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LA CRITICA DE LA RAZON PURA (PROLOGO)

La razón humana tiene, en una especie de sus conocimientos, el destino particular de verse
acosada por cuestiones que no puede apartar, pues le son propuestas por la naturaleza de la razón
misma, pero a las que tampoco puede contestar, porque superan las facultades de la razón
humana.

Cuestiones que la razón se plantea pero tampoco las puede resolver por que rebasan a la misma
razón.

La metafísica, era llamada la reina de todas las ciencias

¿qué y cuánto pueden conocer el entendimiento y la razón, independientemente de toda


experiencia? y no es: ¿cómo es posible la facultad de pensar misma?

El primero es conocimiento teórico, el segundo conocimiento práctico de la razón. La parte pura de


ambos, contenga mucho o contenga poco, es decir, la parte en donde la razón determina su objeto
completamente a priori, tiene que ser primero expuesta sola, sin mezclarle lo que procede de otras
fuentes; pues administra mal quien gasta ciegamente los ingresos, sin poder distinguir luego, en
los apuros, qué parte de los ingresos puede soportar el gasto y qué otra parte hay que librar de él.
Pag 9

Pero de esta deducción de nuestra facultad de conocer a priori, en la primera parte de la


metafísica, pag 17

Porque, en lo que a lo primero atañe, nada puede ser atribuido a los objetos en el conocimiento a
priori, sino lo que el sujeto pensante toma de sí mismo 18

Por eso tiene la metafísica una rara fortuna, de la que no participa ninguna otra ciencia de razón
que trate de objetos (pues la lógica ocúpase sólo de la forma del pensamiento en general ) 19

Que espacio y tiempo son solo formas de la intuición sensible, y por tanto sólo condiciones de la
existencia de las cosas como fenómenos; que nosotros además no tenemos conceptos del
entendimiento y por tanto tampoco elementos para el conocimiento de las cosas, sino en cuanto a
esos conceptos puede serles dada una intuición correspondiente; que consiguientemente nosotros
no podemos tener conocimiento de un objeto como cosa en sí misma, sino sólo en cuanto la cosa
es objeto de la intuición sensible, es decir como fenómeno; todo esto queda demostrado en la
parte analítica de la Crítica

Hay una separación en la experiencia de la cosa y de cómo percibimos la cosa y la cosa en si, su
existencia misma. La cosa en la experiencia es un fenómeno, por las acciones visibles, y eso la hace
no libre, pero cuando la cosa es en si misma no es sometida por las leyes de la naturaleza, eso la
convierte en un ente libre

entonces una y la misma voluntad es pensada, en el fenómeno (las acciones visibles), como
necesariamente conforme a la ley de la naturaleza y en este sentido como no libre, y sin embargo,
por otra parte, en cuanto pertenece a una cosa en sí misma, como no sometida a esa ley y por
tanto como libre, sin que aquí se cometa contradicción 20
CARPIO CAPITULO X.

1781- 1821- se suceden grandes filósofos, es el movimiento que se conoce con el nombre de
"idealismo alemán”

Kant en sus primeros escritos sigue una orientación racionalista, y que luego parecería sufrir una
crisis intelectual de aproximación al empirismo.

El racionalismo (cf. Cap. VIH, § 13) sostiene que puede conocerse con ayuda de la sola razón,
gracias a la cual se enuncian proposiciones del tipo: "la suma de los ángulos interiores de un
triángulo es igual a dos rectos". 11

Pero ocurre que la experiencia no proporciona ningún conocimiento de este tipo. Lo que la
experiencia enseña -lo que vemos, lo que tocamos- nunca es necesario y universal, sino
contingente y particular. Para el racionalismo, entonces, el conocimiento empírico no es verdadero
conocimiento. El único conocimiento propiamente dicho es el que proporciona la razón por sí sola

El sujeto cognoscente, entonces, es comparable a un espejo donde las cosas simplemente se


reflejan. Tal "espejo" puede reflejar las cosas mediante la razón (racionalismo) o mediante los
sentidos (empirismo); pero en cualquiera de los dos casos el esquema es exactamente el mismo:
conocer quiere decir reflejar

la opinión de Kant, quien sostiene que conocer no es, en su fundamento, reflejar los objetos, sino
que es ante todo (y como condición para cualquier ulterior reflejo de los objetos en el sujeto) trazar
el horizonte dentro del cual los objetos son objetos, vale decir, construir el ámbito de la objetividad

Kant enfoca el conocimiento: como elaboración, es decir "fabricación", del objeto 13

Para Kant hay dos factores bases en el aprehender del conocimiento 1) la estructura de nuestra
"razón", que es independiente de la experiencia; pero la razón, para poder funcionar en este
especial tipo de conocimiento que consiste en "modelar" los objetos, requiere 2) un "material"
modelable, las impresiones. Así se lee en la Crítica de la razón pura: ni conceptos sin intuición que
de alguna manera les corresponda, ni intuición sin conceptos, pueden dar un conocimiento,7
porque pensamientos sin contenido son vacíos, intuiciones sin conceptos son ciegas.8 14

Lo genial en Kant radica en que hace una mezcla de ambas cosas, Es preciso, pues, que esas
formas o moldes tengan un material al cual aplicarse. Pero ocurre que ese material no puede
provenir sino sólo de la experiencia, de las sensaciones, y Kant dirá entonces que no es posible
ningún conocimiento si no es dentro de las fronteras de la experiencia. "Pensamientos" "sin
contenido son vacíos".

Pero también menciona que con puras impresiones tampoco puede haber conocimiento; porque
las puras impresiones, sin ninguna forma, no serían sino un caos, un material en bruto, o, como
dice Kant, una "rapsodia" de sensaciones, sin orden ni concierto. "Intuiciones" "sin conceptos son
ciegas".

Kant realiza una "revolución copernicana", entonces, porque enfoca la cuestión del conocimiento
al revés de como se la enfocaba hasta ese momento:
Hasta ahora se admitía que todo nuestro conocimiento tenía que regirse por los objetos. [...]
Ensáyese pues una vez si no adelantaremos más en los problemas de la metafísica, admitiendo que
los objetos tienen que regirse por nuestro conocimiento.

Si el conocimiento de las cosas lo llamamos "conocimiento óntico" (cf. Cap. XIV, § 6, nota 46) y el
del ser (o esencia) de las mismas "conocimiento ontológico", se podrá decir que la revolución
copernicana significa que "el conocimiento del ente tiene que estar ya previamente orientado por
el conocimiento ontológico".13 Sin duda mi conocimiento de esta silla, por ejemplo, se adecúa al
ente "silla"; pero para ello se requiere "un conocimiento a priori sobre el cual se asienta toda
intuición empíric

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