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Katty Saurith Camargo

Periodismo escrito 1.

Columna de Opinión.

Un día sin internet, ¡jamás!

En pleno siglo XXI giramos en torno a las tecnologías, es cierto que Internet se ha incorporado en
nuestra vida social aportando a la abundancia de comunicación e información; esta situación incursiona
generando cambios sociológicos y transformaciones de hábitos naturales como: mantener una
conversación personal, sin embargo, la sociedad no se ha enfocado en las consecuencias.

Según el científico Kevin Warwick “El hombre tiene que evolucionar como ‘cyborg’ o dependerá
de los robots”, pero, ¡me opongo! porque la vida era más bonita cuando éramos niños y salíamos a
las calles a jugar bajo el sol o la lluvia, mientras que los adolescentes junto a los adultos se reunían a
jugar parqués, cartas o simplemente se sentaban a hablar riéndose de todas las anécdotas; actualmente
nuestros juegos son aplicaciones descargadas en el celular y reímos de forma escrita ‘Jajajajajaja’.

Para nosotros hoy en día es muy fundamental estar durante horas en línea en un celular móvil.

- Si no tenemos Iphone no estamos a la moda.

Nos la pasamos con el celular de la manzanita mordida publicando nuestros quehaceres en las redes
sociales como Facebook, Instagram y Twitter, pero, ¿si mejor nos alejamos un segundo de Internet y nos
sentamos en familia o amigos a disfrutar nuestros chistes y recuerdos, como los viejos tiempos?, tan
imposible para nosotros los que habitamos en este siglo.

Somos a lo que yo le llamo la generación de papel, vacía y en blanco, tanto así que primero le tomamos
foto a nuestra comida y después comemos, vivimos sujetos a los comentarios del círculo de amigos en
red o quizás del número de ‘likes’ que obtenemos en una buena foto, nada más; sigo creyendo en la
ideología del Sociólogo y Filósofo Zygmunt Bauman “Las redes sociales son una trampa”.

Estamos tan aferrados a internet que nuestro cerebro nos exige constantemente estar en ella
realizando publicaciones y sencillamente actualizaciones; somos tan dependiente de este, que así
estemos a un metro de distancia de una persona, sentimos la necesidad de escribirle mediante el
celular.
También, podría decir que Internet no tiene distinción de edad y que nosotros los adolescentes no
somos los únicos que sobrellevamos una vida que gira alrededor de la red; los adultos y niños también
han sido parte de la generación consumida por lo red y eso ha causado transformaciones de sus
identidades y comportamientos diferentes al de un niño que no creció en la nueva era digital.

Por otra parte, hemos remplazado nuestra naturalidad de ‘hablar personalmente’ y no puedo asimilar
dónde dejamos el ‘feeling’ de hablar ‘face to face’ de frente con los nervios a flor de piel, por una charla
Online superficial, donde no vemos caras sino emoticones y como dijo Bauman “en las redes es tan
fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales”.

Nacimos dentro la era de Internet, pero aún existen personas que conservan sus costumbres, un gran
ejemplo son las personas de la tercera edad que habitan en este siglo, los cuales siguen conservando su
comunicación natural, debido a que crecieron en un entorno donde el internet no existía y era más
importante la esencia natural; actualmente los ancianos catalogan a internet como una distracción no
educativa que ha transformado a la comunicación del hombre, robando los tiempos en familia,
generando adicción y desagrado en el ser humano.

Lo peor de todo es que no podemos estar mucho tiempo sin acceso a Internet, hasta yo que he estado
en contra de sus consecuencias, dependo de este.

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