas.
6. Vandanam: El aspirante comienza a ver su forma favorita de Dios donde-
quiera que se encuentre, en todos los seres y todos los objetos. Así, desarrol-
la una actitud de Vandanam o reverencia hacia toda la vida y la naturaleza.
7. Dasyam: Establecido en esta disposición mental, el devoto se vuelve servi-
dor de todos, sin sentirse inferior ni buscar superioridad. Este es un paso vi-
tal, la etapa de servicio a la que cada persona que se llame trabajador social
o voluntario tiene que llegar. Es más fructífera que el acto de recitar el nom-
bre y pasar las cuentas del rosario o sentarse durante horas en estado de
meditación. Al Señor se le complace sólo cuando ustedes hacen cosas que El
desea. ¿Cómo podrían ganar de otro modo Su gracia? ¿De qué manera sino
cuidando, alimentando y salvando a Sus hijos? ¿De qué otro modo sino
ayudándolos a considerarlo su Señor y guardián y cultivando la fe en El, a
través de su propia vida recta y sincera?
8. Sakhyam: Esto lleva al buscador tan cerca del Señor que se siente como el
confidente, el compañero y el copartícipe del poder y de la piedad de Dios, de
Sus triunfos y logros. Su Sakha o compañero, de hecho, como lo fue Arjuna.
9. Atma Nivedanam: Este es el preludio al último paso de total entrega o At-
ma Nivedanam. El buscador, con su intuición purificada, conoce y se entrega
plenamente a la voluntad del Señor.
BABA
164
la oportunidad de examinar dicha vasija a corta distancia. Era un simple
recipiente vacío.
Antes de llevar a cabo el Abhisheka, usualmente Baba decora la esta-
tua de Shirdi Sai, creando un collar o una diadema de piedras preciosas.
El Abhisheka se hace primero con agua, leche y otros variados líquidos. A
continuación, Baba seca amorosamente la imagen, se levanta las mangas
y sostiene la vasija para el Abhisheka de vibhuti, poniéndola boca abajo o
bien le pide a alguien que lo haga por encima de la estatua. Al poner El Su
mano dentro de la boca de la vasija y sacudirla, empieza a salir una co-
piosa lluvia de vibhuti de la vasija que cae sobre la imagen de Shirdi Sai.
Es una materialización continua de vibhuti que dura, más o menos, de tres
a cinco minutos. Claro está que la producción realmente depende sólo del
tiempo que Baba mueva Su mano dentro de la vasija. En 1973, la lluvia
comenzó con el vibhuti de color gris, que es el usual, pero de repente
cambió a kum-kum rojo y después de un tiempo, el color volvió a cambiar
a cúrcuma amarillo para volver, finalmente, al vibhuti gris. El flujo au-
menta a medida que el Abhisheka se acerca a su fin. Al caer el vibhuti so-
bre la estatua se esparce, naturalmente, en un amplio círculo; a veces, los
afortunados que se encuentran sentados cerca del estrado, quedan cubier-
tos del polvo. Baba mismo queda cubierto de vibhuti de la cabeza a los
pies, al final del Abhisheka.
¿Cuál es el significado interno de este Abhisheka? El autor ya enun-
ció en el primer capítulo el significado del vibhuti y no necesita repetirlo.
Sin embargo, Baba ha dicho: “El Abisheka de vibhuti tiene un potente sig-
nificado interno que Swami quiere que ustedes capten. El vibhuti es el ob-
jeto más precioso en sentido espiritual. Ustedes saben que Shiva quemó al
dios del deseo llamado Manmatha y lo redujo a cenizas. (Manmatha es
equiparado con los deseos que causan las agitaciones que hay en la men-
te y que crean confusión). Shiva se adornaba con esa ceniza. Cuando no
hay ningún deseo que afecte la mente, el amor puede ser verdadero y ple-
no. ¿Qué mayor ofrenda pueden ustedes dar a Dios para Su glorificación,
que la ceniza que significa su triunfo sobre los incitadores deseos? La ce-
niza es la última condición de las cosas; en ese estado, no pueden sufrir
ningún cambio más. El Abhisheka con vibhuti se hace para inspirar que se
abandone el deseo y se ofrezcan a Shiva las cenizas de su destrucción co-
mo el más valioso de los objetos que han ganado”.
El Abhisheka Tirth o líquido del baño ceremonial de la estatua de
Shirdi Sai, recogido en grandes baldes, es usado después por Baba para
bendecir a los devotos reunidos en el auditorio. Se prepara un haz de hier-
ba kusha en forma de escobilla grande para esparcir el Tirth. Después de
mojar la brocha en el Tirth contenido en un balde sostenido por un pandi-
ta, Baba lo esparce sobre los devotos, sacudiendo el cepillo por encima de
sus cabezas. Así, El camina entre la multitud (30.000 a 50.000 personas),
165
derramando Su Gracia en ese día auspicioso. Recibir una ducha con ese lí-
quido equivale a tomar un baño depurante que inicia sutiles transforma-
ciones dentro de la persona sobre la cual caen tales bendiciones. Los de-
votos estiran ansiosamente sus manos para que les lleguen aunque sea una
gota de este líquido santificado. Con amor y compasión, El los satisface a
todos.
Un día, en enero de 1975, durante una discusión adhyátmica, Baba di-
jo al autor: “Antes del advenimiento de los avatares a esta tierra, los rishis
no habían concebido a Dios en ninguna forma humana específica. Solían
describirlo como una forma de la bienaventuranza. (Baba estaba hablando
acerca de los más antiguos tiempos védicos.) Similarmente, el Gayatri des-
cribe la última realidad informe en sus nueve diferentes aspectos y exalta
el intelecto o buddhi”. Se solicitó al autor que escribiera acerca del Gaya-
tri, un tema muy apropiado para cerrar este capítulo sobre el Jñana Yajna.

EL GAYATRI
El autor fue iniciado en los misterios del Gayatri Mantra, por Baba,
en circunstancias bastante insólitas. Era el cuarto día después de la cele-
bración del aniversario de Su nacimiento en 1972, día especialmente fa-
vorable para el autor. Durante el anterior Guru Purnima (Festival del Gu-
rú) Baba le había indicado que realizase estudios adhyátmicos y que lle-
vara a cabo actividades benéficas para cumplir así con su sadhana. Como
el autor carecía totalmente aun de los más elementales conocimientos
acerca del espíritu, hacía constantemente preguntas a Baba sobre tales te-
mas, convirtiéndose en una verdadera molestia para los sabios panditas y
los eruditos. Sin embargo, ese día el autor, el doctor Patel (de Baroda) y
algunos otros estaban escuchando unas charlas sobre temas espirituales,
dictadas por Baba en Su habitación; al final, el doctor Patel preguntó acer-
ca del Gayatri Mantra. Baba lo explicó brevemente y se levantó de Su si-
lla. Las palabras en sánscrito eran como griego y latín para el autor, así
que le pidió a Baba que explicara el Gayatri en un lenguaje comprensible
para él. Su respuesta fue: “Ahora no, más tarde” y añadió en son de bro-
ma: “Mis pacientes me están esperando afuera”. Con mucho desagrado, el
autor salió de la habitación de Baba y se sentó afuera de los escalones de
la veranda, con el doctor Patel. Los bhajans de la tarde habían comenza-
do ya y Baba salió de Su habitación. Después de dar el darshan a los de-
votos fue a discutir algo con el doctor Patel. El autor aprovechó la opor-
tunidad para preguntarle de nuevo acerca del Gayatri. Sin embargo, para
su sorpresa y consternación, Baba, en vez de explicar el mantra, pidió al
autor que repitiera el Gayatri después de El. Queriéndolo o no, el autor se
las arregló para repetirlo aun cuando no lo podía oír muy bien, debido al
166
elevado volumen del coro de bhajans que había a su alrededor. El autor se
sintió totalmente frustrado y molesto por su ignorancia, ya que habiéndo-
le dado el Señor mismo el mantra, él no estaba preparado para repetirlo.
Más tarde, a comienzos de 1973, el autor ya estaba preparado, cuan-
do Baba le enseñó de nuevo cómo recitar el Gayatri con la correcta pro-
nunciación y con el ritmo apropiado. Baba tuvo la bondad de verificar y
corregir la recitación, una y otra vez, hasta que el autor se sintió seguro.
Finalmente, el autor preguntó: “Swamiji, se dice que si este mantra no es
recitado correctamente, hace daño al individuo. ¿Es verdad?”. El contes-
tó: “Sí, tiene el efecto opuesto, o sea, envuelve a la persona en la oscuri-
dad, pero si lo recitas con amor, Dios lo aceptará”. Así aprendió el autor
que el amor era necesario para que ese mantra activara Su gracia.
“¿Qué es el Gayatri, Swamiji?”. “Bien, el Gayatri es el Shabda Brah-
man. Es algo que penetra en todo, como Brahman”, dijo Baba. Shabda sig-
nifica sonido y ¿cuál es el sonido de Brahman? El sonido de Brahman es
el de los Vedas. Por lo tanto, se puede decir que el Gayatri está en la ba-
se misma de los Vedas y merece el nombre de Veda Matha o Madre de los
Vedas. Penetra en todo el cosmos manifiesto. Es su base, la realidad que
hay detrás del Universo experimentado y conocido. Los lectores zoroas-
trianos recordarán el segundo versículo del Ahunvar en el cual encontra-
rán su otro nombre, Mazdai, la base del cosmos manifiesto.
El Gayatri Mantra está compuesto en una estructura poética que
consta de veinticuatro sílabas, generalmente arregladas en un terceto de
ocho sílabas cada uno. Por lo tanto, esta medida particular (Tripadhi) es
también conocida como la métrica del Gayatri; una serie de versos del an-
tiguo Rig Veda están compuestos con esa técnica. Por consiguiente, algu-
nos de esos versos han llegado a ser conocidos como “Gayatris”, pero no
deben confundirse con el Gayatri Mantra que aparece en el Rig Veda co-
mo el décimo mantra, en el sexagésimo sutra del tercer mandala.
En este punto, es necesario comprender la razón por la cual hay que
llamar a este mantra particular “El Gayatri”. La palabra deriva de:

GAYAntam TRIyate iti

Significa: Aquello que salva (protege) al que canta eso. Así, esta sa-
grada palabra, Gayatri, por sí misma explica la razón de la existencia de
este mantra. También se puede ahora comprender la razón de la total au-
sencia de la palabra Gayatri en el mantra mismo. Aquello que salva o pro-
tege al cantante es esto. ¿Y qué es esto? Se ha definido como Shabda
Brahman o, en otras palabras, los mantras védicos. En este contexto de-
bemos también tratar de comprender algo acerca de la palabra mantra. Se
ha dicho “Brahmanam Brahmana Vahanam” y significa: Brahma es el por-
tador de Brahman. Baba ha dicho: “La palabra Brahma aquí debe enten-
167
derse como mantra. El significado interno es que el Purusha, que es la
personificación de los Vedas, tiene al mantra como Su vehículo. La mera
pronunciación de palabras como Om Namo Narayana u Om Namo Shi-
vaya no puede constituir un mantra. Un mantra tiene dos aspectos. El pri-
mero es manana, que significa que lo que se haya aprendido debe ser to-
mado en la mente, y el segundo aspecto es trana, que significa que lo que
ha sido tomado en la mente debe ser firmemente establecido y preservado
en ella. (Triyate, trat y trana, se originan de trai, que significa proteger,
preservar, rescatar o salvar de). Al tomar a la divinidad en su mente y es-
tablecerla firmemente en ella, si continúan su vida y hacen el trabajo que
les ha sido ordenado, entonces su vida estará llena de felicidad. Aquí ve-
mos que el significado interno de estas palabras que tienen la autoridad de
los Vedas es diferente del significado interpretado por varios historiado-
res, porque los historiadores han interpolado sus propias ideas en la inter-
pretación. Los Vedas no tienen su origen en seres humanos, mientras que
la historia es algo creado por gente experimentada. Por lo tanto, las posi-
bilidades de cambios, adiciones o alteraciones pueden existir en la histo-
ria; pero no hay tal posibilidad en el caso de los Vedas, que no han tenido
su origen en seres humanos. Porque los Vedas se han obtenido escuchan-
do el “sonido” (ghosha) y han sido referidos como tradición (sruti). Esto
está conectado directamente con el Señor, al tomar y espirar Su aliento.
Brahman cabalga sobre estos mantras y por lo tanto, El ha sido llamado
Brahmanaspati. (Pati significa karta o la cabeza de una situación). Si que-
remos obtener control sobre Brahman u obtener Su gracia, entonces Sus
vehículos, o sea los mantras sobre los cuales El cabalga, deben ser pues-
tos primero bajo control”.
Con las explicaciones anteriores, estamos ahora en posición de evo-
car otra imagen en nuestra Visión de lo Divino. El lector recordará la de-
claración de Baba: “Yo soy Ghosha”. En este contexto, la declaración sig-
nifica que Baba es Brahman y que cabalga sobre los mantras. Se ha dicho
en el Rig Veda que Brahman es el cimiento mismo de la “palabra” y del
“habla”. Nuestras palabras y nuestra capacidad de hablar están asociadas
no solamente con los diferentes objetos a nuestro alrededor, sino también
con los diferentes aspectos de nuestras vidas.
En este sentido, Baba ha dicho: “Shabda o el sonido es la base de to-
das las cosas. El sonido da origen a las palabras y muchas de esas palabras
denotan lo que vemos a nuestro alrededor. Así tenemos ocho aspectos di-
ferentes de la vida (revelados por tales palabras):

Shabda Brahman — El aspecto que se relaciona con el sonido.


Charachar Mayi — El aspecto que se relaciona con el movimiento y
el estatismo.
Jyotir Mayi — El aspecto de la refulgencia.
Vang Mayi — El aspecto del habla.
168
Nityanand Mayi — El aspecto de la continua felicidad.
Paratpara Mayi — El aspecto de este mundo y del otro.
Maya Mayi — El aspecto de la ilusión.
Shri Mayi — El aspecto de la prosperidad.

Todos estos aspectos son Brahma y están contenidos en Baba y se re-


quiere profunda contemplación para poder captar la poderosa grandiosi-
dad y majestad contenida en El.
En el contenido del Gayatri y de los Vedas hay todavía otro nombre
que debe ser aclarado y comprendido apropiadamente. Ese nombre es
Chandass. Significa un metro o la ciencia de los metros y es también apli-
cable a los Srutis que contienen mantras y a los Brahmanas. Baba ha di-
cho que es incorrecto usarlo para cualquier metro. Debe ser usado única-
mente en el contexto con los metros védicos. Puesto que el Gayatri es
Shabda Brahman, es la base de todos los metros conocidos y por lo tanto,
el nombre Chandassam Mata es también aplicable a El. Sin embargo, el
origen de la palabra Chandass, como lo señala Baba, le da una profundi-
dad de significado y santidad nunca igualada por las simples definiciones
de los diccionarios. Baba ha dicho: “Algunas autoridades nos dicen que
aquellos mantras que dan inmortalidad y mantienen al individuo alejado
de la muerte deben ser llamados Chandass. Esta es la razón por la cual los
grandes rishis que habían comprendido a Brahma y se identificaban con
El, buscaban la inmortalidad pronunciando los mantras en los Rig, Yajur
y Sama Vedas. Mientras ofrecían a Dios los hais (oblaciones de mante-
quilla clarificada) en el fuego, estos rishis pronunciaban los mantras da-
dores de vida que les concedían la inmortalidad. Al pronunciar tales man-
tras, han dado un significado distintivo a la palabra Chandass”.
Aquí, no debemos interpretar el significado de la palabra inmortalidad
como un estado donde la vida está permanentemente retenida en el cuer-
po. Como ha dicho Baba: “Hay nacimiento y muerte para el cuerpo, pero
no hay nacimiento ni muerte para el Atma. Ser capaz de comprender esta
permanencia del Atma es el verdadero significado de lograr la inmortali-
dad; debemos inquirir acerca del proceso mediante el cual podemos lograr
esta inmortalidad. No sólo haciendo buenas acciones, teniendo buenas
compañías y buenos pensamientos en todos los asuntos relativos a nuestra
vida diaria, sino absorbiendo el Shakti o fuerza que se obtiene al recitar
los sagrados mantras, es como podemos asegurarnos de este aspecto de la
inmortalidad. Los rishis nos han mostrado el camino. En nuestra vida dia-
ria, una buena acción es como un polo negativo, y el poder o Shakti divi-
no obtenido por la pronunciación de los mantras védicos es como un po-
lo positivo. Tanto el negativo como el positivo deben tener la fuerza apro-
piada. Con buenas acciones, podemos mantener la terminal del negativo
en buenas condiciones, pero si no nos ocupamos de la fuerza que pode-
169
mos obtener de los divinos mantras, entonces no habrá terminal positivo
y de tal modo, no obtendremos la fuerza plena. Es necesario reconocer
esta estrecha relación entre el negativo y el positivo. Para cada mantra,
un sendero apropiado ha sido establecido también por el mismo mantra.
Al pronunciar los mantras, nuestros ancestros se cuidaron de observar la
limpieza y los pasos exigidos para ese mantra particular. El trabajo que
se está haciendo, el acto de hacer el trabajo y el sujeto que lo está ha-
ciendo, deben estar unificados. Sólo entonces puede el trabajo conside-
rarse sagrado. De la misma manera, el mantra, la pronunciación del
mantra y el fruto del mantra deben ser apropiadamente comprendidos,
coordinados y unificados”.
Al haber comprendido correctamente el nombre Chandass, estamos
ahora en posición de apreciar el verdadero aspecto de la palabra “Gaya-
tri”. Este aspecto es revelado al decir: “Es Aquello que preserva, protege
o rescata de la mortalidad al que lo canta”. Significa, simplemente, que el
mantra proporciona el shakti necesario en el polo positivo dentro de uno,
y cuando se acopla con el polo negativo —que es tapas en la actividad dia-
ria de uno— entonces es posible lograr este aspecto de inmortalidad o es-
tado de limpia, clara, inconmovible pureza sin sujeción a nacimiento ni a
muerte, conocida también como ajaha.
Hay todavía otro aspecto de la relación entre el Gayatri y los Vedas,
que es tradicionalmente representado por medio de la personificación. Ga-
yatri Parameshvari, la Suprema Diosa, es mostrada con tres pies, que co-
rresponden al Yajur Veda, al Rig Veda y al Sama Veda. Su cuerpo consis-
te en el Mimamsa (una de las seis Darsanas o sistemas de filosofía india)
y la cabeza es el Atharva Veda. Podría preguntarse ¿por qué de todos los
Vedas, al Atharva Veda le ha sido dada tanta importancia? Baba ha expli-
cado que: “Entre todos los Vedas, el Atharva Veda tiene la característica
de ser el más antiguo y el más importante. El Atharva Veda nos ha pro-
porcionado también una descripción de qué es la naturaleza y las leyes que
gobiernan la materia y las que gobiernan el espíritu. De este Veda, pode-
mos aprender qué camino debemos seguir para escapar a las aflicciones y
al dolor (los opuestos, o los aspectos Ghora y Aghora) que se encuentran
en este mundo. El Atharva Veda no es algo que está separado de los otros
tres Vedas. De hecho, está latente y presente en todos los demás Vedas. Pa-
ra todos los mantras, en los Vedas hay un comienzo y un fin. El sonido que
es pronunciado al comienzo y al final se llama el Pranava. Que este Pra-
nava es igual que Atharva (firme e incambiable) ha sido declarado en el
Atharva Veda. El Atharva Veda nos dice que si se quiere ver a Brahman
en toda la creación, hay que contemplarla con amor”. Los textos en aves-
ta del zoroastrismo tienen mucho en común con el Atharva Veda; su filo-
sofía de los espíritus gemelos encuentra un eco en los aspectos Ghora y
Aghora de Brahman mencionados en el Atharva Veda.
170
El shakti de los mantras no es algo que pueda verse, sino sólo inferir-
se. Por ejemplo, cuando se pronuncian mantras y se ofrecen oblaciones en
el fuego, podemos ver los materiales ofrecidos reducirse a cenizas; a esto
se le llama Pratyaksha o percepción por medio de la observación directa.
Sin embargo, el material que está siendo reducido a cenizas es llevado por
el poder del mantra a la persona para quien está destinado, no puede ser
visto, sólo puede ser inferido, y a esta percepción por inferencia se le lla-
ma Paroksha. La prueba de esa entrega por medio del poder del mantra
puede ser obtenidas por aquéllos que han adquirido la necesaria sabiduría
y realizado el tapas necesario. En otras palabras, solamente cuando las ter-
minales positiva y negativa son puras y brillantes puede establecerse una
conexión perfecta para obtener los resultados prometidos. No hay la me-
nor duda acerca de la acumulación de los frutos que brinda el poder del
mantra, porque el derecho a cosechar tales frutos está dentro de los lími-
tes de la propia experiencia. Baba ha dicho que sólo quienes tienen pleno
dominio sobre los Vedas pueden comprender por consecuencia este vín-
culo que es el responsable de la transmisión. Como ejemplo, El dice: “Su-
pongan que están viajando en avión de Bangalore a Delhi. Saben que el
piloto puede mantener contacto con el aeropuerto de Delhi, así como con
el de Bangalore, aun cuando son incapaces de obtener alguna prueba vi-
sual de la conexión existente entre el avión y cualquiera de los aeropuer-
tos. En este caso, tampoco vemos la prueba directa (pratyaksha), pero la
fuerza que está presente en las máquinas de los aeropuertos y en el avión
les permite estar en contacto unos con otros. Este es un ejemplo de cone-
xión inductiva o paroksha. Aunque no somos capaces de ver directamen-
te el vínculo entre la Divinidad y el ser humano, por medio de la inferen-
cia o paroksha podemos sentir que hay una conexión entre la Divinidad y
ese ser, a través de la acción de los mantras. La inferencia de que el sacri-
ficio que se hace mientras se pronuncian los nombres de Indra, Rudra o
Varuna realmente llega a ellos, es llamada paroksha y puede ser bien com-
prendida por quienes conocen el poder de esos mantras. Para aquéllos es
una prueba tan buena como si fuera directa. Por lo tanto, si recitan el man-
tra apropiado, correspondiente al lugar donde quieren que aparezcan los
resultados, no habrá duda de que éstos se presentarán donde deben pre-
sentarse”.
Al respecto, Baba ha dicho que no importa que uno no conozca el lu-
gar adonde la ofrenda debe llegar ni tampoco que no esté familiarizado
con la persona que lleva la ofrenda. El da el ejemplo de una carta deposi-
tada en el correo para que la reciba una persona con domicilio en un país
extranjero. No por desconocer a los individuos que trabajan en la oficina
de correos y no haber visto nunca el lugar al cual va dirigida la carta te-
nemos alguna duda de que va a ser entregada. Seguro que no. De manera
similar, el Shakti del mantra constituye la oficina de correos y es deber del
171
cartero entregar el envío. En cuanto a nuestra responsabilidad, tan sólo
consiste en dirigir la carta en forma correcta y ponerle la cantidad necesa-
ria de estampillas; eso sería tapas. Baba dice: “Solamente cuando nos
adentramos en la comprensión de los Vedas, el significado de los mantras
que en ellos se describen parece pertinente y conexo. A menos que reco-
nozcamos la estrecha e inseparable relación que hay entre los mantras de
los Vedas y Dios mismo, los Vedas parecerán iguales a cualquiera otra es-
critura trivial compuesta de varias palabras y letras reunidas por algún
autor desconocido”.
Hoy en día, los mantras védicos son considerados por los llamados
“trabajadores científicos” como palabras triviales y sin sentido y creen que
pueden usar cualquiera de ellas (“flor”, por ejemplo) como mantra. Hasta
usan distintos instrumentos electrónicos para medir el efecto que produ-
cen en los cantores tales seudomantras, así como otras prácticas físicas
disfrazadas con nombres como meditación trascendental (TM) o algo por
el estilo. El lector ya debe saber que las palabras que no se relacionan con
la Divinidad no pueden ser llamadas mantras, pues no caen dentro del sig-
nificado de los mismos y, por lo tanto, tales seudoinvestigaciones y seu-
domantras no pertenecen ni al terreno de la investigación científica disci-
plinada —que está por debajo de los sentidos— ni al reino de la sincera
indagación espiritual, que está más allá de los sentidos. No puede haber
puntos intermedios. No pueden considerarse como una “tierra de nadie” o
compararse a un espectáculo cinematográfico donde el proyector está en-
cendido y uno recibe el efecto ilusorio de las imágenes o bien el proyec-
tor está apagado y uno se enfrenta a la dura realidad de la pantalla, que es
la base permanente de las imágenes. ¿Es posible ver la pantalla y exami-
narla mientras se proyecta la película? No; sin embargo, las imágenes no
son esenciales para la existencia de la pantalla, pero la pantalla sí lo es pa-
ra ver las imágenes. Similarmente, todo el poder de los instrumentos de la
ciencia o los poderes de la palabra y del pensamiento contenidos en el
hombre son como las imágenes, y esos poderes dependen, para su exis-
tencia, del divino Brahman, que es como la pantalla permanente. La falta
estriba en pensar que los poderes poseídos por el hombre son indepen-
dientes de Dios, y tratar de investigar a Dios por medio de esos poderes.
El hombre, científico o no, tiene que despertar del autoimpuesto estupor
que se provoca al disfrutar de las imágenes de nombres y formas antes de
comprender lo que es la base. Desgraciadamente, la situación que impera
en el mundo de hoy es como la que se presenta en una sala cinematográ-
fica, donde la gente está interesada sólo en las imágenes ilusorias. Todo el
mundo se levanta y sale cuando termina la proyección. Nadie tiene inte-
rés por la pantalla, que es algo fijo. Muchas personas mal guiadas, desco-
nocedoras de la naturaleza divina de los mantras, tratan de comprar su-
puestos mantras, a personas que han hecho un negocio de la espiritualidad.
Después proclaman haber alcanzado un estado especialmente elevado du-
172
rante la meditación. Tales estados son tan sólo grados variables de au-
tohipnosis inducidos por medio de sugestiones, que producen un estado
pasajero de euforia o bienestar físico. Pero esas cosas están muy alejadas
de la genuina indagación espiritual o de la experiencia, y deben conside-
rarse dentro de los reinos de la concentración ordinaria. El lector debe re-
conocer tales cosas por lo que son y no confundirlas con los mantras di-
vinos. Hoy en día, esta farsa seudoespiritual está siendo perpetrada en los
Estados Unidos de América y otros países occidentales, en una escala tal
que hasta los periódicos científicos y los médicos bien informados han si-
do presas del engaño de su jerga sin ponerla en duda y así han dado un lus-
tre de respetabilidad a tan triviales desafueros.
Es muy difícil comprender el significado correcto de las palabras vé-
dicas, a menos que Dios o Brahman —quien las formuló dentro de los Ris-
his— brinde la explicación correspondientes. Por lo tanto, se dice que la
autoridad para explicar y exponer el significado de las palabras védicas es-
tá contenida en los Vedas mismos. Debemos tratar de comprender las ra-
zones por las cuales se ha investido de esa autoridad total únicamente a los
Vedas. Las sagradas palabras védicas nos han sido transmitidas desde
tiempos inmemoriales (sanathana) a través de una continua cadena de re-
lación de gurú a shishya (discípulo) hasta que Vyasa las cotejó y preservó,
escribiéndolas para la posteridad. Los Vedas existen desde mucho antes de
que cualquiera de las religiones organizadas que se profesan en la actuali-
dad fueran instituidas y también mucho antes de que cualquiera de los
avatares llegara a esta tierra. Esa es la razón por la cual Baba ha dicho que
los Vedas pertenecen a toda la humanidad y no están limitados a ninguna
religión en particular. Similarmente, los mantras védicos existían mucho
antes de que se formaran los idiomas que se hablan ahora. Así, el intento
de explicar este Infinito Shabda Brahman mediante un limitado número de
palabras que manejamos es como tratar de medir el espacio exterior por
medio de una vara de un metro de largo o las profundidades del océano
con una varilla de treinta centímetros. Por esta razón, es imposible tradu-
cir esos mantras para recitarlos en inglés o en hindi, por ejemplo, porque
su sonido nunca tendría las mismas vibraciones. También se ha dicho que
puesto que Brahman ya existía mucho antes de que la mente y la inteli-
gencia fueran creadas, Brahman no puede ser comprendido por la mente
o por la inteligencia humanas. ¿Es posible que una parte explique o mida
el todo? Del mismo modo, las ciencias físicas modernas, las ciencias na-
turales, la psicología y la parapsicología, que son todas productos de la li-
mitada capacidad de expresión de la palabra, de las limitadas percepcio-
nes sensoriales y del limitado poder de pensamiento (aumentado por ins-
trumentos físicos) del hombre, son las menos apropiadas para comprender
a Brahman o a la Divinidad. Por lo tanto, Baba ha dicho: “Descubrir, con
las limitadas palabras y la limitada experiencia los aspectos infinitos, no
es posible. Los Maharishis, que estaban bien versados en los Vedas y

173
mantras, se dieron cuenta de que no podían explicarse ni describirse con
palabras los aspectos de Brahman y por eso sólo lo expresaban con su si-
lencio. Han estado diciendo que la experiencia sola es la manera correc-
ta de ver a Brahman y que la exposición del mismo no es el modo correc-
to de hacerlo”.
¿Cómo puede uno entonces aprender y comprender los mantras védi-
cos? El lector no debe olvidar que Aquél que pronunció: “Yo soy Ghosha”
y que es también el Veda Purusha o los Vedas personificados, nos ha da-
do una respuesta a esa pregunta. La respuesta es “Amnaya”. Baba dice:
“La palabra Amnaya tiene un significado especial en el contexto de los
Vedas. La práctica continua e ininterrumpida de escucharlos, recordarlos
y meditar con ellos (sravana, manana y nidhidhyasana) profundamente, o
sea digerirlos, es designada en conjunto con una palabra: Amnaya. Si uno
no se dedica a la práctica del Amnaya, no le será posible llegar al fin de
los mantras ni establecer la identidad de aquello con esto”.
Habiéndonos familiarizado con algunos aspectos preliminares de los
mantras védicos, estamos ahora en condiciones de tratar de comprender el
Gayatri Mantra, la pronunciación del mantra y los frutos del mantra. Como
la mayoría de las cosas conectadas con asuntos espirituales, todo se volve-
rá fácil una vez que el lector emprenda la recitación del Gayatri Mantra.

El Gayatri consiste en:

El Pranavashabda,
Los Mahavyahritis y
El Mantra
Om
Bhur Bhuva Svaha

Tat Savitur Varenyam


Bhargo Devasya Dheemahi
Dhiyo Yo Nah Prachodayat

174
Om o Pranavashabda:
Baba ha dicho que hay tres clases de sonidos y son conocidos como
Saamaanya, Varna y Mooka. El los ha descripto así:
“Saamaanya es el sonido asociado con el mundo de los objetos. Es el
sonido producido por las cosas que caen o se rompen o se fusionan, o por
el movimiento de cualquier objeto. Por ejemplo, el ruido de la lluvia o el
fragor del trueno, el gluglú de los ríos o los sonidos del organismo al efec-
tuar la digestión, el caer de los párpados sobre los ojos o del rocío sobre
un tierno pétalo de rosa, todos producen este sonido.”
“Varna es el sonido de una palabra al ser pronunciada. Tiene un sig-
nificado y una intención específicos. Es la corriente del latido del corazón
de uno dentro del latido del corazón de otro.”
“Mooka se conoce como el sonido del silencio o el sonido producido
por el movimiento primordial que causó el envolvimiento de Brahman por
la maya (también proveniente de Brahman). Este es el Om o Pranavas-
habda (Pranu significa vibrar). Om Iti Ek Akshara Brahman: Om, esa so-
la sílaba es Brahman. Repitan el Om lentamente, contemplando sus vas-
tas potencialidades. La ‘A’ emerge de la garganta (originándose en la re-
gión del ombligo), la ‘U’ rueda por la lengua y la ‘M’ termina en los la-
bios. Es la suma y sustancia de todas las palabras que puedan emanar de
la garganta humana. Om es la suma de todas las enseñanzas de los Vedas
y de todos los sistemas de adoración de la Divinidad. Es el sonido pri-
mordial, fundamental y simbólico del Absoluto Universal. Después de la
‘M’ debe haber una resonancia (mooka) silenciosa que representa al Para-
brahman, Nirakara o Supremo sin atributos ni forma: el abstracto. Debe
ser pronunciado lo más lentamente posible, elevándose en un crescendo
hasta que llegue al máximo en la ‘M’ y descender tan lentamente como se
elevó, tomando tanto tiempo como necesitó para ascender y después de-
saparecer gradualmente en el silencio que reverbera en la cavidad del co-
razón. No lo hagan en dos etapas pensando que su aliento no va a aguan-
tar tanto tiempo. La ‘A’, la ‘U’ y la ‘M’ representan las etapas de la vigi-
lia, del soñar y del dormir, mientras que la cuarta etapa (también llamada
Turya), está más allá de las tres anteriores y es representada por el silen-
cio. Cuando uno se adentra en las profundidades de ese silencio, oye el
Om cósmico o Pranava: emana del Prana (vibración vital) que llena el uni-
verso. Para oír ese sonido debe uno acercarse lo más posible al corazón
mismo del propio ser. Por eso, las Upanishads se llaman así: Upa signifi-
ca cerca; nishad, sentarse. Vayan y siéntense cerca para que puedan oír lo
que el Atma Suprema susurra al alma individual. Om Tat Sat, dice el Gi-
ta. Tat significa “aquello”, lo cual indica el mundo objetivo, conocido por
los sentidos como algo separado. Sat significa ‘la verdad’, el Ser o ‘es’.
Cuando reconozcan a Tat como Sat se volverán entonces ‘esto’, o sea, el
175
‘sujeto’. Ya no un objeto separado. Esa fusión de sujeto con objeto se ma-
nifiesta como Om. También representa la flor de la propia individualidad,
que se transforma en el fruto, se llena del dulce jugo de su propia esencia
interna y finalmente, se libera del árbol.”
La pronunciación del Om o el cantar del Omkara debe hacerse de la
siguiente manera. El lector debe notar que no se requiere inicialmente de
ningún esfuerzo especial de la lengua, del paladar o de los labios para for-
mular el sonido Om, como si fuese una palabra hablada. Dejen que la len-
gua permanezca relajada en el fondo de la boca, hagan una profunda in-
halación y sosteniendo los labios levemente separados, permitan que el
sonido “A” se formule y vibre en la garganta. Sientan las vibraciones en
la garganta. Dejen que el sonido se eleve espontáneamente y, a medida
que el sonido entra en el espacio que hay detrás de la lengua (orofaringe),
el sonido de ‘A’ debe cambiarse de manera casi imperceptible en un soni-
do de ‘O’. Al rodar el sonido por la lengua, las vibraciones se sienten en
la boca y los labios deben comenzar a cerrarse en forma muy gradual. A
medida que el espacio entre los labios se vuelve más y más estrecho, el so-
nido se cambia de nuevo imperceptiblemente, de una ‘O’ a una ‘U’. Por
último, con la unión de los labios, el sonido vibra como una ‘M’ y las vi-
braciones pueden sentirse no sólo en la boca y en los labios sino en la na-
riz, alrededor de los ojos y en todo el cráneo. Con la unión de los labios y
la fusión del sonido ‘U’ en el sonido ‘M’, el Omkar llega a su punto cul-
minante de volumen; de manera gradual, comienza el descenso con el
mismo sonido de ‘M’. Durante tal descenso, el sonido ‘M’ va disminu-
yendo paulatinamente y se funde con el silencio. Dejen que el silencio
coincida con la pausa que se hace entre las dos fases de la respiración y
prolónguenlo cuanto les sea posible, sin provocarse incomodidad. Con el
cese de la respiración hay un cese del pensamiento y una calma límpida
recubre la mente. Disfrútenla, saboréenla, pues es una paz que sobrepasa
toda comprensión. Dejen que el siguiente ciclo de Omkar sea cantado den-
tro de esta laguna de tranquilidad que seguirá aumentando, hasta que la
mente esté completamente inmersa en ella. Este es el umbral de la resi-
dencia del Ser Interno, el verdadero Prashanti Mandir. Si la exploración fí-
sica del espacio externo es una gran aventura, la entrada en el espacio in-
terno es una aventura mayor, porque el Ser Interno es “omnipenetrante”
e idéntico a Brahman. Es la verdadera naturaleza del hombre. “Perma-
nezcan quietos y sepan que Yo soy Dios”, dice el salmista. Para lograr la
entrada en los sagrados recintos de ese espacio interno, es necesario bus-
car la gracia del mismo Ser Interno. Las terminales negativa y positiva de-
ben estar limpias y brillantes, de modo que se pueda establecer la cone-
xión. Baba ha explicado que el Gayatri que es Shabda Brahman es una
elaboración del Pranava y confiere un intelecto claro para que la verdad
(el Ser) pueda reflejarse en él mismo, sin distorsión ni desfiguración. Así
176
es como se logra la iniciación a una vida adhyátmica, por medio de su con-
templación.
Por la manera como se canta el Pranavashabda, será obvio para el lec-
tor que todas las letras de un alfabeto perteneciente a cualquier idioma es-
tarán comprendidas entre los sonidos ‘A’ y ‘M’ y por lo tanto, cualquier
sonido que emane de la garganta será siempre una combinación de aqué-
llos, modificada por los movimientos y posiciones del velo del paladar, de
la lengua, del fondo de la boca, de las mejillas, los dientes, los labios y de
la fuerza compresiva generada por la cavidad del pecho. Es sólo la modi-
ficación de los sonidos AOUM la que produce, finalmente, las palabras de
cualquier lenguaje. Se podría decir que el sonido del Pranavashabda con-
tiene en sí todos los demás sonidos producidos por el aparato respiratorio.
En ese contexto, se dice que Om es la suma y sustancia de los Vedas y por
lo tanto, es sinónimo del Veda Ghosha o Brahman. Habiendo establecido
la identidad de Om con toda la penetrante omnipresencia del Supremo, se
puede apreciar la potencia de este mantra para crear una condición inter-
na favorable a la reflexión de la Divinidad que es la verdad. Por esta ra-
zón, el Om es agregado antes y después de los mantras védicos.
Hay otro aspecto del Omkara que ha sido revelado por Baba. El dice:
“Del sonido básico de Omkara obtenemos muchos otros sonidos diferen-
tes y esos sonidos son meras transformaciones del Omkara. Es con este
Omkara que los Maharishis se han dirigido a Rama considerándolo como
Ramo Vigrahavan Dharmaha, lo que significa: Rama es la personificación
del dharma. Del mismo modo que los tres sonidos básicos, ‘A’, ‘U’ y ‘M’,
Rama como la personificación del dharma tiene también los tres personajes
de apoyo, Lakshmana, Bharatha y Sathrughna. El sonido ‘A’ puede compa-
rarse con Lakshmana, el sonido ‘U’ puede ser comparado con Bharatha y el
sonido ‘M’ con Sathrughna. Así, Lakshmana, Bharatha y Sathrughna con-
forman a Rama en la personificación del dharma. La combinación de los
tres es también el Omkara. Por lo tanto, el significado interno es que Rama,
que no es otro que el Omkara, tomó nacimiento a fin de establecer el dhar-
ma en esta tierra”. Esta explicación de Baba le da una nueva dimensión tam-
bién al significado interno de la distribución de los kalas durante el Avatar
de Rama. El lector recordará —del primer capítulo— que de los dieciséis
kalas, Rama tenía quince y el restante estaba distribuido entre Lakshmana,
Bharatha y Sathrughna.
Baba ha dicho además que, así como el Pranava es un potente mantra
capaz de transformar la personalidad y traer la gracia al aspirante, Rama
es un mantra igualmente potente. También ha señalado que las mismas vi-
braciones numerológicas están presentes en los dos mantras. “A” es igual
a cero, “U” es igual a dos y “M” es igual a cinco, de manera que Om es
igual a siete. Ahora bien, “R” es igual a dos, “A” es igual a cero y “M” es
igual a cinco, de modo que Rama también es igual a siete. Cuando se lee
177
el Ramayana a la luz de estos sagrados significados tal como los revela
Baba, se convierte en una epopeya divina para toda la humanidad y no só-
lo un clásico de la India. “La lección más grande que enseña es que kama
(el deseo, la lujuria) trae la caída de la persona, a pesar de su riqueza, po-
der y erudición, mientras que Rama asegura el éxito. Ravana aprendió la
amarga lección de que Rama era la personificación del dharma y, por lo
tanto, nada podía frustrar Sus planes. Dasaratha envió a su hijo preferido al
exilio, cediendo a las artimañas de su esposa favorita. Rama, por otra par-
te, envió a Su esposa al exilio porque sintió que el dharma así lo exigía, aun
cuando El había pasado años de búsqueda y de lucha para salvar a esa mis-
mísima esposa, de las garras de Ravana.” Estos son sólo algunos de los
ejemplos dados por Baba, sobre los eternos valores atesorados en el Ra-
mayana.
Según los Vedas, el refulgente Brahman presente en el cuerpo huma-
no ha recibido tres nombres distintos. Estos son Vishva (Ser universal),
Taijas (luminoso, consciente) y Prajña (sabiduría divina). Anteriormente,
se mencionó que la etapa del silencio o Turya del Omkara era el umbral
de la residencia interna; el lector fue aconsejado para que disfrutara de la
sublime paz de ese silencio. Pero ahora surge una pregunta: ¿cómo cruzar
ese umbral para obtener el darshan del Atma? Ese divino secreto es reve-
lado por Baba en la explicación del Omkara y de sus conexiones con los
aspectos de Brahman dentro del cuerpo humano. El ha dicho: “En el Om-
kara, el sonido ‘A’ está conectado con la conciencia y también se llama
Vishva. El sonido ‘U’ está conectado con Taijas, que es muy sutil y el so-
nido ‘M’ está conectado con Prajña, relacionado a su vez con el aspecto
causal”. Estos tres aspectos de Brahman presentes en el cuerpo humano,
se hallan también en todo el mundo considerados como Virata, Hiranyag-
harbha y Avyakrut.
Indra, que está presente en el estado de vigilia, tiene la forma de Vi-
rata y El nos da la prosperidad o Aisvarya, Surya (el Sol, Aditya) está pre-
sente en el estado de ensueño y tiene la forma de Hiranyagharbha o cuer-
po sutil que envuelve el alma. Vasu es aquél que está presente y cuida el
estado de sueño profundo (relacionado con Avyakrut, o sea, el estado ele-
mental, primordial o causal). Aunque estos tres corresponden a los estados
de vigilia, ensueño y sueño profundo, no pueden funcionar independien-
temente durante cada uno de los tres estados. Es Brahman quien es com-
pletamente independiente, permanece como la base y los hace funcionar
de acuerdo con Sus propios deseos.” Los tres aspectos de Brahman conte-
nidos en el cuerpo humano: Vishva, Taijas y Prajña, también correspon-
den a los estados de vigilia, ensueño y sueño profundo. Por lo tanto, Ba-
ba ha dicho: “El Omkara o Pranava es el lugar donde estos tres nombres,
Vishva, Taijas y Prajña se combinan y se reúnen. Si estamos ansiosos de
acercarnos y conocer lo que está detrás de este Pranava u Omkara, ten-
178
dremos que hacer un intento de meter a Vishva dentro de Taijas y a Taijas
dentro de Prajña. Es sólo combinando los tres, como podremos realmente
obtener una visión del Atma, o sea, la parte divina del ser humano y es
únicamente cuando el sonido ‘A’ se une al sonido ‘U’ y el sonido ‘U’ se
une al sonido ‘M’ cuando obtenemos el sonido completo de Om. Si estos
tres sonidos no se unen, no obtenemos el sonido completo del Omkara. De
manera similar, será sólo cuando seamos capaces de combinar los esta-
dos de vigilia, ensueño y sueño profundo o de combinar los aspectos den-
so, sutil y causal del cuerpo en uno solo, que tendremos la oportunidad de
obtener una vislumbre del Alma Divina”.

Los Mahavyahrities:
BHUR, BHUVA, SVAHA
Estas son tres palabras místicas que significan los tres mundos, que son
la tierra (Bhur), la atmósfera (Bhuva) y aquello más allá de la atmósfera
(Svaha), también descripto como cielo. De acuerdo con los antiguos Ris-
his, hay catorce esferas (mundos) de experiencia para el alma individual y
éstas son las tres primeras de las últimas siete esferas superiores. Se ha di-
cho que el ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento tiene lugar en estos
tres mundos; nombrarlos cantando, constituye un llamado al Señor, para la
liberación de dicho ciclo. Sin embargo, el significado interno de estas pa-
labras místicas es difícil de captar, a menos que uno explore sus connota-
ciones más profundas y a la vez reconozca la unidad que paradójicamente
hay en toda su multiplicidad. Los tres mundos o Tri-Loka connotan el es-
pacio. Ahora bien, el espacio no puede existir sin tiempo, por tanto, se ha-
llan relacionados con las tres distinciones que se hacen del tiempo o Tri-
Kalam, es decir, el pasado, el presente y el futuro o mañana, mediodía y no-
che. Puesto que están condicionados por el tiempo y el espacio, se hallan
relacionados también con los tres atributos o Tri-Gunam de tamas, rajas y
sattva, así como con los aspectos denso, sutil y causal, haciendo referencia
a que cada mundo se vuelve progresivamente más sutil y liviano. Baba di-
ce que: “Será sólo cuando reconozcamos la unidad y unicidad de estos as-
pectos cuando comprenderemos y tendremos conciencia de que las pala-
bras Bhur, Bhuva y Svaha se dicen en el contexto de Prajapati (Aquél que
preside o está a la cabeza de la creación). Individualmente, son representa-
dos por Indra (Bhur o la tierra), Vayu (Bhuva o la atmósfera) y Aditya (Sva-
ha o el cielo), pero la palabra Prajapati connota a los tres”.

El Mantra:
El Gayatri es una oración universal que no pide misericordia o per-
dón, sino que pide el otorgamiento de un intelecto claro para que la ver-
179
dad pueda ser reflejada en él, sin distorsiones. Baba ha dicho que puede
ser usada por hombres y mujeres de todas las regiones y creencias, pues
llama al glorioso poder que penetra en el Sol y en los tres mundos, a fin
de que impulse, despierte y fortalezca la inteligencia y lleve al hombre ha-
cia el éxito por medio de un intenso sadhana.
Es bien sabido que uno tiene que poseer la capacidad requerida para
realizar cualquier trabajo. Así esté uno aprendiendo a manejar un auto,
preparándose para dar una conferencia, planeando una estrategia para co-
mercializar un producto nuevo o abordar un proyecto de investigación
científica, debe cumplir ciertos requisitos, previos a la aceptación del tra-
bajo. Similarmente, la preparación es necesaria antes de acercarse a la Di-
vinidad, para que uno pueda comprenderla dentro de sí mismo y por últi-
mo conocer la verdad, es decir, volverse uno con ella. Si se pretende co-
nocer la Divinidad sin antes llevar a cabo algún sadhana o sacrificio, uno
está en una posición comparable a la de un perro que ladra a las estrellas
y espera que ellas bajen a su antojo. El lector puede medir por sí mismo
el tiempo que se requiere para emprender un proyecto de investigación
científica determinado y limitado; el adiestramiento es, por lo menos, de
dos a tres décadas. El esfuerzo y el estudio que sería requerido para em-
prender el proyecto de conocer “Aquello” que es infinito y eterno tendrá
que ser mucho mayor. En este sentido, vale la pena atesorar los siguientes
consejos de Baba:

1. “La fe debe ser tal que pueda resistir al ridículo en que trata de poner-
la el ignorante, a la indagación que sobre ella quiera hacer el munda-
no y a la risa que provoca en los débiles de mente.”
2. “No te preocupes por los altibajos, la pérdida o la ganancia, la alegría
o el dolor. Tú eres el hacedor de esos altibajos y, si tienes un poco de
cuidado, todo puede estar en un solo y parejo nivel.”
3. “Razona dentro de ti y convéncete de esta verdad: Dios penetra todo
el universo (Sarva Brahma Mayam).”
4. “Sé firme en el sadhana y no vaciles, una vez que hayas tomado la de-
cisión de hacerlo.”
5. “Siembra la divina sabiduría en tu corazón y riega el retoño con amor,
abónalo con fe y valor y mantén alejadas las plagas con el insecticida
del bhajan y el satsang.”

El Gayatri Mantra es sinónimo de Divinidad. Uno debe acercarse a él


con la debida humildad, reverencia, comprensión, fe y amor porque los
Vedas son el aliento mismo de Dios y el Gayatri está en la base misma de
los Vedas. No es algo que deba ser emprendido de manera despreocupada
para satisfacer un capricho pasajero. Es algo profundamente sagrado y de-
be uno acercarse a él en la forma prescripta, si es que quiere recibir los fru-
180
tos prometidos. Todo lo que se ha escrito aquí acerca del Gayatri le ha si-
do enseñado al autor por la gracia y la compasión de Baba, no lo ha apren-
dido en los distintos textos de las escrituras. Baba como Vedapurusha o
personificación de los Vedas es la autoridad suprema.
El Gayatri está dividido en tres secciones. La primera sección consis-
te en el Pranava y los Mahavyahrities:

Om Bhur Bhuva Svaha

En ellos, el cantor contempla la gloria de la luz que ilumina los tres


mundos o regiones de la experiencia. La segunda sección representa la
gloria, el esplendor y la gracia que fluye de esa luz:

Tat Savitur Varenyam


Bhargo Devasya Dheemahi

La tercera sección es una oración por la liberación final a través del


despertar de la inteligencia innata que penetra el universo como la luz:

Dhiyo Yo Nah Prachodayat

Una vez que se aprende a recitar este mantra, la persona es llamada


Dvaija, o sea, dos veces nacida. El cantor es purificado por el mantra y trans-
formado en un Vipraha (persona sabia, erudito). La mente queda purgada de
todas las impurezas y él, o ella, tiene entonces el derecho de estudiar los Ve-
das. Así, el Gayatri confiere la autoridad para el estudio de los Vedas.
Puesto que el Shabda Brahma es sonido y el sonido es la base de las
palabras, las palabras son la base del lenguaje o Vak. Esta palabra, Vak,
que debe ser usada solamente en contexto con los Vedas, es así portadora
de Sabiduría Divina. Ese aspecto de Dios conocido como Sarasvati, la
Diosa del Habla, ha sido representado con Hamsa, el Cisne, como Su ve-
hículo (Hamsavahini). Ella convierte nuestros pensamientos y palabras en
un lenguaje y para ese fin, usa nuestro aliento como vehículo de esos pen-
samientos y palabras. Según explicamos antes, el proceso mismo de la res-
piración forma la palabra Soham y también significa pensamiento o pala-
bra cabalgando en un cisne. Puesto que el Gayatri es Shabda Brahman y
está conectado con el aspecto inmortal de Chandass, la palabra Soham es
a veces interpretada como Hamsa-Gayatri. Baba ha dicho: “El sonido So-
ham es sinónimo del aspecto de Hamsa-Gayatri que emana de las pro-
fundidades de nuestro corazón. Por lo tanto, es sagrado y tiene el nombre
de Vasuhu. Los tres nombres: Vasu, Rudra y Aditya son sinónimos entre
sí. Parecen ser diferentes pero representan la misma cosa. Tri-Kala, Tri-
Loka y Tri-Guna tienen el mismo aspecto y realizan la misma función. Es
181
solamente en aquellas personas que han dado sus corazones a Dios y que
tienen su total atención puesta en El, en quien Vakvani toma la forma de
los Vedas y entra en sus corazones. El que la gente tenga ideas inútiles y
triviales y cause daños a los demás es contrario a los mandatos de los Ve-
das. En nuestra corta y transitoria vida humana, aprender tantas palabras
y dedicarnos a tantas acciones no prescriptas en los Vedas es muy poco sa-
grado. Tal conducta no está aprobada por ellos. Su mente les ha sido dada
para que puedan tener pensamientos sagrados y su habla les ha sido da-
da para que puedan pronunciar solamente buenas palabras que sean úti-
les y agradables a los demás”.
Hay todavía otro aspecto de la palabra Soham como mantra relacio-
nado con Bhur o la tierra, que ha sido explicado por Baba. El dice: “Si un
escritor quiere crear un cuento o un drama, crea primero una imagen men-
tal, luego empieza a escribir y finalmente desarrolla la historia con la ima-
gen como base. De la misma manera, cuando Dios quiso crear (en Su as-
pecto de Parabrahman), primero creó la base y esa base fue el sonido. Ese
sonido primordial fue la primera imagen creada y ha sido llamado Va-
chaspati, Brihaspati y Prajapati. El primerísimo en la creación, o sea Hi-
ranyagharbha, pronunció el sonido inicial, que fue ‘BHUU’. Después de
pronunciar ese sonido, El creó la forma de Bhuuradi y por eso nuestra tie-
rra creada es llamada Bhuumi o Bhuumamu, de acuerdo con los Vedas.
También ha sido nombrada Stirapravaham, porque es una creación que no
tiene ni comienzo ni fin. Bhuumamu se considera un mantra sagrado y
permanente. El significado interno de esa palabra es que Bhuumi o nues-
tra tierra nace en la forma de mantra y brahmanas. Esa es la razón por la
cual los Shastras (escrituras) han creado los tres aspectos de Yantra, Man-
tra y Tantra en el hombre. El Yantra es el cuerpo, el Mantra es el aliento y
el Tantra es el corazón. Debemos comprender cómo nuestro aliento se
vuelve un mantra. Esto es así, porque la palabra Soham está contenida en
el aliento mismo. Cuando inhalamos y espiramos el aire, estamos pronun-
ciando continuamente la palabra Soham, que significa yo soy Dios y por
lo tanto, este mantra es Sva-Svarupa”. Significa la forma de nuestro pro-
pio ser.
En junio de 1974, Baba celebró la ceremonia del Upanayana (cordón
sagrado) para cuatrocientos niños, más o menos. Se llevó a cabo en White-
field y en esa ocasión pronunció un discurso sobre el Gayatri, donde men-
cionó que las nueve primeras palabras del mantra encierran en su significa-
do una descripción de las nueve partes de la última realidad, como sigue:

1. Om: El sonido como la base de la Creación: Brahman.


2. Bhur: La tierra, lo denso.
3. Bhuva: La atmósfera, el éter, lo sutil.
4. Svaha: El cielo, la región más allá de Bhuva, lo causal.
182
5. Tat: “Aquello”. Se hace referencia a la última realidad simple-
mente como “Aquello”, porque es imposible describirla
por medio del lenguaje.
6. Savitur: Quiere decir Divino Savitri, y es igualado al poder vivifi-
cante contenido en el Sol.
7. Varenyam: Adoro.
8. Bhargo: Resplandor, lustre, iluminación.
9. Devasya: Refulgencia o Gracia Divina.

La línea restante constituye la plegaria:

Dheemahi: Contemplamos.
Dhi: Intelecto.
Nah Prachodayat: Solicitar, pedir, rogar.

Baba ha dicho que esta oración está dirigida a la Madre Divina: “Oh
Divina Madre, nuestros corazones están llenos de oscuridad. Por favor,
aleja esta oscuridad de nosotros e ilumina nuestro ser interno”.
Baba dijo además, que el Gayatri también es llamado la Diosa de las
cinco caras o Panch-Mukhi. Estas cinco caras o aspectos —aclara— reve-
lan y reflejan a Brahman.

Los cinco aspectos son:

Om, Bhur
Bhuva Svaha
Tat Savitur Varenyam
Bhargo Devasya Dheemahi
Dhiyo Yo Nah Prachodayat

Panch significa cinco. Estos cinco aspectos significan todo lo que es-
tá contenido en los cinco elementos o Panch-Bhuthas (Akasha, Vayu, Ag-
ni, Jalam, Prithvi) y las cinco envolturas o Panch-Koshas del cuerpo hu-
mano. Para comprender plenamente el significado de estos aspectos y su
relación con el universo creado, el lector es remitido a los dos primeros
capítulos de la serie de preguntas y respuestas (Prasnottara Vahini) conte-
nida en el Gita Vahini de Baba. Sin embargo, bastará mencionar aquí, que
cuando el lector ha captado y comprendido todas las interconexiones de
los cinco elementos o Panch-Bhuthas dentro de su cuerpo, él estará en
condición de apreciar el significado interno de las cinco caras del Gayatri
y comprender cómo este mantra es capaz de afectar la totalidad de su ser.
Después, él también comprenderá que este mantra es capaz de purificar no
sólo el bagaje interno sino también los órganos externos de trabajo, kar-
183
ma-indriyas o karmendriyas, y así santificar el trabajo asociado con ellos.
Se generará plena fe en el poder y la potencia del Gayatri Mantra en el
buscador, solamente cuando haya desarrollado el grado deseado de entu-
siasmo, reverencia y amor hacia este mantra. Baba dice: “Empiecen hoy
el Sandhya (recitación de mantras a la hora en que comienza cada una de
las tres divisiones del día) con la repetición del Gayatri y continúen ha-
ciéndolo con creciente fervor. Háganlo con alegría y evidente disfrute,
por su bien y por el bien de la comunidad humana”.
El famoso científico J.B.S. Haldane escribió que: “El Gayatri Mantra
debería estar tallado en las puertas de cada laboratorio del mundo”.
El consejo de Baba a los jóvenes, niños y estudiantes es: “Canten el
Gayatri diariamente y ese canto los llevará a la realización del esplendor
de Brahman, liberándolos de las limitaciones que rodean los tres mundos,
los tres gunas y los triples aspectos del tiempo. El Gayatri debe ser can-
tado, a fin de purificar la mente; como los rayos del Sol, dispersará la os-
curidad dentro de ustedes. Niños, ahora mismo es el momento dorado pa-
ra ustedes. Abran sus corazones y reciten el mantra y tendrán éxito en la
vida. Del mismo modo que el tronco soporta un árbol, el Gayatri soporta
el sistema del cuerpo humano y sin El, el ‘Arbol de la Vida’ estaría sin sa-
via. Si cantan el Gayatri y respetan a sus padres como a Dios, las conse-
cuencias de estas dos buenas acciones operarán juntas, fusionadas y pro-
ducirán un gran efecto sobre sus vidas, dándoles esplendor y brillo”.
La pronunciación de ciertas palabras en el Gayatri Mantra es algo di-
ferente a como están escritas en sánscrito. Damos aquí, una guía para la
pronunciación del mantra:

Om:

Bhuur Bhuvah Sva-ha;

Tat Savitur Varé-unyam;

Bhargo-O Devasya Dheemahí;

Dhiyo-Yo Nahá Pracho-dayaat.

El signo ( ) encima, indica que las letras deben ser unidas.


El signo ( ) encima, indica una acentuación mayor en esa letra.
El signo ( ) debajo, indica una acentuación menor en esa letra.
El signo (´ ) encima, indica que la letra debe acentuarse.
El signo ( ) debajo, indica que la letra debe ser cortada y sólo pronun-
ciada a medias.
El signo (-) entre las letras indica un muy leve corte o pausa.
184
Por tradición, se ha puesto un segundo OM antes del TAT. Sin em-
bargo, como Baba ha dicho que es innecesario, aquí se ha omitido. Se
aconseja al lector que escuche cuidadosamente el Gayatri recitado por una
persona competente, ya que es imposible señalar los matices más delica-
dos de la pronunciación en palabras escritas que no son sino una guía bur-
da, particularmente cuando se expresan en un alfabeto diferente del origi-
nal. Baba aconseja que cada palabra sea pronunciada claramente y sin pri-
sa. El relata la historia de un niño cuyo padre le había enseñado este man-
tra, ordenándole recitarlo 108 veces. Después de un tiempo, el padre notó
que su hijo terminaba la recitación bastante rápido y esto le despertó sos-
pechas. Decidió investigar y, para su gran sorpresa, descubrió que el mu-
chacho estaba recitando el mantra sólo una vez y luego repetía “ídem…
ídem… ídem…” 107 veces. La recitación no debe degenerar en tarea ru-
tinaria.
¿Cuándo debe recitarse el Gayatri Mantra? “Al igual que los utensi-
lios que necesitan ser limpiados diariamente tres veces al día, así también
lo necesita nuestro corazón. A esto se le llama Tri-Kala-Sandhya”. Es un
mandato que nos ha impuesto Baba. Las horas en que es oportuno recitar-
lo son al amanecer, al mediodía y al anochecer. Además de esos momen-
tos, Baba ha dicho que puede ser repetido en cualquier lugar y en cual-
quier momento, inclusive en la noche. Debe ser recitado antes de tomar
alimento y mientras uno vierte agua sobre la propia cabeza durante un ba-
ño. Baba ha explicado que el mantra purifica el alimento y elimina todos
los malos efectos de las sutiles vibraciones —por ejemplo las de los ma-
los pensamientos—, que pueden haberse generado en la persona respon-
sable de la preparación del alimento y que, además, lo protege a uno tam-
bién de los efectos dañinos de los gérmenes que pudieran haberse mez-
clado con la comida. Un sorbo de agua debe acompañar la recitación.
Cuando uno vierte agua sobre la propia cabeza es un baño ceremonial o
abhisheka al Shabda Brahman (Sonido de Brahman) residente dentro de
uno, y mientras el jabón y el agua son los responsables de la limpieza del
exterior del cuerpo, el mantra se encarga de purificar el equipo interno del
individuo. El mantra puede ser repetido en cualquier parte, sin importar si
uno está viajando, caminando, trabajando, acostado, despierto o soñando
en la cama.
¿Cuántas veces debe recitarse el Gayatri Mantra? Baba nos aconseja
que lo recitemos tres, nueve u once veces antes de las comidas. Para la re-
petición del Gayatri no hay en verdad ningún límite, pero según la tradi-
ción uno debe repetirlo 108 veces. Desgraciadamente, cuando se fija una
meta, la naturaleza espontánea del impulso degenera en un cumplimiento
forzado y el placer de contemplar el poder y la majestad del mantra se ve
dominado por el esfuerzo requerido para llevar la cuenta. El amor y la re-
verencia por el mantra y la fe en los resultados prometidos son muchísi-
185
mo más importantes que la mera repetición mecánica mientras la mente se
desvía a otros lugares. Dios nunca puede ser engañado por un “ídem”.
Cuanto más se canta el mantra, mayor es el beneficio.
Finalmente, Baba ha dicho: “La energía solar debe ser atraída hacia
abajo para reforzar la visión interna del hombre, que es la fuerza del alma
latente en él. Cuando esa fuerza del alma es fortalecida, el intelecto, los
sentidos y las emociones morales son activados y guiados por caminos
fructíferos. ¿Puede la oscuridad confundir el cerebro o esconder la verdad,
cuando brilla el Sol? ¿Puede prevalecer la aflicción; puede la ignorancia
confundir; puede el egoísmo cegar, cuando la Divinidad que brilla como
el Sol los bendice con la iluminación? Por eso, confíen en que el Gayatri
atraerá la refulgencia del Sol para que pueda impartir iluminación a su in-
telecto”.

“Namasté Devi Gayatri,


”Savitri Tripadhaksharé Mazdai,
”Ajaré Amaré Sai Mata-ha,
”Loka Samastass Sukhino Bhavantu.”

“Ante Ti me inclino, Oh Divina Gayatri,


Oh Savritri, Oh Mazdai de las Tres Sílabas,
Oh Eterna, Inmortal y Divina Madre de las Madres,
Que todo el mundo tenga paz y felicidad.”

186
“Pueden disfrutar de la bienaventuranza, a través de la experiencia
que confiere el Avatar.”
BABA
“Junten los diez Indriyas o sentidos y fundan al Jivatma con el
Paramatma.”
BABA
“Loka Samastass Sukhino Bhavantu, ellos oran. Que el mundo entero
tenga felicidad y paz”.
BABA

“Cuando nace un Brahmín, él es como un Sudra (baja casta). Su


nacimiento no le confiere el derecho de estudiar las Escrituras, aun
cuando pueda ser el hijo de un gran erudito védico. Solamente cuando
ha sido formalmente iniciado en una ceremonia especial, él adquiere el
derecho de estudiar las Sagradas Escrituras. Por medio de dicha cere-
monia entra en un mundo sagrado de estudio y responsabilidad, y esto
es lo que lo hace un Brahmín. El Señor no sopesa el estado o la casta
de un individuo, antes de conceder Su gracia. El es omnimisericor-
dioso y Su gracia cae, como la lluvia o la luz de la Luna, sobre to-
do el mundo. Los Vedas lo han declarado y ustedes deben seguir su
curso y ser dignos de Su gracia. Estos panditas han hecho un gran
servicio y ustedes deben agradecérselo. Les han dado una clara ima-
gen de la Madre Veda (Veda-Mata) que es la forma real de la Madre
India (Bharat-Mata). Si ellos me han dado ananda a Mí, también se
la han dado a ustedes, porque Yo estoy en cada uno de ustedes.”
BABA
“El sonido de los mantras védicos tiene un efecto tónico, encan-
tan y sacan la maldad del hombre. En los mantras, la gloria y la
majestad del Dios uno están visualizadas en varios aspectos.”

“La mayoría de los Nombres Divinos tienen dos sílabas, como


Rama, Shiva, Sathya. La primera sílaba representa a Agni o el
fuego que quema el pecado acumulado. La segunda sílaba re-
presenta el principio del Amritha (néctar) que refresca y es una
fuerza restaurativa. Ambas son necesarias para la rehabilitación,
la eliminación de la obstrucción y la reconstrucción de la estruc-
tura. La madera contiene Agni en forma latente, y es la fricción
producida por el movimiento de vaivén, la que saca a Agni de la
madera para la inauguración del Yajna. Este proceso es simbóli-
co del movimiento del vaivén del Nombre a la Forma (Namah a
Rupa) que enciende el Divino Fuego de la Sabiduría.”
BABA
“Rumythe Raam, Aaoji Aaoji; Udiaon ki Gonia, Laoji Laoji.”
“Ven, Ven, Oh, Juguetón Rama; Trae, Oh, Trae Sacos de Udi” Pathri Sai.
Tat-Sthan y Tvam-Sthan
Por la devoción fluye el amor divino;
Por el amor divino fluye la gracia divina;
Por la gracia divina fluye la sabiduría divina;
Por la sabiduría divina fluye el divino néctar de la inmortalidad.

E L HOMBRE moderno gime bajo una pesada carga, la carga de la igno-


rancia. La espesa oscuridad de la ignorancia lo envuelve como un su-
dario que produce ansiedad, temor y duda. Aun siendo de una divina he-
rencia, el hombre es extraño al contento, a la paz y a la felicidad. Todas las
riquezas, el poder y los conocimientos mundanos acumulados por el traba-
jo y por la agitación, no le dan solaz, pues como las luciérnagas, lo hacen
pasar de una oscuridad a otra. ¿Pueden las luciérnagas derramar luz? Es so-
lamente la refulgencia de la sabiduría divina la que puede llevar al hombre
a la morada de la luz eterna y conferirle una Visión de lo Divino.

La humanidad ora:
“Asato Ma Sat Gamayá,
”Thamaso Ma Jyotir Gamayá,
”Mrityor Ma Amritum Gamayá.”
Oh Señor,
De la falsedad llévame a la verdad,
De la oscuridad guíame a la luz,
De la muerte condúceme a la inmortalidad.

Y el Señor responde: “Los sadhus oraron y Yo he venido”, dice Baba.


Sí, El ha venido para mostrarnos un modo de vida más elevado basado en
la verdad, para iluminar nuestros corazones y nuestra inteligencia con sa-
biduría y para llevarnos a la inmortalidad.
El significado interno de la oración anterior que Baba ha revelado es
en sí mismo una breve sinopsis del camino que debe uno adoptar para al-
canzar la meta de la inmortalidad. Un individuo que vive en este mundo,
lo ve como algo separado de sí mismo y se da cuenta de la naturaleza pe-
recedera de todas las cosas, inclusive de su propio cuerpo. Este mundo ob-
jetivo identificado con Prakriti o la naturaleza, es Asat (cambiante, no ver-
193
dadero). Por lo tanto, como paso inicial, el hombre debe abandonar este
mundo de “no verdad” o Asat y practicar el renunciamiento y el despren-
dimiento. La primerísima enseñanza que Baba da a una persona está sim-
bolizada en este paso inicial, por el vibhuti, o sea Su tarjeta de visita, que
es la verdad acerca del mundo objetivo. Dándose cuenta de que en su úl-
tima forma todas las cosas no son sino ceniza, el individuo debe abando-
nar esa “no verdad”. Del mismo modo que no es posible progresar en un
trabajo o pasar a un estado más elevado en la vida a menos que se aban-
done la situación que se quiere superar, tampoco es posible alcanzar la
verdad (Sat) sin abandonar la “no verdad” (Asat).
La segunda línea revela que, quien está inmerso en tamas —que es la
oscuridad de la ignorancia— debe conocer la luz de la sabiduría o Jyoti.
Esto quiere decir: él debe saber que su propio Ser es en realidad el Para-
matma. Zoroastro dijo una vez al príncipe de Irán que debía encender una
lámpara, lo cual éste no logró hacer porque la mecha estaba empapada de
agua. Zoroastro le aconsejó entonces que, primero, secara la mecha y lue-
go hiciera el intento. Los deseos y apegos de la mente son como el agua
que impide que la luz de la sabiduría se encienda en la mente. Esa luz o
Jyoti, una vez encendida, declara que el alma individualizada no es sino
una chispa de la Divinidad. Saber esto es dar el segundo paso.
Anhelar la inmortalidad o el néctar de la inmortalidad por medio de
un estado adhyátmico de vida es el tercero y último paso.
De manera que estos tres pasos: abandonar, conocer y anhelar están
contenidos en esa plegaria universal de los Vedas. Está de más decir que
el lector zoroastriano habrá reconocido estos tres aspectos también en el
Ahunvar, aunque con un orden levemente diferente. Se dice en avesta:
“Ahunem Vairem Tanum Piety” o La palabra de Ahura salva al alma. Una
vez que se hayan comprendido esos tres aspectos, las dos plegarias serán
entonces reconocidas como oraciones para la liberación final del alma.
Estas tres etapas han sido descriptas por Baba de una manera algo di-
ferente y que es como sigue:

“Tú estás en la luz,


La luz está en ti,
Tú eres la luz.”

Cuando el autor vio a Baba por primera vez y recibió Su tarjeta de vi-
sita en la casa del difunto Sri K. Munshi, en Juhu, reconoció esa luz. El au-
tor estaba en la luz. Desde ese entonces, el autor ha hecho un esfuerzo con-
sistente en adquirir esa luz preguntando a Baba lo que desea saber, tantas
veces como Su gracia se lo ha permitido. Este capítulo es la narración de
una de esas enseñanzas que no ha sido relatada en otra parte de este libro.

194
Upadesh significa enseñanza o prescripción relativa al conocimiento
o sabiduría espiritual. Aun cuando Baba vive en un cuerpo humano, Su
comportamiento es consistentemente divino y por lo tanto, El nunca pro-
nuncia nada en vano. Aun una broma o tamasha, como a menudo las lla-
ma, tiene algún pequeño significado para alguien del público que puede
no ser la persona a quien Baba se está dirigiendo. Es un ejercicio fútil el
tratar de imponer soluciones humanas a alguna de sus observaciones sólo
porque uno no pueda comprenderla plenamente. Sólo El sabe lo que qui-
so decir y es mejor, por lo tanto, hacer que El mismo aclare las dudas, di-
rigiéndole las preguntas antes que a nadie. El autor quisiera verdadera-
mente que el lector experimentara y supiera que Baba tiene capacidades
infinitas y sin limitación alguna, salvo las que El elige imponerse a Sí mis-
mo para un momento determinado y en relación con un lugar particular.
Sólo El sabe las razones de lo que El dice y hace y, por lo tanto, no sólo
es impropio sino también un grave pecado, el intento de interpretar a la
Divinidad desde el punto de vista limitado.

El Autor: “Swamiji, ¿cuál es el significado de la palabra Upanishad?”


Baba: “Upa significa cerca, Ni significa abajo y Shad significa sentarse.
De ahí que la palabra significa ‘sentarse cerca de los pies del Maestro’.
Aquello que está abajo está relacionado con Tvam. La palabra Tvam
significa esto y esto eres tú. En consecuencia, Tvam-sthan, quiere de-
cir éste es (Baba señaló un punto cerca de Sus pies) tu lugar (en tanto
Tat corresponde a aquel lugar). Esto quiere decir: aquél que está en la
posición de Tvam-sthan o Shshyasthan (discípulo). El se halla en un
nivel inferior y tiene derecho a interrogar a aquél que está en la posi-
ción de Tat, que es la posición elevada o Tat-sthan. El que está en la
posición elevada de Tat debe ser capaz de dar las respuestas a las pre-
guntas hechas por quien se halla en la posición inferior de Tvam. Hay
también otro aspecto que debe ser conocido. Aquél que está sentado en
la posición de Tvam no tiene derecho a responder y el que está senta-
do en posición de Tat no debe hacer ninguna pregunta. Tvam siempre
pregunta, pregunta y pregunta, mientras que Tat siempre responde, res-
ponde y responde; los dos tienen entre sí una conexión: la palabra Asi,
cuyo significado corresponde a es. La pregunta hecha por Tvam y la
respuesta dada por Tat forman una unidad.”
“En este contexto, podríamos decir que el nombre de Prakriti o natu-
raleza manifestada es Dhara y si repetimos Dhara-Dhara-Dhara, muy
pronto se cambia a Radha-Radha-Radha. Dhara y Radha son una y la
misma cosa. Similarmente, la pregunta y la respuesta, la pregunta y la
respuesta, Tat-Tvam, Tat-Tvam, Tat-Tvam, se vuelve Tat-Tvam-Asi.”
Tvam: “Swamiji”, Tat-Tvam Asi es una sentencia (Mahavakya) védica,
¿podrías ilustrar su significado?”
195
Tat: “Te voy a relatar una historia breve. Una vez se estaba construyendo
un templo dedicado a Krishna. Pero antes de la dedicación había que
crear una imagen (vigraha) y ubicarla allí. Así que un escultor talló la
figura de Krishna en una gran roca que había fuera del templo. El ar-
tista picó la piedra hasta que la figura de Krishna emergió de la roca.
Todas las lascas de la piedra estaban desparramadas cerca del templo.
Finalmente, la imagen fue puesta en el templo y adorada con las cere-
monias correspondientes. Todos los devotos que venían a adorar al Se-
ñor lanzaban los fragmentos de roca fuera del camino, con sus pies.
Pero las astillas no se preocupaban por ese duro trato; simplemente de-
cían: ‘Tat-Tvam Asi, Aquello (Krishna) y esto (las astillas) son Uno’.
Las otras tres sentencias (Mahavakya) tienen también el mismo signi-
ficado.”
Tvam: “¿Cuál es la relación correcta, Swamiji, que existe entre Dios y el
devoto?”
Tat: “Yo soy tuyo, puede ser dicho desde la posición de Tvam-sthan. Yo soy
tuyo, Dios —dice el devoto— y Dios dice: Tú eres Mío. Dios no dice:
Yo soy Tuyo’”.
Tvam: “En ese caso, Swamiji, un discípulo no debería nunca decir a Dios:
Tú eres mío. ¿Es correcto?”
Tat: “Sí, Yo te explicaré esta relación en forma detallada y por medio de
un ejemplo que Swami ha dado a menudo en ocasiones anteriores. Las
olas en la superficie de un océano no tienen existencia independiente
ni propia. No pueden existir si el océano no está allí; en cambio, el océ-
ano continuará existiendo sin las olas. Las olas tienen que depender de
la existencia del océano, para su propia existencia; pero el océano es
independiente de las olas. Esto debe ser claramente comprendido.
Ahora bien, una ola puede decir: yo te pertenezco, porque no puede
existir sin el océano. Sin embargo, el océano nunca dirá: yo te perte-
nezco, porque sí puede existir sin las olas.”
“Por lo tanto, lo apropiado para un devoto es decir a Swami: Oh Se-
ñor, yo soy Tuyo; no cabría que dijera: Tú eres mío, porque el Señor
puede existir independientemente del devoto. Los individuos son co-
mo las olas; el Señor es comparable al océano. Hay una conexión en-
tre los dos que no se puede suprimir, también llamada Avinabhava. Si
tú dices: Yo soy Tuyo, es apropiado, mas si dices al Señor: Tú eres
mío, carece en absoluto de significado. Podrías decir: Tú eres mío, si
Yo estuviera separado de ti, pero puesto que tú y Yo somos Uno, no
hay ninguna duda.”
Tvam: “Swamiji, ¿qué es esta Avinabhava mencionada por Ti ahora?”
Tat: “En la filosofía vedanta de la “No Dualidad” (Advaita Vedanta) deci-
mos Avinabhava, que significa una cualidad inherente con una cone-
xión inseparable. En este contexto te voy a contar una historia. Sanka-
196
racharya fue a Kasi (Benarés) y parándose delante del Señor Visves-
varaiya dijo: ‘¡Oh, Señor!, soy un gran pecador, he cometido tres pe-
cados y te ruego me los perdones’. Había catorce discípulos de San-
karacharya allí presentes y se estaban preguntando qué pecados habría
cometido Sankaracharya por los cuales pedía perdón al Señor y espe-
raban ansiosamente oír lo que iba a decir. ‘Este es mi primer pecado y
te ruego ¡oh, Señor!, que me perdones’, comenzó Sankaracharya. ‘Tú
eres omnipresente y conociendo Tu omnipresencia, he venido hasta
Kasi para obtener Tu darshan, creyendo que Tú podías ser encontrado
solamente en Kasi’. Este era su primer pecado.”
“¿Por qué razón llamaba Sankaracharya a este acto un pecado? Es ob-
vio que de acuerdo con sus pensamientos, el Señor es omnipresente,
pero sus acciones corporales son contrarias a sus pensamientos. Este
es el gran pecado.”
“Sankaracharya continuó: ‘El segundo pecado lo he cometido cuando
aun sabiendo que no es posible describirte con palabras ordinarias ni
de ninguna otra manera —a Ti que estás por encima de los sentidos y
más allá de toda descripción—, yo trato de describirte y de enumerar
Tus cualidades, con palabras en forma de verso. ¿Puede haber un pe-
cado mayor que ése?’. Cuando un Brahmín de elevada distinción va a
encontrarse con otro gran individuo, él practica un ritual de presenta-
ción haciendo una descripción de su nombre, sus padres, su lugar de
origen y su linaje. Sankaracharya dijo: “Describiendo mi linaje y di-
ciendo que soy tal o cual y que he venido de Kaladi y dirigiéndome a
Ti como el Señor tal y cual que vive aquí en Kasi, he cometido otro
gran pecado. Sabiendo que la relación entre Tú y yo es la de un cuer-
po con otro, te estoy dando una descripción de mi cuerpo y tratándote
como a cualquiera que vive aquí en Kasi. Este es mi tercer pecado’.
Manas ekam, Vachas ekam, Karma ekam, Mahatmanam (cuando el
pensamiento, la palabra y la acción de una persona son coherentes, ese
individuo es grande y distinguido). Sankaracharya describió esas acti-
tudes como los pecados más grandes porque había una falta de coor-
dinación entre su pensamiento, su palabra y su acción, deficiencia que
demuestra que la persona es de un tipo muy bajo y que no ha evolu-
cionado en nada. Sankaracharya dijo: ‘Uno se puede llamar Mahatma-
nam solamente cuando en sus actos hay plena coordinación entre pen-
samiento, palabra y acción, y puesto que esa condición no se cumple
en mi caso, soy un gran pecador. Maha significa una amplitud de pen-
samiento que lo abarca todo y solamente cuando tenga esa amplitud de
pensamiento sin ideas triviales será cuando me vuelva un Mahatma-
nam’. Después de decir esto, Sankaracharya salió del templo.”
“Inmediatamente, el Señor Ishvara decidió poner a prueba a Sankara-
charya y se le apareció como un cazador que cargaba una olla con car-
ne; cuatro perros grandes lo acompañaban. Sankaracharya fue aborda-

197
do por el cazador en una calle estrecha justo fuera del templo. Tan
pronto como Sankaracharya vio al cazador le dijo: ‘Chandala (intoca-
ble), mantente a distancia de mí. Por favor, no te me acerques’. El ca-
zador preguntó entonces a Sankaracharya: ‘¿Qué quieres que Yo haga?
¿Quieres que sea Mi cuerpo o Mi alma lo que esté alejado de ti? Si es
tu intención que Mi cuerpo se mantenga a distancia de ti, el que da tal
orden es un cuerpo humano que no tiene ningún derecho de decirle a
otro cuerpo humano que se mantenga a distancia. Ambos están hechos
del mismo material temporal que al fin perecerá y ninguno es superior
al otro y si es tu intención decirle al Atma que se mantenga a distan-
cia, como el Atma que hay en tu cuerpo y el Atma que hay en Mi cuer-
po son exactamente lo mismo, en ese caso, no es posible que el mis-
mísimo Atma se mantenga a distancia de Sí mismo’. Por este medio,
con una conversación sobre la naturaleza del Atma, el Señor Ishvara
instruyó a Sankaracharya sobre la esencia de la ‘no dualidad’ o Advai-
ta. Le enseñó todo lo relacionado con la naturaleza temporal del cuer-
po y cómo desaparecerá a la hora de la muerte, descomponiéndose en
los mismos elementos que inicialmente lo han formado. El único so-
breviviente sería el residente del cuerpo, el permanente Atma.”
“Tan pronto como Sankaracharya escuchó esa lógica discusión, se dio
cuenta de que aquél no era un cazador ordinario sino el Señor mismo
disfrazado; se postró ante el cazador y cuando se puso de pie y lo mi-
ró tuvo una visión de Ishvara. Es desde este momento que Sankara-
charya comenzó a predicar la filosofía de la ‘no dualidad’ (advaita).”
Tvam: ‘Swamiji, ¿cuál es el significado oculto de la aparición del Señor
como un cazador con cuatro perros y una olla con carne?”
Tat: “Los cuatro perros que acompañaban al cazador simbolizan los cua-
tro Vedas: Rig, Yajur, Sama y Atharva Vedas; la olla con carne es el
cuerpo humano, que no es sino una bolsa de piel con carne, sangre y
huesos, y no tiene ningún valor espiritual intrínseco. El cazador es Ish-
vara, que está cazando las vidas (los egos) en todas sus manifestacio-
nes. Por eso toma la forma de cazador. La olla que lleva en la mano es-
tá hecho de barro y señala el aspecto material de la vida. El mismo es
el aspecto divino permanente. La relación entre la Divinidad y el ser
humano es ilustrada simbólicamente por el Cazador Divino sostenien-
do la olla que representa al cuerpo humano que es temporal y transito-
rio. El mundo, como la olla, está llena de polvo y el que la mantiene
bajo control es Chinmaya, símbolo de la sabiduría y la bienaventuran-
za. En el mundo tenemos los dos aspectos aludidos: la Divinidad y la
materia. Las formas materiales que los diferentes seres humanos asu-
men están constituidas por las envolturas o koshas del alimento (An-
na-maya-kosha), de la mente (Mano-maya-kosha) y del aliento (Prana-
maya-kosha). En lenguaje védico, el aspecto divino es descripto como
198
Sat-Chit-Ananda o verdad (Ser), conciencia y bienaventuranza. El
nombre y la forma se relacionan con el aspecto de Prakriti o aspecto
material. Los hombres y las formas son múltiples y cambian de uno a
otro. Asti, Bhati y Priyam son las palabras equivalentes en lenguaje
védico a Sat-Chit-Ananda. Los nombres y formas no tienen palabras
especiales en lenguaje védico.”
Tvam: “Swamiji, ¿cuál es el secreto que hay detrás de todos los nombres
y las formas? ¿Cómo puede uno adquirir la bienaventuranza divina?”
Tat: “El comprender el secreto de la creación y los aspectos de la Divini-
dad por medio de ejemplos humanos es posible solamente hasta cierto
punto. No puede obtenerse una completa comprensión por medio de
tales ejemplos. Sólo comprenderás la razón de la creación cuando
comprendas las razones de todas las pequeñas cosas que están tenien-
do lugar en la vida diaria. Por ejemplo, si uno le preguntara a distintas
personas por qué tuvo un sueño, cada una le daría explicaciones dife-
rentes. Algunos dirán que se debe a los pensamientos, otros dirán que
se debe a la clase de alimento ingerido, a la indigestión y así sucesi-
vamente. Pero el verdadero responsable del soñar es el dormir mismo.
Sin dormir no puede haber sueños. Tú soñaste porque dormiste. Simi-
larmente, si tienes voluntad, sufres de la ilusión o maya. Si no hay vo-
luntad no hay ilusión. Por ejemplo, si en la noche ves un madero a dis-
tancia y sabes que es un tronco, no sientes temor. Pero si ves el made-
ro y te imaginas que es un fantasma o un demonio, entonces en tu ima-
ginación lo verás efectivamente moviéndose. En el momento en que tú
pienses en eso, el tronco en efecto se vuelve un fantasma o un demo-
nio, en verdad se mueve y tú tienes esa ilusión. No hay ninguna gran
fuerza ni cosa alguna proveniente de afuera que haya creado el fantas-
ma o el demonio. Es simplemente tu proceso mental el que ha creado
la ilusión.”
“Otro ejemplo. Después de terminados los bhajans, suponte que vas
caminando de regreso a casa; una pálida Luna ilumina el camino y de
pronto, un pequeño trozo de cuerda se atraviesa ante ti. En cuanto ves
esa cuerda, te viene a la mente la idea de que es una serpiente; de in-
mediato el temor se posesiona de ti e instantáneamente te alejas de la
cuerda. Cuando la miras con una linterna, te das cuenta de que es un
trozo de cuerda y, en ese mismo momento, desaparece todo temor. Lo
recoges y lo tiras lejos. En el primer caso, te alejaste con temor y en el
segundo, te acercaste, lo recogiste y lo tiraste. En las dos oportunida-
des era sólo un trozo de cuerda y entonces, ¿qué fue lo que causó el
temor en el primer caso y lo eliminó en el segundo? La única respon-
sable de todo esto es la ilusión que aparece en tu propia mente. Ni ha
venido ninguna serpiente ni se ha ido. Lo que ha venido y se ha ido es
tu ilusión. Esto se conoce como Avarnam y Visarjñam. (Avarnam sig-
199
nifica oscurecer o velar, y Visarjñam, eliminar la ignorancia.) Ambas
impresiones —la de que no es una serpiente y la de que es una cuer-
da— vienen y se van simultáneamente. No se siguen la una a la otra si-
no que ocurren al mismo tiempo. Mientras tú tengas el sentimiento de
que posees un cuerpo humano y tu conciencia esté asociada a tal sen-
timiento, todas las responsabilidades y apegos derivados de la idea de
posesión de un cuerpo humano y sus relaciones con otros cuerpos, per-
sistirán. En cuanto tomes conciencia de que no eres el cuerpo, enton-
ces, en ese mismísimo momento, todos los apegos e ilusiones desapa-
recerán. Esto es considerado como la eliminación del dolor y la apari-
ción de la felicidad y la bienaventuranza. Del mismo modo que la ilu-
sión de la serpiente ha sido reemplazada por el reconocimiento de la
cuerda, la ilusión de que tú eres el cuerpo se desvanece en el momen-
to en que comprendes que tú eres el Atma, entonces, todos los apegos
desaparecerán e inmediatamente recibes la bienaventuranza del Atma.
Esto es la liberación o mukthi. El conocimiento de que tú eres divino
aparecerá dentro de ti y simultáneamente la aflicción desaparecerá y
vendrá la bienaventuranza.”

“Sankaracharya ha descripto esto como sigue:

Namo cho namaso prushte,


Na patale na bhutale,
“Ajñana hrudaye grundehanase,
Mokshaye ithi smrithi.

La liberación o mukthi no ha venido de los cielos a caer en tu re-


gazo
ni ha sido sacada de las profundidades o entrañas de la tierra,
para dártela;
simplemente ha venido a ti a eliminar la rueda de la ignorancia;
en el momento en que esa rueda de la ignorancia ha sido supri-
mida, lo que siempre ha estado latente en ti se ha manifestado ahora,
porque la liberación ha estado siempre contigo.”
“Si la Divinidad está presente en todas partes, ¿cómo puedes decir que
ha venido de algún lugar hacia ti? No se puede decir que la liberación
ha venido. No hay ningún aspecto divino que venga de alguna parte y
vaya a otra. Son simplemente nuestras ideas las que vienen y van.”
Tvam: “Swamiji ha explicado todo con mucha claridad, incluyendo la co-
nexión inseparable que hay entre el devoto y el Señor. ¿Podría Swami
explicar ahora la naturaleza de la conexión entre la mente y el cuerpo
o la relación de las cinco envolturas o koshas entre sí, como también
la que tienen la mente y el alma?”

200
Tat: “El cuerpo humano tiene cinco sentidos externos que son inútiles a
menos que estén apoyados en la mente, que es la fuerza o poder men-
tal (mano-shakthi). La mente está a su vez sostenida por el Atma-shak-
ti o poder del atma el cual, sin este soporte, no puede funcionar. De
manera que el cuerpo contiene el Deha-shakti, el Mano-shakti y el At-
ma-shakti, o sea fuerza física, fuerza mental y fuerza espiritual divina.
Las cinco koshas o envolturas son: Anna-maya (del alimento), Mano-
maya (de la mente), Prana-maya (del aliento), Vijñana-maya (de la sa-
biduría). Las últimas dos no tienen forma y por lo tanto, no pueden ser
vistas. Sólo pueden ser disfrutadas. Ahora, suponte que estás cami-
nando por un sendero y que hay algunos trozos de vidrio esparcidos en
el camino. Las piernas no pueden darse cuenta de esos objetos peli-
grosos, pero el ojo, desde su altura los ve e inmediatamente envía men-
sajes por medio del cerebro a los distintos músculos de las piernas pa-
ra que realicen los movimientos apropiados. Ahora bien, ¿cuál es la re-
lación entre la pierna y el ojo? ¿No es la misma sangre la que fluye por
el ojo y por la pierna? Así, de manera similar existe una conexión en-
tre el cuerpo, la mente y el alma. Es el mismo Atma lo que fluye por
los tres y ésa es la conexión interna. En términos védicos, esto se ex-
plica como la unidad en una serie de fenómenos diversos y la diversi-
dad en un solo fenómeno de unidad. Cuando hablamos acerca de la di-
versidad en la unidad, lo que queremos decir es que ese Atma único
que es la unidad, se está manifestando de maneras diversas tales como
el escuchar, el oler, el ver, el hablar y el tocar. Todas estas manifesta-
ciones son diversas formas del uno y mismo Atma. Ni una sola de es-
tas manifestaciones funciona si el Atma no está allí. ¿Es posible que
sólo los ojos funcionen? No, los sentidos no tienen ninguna importan-
cia singular o propia. Es el mismo Atma que fluye por las cinco en-
volturas (Panch-koshas) del cuerpo humano y eso demuestra, simple-
mente, que todo depende de ese Atma único para su existencia; nada
puede funcionar sin el Atma. En el Bhagavad Gita se ha dicho: Biijam
maam sarva bhuthanaam (Yo soy la semilla de todas las manifestacio-
nes). Sólo hay esa única semilla y de ella han salido el tronco del ár-
bol, las ramas, las hojas, las flores, los frutos y también las raíces. To-
das estas partes están separadas unas de otras y tienen distintos nom-
bres y funciones, pero todas están contenidas en la semilla única. Ade-
más, la semilla, el Uno, también está contenido en el árbol. Tenemos
así la unidad en la diversidad y la diversidad en la unidad. Un Atma
con muchas formas y muchas formas que contienen el Atma Uno”.
“La sabiduría no es buena ni mala. Es sólo la asociación de la mente
con la forma y sus características. Sólo hay el Brahman Uno con dife-
rentes nombres, formas y características. El alfarero hace vasijas de
muchos tamaños y variedades, mas todas de la misma arcilla. La base
es la arcilla. Una vasija no podrá contener el agua, a menos que haya
201
sido cocida previamente. De igual manera, el cuerpo es una vasija con
los diez indriyas (sentidos externos e internos) que son los diez huecos
por los cuales pasa el agua de la gracia y, para taparlos, uno debe ha-
cer pasar esa gracia por el fuego de la sabiduría para que se quede con-
sigo. Krishna era la vida misma para los Pandavas. Dharmaraja es la
cabeza (buddhi); Arjuna, los brazos; Bhima, el tronco; Nakula y Saha-
deva, las piernas, y Krishna, el corazón vital. Sin el corazón, el cuer-
po no puede funcionar. Por esta razón, los Pandavas y Krishna han si-
do comparados con el cuerpo. Similarmente, se dice en el Gita (Cap.
18:78):

Yatra Yogishara Krishna, Yatra Partho Dhanurdhara;


Tatra Shri Vijaya Vibhuti Dhruva Nithi Matirmama.

Significan las dos líneas anteriores que, dondequiera que Krishna esté
presente, allí estará Arjuna (Partha significa hijo de la tierra) y allí es-
tá el valor (dhanu significa valor). Allí está presente Shri (la prosperi-
dad y la riqueza), la victoria, Vibhuti (Divya shakti o Divina fuerza),
Dhruva (permanencia), Nithi (la moralidad), Mati (Buddhi, la inteli-
gencia).”
Tvam: “Swamiji, ¿cuáles son las ocho cualidades del Paramatma?”
Tat: “Shri es la más importante. Shabda Brahma mayi es la cualidad del
sonido; Charachar mayi, la omnipresencia; Jyortir mayi, la luz de la
sabiduría; Vang mayi, el habla: Nityanand mayi, la bienaventuranza
permanente; Paratpara mayi, más allá de los sentidos; Maya mayi, la
ilusión, y Shri mayi, todas las clases de riqueza y prosperidad, y todos
están enumerados en el Bhagavad Vibhuti Yoga”.
Tvam: “Swamiji, ¿qué es Maya mayi?”
Tat: “Maya significa cuerpo. Maya upadhi Paramatma: el cuerpo es un
disfraz del Paramatma. Esa es la ilusión.”
Tvam: “Y ¿cuál es el significado de Shri Chakra, Swamiji?”
Tat: “Significa la omnipresencia, que comprende todos los tipos de rique-
zas: la riqueza mundana, la riqueza de la sabiduría, la riqueza de la in-
teligencia, la riqueza del gozo y todos los demás tipos de riquezas y
prosperidad. Debido a que Arjuna tenía buddhi dhan (riqueza de inte-
ligencia) Krishna solía dirigirse a él como Arjunam, Phalgunam, Part-
hanam, Kiriti, Svethvahnam, Jai-krishna, Savyasachin y Dhananjaya.
Una vez, Urvashi (una mujer divina) rogó a Arjuna que se casara con
ella. Arjuna contestó que él había dado su mente a Krishna y que ella
era como su madre. Así, Arjuna demostró tener gran control de los sen-
tidos frente a las tentaciones.”
Tvam: “Swamiji, ¿por qué se dirigía Arjuna a Krishna como a Su cuñado
aun antes de que se casara con Subhadra, la hermana de Krishna?”
202
Tat: “Sí, se produjo bastante conmoción cuando Krishna casó a Arjuna
con Su hermana. Arjuna era hijo de la hermana del padre de Krishna,
pero llamaba cuñado a Krishna, entonces Krishna le dijo: ‘Tienes que
casarte con Mi hermana y así serás mi verdadero cuñado. Seré feliz y
de otro modo no tendrá sentido que me llames así’. Balarama no que-
ría que Arjuna se casara con Subhadra, mas Krishna arregló el matri-
monio; pero Balarama y Arjuna nunca estuvieron en términos amisto-
sos y por el hecho de que Krishna estaba del lado de los Pandavas,
Duryodhana trató de que Balarama se volviera del lado de los Kaura-
vas. Pero Balarama permaneció neutral y no tomó parte en la batalla.”
Tvam: “Swamiji, ¿cuál es el significado interno del nombre del padre de
Duryodhana, Drutarashtra?”
Tat: “Los cien hijos de Drutarashtra tenían nombres que comenzaban por
‘Du’ que significa dukha (dolor o miseria). Hasta una de las hijas se
llamaba Duvatsala. Druta significa tener o poseer algo que no le per-
tenece a la persona y Rashtra significa reino. Así, Drutarashtra signifi-
ca que él cree que el reino le pertenece, cuando en realidad no es así,
y ha sido malversado. En este contexto uno puede también decir que
aunque el cuerpo no sea propio, mientras se sienta que le pertenece,
entonces se le puede considerar ‘Drutarashtra’. El cuerpo en verdad no
está bajo nuestro control. (El hombre no puede invertir los cambios de
edad ni puede llevarse el cuerpo con él después de la muerte. Es sólo
un préstamo.) Realmente, el reino pertenecía a Pandu, el hermano de
los Pandavas. Pandu significa blanco o pureza, lo que indica el sattva
guna. Sathwiogun raj, hrudaya rajyam: sólo cualidades sátvicas deben
alojarse en el corazón. No así el tamas ni el rajas. En el comienzo del
Bhagavad Gita se dice:

Dharmakshetre Kurukshetra samaveta yuyut savaha,


Mamakah Pandavas-chaiva kim akuryata Sanjaya.

Mamakara representa al yo con sus cualidades de tamas y rajas. Los


Pandavas representan la pureza. ¿Qué hacen después de reunirse en el
campo de batalla de Kurukshetra? El campo de batalla es el propio co-
razón, donde las malas cualidades (tamas y rajas) están de un lado y
las buenas cualidades (satva) del otro. Esta es la primera pregunta he-
cha a Sanjaya. La palabra Sanjaya significa Samnidjayam, o sea uno
que tiene control sobre todos los órganos. Todo el Gita parte de esta
pregunta, que es contestada por Sanjaya: “Yatra Yogishvara Krish-
na…” al final. El Paramatma está del lado de las buenas cualidades y
allí es donde se obtiene la victoria y no del lado de los hermanos Kau-
ravas. Por un lado están los cinco Pandavas representados por Sathya,
Dharma, Shanti, Prema y Ahimsa, ayudados por Prakriti Dharma, que
203
es Krishna. Por el otro lado, estos seis son combatidos por Bhishma,
Karna, Drona, Duryodhana, Dushasna y Salya. La vida es como una
pelota con la que juegan ambas partes. La victoria para el individuo
llega cuando la pelota entra a la meta delimitada por Dharma Vidya y
Brahma Vidya. Dharma Vidya significa la rectitud que se observa en
la vida diaria, y Brahma Vidya significa la fe que se tiene en el Para-
matma. La pelota de la vida debe pasar por el centro de esa meta, de
otro modo, se considera que no ha entrado.”
Tvam: “Swamiji, ¿por qué se unieron Salya y Bhishma a los Kauravas?”
Tat: “Salya era el hermano de Madri, la madre de Nakula y Sahadeva; por
lo tanto, tío de los dos hermanos Pandavas. Los Kauravas hicieron una
mala jugada a Salya, diciéndole: “Vamos a librar una batalla. ¿Vas a
estar de nuestro lado?”. Salya convino en estar de su lado sin saber
contra quién iban a pelear. Les hizo la promesa de estar del lado de los
Kauravas y fue al llegar al campo de batalla cuando descubrió que iba
a pelear contra sus propios sobrinos. Actuó como el auriga de Karna
en la batalla, para mantener la promesa hecha por él a los Kauravas.
Bhishma fue bien claro desde el comienzo, cuando anunció que la vic-
toria iba a ser para los Pandavas, porque Dios estaba de su lado. Pero
como él estaba al servicio de Duryodhana, tenía que servir a los Kau-
ravas y por lo tanto, pertenecía a ese grupo para cumplir con su deber.”
Tvam: “Ahora dime, Swamiji, ¿por qué durante la batalla impulsó Krish-
na a Dharmaja a que dijera una mentira en relación con Asvattama, el
hijo de Dronacharya?”
Tat: “En aquellos días, las batallas se libraban según ciertos principios.
Cada participante tenía que cumplir únicamente con su deber y no ser
movido por preferencias o animosidades personales. Esa es la clase de
batalla basada en el dharma. Tan pronto como Bhishma dio el grito de
guerra de un lado, Krishna hizo lo propio del lado de los Pandavas. Se
sigue una jerarquía sistemática, al respecto. Por ejemplo, cuando Kar-
na avanzó para pelear, Arjuna, su igual, avanzó del otro lado. Una lu-
cha desigual no era un principio aceptado. La moral observada era que
los elefantes no debían pelear contra los soldados de a pie ni pisotear-
los, tampoco los de a caballo podían atacarlos. Los semejantes en la
oposición eran los que debían combatir. Cuando Arjuna estaba pelean-
do, sus hermanos Bhima, Nakula y Sahadeva no podían ir a ayudarle.
Aprovechándose de una de esas situaciones, Dronacharya ordenó que
fuese dispuesto el padma vyuha (una formación de tropas en forma de
loto) y llamó a Abhimanyu (hijo de Arjuna) para la batalla. Sólo Arju-
na conocía el secreto del padma vyuha, de modo que Dronacharya ha-
bía arreglado las cosas para mantener a Arjuna ocupado con otra bata-
lla en otra parte. (Abhimanyu fue muerto en este encuentro, debido a
cierto engaño practicado por los Kauravas.) Como resultado de esta
204
trampa, los Kauravas tuvieron, al fin, que perder la batalla porque ha-
bían adoptado un método engañoso y Krishna dio aviso a Dharmaja y
le pidió que anunciara que Asvattama había muerto. Dharmaja dijo:
“El elefante Asvattama ha muerto”. Pero debido a la artimaña que Dro-
nacharya había hecho, ésta hizo bumerán contra él y pensó que era su
hijo Asvattama el que había muerto. La noticia lo desalentó tanto que
quedó totalmente desconcertado, dejó sus armas y permaneció inacti-
vo durante la batalla. Cuando Dharmaja le preguntó a Krishna: ‘¿Por
qué me hiciste pronunciar tal mentira?’. Krishna contestó: ‘Este no es
ni el momento ni el lugar para decírtelo, pero te lo explicaré después,
en una ocasión propicia’. Suponte que un ladrón entra en tu casa, roba
tus propiedades y escapa por la puerta trasera y se va por un camino
vecinal y no por la carretera principal. Si tú quieres darle caza y aga-
rrarlo, tendrás que ir también por el camino vecinal por el cual el la-
drón escapó y no seguir el camino principal. Dronacharya era un brah-
mín; de acuerdo con las reglas de conducta no debía haber participado
en una batalla. Habiéndolo hecho, recurrió al engaño y a la trampa, así
que, si tú quieres prender a Dronacharya y dominarlo debes también
seguir un camino que no es el recto.”
Tvam: “A veces uno tiene el sentimiento de que está muy cerca de Dios y
en otros momentos siente que Dios se ha ido muy lejos. ¿Puede Swa-
mi explicar las razones de estos sentimientos?”
Tat: “Asuya —los celos— y Krodha —la ira— son los responsables de es-
tos sentimientos. Si son controlados, uno está en posición de controlar
a Paramatma, o sea, es cuando se siente que Swami se acerca; de otro
modo El da la impresión de que está lejos. A veces, los muchachos (re-
firiéndose aquí a Sus muchachos del colegio) no comprenden por qué
Swami parece estar enojado con ellos. No se han dado cuenta de que
sus pensamientos, que Swami conoce, son responsables de las reac-
ciones de Swami. He aquí una pequeña historia. Una vez, el rey Akbar
fue informado por algunos de sus nobles súbditos musulmanes de que
el Gurú Nanak estaba disfrutando de gran popularidad entre una gran
parte de la población musulmana y que debía ser controlado con fir-
meza. Ahora bien, Akbar tenía una madre hindú, de modo que era muy
tolerante con los que no eran musulmanes e invitó al Gurú Nanak a
que visitara su palacio. Pero Nanak rehusó la invitación y dijo: ‘Ten-
go sólo un rey y es Dios. Los reyes mundanos están aquí hoy y maña-
na se van. Rindo homenaje solamente a Dios’. Akbar se dio cuenta de
la sabiduría que había en la respuesta de Nanak, y entonces, invitó a
Nanak a orar en una mezquita. En la mezquita, el Gurú Nanak creó una
conmoción al reírse en voz alta cuando el faquir (sacerdote) empezó a
recitar las oraciones. Todos los allí reunidos se enojaron con Nanak,
pero Akbar les aconsejó tener paciencia. Entonces Akbar comenzó a
205
recitar las plegarias y para sorpresa de todos, Nanak comenzó a reírse
aún más alto. Ahora Akbar exigió una explicación a Nanak por su
comportamiento; y en respuesta, Nanak dijo: ‘Tú estabas pensando en
tus caballos árabes (Akbar los había recibido como regalo el día ante-
rior) durante la recitación de tus plegarias y el faquir estaba pensando
en su hijo enfermo. ¡De modo que no podía hacer otra cosa sino reír-
me de esa hipocresía!’. Su reacción estaba basada en los pensamientos
de aquéllos y no en su comportamiento externo. Swami no es afecta-
do por las apariencias o por los comportamientos externos. Swami es-
tá siempre mirando la pureza interna.”
Tvam: “Swamiji, ¿cuál es la interpretación correcta del sonido Om en el
contexto de la creación? Swami crea varios objetos grandes y pequeños
por Su voluntad divina. ¿Se usa el mismo mecanismo para la creación
y el mantenimiento del Universo?”
Tat: “Sí, es la voluntad de Dios y el karma que produce toda esta creación.
Aquí, la palabra karma no significa trabajo, significa chalanam, esto
es, movimiento o vibración. El sonido acompaña cualquier movimien-
to y es en este contexto que el sonido que acompaña la voluntad o san-
kalpa de Dios y el karma es llamado Om. Los tres ocurren simultáne-
amente durante la creación. Toda la creación descansa en la palma de
Mi mano; así, no tengo ni motivos ni necesidades ni deseos. ¿Qué pue-
de Swami desear? Nada. ¿Qué puedes darle a Swami? Patram, Push-
pam, Phalam y Toyam. (En la hoja de tu cuerpo, ofrece la flor de un
corazón puro, acompañada por el fruto de una mente amante e ino-
cente y las lágrimas de felicidad que brotan de la bienaventuranza en
tu corazón.) Estas no pueden ser ofrecidas por nadie, a menos que ha-
ya adquirido el control de los sentidos.”
“Una vez, Gauranga fue a ver a Swami Chidananda y le preguntó si
quería aceptarlo como discípulo. El Swami puso a Gauranga a prue-
ba. Colocó unos granos de azúcar en la lengua de Gauranga y le dio
instrucción de mantener el azúcar allí hasta que regresara. Swami
Chidananda fue al Ganges y regresó después de casi dos horas. Al
volver notó que el azúcar estaba todavía en la lengua de Gauranga y
dándose cuenta del alto grado de control de los sentidos practicado
por Gauranga, le dijo: ‘Tú tienes que ser mi maestro y no mi discípu-
lo, ya que has adquirido un mayor control de los sentidos que yo’. El
refinamiento de un individuo se mide por la vara del control que tie-
ne de los sentidos. Gauranga era conocido como Krishna Chaitanya,
porque a la mención del nombre de Krishna él solía quedar absorto en
samadhi.”
Tvam: “Swamiji, ¿dirías que Chaitanya, Sankara, Balarama, Mahoma y
Zoroastro fueron avatares?”

206
Tat: “No. Balarama no era un avatar. Zoroastro, Buda, Cristo, Mahoma,
Sankara y otros fueron Matha-uddhakara, esto es, líderes de hombres,
que vinieron para elevar las religiones.”
Tvam: “¿Cuál es el significado interno de la cobra viva que estaba debajo
de Swami cuando acababa de nacer?”
Tat: “Representa a Vishnú, o sea, el Paramatma descansando sobre la ser-
piente o shesha. Esto quiere decir que todas las cualidades indeseables
están bajo Swami, en otras palabras, bajo el control de Swami. Swami
está por encima de los gunas. Krishna bailando en la cabeza de la ser-
piente Kaliya significa la misma cosa.”
Tvam: “¿Cuál es el significado del Avatar Kalki?”
Tat: “La palabra Kalki se refiere al Avatar del Kali Yuga o Edad de Kali.
Asva o caballo significa la mente que está perpetuamente inquieta.
Nunca firme. El caballo está siempre moviendo la cola o una pata o
una oreja, y la mente inquieta es comparada con él. Sólo el Paramat-
ma (el Avatar) puede controlar plenamente la mente y por lo tanto, es-
te Avatar se presenta, siempre con un caballo. El baniano es llamado
el árbol Asvatta, porque sus hojas tiemblan al mínimo soplo de brisa.
Del mismo modo que un caballo es inquieto, así se estremece cada ho-
ja. El antiguo rito conocido como Asvamedha o rito del sacrificio del
caballo es llamado de este modo porque significa el sacrificio de la
mente errante, simbolizada por el caballo.”
Tvam: “Swamiji, cuando la mente y la visión de uno progresan pasando
de la dualidad a la no dualidad condicionada y luego a la no dualidad,
¿significa esto la comprensión de Dios?”
Tat: “No, ésa no es la verdadera experiencia. La comprensión de Dios sig-
nifica la experiencia de conocer que tú eres Dios. En otras palabras,
puede ser descripta como una experiencia de paz, bienaventuranza y
luz”.
Tvam: “Swamiji, ¿cuál es el principal obstáculo en nuestro camino hacia
esa experiencia y esa visión?”
Tat: “Si el espejo no está limpio, ¿cómo puede reflejar algo. ¿Está cubier-
to con una capa de suciedad que se ha ido acumulando, proveniente de
la acción. Esa acción resulta de los deberes y responsabilidades mun-
danos. ¿Ves esta cortina (en el cuarto de entrevistas)? Está hecha de hi-
los tejidos unos en sentido vertical y otros en horizontal. El deber y las
responsabilidades mundanos tejen una cortina y es esa cortina la que
esconde la visión.”
Tvam: “Pero Swamiji, eso no quiere decir que debemos descuidar nues-
tros deberes y responsabilidades mundanos, ¿verdad?”
Tat: “No, Bangaru (oro). Debes dedicar todos tus actos a Dios y conside-
rarlo a El como el Hacedor y no a ti. En el momento en que te consi-
deres el hacedor, generas deseo por los resultados de tu acción. Deja
207
ese fruto a Dios y abandona también la idea de que eres el realizador
de las acciones. El hombre tiene el derecho de realizar las acciones,
pero no el de recibir sus frutos. Considérate meramente Su instru-
mento. Entonces, lentamente, se acabará el polvo que cubre el espejo
en el cual estás buscando aquel reflejo. No cometas el error de clasifi-
car las acciones en acciones para ti y acciones para Dios. Por ejemplo,
podrías dar algo para obras de caridad y considerar que eso es para Dios
y que tus otros deberes mundanos son para tu propio ser. Sería un error.
Piensa que cada acción, grande o pequeña, aun el acto de respirar, es
por el bien de Swami. Entonces la cortina se disolverá y así, habrás eli-
minado la trama y la urdimbre de las cuales está hecha.”
Tvam: “Pero Swamiji, ¿no puedes Tú levantarla un poquito y dejarnos te-
ner una vislumbre, un avance?”
Tat: “No, Swamiji no puede hacer eso. Primero tienes que eliminar tu
egoísmo y después la gracia de Swami eliminará la cortina.”
Tvam: “Swamiji ha mencionado algo acerca de la dedicación de las ac-
ciones a Swami. ¿Qué pasa con la lujuria? ¿Puede ser dedicada a Swa-
mi también?”
Tat: “Claro que sí. ¿Por qué no? Si me ves a Mí en la lujuria, ésta queda-
rá instantáneamente purificada. Ya no la desearás, porque será trans-
mutada en amor. Considera este simple ejemplo. Supón que tienes un
niño y habiéndolo puesto en tu regazo juegas con él, con amor y ter-
nura. Estás, en verdad, viéndome a Mí en ese niño. Ahora, en el caso
de tu esposa, la mente tiene sentimientos de lujuria y deseo por la po-
sesión y el disfrute. Pero si me ves a Mí en tu esposa, entonces auto-
máticamente tales sentimientos irán disminuyendo gradualmente y
sentirás amor puro también por ella. Una vez que se desarrolla tal
amor, los sentimientos de lo mío y lo tuyo desaparecen. Comienzan a
verme el uno en el otro. Tener pureza de mente es esencial, antes de
que uno pueda ver el reflejo del Atma”.
“¿Ves esa pequeña piedra? (Estábamos viajando en auto y Baba seña-
laba, en la distancia, una enorme roca soportada por otra mucho más
pequeña.) Representa el apego a los deseos mundanos. El apego inicial
es pequeño, pero muy pronto se ve agobiado con tantos deberes y res-
ponsabilidades que no le es fácil sacudirse un peso tan enorme como
el de esa gran roca. (Kama o el deseo debe conectarse con la liberación
o moksha; el dharma debe conectarse con artha o la riqueza.) Hay di-
ferentes planos de desarrollo por los cuales pasa el individuo. El más
alto es el Paramatma, que se llama Yastika. Es trascendental y se en-
cuentra más allá de los sentidos. Luego está la etapa del alma indivi-
dualizada o Jivatma, llamada Astika. Nasti pertenece a la conciencia
del cuerpo y busca la satisfacción de todos sus deseos, por eso esa eta-
208
pa es llamada Astika-Nastika. Lo opuesto es Astika-Yastika, cuando el
Jiva se pronuncia por el Paramatma.”
Tvam: “No es que Swami tenga el deseo de eliminar el sufrimiento, pero
¿cómo podría Swami aceptar una devoción a medias y dar un pago
completo? Swami tiene un gran deseo de dar felicidad a toda la huma-
nidad, pero la humanidad misma es responsable de lo bueno y lo ma-
lo que experimenta. La gracia de Dios puede cambiar tu destino, si así
lo deseas. Lo bueno y lo malo son solamente reflejos de las varias ac-
tividades a las que se dedica la humanidad en este mundo que no es-
tá constituido sólo de tierra y arcilla. Hay también gente, y la tierra y
la gente están fuertemente atados entre sí y no pueden ser separados.
Hoy en día, el hombre ha desarrollado hábitos muy perniciosos y to-
dos los recursos de la tierra están siendo desperdiciados. El hombre
malgasta el agua, el alimento, el sonido y la luz (entre millones de
otras cosas). Por ejemplo, habla duro cuando podría hacerlo dulce-
mente e ingiere, innecesariamente, grandes cantidades de comida mal-
gastando así los alimentos. Utiliza dos baldes de agua donde uno bas-
taría. Cuando puede usar poca luz, ¿por qué encender una lámpara más
brillante y malgastar la electricidad? Toda la energía y los recursos de
la tierra son una manifestación del Paramatma y cuando uno malgas-
ta algo, está malgastando a Dios. Por cada acto del hombre, hay una
reacción, una resonancia y un reflejo.”
Tvam: “¿Sufre Swami de dolor o de felicidad?”
Tat: “La aflicción y la felicidad son vistas por ti solamente, debido a tu na-
turaleza dual. Dios sólo ve el ‘uno’, no los ‘muchos’. Claro está, la se-
milla del karma (trabajo) está allí y es la que señala tu destino. Cose-
chas lo que has plantado. Dios ve sólo al ‘uno’. Tomemos un árbol con
sus raíces, tronco, ramas, hojas, flores y frutos. Es una manifestación
de las muchas formas y atributos que han venido todos de una semilla
única. Considera el ejemplo del suelo y de la tierra. Hay dulzura en la
caña de azúcar y en varias frutas. La dulzura está realmente contenida
en la tierra, lo mismo que el árbol está en la semilla. Similarmente, pa-
ra todos los nombres, formas y atributos, la Divinidad una es la base.
Como Yo conozco la verdad plenamente, y la verdad enseña que todos
son divinos, que todo es divino, que no hay ni jiva ni trabajo que no
sea parte de la divinidad, no hay momento ni oportunidad en que Swa-
mi sufra dolor, placer o aflicción. En ningún momento sufre Swami
ninguna de estas sensaciones. Cuando viene alguien a Mí y me dice
que está sufriendo gran dolor o pena, Yo deseo sentir y ver cómo es ese
dolor y esa aflicción. Pero no me es posible experimentarlos y puesto
que tales personas no han comprendido este aspecto de Mi naturaleza,
Me muestro apenado o hago como si estuviera sufriendo. Para que Yo
pueda corregirlos y guiarlos por el camino apropiado, pretendo hacer
209
que me comprenda. Yo te estoy contando estas cosas porque las co-
nozco a través de la experiencia personal verdadera, no son afirmacio-
nes imaginarias. En Mí no hay aflicciones de naturaleza mundana o
estados de felicidad provocada por algunos logros. ‘Mi vida es Mi
mensaje’, ya se dijo al principio del libro, y si tratas de seguirme ob-
tendrás también una cantidad enorme de paz y de bienaventuranza.”
Tvam: “Sí, Swamiji, nuestra mente dual y los deseos son los responsables
de lo que es llamado bueno y malo. (En este contexto debemos con-
templar el Mensaje Divino que Swami envía a través de este libro.) En
el pasado, Swamiji ha aconsejado el satsang como una actividad be-
neficiosa para el propio sadhana. ¿Cómo es que ayuda?” (Satsang sig-
nifica estar en compañía de la verdad e implica que uno debe hallarse
en compañía de quienes buscan la verdad y evitar a los mundanos.)
Tat: “Si tomas una vasija de barro llena de agua y la dejas a la intemperie,
el nivel del agua bajará debido a la evaporación. Pero si la vasija está ro-
deada de agua, entonces el nivel no disminuirá. De la misma manera, la
espiritualidad debe llenar la vasija de tu corazón hasta el tope y luego,
para permanecer en esa plenitud, es necesario que mantengas el satsang.
De otro modo, el nivel de tu espiritualidad puede bajar debido a filtra-
ción y evaporación, que provocará una atmósfera carente de espirituali-
dad. La Organización Sai sirve al mismo propósito. Protege tu sadhana
tal como lo hace un paño mojado alrededor de una vasija de barro.”
Tvam: “Swamiji, ¿qué es ese estado llamado ‘muerte’? ¿Cuál es la rela-
ción de nuestra mente con ese estado?”
Tat: “La muerte es un estado muy similar al sueño. El individuo desecha
su cuerpo como si fuera un traje desgastado y viejo. Sólo el cuerpo pe-
rece y, puesto que la mente no tiene forma física, no muere con el cuer-
po. La actividad del pensamiento persiste aun después de la muerte. La
corriente de pensamientos es la mente. El Atma permanente es como
una lámpara y la inteligencia es como la luz de esa lámpara. Así, la in-
teligencia derrama su luz y discrimina entre lo correcto y lo incorrec-
to. Las experiencias de Walter Cowan después de la muerte no nece-
sariamente tienen que ser las mismas para todos. Después de la muer-
te del cuerpo físico, es imposible para el espíritu desencarnado poner-
se en contacto con el mundo material.”
Tvam: “Entonces, Swamiji, ¿qué hay de las llamadas grabaciones, radia-
ciones y manifestaciones de algunos espíritus?”
Tat: “Son todas falsas. Es la mente la que produce esas cosas por medio
de la concentración profunda. Los espíritus no pueden ponerse en con-
tacto con el mundo material, pero la mente sí puede producir ciertos
registros y cambios materiales en este mundo físico. Las llamadas ra-
diaciones producidas por una fotografía son también una actividad de
la mente. Es una proyección de la mente misma y es también la men-
210
te la que observa. La belleza de un objeto está en los ojos del que lo
contempla. (Para algunos, el objeto puede parecer feo, mientras que
para otros puede parecer bello. La belleza o la fealdad no tienen nada
que ver con el objeto.) La mente es responsable de la creación de la be-
lleza y también de la capacidad para disfrutarla.”
Tvam: “Swamiji mencionó la concentración de la mente. ¿Cómo se rela-
ciona ésta con la meditación?”
Tat: “La palabra dhyana o meditación es interpretada de diferentes mane-
ras por muchas personas y por eso causa cierta confusión. El sadhana,
práctica o disciplina mediante la cual los tres constituyentes, a saber:
el meditador, el objeto de la meditación (Dios) y el proceso de medi-
tación están unificados, se llama dhyana. No debe considerarse igual a
la concentración o mente centrada. Todos los actos rutinarios tales co-
mo comer, beber y caminar se deben a la concentración. Esta concen-
tración está subordinada a los cinco sentidos de percepción. Por ejem-
plo, para leer un periódico, tus manos tienen que sostenerlo, tus ojos
tienen que ver las letras impresas y tu mente debe sintetizar todas es-
tas actividades. Similarmente, para manejar un auto se requiere mucha
concentración con el fin de manipular y sincronizar todos los contro-
les. El elevar la mente por encima del nivel de los sentidos y funcio-
nes de los sentidos y tener a la Divinidad como objetivo, eso se llama
meditación. Así, la meditación está por encima de los sentidos y la
concentración está por debajo de los sentidos. Imagina que tenemos
un rosal. Ahora bien, tu capacidad de distinguir entre las espinas, ho-
jas, ramas y flores se llama concentración. Habiendo identificado la
rosa, la cortas sin tocar las espinas. Ahora la flor está separada y no tie-
ne ninguna relación con el resto de la planta. Al acto de separar la flor
de la planta se lo llama contemplación. Si tú ofreces esa flor a Dios,
después de la ofrenda, la planta, tu mano y aun la flor habrán cesado
de existir. Sólo Dios existe. A esto se le llama meditación.”
“Tu vida es como un rosal y tus relaciones son como las ramas; tus
cualidades o gunas son como las hojas, y todos los apegos y deseos son
las espinas. Tu amor es la flor, y al ejercicio de mantener la flor de tu
amor alejada de las ramas y de las espinas de los apegos y la lujuria,
se le llama contemplación. En cuanto tú ofrezcas ese amor puro a
Dios, habrás logrado la unidad de los tres gunas. Cuando consideres al
mundo entero como tu propia casa y todo lo contenido en esa casa co-
mo tuyo, entonces tu amor será un amor en expansión. El tipo de amor
egoísta está asociado con la satisfacción de los deseos.”
Tvam: “En la meditación profunda, Swamiji, ¿es cierto que la gente pue-
de tener visiones y escuchar varios sonidos?”
Tat: “Sí, uno puede tener la experiencia de escuchar sonidos (como el so-
nar de una campana o el soplar de una caracola), también se pueden
211
percibir visiones. Ramakrishna le dio a Vivekananda la experiencia de
una visión y de un estado temporal de bienaventuranza. No es posible
tener esa bienaventuranza permanentemente. Uno puede quedar en ese
estado veintiún días como máximo, después de lo cual el cuerpo se
muere o uno tiene que abandonar ese estado.”
Tvam: “¿Es cierto que Swamiji viene a la mente de una persona durante
los sueños, sólo si Swamiji lo desea?”
Tat: “Desde luego que sí, nadie puede soñar con Swami a menos que Swa-
mi mismo lo desee.”
Tvam: (El autor tuvo una experiencia en sueño, en la cual Baba le permi-
tió tocarle los pies —namaskara— y luego le dio un par de pulseras de
oro. En la mañana, el autor relató el incidente a su esposa y se pre-
guntaba lo que podía significar. El autor hizo una nota de ello para
preguntárselo a Baba, pero no lo mencionó a nadie más. Algunos me-
ses después, iba a preguntarle a Baba acerca de la experiencia del sue-
ño, cuando Baba mismo contestó antes de que la pregunta hubiera sa-
lido de los labios del autor. Así le probó Baba que estaba enterado de
todo.)
“En abril pasado, Swamiji vino a mí en sueños y me dio…”
Tat: “Oh, aquello. Sí, las pulseras de oro. Significa Kankan, las mismas
que Kamavadhani tiene en sus muñecas. (El pandita Kamavadhani es-
taba sentado al lado del autor.) Son una señal de auspiciosidad muy es-
pecial (Sumangala)”. (Un devoto no necesita estar físicamente en pre-
sencia de Baba para recibir Sus bendiciones. La citada experiencia del
autor se menciona aquí, solamente para ilustrar este punto. En verdad,
las obras de la Divinidad son más extrañas que la ficción. He aquí otra
experiencia obtenida durante un sueño relatado al autor por el doctor
Bhagavantham, físico conocido internacionalmente y que en un tiem-
po fue el principal consejero científico del gobierno de la India.)
Doctor Bhagavantham: “Esto ocurrió en el Hotel Hilton, en París. Estan-
do mi hijo Ramakrishna registrándose, tenía los pasaportes en la ma-
no y se encontraba completando las tarjetas de identidad. El maletín en
el suelo, a su lado. Después de llenar las tarjetas, buscó el maletín, pe-
ro éste había desaparecido. Alguien se lo había llevado. La impresión
por lo que acababa de ocurrir fue muy fuerte porque, un buen tiempo
antes del incidente, su esposa había tenido un sueño en el cual Baba se
le apareció y le dijo que cuidara de sus propios valores y no los pusie-
ra en ninguna otra valija que no fuera su propia maleta bien cerrada.
Ella hizo esto antes de llegar a París e ir al Hotel Hilton. Había saca-
do todos los valores del maletín de su esposo y los había guardado en
su propia maleta, gracias al sueño. A pesar de que, cuando se despertó
del sueño y se lo narró a su esposo, él le había dicho: ‘No, no, tú estás
muy cansada después de un viaje aéreo tan largo, no te preocupes. Es
212
sólo un sueño, no te preocupes’. Ella insistió en que debía seguir las
instrucciones de Baba. Así, afortunadamente, había retirado sus valo-
res y otros documentos del maletín de su esposo y los había puesto en
su propia maleta, que cerró de acuerdo con las instrucciones recibidas
en el sueño. Luego se quedaron sorprendidos al ver que a los pocos mi-
nutos de llegar al Hotel Hilton, el mismísimo maletín había desapare-
cido y pudieron salvar sus joyas y papeles importantes, debido a las
instrucciones de Baba en el sueño. Quedaron tan agradecidos que es-
cribieron una carta a Baba, narrando el incidente y expresándole su
gratitud. De otro modo, no se hubieran podido mover de París y hu-
biesen quedado varados allí, por algún tiempo. Posteriormente, mi hi-
jo me escribió una carta narrándome también este suceso y pidiéndo-
me que expresara su gratitud a Bhagavan. Así lo hice y ahora estoy
contando este incidente sólo a manera de ejemplo respecto de cómo
Bhagavan puede ayudar por diversos métodos, como aparecer en un
sueño y dar una indicación a Sus devotos, no importa lo lejos que pue-
dan encontrarse físicamente de El. De hecho, Bhagavan se estaba rien-
do y diciéndome: ‘¿Dónde está París y donde están tus hijos, y dónde
estoy Yo, en Puttaparti? Si quiero ayudarles, Yo puedo ayudarles a
cualquier distancia’. Esto es lo que El mismo dijo cuando discutimos
este incidente.”
Tvam: A veces tenemos sueños muy extraños y enredados, sin ningún sig-
nificado aparente; no obstante, Swami está presente en esos sueños.
¿Por qué sucede eso, Swamiji?”
Tat: “La causa de los sueños es el dormir. Tú soñaste porque dormiste.
Ahora bien, los sueños extraños surgen debido a la comida rajásica in-
gerida por el que sueña. Los alimentos picantes y acres producen tales
sueños incontrolables.”
Tvam: “Swamiji, este tema de la mente es muy interesante. A veces nues-
tro sentido del tiempo es alterado en los sueños y es diferente del tiem-
po que conocemos en el mundo externo. ¿Podría Swamiji decirnos al-
go acerca de ello?”
Tat: “El tratar de encontrar el comienzo y el final del Universo es como
sentarse en una playa y contar las olas. El comienzo es el momento en
que empiezan a contar y el término es cuando dejan de hacerlo. No hay
ningún comienzo y ningún final. Hay sólo el Uno. No hay ningún Dios
por separado ni ningún devoto por separado. Hay sólo el Uno. La ener-
gía con la cual la más sutil partícula está atada a otra es la Divinidad.
Es Dios mismo y por lo tanto, Dios es omnipresente.”
“Estas sutilísimas partículas atadas por la energía se hallan en un esta-
do de tranquilidad y unidad. (Se conocen como Zravana-Akarena en el
avesta, antes de que la creación tuviera lugar). La mente viene con sus
pensamientos e introduce la dualidad, causando una perturbación. He
213
aquí un ejemplo: un avión vuela suavemente. Digamos que representa
el flujo de electrones y protones en equilibrio, o sea, el avión está vo-
lando en forma muy tranquila. Entonces aparece una nube y genera un
traqueteo en el aparato. Del mismo modo, un neutrón perturba la rela-
ción de los protones y los electrones. Así es como obra la mente, al
plantear la dualidad donde sólo existe unidad.”
“La separación individual de estas partículas de energía es precisa y
no puede ser alterada. Cualquier separación o fusión significaría la no
existencia de la creación y esto no es posible. La energía divina está
siendo usada por los científicos en la forma de sus cinco sentidos y en
la forma de sus varios instrumentos, para buscar a Dios. O sea, usan-
do esta divina energía están tratando de mirar la energía divina mis-
ma. Esto no es posible de lograr, a menos que el científico realice su
verdadera identidad (Dios) eliminando los sentidos, la mente, el cuer-
po, etc.”
“Hay materia en el espíritu y espíritu en la materia, que están en for-
ma de onda o de partícula. Todo en el Universo es así. Los científicos
tratan de encontrar el origen del Universo, pero esto podría ser cono-
cido solamente sabiendo cuándo ha nacido el tiempo. Es una tarea in-
fructuosa, porque el tiempo es medido por el trabajo (el movimiento
en el espacio) a través de los cinco sentidos y las envolturas o koshas.
Ahora bien, la experiencia de las envolturas es variable. En el sueño
profundo, la experiencia no está sujeta al tiempo, es eterna, y el im-
pulso de medir el tiempo viene solamente cuando estamos despiertos
y asociados con el mundo externo. Las experiencias sobre el tiempo
—usando las diferentes envolturas— son también diferentes en el es-
tado de vigilia, en el de ensueño y en el de sueño profundo. Conside-
ra el ejemplo de una persona cuya edad en el tiempo es de sesenta y
cuatro años. En el estado de vigilia parece muy larga; el individuo ha
pasado por muchas y variadas experiencias de dolor y placer, durante
largos períodos. Se duerme y se despierta para ir al baño y se da cuen-
ta del tiempo. Son las 3.30 a.m. Se vuelve a dormir y sueña que ha na-
cido, que ha ido a la escuela y a la universidad, que ha crecido y se ha
vuelto decano de la universidad y que finalmente se retira. En ese pun-
to, despierta de nuevo y mira el reloj. Son ahora exactamente las 3.35
a.m., es decir, él ha experimentado todo esto en cinco minutos. Si los
sesenta y cuatro años de experiencias en estado de vigilia pueden ser
reducidos a cinco minutos en el estado de ensueño, entonces, en el es-
tado de superconciencia podrán obtenerse en cinco segundos. Ahora
bien, ¿cuál de estos tres conceptos del tiempo es el correcto? ¿El de se-
senta y cuatro años, el de cinco minutos o el de cinco segundos? ¿Có-
mo puede el tiempo que cambia y es percibido de acuerdo con el pro-
pio nivel de conciencia ser llamado real o ser verdadero? Por otra par-
214
te, en el estado de turya de la conciencia ni siquiera los segundos exis-
ten. (El autor ha presenciado algo muy similar bajo anestesia general
profunda. Ha observado repetidamente que cuando los pacientes se
despiertan de la anestesia general hablan como si todavía estuvieran
sufriendo la operación que acaba de serles practicada. Retoman el hi-
lo de su vida donde lo habían dejado cuando cayeron bajo la influen-
cia de la droga anestésica. Tomando el nivel de conciencia de un esta-
do a otro —para la cirugía— uno puede tener la prueba de lo que Ba-
ba enseña.) Así, el tiempo existe solamente durante la conciencia ma-
terial, dependiendo de la existencia del cuerpo.”
“Esta base física, o sea nuestro cuerpo, es como un intruso temporal.
Nos volvemos nuestro verdadero ser cuando desechamos aquél. Así,
cualquiera que sea la relación que establezcamos con otro cuerpo, no
es una relación real. Consideremos la relación de madre a hijo. La ma-
dre tiene sesenta años y el hijo treinta. Durante treinta años él ha esta-
do llamando ‘madre’ a ese otro cuerpo. Cuando la madre muere, el hi-
jo se lamenta: ¡oh, mi madre se ha ido!, aun cuando el cuerpo de la ma-
dre está todavía tendido delante de él. Entonces, ¿qué es lo que se ha
ido? Si el cuerpo era la madre, ¿por qué se lamenta? Es solamente
cuando el alma habita un cuerpo, que lo miramos con respeto, pero una
vez que el alma se ha ido, el cuerpo se desecha. En este caso, la ver-
dadera relación era entre el alma de la madre y el alma del hijo. La
gran ventaja del cuerpo es que nos ayuda a aprehender o tomar con-
tacto con el alma. Es el instrumento de contacto.”
“Esta es la razón fundamental de la existencia. El hombre no nace só-
lo para comer. El espíritu se manifiesta gracias a la forma. Sin la for-
ma sería imposible reconocer lo ‘No Manifestado’ (el espíritu). El ca-
mino correcto que hay que seguir es, entonces, meditar primero en la
forma manifestada y después en el espíritu dentro de ella. Sólo pode-
mos llegar a la meta de lo No Manifestado, a través de la forma mani-
festada. La única clave es una forma que se ha hecho patente. El cuer-
po es como una cajita de fósforos y éstos son como nuestros pensa-
mientos (incluyendo la mente). Mientras la lija de los fósforos no es
frotada, el fuego permanece latente, pero en cuanto encendemos un
fósforo, todo el mundo puede ver el fuego. Similarmente, cuando los
pensamientos son expresados fuera del cuerpo, experimentamos y co-
nocemos lo bueno y lo malo.”
“Para extraer el agua de la tierra tenemos que perforar un pozo pro-
fundo. De igual manera, debemos cavar profundamente en nuestro co-
razón para buscar la Conciencia Divina, pero necesitamos un rabdo-
mante, antes de perforar el suelo de nuestro corazón. Nuestra lengua,
con el nombre de Dios puesto en ella, es el medio requerido para este
fin. Decir palabras dulces es como conseguir un suelo blando, mas si
215
pronunciamos palabras duras es como encontrarnos con una roca, y el
progreso se detiene. Hagan que el suelo se ablande, pronunciando el
nombre de Dios. No usen la lengua para articular palabras inútiles,
úsenla para decir palabras bondadosas y serviciales; entonces, habrán
alcanzado la delicia dentro de su corazón. Toda la aflicción, la agonía
y las penas del hombre vienen de su lengua. Utilicen el mínimo de pa-
labras; si no, se encontrarán con roca, además de que malgastarán su
energía. El guardar silencio significa silencio de mente y de corazón.
Si mantienen sus labios cerrados, pero gritan hum, hum, hum, acom-
pañado de varios gestos, eso no es silencio. El silencio debe ser es-
pontáneo y no debe causar ningún dolor a los demás. La verdadera de-
voción significa menos parloteo. Los bhajans son solamente una ayu-
da secundaria. En vez de abrir los ojos y la boca bien grandes, uno de-
be abrir el corazón y sentir el amor por todos.”
“Para experimentar el amor de Swami tienen que hacer, en su vida dia-
ria, lo que Swami quiere que hagan. Entonces Su amor les llegará co-
mo la gracia. Si siguen los deseos y mandatos de Swami, El estará en
sus manos y no se podrá escapar de ellas.”
Tvam: (Un día, en Whitefield, el autor estaba sentado con un grupo de mu-
chachos del colegio de Baba, escuchándole discutir varios temas relati-
vos a la vida adhyátmica conveniente para los estudiantes. El autor es-
taba esperando una oportunidad de formularle a Baba dos preguntas: la
primera, para obtener información acerca de la naturaleza de nuestra
mente y la segunda, para averiguar —preguntándoselo a El mismo—,
las razones de que haya dificultades y obstáculos en el camino de un in-
dividuo que está tratando de alcanzarlo. Desgraciadamente, el autor no
pudo hacer esas preguntas a Baba porque El decidió dar una corta char-
la a los estudiantes, la misma que reproducimos aquí, y aunque el autor
no planteó las preguntas verbalmente, Swami las respondió en aquella
charla. El autor se sintió feliz y recordó lo que Baba le había dicho en
otra ocasión. El había mencionado que antes de pronunciar un discur-
so, no lo preparaba y ni siquiera pensaba en lo que iba a decir. Todos
Sus discursos públicos y Sus charlas son espontáneos y encaminados a
satisfacer las necesidades de un público particular. Por eso, innumera-
bles devotos ven sus dudas aclaradas por Baba, al sentarse delante de
El en una reunión pública y escuchar Su sencilla y deleitable exposi-
ción de las Verdades Eternas. Conocer Su omnisciencia y beber el néc-
tar de Sus divinas palabras es semejante a recibir dentro de uno mis-
mo la verdad de Tat Tvam Asi.)
Tat: “Trátese de paz, de limpieza (pureza) o de santidad, dichos conceptos
no están relacionados con un momento, lugar o situación fija. Muchas
personas no comprenden el significado de estas tres cosas: la paz, la
santidad y la pureza. Tienen la idea errónea de que esos tres atributos
216
son necesarios solamente cuando se practica la meditación y no en
otros instantes. Debido a ese malentendido, por lo general no se preo-
cupan por estar limpios, santificados y apacibles aun cuando no estén
meditando y, por ello, causan ciertas perturbaciones. Dichas personas,
cuando están sentadas para la adoración o meditación, tratan de ser, y
usualmente son, muy limpias y muy pacíficas de mente. Pero en cuan-
to concluyen la adoración o meditación y retoman la vida ordinaria, ol-
vidan estos tres aspectos de la conducta. Se enojan con sus sirvientes o
con cualquiera que se les acerca y usan palabras muy duras. Lejos es-
tán de ser apacibles o limpios, más allá de la hora de su meditación.
Nuestra santidad no debe limitarse y confinarse al cuarto de adoración.
De hecho, debemos considerar al mundo entero como nuestra propia
casa y nuestro cuarto de adoración. Dondequiera que nos encontremos
en este mundo, cualquiera que sea la actividad que desempeñemos, de-
bemos considerar que estamos en el cuarto de adoración y tratar de ser
tan santos y tan limpios como quisiéramos serlo en nuestro santuario.”
“Nuestras frases tradicionales en sánscrito nos dicen que nuestro
cuerpo es el templo y que el alma individual que reside en nuestro
cuerpo es el Dios que está dentro de ese templo. Nuestras ideas y
nuestros pensamientos son como las Gopikas que adoraban a Krish-
na. Nuestro corazón es Krishna, que está viviendo en nuestro cuerpo.
El corazón espiritual puede ser descripto como Brindavan. El alma es
Krishna moviéndose en el corazón espiritual de Brindavan. Por lo
tanto, es solamente desarrollando tales ideas acerca de nuestro cuer-
po —considerándolo como el templo donde el alma individual reside
y nuestro corazón es el jardín donde el Señor se está moviendo— que
seremos capaces de obtener la verdadera esencia divina de nuestra vi-
da. Si, por el contrario, piensan que estar en un santuario es la única
situación para la cual se requiere limpieza y que se vuelven limpios só-
lo después de su baño o que deben tener paz y felicidad únicamente
durante la meditación, están dando el primer paso para mirar el mun-
do con una mente ignorante. Es mejor morir que vivir en esta igno-
rancia. Hay un dicho según el cual: ‘La muerte es más dulce que la es-
clavitud de la ignorancia’. La ignorancia no es algo especial que viene
a la mente. Es el resultado de sus propias alucinaciones y de las falsas
apariencias que cubren la verdad. ¿Cuánto tiempo ha de durar la oscu-
ridad? En el momento en que se hace la luz, la oscuridad desaparece.
La oscuridad no es algo que viene de otra parte. Está oscuro sólo mien-
tras no son capaces de descubrir y obtener la luz. Así, cuando hacemos
un esfuerzo por ganar y reconocer la presencia de esa luz, entonces, sin
siquiera darnos cuenta, la llamada oscuridad desaparece por su propia
voluntad.”
“Puesto que ustedes son todavía muy jóvenes, es posible que no se den
cuenta plenamente del valor y del significado de nuestra cultura tradi-
217
cional india. Pero en nuestro país ha habido muchos grandes hombres,
muchos Maharishis y muchas personas que realizaron su propia alma.
También ha habido grandes avatares. Todos esos grandes hombres de
nuestro país tuvieron que sufrir ciertas dificultades y pasaron por mu-
chos problemas. Al pasar por estos trabajos y dificultades fueron capa-
ces de reconocer la grandeza de la cultura de nuestro país. Los frutos
que ustedes obtengan serán siempre el resultado del esfuerzo que hagan;
cuanto mayor sea ese esfuerzo, mayor será también la cosecha que re-
cogerán. Ya se trate de la realización de su propio ser, de la contempla-
ción de la visión del Señor o la consecución de llevar a buen destino to-
das sus prácticas y su sadhana, o de la adquisición de la gracia de Dios,
o lo que sea, pensar que pueden obtener esas cosas de manera fácil to-
mando alguna clase de droga para tener una visión instantánea del Se-
ñor, es obrar incorrectamente. Es actuar tan sólo bajo el influjo de una
ilusión. Cuando pongan una considerable cantidad de esfuerzo, estén
preparados para sobrellevar dificultades y trabajos y se hallen dispues-
tos a esforzarse por alcanzar el destino, únicamente así serán capaces de
obtener la gracia de Dios y la visión de Dios. Pero si piensan que pue-
den alcanzar a Dios y adquirir la fuerza de la divinidad, sin ningún es-
fuerzo y por algún camino fácil, desengáñense, eso no es posible.”
“Si toman un diamante en bruto, sin cortar, directamente de la mina y
tratan de venderlo, no obtendrán un alto precio por él. Pero si lo llevan
con alguien que sabe cómo cortarlo y darle forma, aunque su tamaño
se reduzca, el precio aumentará y será mucho más alto que el de su es-
tado en bruto. Esto es lo que se quiere decir con purificación o lim-
pieza. Si toman este reloj, lo ponen en el fuego y lo reducen a cenizas,
lo que quede probablemente valdrá apenas un anna. En cambio, si to-
man este trozo de acero en bruto que vale sólo seis o diez países y se
lo dan a un obrero que pueda hacer un reloj con él, entonces, ese reloj
ya no costará sólo diez países, tendrá un valor de algo así como dos-
cientas rupias. Tienen que hacer una indagación y formular la pregun-
ta: ‘¿Estamos pagando doscientas rupias por el acero o por la mano de
obra, o sea, la purificación y la transformación que se ha hecho del
acero bruto durante el proceso de fabricación del reloj?’. Estamos pa-
gando el precio por la mano de obra y no por la materia prima.”
“Inmediatamente después de fundir una estatua con la forma de un ser
humano, nos sentiremos poco atraídos por su apariencia o por la be-
lleza de su forma. Aunque poco atractiva en el comienzo, si utilizan fi-
nos instrumentos, tales como una lima o un cincel, y cortan en los lu-
gares correspondientes a la nariz, los ojos, etc., entonces la forma de
ese ser humano se volverá atractiva. De manera similar, nuestro naci-
miento en el mundo es como el primer vaciado de una estatua. Hasta
que usemos el cincel de nuestra inteligencia y las finas limas de nues-
218
tros pensamientos para darle una forma apropiada, esa pieza fundida
—el ser humano que ha nacido— no logrará su verdadero valor ni se-
rá atractiva.”
“Tomen, por ejemplo, un trozo de caña de azúcar y un trozo de bam-
bú, que se parecen. En el caso del bambú, el precio que le den depen-
derá de su grosor, de su largo y de su resistencia, mientras que en el
caso de la caña de azúcar el valor estará en relación con el jugo que
contenga la caña. De manera similar, el valor dado a un ser humano no
depende de su dinero o riqueza o de su posición en la vida, sino de sus
buenas cualidades y atributos. Vamos a tomar el caso de las riquezas y
la prosperidad. Ha habido un gran número de maharajás muy ricos, pe-
ro en cuanto desaparecieron sus riquezas, nadie volvió a tomarlos en
cuenta. Así, el respeto que se da a la prosperidad y las riquezas se des-
vanecerá tan pronto como éstas desaparezcan. Las riquezas o el dine-
ro no son cosas que quedan permanentemente. Citemos el ejemplo de
la posición social de un individuo. El respeto que se da a una posición
se puede ilustrar con las atenciones que una persona muy importante
—digamos un primer ministro— recibe, cuando por ejemplo llega a
una estación. Varias personas van allí con guirnaldas para saludarlo y
recibirlo con una fila de automóviles, pero en el momento en que ese
individuo entregue su cargo, lo pierda o se retire, inclusive el taxista
que lo transporte, en su nueva situación, le exigirá el pago del pasaje
al final del viaje. Así, si ustedes están pensando en el respeto que se
tiene a los individuos por su rango y posición social, sepan que tan
pronto como dicha posición desaparece, el respeto desaparece tam-
bién. La categoría de una persona, igual que su condición, son estados
pasajeros. Si alguien tiene buenas cualidades puede estar en una posi-
ción de autoridad o ser un maharajá y aunque algún día pierda su po-
sición o sus riquezas, no perderá sus buenas cualidades. Por lo tanto,
continuará gozando del respeto que se había ganado por sus buenas
cualidades. Así, el respeto por el hombre y por su dignidad es algo que
está en relación con sus cualidades y atributos y no tiene nada que ver
con su posición o con sus riquezas. A fin de conocer la clase de trans-
formación y de purificación requeridas en ustedes para obtener los re-
sultados deseados, tienen que usar su propia inteligencia. Deben cono-
cer los distintos métodos mediante los cuales puedan lograr la purifi-
cación necesaria en cada caso.”
“Si comprendemos la naturaleza de nuestra mente seremos capaces de
eliminarla en cualquier momento. He aquí una pequeña anécdota para
ilustrar este aserto. En un pueblo se estaba realizando una ceremonia
matrimonial. El novio, que había llegado de otra ciudad, se alojó en
una determinada casa. Un individuo fue al hogar de la novia y empe-
zó a decir que el grupo del novio no estaba siendo atendido como co-
219
rrespondía, que no se le daba alimento a sus horas y así sucesivamen-
te. El hombre decía con cierta autoridad estas cosas, en la casa de la
novia. La gente de la novia pensó que era alguien importante del gru-
po del novio y querían mostrarle respeto. De modo que le dijeron: ‘Va-
mos a ocuparnos de todos y enviaremos las comidas en el momento
oportuno. Por favor, tenga paciencia’. El mismo hombre fue después a
la casa del novio y empezó diciendo: ‘¿Qué es todo esto? Ustedes no
llegan juntos y nos están creando muchos problemas. Estamos todos
listos en la casa de la novia, con la merienda y el café, pero ustedes no
van en el momento oportuno’. De esa manera, él actuaba con voz de
mando también en la casa del novio. La gente del novio lo consideró,
igualmente, alguien de importancia que procedía de la casa de la no-
via y le dijeron: ‘Sí, hemos cometido un error; de ahora en adelante lle-
garemos a tiempo e iremos todos juntos’. Todos le mostraron gran res-
peto. Pero ese alarde de autoridad empezó a ser excesivo. El iba a la
casa del novio y mostraba un despotismo que iba más allá de lo natu-
ral, dadas las circunstancias, y similarmente, en la casa de la novia ha-
cía lo mismo, comportándose fuera de todo límite. En ese punto, algu-
nas personas del grupo del novio comenzaron a preguntar: ¿quién es
ése que ejerce tanta autoridad? El individuo se dio cuenta de que ya
iban a descubrir que no pertenecía a ninguno de los dos grupos, se es-
currió y desapareció. Si queremos comprender la analogía de esta his-
toria, tendremos que ver el mundo material como el séquito de la no-
via. Eso es lo que se llama el fenómeno natural. El aspecto divino o la
divinidad debe considerarse como el grupo del novio. El Atma es el
novio y el Jiva o atma individual es la novia. Este mundo que vemos
a nuestro alrededor es la ceremonia del matrimonio en la cual la novia
o Jiva debe ser unida al novio, el Atma. En esta situación, aparece tam-
bién un individuo que a veces va hacia el Jiva y trata de ejercer auto-
ridad. En otras oportunidades se acerca al Atma y empieza a hacer pre-
guntas e indagaciones. Así, en los aspectos de Jiva que se compararon
con la novia y de Atma con el novio, este individuo está haciendo ave-
riguaciones y ejerciendo su autoridad más allá de su límite. En ese mo-
mento, cuando el intruso comprende que ambas partes quieren saber
quién es, se escabulle y desaparece. Esa persona que se escabulló y de-
sapareció es la mente. Así, el individuo que hemos identificado como
la mente, a veces se ha unido al Jiva y a veces al Atma, creando una
confusión. Pero en el momento en que traspasa los límites, tanto el Ji-
va como el Atma comienzan a hacer sus indagaciones y en ese punto,
la mente simplemente desaparece. Esto es lo que se quiere expresar
cuando se dice que de la esclavitud del hombre así como de su libera-
ción, sólo su mente es responsable. En esta historia, la mente está en-
tre el Atma y el Jiva, y es la causa de todas las confusiones y proble-
220
mas. Del mismo modo, la mente ha estado incitando al mundo mate-
rial, a fin de que ciertas cosas se hagan de acuerdo con sus propios de-
seos.”
“Tenemos otra historia. En una aldea, dos grupos de personas se pelea-
ban continuamente por alguna razón. En ese pueblo había un individuo
que tenía dos acres de tierra donde cultivaba uvas que vendía para su
sustento, y que no pertenecía a ninguno de los dos bandos en pugna. Pe-
ro cada uno de los grupos enemigos fue hacia él y empezó a presionar-
lo para que se uniera a una de las dos partes. En un pueblo se hace ex-
tremadamente difícil vivir si uno no toma partido. Así, obligado, aquel
hombre tuvo que unirse a una de las facciones. Como en el grupo al
que se unió había un gran número de personas malas, este buen hom-
bre fue apresado con ellos y encerrado en la cárcel durante seis meses.
Estando en la cárcel, no había nadie para velar por su viñedo; al no re-
cibir agua ni fertilizantes, comenzó a secarse. No dio frutos y, por lo
tanto, no hubo dinero y nadie alimentaba a los miembros de la familia
de aquel individuo. En la cárcel, este hombre solía recibir cada sema-
na una carta de su esposa. La tradición entonces era dejar pasar y en-
tregar cualquier carta que llegase, sin censurarla, pero si el reo quería
escribir algo y enviarlo fuera de la cárcel, las cartas eran examinadas.
La esposa escribió una carta diciéndole: ‘¿Qué es esto?, te has ido y
estarás sentado en la cárcel seis meses y parece que estás bien allí, pe-
ro aquí nuestro viñedo se está secando, no hay nadie para cuidar del
huerto ni para abonarlo y todas las uvas se están malogrando. Los ni-
ños no tienen alimento y yo no tengo dinero para poner en orden la tie-
rra. Si tú me señalas algún método, algún medio por el cual yo pudie-
ra arreglar el viñedo, tendremos manera de vivir. Te ruego que me lo
hagas saber’. Tan pronto como aquel hombre recibió la carta de su es-
posa, ideó un plan. Tomó el papel que le ofrecieron y le escribió a su
esposa: ‘No te preocupes, tengo una idea. Una vez guardé un tesoro,
una vasija con muchas monedas de oro; está en el fondo de la zanja de
nuestro jardín. Simplemente tienes que cavar allí y usar esas monedas
de oro. Estarás muy feliz, no te preocupes’. El director de la cárcel no
dejó que aquella esquela pasase por el correo sino que se la guardó.
Reunió a todos los prisioneros y los puso a excavar el huerto de vides,
con el fin de encontrar la vasija enterrada con las monedas de oro. A
su debido tiempo, los dos acres de jardín fueron excavados. Al tercer
día hubo una fuerte lluvia y ese año la cosecha fue muy buena. La es-
posa estuvo muy feliz. Vendió todas las uvas que se dieron y obtuvo
bastante dinero. Compró saris y alimentos para los niños y quedó muy
contenta. A los seis meses, el esposo salió de la cárcel.”
“La esposa no había recibido la esquela y, por tanto no sabía nada acer-
ca del plan de su esposo. Tan pronto como éste regresó a su casa, le
221
preguntó: ‘¿Cómo te las arreglaste para enviar a todos los prisioneros
de la cárcel para arar la tierra? Vinieron a removerla y todo salió per-
fectamente. Soy muy feliz’. Pero el esposo sabía que era por la gracia
de Dios que el plan había resultado tan bien y dijo: ‘Por la gracia de
Dios pude idear ese plan y hacerles creer que había monedas de oro es-
condidas en el huerto. Así ellos lo araron, y por la gracia de Dios, es-
tamos felices’. Debemos ahora preguntarnos cuál es el significado im-
plícito en esta historia. Ese individuo, ese cultivador tiene dos acres de
tierra. Nosotros, por otro lado, tenemos dos pulgadas de corazón. En
nuestro corazón hay también dos grupos, las malas cualidades y las
buenas. Estos dos grupos se están enfrentando uno al otro. En medio,
el Jiva, que realmente es el dueño de la casa del corazón, no es sedu-
cido ni por las malas cualidades ni por las buenas y vive independien-
te. Pero al fin es atraído hacia uno de los grupos. En nuestro ejemplo
por analogía, el Jiva tiene una esposa a quien llamaremos Nivrutti; es-
ta señora tiene hijos que denominaremos Pravrutti. Debido a que este
Jiva se ha unido a uno de los grupos de cualidades, ha quedado ence-
rrado en una cárcel, que es la esclavitud. El prisionero que ahora es el
Jiva, cuya cárcel es la esclavitud, está diciendo a su esposa Nivrutti
que el campo de su corazón —a menos que haga en él alguna limpie-
za y lo are— será imposible que se libere de la esclavitud. Y le está di-
ciendo también a su esposa Nivrutti qué clase de esfuerzo debe hacer.
Ahora bien, uno emprendería la tarea de limpiar el campo del corazón
solamente si hubiera algo que ganar al final. Así, él escribió a su es-
posa diciéndole: ‘Sí, hay un tesoro en el campo y podrás sacarlo’. Ese
tesoro es la sabiduría. A fin de obtener el tesoro de sabiduría del cam-
po del corazón, todos aquéllos que están en la cárcel (esto significa to-
dos los que son esclavos) tienen que hacer un esfuerzo y arar el campo
de su corazón. Después del proceso del arado y desbrozo del campo del
corazón, uno recoge la cosecha de la bienaventuranza. Mientras no lim-
piemos el campo de nuestro corazón, no lograremos la cosecha de la sa-
biduría. Ahora bien, podemos purificar el campo de nuestro corazón de
varias maneras: con el satsang, con los bhajans, con la obediencia a las
órdenes de Swami y con el acercamiento a la Divinidad. Si por medio
de tales procesos cultivamos el campo de nuestro corazón, obtendre-
mos una buena cosecha de sabiduría. Si este campo no está purificado
de manera apropiada, de nada valdrá lo buenas que fueren las semillas
que pongamos en él; la cosecha no servirá. De manera deben que ha-
cer dos cosas: la una es purificar el campo del corazón, y la otra, sem-
brar buenas semillas en el campo. Después de haber hecho eso, tam-
bién hemos de comprender los métodos mediante los cuales se puede
lograr la pureza del campo, así como la bondad de las semillas. Sola-
mente cuando conozcan estos métodos obtendrán el último fruto, que
222
es la sabiduría. El campo que hemos llamado ‘campo de nuestro cora-
zón’, es algo que no tienen que comprar, pues está en sus propias ma-
nos. Las buenas semillas, que les darán muy buenos frutos, también
están a su disposición. Pero el esfuerzo que deben hacer es para pre-
parar el suelo, arando el campo. Las semillas son los nombres del Se-
ñor y el corazón es el campo. La práctica de sadhana es la purificación
o sea, el proceso de arar y acondicionar el suelo. El amor es el agua
que debe regar el campo. Tienen que levantar una cerca apropiada. Esa
cerca es la disciplina. Si sembramos las semillas de los nombres del
Señor y usamos nuestro amor para regar esas semillas, después de di-
cho proceso lograremos el fruto, que es la sabiduría. No importa qué
semillas puedan tener al adoptar los nombres del Señor y no importa
tampoco qué sadhana puedan practicar como preparación y purifica-
ción. Si carecen de amor (prema) todas las buenas semillas serán des-
perdiciadas, porque no estarán regando el campo.”
“De nada sirve que midan y sigan midiendo su amor hacia Dios, di-
ciendo: ‘Oh, siento mucho amor por Dios’. No van a obtener mucho
beneficio de tal actitud. Pero si en cambio se preguntan: ‘¿Por qué me-
dios puedo ganar el amor de Dios?’, entonces podrán sacar algún be-
neficio de este interrogante. Y ese beneficio lo recibirán solamente
cuando Dios derrame Su amor sobre ustedes. Por lo tanto, hay que in-
quirir de qué manera debemos conducirnos y qué cosas debemos prac-
ticar para ganar la gracia y el amor de Dios. Cuando hagan esto, en-
tonces, sin importar cuánto amen a Dios, el amor de Dios dirigido ha-
cia ustedes les proporcionará un beneficio considerable. Pueden sentir
amor por Dios, pero si aquellos atributos que atraen el amor de Dios
no están en ustedes, ese amor no les dará ninguna satisfacción. ¿Por
qué hay un ventilador? Hay un ventilador porque hay electricidad pa-
ra hacerlo funcionar. Si no hay electricidad, ¿de qué sirve el ventila-
dor? Similarmente, ¿por qué tienen amor por Dios? A fin de obtener el
amor de Dios para ustedes. Si no tiene las características antes des-
criptas, su amor por Dios no va a servirles de ningún beneficio, de la
misma manera que hay un polo positivo y otro negativo y ambos de-
ben estar presentes para lograr una corriente. Tienen también que
comprender un punto significativo del Gita. En el Gita, el Señor dijo
que de tiempo en tiempo, El toma forma humana y viene como Ava-
tar. ¿Con qué fin? Con el fin de establecer el dharma, de salvar al dhar-
ma y de propagar y proclamar el dharma en el mundo entero. Debe-
mos tomar conciencia de que Dios mismo ha venido a este mundo, pa-
ra el establecimiento del dharma. El hombre que Arjuna representó co-
mo si se tratara de un ser humano normal, reconoció que Dios había
venido para establecer el dharma, y por lo tanto, dijo: ‘Porque com-
place a Dios establecer el dharma Yo haré lo que sea correcto y estoy
223
dispuesto a hacer todo lo que digas, eso es lo que haré’. Debido a que
Arjuna tomó esa actitud y adoptó tal curso de acción, el Señor asumió
todas las responsabilidades y lo condujo a la gran victoria. Eso signi-
fica que, si quieren obtener la victoria, o sea, si quieren alcanzar la Di-
vinidad y lograr algo valioso en este mundo, tendrán que tomar las co-
sas sagradas en sus manos y marcar la dirección que deberán seguir
sus mentes. No teman las dificultades, tienen que enfrentarse a todas
las que se les presenten en este mundo y alcanzar el final victoriosa-
mente.”
“En la historia de nuestro país, si leen algo acerca de las vidas de los
grandes hombres y de las grandes almas que se han realizado, y se dan
cuenta de los problemas y dolores que tuvieron que soportar y de las
dificultades que debieron superar durante sus vidas a fin de llegar al
destino final que es la Divinidad, entonces ustedes dirán: ‘Oh, noso-
tros no hemos tenido tales dificultades. Hemos sido muy afortunados
porque nos han llevado fácilmente por el camino de la victoria para al-
canzar una meta divina’. Pensarán que ustedes son personas muy afor-
tunadas.”
“Todas las grandes almas que se han transformado en grandes maha-
rishis y grandes hombres, con su actividad transformante crearon en
un principio cierta turbulencia en su propia vida doméstica. Cualquie-
ra que siga el camino de Dios y quiera alcanzar la Divinidad, lo pri-
mero que le va a suceder es que va a padecer alguna clase de malos
sentimientos y hasta cierta hostilidad en su propio hogar. Después, ese
mismo sentimiento de hostilidad y hasta celos y odio se lo expresarán
sus demás familiares. Al final, puede que se encuentren en esta situa-
ción difícil, aun con respecto a Dios mismo. Pero si a pesar de las di-
ficultades, el individuo que quiere alcanzar a Dios se mantiene en su
sadhana y no hace caso de esos obstáculos, entonces llegará un mo-
mento en el cual todos ellos desaparecerán.”
“Pueden tomar el caso de Mira o Gauranga o Ramakrishna Parama-
hamsa, y encontrarán en sus historias que lo mismo les ha sucedido a
ellos. En sus propios hogares les han dicho: ‘¿Qué es todo esto? ¡Es-
tás dedicando mucho tiempo a hablar de devoción y de bhakti!’. Una
vez que la gente siente que él ha estado malgastando su tiempo ha-
blando de devoción constantemente, lo mirarán con cierta clase de
odio y le echarán de la casa. Los parientes también de a poco comen-
zarán a odiarlo y a hablar de él como de un ser inútil. En tal situación,
los otros ciudadanos en el pueblo y en la ciudad empezarán a murmu-
rar. Dirán: ‘Oh, esta persona se ha ido de la casa y anda por allí ha-
blando de devoción. Debe tener malas intenciones’, y empezarán a
murmurar de manera muy irresponsable acerca de la conducta de esa
persona. El devoto tiene que resistir todos los problemas procedentes
224
de su casa, de sus familiares y del pueblo, si quiere alcanzar a Dios. En
este contexto, hasta Dios estará creando varias dificultades e impedi-
mentos en el camino de ese individuo que trata de alcanzarlo.”
“¿Por qué están sujetos a todas estas pruebas y obstáculos? Dios se los
pone con el fin de probar la fortaleza de sus mentes. He aquí un pe-
queño ejemplo. Supongamos que quieren clavar un clavo en la pared.
Después de martillar, lo mueven hacia arriba y abajo para ver si ha
quedado bien colocado o no. Ahora bien, ¿por qué están haciendo es-
to con el clavo? Quieren saber si va a estar seguro para soportar un re-
trato. De la misma manera, en el muro de nuestro corazón tenemos que
poner el clavo del nombre del Señor y antes de colocar Su retrato, que-
rrán probar si el clavo está firmemente fijado o no en la pared de su
corazón. Esto significa que están realizando una prueba para saber si
tienen fe firme en el nombre del Señor. No sólo el devoto, también el
mismo avatar en forma de ser humano encuentra toda clase de traba-
jos y dificultades en Su camino. Vamos a recordar el caso del Señor
Krishna. Durante la misión de avatar, hubo de enfrentarse a Sus pro-
pios parientes. Vamos a tomar el caso de Rama. No sólo tuvo que es-
tar separado de Su propia esposa y sufrir grandes inconvenientes vi-
viendo en una selva, sino que al final resultó que Rama debió luchar
con Luva y Kusha, Sus propios hijos. Todas las trabas en nuestra vida
son para transmitirnos la lección de que tales situaciones son inevita-
bles y que debemos tener la fuerza mental para hacerles frente. Este es
el significado interno y la lección de las dificultades que se presentan
en la vida. Así, si ponen en un lado de la balanza todos los asuntos
mundanos y en el otro, la divinidad que es Dios, entonces encontrarán
que todas las dificultades mundanas y los trabajos estarán bajo su con-
trol. Krishna entregó once lakhs (un lakh = cien mil) de sus guerreros
a los Kauravas y El fue solo con los Pandavas. ¿Quién quedó victo-
rioso al final? Aquéllos del lado de Krishna. Por lo tanto, no debemos
dar demasiada importancia a la fuerza de cualquier ejército, debemos
dar importancia a la del Atma. Por lo tanto, hemos de desarrollar con-
fianza en nuestro ser, el Atma. El que no tiene confianza en sí mismo,
o sea, que no tiene confianza en su Atma, será tan débil que toda cla-
se de pensamientos derrotistas lo acosarán. Pero uno que tenga con-
fianza en su propio Atma saldrá victorioso al fin. Por eso no deben per-
mitir que su fe se quebrante bajo ninguna circunstancia. Si tienen una
fe firme sin que importe cuántos obstáculos y dificultades puedan pre-
sentarse en su camino, entonces pueden estar seguros de que lograrán
la victoria. La última estrofa del Gita ilustra al respecto: ‘Yatra Yo-
gishvara Krishna, yatra partho dhanurdhara’, lo cual quiere decir que
debe estar presente no sólo el Señor del Yoga, o sea Krishna, sino que
en Su presencia debe estar también el representante del hombre, part-
225
ha dhanurdharah. Es decir, que el hombre debe sostener el arma de la
confianza y de la fe. Así, cuando ustedes se presenten armados de con-
fianza y de fe ante el Señor del Yoga, entonces, de esa situación flui-
rán las bendiciones de Dios y la prosperidad. Recibirán las eternas ver-
dades, la sabiduría y todo lo que es valioso en este mundo, siempre que
se levanten con fe y valor inquebrantables ante el Señor. Si con la fe
en Dios viven sus vidas de tal manera que traigan felicidad a sus pa-
dres, entonces, el objeto principal del momento actual de sus vidas se
habrá cumplido. Como resultado, cuando ustedes sean padres, sus pro-
pios hijos a su vez vivirán también sus vidas con fe y les traerán feli-
cidad. La vida de Prahlada debe ser como un faro de luz para ustedes,
pues él, a pesar de las dificultades que le pusieron en su camino sus
propios padres, nunca se desvió de la senda de la devoción. El encon-
traba grandes dificultades a cada momento, pero su fe en el Señor que-
dó sin quebranto. Ese debe ser un ejemplo para ustedes. Cualquier co-
sa que ejecuten dondequiera que se encuentren, aun con riesgo de per-
der sus vidas, ustedes no deben perder la fe en Dios. Esta es la cosa
más importante que deben recordar: mantener inquebrantable su fe en
Dios. Tengan en mente que no importa dónde trabajen o lo que hagan
en sus vidas, es muy importante que den felicidad a sus padres duran-
te sus vidas. Esa felicidad es felicidad para Swami mismo.”
Antes de concluir este capítulo, el autor quisiera que el lector supiese
que cuando un Purna Avatar da enseñanza (upadesha), así sea algún sim-
ple consejo adhyátmico o un mandato explícito, no debe ser interpretado
como algo inferior a los Vedas o a cualquier otra Escritura. Lleva la mis-
ma marca de fábrica y el sello de autoridad que los Vedas, porque ha sido
pronunciado por el mismo aliento que dio a luz los Vedas. Así sea en la
forma de un discurso extenso o en una sola palabra, el aspecto de santidad
relacionado con tal enseñanza es igual al de los Vedas. Todas las enseñan-
zas de Baba deben ser atesoradas y practicadas a la luz de tal santidad.

226
“Las manifestaciones divinas de Sai son llamadas chamatkara.
Cada devoto debe tratar de comprender el significado y la razón de
estos milagros o chamatkaras. Este fenómeno particular denota
atracción y es una cualidad divina basada en la fuerza del Atma.
¿Cómo debe usarse esta cualidad? Debe ser usada para el samska-
ra, o sea, la transformación de la naturaleza humana en naturaleza
divina. La naturaleza humana, intrínsecamente sin valor, está suje-
ta al samskara para que pueda convertirse en la incalculable natu-
raleza divina, y la atracción divina o chamatkara es utilizada para
ese fin. Este samskara forma la base del paropkara. El camino del
paropkara o servicio desinteresado y sacrificio por otros en la so-
ciedad los conducirá finalmente a sakshatkara, o sea, la autorreali-
zación. El propósito del chamatkara es el de llevarlos a la última re-
alidad. Los cuatro pasos son chamatkara, samskara, paropkara y
sakshatkara. Por lo tanto, el chamatkara no es una exhibición sino
una manifestación divina con un propósito divino, que no causa nin-
gún daño al mundo.”

BABA
La Religión de Sathya Sai

“A QUÉL A QUIEN los musulmanes adoran como Alá, Aquél a quien los
cristianos adoran como Jehová, Aquél a quien los vaishnavas
adoran como Phulabja, Aquel a quien los saivitas adoran como Sambhu,
Aquél que en respuesta a sus distintas plegarias otorga salud, larga vida,
prosperidad y felicidad a todos dondequiera que se encuentren, El, el
Dios Uno, es el Dios de toda la humanidad. Dios es Uno y sólo Uno. Ten-
gan este pensamiento en sus mentes.”
“Durante edades, Bharath (la India) ha estado llevando el mensaje del
espíritu y mostrando los medios para ganar la ecuanimidad y la felicidad.
Ella se ha destacado como preceptor del mundo, durante siglos. La ora-
ción que Bharath ha enseñado a su pueblo es Loka Samastass Sukhino
Bhavantu. Es la consumación representada en los pensamientos de los
hindúes desde los tiempos antiguos. Este ideal ha sido propagado y pro-
movido por los gobernantes de esta tierra, por los visionarios y los yoguis
que guiaron al pueblo y a las castas madres que criaron las generaciones
en una atmósfera de esfuerzo espiritual.”
“Pero cuando el país se vio involucrado en las vicisitudes de la histo-
ria y el pueblo estuvo sujeto a presiones y contrapresiones, el ideal sufrió
reveses, las abstracciones de la fe tomaron forma concreta y quedaron
cristalizadas en nombres y formas específicos e identificables. Cada nue-
va actitud o aptitud, cada nueva concretización, se convirtió en una secta
especial. Así, la religión Védica Una se volvió madre de una serie de sec-
tas, como la Ganapathya (centrada alrededor de Ganapathi), la Saaktheya
(centrada alrededor del concepto de la Energía Cósmica como la expre-
sión de la Divinidad), la Soura (centrada alrededor del Sol como la fuen-
te, sostenimiento y meta del logro espiritual), la Charvaka (centrada alre-
dedor del concepto del placer y de la prosperidad material) y la Viirasai-
va (centrada alrededor de Shiva como el motivador interno de todos los
seres). Todas estas sectas elaboraron sus propios rituales y modos de ado-
ración, sus propias prioridades en logros espirituales y doctrinas acerca
del individuo, el mundo objetivo y Dios”.
“El objeto de estos códigos y estilos era, en todos los casos, el de pu-
rificar la mente e insistir en la práctica de elevadas virtudes morales. Pe-
ro esto fue ignorado pronto y se le dio importancia a la conformidad su-
perficial y a la pureza externa. El ansia por el engrandecimiento personal
229
hizo que cada secta o religión se tornara rígida y seca. Hay una gran ne-
cesidad hoy en día, de descubrir la fuente interna de cualquier forma de fe,
que es la fuente que fertiliza los ritos y ceremonias externos.”
“La palabra usada generalmente para religión es Matha, la palabra pa-
ra indicar la mente es Mathi. Poniendo las dos juntas se puede decir que
Matha está primordialmente dedicada o debería estarlo a enderezar y for-
talecer a Mathi. La meta, el objeto o la esencia de todas las creencias y
religiones es la sublimación de la mente, para que pueda garantizar la li-
beración del individuo y la felicidad para la sociedad.”
“Las religiones intentan implantar ideales sagrados en el corazón del
hombre, porque el hombre no les permite brotar y crecer. Su ansia egoís-
ta por el poder y el éxito competitivo lo persuade para usar la religión co-
mo un instrumento de tortura y persecución. En vez de unir a la humani-
dad en una empresa común, se ha vuelto un sistema de recintos amuralla-
dos, guardados por el odio y el fanatismo. Así, cada religión es un campo
armado, hundido en el autoengrandecimiento, tratando de ganar a otros
para sí y de evitar las defecciones en sus filas. Las religiones, por lo tan-
to, están siendo condenadas, por ser la raíz del caos y del conflicto. A pe-
sar de los grandes progresos en muchas otras áreas de la vida, la animosi-
dad religiosa está encendida aún hoy en muchas partes del mundo.”
“Debe señalarse que la religión no es la causa básica de este estado de
cosas. Las luchas facciosas y el odio fanático se deben al ingobernable yo,
al que se le permite enseñorearse. La religión se esfuerza por destruir jus-
tamente esta viciosa tendencia; de modo que debe ser apoyada y no con-
denada. Lo que hay que condenar es la actitud estrecha, pervertida, de
odiar a quienes no están de acuerdo con ‘nosotros’ o que tienen opiniones
diferentes acerca de la misteriosa fuerza que anima al Universo. Las gue-
rras y conflictos religiosos se engendran en la ignorancia y en la codicia.
Cuando la gente no comprende la verdad de que la familia humana es una
unidad indivisible, tantea en la oscuridad y tiene miedo a entrar en con-
tacto con lo que le parezca extraño. Sólo el ejercicio del amor puede con-
vencer de esta verdad al hombre, de que hay sólo una casta —la casta de
la humanidad— y sólo una religión, la religión del amor. Puesto que nin-
guna religión sustenta la violencia o desprecia el amor, es erróneo impu-
tar el caos a cualquiera de ellas.”
“Es también desaconsejable dedicarse a campañas de propaganda
exagerada de cualquier religión, con el propósito de atraer nuevos devo-
tos. Si cada uno vive los ideales planteados por los fundadores de su reli-
gión, sin dejarse afectar por la codicia o el odio, el mundo será más feliz
y pacífico.”
“La religión de los hindúes propugnaba la unidad de toda la creación
y declaraba que la diversidad que experimentamos no es la imagen verda-
dera. Pero, puesto que la fe en el Uno viene sólo a una mente clarificada
230
al máximo, esta religión tuvo pronto que postular la dualidad, y aun la
multiplicidad, con deidades para cada faceta del Todo. Las más difundidas
de estas dualidades son los cultos Saivita y Vaishnavita, centrados alrede-
dor de los aspectos que de Shiva y de Vishnú tiene la Unidad. Este proce-
so de división de los diversos puntos de vista se ha dado en todas las prin-
cipales religiones del mundo. El Islam tiene las sectas Shia y Sunni; el
cristiano tiene sus católicos y sus protestantes. Pero, no importa cuán pro-
funda sea la división, no hay ni una sola secta que niegue a Dios y ningu-
na que exalte la violencia y la falsedad. Los nombres pueden ser diferen-
tes, las facetas que se consideran más importantes pueden también ser dis-
tintas, pero la todopoderosa Providencia es denotada siempre como Abso-
luta y Eterna. La terminología puede ser distinta, mas el concepto no lo es.
A Bhagavan se le alude con Alá y en la oración puede llamársele Namaz;
los panditas pueden ser conocidos como los khajis y los sabios llamados
mullahs. Los Vedas podrán contener o no las mismas enseñanzas del sa-
grado Corán, pero la corriente oculta de fuerza que da energía es el amor
en todos los casos, el amor hacia todos los seres. Los fundadores de cada
religión siempre tuvieron en la mente la unidad de todo lo que tiene vida
y la marcha progresiva del hombre hacia la Divinidad.”
“El primero de los intérpretes que fundó una escuela de filosofía y es-
tableció un camino de disciplina espiritual fue Sankaracharya. Nacido en
el Estado de Kerala, durante su muy corta vida explicó la verdad de que
hay sólo Uno y que la diversidad es apariencia de esa ‘realidad una’. Esta
es la filosofía y la fe ‘No dual’ o Advaita, que describe al individuo, a la
naturaleza y a Dios en perfecta armonía. Los axiomas védicos: Ekoham
Bahusyam (Yo soy Uno, déjame ser muchos), Ishvarasarva-bhuthanam
(Dios es inmanente a todo), Isavasya Midam Sarvam (Todo esto está en-
vuelto y penetrado por Dios), son así iluminados por el intelecto de San-
karacharya y presentados como verdades patentes.”
“El monismo, tal como lo presentaba Sankaracharya con base en los
textos védicos, era una solución demasiado simple para satisfacer las ne-
cesidades internas de la mayoría de los individuos. Tenían dentro de sí el
anhelo de adorar y dedicarse a un poder más alto y no podían captar fá-
cilmente la verdad de su propia realidad como siendo el Uno y el Uno So-
lo. Por lo tanto, Ramanujacharya interpretó y explicó textos y escrituras
religiosas de los Vedas, desde un nuevo punto de vista. Esto hizo que la
No Dualidad (Advaita) adoptara un enfoque especial. Así, se llamó Vi-
sishta (especial) Advaita. El camino de la devoción fue establecido para
llevar al hombre a Dios y fundirlo en El. Las aguas del mar son elevadas
por el Sol hasta el cielo, en forma de nubes, y éstas caen como lluvia tan-
to en las tierras altas como en las bajas, para fluir de vuelta al mar por las
innumerables hondonadas, corrientes y ríos tributarios. Fundirse en la
fuente de la cual uno tomó nombre y forma es el destino último. El río tie-
231
ne una pasión y un amor tan irresistible que lo lleva por las pendientes
hasta llegar al Amado, donde el Amante, el Amado y el Amor se funden
en un iluminador éxtasis. El amor es el apego a Dios, que no permite que
nada interfiera o disminuya su calidad o profundidad. Dios es amado por
el devoto (bhakta), por Sí mismo y no por algún beneficio o bendición in-
cidental. Es espontáneo, sostenedor y sublime. Un niño delante del espe-
jo disfruta de los reflejos de sus propias travesuras y gestos y no desea nin-
gún beneficio.”
“La total entrega y la aniquilación de la individualidad están también
más allá de la mayoría de los aspirantes. El azúcar no puede ser saborea-
do y disfrutado por el mismo azúcar; tienen que ser como una hormiga,
para que puedan disfrutar de la dulzura del azúcar. Este anhelo del hom-
bre trató de satisfacerlo Madhavacharya, quien declaró que el jivi (indivi-
duo) está separado del Universo. En la No dualidad (Advaita), un destello
de iluminación intelectual revela que sólo existe el Atma y que todo lo de-
más es una engañadora apariencia. El Visishta-Advaita o No Dualidad
Condicionada postula que el río es una parte integral del mar. El Dvaita o
Dualidad señala que la pureza derivada de la adoración y culto es sufi-
ciente para atraer la plenitud de la gracia de Dios.”
“Hubo también otros visionarios que establecieron caminos hacia la
misma meta. Guru Nanak anunció que el Universo pertenece a Dios y que
el hombre no debe abrigar el deseo de acumular ni de apropiarse de nin-
guna porción del tesoro de la Divinidad. Aconsejó que el retoño de la de-
voción fuera protegido de las pestes de la pereza y la duda, por medio del
cultivo del valor y la vigilancia.”
“Buda padeció tanto por el sufrimiento que embarga la vida del hom-
bre que, para remediarlo, investigó el comportamiento de la mente y del
intelecto y así descubrió disciplinas correctivas. El analizó las divagacio-
nes de la mente que llevan al hombre a los remolinos de deseo. Analizó
también la vía de la razón y demarcó las áreas donde se enraiza el prejui-
cio. Exigió la rendición al dharma (por encima de todo, la virtud de la
compasión) y a Buda (individuo iluminado).”
‘Mahavira estableció una religión llamada Jainismo. Exalta al Jiva o
heroico conquistador de los sentidos, de las emociones y de las estrata-
gemas del intelecto. El alentó a todos a que cumplieran con los deberes in-
herentes a su estado y profesión, con fe firme y entusiasmo. Declaró que
todas las cosas y seres son sagrados por sí mismos y que ellos no son si-
no peregrinos en el camino hacia la realización. Cualquier daño infligido
a uno cualquiera de ellos interrumpe ese sagrado viaje y por lo tanto, de-
be ser escrupulosamente evitada.
“El zoroastrismo —que es la religión de los parsis— fue fundado por
Zoroastro o Zaratustra, quien quería que el hombre tuviera siempre el
Fuego de la Sabiduría ardiendo en su conciencia para que los malos pen-
232
samientos y tendencias erróneas fueran reducidos a cenizas. Ese fuego ilu-
mina todos los pensamientos, palabras y acciones, infundiéndoles virtud y
vigor. El fuego de la sabiduría debe destruir todos los deseos mundanos y
tomar al hombre puro para que entre en el cielo de la libertad. La adora-
ción, la meditación y las obras de servicio altruistas son esenciales para
percibir la alborada de la iluminación.”
“La religión de Sai es la esencia de TODA fe y toda religión, inclu-
yendo aquéllas como el Islamismo, el Cristianismo y el Judaísmo. El mo-
tivo que hay detrás de la formación y propagación de todas las diferentes
creencias es el mismo en todos los casos. Los fundadores y propagadores
fueron todos personas llenas de amor y sabiduría. Su meta, su blanco, su
objeto y su propósito fueron siempre los mismos. Ninguno tenía el fin de
dividir, perturbar o destruir. Intentaron hacer el bien, ver el bien y ser bue-
nos. Trataron de domar las pasiones y las emociones, educar los impulsos
y dirigir la facultad de la razón hacia caminos beneficiosos para el indivi-
duo y la sociedad. Sabían que la mente, que es el terreno donde se culti-
van el deseo y el apego, la ambición y la aspiración, debe ser limpiada y
orientada apropiadamente.”
“Sai considera la práctica de esas disciplinas más importante que
tener la fe ciega en teorías filosóficas. Nadie tiene autoridad para acon-
sejar a otros, a menos que ya esté practicando lo que predica. Por lo tan-
to, primero establezcan el reino del amor en su propia casa. Dejen que la
familia se vuelva un centro de armoniosa vida, de simpática comprensión
y confianza mutua. El sagrado deber del hombre es el de estar siempre
consciente del Atma que está instalado en cada ser vivo y esto lo hará
consciente de la relación de parentesco que él tiene con todos los seres.
Esta es la base de la hermandad del hombre y de la paternidad de Dios.
Desechen el vicio del egoísmo, el mal de la codicia y el veneno de la en-
vidia. Cuando anden buscando la felicidad fuera de ustedes, recuerden
que hay una felicidad mucho más grande dentro de su propia conciencia
interna. Cuando estén temerosos de algo o de una situación fuera de us-
tedes, recuerden que el temor nace y es alimentado y fertilizado en y por
su propia mente y que les es posible sobreponerse a ella, negándola. ¿Có-
mo puede el temor interponerse en el camino de un aspirante espiritual?
De ninguna manera, porque no puede esconderse detrás de ninguna som-
bra ni molestar a ningún aspirante que tenga a Dios en el corazón. La fe
en el Dios todopoderoso es la armadura invulnerable que el aspirante
puede llevar, y todos los hombres en toda la Tierra son aspirantes, sépan-
lo o no. Sean firmes. No vacilen. Manténganse en el camino recto. Atén-
ganse al ideal y no se desesperen. Oren hasta que Dios se ablande y no se
alejen tristemente, si Dios no derrama Su gracia cuando ustedes la quie-
ren.”

233
“Cuando cualquiera de las religiones planea extender su influencia,
tiene que recurrir a la nulificación de las otras y a la exageración de sus
propias excelencias. La pompa y la publicidad se vuelven más importan-
tes que las prácticas religiosas y la fe misma. Pero Sai quiere que los de-
votos de cada una de esas religiones cultiven la fe por sus propias exce-
lencias y que se den cuenta y tomen conciencia de su validez por medio
de su propia experiencia, realizando una intensa práctica.”
“Todos ustedes que han entrado en la Organización Sathya Sai, si al-
guien les pregunta cuál es la religión de Sathya Sai y de la Organización
Sathya Sai, deben tener el valor y la determinación de decir a una sola
voz, que la religión de la Organización Sathya Sai es la esencia de todas
las religiones.”
BABA

1 de octubre de 1976
Prashanti Nilayam

“Dejen que existan las diferentes fes, dejen que florezcan y dejen
que la gloria de Dios sea cantada en todos los idiomas y en distin-
tas melodías. Ese debería ser el ideal. Respeten las diferencias en-
tre las fes y reconózcanlas como válidas mientras no extingan la
llama de la unidad.”
BABA

234
“Asitagirisamam syat kajjalam sindhupatre,
“Surataruvarasakha lekhani patramurvi;
“Likhat yadi grihitwa Sarada sarvakalam,
“Tadapi tava gunanamisa param na yati.”

Oh, Señor,
Si la montaña azul fuese la tinta y
Si el océano fuese el tintero,
Si la rama más grande del árbol celestial fuese la pluma y
Si la tierra fuese la hoja donde se escribiera;
Y tomando en sus manos éstos,
Si la Diosa de la Sabiduría escribiera por toda la eternidad,
Aun entonces,
El límite de Tus virtudes no se alcanzaría.

236
Bibliografía
Sri Sathya Sai Baba: Sathyam Shivam Sundaram, vols. I-III, Ed. Errepar,
Bs. As., Argentina.
Mensajes de Sathya Sai, Vols. I-IX.
Una serie de conferencias y discursos adhyátmicos dados al público
por Sai Baba, desde 1953 en adelante. Recopilados y editados por Sri
N. Kasturi.
Serie Vahini: Bhagatha, Gita, Janana, Dharma, Dhyana, Prashanti, Pre-
ma y Upanishad
Una serie de libros breves sobre temas específicos, por Sri Sathya Sai
Baba, traducida al inglés y recopilada por Sri N. Kasturi.
Sandeha Nivarini
Diálogos con Sai Baba, que tratan de temas adhyátmicos. Recopilados
por Sri N. Kasturi.
Lluvias de Verano en Brindavan, vols. 1972 a 1974
Una serie de conferencias dadas por Sai Baba a los estudiantes de la
Escuela de Verano en Brindavan. La serie de 1973 trata principalmen-
te de Bhaja Govindum y la serie de 1974 de dos temas védicos, Brah-
man y Bharath. Traducida al inglés y recopilada por el Dr. S. Bhaga-
vantham.
Sri N. Kasturi: Biografía de Sri Sathya Sai Baba, M.A., B.L.
V.K. Gokak: Value Orientation to Education System.
Sanathana Sarathi:
Una revista mensual dedicada a temas adhyátmicos y a las experien-
cias tenidas por lectores, de la divinidad de Sri Sathya Sai Baba. Edi-
tada por Sri N. Kasturi.
(Todas las publicaciones que anteceden pueden obtenerse en Sri Sath-
ya Sai Education and Publication Foundation, Prashanti Nilayam, P.O.
Anantapur District, 515134, Andhra Pradesh.)
Taraporewala, Irach J.S.: The Chants of Zarathushtra, 1951, Taraporewa-
la Sons & Co. Ltd., D. Naoroji Road, Bombay.)
Dastur K.S. Dabu (1966, P.N. Mehta Trust, Cooks Bldg., D. Naoroji Road,
Bombay.)
The Gathas of Zaratustra: Texto en avesta, con traducciones al gujarati y
al inglés por Irach J.S. Taraporewala (1962, B.I. Taraporewala, India
House 2, Kemp’s Corner; Bombay 400 026.)
237
The Religion of the Good Life: Zoroastrismo por Sir Rustom Masani
(1954, George Allen und Unwin Ltd., Londres).
Sri Sai Satcharita: Vida y enseñanzas de Sri Sai Baba de Shirdi, por Na-
gesh V. Gunaji, B.A., LL.B. Adaptado al inglés, del texto original en
marathi, por Hemadpant (1974), (7a. ed., Court Receiver, Sri Sai
Sansthan, Shirdi P.O., District Ahmednagar, Maharashtra).

238
Indice
PREFACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

CAPITULO I

TPS (TARA PUTTAPARTI SATHYA) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

El nacimiento de Shirdi Sai Baba; Su infancia y la historia del ladrillo;


Su regreso como Sri Sathya Sai Baba;
El significado del vibhuti; El autor conoce a Baba; La ciencia, un sedativo
sutil; TPS; Baba resucita a un muerto; ¿Por qué Dios viene en forma humana?;
Cómo reconocer a un avatar; Las dieciséis kalas de un Purna Avatar;
El significado de las manifestaciones de Sai; Las manifestaciones de Sai y los
siddhis yóguicos; La misión de Baba; Baba y la educación;
Algunas experiencias del prema (amor) de Baba;
“Yo soy Ghosha”.

CAPITULO II

UN MENSAJE DIVINO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

¿Puede Baba hablar cualquier idioma?; El mensaje divino;


Significado de la forma cósmica (Viratsvarupa).

CAPITULO III

ARMONÍA ENTRE CIENCIA Y RELIGIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

Lugar de la ciencia y de la investigación en el sadhana;


El Ramayana y la naturaleza del Universo; ¿Quién soy yo?
El alfabeto espiritual.

CAPITULO IV

EL SANATHANA DHARMA Y LA RELIGIÓN DE ZARATUSTRA . . . . . . . . . . . . . . 77

El Loto de Prashanti y el altar en el salón de oración;


Los cuatro pilares del Sanathana Dharma; El amor y cómo cultivarlo;
¿Qué religión enseña Baba?; La profecía de las Gathas;
La teología zoroastriana; Los seis Amesha-Spenta;
El Ahunvar y su significado oculto; La filosofía zoroastriana;
El Fuego Sagrado y su significado; Baba inviste a un niño

239
zoroastriano con un Yagnopavitam; La ceremonia de Navazote
y el significado interno del sagrado Kusti; Baba crea una cruz;
La Estrella del Cielo, una descripción de
Ahura Mazda en las Gathas.

CAPITULO V

LA PRODUCCIÓN DEL LINGAM O LINGODBHAVA. EL SIMBÓLICO NACIMIENTO


DE DIOS EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109

El significado interno del Lingodbhava; El secreto de la


Creación; Atar Ushtana en un Atma Lingam; El Lingodbhava;
¿Por qué Baba produce un lingam?

CAPITULO VI

EL VEDAPURUSHA SAPTAHA JÑANA YAJNA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121

Los seis enemigos de la humanidad; La “saicoterapia”;


El apéndice reventado; Las enseñanzas de Baba y los informes
de la OMS; tres aspectos divinos del dar de comer a los pobres;
Aspectos de un estado adyátmico de vida en la sociedad;
Dharma-artha y kama-moksha; El servicio en la sociedad;
Entrega y tapas (prácticas de austeridad); El Yajna; Los cinco Yajnas;
Purnahuti y Vibhuti Abhisheka; Nava-Ratna; El Gayatri; Significado
de Chandass; Función de los mantras; Om y el Gayatri Mantra;
Los Mahavyahrities; Las divisiones del Gayatri Mantra y la
descripción de sus nueve partes; Pronunciación del Gayatri Mantra;
Una oración universal.

CAPITULO VII

TAT-STHAN Y TVAM-STHAN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193


Asatho Ma Sat Gamaya; Relación entre Dios y Su devoto;
Los tres pecados de Sankaracharya; Relación entre el cuerpo,
la mente y el alma; El primero y el último verso del
Bhagavad Gita; Las ocho cualidades del Paramatma;
Significado de Aum en el contexto de la Creación; Significado
de la realización en Dios; Significado del dolor y de la felicidad;
Concentración, contemplación y meditación; Darshan (visión)
de Baba en sueños; El tiempo; Naturaleza de los samskara;
Naturaleza de la mente; ¿Por qué se somete a prueba
el devoto?; El objeto de los Sai Chamatkaras (milagros).

CAPITULO VIII

LA RELIGION DE SATHYA SAI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229

BIBLIOGRAFIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237

240

También podría gustarte