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Escritura femenina y patrones culturales en el Pert Roland FORGUES | ANDINICA - Université de Pau et des Pays de l'Adour Pau - Francia SOBRE EL CONCEPTO DE "ESCRITURA FEMENINA" Antes que nada, quisiera precisar aqui lo que entiendo por "escritura femenina", concepto ambiguo que se confunde a veces con el amplio concepto de "literatura femenina”. En términos generales se suelen distinguir tres categorfas de "literatura femenina"!: 1. una "literatura femenina" que trata sobre temas considerados como formando parte de las actividades “normales" y habituales que la sociedad patriarcal les asigna a las mujeres (publicaciones sobre la moda, chismes del medio periddistico, artfstitco o literario, recetas de cocina, literatura sexista, melodramas sentimentales, etc..) y puede ser producto tanto de hombres como de mujeres; 2. una “literatura femenina” escrita por mujeres dentro de los caénones de la sociedad dominante de Ja que se contenta con reproducir los esquemas y los valores; 3, una “literatura femenina" que expresa una forma particular de experiencias propias vividas por las mujeres en la sociedad patriarcal dominante y que versa sobre problemas de marginalidad o de exclusién. Vale decir que este tipo de literatura es en primer lugar obra de mujeres, conscientes de que estén viviendo una situacién de desigualdad e inferioridad con respecto al varén. 1 -Véase al respecto: Margara Russotto. Tépicos de retérica femenina. Monte Avila Editores, Caracas, 1990. 102 ARTICULOS Yes esta tiltima categoria la que ha servido, desde los afios sesenta, de} punto de partida a una verdadera reflexién sobre la nocién de “escritura femenina” en las grandes obras de Ja literatura escrita por mujeres. Algunos investigadores con Helena Araujo en su estudio sobre Virginia | Woolf hablaran de “escritura andrégina"’. Otros con Héléne Cixous' hablaran de "escritura bisexual". Y otros, atin, como Philippe Sollers } hablaran de escritura miltiple, o de escritura a partir de cuatro puntos de } vista distintos: "Creo que el juego se da entre 4: lo femenino de una mujer no ser4 nunca lo femenino de un hombre y lo masculino de un hombre no sera nunca lo masculino de una mujer. Si nos acostrumbr4ramos un poco a esta légica del 4, no estériamos perdidos § como en ese callejn sin salida de dicha bisexualidad que tiende a hacernos sonreir por los juegos de espejo y las identificaciones | narcisistas totalmente fuera de la experiencia de fondo"4 Estas distintas caracterizaciones muestran las dificultades de acercamiento al concepto de "escritura femenina". Para ser més producentes, convendria subdividir la tercera categoria que es la que aqui nos interesa en tres vertientes que se pueden ir desarrollando tanto separada como conjuntamente, sucesiva como simulténeamente en las escritoras y las obras consideradas. La primera vertiente vendria representada por una "creacién femenina" que expresa las experiencias propias de a mujer, y de sus particularidad de mujer, de su marginalidad o exclusién, de su desvalorizacién en el | seno de la sociedad patriarcal, sin cuestionar abiertamente las estructuras y los valores que han Hevado a este estado de cosas. Vale decir que se trata de una literatura fuertemente condicionada por los valores de a1 sociedad patriarcal de la cual las autoras no llegan a deshacerse y que sé traduce por una voluntad de competencia en el orden estético, mucho més que en el orden social 0 ético. El ejemplo més patente lo tenemos en el primer libro de Blanca Varela ! (1926), Ese puerto existe (1949-1959) donde en algunos poemas como “Puerto Supe”, “Las cosas que digo son ciertas”, "Los pasos", "Primer baile” entre otros, la poeta se expresaba en un yo poético masculino y en otros en un yo indiferenciado. Conviene aclarar de 2 Helena Araujo.La sherazada criolla, ensayas sobre la escritura femenina latinoamericana. Universidad Nacional de Colombia, 1989. 3 Héléne Cixous. Revue L'Atc-En-Ciel, N° 61, Paris, p.43. Cit par Hélena Araujo, 3. 4 "Le secret", entretien avec Ruth Menahem. Revue Francaise oe Psychanalyse, tome LVIL, Janvier-mars 1994, p.99 ROLAND FORGUES 103 inmediato que Blanca Varela abandonaré pronto dicha actitud para expresar en los libros siguientes Luz de dia (1963), Valses y otras falsas confesiones (1971), Canto villano (1978), Otros poemas (1983) y Ejercicios materiales (1993) su condicién propia de mujer frente a sus colegas varones de la rica y relevante generacién del cincuenta de la que sera el tinico y eximio representante mujer. Mas de yveinte aiios més tarde encontraremos semejante deseo de producir una poesia genéricamnete indiferenciada en la actitud de algunas poetas que enfatizaran que para ellas la poesia "no tiene sexo", y que escriben "poesfa a secas", como dice Magdalena Chocano(1957)5, una de las j6venes integrantes de esa tendencia con sus libros Poesia a ciencia incierta (1982) y Estratagema en claroscuro (1986). Desde este punto de vista vale la pena reproducir estas polémicas y paradéjicas declaraciones sobre el feminismo que me hiciera en 1986 Luz Maria Sarria (1950), cuya poesia se nutre de una reflexién sobre la creacién como actividad ambivalente, liberadora y avasalladora a le vez: "Las feministas que conozco, casi todas son feas como las monjas y podria decir antipaticas sin exagerar. Ademés casi todas son lesbianas y usan al hombre como una lata de conservas. [...] Yo soy una persona libre, pago mi libertad con mi soledad y no tengo a ningtin hombre que me explote ni ante el que me tenga que rebelar. De lo que si soy solidaria, tanto frente al hombre, como frente a la mujer es del abuso, de la explotacién, de la deshumanizacién, del maltrato, del desamor. Me parece que hay mucha confusién con problemas de otro tipo en la defensa de los derechos de la mujer. La defensa no es necesariamente un ataque. Me parece grotesco que se quiera ver en la compleja alquimia de las relaciones entre la mujer y el hombre sdlo lo que el esquema decimonénico de la lucha de clase permite ver. El principal problema de las mujeres es tener que seducir a los hombres. Es un oficio duro, injusto si tt quieres. Ella tiene que danzar alrededor de él, en el sentido tribal y simbélico de la palabra, para ver si ella es la elegida. Esto es muy antiguo. Después é! viene y la posee, ;Por qué las mujeres tienen que cuidarse tanto el cuerpito y pintarse las ufias, ponerse aretes? De ahi yo creo que viene la rebelién de las mujeres, entre otras cosas. Sélo que 5 “Jugar con las palabras". En: Roland Forgues. Las poetas se desnudan, Ed. Bl Quijote, Lima 1991, p.252. © En Ia introduccién de su libro Sefales que se eligen (1987) Luz Maria Satra confia: "He tenido el privilegio de reconocer que es celosa la palabra y que tienen ropa sucia los poemas. Yo soy testigo del escondite de las paginas, he tenido que llorar ante una palabra y pedirle su discurso, {Pero cémo, c6mo devolverla. al entusiamo? He visto sus ttazos de belleza con dolor”. 104 ARTICULOS cuando los hombres se cuidan el cuerpito y se pintan las ufias nos va peor"?, En esta vertiente incluiria también la poesia de Yolanda Westphalen (1925) que parte de una reflexién filosdfica y ontologica sobre la existencia, como sugieren los mismos titulos de sus tres primeros poemarios Palabra fugitiva (1964), Objetos enajenados (1971), Universo en exilio (1984). De ella destaca el esmerado trabajo sobre la imagen y el ritmo, sobre la palabra vista en su doble postulacién de esencia y libertad a la manera de Octavio Paz, y de vida y redencién del hombre a la manera de Vallejo, como aparece precisamente en su tltimo libro Diptico (1996)8. Con Abril y lejania (1961), Giramor (1961), Aracanto (1966), Triunfo de Icaro (1967), Juan Angurria (1972), Furia de la arcilla (1977), Amor y otros asuntos (1984), Pentagramas ebrios (1986), Carmen. Luz Bejarano (1933) es otra de las creadoras que marca su generacién de una impronta de calidad estética mas que de reivindicacién de género. Mas alla de la expresién de su interioridad, de la deslumbrante experiencia de ser madre de sus primeros libros, Carmen Luz Bejarano procura con la poetizacién de temas universales come el amor, el tiempo, la vida y la muerte, y el abundante recurso a los mitos helénicos 0 greco- latinos, penetrar el enigma del hombre y su destino. AJ referirme a esta vertiente no puedo dejar de mencionar, por fin, siquiera en breves palabras, a Enriqueta Belevén (1944) y su libro de titulo significativo Poemas de la bella pdjara hornera (1984). En este libro de introspeccién, la poeta se pregunta sobre su condicién de mujer?, buscando a la manera de los grandes misticos espafioles en ef silencio y la soledad el medio de “encontrarse"!°, o re-encontrarse consigo misma tras las duras pruebas de la decepcién y frustracién amorosas. 7 "Un laberinto de cuerpos y de ensueffos". En: Roland Forgues. Las poetas se desnudan, p.200. 8 Véase a propésito de este libro mi comentario: "Yolanda Westphalen, Caminando hacia la vida". El Comercio Dominical, Lima 17 de noviembre de 1996, p.14. 9 ..yo también hablo de mi condicién de mujer viéndome a mi misma con qué cargas voy caminando, cémo voy expresiindo mi propia busqueda, mis sensaciones, mis sentiments, mis nostalgas y la, oscuridad: In oscuridad de la Tox que me ha Porque ti no puedes hablar de luz sin hablar de oscuridad; es una Cantar la herida". En: Roland Forgues, Las poetas se desnudan, p.140. 10 fid., p.136 ROLAND FORGUES 105 La segunda vertiente aborda las mismas experiencias, pero privilegiando el cuestionamiento de las estructuras econémicas y sociales, politicas, culturales y religiosas de una sociedad clasista donde la mujer sufre una doble explotacién, econémica y genérica. "Los efectos de la dominacién -afirma Cecilia Bustamente-, el poder, el autoritarismo, nos son familiares a muchos sees humanos. La esctitora de América Latina } en especial puede ser hipersensible a ellos por su propia condicién de mujer discriminada y, como critico potencial de su sociedad, puede intuir la germinacién, crecimiento y apogeos de estos efectos. El objeto es | liberarse del dominio irreprensible y Ia falta de libertad y de derechos; la | escritora latinoamericana puede auxiliar a todas las mujeres en general fen el andlisis de los valores de nuestra sociedad, proveyendo los fundamentos que prueban que estos valores estan obsolctos a la entrada del siglo XXL demostrando que su imposicién ha servido como instrumento de discriminacién"!!, Fuera de la mencionada Cecilia Bustamante (1932), ganadora del Premio Nacional de Poesfa en 1965 con el libro Nuevos poemas y ‘Audiencias, las principales representantes de esta vertiente, inciada por Magda Portal (1901-1989)!2, son Rosina Valcércel (1947), Sonia Luz Carrillo (1948), Beatriz Moreno (1948) y Mary Soto (1959). FSintetizan bien esta vertiente los dos cortos poemas "De mujeres" y "Tengo deberes sagrados que" de Sonia Luz Carrillo que evocan al smismo tiempo Ja creacién y homosexualidad femeninas, encarnadas en Hla imagen de Safo, y la dimensién del quehacer cotidiano y social de la mujer. En el primero dice: Dime Safo/ti que también fuiste hembra /e intentabas poesia. / ;Fuiste también tenida / en bello, / apetecible, / ran estorbo? ; y en el segundo: tengo deberes / -alguien diria, sagrados- / que cumplir / cuarenta horas / al dia / no bastan / pero Hengo deberes /y por eso estoy aqut/ solitaria / impavida / observando el amor inguieto / de las aves / la danza ruidosa / de la hierba / sscuchando / tranquila / la lenta / la dulcisima / cancién / de una forcaza. ‘ara todas ellas la prioridad es la destruccién del orden patriarcal urgués y la construccién de una nueva sociedad donde por su resencia y su accién al lado del varén Ja mujer alcanzaria su pleno }! En: Roland Forgues, Las poetas se desnudan, p.26 |? "En realidad -dice Magda Portal- al comienzo, cuando yo estaba con los apristas, wera feminista sino luchadora social. Pero siempre mi primera opcién fue que las wjeres debfan figurar en una forma que no estuviera en su hogar". "Naci para fuchar”, En: Roland Forgues. Las poetas se desnudan, p. 53. 106 ARTICULOS desarrollo en tanto que mujer. Significativos de ellos son estos versos de Carta al hombre nuevo (1988) de Beatriz Moreno: Compaiiro, extiende los brazos que yo extenderé los mios y abrazaremos el mundo... Hombre Nuevo, mi carta quiere ahora callar contigo. Luego cuando me hables, desbordaré mis caricias. desbordaré sonrisas, amor. Sonreiraén nuestros suefios, volveremos a repartir canciones. Ya no habré manera de detener el rio no habrd Grbol que dé mds humana sombra En algunas, como la huancaina Carolina Ocampo (1958) con Amarte es parte mia (1986), Oda a la utopia (1998), y la pufiena Dida Aguirre (1953) con Arcilla (1988) la contruccién de esta nueva sociedad esté condicionada por el reconocimiento y reivindicacién de la cultura andina sojuzgada y marginada, mientras en otras como Mariana LLano (1959), seudénimo de Geovana Rosa Yaipén Rodriguez, empieza a Jevantarse, desde Ja tierra nortefia de Chiclayo, la voz de una descendiente de esclavos que asume su negritud y su calidad de mujer como indisociables elementos de su identidad. Estos constituyen la médula de algunos de sus mejores poemas escritos entre 1988 y 1997. Nada puede resumir mejor la esencia de esta btisqueda que estas palabras liminares que encabezan la antologfa personal Anduve (1998): Anduve desde el principio, el siempre y el después, el orgullo y el miedo de ser hembra. Mis ojos se bafiaron con el primer paisaje de las tardes de Enero. Anduve asi la infancia a través de los cantos de mi madre, la azul melancolta de mi abuela y los pasos traviesos de mis hermanos nifios en mi casa vencida por tiempos y susurros de las voces morenas que fueron hereddndome su acento. Anduve por los besos iniciando mis rutas escondidas, hacia el hijo que vino a prolongar mi risa, a ensefiarme instintos y ternuras de madre. Anduve con mis pasos senderos de algarrobos, crepisculos de arcilla costanera, mediodias de fuego y oro viejo, albas de arenas rubias entibiando mi planta. Anduve de las voces el silencio, de la sombra la luz, y todas las instancias de mi tiempo. Anduve con mis ojos la distancia intangible que se repite en suefios, el horizonte que nos fabula mundos y nos empuja a lo ROLAND FORGUES 107 desconocido, los rostros y la Iluvia, el mar y unos ojos encendiendo colores en mi pecho. Anduve con mis manos otras manos, sintiendo cada sangre acercarse a mi sangre, las arrugas mds dulces de mis viejas abuelas, la piel de cada pétalo, el agua y la madera, la llegada, el adiés. Anduve con mis besos, bocas frentes, ternuras y pasiones, la dulzura, el actbar y el perdon. Anduve con mi voz eras del verso, la cancién mds inédita del viento, la promesa imposible y la oracién, tanto ruego de amor y tanto arrullo, tanto st, tanto no. Todo lo anduve a pie, llendndome de estrellas los bolsillos y melodias nuevas la garganta. Es todo lo que anduve y es tan poco; ain me aguardan futuras vivencias, el mafana que duerme en la esperanza. Lo que hasta hoy escribi, lo hice con pasién, a solas, a gritos, desnudando mi verdad en la palabra y sélo sé decir hoy que me anduve cual playa besada por el mar, reflejéndose azul en cada cielo, latiendo en cada verso, con todo el corazén que amando anduve. La tercera vertiente se perfilaria bajo los rasgos de una “creacién femenina” que expresa las experiencias antes mencionadas, pero a partir de una estrategia discursiva que parte de la oposicién hembra-varén y se propone conscientemente apropriarse el discurso del orden patriarcal dominante para mejor subvertirlo y destruirio. Esta iiltima vertiente est4 directa o indirectamente vinculada a las estrategias de los movimientos feministas radicales que, aunque en forma distinta, han encarado el problema de la liberacién de la mujer no apartir de la oposicién primaria individuo/ sociedad, sino a partir de la oposicién segundaria y derivada de la primera var6n / hembra!3. Y no es una casualidad que surja en el Perit a partir de los afios sesenta y que se centre fundamentalmente en torno a fa ruptura del tabi del sexo y la reivindicacién del placer sexual, como serd el caso con Marfa Emilia Comejo (1949-1972), Carmen Ollé (1947), Sui Yun (1955), Patricia Alba (1960), Mariela Dreyfus (1960), Doris Moromisato (1962), Rocio Silva Santisteban (1963), May Rivas (1963), y Violeta Barrientos (1963). 3 Véase al respecto: Toril Moi. Teoria literaria feminista. Ed. Cétedra, Madrid 1988. 108 ARTICULOS En las tres vertientes, hay en un principio una toma de conciencia de la diferencia y de la condicién de Ja mujer en la sociedad patriarcal. Pero, mientras en la primera, es la conciencia de !a impotencia conducente a la sumisién la que prevalece, en la segunda y la tercera es la conciencia que aspira a superar dicha condicién la que domina. Esta actitud lleva a las creadoras de Ja segunda vertiente al compromiso politico y social; y conduce en parte a las de la tercera al radicalismo feminista que desemboca a veces en situaciones limites como la negacién de la diferencia!*, Yo diria inclusive que la actitud esteticista observable en la primera vertiente no est4 totalmente ausente de Ia tercera; lo atestiguan las paraddjicas declaraciones de algunas de las poetas que han optado conscientemente por el discurso literario m4s contestatario def orden patriarcal, como es el casdo de Carmen Ollé, Dalmacia Ruiz Rosas, Mariela Dreyfus, Patricia Alba o Rocfo Silva Santisteban'®, entre otras. 14 Este és el caso, por ejemplo, de la feminista espafiola Lidia Falcén que en su trabajo La reproduccién humana. (Ed. Fontanella, Barcelona 1982) sostiene que la emancipacién de la mujer tan slo serd posible el dia en que esté liberada de aquello que precisamente hace su diferencia con el hombre, esto es: su funcién reproductora. Sélo ta fecundacién artificial, in vitro, permitir, segin ella, dar un salto verdaderamente cuantitativo en ia vida de nuestro planeta. Actitudes similares pueden observarse en el feminismo francés, influido por el sicoandlisis lacaniano, fundamentalmente orientado hacia las reivindicaciones sexuales y en el fcminismo norteamericano orientado hacia las reivindicaciones laborales. E] feminismo latinoamericano, en cambio, parece orientarse hacia una via algo distinia. Recordaré al respecto estas recientes declaraciones de Isabel Allende, novelista de éxito y que fue también una militante feminista convencida: "Yo no invento personajes para que sirvan de modelo a las feminists a ultranza ni a las muchachitas que quieren ser feministas, sino que simplemente cuento cémo es la vida. La vida esta lena de personas contradictorias. Yo mismo lo soy. He sido militante muy liberal, feminista y atrevida para hacer todas las cosas que a las mujeres de mi generacién no les estaba permitido hacer, sin embargo me pinto los labios y ando con taco alto, y de to que estoy més orgullosa es de la maternidad. Creo que soy una hija y una madre ejemplar, y me enorgullezco de eso tremendamente. ,Qué tiene que ver el feminismo con eso? ;Absolutamente nadal”, Alvérez-Rubio Pilar. "Una conversacién con Isabel Allende”. Revista Tberoamericana, N? 168-169, p.1064- 1071. 13 “Yo pienso que la poesia es una, nada més. [...] yo no me pongo dentro de! grupo de la poesia femenina’. "La chispa de lo lumpen’. En: Roland Forgues. Las poetas se desnudan, p.259. 16 "No creo en la poesfa en masculina y femenina, ademds, me parece bastante peligroso porque se introduce a la mujer en ‘otra categoria’, en una especie de ghetto donde se puede ser apartada y marginada”. "Un agujero de inmortalidad”. En: Roland Forgues. Las poetas se desnudan, p.322. ROLAND FORGUES 109 No carece de interés tampoco para una mejor valoracién tanto de su estrategia discursiva y de sus ambigtiedades como, en algunos casos, de la contradiccién entre el contenido subversivo de su creacién y ed conformismo social de su actitud vital, relievar que frente a Ja vieja palabra “poetisa", todas hayan terminado adoptando el término "poeta", como reclamo consciente de valorar una poesia cuyo término de referencia, al fin y al cabo, segufa siendo en el fondo de su subconsciente la creacién del varén. PATRONES CULTURALES E| Pera, como se sabe, es un pafs heterogéneo, Esta situacién se debe en primer lugar a los miiltiples conflictos étnicos y culturales que han jalonado su historia y marcado su vida politica y social desde la conquista ibérica, y, en segundo lugar, a la sobrevivencia de algunos valores propios de las civilizaciones aborigenes y los aportes de las civilizaciones africanas que han venido a superponerse a Jos valores patriarcales coloniales y burgueses de Occidente. La creacién poética, como ia creacién en general, esté marcada naturalmente por el sello de esta heterogeneidad. En ella intervienen patrones culturales que pertenecen a estas distintas civilizaciones y determinan consciente 0 inconscientemente el contenido y orientacién de Ja escritura, Me limitaré a dar dos ejemplos, pero a mi modo de ver muy ilustrativos de} sefialado fenémeno. Se trata, por una parte, de la forma cémo son vividos el parto y la maternidad y, por otra, de la manera cémo es asumida la relaci6n matrimonial o de pareja. La Biblia dice a la mujer "pariras en el dolor", pero al mismo tiempo “querrds a tus hijos". Una poeta como Blanca Varela, educada y formada dentro de Ja cultura judeo-cristiana de Occidente, retomara ese tema del parto en el dolor para denunciar el destino que se le hace a fa mujer. Dificil encontrar un poema més violentamente contestatario por el tono blasfematorio que lo sustenta que "Vals del Angelus", perteneciente a Valses y otras falsas confesiones en el que Varela le increpa a Dios la maldicién que lanz6 contra la mujer: 110 ARTICULOS Ve lo que has hecho de mi, la santa mds pobre del museo, la de la tiltima sala. junto a las letrinas, la de la herida negra como un ojo bajo el seno izquierdo. Ve lo que has hecho de mi, la madre que devora a sus crias, la que se traga sus lagrimas y engorda, la que debe abortar en cada luna, la que sangra todos los dias del afio. Y dificil encontrar un poema que trate en forma tan directa y sencilla a la vez esa ambigua relacién carnal madre-hijo como "Casa de cuervos", incluido en Otros poemas : y té mirdndome como sino me conocieras marchdndote como se va la luz del mundo sin promesas y otra vez este prado este prado de negro fuego abandonado otra vez esta casa vacia que es mi cuerpo adonde no has de volver Mas recientemente en el poema "Crdénica" de Ejercicios materiales Blanca Varela ensanchard la relacién madre-hijo a los nifios del mundo con la evocacién de "adén y eva. noé. abraham, david y jesucristo. / rancias criaturas del museo del alma" y con la presencia de los monstruos del hambre, la violencia y la guerra. Dicha relaci6n tiende por Jo tanto a convertirse en relacién emblematica individuo-cosmos. Y vale la pena recordar que el poema empieza y finaliza con la misma imagen y expresion de la madre universal ambivalente, nutricia y castigadora, que, en su delirio, amenaza con matar a sus propios hijos. Todo ello tiene un signo: Ja revaloracién de los sentimientos profundos de la mujer negados por una sociedad que, siguiento los principios del judeo-cristianismo, tan sélo le asigna el rol de madre dolorosa, resignada y protectora. "A mi lo que me desespera es el dolor por el dolor", dird significativamente Blanca Varela , antes de afiadir: "Hay que transformar el dolor, como en el caso del parto por ejemplo, en algo positivo. Siempre he pensado que estoy dispuesta a pagar mi cuota de sacrificio siempre y cuando eso no se pierda"!?, 17 “La fascinacién por lo maravitloso”. En: Roland Forgues. Las poetas se desnudan, p. 83. ROLAND FORGUES V1 La concepcién judeo-cristiana del parto-maldicién desembocar4 inclusive en algunas escritoras como Yovanna Pollarolo (1952), otra mujer indeleblemente marcada por los patrones culturales de Occidente, en el cuestionamiento de la misma idea del amor materno en términos equivalentes en fuerza y violencia a los de Blanca Varela: Mira, mira lo que has hecho de mi Una mujer que parié de mala gana incapaz de reconocer alos que fueron sus cachorros como las conejas cuando se arrancan a patadas, a mordiscos con las patas y los dientes @ sus crias empefiadas en seguir mamando '8. Hl poema termina sobre la afirmacién de una responsabilidad a la vez diluida y compartida expresada en dos versos, que son pura glosa de dos versos de "Casa de cuervos"!®:Y nadie tiene la culpa / y todos tenemos la culpa. En cambio la maternidad y el parto estaban vinculados en la sociedad incaica con la idea de fecundidad, representada por la Tierra, la Pachamama. Desde entonces, lejos de ser fuente de dolor y sufrimiento, la maternidad y el parto eran fuente de alegria, felicidad, plenitud; en una palabra fuente de vida. Buen ejemplo de ello nos ofrecen estos versos de Amarte es parte mia (1986) de Carolina Ocampo (1958), radicada en Huancayo y empapada de la cultura y del paisaje andinos: Estoy llena de amor Sui prefiada por un astro de tierra y viento. En otro poema fusionan lo humana, lo fisico y lo vegetal, madre y tierra, vida y semilla, en un todo indisoluble que testimonia la armonjfa entre el ser y el paisaje: {Como te espero pequefia gota de vida! Como no sobresaltarme '8 Citado por Susana Reisz: "Ret6rica de la feminidad en la poesia hispana actual’, articulo en curso de publicacién. '9 Dice Blanca Varela: no es tuya la culpa /ni mia / pobre pequefio mio. 112 ART{CULOS cuando te mueves dentro mio (Increible sentirte tan vivo) Semilla inmensa en tanta tierra ansiosa de lluvia En esta referida Ifnea de presencia implicita de la cultura andina en la creacién de algunas poetas, he aqui cémo Ja punefia Dida Aguirre (1953) nos habla de su nifio en un poema de Arcilla (1988), libro significativamente publicado en edicién bilingue, quechua-espaiiol: De las rocas raices de fuego floreces pupila de sol sangres de luna a mis ojos poblados de sombra y desde el santuario de los wamani resplandeces corazon mio iAy! como alas extendidas de las dguilas en vuelo me miras con todas las estrellas del cielo en tus ojos entonces con la sagrada tierra de mi coraz6n como el ischu de la puna dulcemente te amo hijo amado del wamani con la mama gocha en el blanco leiio de / mi corazén encendido huracan Segundo ejemplo: el abandono de parte del compafiero 0 del amante, sera vivido de manera totalmente distinta, en razén precisamente de todo el condicionamiento cultural del cual son objeto, por Dida Aguirre en el mencionado poemario y por Rossella Di Paolo (1960), en Piel alzada ROLAND FORGUES 113 (1991), libro que se inscribe mas directamente atin que los anteriores Prueba de galera (1985) y Continuidad de los cuadros (1988) en la linea de la tradici6n lirica italiana y mistica espafiola. Dida Aguirre se expresa con dulzura en un tono festivo leno de comprensién y ternura. En sus versos de un contenido lirismo logra manifestar que Ja separacién de los amantes no significa ruptura de la armonjfa entre el hombre y el cosmos: No ores tanto no dentro de las nubes negras parajillo negro de negro mantito parajillo cdntale amorosas notas silbale silbo canoro ami negrito que me abandona. Rossella Di Paolo, al revés, deja estallar su cdlera, rabia y resentimiento. En el poema "Ejemplo de cémo el loco amor esta al husmeo del buen amor perdido y falsamente Ilora" el tono y las im4genes traducen la presencia de una incontenible agresividad alimentada por el sentimiento de venganza. La separacién significa ruptura del equilibrio y modificacién de 1a relacién hombre-cosmos; bien lo subraya la imagen del compajiero animalizado bajo los rasgos del lobo: Saber que rondas como lobo as tras las ventanas y me golpeas en el reverso de las puertas, halaga Ah dulce entre los palos, lobo entre los lobos, amado que fuiste, y tanto, Gaprenderds, si aprendes, a no escupir en la leche que te bebes yano llorar, si lloras, sobre la leche derramada ? 114 ARTICULOS En uno de los poemas finales "Epistola de cautiva con reclamo" tenemos el exacto contrapunto de la visién del compafiero que se hallaba en el citado poema de Dida Aguirre: Grande contentamiento habré si en volver accedes. Tengo urgencia por estrechar manos que una vez ha tanto cubri con beso Maldito dia en que los caminos se enroscaron a tus pies como culebras para llevarte. Mientras en el poema de Dida Aguirre el amor es vivido en su dimensién natural; una dimensién en la cual Ja relacién amorosa es libre, en el poema de Rosselia Di Paolo, en cambio, es sufrido como despojo, debido a la disolucién del sacramento cristiano del matrimonio que impone la no separacién y la fidelidad absoluta de los amantes. Recuerdo de paso que al revés de la civilizacién judeo-cristiana, la virginidad no era considerada como un valor en la civilizaci6n andina., y la unién conyugal, segtin enfatiza Sara Beatriz Guardia, "constituy6 un simple acto administrativo sin ninguna connotaci6n religiosa"?°, Frente a Ja postulacién de Ja rebeldfa ante el abandono del amante que aparece en Rossella Di Paolo, tenemos también la postulacidn inversa de la resignaci6n: la de Enriqueta Belevan, por ejemplo, y sus poemas de La bella pdjara hornera. “Cantando la herida" Enriqueta Belevan se recluye en la soledad y el suftimiento voluntario como expiacién por la mujer abandonada de una falta no cometida, emblematizada en ese nuevo pecado original que constituye la desagregacién de la pareja. He aqui lo que me confiaba en 1986: ""Yo siempre he sido muy libre en la relacién amorosa. La persona se ha ido muy pronto porque se ha sentido cansada y ha venido el dolor, pero al mismo tiempo hay otra cosa: es como si yo misma hubiera encontrado mi propio cauce. O sea yo no guardo rencor a ninguna persona que he querido, incluso quisiera tenerlos como amigos. Yo creo que !a soledad misma alo mejor ha sido la ayuda para poder equilibrar el sufrimiento que determiné una neurosis sin mayor sentido. Yo le tengo tanto aprecio porque me hizo encontrar un poco mi propia vida. Yo no digo: qué bueno que se acabé una relacién porque as{ puedo escribir, sino gracias a Dios tengo la soledad y no me puedo morir porque ella me sostiene. Y no sdlo me sostiene, sino que me hace sacar de mf todo lo que tt has leido. A 20 Sara Beatriz Guardia". Mujeres peruanas, el otro lado de la historia, Ed. Amauta, Lima 1995, p, 42 ROLAND FORGUES 115 diferencia de otras mujeres poetas que se quejan un poco de sus hombres, yo no me quejo". Y conclufa: "Yo me voy reforzando a través de la soledad. Incluso pienso que ha sido un bien que haya cafdo eso en mif"2t, Tanto la rebeldfa como la resignacién son la marca indeleble en la mujer abandonada de una carencia que impide su desenvolvimiento. En cambio, los deseos de felicidad con que Dida Aguirre despide al amante que se va protegido por la naturaleza son sintomaticos de un ser que guarda intactas todas sus posibilidades de plenitud. En el mismo orden de ideas, podriamos referirnos a algunos poemas de May Rivas donde se funden en un interesante movimiento sincrético los patrones de las culturas africanas con los de las culturas aborigenes y occidental. En ciertos casos la presencia de fos patrones culturales se manifiesta de manera més sutil en el acercamiento al cuerpo que reproduce, inclusive en algunas de las poetas mas radicales, buena parte de los estereotipos propios de la cultura occidental que ha convertido el cuerpo de la mujer n “cuerpo fetiche", segtin dice justamente Carmen Ollé. La obsesién de la gordura, el inexorable paso:del tiempo y el desgaste de la belleza, por ejemplo, son temas recurrentes en Ja poesia de Carmen Ollé, Yovanna Pollarolo, Rocio Silva, Patricia Alba porque estén disminuyendo la capacidad de seduccién de un cuerpo aprehendido desde los cénones de fa belleza greco-latina impuestos por la sociedad patriarcal ¢ interiorizados por las poetas. Pues es cierto que la mayorfa de ellas, por su origen y formacién intelectual, pertenecen al medio de la pequefia burguesfa de cultura occidental, aunque algunas se declaren en ruptura con los valores de este grupo socio-cultural, Conscientes de este condicionamiento y de las dificultades de superarlo, las escritoras viven a menudo esta situacién con un desgarramiento interior que limita, a pesar suyo, el cuestionamiento del mundo. Recordaré para concluir estas interesantes declaraciones de Rocfo Silva Santisteban quien confiesa que “el cuerpo es lo que nos limita a expandirnos en el tiempo y en el espacio, esta picl que nos rodea y nos circunda y nos define", antes de afirmar: “Asumamos nuestra piel y 2! Enriqueta Belevn. "Cantar fa herida". En: Roland Forgues. Las poetas se desnudan, p. 136. 116 ARTICULOS nuestras propias cicatrices, s6lo después de esto podremos liberarnos de ser hembras"?2, Esta es una verdad primera que, traducida en términos de creacién, marca con el sello de {a autenticidad la “escritura femenina" tanto en el Pert, como en América Latina y en el resto del mundo. 22 "Un agujero de inmortalidad". En: Roland Forgues. Las poetas se desnudan, p.322.

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