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LA EDUCACIÓN RELIGIOSA EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS

El artículo 13 de la Constitución Política del Perú establece: “La educación tiene por objeto el desarrollo integral de la
persona (…)”. A través de la educación podemos percibir, elegir, comprender o al menos pensar racionalmente sobre las
consecuencias de las decisiones que tomamos y los comportamientos y la realidad de nuestro entorno. Porque la
formación integral justifica la presencia de la educación religiosa en el sistema educativo, a tal punto que el artículo 14 lo
menciona: “(…) La educación religiosa se imparte con respeto a la libertad de conciencia (…)”, y esto La libertad de
conciencia es inseparable del ser humano, por lo que la opinión La personalidad de cada uno merece respeto. Entonces
elegir la educación religiosa es un derecho, su limitación es que no atente contra la moral y no altere el orden público, y la
forma en que ejercemos esta libertad de religión es voluntaria para que recibamos esta educación. , que se expresa en el
artículo 2° 3° de la Constitución: “Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión, individualmente y en
asociación (…)”; Esta libertad de conciencia es la garantía de que las personas puedan adaptar su comportamiento y su vida,
no sólo a su religión sino también a sus creencias o ideas, religiosas o no, sin la intervención del Estado. El artículo 8 de la
Ley N° 29635 de la Ley de Libertad Religiosa establece claramente el alcance del respeto a la libertad de conciencia en el
campo de la educación cuando establece: “Las instituciones educativas, en todos sus niveles, en todas sus formas,
respetarán el derecho a la inmunidad de estudiantes de clases religiosas por razones de conciencia o por sus creencias
religiosas sin afectar su promedio académico (...)”. La libertad religiosa está vinculada al principio del estado laico, en base
al artículo 50 de la Constitución, que dice claramente: “Como parte del sistema autónomo y de autogobierno, la Iglesia
Católica es reconocida por el estado. componente importante del patrimonio histórico del país, la formación cultural y
moral, el apoyo a su cooperación, y el Estado respeta las demás denominaciones y puede establecer formas de acción legal
con ella.” Resulta que esta es una distinción clara y respetada entre el estado y las denominaciones religiosas.
“El laicismo presupone la independencia del político en relación con la religión, independientemente de las diversas
formas de relación Estado-Iglesia o creencias religiosas institucionales”
Esto no significa que el Estado sea ateo o antirreligioso, por el contrario, el Estado reconoce la importancia de las
religiones en la vida de las personas y en la sociedad, “El Estado laico está muy cerca de la soberanía popular y no se
opone a religión, ni a la espiritualidad expresada en las religiones escritas u orales, sino a las ideas teocráticas de la
política (gobierno en nombre de Dios) y al autoritarismo de los dogmas que pretenden imponer como verdades
universales para todos.”.

El artículo 13 de la Constitución establece el derecho y la libertad de elección en el campo de la educación: “(…) los padres
tienen el deber de criar a sus hijos, el derecho a elegir el centro educativo y a participar en el proceso educativo”, El artículo
3, textual de la Ley de Libertad Religiosa derivada de este mandato constitucional, trata del ejercicio del derecho de la
persona a la libertad religiosa, que define: “El derecho a la libertad de educación religiosa comprende la elección de una
educación religiosa y moral compatible con su propias convicciones, para sí mismos, menores de edad o incapaces, sujetos
a la autoridad de sus padres, dentro y fuera del ámbito escolar.
Esta opción de educación religiosa se considera la base más importante para la enseñanza del campo de la educación
religiosa extraescolar, y esto no significa que sea prerrogativa de la Iglesia, ni aboga por la educación religiosa de una secta
religiosa. La enseñanza en el campo de la educación religiosa extraescolar no es el resultado de la obligación del estado de
cooperar con las iglesias, sino del derecho de las personas a elegir un programa de educación religiosa adecuado a sus
creencias.
El Decreto-Ley No. 23211, que ratificó el acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú en el artículo 19,
establece: “(…) para el nombramiento civil de los maestros católicos en las instituciones de educación pública, quienes
continuarán recibiendo , como materia normal, la instrucción religiosa, es necesario contar con la opinión del obispo
interesado (...)”, aquí se refiere al campo de la educación religiosa como materia regular, es decir, está diseñada en el
marco de la cual El diseño curricular se imparte de la misma forma que otras materias extracurriculares como
matemáticas, medios de comunicación, historia, razón, geografía, etc. A diferencia de este último, es obligatorio, lo
que significa que no está sujeto a una exención. Es importante desarrollar la educación religiosa en las escuelas en
constante interacción con otras áreas escolares para que los niños puedan darse cuenta de que la fe, la ciencia y la
cultura no están separadas sino estrechamente entrelazadas, promoviendo así la conciencia de la importancia del
diálogo entre la fe y la cultura. Donde viven los estudiantes se abren nuevos horizontes que integran conocimientos,
enriquecen las perspectivas de los estudiantes y les permiten ejercitar su espíritu crítico, formando para ellos una
visión de alquimia global.
Si bien la enseñanza de la educación religiosa en las instituciones educativas no es un acto oficial de difusión de la
palabra de Dios, ya que se limita a la predicación del clero y la enseñanza del catecismo, puede estar relacionada con la
formación de la opinión y la conciencia. La enseñanza de la educación religiosa en los currículos escolares no es una
educación religiosa, ni es solo una transferencia de conocimientos, es un intento de revelar la identidad del
cristianismo. Ella viene desde un punto de vista razonable, pero cuando se la menciona piensa que no puede irse. para
fortalecer su fe.
La educación religiosa en las instituciones educativas tiene como objetivo fortalecer y desarrollar la práctica de la fe,
sustentada y fundamentada en los conocimientos que los alumnos irán adquiriendo paulatinamente.

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