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Antes de realizar un análisis sobre los atributos de la personalidad, es

esencial citar la distinción que existe entre “persona” y “personalidad”, ya que a


partir de ello se podrá dar una mejor descripción de dichos atributos,
puntualizando de ese modo a que cual de los anteriores conceptos pertenecen
éstos últimos, ya que es de precisar que aunque persona y personalidad jurídica
son conceptos que se encuentran estrechamente relacionados, no se pueden
asemejar.

Hecha la anterior la salvedad, cabe señalar que etimológicamente la


palabra “persona” proviene del verbo latino sono, as, are (sonar), y del prefijo per,
que significa resonar, sonar mucho. La etimología se relaciona con la máscara que
usaban los actores y se llamó persona al mismo actor que llevaba la máscara; de
aquí pasó al personaje representado por ella y luego a los actores de la vida social
y jurídica; es decir, a los hombres, considerados como sujetos de Derecho. Desde
el punto de vista filológico “persona” es igual a hombre, a ser humano. En la
actualidad nadie pone en duda que todos los seres humanos somos personas y
por ende sujetos portadores de valores que ha de reconocer y respetar la
organización social. La idea de que todo ser humano es persona, por encima e
incluso antes que la colectividad organizada constituye el eje cardinal del Derecho.

En ese sentido, es de aludir que persona natural es el ser humano, el


hombre jurídicamente considerado, al que se reconoce capacidad para ser sujeto
de derechos y obligaciones y, especialmente, poseedor de atributos y cualidades
que han de ser reconocidos por el Derecho. Cuando ésta persona natural, con
personalidad jurídica reconocida por el Estado, actúa en el marco de una relación
jurídica determinada, se convierte entonces en sujeto de derecho. De ahí que,
quede claro que persona es el ente sustantivo del ordenamiento jurídico al que se
le reconoce capacidad para ser titular de derechos y obligaciones.

De ese modo, tenemos que jurídicamente la persona natural tiene como


atributo o cualidad esencial la “personalidad”, la cual se concibe como la

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confluencia de una serie de derechos innatos, derivados de la misma naturaleza
del hombre, entre los que se encuentra el ser posible titular de derechos y
obligaciones civiles. Asimismo hay que aludir que por personalidad jurídica se
entiende la aptitud o idoneidad para ser sujeto y titular de relaciones jurídicas y
derechos, reconocida por el Estado a través del ordenamiento jurídico; como
resultado tenemos que sea general e inalterable, lo cual significa que si se es
persona, se tiene personalidad; con lo señalado en líneas que preceden se
deduce que persona será el soporte de la personalidad, y ésta última la cualidad
de la persona.

Mientras tanto cabe precisar que “atributo” etimológicamente tiene


procedencia latina bajo la denominación “attribütum” forma simétrica de “attribütus”
que significa atribuido, de eso manera su significado hace alusión a cada uno de
las características, singularidades, cualidades, propiedades de un ser. Por
consiguiente al citar los llamados “atributos de la personalidad” se deben
entender como aquellas cualidades o propiedades del ser jurídico, por medio de
las cuales el sujeto-persona puede individualizarse y formar parte de la relación de
derecho, es decir, son calidades dependientes e inseparables del ente personal,
ya que no puede existir sino en él y éste no puede ser sin revestir esas mismas
propiedades.

En esa tesitura, hay que puntualizar que los cinco atributos de la


personalidad son: el nombre, el domicilio general, el patrimonio, el estado civil y la
capacidad de derecho; sin embargo es de subrayar que el que mayor relevancia
de todos ellos es la capacidad de derecho. Los demás atributos podría decirse que
son complementarios, y se refieren a la posición del sujeto en la familia, a su
individualización, localización en el espacio y su posesión efectiva o posible de
bienes, deduciendo entonces que los atributos no son en sí mismos derechos,
sino presupuestos para que el sujeto pueda ser titular de derechos.

1. EL NOMBRE

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Se denomina nombre al conjunto de palabras que muestran a alguien
personal y distinto frente a los demás, en pocas palabras, es la designación
exclusiva que corresponde a cada persona. Sus elementos constitutivos son:

a) El prenombre o nombre de pila: es el vocativo individual que


identifica la persona dentro del grupo familiar, y es susceptible de forma masculina
y femenina indicando de entrada el sexo de la persona designada, mismo que se
adquiere por la inscripción en el acta de nacimiento y es elegido por ambos padres
sin preeminencia de uno sobre otro

b) El apellido o nombre de la familia: indica la familia a la cual pertenece


la persona que lo ostenta y es común a todos los miembros que la componen.

2. DOMICILIO GENERAL

Genéricamente es el asiento jurídico de la persona o el lugar que la ley


instituye como asiento de las personas para la producción de determinados
efectos jurídicos. La noción de domicilio es una imposición de la buena
organización social, porque esta necesita ubicar a las personas que integran la
convivencia general, a fin de poder exigir de ellas el comportamiento adecuado.
Con este fin se relaciona necesariamente a toda persona con un lugar en el cual
se la reputa presente para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus
obligaciones.

Por consiguiente, del domicilio como atributo de la personalidad sólo es


fundamental analizar el domicilio general ya que éste no puede faltarle a ninguna
persona, mismo que puede ser de tres clases:

I. Domicilio de origen: es determinado por voluntad de los padres.


II. Domicilio legal: es determinado por voluntad exclusiva de la ley
III. Domicilio real: es determinado por voluntad del mismo domiciliado.

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En consecuencia de lo citado con antelación, cabe destacar que ese
domicilio general será aquel que rija la generalidad de las relaciones jurídicas de
una persona, provocando como efectos:

 Que sea el lugar de cumplimiento de las obligaciones


 Que sea el lugar donde las notificaciones deban dirigirse
 Que sea la fijación de la competencia territorial de los jueces y
autoridades, lo que ocurre en muchas situaciones.

3. EL PATRIMONIO

Se denomina así al conjunto de los derechos y obligaciones de una


persona, susceptibles de apreciación pecuniaria, de manera que podemos decir
que se trata de una universalidad abstracta independiente de los elementos que la
componen, los cuales pueden cambiar, disminuir o aumentar sin que se altere el
conjunto como tal; ese patrimonio estará compuesto por bienes, lo cual implica:

 Cosas: son objetos materiales susceptibles de tener un valor


apreciable en dinero.
 Objetos inmateriales susceptibles de valor económico: son los
llamados derechos patrimoniales, es decir, aquellos que sirven para la satisfacción
de las necesidades económicas del titular y que son apreciables en dinero.

4. EL ESTADO

Se denomina así a la situación o posición jurídica de la persona en la


sociedad y frente a las demás personas, asimismo puede ser definido como el
conjunto de cualidades que la ley tiene en cuenta para atribuirles efectos jurídicos;
en ese sentido, y como atributo de la personalidad el que nos ocupa es el estado
de familia ya que individualiza a ésta por su emplazamiento en la familia
parentesco o en el matrimonio y está dado por los vínculos jurídicos familiares que
unen a una persona con otra u otras, o bien por la ausencia de tales vínculos.
Dichos vínculos jurídicos familiares son de dos órdenes: el vínculo conyugal que

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une con la persona con quien se ha celebrado matrimonio y el vínculo parental o
parentesco que une con las personas de las que se desciende.

5. CAPACIDAD DE DERECHO

Se denomina así a la aptitud de la persona para ser titular de relaciones


jurídicas.

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