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SITUACION Y RELACIÓN JURÍDICA

Roubier usa situación, por considerarla más amplia que relación.


Borda: Situación y relación para que no haya dudas.

Relación jurídica es la que se establece entre dos o más personas, con carácter
particular, esencialmente variable; es un vínculo jurídico entre dos o más
personas, del cual emanan deberes y derechos. Las más frecuentes son las que
nacen de la voluntad de las partes: contratos, testamentos.

Situación jurídica es la posición que ocupa un sujeto frente a una norma general;
o sea genera derechos regulados por ley (y no por la voluntad de las partes) que
son uniformes para todos.
Es objetiva y permanente; los poderes que de ella derivan son susceptibles de
ejercerse indefinidamente, sin que por ello desaparezca la situación o poder; está
organizada por la ley de modo igual para todos (por ejemplo, el derecho de
propiedad, y, en general, todos los derechos reales, la situación de padre, hijo,
etc.).

Consecuencias:
Derivaciones o efectos que reconocen su causa eficiente en las relaciones o
situaciones jurídicas.

La relación jurídica
La generalidad de la doctrina manifiesta que la llamada relación jurídica es “un
vínculo de persona a persona determinado por una regla jurídica” (clásica
definición de F.K. von Savigny), o bien dice que la relación jurídica consiste en “un
determinado comportamiento interhumano, conformado jurídicamente”.
Si nos detenemos a pensar en el significado de tales definiciones, correctas desde
el punto de vista teórico, son tan abstractas que la pregunta seguirá siendo ¿qué
es una relación jurídica? La respuesta es de tal sencillez que puede sorprender:
en términos generales se habla de relación jurídica para referirse a todas las
relaciones o situaciones sociales, de cualquier índole, que son susceptibles de ser
contempladas jurídicamente. Por tanto, puede afirmarse en general que cuando
las relaciones sociales son contempladas por el Derecho, cabe hablar de
relaciones con trascendencia jurídica o, sencillamente de relaciones jurídicas.
Ahora bien, sólo cuando estamos ante un interés merecedor de tutela jurídica y
lícito, puede considerárselo objeto de una relación jurídica. Naturalmente, la
determinación de qué intereses son dignos de protección y lícitos es el fruto de las
valoraciones que en este sentido haga una sociedad en un concreto momento
histórico: son valoraciones contingentes, tanto en el espacio como en el tiempo.
Dicho esto, se comprenderá que la abstracción de las definiciones a las que
hacíamos referencia se debe a la amplitud y multiplicidad de situaciones o
relaciones sociales que encajan dentro del concepto de relación jurídica. En
efecto, si recordamos cualquiera de las actividades realizadas durante un día por
cualquier ciudadano (usted mismo), posiblemente habremos de llegar a la
conclusión de que la mayor parte de los actos de la vida cotidiana están sometidos
al Derecho, salvo algunos inspirados por el altruismo o la buena educación (ceder
el asiento en el ómnibus, ayudar a cruzar la calle a un niño o anciano) o en
consideraciones de índole estrictamente personal (sentimentales, religiosas, etc.).
Otra cosa es que, normalmente, no nos apercibimos en concreto de que subir a un
transporte público, comprar el diario, tomar un café en un bar, respetar los
semáforos, asistir a un cine o espectáculo... son actuaciones humanas que
encuentran un marco jurídico de desarrollo.

Clasificación de las relaciones jurídicas

Para el Derecho Civil, existirían básicamente cuatro tipos de relación jurídica, en


los que el contenido fundamental sería: el familiar, el jurídico-obligatorio, el real, y
el sucesorio. A su vez, como presupuesto de toda relación jurídica, habría de
considerarse la existencia del dato personal, esto es, el sujeto o protagonista de la
relación jurídica: la persona, que es la única titular de derechos y obligaciones
según el ordenamiento jurídico.
1) Relaciones familiares: situaciones de especial conexión entre las personas
que el ordenamiento jurídico regula atendiendo a criterios de ordenamiento
social general, para garantizar un marco normativo a la familia.
2) Relaciones obligatorias: comprenderían aquellos supuestos en los que, por
responsabilidad contractual o extracontractual, una persona se encuentra en el
deber de prestar una conducta determinada en beneficio de otra.
3) Relaciones jurídico-reales: basadas en la tenencia o apropiación de bienes,
se encontrarían presididas por la propiedad, en virtud de la cual una persona
goza de una capacidad decisoria sobre el uso y aprovechamiento de cualquier
bien que el ordenamiento le garantiza frente a los demás miembros de la
sociedad.
4) Relaciones hereditarias o sucesorias: todas aquellas conectadas al
fenómeno de la herencia y a las personas implicadas en ella como sucesores
de la persona fallecida.

Estructura básica de la relación jurídica

En la estructura de la relación jurídica pueden resaltarse distintos componentes,


los cuales pueden ser analizados por separado: los sujetos, el objeto y la causa
eficiente, fuente o generadora.

1) Los sujetos de la relación jurídica: Dado que los derechos y obligaciones sólo
pueden atribuirse a la persona, es evidente que en toda relación jurídica el
componente personal es estructuralmente necesario. Las relaciones sociales de
trascendencia jurídica requieren de la existencia de un determinado vínculo o lazo
entre personas que ocupan posiciones distintas.
La persona que tiene derecho a algo se denomina sujeto activo, en cuanto
puede poner en marcha o en actividad la situación de poder en que se encuentra.
Por el contrario, quien se encuentra obligado a reconocer, satisfacer o hacer
efectivo el derecho de cualquier otra persona, merece la calificación de sujeto
pasivo.
2) El objeto de la relación jurídica: Es el algo sobre el cual recae la facultad del
sujeto activo y el deber del sujeto pasivo. Así, en las relaciones obligatorias el
objeto consistiría en la actividad o conducta propia de la persona obligada al
cumplimiento de algo; en las relaciones jurídico- reales, el objeto está
representado por las cosas sobre las que recaen los derechos reales, etc.

3) La causa fuente: Es el hecho generador de la relación (art. 257 del C. Civil y


Comercial), esto es, el acontecimiento que da lugar al nacimiento de una facultad
para uno y un deber para otro.

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